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Análisis crítico de la estructura organizacional en las OFCC

Álvaro Sánchez Cabrera

 

3. LA GESTIÓN ORGANIZACIONAL Y LOS DIFERENTES DISEÑOS ORGANIZACIONALES

3.1 DE LA GESTIÓN ECONÓMICA: La transformación de lo social, lo local y del vínculo cooperativo.

Al iniciar los años 80s, la fortaleza de la gestión económica se manifestaba desde años anteriores en el control de grupos de asociados que lideraban los procesos de construcción organizacional en las OFCC. Ello lo hacían a partir de los diferentes organismos de poder (consejo de administración, junta de vigilancia y demás comités especiales) que incluían naturalmente la gerencia general.

La agrupación de manera estructural a partir de concepciones burocráticas maquinistas, generaron organizaciones de diseño lineal que se caracterizaron por utilizar la forma de división del trabajo utilizada por el cooperativismo internacional y oficializada por la ley colombiana. Aquí el enfoque cooperativo de organización se articula de una manera directa con la gestión económica.

El liderazgo y la misma gestión organizacional en la mayoría de los casos recaían sobre el consejo de administración y la gerencia, con énfasis en la primera. El liderazgo trascendía de la organización cooperativa como tal a espacios propios de la base social, como lo eran los espacios de trabajo a que pertenecían sus asociados y se hacía extensivo a lo local (comunidad). La gestión estaba referida no solamente a los aspectos económico-sociales, sino también a las de administración como a las decisiones financieras. “El consejo de administración en estas cooperativas (se refiere a las de ahorro y crédito) ejercía un control mucho más eficaz (en los 80s) que ahora, o mejor que en los 90s. Estos tomaban decisiones de tipo económico (financieras), como la construcción de una nueva sede, prestamos del sector bancario, orientación para la colocación de los créditos etc.”. (t.e.6). Los paréntesis son míos.

Por el diseño lineal caracterizado en ésta época, el liderazgo y la gestión organizacional como actividades transcurren en las OFCC sin diferencias de linderos. Todo se da en la medida que no existe una clara delimitación de la autoridad sobre los diferentes procesos internos. Se intercalan también de manera inconsciente (tal vez) las responsabilidades de ciertas funciones. Es importante resaltar que la gestión económica debe ir impregnada de liderazgo en la medida que los directamente responsables dentro de la estructura formal son los consejos de administración y sus órganos complementarios.

Liderar la organización significó en el argot cotidiano de las OFCC un compromiso del proceso global de la gestión económica para trabajar lo social. Se palpó y facilitó ello por los niveles lineales de diseño con arreglos en la multiactividad. Esto se dio al menos en los primeros años de la década de los 80s. Posteriormente lo social a partir de la especialización financiera se va transformando como concepto.

3.1.1 Una definición para “lo social”

Guardando algunas excepciones, los consejos de administración además de ser organismos de conducción eran entes aglutinantes de procesos sociales. Los diseños lineales de las OFCC involucraban niveles (instancias) que eran financiadas para dinamizar procesos de construcción de viviendas, de colegios, de polideportivos, puestos de salud etc. Igualmente actividades de recreación, salud, artes etc. Las decisiones en torno de la gestión económica involucraron la generación de tejidos sociales. Este proceso llevaban implícito lo que ellos llamaban lo social.

Sin duda quienes mejor se desenvolvieron en ésta línea de trabajo de las OFCC, fueron algunas organizaciones cooperativas que desde su origen fueron más influenciados por los sindicatos (CONFIAR, AVANCEMOS, CUPOCREDITO, COOMULTRASAN), y las que nacieron en pequeños pueblos y/o influenciadas por la iglesia. (DONMATIAS, COPSIBATÉ y COOCENTRAL). La razón obedeció a que en sus modelos de gestión organizacional (llamados por ellos también, modelos empresariales, Modelo administrativo y de gestión, Modelo institucional cooperativo, y Modelo solidario y empresarial) hubo una tendencia fuerte a ver el objetivo social más allá de la incidencia en su base social respectiva.

Los tres comentarios siguientes son soporte para estas afirmaciones. “Las actividades sociales, la construcción de las primeras 20 casas, la recreación, la cultura y la capacitación, conformaron el amplio panorama que caracterizó la vida de la cooperativa entre 1982 y 1985.” (COOP. Financiera CONFIAR: Una historia de confiar, 1999: 27)

“No obstante, la última década (se refieren a los años 80s) abundan los resultados tangibles de lo social, en infraestructura social, de amplio beneficio comunitario en los cuales la cooperativa ha invertido gran parte de su plusvalía de generosidad: programas de vivienda, construcción y dotación del centro de la cultura, creación de la granja integral, creación del centro médico odontológico cooperativo, cofinanciación en la construcción del polideportivo, contribuciones importantes a entidades cívicas, inversiones en ampliación y dotación del hospital local y muchas realizaciones más que se describen a lo largo de este estudio.” (COOP. DONMATIAS, Una aventura, un pueblo: reseña histórica, 1993: 8)

“En cuanto hace al Balance Social de este periodo, se financia la pavimentación de calles en Granada y Sibaté, el acueducto de Usme y una antena de recepción de televisión en Puente Quetame (...) en Agosto de 1984 con la empresa del Muña y los industriales, COOSIBATÉ lleva 300 líneas telefónicas de la empresa de teléfonos de Bogotá. (...) esto constituye un éxito para Sibaté, que ve en la cooperativa la ejecución de una obra que las mismas autoridades municipales se habían visto imposibilitadas de realizar” (COOP. Financiera COOPSIBATÉ: 33 años de historia, 1995: 88)

Los anteriores elementos permiten dilucidar conceptualmente lo que se entendía por lo social a partir de una lógica cooperativa. En las OFCC lo social estaba en correspondencia directa con la realización de los principios cooperativos dentro de la base social, y su extensión a la comunidad a partir de hechos tangibles. Estos hechos concretos (construcción de una sede comunal, un polideportivos etc.) dinamizaban por lo general la participación de sectores de la comunidad en la solución de ciertos problemas, cohesionando y transformando realidades. La gestión económica, como se ha conceptualizado en ésta investigación, logró colocar a muchas de estas cooperativas como referencias locales, ganando consenso y siendo respetada por las comunidades. La organización en si interiorizó el concepto de comunidad dentro de su concepción organizacional “En todos nuestros discursos, se alimentó la idea de concebir el cooperativismo como un gran instrumento para el desarrollo regional. Podríamos decir que el mayor factor de productividad de una cooperativa abierta como la nuestra, es la comunidad” (Financiera COMULTRASAN: Una empresa social con pensamiento propio, 2002: 8)

Consecuencia de ello, floreció en primera instancia, elementos de ayuda mutua, intercambios no gananciosos, autogestión etc., que sé interrelacionaron paradójicamente con el control centralizado y, en algunos casos, con fuerte concentración de autoridad en lo que compete a la estructuración organizacional interna. “Centralismo con dosis suficientes de flexibilidad, tolerancia y campo para iniciativas personales, caracterizaron la Administración (consejo de administración y gerencias)”. (COOP. DONMATIAS, Una aventura, un pueblo: reseña histórica, 1993: 65)

En segunda instancia, la relativa simpleza del diseño lineal facilitó a las unidades de conducción estratégicas (consejos de administración y gerencias), la formación en concepciones cooperativas y solidarias. Ello en la medida que sus actividades laborales salían de los límites de la mera organización cooperativa y se interrelacionaron con la base social y lo local. Lo normal de este proceso fue la acumulación de experiencias desde lo social que dio bases para fortalecer (principalmente en las OFCC que mencionábamos antes) propuestas teóricas de modelos organizacionales. Al igual que lo comentado en el párrafo anterior esto no declinó en estructuraciones y diseños con tendencias horizontales. La cita siguiente nos da una idea de ello. “Darío Benítez, de escuela empírica y origen humilde, se formó en la universalidad de los principios cooperativos y fue su defensor acérrimo. Manejaba a COOPCENTRAL en términos administrativos muy verticales, así como lo hizo en un pequeñísimo almacén de consumo en su pueblo natal en años anteriores” (COOCENTRAL: Una financiera cooperativa en la provincia, 1996: 86).

La cooperación entendida en su acepción más simple significa acometer acciones y obras de forma conjunta (formas de trabajo) en la que la responsabilidad recae sobre grupos de personas comprometidas que se re-unen para ayudarse, y no sobre individuos aislados y separados unos de otros. Esta mínima forma de implementar la cooperación caracterizó los años 80s en las OFCC. En los años 90s la cooperación fue asumida como una mera coordinación (integración) y particularizada más al principio cooperativo de “cooperación entre cooperativas” pregonado por la ACI.

Lo social como parte circunscrita a una concepción organizacional hizo carrera en muchas OFCC. Así la gestión económica privilegió decisiones que comprometían el desarrollo organizacional sin descuidar el crecimiento como tal. De hecho esto no estaba en contravía con el enfoque cooperativo de organización que se estaba implementando, y cuyos avances llegaron hasta finales de la década 80. Lo cierto en que el enfoque cooperativo de organización forzó un poco al cumplimiento de los fines y objetivos de éstas cooperativas. Y lo mejor, que desbordó la dinámica interna organizacional hacia el trabajo con lo local bajo una concepción de transformación del medio donde se existía como organización.

3.1.2 Una definición para “lo local”

El impacto del desarrollo organizacional de las OFCC en lo local es otra línea interesante de investigación que vale la pena trabajar133. Por precisiones de los objetivos de ésta investigación, ello se sale de nuestras manos134. Solo nos remitiremos a analizar la relación de la gestión económica dentro de una concepción organizacional con la base social y lo local.

Uno de los roles dados al cooperativismo en general, ha sido entenderlo como una fuerza empresarial que debe ser articulada a las propuestas de desarrollo regional y nacional. De hecho una de sus agremiaciones internacionales (ACI) lo tiene como principio cooperativo. (Séptimo principio “interés por la comunidad”). Este interés se manifiesta en las OFCC a partir también, de la preocupación que han esgrimido por las comunidades donde viven sus miembros. Esto igualmente los diferencia del SFTC. “Este sentimiento de progreso y engrandecimiento de empresa reunía dos elementos inseparables para los directivos de COOPERAMOS en el Tolima: Crecimiento empresarial y financiero por un lado y transformación social y cultural de la comunidad por el otro”. (t.e.31)135

Esta preocupación ha sido mayor en unos años que en otros. Por ejemplo en los inicios de los años 80s era muy común reivindicar los aportes hechos de la organización cooperativa a la base social y a la comunidad donde estaban insertos. El interés disminuye en los años 90s en la medida que la especialización financiera trae nuevos elementos de la racionalidad en el manejo del recurso financiero. La preocupación de la comunidad como un todo pasa a ordenes secundarios. Se mantiene solo hasta cierto punto la reivindicación del trabajo hacía los asociados. Igual comportamiento tuvo la gestión económica durante estas dos décadas (más intensa en los primeros años de los 80s y menos en los posteriores), ya que la preocupación hacía la comunidad fue uno de sus componentes principales.

“Nada amenaza tanto la viabilidad a largo plazo de la idea cooperativa como la erosión de la comunidad, de la misma forma, nada le da a la organización cooperativa un punto más fuerte de diferenciación respecto de sus competidores que su compromiso para mantener la comunidad local” (DAVIS Peter 1999:29). Lo local sin duda fue entendido por algunos dirigentes cooperativos como sinónimo de comunidad. Sin embargo el concepto más preciso aplicado a la realidad de las OFCC fue el que se asocia con desarrollo organizacional, transformación social, y vinculo cooperativo. “Lo local es en sí un agente de transformación y no un mero soporte de los recursos y de las actividades financieras que las cooperativas financieras invierten en sus localidades de su influencia, a través de diferentes obras de infraestructuras. Estas (se refiere a las obras de infraestructura) pueden ser solamente el punto de partida del desarrollo de una comunidad regional (...) constituye un potencial de desarrollo igual que otros”. Comentaba el subgerente general de la financiera avancemos Inmer torres. (t.e.9)136. El paréntesis de aclaración es mío.

Muchas de las decisiones enmarcadas dentro de la gestión económica en las OFCC, apuntaron a proveer servicios de infraestructura que unió e influyó en gran cantidad de personas. Se resalta que estas obras de infraestructura se suscribieron en dinamizar procesos educativos y de organización social bajo el concepto de lo social (construcción de escuelas, parques etc). De las organizaciones que hacen parte de la muestra para esta investigación, COOPCENTRAL y COOPSIBATÉ lograron en lo primeros años de la década 80, crear obras de infraestructura que iban más allá de los aspectos educativos y de organización social. Nos referimos a la creación de vías137, centrales de abastecimiento etc., que éstas organizaciones cooperativas realizaron, quizás por su origen regional rural y por su estructura multiactiva.

Lo local entonces estaba más referido a un escenario donde está inserta físicamente la base social. Este se transforma socialmente por las decisiones que en su favor emanaron las organizaciones cooperativas. Detrás de cada decisión había un cumplimiento implícito de los objetivos y fines, en el sentido de buscar un aumento en la calidad de vida de su base social. Lo local se convierte en el escenario a partir de la cual, el desarrollo organizacional tomó vida. Este comentario se puede apreciar en el siguiente ejemplo: “Algunas Alcaldías Municipales entendieron la importancia de hacer partícipe a la comunidad en el desarrollo de la infraestructura del país, y fue así como desarrollamos proyectos mancomunados Alcaldía-Comunidad-Cupocrédito, de electrificación veredal, telefonía, pavimentación, construcción de caminos, y acueductos veredales, que han permitido elevar el nivel de vida de personas que hasta hace poco, carecían de servicios de agua potable y luz eléctrica o de facilidad de transporte para vender sus diferentes productos en los centros de comercialización (...) Iniciamos un proceso de formación de líderes comunitarios basado en el compromiso y desarrollo local. (Cupocrédito: Informe a la Asamblea General, 1994: 17).

Pero para que lo local sea un verdadero espacio de transformación social, necesita que la organización financiera cooperativa sea participe con un diseño específico, lo que facilitará la interrelación del ente organizacional con su base social. Esto es que tenga los mecanismos organizacionales para crear raíces en sus entornos sociales. Ello posibilita la creación de un vinculo de doble vía, entre la cooperativa y la base social. En vocablos para esta investigación lo llamaríamos vínculo cooperativo.

El concepto de vínculo cooperativo hace referencia al “conjunto de relaciones que se dan entre los asociados y entre éstos y la empresa cooperativa. Estas relaciones se caracterizan por ser actos de confianza, de lealtad, de sentido de pertenencia y de lazos de sangre. (...)...el vínculo cooperativo es lo que hace realidad que una cooperativa sea la suma de su base social y la empresa” (BUCHELI Marieta, y DÁVILA Ricardo, 1998:29).

El vínculo cooperativo permitió un cierto ambiente “familiar” en la relación de la base social con los organismos de conducción de éstas cooperativas. Igualmente relaciones más personalizadas y poco regidas por procedimientos formalizados. En éste contexto la gestión económica asumió posiciones, que llevaban implícitas en sus decisiones elementos que favorecían al conjunto de la base social.

Cuando el crecimiento fue una realidad, los diseños organizacionales lineales dieron paso a las organizaciones de diseños funcionales y mixtos. Lo social, lo local, y el vínculo cooperativo adquieren algunas transformaciones.

La gestión económica en términos de estos tres conceptos va perdiendo dinámica y se va desdibujando. En los mediados de los años 90s, ya su incidencia dentro de la gestión organizacional es mínima. Los diseños organizacionales permiten a partir de los departamentos de promoción social (desarrollo social, Desarrollo cooperativa etc.) algunas relaciones puntuales con la comunidad y su base social. Es a través de estas instancias que las OFCC adquieren la responsabilidad social y su relación con su entorno social.

Aunque las OFCC todas estaban organizadas gremialmente (CONFECOOP, ACOVALLE, ASACOOP etc.) y asociadas-propietarias de los bancos cooperativos, no hubo unidad de criterios desde la gestión económica, para asumirse como propuesta real de desarrollo en lo nacional. En éste sentido la gestión organizacional de las OFCC no logró aglutinar un movimiento cooperativo que bajo una misma línea mantuviera los conceptos que se desprendían de sus desarrollos: lo local, lo social, y vínculo cooperativo.

Lo social se limitó a la generación de empleo y a las derivaciones positivas que genera el acceso a los créditos: niveles de consumos, aumento de la producción, promoción de grupos de ahorro, nivel de vida (no confundirlo con calidad de vida), etc. Estos elementos dentro de la estructura formal se convierten en los nuevos fines y objetivos organizacionales a alcanzar. Lo local como escenario de transformación pierde igualmente validez. En la medida que el crecimiento es precedido por la apertura de oficinas/agencias/sucursales en extensiones geográficas disímiles, lo local se vuelve más amorfo. En este punto de vista la sustentación que hace las OFCC a finales del siglo XX de lo local, recoge la fundamentación de los programas de microcredito en su relación con la región139.

El concepto de vínculo cooperativo toma un carácter más comercial en este mismo periodo de tiempo. Los terceros, los inversionistas y los asociados tradicionales engrosan la gran familia cooperativa al decir de un cooperativista. Los ajustes en los diseños funcionales (línea 0800, atención al cliente, sección de reclamos etc.) intentan estrechar la relación entre estos actores y la organización cooperativa. En palabras de un cooperativista “moderno”, todo ello “está en función del servicio al cliente, al asociado, al ahorrador, al inversionista, contribuyendo al desarrollo social con altos niveles de calidad”. El vínculo de las OFCC con la “gran familia cooperativa” se torna en una relación de servicios financieros que se profundiza en la medida que sea excelente y oportuno. Desde este enfoque la “gran familia” fue considerada como clientes.

 


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