Lissette Concepción Maure*
Abel Goya Valdivia**
lissette@uclv.cu
Universidad Central ``Marta Abreu`` de Las Villas. Cuba
RESUMEN
La evaluación de la  vulnerabilidad social ante un accidente tecnológico determina el grado de  susceptibilidad y predisposición al daño de los elementos expuestos. Estimar la  capacidad de un sistema para absorber o agravar el impacto de un suceso,  permite orientar la planificación de políticas públicas de prevención y  mitigación. El presente artículo propone un modelo para estimar el agravamiento  del impacto ante un accidente en función de la vulnerabilidad existente en las  áreas expuestas. El modelo considera la inexistencia de valores absolutos de  los descriptores, teniendo en cuenta la incertidumbre y subjetividad asociada. Esto  facilita la valoración de los expertos sobre las condiciones del medio, y el  procesamiento de variables y calificaciones lingüísticas. Para mostrar su  aplicabilidad se ha elegido el área  probable de afectación del almacén tecnológico de gas licuado del petróleo,  Santa Clara, Cuba. El análisis de los descriptores de vulnerabilidad arrojo que  el nivel de agravamiento del impacto ante un evento de riesgo en esta área es  de 1,29 veces el valor de consecuencias iniciales, dada la vulnerabilidad  social existente.
Palabras claves: accidentes tecnológicos, agravamiento del impacto, evaluación holística  del riesgo, incertidumbre en la toma de decisiones, vulnerabilidad social.
Clasificación JEL: D81, Q51
ABSTRACT
  The assessment of social  vulnerability to a technological accident determines the degree of  susceptibility and predisposition to damage of the exposed elements. Estimating  the capacity of a system to absorb or aggravate the impact of an event, allows guiding  the planning of public policies of prevention and mitigation. The present  article proposes a model to estimate the aggravation of the impact before an  accident due to the vulnerability existing in the exposed areas. The model  considers the absence of absolute values of the descriptors, taking into  account the uncertainty and associated subjectivity. This facilitates the  assessment of the experts on the conditions of the environment, and the  processing of variables and linguistic qualifications. In order to show its  applicability, has been chosen the probable area of affectation to store of  the liquefied petroleum gas technology, Santa Clara, Cuba. The analysis of  vulnerability descriptors showed that the level of aggravation of the impact to  a risk event in this area is 1.29 times the value of initial consequences given  the existing social vulnerability.
  Keywords: technological accidents - aggravation of impact - holistic risk assessment - uncertainty  in decision-making - social vulnerability.
  JEL Classification: D81, Q51
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato: 
 Lissette Concepción Maure y Abel Goya Valdivia (2017): “Evaluación de la vulnerabilidad social en las áreas expuestas a riesgos tecnológicos”, Revista OIDLES, n. 23 (diciembre 2017). En línea:
 http://www.eumed.net/rev/oidles/23/vulnerabilidad-social.html
 http://hdl.handle.net/20.500.11763/oidles23vulnerabilidad-social
La industria moderna se caracteriza por un continuo  crecimiento de la potencia unitaria de sus instalaciones, con el objetivo de  alcanzar mejores rendimientos. Independiente del desarrollo científico-técnico,  el aumento del grado de complejidad de los procesos tecnológicos que acompañan  su evolución genera condiciones de riesgo y vulnerabilidad en la sociedad y el  medio natural que actúa como soporte de la misma. Esta situación se amplifica por  el crecimiento demográfico que conlleva a una urbanización no planificada  cercana al sector industrial.
   Ante esta realidad, el paradigma de la gestión del  riesgo tecnológico y el enfoque conceptual – económico, social y ambiental– que  lo subyace, han evolucionado desde el punto de vista teórico de una manera  notable. Este campo de investigación aporta relevantes elementos de análisis,  en un momento donde el progreso tecno-científico representa contantemente el  ascenso a una “sociedad de riesgo”.
   El riesgo tecnológico se ha intentado evaluar, para  efectos de su gestión, como las posibles consecuencias económicas, sociales y  ambientales que pueden ocurrir en un lugar y en un tiempo determinado como  consecuencia del funcionamiento deficiente o accidente de una tecnología  aplicada en una actividad (Bosque et al., 2004).  Para evaluar el riesgo es necesario estimar el daño físico esperado, las  víctimas o pérdidas económicas equivalentes, y los factores sociales  relacionados con las comunidades expuestas (Cardona y Hurtado, 2000). Este  proceso metodológico considera el desastre como un evento socioambiental cuya  materialización es el resultado de la construcción social del riesgo (Instituto  de Estudios Ambientales (IDEA), 2005).
   La gestión de riesgo tecnológico no está solo orientada  a la reducción del mismo, sino a la comprensión que en términos sociales se  requiere de la participación de los diversos estratos, sectores de interés y  grupos representativos de conductas y modos de vida, para comprender como se  construye un riesgo social. Bosque et al. (2002) plantea que no se trata  simplemente de reducir la vulnerabilidad, sino la búsqueda de acuerdos sociales  para soportar o utilizar productivamente los impactos, sin eliminar la  obtención inmediata de beneficios.
   El riesgo tecnológico y la vulnerabilidad del sistema  ante un accidente probable se han convertido en la noción clave sobre la que  pivotan gran parte de los diagnósticos sociales (económicos, políticos,  técnicos, jurídicos o sociológicos). Actualmente no existen indicadores ampliamente  aceptados para evaluar la vulnerabilidad de un área afectada ante un evento  tecnológico (Carreño et al., 2006; Cardona, 2008; Barbat et al., 2011;  Bohórquez, 2013). En este marco, es necesario mejorar la presentación y uso de  la información, para la formulación de políticas de inversión en prevención,  mitigación y recuperación de catástrofes. Así como, proporcionar instrumentos  de medida de la vulnerabilidad en el territorio y su capacidad de gestión, con  objeto de evaluar los efectos de las políticas públicas desarrolladas.
   Desde el punto de vista conceptual,  técnico-científico, es un desafío medir la vulnerabilidad ante accidentes  tecnológicos mediante un índice representativo y robusto, para la formulación  de políticas a nivel empresarial y territorial (IDEA, 2005). Esto se debe, a la  complejidad de lo que se espera reflejar, el gran cúmulo de datos y el grado de  incertidumbre y subjetividad relacionado con este tipo de estudio  (Darbra y  Casal, 2008).
   Puesto que la vulnerabilidad ante accidentes  tecnológicos es un problema visible al que se enfrentan las sociedades,  comprender y analizar la situación desde un enfoque que considere todos los  factores implicados, permite encaminar de mejor manera la elaboración de las  políticas públicas. Un índice de vulnerabilidad multidimensional permitirá no  solo definir y categorizar la vulnerabilidad de un área, sino ser un  instrumento de apoyo a la acción pública para destinar recursos y establecer  políticas de prevención y mitigación de catástrofes.
   En el presente artículo se realiza un análisis  descriptivo explicativo sobre los diferentes conceptos de vulnerabilidad,  esquematizando sus criterios de medición ante accidentes tecnológicos. Se  propone un índice que permita estimar el agravamiento del impacto ante un  accidente tecnológico analizada la vulnerabilidad territorial en las áreas  expuestas.
Las investigaciones sobre los riesgos tecnológicos, comúnmente consideran que su magnitud es consecuencia de la interacción de los siguientes factores:
La vulnerabilidad es considerada como la predisposición intrínseca o susceptibilidad física, económica, política o social que tiene una comunidad de ser afectada o sufrir daños en caso que un fenómeno desestabilizador de origen natural o antropogénico se manifieste. La diferencia de vulnerabilidad del contexto y material expuesto ante un fenómeno peligroso determina el carácter selectivo de la severidad de los efectos de dicho fenómeno (Díaz Muñoz y Díaz Castillo, 2002; Ruíz, 2011).
Según el modelo conceptual de riesgo propuesto por Cardona (2001) una evaluación holística del riesgo constituye una función de un conjunto de factores de vulnerabilidad, algunos de ellos caracterizan la vulnerabilidad física y otros las condiciones del contexto. La vulnerabilidad física representa el daño esperado en las infraestructuras, el número de víctimas, las pérdidas económicas y medioambientales (efectos de primer orden). Mientras que la vulnerabilidad del contexto depende del grado de exposición, fragilidad social y la falta de resiliencia que favorecen que se produzcan los daños (efectos de segundo orden). Este enfoque es esquematizado por (Carreño et al., 2014) como se muestra en la figura 1.
Aceptando la hipótesis de que existe una alta relación entre las carencias de desarrollo y el agravamiento del impacto de un suceso peligroso en un área Cardona (2006) propone los siguientes factores que condicionan la vulnerabilidad:
Este tipo de  planteamiento intenta integrar de manera holística la lectura de las ciencias  físicas y las ciencias sociales, con el fin de tener una visión completa de los  factores que originan o exacerban la vulnerabilidad, teniendo en cuenta los  aspectos de resistencia física ante los fenómenos y los aspectos prevalecientes  de autoprotección individual y colectiva.
   Por definición, un territorio expuesto ante un  accidente tecnológico es un territorio vulnerable En el proceso de evaluación,  la frecuencia histórica de episodios catastróficos suele considerarse un factor  que acrecienta su probabilidad de ocurrencia. Por ello, la frecuencia de  desastres pasados de forma indirecta también es un indicador de vulnerabilidad (Vázquez y Méndez, 2011).
   El análisis, estimación y traducción de las  amenazas o peligros, en un escenario especifico, constituyen la base para la  identificación de la vulnerabilidad. No se es vulnerable si no existe una  amenaza, mientras que el grado de susceptibilidad de un escenario depende de la  severidad de las mismas. Por ello es fundamental la realización de estudios con  enfoque de multiamenazas, que permitan delimitar todos los peligros y  vulnerabilidades, identificar elementos comunes a las mismas, y jerarquizar los  factores de vulnerabilidad.
   Los elementos del territorio responden de  distintas formas a los eventos de naturaleza catastrófica en función de sus  características internas. La vulnerabilidad intrínseca está asociada a los  elementos, como concepto multidimensional en cuyo análisis participan multitud  de factores, por ejemplo: edad, tipo de estudios, sexo, etnia, nivel económico.  La vulnerabilidad territorial de tipo social tiene una importancia  transcendental en el efecto real de los eventos de riesgos. La estructura  social que se asienta sobre un espacio condiciona en gran medida su propia  vulnerabilidad y capacidad de hacer frente. Existe una estrecha relación entre  la vulnerabilidad intrínseca de los elementos y el nivel de severidad del  evento. Así, los efectos producidos por un evento de baja magnitud podrán ser  más mitigables que eventos de alta intensidad. 
   En los países en desarrollo la vulnerabilidad  social es, en la mayoría de los casos, la causa de las condiciones de  vulnerabilidad física. A diferencia de la amenaza que actúa como agente  detonante, la vulnerabilidad social es una condición que se gesta, acumula y  permanece de forma continua en el tiempo. Por esta razón se hace necesario el  conocimiento acerca de la percepción individual y colectiva del riesgo. Así  como, las características culturales, de desarrollo y organización que  favorecen o impiden su prevención y mitigación.
   Debido a los enfoques de las diferentes  disciplinas relacionadas, existe una alta fragmentación que no ha permitido  concluir una teoría consistente y coherente del riesgo tecnológico y la  vulnerabilidad territorial desde la perspectiva de los desastres. Parte de las  dificultades para lograr una gestión efectiva del riesgo ha sido la falta de  una concepción integral que facilite su estimación e intervención desde una  perspectiva multidisciplinar (Cardona, 2008). En otras palabras, la  ausencia de una teoría holística del riesgo, desde el punto de vista de los  desastres tecnológicos, ha contribuido en parte a que el problema crezca a una  velocidad mayor que la velocidad de sus soluciones. 
2.2 Criterios  para medir la vulnerabilidad territorial ante un accidente tecnológico 
   Los principales retos en la investigación de la  vulnerabilidad social se basan en el desarrollo de indicadores apropiados a  este tipo de conceptos, los cuales hasta el momento resultan ambiguos y  complejos. Un elemento esencial a considerar son las dimensiones  espacio-temporales de la vulnerabilidad, así como a la aplicabilidad en la  investigación para ordenar los territorios y planificar acciones de  emergencias.
   Los indicadores deben expresar mediante un  valor la información sintetizada que proporcionan los diversos parámetros o  variables que afectan el área que se quiere analizar. A través de la  comparación de los indicadores se puede observar la evolución en el tiempo y  estudiar tendencias acerca de la situación que se mide y/o contrastar la  diversidad entre los espacios. No existe un indicador que resuelva la totalidad  de posibilidades que se despliegan sobre la temática. Esta característica es  consecuencia de la naturaleza polisémica del término, y de sus atributos, ya  que se es vulnerable dependiendo de las amenazas que influyen sobre un ente.
   Entre las dimensiones de vulnerabilidad más  abordadas en la literatura se encuentran:
Sin negar las  dimensiones estructurales y procesuales de la vulnerabilidad social, se torna  necesario considerar e incorporar en esta definición, las diversas  disposiciones, acciones y prácticas humanas que la reproducen o resisten. Una  de las primeras aportaciones realizadas en este ámbito, es la propuesta por Anderson (2000), esta no sólo buscan  identificar y caracterizar las distintas dimensiones de la vulnerabilidad, sino  que incorpora los recursos y fortalezas que poseen las comunidades, bajo el  término de capacidad. 
   Esta metodología, se  basa en los supuestos de que el proceso de desarrollo se caracteriza por la  reducción de las vulnerabilidades y la potenciación de capacidades de  prevención, anticipación, resistencia y recuperación ante el riesgo de amenazas  antrópicas y/o naturales. Los programas y proyectos en gestión del riesgo, no  pueden ser neutrales respecto al factor desarrollo. Es decir, cuando los  esfuerzos en la planificación y ejecución de las acciones, no consideran la  dimensión del desarrollo, sólo se están reforzando y fortaleciendo capacidades  de mediano/corto alcance.
   El modelo propuesto  proporciona información sobre la capacidad y vulnerabilidad de un área en tres  ámbitos relacionados:
Para desarrollar un modelo que caracterice la vulnerabilidad del sistema es necesario que participen en su construcción diferentes expertos con un alto grado de multidisciplinaridad. Donde se trata de capturar el conocimiento tácito que se deriva de su experiencia en el funcionamiento de la empresa y la localidad. La mayoría de las veces las valoraciones son acertadas, pero con carácter empírico, sin un sustento sólido y de manera cualitativa, donde establecer un grado de concordancia entre los mismos o estimar un supuesto resulta extremadamente difícil. De ahí la necesidad de procesar las variables cualitativas y las calificaciones lingüísticas que se obtengan de dichas opiniones; analizando la relación existente entre los diferentes predicados.
2.3 propuesta de diseño de un modelo de evaluación de la vulnerabilidad  territorial en un área propensa a accidentes tecnológicos mayores 
   En este  acápite se propone un enfoque conceptual para la evaluación de la  vulnerabilidad territorial y su influencia en el agravamiento del impacto dada  la ocurrencia de un evento desestabilizador de carácter tecnológico. El modelo  asocia las diferentes dimensiones de la vulnerabilidad y la capacidad de  respuesta del área afectada a través del reconocimiento de su falta de  homeostasis y falta de resiliencia. Las variables se evalúan de una manera  consistente y coherente, aun cuando representen aspectos que no son excluyentes  y se desconoce la incidencia de unos sobre los otros. 
   El diseño  del indicador tiene en cuenta la incertidumbre y subjetividad asociada a la  medición de la vulnerabilidad social. Como solución a la problemática de la  disponibilidad de información, los datos necesarios son sustituidos por la  opinión de expertos, procesando las variables cualitativas y las  clasificaciones lingüísticas obtenidas en lugar de valores numéricos. En este  sentido utiliza la lógica difusa compensatoria, cuya robustez ha sido  demostrada en el manejo de la vaguedad e incertidumbre asociada a la  información (Cabrerizo  et al., 2008; Carrasco et al., 2011).
   La modelación del árbol difuso que describe la relación  existente entre los descriptores y la asociación de datos (variables difusas, etiquetas lingüísticas, o números  continuos)  es realizada en el software Fuzzy tree  studio. Así como la evaluación de los  predicados a través de la lógica difusa compensatoria, lo cual permite al  agente decisor despreocuparse por el trasfondo matemático y centrar su atención  en la formulación verbal del modelo decisional.
   La figura 2 muestra el diseño  del árbol difuso a evaluar para la estimación de coeficiente de agravamiento  del impacto ante un evento tecnológico, dada la vulnerabilidad social  existente. Los descriptores incluidos fueron considerados como los más  significativos para cada categoría. Estos pueden ser modificados de acuerdos  con las características del área o consideraciones de los evaluadores.
La evaluación de los descriptores se realiza a partir del uso de calificaciones donde en un trabajo de mesa con el grupo de experto se consensa el comportamiento del descriptor i en el área j. En este análisis el descriptor toma un valor de verdad entre 0 y 1 donde los valores más cercanos a 1 indican el grado de cumplimiento del planteamiento del descriptor en el área. Mientras que un valor de verdad inferior a 0,5 indica la falsedad del predicado, y asume como pésimo el descriptor analizado. Con el fin de apoyar el proceso de evaluación y el estabelecimiento de comparaciones entre áreas se propone la escala mostrada en la tabla 1.2
Con el objetivo de mostrar el funcionamiento del  modelo diseñado, evaluar su funcionalidad y validar la adecuación de cada uno  de los descriptores a un objetivo práctico se seleccionó como caso de estudio  el área circundante al almacén tecnológico de gas licuado del petróleo (GLP),  ubicado en un área urbana de la ciudad de Santa Clara.
   El almacén dispone dentro de su área cercada de 11 400  m2, la superficie construida no supera el 50% del total. El  equipamiento principal está compuesto por cinco tanques cilíndricos de acero  colocados horizontalmente sobre dos soportes en forma de silleta. Cuatro balas  son tanques de almacenamiento de GLP con una capacidad de 60 toneladas, y la  bala número cinco con capacidad de una tonelada en función de recipiente  recuperador. Además, en el área se disponen los compresores y las bombas para  las operaciones.
   La onda expansiva del GLP está en el orden de los 8,6  kgf/cm². Sin embargo, en literaturas especializadas se hace alusión a que los  efectos explosivos de una tonelada de GLP, es equivalente a 0,42 t de TNT. Al  inflamarse bajo un proceso de combustión completa, un kilogramo de GLP  desprende una energía calorífica superior a las 10 000kcal/kg, suficiente para  crear condiciones desfavorables para el medio en que se encuentre, así como  para propagar el incendio hacia el medio colindante por radiación o convección,  cuando exista presencia en el mismo de sustancias o materiales combustibles o  inflamables. Un kilogramo de GLP es capaz de combustionar en 0,4 segundos,  siendo imposible evitar su propagación. Al ser más denso que el aire posee una  significativa velocidad de difusión, lo cual aumenta la probabilidad de  ignición, y dificulta una respuesta inmediata ante un escape. 
   Un estudio realizado por Ibarra (2016) demostró que el evento de riesgo más probable que  puede ocurrir en el almacén tecnológico de GLP es: escape continuo por un  agujero de 10 mm, con una frecuencia de 1*10-5 años-1 y  su propagación como radiación térmica en forma de bola de fuego, con frecuencia  5*10-7 años-1. Determinando el radio de afectación ante  la ocurrencia de este tipo de accidente a través del software ALOHA como se  muestra en la figura 3. 
Dentro del área enmarcada como zona probable de  afectación ante un accidente mayor, es valorada la vulnerabilidad existente a  través del indicador difuso. Para ello los especialistas de la entidad en  conjunto con representantes del área evalúan el nivel de verdad existente dado  el comportamiento del descriptor analizado en el área probablemente afectada. 
   Los resultados obtenidos al evaluar el árbol difuso en  el software Fuzzy Tree Studio a  través del modelo de lógica difusa compensatoria basada en la media aritmética  se obtiene que el nivel de agravamiento del impacto dada las características  del área, es de 0,2858 tal como se muestra en la figura 4. 
De acuerdo con este modelo, en el caso probable de que ocurra un accidente tecnológico en el almacén de gas licuado del petróleo (GLP) el riesgo latente matemáticamente aumentará 1,2858 veces su nivel de impacto dada la vulnerabilidad social existente, reflejada en la capacidad del área de no afectarse y reponerse ante la desestabilización.
La conceptualización  de la vulnerabilidad ante un accidente tecnológico implica la valoración de  diferentes dimensiones, económicas, sociales, políticas y organizacionales que condicionan  la capacidad de resiliencia y homeostasis del área expuesta. Esto hace más  complejo y multifactorial el análisis del fenómeno social.
   El estudio de la vulnerabilidad en las zonas propensas  a ser afectadas con la ocurrencia de un accidente mayor permite ser coherente  con la necesidad de optimizar la asignación de recursos en los procesos de  evaluación y manejo de riesgos de accidentes tecnológicos, así como orientar apropiadamente el enfoque de  mejoramiento a seguir por el gobierno para la planificación de políticas  públicas de prevención y/o mitigación de riesgos. 
   El modelo para la  evaluación del agravamiento del impacto dado las condiciones de vulnerabilidad  de área permite una evaluación holística del riesgo tecnológico. Su robustez  radica en la posibilidad de procesar los conocimientos cualitativos de los  expertos, en aquellos casos en los que la información necesaria para aplicar el  método de evaluación holística del riesgo con base en indicadores no está  disponible o es insuficiente. 
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Recibido: 12/10/2017 Aceptado: Diciembre 2017 Publicado: Diciembre de 2017