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Estrategias de crecimiento de las empresas de distribución comercial
Pedro Cuesta Valiño

 

IMPORTANCIA DE LA DISTRIBUCIÓN COMERCIAL EN ESPAÑA

La distribución comercial es un sector de actividad muy importante dentro del conjunto del sistema económico de todos los países desarrollados. Las causas por las que hoy se considera a la distribución comercial como un sector específico dentro del sistema económico en su conjunto son la expansión de la producción y la correspondiente evolución seguida por los mercados a lo largo de este siglo (Casares y Rebollo, 1996, p. 21). Para el caso español, la distribución comercial es un sector de actividad muy importante desde el punto de vista económico y social, como lo demuestran datos sobre la aportación al Producto Interior Bruto (PIB), la incidencia inflacionista, el empleo generado y los costes de distribución.

1.2.1. APORTACIÓN AL PIB DE LA DISTRIBUCIÓN

COMERCIAL

Es aproximadamente del 14%, manteniéndose esta aportación más o menos constante desde 1.980. La aportación al PIB se ha mantenido más o menos constante en las últimas décadas debido a que han existido dos fuerzas contrapuestas (Vázquez y Trespalacios, 1997, p. 49): por un lado, existe una fuerza que provoca que la aportación al PIB se reduzca debido a que el sistema de distribución comercial ha evolucionado favorablemente consiguiéndose una mayor eficiencia del sistema como consecuencia del uso de tecnologías avanzadas y de un mayor nivel de competencia, por lo que se pueden desarrollar las mismas actividades consumiendo menos recursos; pero por otro lado, existe una fuerza contraria que induce a que se incremente la aportación al PIB, debido a que cada día se demandan mayor número de servicios de distribución como consecuencia de las mayores exigencias de los consumidores, por lo que habrá que consumir más recursos para poder producir esa multiplicidad de nuevos servicios. Por estas dos fuerzas contrapuestas (mejora de la eficiencia del sistema y demanda de mayor número de servicios) la aportación al PIB del sistema de distribución comercial se mantiene constante.

Este hecho se ha producido de forma similar en otros países miembros de la Unión Europea. Si se comparan los datos de España con los de los países más desarrollados de la Unión Europea se observa que la participación en el PIB de la distribución comercial española se encuentra relativamente elevada (9% en Alemania y 12% en Francia), suponiendo una calidad y cantidad equivalente de servicios comerciales ofrecida en esos países en comparación con los ofrecidos por la distribución comercial en España. Esto quiere decir que para producir unos servicios comerciales que suponemos similares, el sistema de distribución comercial en esos países consume una menor cantidad de recursos relativamente al total del PIB. Esta situación supone una desventaja competitiva para España, máxime cuando la tendencia en España es el mantenimiento de la misma productividad. Siguiendo el mismo planteamiento, el caso contrario se observa con los países de la Unión Europea menos desarrollados (16% Italia y 19% Portugal) con respecto a España.

1.2.2. INCIDENCIA INFLACIONISTA DE LA DISTRIBUCIÓN

COMERCIAL

La distribución comercial ha tenido un efecto inflacionista en la economía española . Los factores que pueden explicar este hecho son, en primer lugar, el incremento de la cantidad, variedad y calidad de los servicios comerciales ofertados (incremento de horarios comerciales, ampliación de los surtidos, aumento del tamaño de los establecimientos, mejora en la presentación, facilidades de pago…), lo que supone una mayor utilización de recursos y una mayor cualificación de éstos, lo que debe explicar el mayor precio pagado por las actividades de distribución por parte de los consumidores; en segundo lugar, las dificultades para generar ganancias notables de productividad en las actividades de servicios (y si éstas se generan no se trasladan al precio final de los productos); y finalmente, las especiales características de la competencia en el comercio (monopolios u oligopolios espaciales limitados, competencia monopolística…) (Casares y Rebollo, 1996, p. 199).

1.2.3. EMPLEO POR LA DISTRIBUCIÓN COMERCIAL

En el segundo trimestre del año 2001 la población activa del comercio representaba el 15,41% de la población activa total de España y la población ocupada el 15,91%, es decir, 2.339.400 personas. El sector de la distribución comercial es en España el segundo mayor en importancia como generador de empleo, puesto que sólo le supera en número de ocupados el conjunto de industrias manufactureras.

De la población ocupada en el sector de la distribución comercial el reparto por sexos es 54,27% hombres y 45,73% mujeres, siendo la distribución por actividades aproximadamente la siguiente: 64% comercio minorista, 22% comercio mayorista y 14% rama 50 de la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (comercio de vehículos de motor y combustibles) , como indican los cuadros nº II.2 y nº II.3 .

CUADRO Nº II.2

EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN ACTIVA Y OCUPADA

EN ESPAÑA Y EN EL SECTOR COMERCIO

CUADRO Nº II.3

OCUPADOS DEL COMERCIO POR RAMAS DE ACTIVIDAD Y SEXO

Se debe resaltar, por una parte, el proceso de cambio en el mercado laboral comercial debido a la presencia cada vez mayor del empleo femenino en este sector y, por otra parte, la gran importancia que tiene el comercio minorista total (incluyendo el comercio de vehículos de motor y combustibles) al absorber prácticamente el 78% del total de ocupados (ver cuadros nº II.2 y nº II.3).

Además, el sector de la distribución comercial realiza una función “colchón” amortiguando los cambios que se producen en el mercado laboral. Por esta circunstancia, ha sido frecuente catalogar al sector comercial como el “sector refugio” de otras actividades económicas, desempeñando un papel importante como refugio de la emigración rural y como estabilizador en las fluctuaciones de la economía (Miquel Peris et alia, 1999, p. 22). Los datos parecen confirmar este hecho, si bien esta tendencia se ha atenuado en los últimos años: en 1980 el 33,0% de los titulares de establecimientos minoristas procedían de otra profesión distinta, mientras que en 1996 este dato ha descendido al 28,6% (Dirección General de Comercio Interior, 1997a, p. 91).

1.2.4. COSTES DE LA DISTRIBUCIÓN COMERCIAL

El coste total de la distribución comercial se podría definir como el total de gastos en que se incurre a lo largo del proceso de intermediaciones, es decir, los gastos para hacer disponibles, temporal y espacialmente, los productos a los consumidores. Son pues los costes derivados de las actividades mayoristas y minoristas, así como de las funciones de transporte, almacenamiento, fraccionamiento, financiación, información y asunción de riesgos.

Una de las características de la evolución económica en los países industriales es el constante aumento de los costes de distribución y las cifras elevadas que alcanzan (Díez de Castro, 1997, p. 11). En este sentido, el sector comercio se caracteriza por canalizar aproximadamente la mitad del gasto que realizan los consumidores. Como indica el cuadro nº II.4, el coste de la distribución comercial según las Tablas InputOutput de España (TIOE) ha pasado del 37% en 1970 al 48% en 1985 del valor final del consumo privado en aquellas ramas de actividad que requieren del aparato distributivo para dar salida a su producción.

CUADRO Nº II.4

COSTE DIRECTO DE LA DISTRIBUCIÓN DEL CONSUMO PRIVADO POR RAMAS TIOE  1985 Y 1970 (MILL. DE PTAS.)

Las empresas de distribución tienen como objetivo reducir sus costes, pero hay que tener en cuenta que las exigencias de los clientes en los países desarrollados (aumento de servicios, variedad de surtido, adecuada presentación, etc.) es un factor que incrementa en gran medida los costes de distribución. Pero es de vital importancia que los costes sean acordes con los servicios ofrecidos, ya que si no fuera así, esos servicios serían realizados por otras empresas de distribución comercial más eficientes, o por el propio fabricante o por el consumidor. Si un consumidor para recibir un determinado producto está pagando un precio excesivo debido al elevado coste que le transmite la empresa de distribución comercial, seguramente este consumidor esté dispuesto a ponerse en contacto directo con el fabricante de dicho producto aunque este proceso le suponga unas mayores molestias. De igual manera, si el fabricante detecta que las empresas de distribución cobran un coste no real por sus actividades estará dispuesto a organizar su sistema de distribución propio.


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