Revista: CCCSS Contribuciones a las Ciencias Sociales
ISSN: 1988-7833


JÓVENES, POLÍTICA, ELECCIONES, MOVIMIENTOS Y OPINIÓN PÚBLICA

Autores e infomación del artículo

Anna María Fernández Poncela

Profesora e investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (plantel Xochimilco), doctora en Antropología

fpam1721@correo.xoc.uam.mx

Resumen: Los temas de este texto son la relación entre jóvenes y política formal, y la participación juvenil en los movimientos sociales. En primer lugar, se revisa la presencia de jóvenes en la política, la cultura política juvenil, el voto joven, y la opinión pública sobre jóvenes en cargos políticos. En segundo lugar se revisa los movimientos de jóvenes en los últimos años, sus características y la opinión pública sobre los mismos.

Abstract: The items of this text are the relationship between young people and formal policy and youth participation in social movements. First review of the presence of youth policy, youth political culture, the youth vote, and public opinion on young people in political office. Second is revised youth movements in recent years, their characteristics and the public opinion about them.

Palabras clave: Jóvenes, política, elecciones, movimientos, opinión pública.

Keywords: Youth, politics, elections, movements, public opinion.


Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Anna María Fernández Poncela (2017): “Jóvenes, política, elecciones, movimientos y opinión pública”, Revista Contribuciones a las Ciencias Sociales, (abril-junio 2017). En línea:
http://www.eumed.net/rev/cccss/2017/02/jovenes-movimientos-sociales.html

http://hdl.handle.net/20.500.11763/cccss1702jovenes-movimientos-sociales


1.INTRODUCCIÓN

El objetivo de este texto es presentar un panorama general en México de la relación, en años recientes y actualmente, entre jóvenes y política de forma descriptiva y amplia. Para ello en primer lugar se pasa revista a los datos sobre la presencia de jóvenes en la política formal -especialmente el legislativo federal–, también se analiza la cultura política juvenil en el país según encuestas que abordan de manera directa el tema, y se observa el sufragio de la juventud en fechas recientes, así como la perspectiva de la opinión pública hacia la juventud en el espacio político institucional –esto último poco o nada estudiado–. En segundo lugar se revisa su organización y participación en movimientos estudiantiles y juveniles de los últimos años –en concreto YoSoy132 y el movimiento por Ayotzinapa– como expresiones políticas juveniles producto de la acción colectiva, sus reivindicaciones, y de forma especial, la opinión pública hacia los mismos. Con relación a esto último, lo de recabar la opinión pública sobre los movimientos juveniles o lo anteriormente mencionado con relación a la presencia de jóvenes en puestos políticos, se desea destacar que en ocasiones desde la política, el periodismo e incluso la academia se interpreta lo que la ciudadanía piensa y siente en torno hacia un fenómeno social concreto por lo que en estas páginas se desea oír de su propia voz su opinión a través de la aplicación de encuestas, sin desconocer que se trata de una técnica de investigación aplicada que como todas es intervencionista, esto es, las personas se expresan siempre con relación a la pregunta que se aplica. No obstante, se considera una mirada interesante de recabar y una manera de acercarse a las percepciones, valoraciones y actitudes de las personas, más allá del especialista.

Sobre el primer tema parece reinar la ausencia física de jóvenes en la política institucional y el desinterés político como característica de la cultura política juvenil en el país. En cuanto al segundo, parece haber cierta simpatía hacia los movimientos juveniles, eso en el espacio de la ciudad de México DF. Pero veamos a continuación todo esto punto por punto.

Para empezar algunos datos alrededor del peso demográfico de la población joven mexicana que alcanza casi cuarenta millones, en 2013 había 32% de jóvenes entre 12 y 29 años de edad (CONAPO, 2010). Para el caso que nos ocupa la política, la etapa juvenil se concreta entre los 18 y 29 años de edad y según cifras actuales del Instituto Nacional Electoral (INE) la juventud del país en la Lista Nominal es de 25.285.252 personas, lo que representa 30.25% del electorado mexicano en concreto para las elecciones del 2015, si contamos que el total de población mexicana con derecho al voto es de 83.563.88 (INE, 2015). Con lo que queda claro el importante peso numérico de la juventud en el país en general y en particular en cuanto a su participación electoral.

Sobre el concepto juventud que por supuesto va más allá de una etapa etaria, sería largo exponer toda la discusión existente en torno al mismo, así como su caracterización que va desde un periodo de desarrollo psicobiológico y psicosocial, pasando por el dato demográfico, hasta una fase de socialización primordial, sin olvidar la huella generacional, sus virtudes y problemáticas, o el usual enjuiciamiento como lacra social o encumbramiento como agente del cambio social.1

En cuanto al concepto de política ésta también se aprehende de forma amplia y flexible, la institucional y no institucional, los partidos políticos y los movimientos sociales, esto es la participación tradicional, no convencional y social. Respecto a otros aspectos tales como los movimientos sociales o la opinión pública, existe una amplia bibliografía al respecto por lo que aquí no se profundiza. El objetivo es, como ya se mencionó, un acercamiento panorámico y descriptivo de cifras y opiniones, de miradas y voces sobre jóvenes y política, a través de percepciones, valoraciones y actitudes de la ciudadanía en general o de la juventud de manera particular.

2.JÓVENES E INSTITUCIONES POLÍTICAS

En este apartado se presentarán algunas cifras con relación a la presencia y participación de jóvenes en puestos legislativos federales según o como resultado de las elecciones del año 2012, así como algunos rasgos de la cultura política juvenil en el país, lo mismo que sobre las preferencias electorales juveniles según las últimas convocatorias electorales y además las percepciones ciudadanas sobre la presencia de jóvenes en la política formal o institucional, tema este último poco estudiado hasta la fecha como ya se mencionó con anterioridad.

2.1.Jóvenes políticos

En cuanto al primer punto no hay mucho que decir, existe una escasa presencia y participación de la juventud en el organigrama político de la esfera donde se dirimen los asuntos públicos en general. Como muestra el cuadro sobre jóvenes en el legislativo federal resultado de las elecciones del 2012. Hoy no hay senadores jóvenes y solo 22 diputados jóvenes –esto al iniciar su mandato pues algunos estaban en el límite de la edad considerada joven– lo que da como resultado 5.28% de legisladores federales jóvenes en total (cuadro 1). Si se suma el total de integrantes de la Cámara de Diputados (500) y del Senado de la República (128) el total es de 628 miembros de ambas cámaras, por lo que al haber 22 legisladores jóvenes en total, éstos representan 3.50% del Congreso de la Unión2 . Así cuando se reitera el desinterés juvenil hacia la institución política –que se verá más adelante–, habría que preguntarse si la política se interesa por los jóvenes y los considera e incluye. Según los datos aquí mostrados la respuesta es no.

2.2.Cultura política juvenil

Sobre la cultura política juvenil hay varios estudios realizados en los últimos años que aportan información sobre el tema y que coinciden en general con lo que se considera la desafección política de la juventud, lo cual también tiene lugar en otras latitudes no es exclusivo ni mucho menos de la política mexicana o de su juventud, también otros grupos etarios presentan la misma tendencia de opinión. Desde encuestas generales de toda la población hasta ejercicios estadísticos circunscritos a este grupo los resultados son similares. Para ofrecer un panorama sobre dicha cuestión del ámbito nacional se eligió la Encuesta de Valores de la Juventud (ENVJ) del Instituto Mexicano de la Juventud (IMJUVE) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) de 2012, de la cual se aportarán algunos datos (SEP/UNAM, 2012a, 2012b).

Si bien los cuadros presentados dejan claro este punto, conviene remarcar el desinterés hacia la política que es de 89.2% si se suma el poco interés y el nada. Por otra parte, quienes así opinan, cuando se les interroga acerca del motivo, aluden a la deshonestidad de la clase política (37.4%), el desinterés por la política (22.8%) y el no entendimiento de la misma (22.7%), como causas de la anterior opinión y actitud (cuadro 2 y 3).

Como comentario adicional decir que la Encuesta Nacional sobre Cultura Política (ENCUP) de la Secretaría de Gobernación (SEGOB) de ese mismo año 2012 registró sumando el poco y nada interesado por la política 84% de desinterés, ante 16% que afirmó tener mucho interés hacia la política (SEGOB, 2012).

Otra cuestión es si se debe de participar en política, aquí la opinión se divide entre quienes consideran que cuando es una obligación (26.4%) y aquellos que piensan que si se tiene información y responsabilidad (20.3%), además de confesar que cuando se obtiene un beneficio (16.8%) o también cuando se protesta por injusticias (14.8%) –esto último lo retomaremos en el apartado correspondiente a movimientos sociales– (cuadro 4).

Respecto al tema de las simpatías por un partido, casi la mitad de la población juvenil encuestada afirma que no tiene simpatía por ninguno (45.2%), en segundo lugar por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) (25%), tercero el Partido Acción Nacional (PAN) (11.9%) y a corta distancia el Partido de la Revolución Democrática (PRD)  (10.4%). A los que no tienen simpatías se les interrogó acerca de las razones para dicha postura, y el desinterés en primer lugar (31%), seguido del incumplimiento de las promesas (19.5%), no saber sobre política (14.8%) y la corrupción en la misma (13.1%), fueron las respuestas obtenidas (cuadros 5 y 6). Hubiera sido interesante preguntar también el porqué de los que sí tienen simpatías, ya que en la investigación suele tener lugar un sesgo que hace que se interrogue cuando la respuesta negativa no coincide con el ideal social, en este caso político participativo.

2.3.El voto joven

Llegados a este punto nos adentramos en el voto juvenil en últimas fechas, tema polémico y que habría que encararse desde la comprensión no desde el juicio. Se suele afirmar que los más jóvenes, o sea quienes lo ejercen por primera vez parecen entusiasmados con la idea, pero que con posterioridad el abstencionismo crece más entre la juventud que entre la población del país en su conjunto (cuadro 7).

Un informe del Instituto Federal Electoral (IFE) en torno a las elecciones del año 2012 afirma al respecto: “Analizando la participación ciudadana según la edad del votante, se observa que los niveles más altos de participación se concentran en la población de 40 a 79 años. Son las personas mayores a 80 años y los jóvenes de 20 a 39 años los que tienden a participar menos. Los jóvenes que por primera vez están ejerciendo su voto (sector de 18-19 años) representan una excepción entre la población joven, alcanzando niveles de participación muy cercanos a la media” (IFE, 2013).

A lo que hay que añadir que otros datos para otras elecciones también apuntan en el mismo sentido, como aconteció por ejemplo en 2003 y 2009, cuando algo más del 30% de jóvenes sufragaron en la primera y alrededor de 40% en la segunda (IMJUVE, 2013).

Ya entrando en el tema de las preferencias electorales en 2012 ciertos sectores juveniles depositaron su sufragio por Andrés Manuel López Obrador (PRD), sin embargo, un año antes las encuestas de opinión señalaban a Enrique Peña Nieto (PRI) como el favorito de toda la población y de la juventud en todo el país de manera particular, incluso la estudiantil universitaria en concreto, y los rumores iban en el sentido de cierto abstencionismo incluso por parte de este grupo social. Entre algunos cambios de porcentajes en las tendencias del sufragio, especialmente los que tuvieron lugar cuando terminaba el mes de mayo, estuvo la transformación de preferencias electorales entre la juventud y los estudiantes de nivel universitario especialmente.3 Para ilustrar este punto seleccionamos una encuesta de salida del diario Reforma (cuadro 8).

Como otro ejemplo mencionar que la exit poll de Consulta Mitofsky afirmó, como otros ejercicios estadísticos comunicaron, que López Obrador es quien gozó de las preferencias juveniles –además de los grupos con mayor grado de escolaridad en general que incluyen a más jóvenes– y quien menos fue Enrique Peña Nieto (Mitofsky, 2012; Moreno, 2012b).

2.3.Opinión pública sobre jóvenes políticos

Ahora un punto, como se indicó desde un inicio poco tratado, la opinión pública sobre la presencia y participación juvenil en el organigrama político. Esto se hace según dos fuentes: primero a través de una encuesta de estudiantes universitarios de la uam/x en 2010, 4 representativa de dicha comunidad de educación superior, y en segundo lugar por medio de una encuesta en la ciudad de México DF en junio del 2012.5

Según el primer ejercicio, los datos que arroja esta encuesta es que todos los grupos etarios parecen poseer el mismo nivel de confianza como candidatos –los jóvenes y los de edad adulta o mayor–, con la mitad de la población universitaria consultada que así opina (51.7%), no haciendo distingo de edad ni preferencia en la misma. Si bien también hay quien prefiere a los mayores (25.6%) y quien es partidario de los más jóvenes (22.7%). Recordar que se trata de una encuesta en una universidad pública, esto es a población joven por excelencia, y con residencia urbana (cuadro 9).

Por otro lado, y a una pregunta centrada en el tema sobre si es suficiente o insuficiente el número de jóvenes en cargos políticos se responde que no se considera de forma clara con más de la mitad de la comunidad consultada (59.8%), si bien hubo quien dijo no saber (23.9%, cuadro 10).

Una cosa son los números o la cantidad de jóvenes en el organigrama político institucional, y otra cosa es la calidad o responsabilidad en los puestos que se ocupan y la posición de poder que éste comporta. Por lo que en la encuesta se insistió en el tema sobre si la juventud estaba en posiciones de poder, a lo cual y como en el caso anterior casi la mitad de la muestra respondió negativamente (48.9%), si bien hubo también quien dijo no saber (22.9%); (cuadro 11).

Finalmente, otro interrogante cuestionaba sobre quién gobernaría mejor como presidente. De nuevo ambos grupos etarios, jóvenes y adultos o mayores, gobernarían mejor según más de la mitad del estudiantado que respondió a la encuesta (55.7%), en segundo lugar, una persona mayor o adulta (24.9%) y en tercero un joven (19.4%); (cuadro 12).

Según el segundo ejercicio ya mencionado, interrogantes similares se formularon, aplicaron y analizaron ahora desde los resultados de una encuesta en 2012, ésta realizada en México DF. En primer lugar decir que aquí son los adultos los que inspiran más confianza como candidatos a un puesto político (50.9%), según la mitad de la ciudadanía, en segundo lugar casi un tercio confían en ambos (32.6%) y en tercero un joven (13%). Nótese que aquí se trata de un ejercicio aplicado a ciudadanos de todas las edades, a diferencia de la anterior encuesta que era a jóvenes, y a jóvenes universitarios en particular, dos características que deben tenerse en cuenta. Eso sí si se desagrega la opinión según grupos etarios con objeto de afinar el análisis los más jóvenes dicen confiar más en un joven, los más mayores más en un adulto, y en cuanto a la opinión el ambos también sobresale porcentualmente hablando en el grupo de menor edad entre los encuestados (cuadro 13).

Por otra parte, y a la pregunta sobre quién gobernaría mejor en un puesto político, de nuevo persiste la tendencia de opinión y más de la mitad de la población concuerda con un adulto (51%), seguido por un tercio el ambos (33.6%) y finalmente un joven (12.6%) –con porcentajes similares a los obtenidos en la pregunta anterior–. El análisis según edad apunta, como ya se vio para el otro interrogante, la preferencia de los más jóvenes por un joven, de los más mayores por un adulto y del ambos de nuevo por la juventud (cuadro 14).

Curioso es observar la mirada de la juventud universitaria que según señalan los datos de la primera encuesta dicen que ambos, o sea, jóvenes y adultos, inspiran confianza como candidatos y gobernarían mejor como presidentes, si bien el segundo lugar, pero a bastante distancia, es para una persona adulta. También parece importante contrastar dicha visión con la de la población adulta del DF que según la otra encuesta aplicada a la misma afirma inclinarse para los dos puestos por un adulto de forma clara y contundente, mientras reserva la segunda posición para el ambos, esto es los dos grupos etarios. La conclusión parece clara en el sentido de un sesgo generacional: los jóvenes estudiantes universitarios no discriminan por edad y consideran a todos los grupos etarios capaces como candidatos y para su quehacer político en un cargo, no obstante en segundo lugar prefieren a una persona adulta. En cuanto a la población defeña –de todas las edades– se elige a una persona adulta como sobre quien tendrían mayor confianza y quien consideran gobernaría mejor, si bien en segundo lugar está la elección de ambos por igual. No obstante y como ya se ha apuntado parece claro que la juventud del DF si bien selecciona en los dos interrogantes presentados a una persona adulta, dicho porcentaje es muy similar a quienes se posicionaron por el ambos y son quienes entre toda la población consultada en mayor número indicaron un joven, por lo que sí se observa un rasgo generacional importante a tener en cuenta, ya que apunta a un reemplazo en cuanto a opiniones y con relación a la cultura política del país, por lo menos en este tema en concreto.

3.JÓVENES Y MOVIMIENTOS SOCIALES

Por supuesto, la política es mucho más que partidos políticos, procesos electorales o poderes del estado, también los movimientos sociales son parte de la política, y en ellos participan las y los jóvenes, cuando no son propiamente juveniles o en sus reivindicaciones o en cuanto a su composición.

En varias ocasiones en la historia de México han surgido movimientos estudiantiles, como el 68 y el de 71 o el 99, siendo emblemáticos en la historia de las últimas décadas en el país. En particular y en fechas recientes dos han destacado de manera singular, en el proceso preelectoral y con demandas democráticas apareció en mayo del año 2012 el #yoSoy132 inicialmente encabezado y organizado por estudiantes universitarios de centros privados a los que se les unió la universidad pública, y luego otras organizaciones y población en general. Por su parte, en octubre del 2014 y tras los hechos de Iguala, Guerrero, donde murieron y fueron heridas varias personas la mayoría estudiantes y con la desaparición forzada de 43 normalistas de Ayotzinapa surgió el movimiento encabezado y conformado por estudiantes universitarios fundamentalmente, si bien bajo consigna de los padres de los desaparecidos, además de conformado por un más amplio espectro social con posterioridad, éste reclamando la aparición con vida de los normalistas y castigo a los culpables.

3.1.Movimientos estudiantiles

De la manera más breve posible esbozaremos algunas características y trayecto de los movimientos estudiantiles y juveniles, especialmente por su organización y composición, para con posterioridad realizar el ejercicio de revisar la opinión pública en torno a estos movimientos.

El primero #yosoy132 del año 2012, como se dijo, aparece como reacción a la reacción –valga la redundancia– a un suceso en la Universidad Iberoamericana (UIA) ante la presencia del entonces candidato presidencial por el PRI, Enrique Peña Nieto, cuando grupos de estudiantes mostraron su descontento y repudio. En concreto el movimiento tuvo lugar como respuesta a las críticas de las que fueron objeto los estudiantes al ser desacreditados e insultados. Críticas que recibieron respuesta a través de un video realizado por éstos, que a su vez levantó una ola de solidaridad y apoyo social, en las redes primero y luego en las calles. Tras la acción colectiva inicial el movimiento creció y se amplió a diferentes reivindicaciones político electorales fundamentalmente. Sus peticiones iniciales versaban sobre la democratización de los medios de comunicación, el voto consciente e informado y el reclamo de la “no imposición” del candidato priista. Si bien con el paso del tiempo se amplió hacia la demanda de un nuevo modelo educativo, el sistema del modelo económico neoliberal en general, entre otras cosas y finalmente la renuncia de Enrique Peña Nieto, ya presidente electo (#YoSoy132, 2012).

El segundo movimiento de 2014, #todossomosayotzinapa, que traemos a estas páginas nació en la búsqueda de solución y justicia por la desaparición de 43 estudiantes de la Normal rural de Ayotzinapa en el estado de Guerrero, que tuvo lugar en Iguala –en los hechos iniciales fueron 6 los muertos, numerosos heridos y desaparecidos, al pasar de los días quedaron 43 jóvenes en calidad de desaparecidos forzados–, exigiendo su presentación con vida y castigo a los culpables, también en el proceso y con el paso del tiempo se acabó solicitando la renuncia del presidente Peña Nieto por su ineficacia en la búsqueda y la falta de resultados. Es un movimiento social por el derecho a la vida si bien implica muchas cosas más.

Tanto el YoSoy132 como el movimiento por Ayotzinapa se organizaron y estuvieron encabezados por jóvenes estudiantes universitarios quienes fueron su composición mayoritaria inicial y durante un buen tiempo sino todo, si bien con posterioridad aglutinaron a diversos grupos y sectores sociales de forma más amplia. Así son movimientos estudiantiles por su composición no por sus demandas en el estricto sentido, convocando más allá de los muros universitarios y los intereses y necesidades gremiales. No se olvida el Movimiento Estudiantil del Politécnico también en otoño del 2014, sin embargo éste sí se centró en cuestiones de planes de estudio, reglamentación interna y democratizar decisiones de la propia institución, y no se aborda en estas páginas por su carácter centrado precisamente en lo gremial.

3.2.Más expresiones de cultura política juvenil

Para enmarcar y contextualizar los anteriores movimientos dentro de la cultura política, algunas encuestas como la ya utilizada de Valores de la Juventud (SEP/UANAM, 2012a, 2012b), también abordan el tema del asociacionismo o participación en movimientos. Los resultados muestran como ésta es mínima, y entre el exiguo porcentaje que respondieron pertenecer a alguna asociación, organización, grupo o movimiento, predominan las tribus urbanas, el 132 –la encuesta fue en 2012- o un partido político (cuadros 15 y 16).

Recordemos, como ya se presentó con anterioridad, que uno de los momentos en que se debe participar es cuando se protesta ante injusticias sociales según este mismo ejercicio estadístico (cuadro 4).

3.3.Opinión pública sobre movimientos estudiantiles

Finalmente, aquí y como se hizo con la participación en la arena política formal, se aportan datos respecto a la opinión pública ahora sobre los dos movimientos estudiantiles recientes a través de dos encuestas específicas sobre los mismos. En cuanto al primero la encuesta fue aplicada en agosto del año 2013 –al año siguiente del desarrollo del movimiento–.6 Sobre el segundo se realizó en noviembre del 2014 –en pleno auge del movimiento–, ambas en la ciudad de México DF.7

Para empezar con el análisis de la información obtenida sobre lo que la ciudadanía defeña considera de estos movimientos, señalar que los conoce de forma mayoritaria, algo más el de Ayotzinapa (98.3%) que el 132 (82.8%), pero en todo caso se trata de movimientos sociales conocidos (cuadro 17). 8

En segundo lugar otro punto a tratar fue la honestidad de los mismos, teniendo en cuenta la desconfianza existente en cultura política mexicana. En estos casos en concreto son en general considerados honestos en especial de nuevo sobresale el movimiento en torno al caso de Ayotzinapa (48.1%) en comparación con el movimiento estudiantil del 2012 (73.7%). Tanto en estas respuestas como en las siguientes siempre hay algo más de jóvenes que personas adultas favorables a la caracterización positiva del movimiento en diversos aspectos, no obstante, la diferencia porcentual no es estadísticamente hablando significativa en general por lo cual no se subraya en el análisis (cuadro 18).

Por otra parte, también la población consultada del df afirma simpatizar con los movimientos en general, de nuevo la tendencia favorable se enfatiza en cuanto al movimiento del año 2014 por Ayotzinapa (74.1%), si bien casi la mitad de la muestra también simpatiza con el estudiantil del 2012 (cuadro 19).

Otra pregunta giraba sobre los logros de los movimientos, para el primer caso los que valoran que tuvo, y para el segundo los que imaginan tendrá –por el momento de la aplicación del estudio–. Al respecto hay que decir que en este caso no hay tanta valoración positiva en el sentido de obtener logros, no se cuenta con tanta certeza pero sí cierto porcentaje de población los considera existentes o posibles. Otra vez los resultados en este sentido son más elevados para el movimiento #todossomosayotzinapa (47.8%) que para el #yosoy132 (39.2%); (cuadro 20).

Por último, uno de los interrogantes finales para ambas encuestas es sobre si creen que México necesita un movimiento así, con lo cual se pretendía una evaluación sobre los mismos de carácter general, así como las perspectivas de futuro de los movimientos y del país. Al respecto la mayoría de la ciudadanía consultada respondió de forma afirmativa: sí México necesita unos movimientos así para 64.8% de los interrogados sobre el 132 y para 73.7% de los que dieron su opinión al respecto sobre el de Ayotzinapa (cuadro 21).

En resumen y como se ha dejado claro en este aparatado, parece haber una percepción valorativa positiva de los movimientos sociales estudiantiles y juveniles aquí estudiados por parte de la población capitalina, en especial y como se ha visto producto de la comparación el movimiento #todossomosayotzinapa. Por otra parte y como ya se mencionó en el comentario a la primera pregunta de estas dos encuestas revisadas, la juventud de la ciudad de México es quien parece poseer una opinión más favorable que otros grupos de edad –adultos y mayores–, si bien con diferencias no significativas, sí como tendencia de fondo a contemplar.

4.CONSIDERACIONES FINALES

Lo que se ha hecho en estas páginas es una revisión descriptiva y un análisis panorámico muy general de la relación de jóvenes y política en México en años recientes y nuestros días, si bien de forma breve y resumida en cuanto a datos concretos, sí de manera amplia con relación a la concepción de la política y la participación política. Así se ha revisado la política institucional y los movimientos sociales, participación política convencional y social, la presencia de jóvenes en el organigrama político hasta la percepción social sobre la misma, la composición juvenil de movimientos sociales hasta la opinión pública también sobre los mismos, pasando por la cultura política juvenil y las preferencias electorales de este grupo etario.

Entre otros resultados que ahora abordaremos, destaca en general el sesgo etario y autovaloración positiva grupal juvenil. Hay una identidad generacional y como grupo de jóvenes que se autoidentifican, de ahí la mirada más favorable en varios aspectos a la presencia de jóvenes en la política, por ejemplo, o en cuanto a la calificación de movimientos sociales juveniles, y también se observa cierta tendencia a la sobrevaloración del propio grupo, lo que desde la psicología social se conoce como la autoidentidad genérica sobrevalorada y los autoestereotipos positivos (Tajfel, 1984; Reicher, 1996).

Como parte final, reiterar algunos hallazgos. En primer lugar, la presencia de jóvenes en la política formal es reducida, la cultura política juvenil sobresale por su desinterés hacia la política, las pocas simpatías hacia los partidos políticos y una participación electoral últimamente similar en número a la población en general y en cuanto a preferencias también en las pasadas elecciones que pareció decantarse por opciones de izquierda, finalmente la juventud universitaria no hace tantos distingos de edad como la población del DF en cuanto a confianza por candidatos o mejor gobierno de un presidente con relación a su edad, la última prefiere a una persona adulta, a la primera le es indistinto.

En segundo lugar, en fecha reciente ha habido tres movimientos estudiantiles en el país: #yosoy132 en 2012, el Movimiento del Politécnico en 2014 y #todossomosayotzinapa también en 2014, sobre el primero y el último se han expuesto algunos hechos y características, no obstante, lo que aquí queremos destacar es como y de nuevo según encuestas de opinión pública la ciudadanía no está organizada y participa poco en grupos o movimientos sociales. Pero con relación a los mencionados movimientos proyecta una mirada en general favorable, muy particularmente el de Ayotzinapa, que no solo conoce, sino que considera honesto, simpatiza y además “México necesita un movimiento así”, esto último vale decir que se afirma mayoritariamente para ambos, cualquier cosa que eso signifique.

Así las cosas y como punto ahora sí final es claro como y al parecer se confía más en los movimientos que en la política formal y a los jóvenes en los mismos que en un cargo político. Quizás el desinterés en la política institucional derive en el interés en las causas y reclamos de los movimientos sociales que luchan por la democracia y por la vida, cuestiones éstas que los actores políticos institucionales no parecen querer o poder resolver, de ahí la lucha juvenil y estudiantil en nuestros días.

5.REFERENCIAS

Consejo Nacional de Población (conapo) (2010). “Proyecciones de la población 2010
2050”, conapo. Disponible en: http://www.conapo.gob.mx/es/CONAPO/Proyecciones.

Consulta Mitofsky (2012). “Encuesta de salida 1° de julio”, Mitofsky, 2012.
Disponible en: www.consulta.mx.

Democraciajoven12 (2012). Disponible en: http://elige.net.

Instituto Federal Electoral (IFE). (2013). “Estudio Censal de la Participación Ciudadana en
las Elecciones Federales de 2012”. Disponible en: http://www.ine.mx/docs/IFE-v2/DECEYEC/DECEYEC-EstudiosInvestigaciones/InvestigacionIFE/ Estudio_Censal_Participacion_Ciudadania_2012.pdf.

Instituto Mexicano de la Juventud (IMJUVE) (2013). “Diagnóstico de la juventud
mexicana”. Disponible en http://www.injuventud.gob.mx/img/uploads/Diagnostico_Sobre_Jovenes_En_Mexico

Instituto Nacional Electoral (INE) (2015). “Lista Nominal”, Instituto Nacional Electoral
INE. Disponible en: http://www.ine.mx/archivos3/portal/historico/contenido/Estadisticas_Lista_Nominal_y_Padron_Electoral/

Moreno, A. y R. Gutiérrez (2011). “Favorecen al pri jóvenes y universitarios” en
Enfoque, Reforma, 3 abril 2011, México, pp.11-13.

Moreno, A. (2012a). “Favorecen jóvenes a Peña Nieto, pero…” en Enfoque, Reforma,
22 abril, México, p. 10-11.
-(2012b). “Así votaron…”, Reforma, 2 julio, México, p. 10.

Reicher, S. (1996). “The Battle of Westminster”: Developing the social identity model
of crowd behavior in order to explain the initiation and development of collective conflict” European Journal of Social Psychology (26) 115-134.

Secretaría de Educación Pública/Universidad Nacional Autónoma de México (sep/unam)
(2012a). “Encuesta Nacional de Valores de la Juventud. Resultados Generales”, SEP/UNAM, Disponible en: http://www.imjuventud.gob.mx/imgs/uploads/ENVAJ_2012.pdf
-(2012b). (2012). “Encuesta Nacional de Valores en la Juventud 2012. Informe Gráfico”.
Disponible en: www.juridicas.unam.mx/invest/areas/opinion/envaj/pdf/resumen.

Secretaría de Gobernación (SEGOB) (2012), “Encuesta Nacional sobre Cultura Política y
Prácticas Ciudadanas 2012. Principales Resultados”, SEGOB. Disponible en: http://encup.gob.mx/work/models/Encup/Resource/69/1/images/Presentacion-Quinta-ENCUP-2012.pdf.

#YoSoy132 (2012). Disponible en: http://www.yosoy132media.org/

Tajfel, H. (1984). Grupos humanos y categorías sociales. Barcelona: Herder.

1 En el caso de México varios autores y autoras lo han tratado, entre quienes destacan José Antonio Pérez Islas, Maritza Urtega Pozos, Rossana Reguillo, Anna María Fernández Poncela y Enrique Cuna.        

2 En el año 2015 hubo elecciones de Diputados, sin embargo, el panorama aquí descrito no varió mucho. No obstante, se presentan los datos de las elecciones del año 2012, ya que las encuestas que a continuación se emplean son también de dicho año.

3   Varias casas encuestadoras así lo señalan: Covarrubias, Reforma, Consulta Mitofsky, Buendia&Laredo, Milenio gea-isa, etc., entre ellos se destacan los textos de Moreno 2012a y 2012b, y de Moreno y Gutiérrez, 2013.

4 La encuesta se aplicó en 2010 en la Universidad Autónoma Metropolitana/Xochimilco, la muestra sobre el universo total de la comunidad estudiantil tuvo un tamaño de 503 estudiantes, el intervalo de confianza fue de 95% y el margen de error de + -4. A dicha muestra se le aplicó el porcentaje correspondiente y representativo por carrera y división –Ciencias Sociales y Humanidades, Ciencias Biológicas y de la Salud, Ciencias y Artes para el Diseño–, en cuanto al sexo contó con 46.3% de población masculina y 53.7% de femenina, respecto a la edad ésa iba de 18 a 29 años en general, con una moda de 22 años.

5 Esta encuesta tiene una muestra de 770 casos, con un margen de error de + - 3.5 y un nivel de confianza de 95%. En la misma participaron 47.8% de mujeres y 52.2% de hombres. Se aplicó la segunda semana del mes de junio en distritos del df, 10 por sección y cada 10 casas a residentes de determinadas colonias de determinadas delegaciones del df. El nivel de estudios es: 3.1% sin estudios, 8.4% con primaria, 20.9% secundaria, 31.7% bachillerato y 35.8% universitarios. En cuanto a su ocupación: 56.4% declararon ser trabajadores, 16.6% amas de casa, 15.7% estudiantes, 5.5% jubilados y 5.8% desempleados; 23.2% dijeron laborar en el sector público, 23.8% por cuenta propia y 12.1% en el sector privado. Aclarar que los resultados son representativos únicamente de la muestra consultada, no obstante, es posible considerar que algunas tendencias pueden estar relacionadas con las del universo estudiado.

6 La población de este estudio contempla a las y los mexicanos que viven en la ciudad mayores de 18 años que según el ife, en el 2012, que es de 7,720.617 millones. El tamaño de la muestra fue de 600 personas residentes en el momento del levantamiento y al menos un año atrás –para las preguntas que aquí e analizan quedaron 497 casos reales–. Se diseñó una muestra no probabilística por cuotas, con una confiabilidad de 95% y un margen de error de + - 4. Las categorías elegidas fueron el sexo y la edad, especialmente esta última y por la temática de la misma encuesta se considera importante –el sexo resultó no serlo–, es por ello que se seleccionaron tres grupos etarios que conglomeraban en partes iguales a personas de entre 19 y 29 años para el primer grupo, 30 y 44 años el segundo, y mayores de 45 años para el tercero, por lo que fueron 200 individuos por grupo de edad. En cuanto al sexo la muestra está integrada por 288 hombres y 312 mujeres, es decir 48% de sujetos del sexo masculino y 52% del sexo femenino –que se corresponde con la lista nominal Instituto Nacional Electoral (ine), “Lista Nominal”, Instituto Nacional Electoral (INE), 2015. Disponible en:   http://www.ine.mx/archivos3/portal/historico/contenido/Estadisticas_Lista_Nominal_y_Padron_Electoral/ – esto es 96 hombres y 104 mujeres por cada grupo etario. Es un ejercicio no probabilístico por lo que los resultados obtenidos son representativos de la población encuestada y las inferencias se realizan sobre la muestra, no obstante, se considera que alumbran tendencias más allá de la misma. El levantamiento de campo se realizó cara a cara con un cuestionario de 15 preguntas –cuantitativas y cualitativas-, en agosto del año 2013 en el Centro Histórico de la Ciudad de México, tuvo lugar en vía pública y en centros de afluencia.

7 Este segundo ejercicio estadístico cuenta con características similares al anterior. De manera resumida el tamaño de la muestra fue de 600 casos –de los cuales los reales para los interrogantes aquí revisados fueron 590-: mitad hombres y mitad mujeres, y un tercio entre 19 y 29 años, otro entre 30 y 44 años, y un tercer grupo de 45 y más años de edad. La encuesta se realizó a la población que vive en el df y que es mayor de edad. Con una confiabilidad de 95% y un margen de error de + - 4. Se trata de una muestra no probabilística y por cuotas que fueron el sexo y la edad. Por ello los resultados son representativos de la ciudadanía que participó y las inferencias se realizan sobre la muestra, sin embargo, es posible que apunten tendencias de la población del DF en general. El levantamiento de campo fue cara a cara en vía pública, en concreto en las calles del Centro Histórico, en noviembre del 2014. El cuestionario constó de 14 interrogantes la mayoría cuantitativos y algunos de carácter cualitativo.

8 Este primer interrogante sí se realizó sobre el total de ambas muestras iniciales, o sea los 600 casos proyectado.


Recibido: 01/04/2017 Aceptado: 19/06/2017 Publicado: Junio de 2017

Nota Importante a Leer:

Los comentarios al artículo son responsabilidad exclusiva del remitente.
Si necesita algún tipo de información referente al articulo póngase en contacto con el email suministrado por el autor del articulo al principio del mismo.
Un comentario no es mas que un simple medio para comunicar su opinion a futuros lectores.
El autor del articulo no esta obligado a responder o leer comentarios referentes al articulo.
Al escribir un comentario, debe tener en cuenta que recibirá notificaciones cada vez que alguien escriba un nuevo comentario en este articulo.
Eumed.net se reserva el derecho de eliminar aquellos comentarios que tengan lenguaje inadecuado o agresivo.
Si usted considera que algún comentario de esta página es inadecuado o agresivo, por favor, escriba a lisette@eumed.net.
Este artículo es editado por Servicios Académicos Intercontinentales S.L. B-93417426.