Revista: DELOS Desarrollo Local Sostenible
ISSN: 1988-5245


EL DESARROLLO DESDE UN ENFOQUE ALTERNATIVO ANTE EL ESCENARIO GLOBAL

Autores e infomación del artículo

Felson Alfonso Lugo Bolivar

Universidad Bolivariana de Venezuela

Rosa Elis Bell Heredia

Universidad de la Habana, Cuba

felsonlugo@hotmail.com


Resumen

Para comprender  la  pertinencia  del  desarrollo y  de su gestión en garantizar un marco de relaciones sociales y alcanzar los beneficios esperados, es  necesario conocer el contexto socio histórico transitado y la noción neoliberal fundamentado en el capitalismo y expresado en el marco de la Globalización, y que ha originado en el caso de Latinoamérica; pobreza, carencia de servicio público, limitado acceso a la educación y al avance tecnológico, homogenización ideológica y cultural, dificultades financiera, así como el deterioro del medio ambiente, que amenaza a toda la sociedad presente y futura. En este contexto, el objetivo del presente trabajo, es el de analizar desde un enfoque histórico y en perspectiva al desarrollo, con el propósito de comprender la relevancia y pertinencia en la dimensión territorial y local, para orientar un trabajo que desde sus propios contextos formen una concepción fundamentalmente para alcanzar mejores condiciones de vida social en armonía con el medio ambiente, particularmente ante los escenarios llenos de grandes contradicciones en la realidad social y marcado por las orientaciones que fundamentan a la globalización.
Descriptores: Desarrollo, Globalización, Desarrollo Local y perspectiva de gestión

Abstract

To understand the relevance of development and its management in ensuring a framework of social relations and achieve the expected benefits, it is necessary to know the context busy historical partner and the neoliberal notion based on capitalism and expressed in the context of globalization, and that has resulted in the case of Latin America; poverty, lack of public service, limited access to education and technological progress, ideological and cultural homogenization, financial difficulties, as well as the deterioration of the environment, threatening the entire present and future society. In this context, the objective of this paper is the analysis from a historical approach and perspective to the development, in order to understand the significance and relevance of the regional and local dimension, to orient management that from their own contexts form a concept primarily to achieve better social life in harmony with the environment, particularly before the scenarios full of great contradictions in social reality and marked by the guidelines that underlie globalization.
Key words: Development, globalization, Local development and management perspective


Para citar este articulo puede uitlizar el siguiente formato:

Felson Alfonso Lugo Bolivar y Rosa Elis Bell Heredia (2015): "El desarrollo desde un enfoque alternativo ante el escenario global", Revista DELOS: Desarrollo Local Sostenible, n. 24 (octubre 2015). En linea: http://www.eumed.net/rev/delos/24/globalizacion.html


1.-        Introducción

La concepción del desarrollo, se entiende conociendo la génesis del capitalismo y de la globalización, que como conceptos en las últimas dos décadas se ha referenciado en una movilidad internacional de mercancía expresada en capital, y caracterizado por la apertura comercial, la reducción arancelaria y de subvenciones a las exportaciones, y una nueva regulación mediante un sistema financiero mundial sustentado en la tecnología y las comunicaciones. Esta fase del capitalismo, se entiende como la dominación por medio de transnacionales, resaltando al mercado ante el Estado; proceso conocido también como “globalización neoliberal”. (García Viamontes, 2010). 
Es relevante mencionar que el capitalismo surge en la edad media, siglos XIII y XIV, en la etapa del feudalismo; sin embargo, con el fin de la edad media y la caída de Constantinopla (1453), y entre el descubrimiento de América (1492), el capitalismo como sistema viene a sustituir al feudalismo, fortaleciéndose con el renacimiento y la reforma del siglo XVI, generando así, grandes cambios sociales y la aparición de los Estados Nacionales con escenarios entorno al planteamiento capitalista, dando inicio en el caso Europeo, a la revolución industrial, para así transitar de una sociedad agraria, a una sociedad caracterizada por la mecanización, la economía mundial y un desarrollo ligado al modo de producción capitalista.
Con las teorías clásicas de Adam Smith (1723-1790) que consideró la tierra como factor de crecimiento, pero con limitación; e impulso el Liberalismo Clásico con las leyes conocida como la oferta y la demanda; además, la mano invisible del mercado con la regulación de la competencia, así como lo analizado por Thomas Robert Malthus (1766-1834) que aporto gran significación para el control social ante las perspectivas de crecimiento. Se puede resaltar, que con ambos pensadores se entendió al crecimiento desde el sector agrario, como base para el desarrollo. Sin embargo, el capitalismo basado en la producción a gran escala, trasciende, fortaleciéndose en Inglaterra en el siglo XVIII, con el invento de la máquina de vapor y la industrialización, generando grandes excedentes de producción y dando inicio a una fase de crecimiento caracterizada por lo mercantil, surgiendo un orden económico social de dominación llamada “burguesía” y basado en el liberalismo. (Braudel, F, 1985)
Ante este crecimiento industrial, para la segunda mitad del siglo XVIII, se requería de una nueva explicación, aportada por David Ricardo en su libro “Principios de economía política y tributación”, en la que se incluye al capital como principal factor de crecimiento económico. (David, R, 1997). En este sentido, con el análisis que Marx (1818-1883) hace del capitalismo en su libro “El Capital”, se enfatizan las contradicciones del mismo y la teoría del valor, suponiendo al capital como el factor del crecimiento económico, y agregando las consideraciones acerca de la acumulación del capital y la plusvalía como la esencia del sistema, lo que explica, que el incremento del capital en manos de la burguesía, es proporcional a las desigualdades sociales  (Marx, K,1981).
Es evidente entonces, que el capitalismo siempre se orienta a extender la explotación; considerada por Marx, como una característica crucial para la internacionalización de la producción bajo el neoliberalismo y para el planteamiento de una nueva fase entendida como “capitalismo global”. En efecto, el marco internacional ha sido un rasgo esencial del capitalismo y aquello que enfatiza la transformación radical, como la ocurrida en las últimas décadas. (Duménil y Lévy, 2001: 15). En este sentido, vale preguntar ¿Cómo comprender las lógicas del capitalismo y la globalización y que premisas asumir para superarlas desde un contexto pertinente? Teniendo claridad de que el contexto histórico del capitalismo como modo de producción, refleja la incidencia que ha tenido en los planteamientos, y que vienen a formar una base para el contexto y la evolución de las concepciones del crecimiento y así como del desarrollo. Hay que hacer referencia, que se inició a hablar sobre desarrollo por primera vez en un documento público de la primera Declaración Inter-Aliada de 1941 y en la Carta del Atlántico del mismo año, luego volvió a reafirmarse en la Conferencia de San Francisco en 1945, que dio origen a la Organización de Naciones Unidas (ONU). Posteriormente la teoría del desarrollo fue introducida en 1987 por la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo (más conocida como “Comisión Brundtland”). (Paz y Sunkel O, 1986).

2.-        Evolución de la concepción del desarrollo

A partir de tener argumentos que precisan al desarrollo, es importante conocer las concepciones que la han definido. En este orden de ideas, se mencionan las concepciones del desarrollo por la que se ha transitado, iniciando con la Estructural-Funcionalista, con autores como Parsons Talcott (1971) entre los años de (1902-1979). Que planteaba, que el desarrollo puede lograrse dentro del sistema, surgiendo así la "Escuela de la modernización " con base en la existencia de un proceso único de carácter normativo y en una diferenciación institucional, que evidencie la subdivisión especializada de la organización, considerada por la tradición durkheimiana como la  división social del trabajo, como concepto clave de la Modernización. Estos planteamientos sirvieron de base al Plan Marshall y a la Alianza para el Progreso.
Cabe destacar, que para la modernización, en las sociedades coexisten sectores modernos y tradicionales (ricos y pobres), llamadas economías duales. El concepto inicial fue dirigido a Latinoamérica en el año 1931 por neo-marxistas,  como el caso de Samir Amín (1975)  que refería sobre  el concepto de desarrollo desigual y combinado, pues no solo hay países tradicionales y modernos, sino que, dentro de un país, como los desarrollados, se observan sectores coexistiendo en un territorio y diferenciándose entre ellos.  En este sentido, la Modernización, tuvo mucha influencia en las décadas 50 y 60 en América Latina, conocido también como desarrollismo.
Entre las propuestas de la modernización, la mejor conocida es la presentada por Walter Rostow (1916-2003), en su libro Etapas del Crecimiento Económico, un Manifiesto no comunista; modelado a partir de un análisis de la revolución industrial, donde se dice que en la evolución de un país desde la etapa tradicional a la moderna-industrial, debe transitar por las siguientes etapas: (1) sociedad tradicional, (2) condiciones previas al impulso inicial, (3) el impulso inicial o despegue (“take-off”) (4) la marcha hacia la madurez, y (5) la sociedad de consumo de masas (o moderna). Este planteamiento se centra en crear una tasa de inversión social, que alcance un punto en que el crecimiento se vuelva "automático". (Rostow W, 1959: 1-16).
Hay que destacar, que la modernización tiene sus bases en la teoría de John Maynard Keynes (1883-1946) quien resaltó el papel de la intervención estatal y al dinero como factor que mueve el crecimiento económico, estimulando la demanda con políticas de redistribución del ingreso y reduciendo las tasas de utilidades. Keynes con su teoría del Social Welfare, influyo en el capitalismo a partir de la depresión de 1929.  Aspecto analizado por A.W Phillips entre los años de (1861–1957) encontrando que la tasa de desempleo esta inversamente relacionada al cambio en la tasa de salarios; aporte que proporciono la pérdida de base teórica a la inflación y también una aparente base sólida para que la economía política pudiera tener sus fundamentos. (Phillips A.W, 1958).
Sin embargo, esta aparente solución de Phillips, carecía en gran manera de relevancia, porque el estudio hacía referencia a un contexto histórico específico, como lo refiere Tobin, James (1972). Cabe agregar, que para 1932, se evidencio una polémica entre el planteamiento de Keynes, sobre el fomento del consumo y de la inversión privada con el gasto público; y el de Friedrich Von Hayek, pensador neoliberal, que planteaba fortalecer la inversión privada, disminuir los salarios nominales y el gasto público. Esta polémica definió al pensamiento neoliberal, dando surgimiento a nuevas bases para el reparto territorial, así como del ajuste económico conforme a intereses nacionales y a la integración en bloques. (Toissant, 2003: 221=222). Hay que resaltar que con este referente surgen críticas hacia la modernización, por el carácter unidireccional o lineal que se atribuye al desarrollo.
Hay que destacar, que con las ideas de Harrod y Domar (1939 y 1947) con sus teorías sobre la base de alcanzar el equilibrio económico, en donde el crecimiento no estaría ni por debajo, ni por encima del nivel óptimo, se aporta un modelo que consiste en obtener una tasa de crecimiento igual al producto de la tasa de ahorro y la productividad de la inversión. Este modelo, extiende las ideas de Keynes, planteando una solución para lograr el equilibrio, al igualar el ahorro y la inversión. (Pedro y Rodríguez O, 1970:81)
Resulta relevante mencionar, que con el auge del pensamiento neoliberal hasta principios de los años 50, se despliega la escuela de la "Economía del Desarrollo" planteada por Joseph Schumpeter con “La teoría de la evolución económica” definiendo al desarrollo como una transición de desequilibrios, de una configuración de balance económico a otra, así mismo, considera a la actitud para innovar como una fuerza importante del crecimiento capitalista. (Schumpeter, 1982). Por lo que se debe tener en cuenta, que la finalidad de este planteamiento como criterio dominante, es de favorecer al capital financiero ante el productivo, teniendo como referente la fase de lo anterior conocido como consenso keynesiano, que se basó en lo relacionado con el compromiso para el desarrollo del conocido capitalismo regulado. Como lo refirió Lenin, que el capitalismo regulado, no es otro que el imperialismo o capitalismo monopolista, expresado esencialmente con el capital financiero. (Molina, 1979:6).
Otra de las concepciones, es la Estructural Histórica, teniendo como base la teoría de la dependencia, que para los años 50-60, se observó como la posibilidad del desarrollo de los países pobres, estaba limitada por la dependencia a los países desarrollados. Es de resaltar, que a partir de 1948 con la creación de la CEPAL, bajo su primer director Raúl Prebisch, se realizan los primeros estudios sobre la dependencia, señalando que la producción y riqueza de algunos países, está condicionada por el modelo de otros países. (CEPAL, 1991).
Un modelo conocido es el "centro-periferia”, basada en la relación entre la economía central y las periféricas aisladas y poco competitivas. Cabe destacar, que en Latinoamérica se aplicó este modelo, y se evidencio en el proteccionismo comercial y la sustitución de importaciones. Además, enfatizaba la planificación y el intervencionismo de estado, la regionalización y como fundamento la integración latinoamericana. (Prebisch R, 1963). Es importante señalar que los principales autores de la dependencia son: André Gunder Frank, Raúl Prebisch, Theotonio Dos Santos, Fernando Henrique Cardoso, Celso Furtado, Edelberto Torres-Rivas, y Samir Amín.
Entre otra concepción a resaltar, esta lo planteado por Immanuel Wallerstein en su libro “El moderno sistema mundial” (1930), que refiere incorporar aún más sociedades en un sistema complejo de relaciones y con interdependencia como modelo dominante. Esto trasciende lo conocido como imperio mundo (economía autoritaria) con economías unificadas, hacia una economía mundo (economía de mercados) la cual no tiene unidad política. (Wallerstein E, 1974).  La clave es que la división internacional de la explotación no se define en fronteras estatales, sino en la división económica del trabajo en el mundo, que para los años setenta (70), fue relevante con la transnacionalización de negocios afines a una marca industrial, a lo tecnológico, y las comunicaciones, dando lugar a una “economía global”, que aparta las concepciones funcionales e históricas para asumir las del sistema mundial a fin   fortalecer al capitalismo como modo de producción dominante con alta rentabilidad y acumulación. En efecto, este proceso es conocido como globalización.

3.-        El desarrollo ante la dinámica de la globalización

Hay que tener claro, que la globalización con base en el pensamiento neoliberal y monetarista, no es un regreso al pasado, más bien es una nueva expresión del sistema capitalista, a través de la transnacionalización del capital con la libertad de movimiento, competencia y monopolio, y caracterizado por la uniformidad del proceso de mundialización que responda al capital. En este sentido, el australiano Phil McMichael, en su libro “Desarrollo y cambio social”, evidencia un cambio en el modelo referencial de sociedad, que incide en las concepciones del desarrollo, que como nuevo paradigma, tiende al desplazamiento del llamado "proyecto del desarrollo" como base de lo público, hacia un "proyecto globalizante", donde el desarrollo se centra como un proceso de crecimiento globalmente organizado, lo que representa una perspectiva para organizar el mundo. (Philip McMichael,1996).
Vale resaltar, que ante esa perspectiva, para la década de los setenta en los países industrializados, se confronto una fuerte caída de las tasas de crecimiento  y de grandes centros industriales; por lo que, la mayoría de los Gobiernos Capitalistas que impulsaron políticas siguiendo las orientaciones neoliberales y  neo keynesiana para superar los problemas del ciclo económico capitalista, ante el avance de la globalización, se encontraron con un problema doble, como es la crisis y la inflación. Con una tendencia continua de agravarse hacia problemas globales. (Castro, F, 1983).
Es de entender que tales problemas a escala mundial, tienden a ser la expresión de una crisis del paradigma estructural del sistema capitalista, que históricamente se ha orientado en la teoría clásica de Smith y Ricardo, y que posteriormente viene asociado al planteamiento de Marshall, Walras, Pareto, Pigou. Pero principalmente, con el Modelo de Solow (1950-1960), que enmarca un período de estudio sobre el crecimiento económico, dando nacimiento a la teoría neoclásica con base en tres variables; el stock de capital (K), el trabajo (L) y el tiempo(T), que aplicadas a una economía con un crecimiento por debajo del nivel óptimo, podrá lograr moverse hacia un punto de estado estacionario y equilibrado, esto sucederá, dado un incremento del ahorro por encima de la inversión necesaria, lo cual traerá como consecuencia, un respectivo crecimiento del capital per-cápita.  (Solow R.M, 1994: 45-54).
Hay que resaltar, que estos planteamientos se agotaron por haberse monopolizado; de allí el surgimiento de propuestas nacionalistas del Fascismo (Mussolini) y el Nazismo (Hitler), con una visión particular; así como del socialismo real (Marx, Lenin, Mao) como antagónico al sistema capitalista. Además, también han surgido movimientos sociales de cambios con planteamientos para contrarrestar los efectos del capitalismo global, que a partir de analizar los aciertos y fracasos del neoliberalismo, se fortalecen propuestas con enfoques sociales, tales como la renovación socio democrática de Anthony Giddens (la tercera vía. 1938), así como la búsqueda de modelos orientados a la transformación desde una economía social.  (Giddens A, 1998).
Con estas propuestas, el pensamiento económico que ha venido teniendo gran incidencia en el desarrollo con la base en la racionalidad instrumental, recibe mayores críticas por su responsabilidad en la crisis estructural de paradigmas, reflejado en la disparidad socioeconómica; así mismo comienza a cuestionarse los modelos de desarrollo y las lógicas de gestión. Al respecto cabe destacar la condición histórica uniformizante del modelo de desarrollo que hemos tenido, el cual ha mostrado por más de dos décadas signos evidentes de crisis.  (Arocena, 1997).
 Esta crisis, es el resultado de un sistema político que ha generado los problemas del desarrollo de la sociedad. En este sentido, ¿De qué desarrollo estamos hablando con una sociedad marcada por la globalización? En efecto, el enfoque neoliberal y de variables económicas como objetivo central, empieza a ser revisado desde la concepción del Desarrollo Humano; en este sentido para James Wolfensohn del Banco Mundial plantea "El desarrollo es algo más que ajuste. Es algo más que presupuestos equilibrados y gestión fiscal. Es algo más que educación y salud. Es algo más que soluciones tecnocráticas” citado en Paolo Di Pietro, L.J (1999). Al respecto Amartya Sen (Premio Nobel de Economía 1998), afirma que “.El desarrollo, requiere de acciones para fortalecer la participación política de los pobres, desarrollando sus capacidades comprendidas en todo aquello que una persona es capaz de hacer o ser”. (Sen Amartya, 2000: 14-20).
Para Stiglitz Joseph (2002) Premio Nobel de Economía en el 2000, el desarrollo está insertado en una organización social, de manera que para abordar las estructuras sociales, se requiere de cambios económicos y de transformaciones sociales. En ese mismo sentido, North Douglas (2005) Premio Nobel de Economía en el 1993, refiere el concepto de eficiencia adaptativa, el cual depende del marco institucional que incentive la innovación, la creatividad y la capacidad de resolver problemas sociales caracterizados por el cambio y la incertidumbre. De igual manera referido por (Caballero, G. y Christopher, K, 2005).
Hay que destacar que Mahbub ul Haq (1934-1998) plantea en su libro, “Reflexiones sobre el Desarrollo Humano”, un foco central en los seres humanos y su calidad de vida, destacando la diferencia entre medios (crecimiento económico) y fines (mejorar la calidad de vida de las personas). (Ul Haq Mahbub, 1995). Es decir, que un modelo basado en el desarrollo humano considera relevante las inversiones en mejorar las condiciones de vida, para lograr resultados en la organización socio productividad. Resulta oportuno destacar, que el informe de Brundtland "Nuestro Futuro Común" notas sobre el desarrollo sustentable, presentado en las Naciones Unidas en 1987, se refleja el impacto de satisfacer las necesidades humanas presentes, sin comprometer la capacidad de satisfacer a las generaciones futuras. (World Commission on Environment, and development, 1987).
Con este planteamiento, se intentan afrontar los problemas sociales evidenciados por la globalización, que refleja un contexto uniforme y que ha generado crisis de paradigmas y modelos, reflejados en lo financiero, ambiental, la gestión y visión del pensamiento económico y de la organización social. Es indudable que los modelos de crecimiento y de desarrollo se han enraizado en la economía neo-clásica, análisis imprescindible para iniciar a introducirnos en tendencias, considerando la divergencia y convergencia hacia una misma matriz teórica para entender las diferencias de los conceptos, crecimiento y desarrollo. (Vázquez Barquero A, 1997). Por lo que es oportuno, asumir los planteamientos emergentes y promover un desarrollo caracterizado por lo alternativo desde lo humano y en los espacios locales, a fin de superar las contradicciones de la globalización.

4.-        Tendencia en el enfoque del desarrollo

Para conocer la realidad y perspectiva de la tendencia en el enfoque del desarrollo, es oportuno comprender ¿a qué modelo de desarrollo vienen respondiendo las organizaciones sociales?, las dimensiones actuales sobre ¿Que se entiende por desarrollo?, además, ante la globalización tener claro ¿Cómo se distingue lo local y lo territorial del desarrollo?; es de considerar que hasta ahora la mayor parte de los actores sociales tienen una idea de la importancia del enfoque del desarrollo ante el contexto global.  (Boisier, 2001). En este sentido hay que precisar, que históricamente el desarrollo viene orientado por las incidencias del capitalismo y fundamentado más en la economía neoclásica, fortaleciendo así en las últimas décadas a la globalización como fenómeno dominante; sin embargo, hay distintas matices que necesariamente se debe concretar ante la compleja realidad social.
En este sentido, el desarrollo como lo sostienen Sunkel y Paz (1970), es un tópico de la posguerra y de las Naciones Unidas. Hay que resaltar, que la Carta del Atlántico firmada por Churchill y Roosevelt en 1941, expresa que el fundamento de la paz reside en que todos los hombres libres del mundo disfruten de seguridad económica y social; por lo tanto, el compromiso es buscar un orden mundial para alcanzar estos objetivos. Posteriormente con la Conferencia de San Francisco en 1945, inicia las Naciones Unidas a través de la Comisión Económica para Americalatina (CEPAL), a enfocar al desarrollo como un tema destacado de reflexión y estudios empíricos, caracterizado por su relevancia social. (CEPAL, 1990).
En efecto, el desarrollo ha estado asociado al crecimiento, según Solari, Franco y Jutkowitz (1976:91), citando a J.M Echeverría; considerado el padre de la sociología latinoamericana del desarrollo, sostiene que “El desarrollo es un proceso continuado que consiste en aplicar reiteradamente el excedente en nuevas inversiones, teniendo como resultado la expansión de la unidad productiva que desde luego puede ser una sociedad entera". Por lo tanto, al ver las características actuales del desarrollo, es de resaltar, la semejanza con el crecimiento. Una evidente visión del capitalismo, es que aun en las últimas décadas, ha referido al desarrollo como un sinónimo de crecimiento basado en el PIB, y sobre todo del Per-cápita como medida de valoración, favoreciendo la formación de un reduccionismo económico con poca claridad sobre la naturaleza del fenómeno y de las formas de intervención, evidenciándose concepciones de desarrollo en constantes contradicciones. (Sunkel y Paz, op.cit.)
Estas concepciones se describen como economicista o tecnologista, que considera los bienes materiales, es decir, la producción, la tecnología y el conjunto de medios, para subsistir en el nivel básico de la vida; y la concepción humanista que considera la realización del hombre, elevando sus potencialidades y condiciones de vida, es decir, el desarrollo debe referirse a las personas y no a los objetos; por lo tanto, lo humano no implica subestimar lo material y tecnológico, sino precisar que son medios y no fines; es valorar lo humano como fin y lo material como medio. Por esta razón, el desarrollo se precisa en términos de los funcionamientos logrados, y de verlo a la luz de la disponibilidad y uso del medio para lograr esos funcionamientos. (Sen Amartya, 1988:16)
Es oportuno resaltar, que según el PNUD, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo de Madri (1996), inspirado particularmente en ideas de Amartya Sen, de Mahbub ul Haq, de Richard Jolly; refiere una forma de medir el desarrollo a través de un Índice de Desarrollo Humano. Para comienzos de los noventa el PNUD ha publicado sistemáticamente el resultado de la aplicación de este concepto en varios países a nivel mundial, fortaleciéndose así la idea del desarrollo. Según el informe sobre Chile del año 1996, el Índice de Desarrollo Humano (IDH) es una aproximación para medir el Desarrollo Humano en distintos países. Por alguna razón, este Índice no incluye todos los ámbitos del Desarrollo Humano, considera sólo tres: calidad de vida, longevidad y conocimiento. Estas dimensiones, están ligadas al nivel de vida de la población, pero también al desempeño de indicadores en salud y educación, que reflejan en sí misma la evolución de otras variables a lo largo del tiempo. (P.N.U.D- Desarrollo Humano en Chile, 1996).
Esto implica considerar al desarrollo como un proceso que involucra varias actividades interactuando coordinadamente ante un objetivo y un entorno, considerando que la naturaleza ambigua del objetivo asociado al desarrollo, constituye una fuente de su complejidad; a su vez, a la multidimensionalidad y multicausalidad de lo que se entiende como “desarrollo”. Estas consideraciones corresponden a una nueva interpretación ante distintas bases ideológicas o teóricas respecto a los objetivos del desarrollo, su elemento común, radica en asociar los fines del desarrollo con el mejoramiento continuo de las condiciones de vida de las personas en un marco de relaciones sociales en armonía con su medio ambiente. (Picchio Antonella, 2001).
Ante este análisis, es importante señalar que en septiembre de 2009, el presidente francés, Nicolás Sarkozy, dio a conocer el informe de una comisión internacional para medir el Desempeño Económico y el Progreso Social, La comisión presidida por el Nobel de Economía Joseph E. Stiglitz e integrada por economistas como Amartya Sen, “refleja la insatisfacción con el estado actual de la economía y la sociedad, y propone nuevos mecanismos para medir los niveles de vida que vaya más allá del PIB o producto per cápita”. ( Stiglitz, 2009)
Ante este planteamiento, una vía para construir un acuerdo, es centrarse en una definición pertinente y aceptada de lo humano en las relaciones sociales al momento de plantearse el desarrollo. Lo humano da cuenta de varias dimensiones que crean un espacio de mayores oportunidades que las ofrecidas por el fundamentalismo neoliberal. Es evidente entonces, la necesidad de integrar dimensiones político-institucionales, sociales, ambientales y culturales, además, es preciso reconocer la perspectiva social, para el cumplimiento de dos propósitos: la Libertad de oportunidades en el desarrollo de capacidades humanas individuales y colectivas, así como el de cubrir las necesidades humanas fundamentales. (Sen Amartya, 2000:19).

5.-        El desarrollo desde un enfoque alternativo

Es de considerar, que ante las perspectivas sociales, no es posible un modelo único de desarrollo, más bien, al valorar las trayectorias que evidencian las dinámicas sociales en lo económico, cultural, político, Jurídico y ecológico; son la base para buscar nuevas posibilidades, entendiendo  que existen diversas formas y modos; diversas estrategias y proyectos diferenciados; entonces, no se trata de saber, si las sociedades tienen que cambiar o no, porque siempre tienden a cambian en el tiempo; sino saber, si el “desarrollo” tal como se define desde el pensamiento neoliberal, constituye la única forma de abordar esos cambios sociales que en gran manera, obedecen al agotamiento de parámetros que las definen.
En efecto; Carvajal Burbano, Arizaldo (2011). Citando a Ramírez Villegas (1998) hace una diferenciación desde la perspectiva social, del parámetro estructural existente que orienta los modelos de desarrollo, planteando una comparación del modelo convencional dominante (economicista-mecanicista), así como el modelo alternativo holístico y a escala humana, tal como refleja en el siguiente cuadro:
En ambos modelos se evidencian parámetros que se han asumido al momento de plantear el desarrollo; el modelo convencional históricamente es de carácter dominante y de enfoque neoliberal, y está marcado por la reproducción del sistema de crecimiento y acumulación, además, caracterizado por lo lineal, la uniformidad, la imitación, lo estructural, lo anti tradicional, a corto plazo, lo no histórico, y el capital físico. Las perspectivas posibles de un  modelo alternativo como oposición a la lógica del capital y la globalización, coloca lo holístico y la acción humana en el centro del escenario; es de resaltar, que lo alternativo no niega lo convencional, sin embargo, es claro que sólo puede darse lo alternativo fuera del sistema capitalista. El mismo se caracteriza por lo no lineal, la diversidad, la innovación y creatividad, la acción humana, lo pro tradicional, a largo plazo, lo socio histórico, y el capital social. Lo que se debe tener en cuenta, es que la base del desarrollo es esencialmente en las relaciones sociales y no en lo físico.
Es evidente, que lo alternativo refleja la posibilidad de patrones para “otro desarrollo” desde una perspectiva social y en acuerdo común, en donde los gobiernos promocionan las vías para lograrlo, considerando superar la imitación con la innovación propia de las experiencias; por lo tanto, debe incluir amplias prácticas sociales, no sólo en mejorar las cosas, sino además, para la transformación cultural y política de los modos de vida en armonía con el medio ambiente. (Coraggio, 2000: 15-17).Se observa claramente, que el modelo de desarrollo por el que opte la sociedad, determinará el tipo de sociedad a figurar a mediano plazo.
Claro está, que el modelo neoliberal con base en el mercado, busca un tipo de sociedad orientada al consumo, y he aquí el modelo al que responden las organizaciones sociales. En este sentido, para revertir el avance del modelo neoliberal, es necesario transcender con la formulación de modelos alternativos de desarrollo, caracterizado por lo específico de cada nación y articulada a través de la política de desarrollo, y expresada a través de determinados ejes que son inherentes a cualquier modelo de desarrollo. (Pérez Soto O, 2006: 4-5). Es de considerar que el enfoque ya no es solo desde el pensamiento económico, sino desde una visión alternativa.
Con referencia a lo anterior, el planteamiento alternativo, hace énfasis de teorías que reivindican la capacidad de los pueblos para orientar su propio desarrollo desde un enfoque holístico, esto es, un desarrollo desde abajo y a escala humana, donde el desarrollo local endógeno, etnodesarrollo y ecodesarrollo, adquieren importancia para potenciar lo territorial. Entre las teorías, está la propuesta del Desarrollo a Escala Humana, presentada por Manfred Max-Neef, Antonio Elizalde y Martín Hopenhayn. Que refieren: “Tal desarrollo [el desarrollo a escala humana] se concentra y sustenta en la satisfacción de las necesidades humanas fundamentales, en la generación de niveles crecientes de auto dependencia, en la articulación orgánica de los seres humanos con la naturaleza y la tecnología, y de los procesos globales con los comportamientos locales, de lo personal con lo social, de la planificación con la autonomía y de la Sociedad Civil con el Estado”. (Max, Neef M; A. Elizalde; M.Hopenhayn, 1986).
Por lo tanto, al hablar del desarrollo no se trata de una perspectiva fundamentada en una meta finita, ni en un umbral de determinados alcances. Más bien, se trata de un proceso continuo de transformación social, es decir, que introduce elementos para incrementar a mayores oportunidades las mejoras sociales. Traducidas estas, en dimensiones físicas, intelectuales y morales, que se evidencia en las realidades concretas de los ámbitos locales y que trasciende a los territoriales. En este sentido el autor de este trabajo para enfatizar sobre el desarrollo, refiere que se puede entender como “el resultado de un proceso en continuo esfuerzo organizativo del conjunto de la sociedad, que incorpora una praxis transformadora y transdisciplinaria desde las ciencias, a fin de satisfacer las necesidades sociales y alcanzar mejores condiciones de vida”.
En este sentido, se orienta que para comprender esta aproximación conceptual sobre el desarrollo, se hace inherencia al análisis de la complejidad en la práctica de las relaciones sociales y por ende de los problemas en la gestión para lograr los fines, denotando, que el reconocer al desarrollo pasa por reflexiones sobre la “calidad de vida” considerando lo que constituye una “vida mejor” o una “sociedad mejor” que es en esta naturaleza del planteamiento del desarrollo, que surge gran parte de su complejidad. (Lora Eduardo, 2008). Significa entonces, que vivimos cada vez más con la necesidad de entender las experiencias sociales, por lo que se requiere de lo multifacético y de una ciencia emancipadora que integre los aportes de otras perspectivas, que sean útiles sin alterar su finalidad última.
Es necesario tener claro, que los aportes de las ciencias naturales son transcendidos por concepciones que han surgido en las últimas décadas con un enfoque holístico, en el que conceptos como complejidad, autoorganización, cognición y transdisciplinariedad comienzan a evidenciarse con resultados en el planteamiento del desarrollo. (Pozzoli M.T, 2007). Por ello, Edgar Morín (1997), con su aporte del enfoque complejo y transdisciplinario, refiere la importancia de la unidad de las ciencias para responder a la sociedad, a partir del reconocimiento de la existencia de diferentes niveles de la realidad regidos por varias lógicas. Es decir, como lo asegura Anes, José (1994) que toda tentativa de reducir la realidad a un solo nivel y regido por una sola lógica, no se sitúa en el campo analítico de la transdisciplinariedad.
A partir de este enfoque necesario para alcanzar unas mejores condiciones de vida, es frecuente encontrar artículos y documentos que en sus propuestas para abordar las dimensiones del desarrollo, usan los términos de lo localy lo territorial para evidenciar la existencia compleja de la realidad en la que se pretende influir con el desarrollo. Algunas fuentes plantean diferencias, en términos de las funciones que cada ámbito tendría, por ejemplo, en el proyecto del Instituto Latinoamericano y del Caribe de Planificación Económica y Social (ILPES) y la Agencia Alemana de Cooperación Técnica (GTZ) para el desarrollo de proyectos; las instituciones para el desarrollo económico, hacen la distinción precisando que las políticas territoriales abarcan aspectos como infraestructura económica y ordenamiento del territorio, en tanto que las políticas locales incluyen el fomento productivo, entendiendo como tal la promoción a través de lo público, tendientes a corregir fallas de mercado que obstaculizan el funcionamiento productivo en los territorios. (Caicedo Carlos, 2008).
Por otra parte, el Banco Interamericano de Desarrollo y el fondo multilateral de inversiones (BID-FOMIN) definen en forma indistinta el término local y territorial, sin embargo al desarrollo territorial lo caracteriza en cuatro dimensiones:1) Desarrollo económico local; 2) desarrollo humano; 3) desarrollo social e institucional; y 4) desarrollo ambiental; Y al desarrollo local con los servicios de desarrollo empresarial para microempresas y PYMEs locales; el fomento de iniciativas y de diversificación productiva territorial; y los instrumentos de acceso al crédito. Alburquerque y Dini (2008). No obstante, incorpora en la dimensión del desarrollo local la existencia de un sistema fiscal y jurídico apropiado para el fomento productivo, así como la disponibilidad de infraestructura y equipamiento básico. (Rufián Dolores, 2005).

6.-        Consideraciones finales

Cabe destacar, como una consideración final, que ante múltiples interpretaciones sobre el desarrollo, también surgió la definición del desarrollo económico, que ha cambiado a lo largo de la historia el pensamiento económico, introduciendo nuevos componentes que han complejizado el concepto. Dentro de estos aspectos para 1980, comenzó con fuerza una crítica a la visión agregada y sectorial del desarrollo económico. Referida en gran manera por; Llorens Urrutia, Juan Luis; Alburquerque, Francisco y del Castillo, Jaime (2002). Esta crítica cuestiona la aproximación al desarrollo basada en una visión “macro” de carácter agregado, propio del enfoque economicista y de la globalización, que utiliza indicadores que no dan cuenta de la heterogeneidad y realidad a la que aluden. La visión agregada y sectorial del desarrollo económico no incorpora al territorio como un “contexto activo” o “actor” de desarrollo, y por ende no se reconoce la interdependencia entre el desarrollo, la estructura y función de las organizaciones. (Boisier S, 1996)
 Por lo tanto, es de considerar además, lo referido por Vázquez Barquero “Las respuestas a los desafíos de la globalización son limitadas y se sintetizan en dos estrategias: o se pone en marcha el desarrollo exógeno con inversiones externas, en la que compiten ciudades y regiones entre sí (juego de suma cero), o se pone en marcha el desarrollo local que cree condiciones para el surgimiento de iniciativas e intente una solución a los problemas locales (juego de suma positiva)”. (Vázquez Barquero A, 2000)
En este sentido, es de enfatizar, que este dilema muestra la relevancia de lo local como respuesta concreta ante los desafíos de la globalización, pasando por comprender que la tendencia en el enfoque del desarrollo, viene transitando desde lo convencional y fundamentado en responder a la lógica del capital, hacia uno alternativo en oposición y centrado en lo humano, que refleja matices relacionado con la naturaleza misma del desarrollo en un contexto tanto local como territorial. El autor de este análisis, resalta la importancia de tener una clara visión del desarrollo, con la comprensión de que lo territorial implica el análisis de la estructura económica y social interna y el grado de articulación productiva; aspectos que se requieren del fomento de la dinámica y capacidad de lo local. Es decir, que es necesaria la unidad dialéctica entre lo local y territorial, así como de un enfoque transdisciplinario como alternativo para gestionar orientado a los resultados y fines concretos del desarrollo.

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Recibido: OCtubre 2015 Aceptado: Octubre 2015 Publicado: Octubre 2015


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