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Influencia de la legislación en la información medioambiental suministrada por las empresas

Enrique Rafael Blanco Richart

 

Contabilidad y Medio Ambiente

 

El Marco Conceptual de la A.E.C.A y el Medio Ambiente.

Elementos relacionados con la situación Económico-Financiera.

  Activos: Definición y Características Básicas.

 

El Marco Conceptual[1] los define como: “Un recurso controlado económicamente por la entidad, como resultado de hechos pasados, del cual resulta probable la obtención en el futuro de rendimientos por la entidad”. Por lo tanto las tres características básicas de un activo son:

 

a)                 El control económico ejercido por la entidad, frente a terceros, de esos beneficios, es decir su disponibilidad. Esta generación de beneficios futuros puede evidenciarse de diversas formas: Como elemento productivo de la empresa (una máquina, como posibilidad de convertirse en activo líquido al venderla, como la capacidad de reducir un pasivo exigible o de ser distribuido a los propietarios. (la cesión de un derecho para compensar una deuda) o la posibilidad de ser intercambiado por otros activos, diferentes de los líquidos (permutas, aportación de bienes a un negocio).

b)                La probabilidad de obtención de rendimientos futuros, por sí o en unión de otros elementos. Esta capacidad de un activo es lo que limita su vida, por lo que si dicha capacidad desaparece o se limita, se convierte en gasto en la misma medida. Esto puede producirse porque el bien físicamente se agota o su valor se deprecia por el uso, por circunstancias externas, que hagan que el activo no esté disponible para la empresa en un momento dado (un incendio, o un derecho que al vencimiento no se cobra) o porque el activo está sujeto a otras circunstancias (deuda en moneda extranjera, o mercancía sujeta a variaciones).

c)                 Ser resultado de hechos pasados. Que el hecho que permite el control o el derecho de la entidad a obtener esos beneficios, ya haya ocurrido, es decir sea debido a hechos pasados. Por lo tanto todo lo que suponga una expectativa de transacciones a realizar o de compromisos futuros a confirmar o sujeto a condiciones que inhabiliten su reconocimiento, no da lugar a un activo, sólo a información complementaria en la memoria.

Sin embargo no son características esenciales de un activo su Forma de obtenerlo (por compra, producción o donación), su Tangibilidad o corporeidad (sea material o inmaterial) o la Propiedad legal del bien ya que puede no tenerse la propiedad legal, pero si mantener su control efectivo (leasing).

El reconocimiento de un activo[2] se realizará en la medida en que se adquieran los derechos a recibir los rendimientos futuros, por haberse perfeccionado la transacción y permanecerá contabilizado mientras mantenga su capacidad de generación de estos rendimientos. La merma que sufra en esa capacidad modificará la valoración asignada al activo, adeudando su importe a la cuenta de Pérdidas y Ganancias o en la Memoria si se duda de ello. Todo reconocimiento de un activo genera automáticamente reconocer una contrapartida que puede ser un pasivo exigible, un ingreso, una disminución de gasto, una disminución de otro activo o un incremento de fondos propios.

 

q                   Activos medioambientales.  En la Recomendación[3] se establece que los gastos medioambientales podrán capitalizarse: Si aportan beneficios futuros o si se han llevado a cabo para evitar o reducir daños futuros o conservar recursos, y van a ser empleados de forma permanente a efectos de las actividades de la empresa, y si además, cumple uno de los siguientes requisitos:

-                   Alargan la vida, mejoran la capacidad productiva o mejoran la seguridad o eficiencia de los activos materiales de la sociedad.

-                   Los costes que reducen o previenen la contaminación medioambiental. No los gastos de limpieza de daños medioambientales pasados.

-                   Los costes de acondicionamiento de los bienes para su posterior enajenación.

-                   Los gastos medioambientales incurridos después de la adquisición, construcción y desarrollo del activo, siempre que se mantenga el concepto de recuperabilidad.

-                   En cualquier caso la activación tiene como límite la recuperabilidad futura de los costes en los que se ha incurrido. 

 

Si no se cumplen las anteriores condiciones se considerarán gastos. El ICAC especifica que los activos medioambientales: “Serán aquellos cuya finalidad principal sea la minimización del impacto medioambiental y la protección y mejora del medio ambiente, incluyendo la reducción o eliminación de la contaminación futura de las operaciones de la Entidad”.

 

Un ejemplo de esta problemática son los “Derechos de contaminación” o “Cuotas de emisión” [4]. Que pueden entenderse como activos ya que la empresa tiene el control económico de dicho derecho desde que, habiendo invertido en procesos de mejora que permitan contaminar menos, ( el hecho pasado) tiene derecho exclusivo a la venta del porcentaje de contaminación que le corresponde y que no utiliza, lo que le permite obtener un rendimiento futuro con su venta al existir un mercado más o menos organizado para ellos.

Como propuesta debería figurar en la redacción del Marco Conceptual:

 

 

7.2.1.- Activos

 

241.-      Activos medioambientales: Serán aquellos cuya finalidad principal sea la minimización del impacto medioambiental y la protección y mejora del medio ambiente, incluyendo la reducción, prevención o eliminación de la contaminación futura de las operaciones de la Entidad, y van a ser empleados de forma permanente a efectos de las actividades de la empresa, con independencia de que pueda o no incrementar los beneficios que aporten otros activos, entendidos éstos no sólo es su aspecto monetario sino en la disminución del coste social que muchos de estos activos reportan. 

 

 


 

 


 

[1] A.E.C.A. (1999). Marco conceptual para la información financiera. Pag. 69-71.

[2] A.E.C.A. (1999). Marco conceptual para la información financiera. Pag. 83.

[3] Recomendación de la Comisión relativa al reconocimiento, la medición y la publicación de las cuestiones medioambientales en las cuentas anuales y los informes anuales de las empresas. 30 de mayo de 2001. publicado en el Diario Oficial de las Comunidades el 13/06/2001.

[4] Cinco Días. (1999). “Las cuotas de emisión de gases contaminantes abren un nuevo mercado”.2/11

Cinco Días. (2000). “Francia inaugura el mercado de los permisos para contaminar”. 8/02

El País (2002).“Vendo toneladas de CO2 a buen precio”. 24/11

 


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