Eletícia Isabel Pinargote Macías
María Gabriela Chávez Loor
Universidad Técnica de Manabí, Ecuador
pochovale55@gmail.comResumen 
  El presente trabajo tiene como objetivo analizar la  afectación que tiene la violencia de género en  la autoestima de las mujeres y cómo a través de ésta, se logra llegar a  distorsionar su autoconcepto en los diferentes aspectos de su vida, asimismo  explica las diferentes razones por las que una   mujer  es presa  de la  relación de maltrato. La metodología utilizada  es de tipo descriptiva apoyada en la técnica de la encuesta  que se aplicó a las usuarias de la Fundación  Nuevos Horizontes de la Ciudad de Portoviejo para legitimar los daños  psicológicos que se producen al ser víctima de algún tipo de maltrato. Para  corroborar los datos  de la   encuesta se aplicó  una entrevista  a la Psicóloga Clínica de la  fundación  y  en la fundamentación teórica  científica se hizo una exhaustiva revisión bibliográfica actualizada. Entre los  resultados más reveladores alcanzados se puede mencionar la negación de las  mujeres al ser víctimas del maltrato por consecuencia de la denigración de su  autoestima provocando que estas acepten y crean merecer diferentes clases de  abusos. En conclusión se pudo determinar los diversos los factores que influyen  en la violencia de género, pero los principales son los patrones culturales y  las desigualdades económicas y cómo estos   afectan enormemente la autoestima de la mujer,  la que a su vez acarrea consecuencias nefasta en la  psiquis a través de los años. 
  Palabras claves: violencia de género, autoestima, autoconcepto, maltrato,  daños psicológicos, 
  GENDER  VIOLENCE AND ITS AFFECTION IN THE SELF-ESTEEM OF WOMEN
  ABSTRACT 
  The present work aims to analyze the impact of gender  violence on women's self-esteem and how, through this, it is possible to  distort their self-concept in the different aspects of their lives, also  explains the different reasons for the that a woman is prey to the mistreatment  relationship. The methodology used is of descriptive type supported by the  technique of the survey applied to the users of the New Horizons Foundation of  the City of Portoviejo; to legitimize the psychological damages that occur when  being victim of some type of abuse. In order to corroborate the data of the  survey an interview was applied to the Clinical Psychologist of the foundation.  An exhaustive bibliographical revision was made to base with scientific  theoretical basis. Among the most revealing results achieved can be mentioned  the denial of women to be victims of abuse because of the denigration of their  self-esteem causing them to accept and create merit different kinds of abuse.  In conclusion, it was possible to determine the various factors that influence  gender violence, but the main ones are cultural patterns and economic  inequalities and how they greatly affect women's self-esteem, which in turn has  harmful consequences in the psyche through the years.
  Keywords: gender violence, self-esteem, self-concept, abuse,  psychological damage. 
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato: 
  Eletícia Isabel Pinargote Macías y María Gabriela Chávez Loor (2017): “La violencia de género y su afectación en la autoestima de la mujer”, Revista Contribuciones a las Ciencias Sociales, (abril-junio 2017). En línea: 
http://www.eumed.net/rev/cccss/2017/02/violencia-mujer.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/cccss1702violencia-mujer
 Introducción 
  
Una de las grandes  problemáticas que hoy centra la atención   en los nuevos conceptos de equidad es la violencia de género que surge  como un movimiento a partir de una construcción social que tiene repercusiones  de índole grupal y social. Esta implicación en su momento resulta muy complejo afrontar,  sobre todo en las relaciones de pareja por referirse a un tema que intimida a  la mujer por el temor a develar una realidad de la cual es presa y que el mundo  exterior en la mayoría de los casos   desconoce. Ante esta  realidad, las Naciones Unidas en la  Declaración sobre la Eliminación  de  la  Violencia  contra   la Mujer en 1994, declara la violencia de género como todo acto de  violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener  como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la  mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación  arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública o privada. De  acuerdo a un estudio realizado por este   organismo (ONU) seis de cada 10 mujeres sufren algún tipo de violencia  de género en el Ecuador. En el 2013 la Institución Nacional de Estadísticas Y  Censos da a conocer que la violencia de género es una realidad que las mujeres  ecuatorianas viven en su cotidianeidad. Según Alison Vásconez, especialista de  ONU Mujeres, en la actualidad “la violencia de género se mantiene más o menos  en los mismos niveles” que hace 20 años. 
  El mismo  acuerdo   cita  que el 60,6% de las mujeres  en Ecuador ha vivido algún tipo de violencia. La violencia de género sobrepasa  el 50% en todas las provincias del país. El 90% de las mujeres casadas o unidas  que han sufrido violencia no se ha separado de su pareja. 9 de cada 10 mujeres  divorciadas han vivido algún tipo de violencia de género.
  Según el Ministerio del  Interior, el 54% de casos de muerte violenta fueron por femicidio. La violencia  hacia la mujer, que generalmente se da en el ámbito de las relaciones  conyugales o de pareja, se sustenta en un conjunto de concepciones y modelos de  ser hombre y de ser mujer que se denominan comúnmente «machismo». El varón se  configura como padre, autoridad en el hogar, trabajador, proveedor, con dominio  en lo público. Las mujeres se construyen socialmente centradas en la  maternidad, protegidas por los varones, dedicadas al hogar y a la crianza y con  dominio en lo privado (Salinas y Carvajal, 2006). Parte de ello se debe a la organización  patriarcal, en donde la mujer y los hijos aparecen subyugados.
  El tipo de violencia que más  propicia el hombre es la violencia psicológica ya que es ésta la que se  enmascara con más facilidad al inicio de una relación amorosa, el 5% de los  varones utiliza la desvalorización de la apariencia física desde el primer  momento de la convivencia. Este porcentaje aumenta hasta el 15% después de 4  años de matrimonio. (Álvarez.A Guía para mujeres maltratadas.2002)  
    
   Objetivos
  Identificar las diferentes  formas que tiene un agresor de quebrar la autoestima de su víctima y las  consecuencias  que acarrea esa relación  de maltrato. 
  Explicar las situaciones de  violencia de género, en sus diferentes términos y los patrones culturales que  no permiten a la mujer salir de su sumisión.
  Analizar la deformación del  auto concepto de la mujer por la cual esta acepte vivir en una vida de  violencia. 
   
   Metodología 
  Por la naturaleza de la  temática se aplica una metodología  de  índole descriptiva, ya que describe hechos y realidades  en torno al problema planteado, es de carácter  cuali- cuantitativo, debido a que en este tipo de investigación el manejo de la  información se realiza  a través de  pruebas que puedan verificar sus resultados y que permita la construcción de  datos, asimismo en  la revisión de  material bibliográfico, encuestas y entrevistas personales. Para esto se tomó  como radio de acción la Fundación Nuevos Horizontes; una ONG dedicada a defender los derechos de las  mujeres en Portoviejo, Manabí, que trata de empoderar a las mujeres para  reportar la violencia a través de canales legales y ha servido de fortalecimiento  a instituciones públicas como la Fiscalía General del Estado, las Comisarías de  la Mujer y la Familia (CMF), organismos de la policía que reciben, procesa y  sanciona casos de violencia doméstica  y acompaña  a las usuarias a través de procesos legales e identifica cuellos de botella. La  Fundación Nuevos Horizontes promueve políticas más sensibles al género, ha creado  procesos más transparentes y ha incrementado la eficiencia en el tratamiento de  esta problemática social.
  Las condiciones de las mujeres  que asisten a este albergue padecen de vulnerabilidad y desconfianza por el  mismo hecho de ser abusadas de una u otra forma en sus vidas, pero a través de  la terapia psicológica y asesoría legal esta fundación procura crear un clima  Psicosociológico positivo en las mujeres que acuden a este centro. 
  Para la obtención de  información primaria se aplicó encuesta a quince  mujeres que son usuarias de esta organización y que son o han sido víctimas de  algún tipo de maltrato. Asimismo, se aplicó una entrevista a la psicóloga de la  institución, quien facilitó información centrada en la comprensión del problema  desde el punto de vista profesional; los resultados alcanzados han permitido  tener la convicción de cómo el maltrato desvaloriza el autoconcepto de la  mujer. 
   
  Desarrollo 
  La violencia en contra de las  mujeres ha sido denominada por las Naciones Unidas (ONU) como “El crimen  encubierto más numeroso del mundo” Larraín y Rodríguez, 1993). En relación a  este crimen se puede destacar que en la realidad sociocultural hispana se  considera un aspecto del día a día ya que, el "verdadero hombre" debe tener ciertas  particularidades para que se lo considere como tal y no como afeminado u hombre  a medias. Las características que sobresalen del macho con su heterosexualidad  son en su carácter sexual y su agresividad. El hombre debe sobresalir y  demostrar su capacidad fálica en sus conquistas y su fuerza al momento de no  dejarse mandar por el sexo opuesto ya que él lo considera débil e inferior. 
  Un hombre machista aplicará de una u otra manera algún  tipo de violencia, por creerse poseedor del sexo femenino “Todo acto de  violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener  como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico  para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la  privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública o  privada” (Aranda y Alguacil, 2005). Corrobora  este argumento la Organización Mundial de la  Salud (OMS) que define a la violencia como el uso deliberado de la fuerza  física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo,  otras personas o un grupo o una comunidad. (OMS 2008).
  Al respecto es común escuchar  al   hombre  vanagloriarse de su fuerza  y cómo  ésta  crea dominio e intimidación en la relación hombre  -  mujer; existen en el mundo muchas mujeres  subyugadas a este pensamiento que la despoja de su propio yo para convertirse  en un  instrumento del sexo  opuesto, así lo confirma el  Diccionario de la Lengua española. 2005 Espasa-Calpe, al definir al machismo  como actitud y comportamiento de quien discrimina o minusvalora a las mujeres  por considerarlas inferiores respecto a los hombres. Si se hace una mirada al  pasado se puede observar que el machismo es producto de una  sociedad   patriarcal en donde todo el aspecto de relaciones estaba al mandato del  hombre, una sociedad que estereotipó el comportamiento de la mujer “sumisa”  avasallada bajo la dominación del varón, el macho el hombre, concepciones que obedecen  a construcciones culturales que marcaron de manera  radical   el sitio de la mujer en la sociedad. 
  Las mujeres han logrado importantes avances en  diferentes ámbitos, uno  de ellos   es el mejoramiento de sus condiciones económicas, sin embargo persisten  desigualdades y discriminación en esferas tales como empleo, ingresos, acceso a  recursos económicos que redunda en la falta de autonomía y empoderamiento  económico. Las desigualdades  económicas reducen las capacidades de las mujeres de actuar y tomar decisiones  incrementando las condiciones propicias para las violencias basadas en el  género, puesto que crean, refuerzan y exacerban las prácticas y creencias  culturales sobre el “deber ser” de hombres y mujeres. La violencia  intrafamiliar está particularmente vinculada a la falta de empoderamiento  económico de las mujeres que se traduce en la normalización cultural de las  conductas violentas al interior del hogar. Este factor “puede determinar que  para una mujer sea difícil o peligroso abandonar una relación en la que se  producen malos tratos”.
  Partiendo  de una visión sociológica el género es una variable  que debe ser estudiada dentro de las  relaciones y estructuras sociales, entendida como una construcción social que  estudia las diferencias de roles que se generan entre las mujeres y los  hombres, sus relaciones, perspectivas e identidades que alude a  determinantes  socioculturales (Valdez  2012).La cultura está  conformada por valores, prácticas, relaciones de poder  y procesos sociales, políticos y económicos,  que se entrelazan en la vida cotidiana de las personas y de las comunidades  creando patrones culturales de comportamiento que no son de manera alguna un  conjunto estático y cerrado de creencias y prácticas.
  Para el  alcance de resultados más precisos referente al machismo, la violencia de  género, sus consecuencias y todo lo que engloba para que este tipo de afectaciones  aún existan  en la sociedad se partió de los siguientes  cuestionamientos:
  ¿Cómo los hombres  disminuyen la confianza de las mujeres para usarlo a su beneficio, cuáles  son los   mecanismo  que aplica?
  ¿Cómo la sociedad  influye a través de los roles socioculturales en la sumisión de las mujeres,  ante el maltrato?
  ¿Cuál es la importancia  del auto concepto en el comportamiento de las mujeres en la toma de decisiones  para seguir siendo víctimas de la violencia de su cónyuge?
   
  Estas  interrogantes, han servido de norte para recabar la información relevante y  necesaria para  revisar de manera  exegética el por qué permanece anquilosado del  pensamiento machista en la sociedad y con él las afectaciones en la psiquis de la  mujer y su rol en la sociedad, sobre todo la cultura  latinoamericana.  
  Varias  investigaciones muestran que existen altos índices de maltrato alrededor del  mundo, pero según ONU Mujeres (el  organismo de Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de  la Mujer), de los 25 países en los que se comete un mayor número de homicidios  y agresiones a la mujer por cuestiones de género, 14  son latinoamericanos. En el Diario digital  ecuadorinmediato.com, se presentan cifras elevadas en los casos de violencia de  género: Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) del  Ecuador, 6 de cada 10 mujeres del país ha sufrido algún tipo de violencia del  total de afectadas, además, se estima que el 76% ha sido violentado por su  pareja o expareja. 
  La  violencia de pareja adopta diferentes manifestaciones. La mayoría de los abusos  físicos solo aparecen cuando la mujer se resiste a la violencia psicológica y  en muchas ocasiones la mujer no tiene  conciencia de estar sufriendo abuso. Cuando la violencia física no parece  intencionada la mujer no siempre la reconoce como tal, sobretodo en sus inicios  (pequeños empujones, agresiones menos graves…) (Hirigoyen, 2006). 
  Varias  investigaciones muestran el impacto de la violencia de género en los diferentes  aspecto de la vida de la mujer ya sea laboral, en la salud, en el  bienestar emocional de su núcleo familiar,  otros. En la experiencia del proceso de   recabación de información  se pudo  evidenciar  cómo  las  usuarias  de  la   FNH tienen estos rasgos   característicos en su  vida  cotidiana, con frecuencia  son sometidas al mandato del cónyuge o esposo,  son  víctima de la dependencia económica,  la humillación, la sumisión en  cuanto a  la toma de decisiones, entre otros, fue fácil   detectar  que la mayoría de ellas  no  son conscientes de esta subordinación,  pues consideran como  algo normal e  incluso  justifican  los maltratos sintiéndose merecedoras de ese  trato, que denota la baja valoración que tienen de sí  misma.    
  Es importante enfatizar que  este comportamiento obedece a la falta de autoestima de las que son presas las féminas;  entendida  ésta como la valoración que  hacemos de nuestro auto concepto. La autoestima está estrechamente relacionada  con la inteligencia con el nivel cultural, con  el nivel socio-económico, con el sexo, con la edad, ya que según el Psicólogo Abraham  Maslow, En su obra “Motivations  and Personality”, publicada por Harper and Row en 1954, la  "Auto-realización", es la manera de alcanzar la felicidad y  bienestar. Esto conllevaría a una alta autoestima ya que elevaría el nivel general de aceptación  que  una persona tiene respecto a si misma y en cambio el no  poder tener reconocimiento por los propios logros, puede llevar a la persona a  sentirse inferior o fracasada. 
  Vale la pena detenerse y ahondar en el tema de la  autoestima, ya que es el pilar donde se asienta el ideal del ser humano  y es el motor que mueve  sus aspiraciones y le impulsa a alcanzar sus  metas; sin embargo, ésta se distorsiona y coarta ante los  eventos repetitivos que son parte de la  cotidianeidad de una mujer  que es  víctima de abusos y maltratos. Según la teoría de la intermitencia (Dutton y  PAinter, 1993) el agresor logra que su víctima mantenga una dependencia  emocional a través de la destrucción de su autoestima, según esta teoría la  intermitencia entre los tipos de trato en sus formas más extremas es uno de los  factores que intervienen en la perpetuación  de la relación abusiva. En consonancia con  lo citado en el párrafo anterior, la afectación  de la autoestima y sus consecuencias en la víctima se encuentra la  teoría de la indefensión aprendida (Seligman,  1975; Walker, 1979), la  que sostiene que  la víctima se mantiene pasiva dentro de la relación, sin la esperanza de que la  violencia acabe, ya sea por miedo de que el castigo aumente o porque crea que  al final de cuentas esta merece ser castigada, por cuanto su opresor se ha  encargado de destruir su confianza en sí misma. 
  El síndrome de la mujer maltratada Nieves (2007), lo  define como una adaptación a la situación aversiva caracterizada por el  incremento de la habilidad de la persona para afrontar los estímulos  adversos y minimizar el dolor, además de presentar distorsiones cognitivas,  como la minimización, negación o disociación; por el cambio en la forma de  verse a sí mismas, a los demás y al mundo. También pueden desarrollar los  síntomas del trastorno de estrés postraumático, sentimientos  depresivos, de rabia,  baja autoestima, culpa y rencor; y suelen  presentar problemas somáticos, disfunciones sexuales, conductas  adictivas y dificultades en sus relaciones personales. Uno de los principales  problemas que acarrea una mujer que ha sido víctima de maltrato es la baja  autoestima y  las consecuencias que trae  consigo esta sintomatología  a lo largo  de su vida  son nefastas  como mantener una relación tóxica producto de  su agresor o involucrarse en otra relación con las mismas condiciones  llegando así a convertirse en un círculo  vicioso. Otro efecto de la  baja  autoestima es  que se vuelven mujeres  inseguras, les es difícil relacionarse con los demás o hablar de sus  pensamientos y sentimientos por temor a  ser tema de burlas y humillaciones; otra  consecuencia es la incapacidad de proyectarse por sí mismas con metas y  objetivos, son objeto de pensamientos negativos. Las  consecuencias antes  mencionadas afectan en gran escala  el autoconcepto ya que está ligado  a la   autoestima.  La distorsión del  autoconcepto conlleva a problemas de personalidad manifestado en la  distorsión de la autoimagen teniendo  como resultado  desinterés y apatía por la vida, problemas  alimenticios, dificultades para conciliar el sueño lo que acarrea depresión y  ansiedad. 
  Frente al análisis de los diferentes enfoques de los autores  citados que “La mujer víctima de un abusador no lo elige, sino que es resultado  del antifaz que cubre el verdadero   rostro de su  victimario que la envuelve  con su manipulación, al ser seducida, engatusada y engañada mediante la técnica  del “amor”, el chantaje moral, que con frecuencia  el  hombre  machista utiliza  en la relación  afectiva, todas sus acciones tienen un fin pre determinado, sus  acciones son premeditadas al entrar en la  vida de su víctima con una máscara que va quitándose de a poco hasta mostrar su  verdadero ser, cuando ya la victima ha caído en su trampa, siente que su  vida  le pertenece a él y le es difícil alejarse  del victimario que es la persona que escogió como pareja, esposo, compañero,  porque ya tiene una venda en los ojos que le impide ver la realidad o tiene  esta falsa ilusión que cambiará, que volverá hacer el mismo hombre que conoció  al principio de la relación y en consecuencia la víctima siente miedo de abandonarlo  por temor a represalias y amenazas considerando que la mejor opción es callar,  aguantar, perdonar… olvidar y entrar en negación o asume un estado de  racionalización donde crea una narrativa falsa  para justificar el hecho de ser agredida  por  su  opresor. 
 Resultados 
  La muestra está compuesta por un total de 15 mujeres usuarias  de la Fundación Nuevos Horizontes, que es una ONG sin fines de lucros que ayuda  a estas mujeres con asesoría legal, intervención psicológica y de trabajo  social. Todas ellas han participado en un programa de intervención psicológica  y socioeducativa sobre la violencia de género e intrafamiliar. Para la  selección de la muestra se han tenido en cuenta los siguientes criterios de  inclusión: ser mujer y usuaria de la fundación , ser mayor de 18 años, no  padecer ningún trastorno mental grave, no existir abuso actual de consumo de  sustancias y participar de manera voluntaria en el programa. 
  Dentro del contexto de la pregunta uno, se puede  analizar que la mayoría de mujeres han  sufrido algún tipo de violencia a lo largo de su vida, pero con mayor  porcentaje esta  violencia Psicológica, que es la que mayor  afectación en la  autoestima y por ende  del auto concepto.
  Al respecto a la apreciación de la apariencia  física  se puede evidenciar que las  mujeres encuestadas tienen  baja  autoestima, el mayor porcentaje lo obtuvo la opción regular,  se puede considerar que este criterio obedece  al  daño ocasionado por algún tipo de  violencia, los resultados denotan una seria    insatisfacción con su imagen  personal; factor  primordial  en la   seguridad  confianza en sí mismo.  El  no sentirse agraciada  las   hace sentirse inferior, poco   importante y  por ende  enquistarse  al lado de   una persona  de la que solo  recibe malos tratos.
  A partir de los resultados que refleja el cuadro 3 se  puede visualizar que la mayoría de mujeres sienten frustración, sin lugar a  dudas este estado se debe al hecho de ser víctimas de maltrato lo que provoca  inseguridad o sumisión,  esta frustración  se debe a varias causales como el no haber estudiado o no alcanzar alguna meta  personal por falta de  decisión  o apoyo de su pareja o en un momento  determinado.
  La economía ha sido siempre  una de   las causales  de mayor  relevancia  de sumisión de la  mujer hacia el hombre. En el cuadro citado se  puede verificar que la mayoría de mujeres consideran al hombre  como la base del sostenimiento económico  del hogar, situación  que las condiciona a vivir  sometidas, humilladas, maltratadas,  acarreándoles   secuelas en su  autoestima  que son irreversibles a largo plazo.
  Con respecto a los resultados del cuadro 6 se puede  confirmar que la mayoría de mujeres que han sido maltratadas padecen todas las  sintomatologías citadas por cuanto marcaron todas las anteriores; se revela en  este  cuadro  un marcado   maltrato Psicológico que  quebranta  a la mujer   afectando a su psiquis y acarreando diferentes afectaciones en su  persona. 
  Se obtiene como respuesta esencial que siempre en las  discusiones que se generan en la relación ellas tienen sentimientos de culpa,  pero esto ocurre por el mismo estado psicológico en que se encuentran, sin duda,   aquí se puede observar a mujeres sumisas  y que están aceptando el error de otro como si ellas siempre estuvieran erradas
  Los resultados revelan que la gran mayoría de mujeres  piensan que depende de la situación de cómo se debe manejar una relación, pero  lo sorpresivo es que solo tres mujeres que corresponden al 20% contestaron  equidad en la relación, dando así una pauta para creer que fue una respuesta  enmascarada que dio el 73,3% de las mujeres, ya que equidad sería lo más justo  en una relación de pareja que se consideran iguales.  
  Dentro de las respuestas del cuadro 8 se puede  analizar que la mayoría de las mujeres han experimentado diferentes tipos de  tratos en una relación sexual ya sea de una forma positiva como negativa, es  decir que la gran mayoría ha sido instrumento de abuso sexual por parte del  hombre y que muchas mujeres ignoran el hecho. 
  El presente   cuadro  revela   que la  mayoría de las mujeres encuestadas se inclinan en tener  a  su  lado un buen padre que con un buen esposo,   resultado que permite deducir un gran grado de  sumisión de la mujer, como ya se evidenció en  el cuadro 4 puede deberse al miedo de quedarse sin una figura paterna para sus  hijos o carecer de la  ayuda económica.
  Conclusiones 
  Luego del análisis de los resultados de los  instrumentos  aplicados y la revisión  bibliográfica se puede determinar que las mujeres soportan los maltratos producto  de su baja  autoestima, se sienten  frustradas y fracasadas; los diferentes tipos de maltratos que tienen que vivir  no dejan que ellas reaccionen y no permitan los abusos a los que son sometidas  en su cotidianeidad. Estas mujeres maltratadas por lo general asumen como normal  el comportamiento  machista,  desconocen el  nuevo   rol que tiene  la mujer en la  sociedad, una convivencia en equidad dada por la ley,  pero   que se sigue  imponiendo la  violencia del hombre ante cualquier sugerencia de una relación diferente. 
  El hombre maltratador tiene como arma principal  quebrantar a su víctima en la destrucción de su autoestima, al principio con  críticas e insultos enmascarados, luego insultos abiertos, humillaciones y  burlas, acompañado de golpes, agresiones sexuales y por último infundir miedo  por medio de amenazas para  tener  el control absoluto de su vida. Se puede prescribir  que la desvalorización de la mujer violentada distorsiona su autoconcepto desde  el punto de vista de su victimario, convirtiéndose en un ser sumiso,  desconocedora  de la protección y  oportunidades   que la sociedad actual le puede ofrecer. 
  En la entrevista realizada en la Fundación Nuevos  Horizontes a la Psicóloga Clínica del lugar Delia Montero, manifestó que los  factores de la violencia son diversos como el alcoholismo, Ignorancia, La falta  de comprensión en las parejas, La drogadicción, el empoderamiento del hombre en  la sociedad machista, la negación, otros. A lo  largo de la investigación se ha podido corroborar el testimonio de la  entrevista debido a que la violencia de género existe en muchas formas posibles  y a veces es difícil detectarla o aceptarla como tal, las familias en muchas  ocasiones son las que repiten el circulo de la violencia con patrones socioculturales,  se puede identificar que existen dos grandes causales determinantes en la  violencia de género como son los patrones culturales y las desigualdades  económicas, causales  que conllevan a  efectos  que  marcan consecuencias cognitivas y  psicológicas  en la  mujer, lo  que imposibilitan su  normal desenvolvimiento  en su  contexto  social. 
  Es importante   reflexionar  frente  a este   fenómeno  que en pleno  siglo   XXI sigue arraigado en la   sociedad, se debe tomar   conciencia   y asumir una  posición  más crítica y sensibilizadora.  Hasta ahora se han experimentado  avances  en los  problemas de género desde la  legalidad,   sin embargo,  la  realidad   es otra, hay  un gran porcentaje  de mujeres violentadas  que  desconocen  sus  derechos.    Es importante que se creen procedimientos que promuevan la práctica de  una equidad  de género  con marcos   conceptuales  más abiertos y flexibles,  entendiendo  que  el   hombre no es diferente a la  mujer  sino  que el uno  es complemento  del otro. 
Referencias bibliográficas
** CHAVEZ LOOR MARÍA GABRIELA EGRESADA DE LA CARRERA DE PSICOLOGÍA CLÍNICA L AÑO 2016
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