Observatorio de la Economía y la Sociedad China
Número 5 - diciembre 2007

 

Lisa See: “Las mujeres de Hunan ven en el Nu Shu un nuevo atractivo para el turismo”

Eduard Parellada (Asiared)

La escritora estadounidense de origen chino se adentra en el código secreto de las mujeres en una comarca del centro de China Lisa See inició su carrera literaria con la publicación de unas memorias en las que narraba la vida de su bisabuelo, Fong See, que fue el patriarca del Chinatown de Los Angeles. En su último libro, “El abanico de seda”, se adentra en el cerrado mundo tradicional de las mujeres chinas en una remota zona de la provincia de Hunan y en el lenguaje que han mantenido para comunicarse en secreto durante siglos, el Nu Shu.

¿Por qué decide escribir sobre la China del siglo XIX?

 Cuando descubrí el Nu Shu, el lenguaje secreto de las mujeres, me quedé muy impresionada. Empecé a investigar y cuando decidí escribir la novela vi que no tenía sentido situarla en un tiempo contemporáneo, cercano al momento en que se había descubierto este sistema de escritura durante la Revolución Cultural.

Tampoco podía irme un milenio atrás porque era muy difícil para conocer con detalle como vivía la gente hace tanto tiempo. Por esto decidí escribir la novela en base a una mujer que sobrevivió a la revolución taiping y que había escrito su historia en Nu Shu, con lo cual podía conocer todo lo que había pasado antes y después de la misma. 

Vi que debía escribir sobre esta época, que no es muy lejana pero que no es imaginable por nosotros, que tiene una gran importancia histórica, y que había quedado registrada por escrito con el testimonio en Nu Shu de una mujer en el momento en que la gente de la zona se vio obligada a abandonar sus casas e irse a las montañas.

Describe una situación no muy lejana pero que se enmarca dentro del antiguo estilo de vida chino...

¡Todavía pasa! Si viajas a algunas zonas rurales de China puedes hacer un salto atrás de dos o tres siglos. Tienen electricidad, pero la vida no ha cambiado tanto y se siguen haciendo su propia ropa, sus propios zapatos...

En este sentido, ¿como ve la evolución de la sociedad china?

Es muy interesante porque hay varios elementos que están evolucionando. Shanghai es posiblemente la ciudad más moderna del mundo mientras que a menos de 200 kilómetros hay pueblos anclados en un pasado que podría remontarse un siglo atrás. De todas formas, uno de los aspectos más importantes es que “el mundo exterior” empieza a estar presente en las zonas rurales a través de la televisión.

Así, incluso en este mundo remoto, en todas las casas hay dos elementos, una lámpara que cuelga del techo y un televisor. Sólo tienen acceso a los cinco canales estatales pero pueden ver los anuncios, que proceden de todo el mundo porque todos los países quieren vender cosas en China.

Esto significa que en toda China la gente percibe que existe un “mundo exterior”. Considero que las imágenes de los anuncios están teniendo un impacto muy fuerte, son una de las razones por las cuales la gente se desplaza a las ciudades, que tienen grandes bolsas de población “irregular”, o flotante. Buscan lo que han visto en sus televisores.

¿La relación entre hombres y mujeres ha cambiado significativamente respecto a lo que describe en el libro, especialmente en las zonas rurales?

En las ciudades ha cambiado radicalmente. En las zonas rurales, a pesar de que ya no son muy comunes los matrimonios concertados, todavía es común ver a las mujeres haciendo los trabajos más duros del campo. Esto no ha cambiado.

¿Cree, sin embargo, que ha cambiado el modo de ver a las mujeres en función de su valor social o laboral?

Con la llegada de Mao, se dio a las mujeres la posibilidad de trabajar en los mismos puestos que los hombres. En algunos aspectos, China era un país avanzado en cuanto a los derechos de las mujeres, pero con los mismos problemas que en el resto del mundo. Hay mujeres doctoras, ingenieras, abogadas... pero la mayoría de ellas no cobran lo mismo que los hombres por el mismo trabajo.

En el mundo rural, sin embargo, algo más ha cambiado recientemente. Muchas mujeres se van a las ciudades para trabajar en fábricas del sector textil y ahorran durante unos años para volver a sus pueblos, donde pueden fundar sus propios pequeños negocios. Esto está teniendo un gran impacto en las economías locales. Creo que es uno de los elementos que explican por qué en 1995 el número de nacimientos de niñas subió por primera vez en muchos años.

Asimismo, tienen un valor emocional muy importante que no habían tenido nunca antes ya que la política del hijo único ha provocado que haya una desproporción muy grande entre hombres y mujeres. ¡No hay chicas para todos los hombres!

Estos son algunos de los elementos que han provocado un cambio significativo en la manera de ver a las mujeres en China.

Volvamos al Nu Shu. ¿Como lo conoció?

En un reportaje de Los Angeles Times lo mencionaban y pensé, ¿como puede ser que exista un sistema de escritura como este y yo no lo conozca? Así que empecé a investigar en bibliotecas y por varios medios hasta que me desplacé al condado de Jiangyong (antiguamente Yongming), la remota región donde se había desarrollado este sistema.

Allí encontré a Yang Huanyi, una mujer de 96 años que me contó todo lo que sabía sobre el Nu Shu y sobre el estilo de vida de las mujeres a principios del siglo XX. He utilizado casi todo lo que me contó para escribir “El abanico de Seda”.

¿En qué situación se encuentra actualmente el Nu Shu? Durante la Revolución Cultural se prohibió pero recientemente se aplican algunas políticas para protegerlo…

Sí, la Revolución Cultural fue una época en que se cometieron muchas locuras en todo el país. Pero esta zona era muy remota y, a pesar de la prohibición, el Nu Shu pudo sobrevivir.

Cuando fui en 2002, el gobierno estaba construyendo una nueva escuela de Nu Shu. Las mujeres jóvenes pueden ir, actualmente, para aprender este sistema de escritura y hasta los hombres pueden matricularse, aunque de momento ninguno lo ha hecho.

El impacto que tiene el Nu Shu actualmente es muy diferente, pues ya no significa un elemento de comunicación entre mujeres en el sentido que lo era antes. Ahora pueden hablar más o menos abiertamente. Pueden llamar a sus amigas por teléfono.

El motivo por el cual acuden a aprenderlo es que esta zona está empezando a ser un atractivo turístico y ven en el que había sido el lenguaje secreto de las mujeres un posible beneficio. No sólo aprenden el sistema de escritura sino a hacer la caligrafía, a bordar abanicos y otras telas... Es un elemento característico de la zona del que pueden sacar un beneficio económico.

En algún sentido sigue siendo un elemento que ayuda a las mujeres, y que también ayudará a la zona.



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