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Análisis crítico de la estructura organizacional en las OFCC

Alvaro Sánchez Cabrera

 

3. TERCERA FASE DE CRECIMIENTO Y DESARROLLO ORGANIZACIONAL: Consolidación y expansión y sus connotaciones frente a la estructura organizacional.

Las décadas del 80s y de los 90s, las cuales corresponden a nuestro periodo histórico de estudio, se inician con el preámbulo de una recensión económica que afectó principalmente al sector industrial provocándose el cierre sistemático de muchas empresas y con ello el aumento del desempleo. Es así como en 1982 bajo los primeros meses de gobierno del conservador Belisario Betancur, cuando la crisis financiera terminó de llenar la copa: El grupo Grancolombiano y el Banco de Estado, las compañías aseguradoras que actuaban en el establecimiento de crédito, entre otros, tienen problemas por sus continuos autopréstamos y operaciones especulativas que hacen a costa de los pequeños ahorradores. Esta crisis económica tiene su punto álgido en 1984 cuando el desempleo alcanzó 16% y se palpó el aumento de las actividades del sector informal.

Un año antes de la crisis de 1982, se promulga la ley 24 de 1981 con el mismo espíritu de las anteriores, en el sentido de fomentar como alternativa socioeconómica la iniciativa cooperativa. El crecimiento global del sector cooperativo financiero (incluye las OFCC de nuestra muestra) durante 1982-1986 con ayuda estatal, fue de gran magnitud. “Las captaciones de asociados y terceros crecieron a una tasa promedio anual de 86.4% (...) el crecimiento promedio anual de la cartera del sistema cooperativo fue de 52.4%, obviamente superando el desempeño del resto de intermediarios financieros” (MARTÍNEZ N., Néstor, 1988: 56)

Simultáneamente a ello, se encontraban en período de fortalecimiento las mafias del narcotráfico que por su gran capacidad financiera penetraron, en claras alianzas con sectores empresariales y estatales, muchas regiones colombianas con sus notables incidencias en la vida económica, política, social y cultural de nuestro país.

3.1 El desempleo y el cooperativismo financiero.

Para los años 90s sumado a las crisis cíclicas económicas están los desempleados que pierden sus puestos por diferentes motivos. Se destacan entre otros, la revolución informática que al crear procesos de producción automatizados y autorregulados, desvinculan mano de obra; a la sacralización del mercado y de sus conceptos de eficiencia, eficacia y efectividad; y a los diferentes ajustes estructurales que Colombia viene realizando con la complacencia y asesoría de los organismos multilaterales internacionales (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo) .

El desempleo como problema endémico de nuestra sociedad postmoderna, se ve agravado en nuestra patria y tal vez en muchos países del llamado tercer mundo (hoy conocidos como países emergentes) por la carencia de un Estado benefactor. Recordemos que nuestro Estado no asegura, a los que quedan sin trabajo, medios de subsistencia como el seguro de desempleo, o ciertas ayudas que las políticas sociales de cualquier país civilizado entregan para garantizar la insertación o re-insertacion en el mercado de trabajo.

El desempleo como gran problema que caracteriza los finales de los 80s y todos los 90s fue, y es muy duro decirlo, un aliciente para la creación y fortalecimiento de iniciativas organizacionales solidarias o cooperativas. Los conceptos de economía social (Europa) o Economía Solidaria (América Latina) se fortalecen lastimosamente bajo el paradigma de pobreza y marginación vinculada con el desempleo que afronta nuestras sociedades. En muy pocos casos son reconocidos como proyectos de vida que se erigen en propuestas de cambio a la forma de organizarse la sociedad post-industrial. Indudablemente esto genera nuevos retos entre ellos, construir una sociedad donde el trabajo asalariado no sea el medio principal de asegurar la subsistencia83.

Desde esta lógica muchas de las más importantes organizaciones gremiales colombianas del sector cooperativo de segundo y tercer grado en la “década perdida”, la de los 80, reorientaron sus actividades organizativas-gremiales a la construcción de un tejido empresarial. Ello se mostró en las continuas asesorías de carácter organizacional, administrativo y financiero a las cooperativas con dinámica de ahorro y crédito fundamentalmente. Dio impulso a enfoques de organización y de gestión organizacional que apuntaron al crecimiento sostenido del tejido empresarial, sobre la base que lográndolo, automáticamente se daba la generación de empleo.

En lo teórico, entre otras, la construcción del tejido empresarial se fundamentó a partir de las potencialidades que emanan las organizaciones de carácter social manifestadas en algunas formas organizativas y asociativas coherentes con el desarrollo a escala humana84, y en generación de niveles de cooperación y solidaridad. Todo ello en buscar un mejor estar (calidad de vida) de los miembros y sus respectivas bases sociales. En lo práctico, se trabajó las variables de crecimiento supeditadas a las variables de desarrollo. Llevó esto implícito, y como consecuencia innegable de lo anterior, a la creación de empleo.

En este marco es importante mencionar lo desarrollado por organizaciones de segundo y tercer grado que en convenios con instituciones estatales como el SENA aportaron elementos teóricos y prácticos para las diferentes transformaciones de la estructura organización de las OFCC. En especial lo relacionado con las estructuras formales de estas organizaciones, lo que generó también una línea de construcción enfocada a un cooperativismo financiero con estructuras no federadas (diferente como lo es en muchos países como Alemania, Canadá, Dinamarca, Suecia, etc.) pero si atomizadas. Por su misma filosofía de estructuración organizativa compiten entre sí por un mismo mercado, y en muchos casos compartiendo sectores importantes de sus bases sociales.

Las asesorías técnicas y organizacionales en los años 80s de UCONAL, FUNDECOOP (la fundación del Bancoop), CONFECOOP, ASCOOP y el mismo SENA, principalmente prestadas a las cooperativas del SFCC, se diferenciaron en cosas muy mínimas a las dadas por las fundaciones del sector privado que apoyaron en sus momentos, las iniciativas empresariales tanto cooperativas como individuales. (FUNDAEMPRESAS, Fundación MAC, fundación CARVAJAL, la FES etc., lo mismo que las fundaciones empresariales de los grupos económicos y financieros de nuestro país). Todo en el sentido de hacer de una cooperativa u organización de carácter social una empresa que funciona solamente como un negocio, partiendo de la lógica de reunirse o asociarse en un proyecto empresarial para suplir algunas necesidades que, a la postre, terminan convirtiéndose en alternativas que no trascienden sino solamente para solucionar problemas de desempleo.

Los enfoques de construcción de organización, en nuestro criterio, no diferenciaron el carácter social de las entidades asesoradas. Se dirigieron hacia los procesos internos y de construcción de empresas reforzado desde lo teórico en el enfoque cooperativo de organización, y en la realidad en la implementación del enfoque privado de organización. Trajo como consecuencia lo anterior, un proceso lento pero seguro de desnaturalización como organizaciones sui generis que olvidó, o dejó en segundo plano, la base social y su articulación con la razón de ser de estas organizaciones y, en un tercer plano la incidencia en el entorno y su interrelación con el desarrollo de lo local.

Las asesorías igualmente se manifestaron en la creación de mecanismos racionales desde lo técnico, enfocadas fundamentalmente hacia problemas estructurales que las OFCC en algún momento tenían: a. La falta de financiamiento, b. Deficiencia tecnológica, c. Deficiencia en la gestión empresarial, y d. La profesionalización del manejo financiero.

En la década del neoliberalismo (los 90s) y presionado por los designios del mercado, para las OFCC el empleo pasa de ser la potencialidad numero uno, a tornarse en un problema. Efectivamente, estas organizaciones en la medida que entran en la onda del crecimiento con poco desarrollo, se ven obligadas a reformar sus estructuras formales nuevamente. Esto con el fin de ser catalogadas como conjunto de organizaciones eficientes y entrar así, en los estándares de medición del sector financiero de lucro. Dos comentarios aclaran lo anterior. “Se hizo un proceso de reingeniería dentro de la cooperativa. Teníamos contradicciones en el consejo de administración: no todos estaban a favor de las grandes reformas. (...) Simultáneamente tuvimos que reducirnos de 528 funcionarios a 247” (Financiera COMULTRASAN: Una empresa social con pensamiento propio, 2002: 24).

Dentro de los esfuerzos hechos en este año se logró una disminución de funcionarios pasando de 503 en diciembre 1996 a 458 en el mismo mes de 1997, aumentando así la eficiencia por empleado” (Informe anual de 1997 de la gerencia general de la Coop. Financiera SOLIDARIOS a la XXXV asamblea de delegados).

En su afán de volverse “competitivos” y ganar un “crecimiento empresarial sostenible” la estructura organizacional (La estructura formal o esquema organizacional, y la estructura informal o estructura social) se vio atravesada por los conceptos de boga globalizados y globalizantes como desregularización, flexibilización laboral, salario integral, liberalización financiera, mercado de capitales etc., etc., que dieron las nuevas pautas para los rediseños organizacionales85.

 


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