Revista: CCCSS Contribuciones a las Ciencias Sociales
ISSN: 1988-7833


SEGURIDAD Y BIENESTAR PARA LA POBLACIÓN ECUATORIANA EN RIESGO DE DEPENDENCIA

Autores e infomación del artículo

Ana Cecilia Andrade Martínez

María Elena Espín Oleas

Escuela Superior Politécnica de Chimborazo, Ecuador

acam433@gmail.com

Resumen­:

El desarrollo de la protección social como un logro de las sociedades construye  calidad de vida en sus ciudadanos. Cada vez la protección social se va estilizando e incorporando nuevas coberturas que hasta hace pocos años no  eran consideradas como necesarias. En éste sentido, Europa se convierte en un  modelo de múltiples formas de aseguramiento que van garantizando la protección a una población que progresivamente alcanza una mayor esperanza de vida, mientras que los países en vías de desarrollo van estructurando mediante distintas iniciativas formas cada vez más completas de protección social.

El caso ecuatoriano es particularmente interesante. Mientras que su población va accediendo a  una mejor  educación y atención médica, logrando así, más años de vida, ésta se ve afectada por un perfil epidemiológico en el que conviven las enfermedades infectocontagiosas y las metabólicas; las primeras propias de las sociedades subdesarrolladas que aún no han logrado niveles satisfactorios de salud pública y las segundas, propias de los países desarrollados donde la oferta de grasas saturadas, alimentos hipercalóricos y sedentarismo son la causa. El otro aspecto a considerar es que a pesar del aumento de la esperanza de vida, la protección social al grupo de la tercera edad y al grupo de los discapacitados, es todavía incipiente. Tan sólo se ha logrado imponer una ley de discapacidades y una ley del anciano, las que se traducen en ayudas puntuales y consideraciones circunstanciales para dicha población, sin que existan mecanismos y estructuras que garanticen coberturas médicas y de protección social permanentes, tal cual es lo que estos grupos requieren.

PALABRAS CLAVES: Seguridad, Prevención, Protección, Riesgos Dependencia.

Summary:  
The development of social protection as an achievement of societies builds quality of life for its citizens. Each time social protection is stylized and incorporating new coverage that until a few years ago were not considered necessary. In this sense, Europe becomes a model of multiple forms of insurance guaranteeing protection to a population that progressively reaches a higher life expectancy, while the developing countries are structuring by means of different initiatives more and more complete forms Of social protection.

The Ecuadorian case is particularly interesting. While its population is gaining access to better education and medical care, thus achieving more years of life, it is affected by an epidemiological profile in which infectious and metabolic diseases coexist with metabolic; The first ones of underdeveloped societies that have not yet achieved satisfactory levels of public health and the second ones, typical of developed countries where the supply of saturated fats, hypercaloric foods and sedentarism are the cause. The other aspect to be considered is that despite the increase in life expectancy, social protection for the elderly group and the disabled group is still incipient. It has only been possible to impose a disability law and an elder's law, which are translated into specific aid and circumstantial considerations for the population, without the existence of mechanisms and structures that guarantee permanent medical and social protection coverage, as is the case. That these groups require.

KEYWORDS: Safety, Prevention, Protection, Risks Dependence.



Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Ana Cecilia Andrade Martínez y María Elena Espín Oleas (2017): “Seguridad y bienestar para la población ecuatoriana en riesgo de dependencia”, Revista Contribuciones a las Ciencias Sociales, (enero-marzo 2017). En línea:
http://www.eumed.net/rev/cccss/2017/01/dependencia.html

http://hdl.handle.net/20.500.11763/cccss1701dependencia


 INTRODUCCIÓN:

Desde que el hombre se ha preocupado de su seguridad y bienestar. Los primeros intentos de conseguirla estuvieron ligados a sus acciones individuales o en el mejor de los casos a su interacción con su familia o su clan. Conforme evoluciona la estructura social humana, las formas de autoprotección van surgiendo creativamente con base en la solidaridad. Europa se convierte así en el  modelo de múltiples formas de aseguramiento que van garantizando paulatinamente la satisfacción de las necesidades básicas y una mayor esperanza de vida. Paradójicamente, la mejora de la calidad y la esperanza de vida plantean nuevos desafíos, como por ejemplo la mejora en los cuidados profesionales para aquellas personas que necesitan de otras para desarrollar sus actividades diarias mínimas.  Frente a esta nueva exigencia social, los países desarrollados implementan el seguro de dependencia, probablemente el “gold standard” del bienestar actual de la sociedad, y lo hacen en la mayoría de los casos basados en un financiamiento mixto (de tipo público y privado), con la esperanza de cubrir a toda la población y de garantizar la suficiencia y oportunidad de recursos.

Muchos de los países con economías más modestas aún no han resuelto bien sus programas de protección social básica, por lo tanto, el seguro de dependencia constituye un añorado sueño que está muy lejos de concretarse. El Ecuador es uno de estos estados, que muestra un sector público ineficiente y poco desarrollado. La seguridad social pública cubre a menos de la cuarta parte de la población y la satisfacción de sus beneficiarios es muy baja. Sin embargo, el sector privado, básicamente la banca, después de la crisis de 1999,  muestra interesantes perspectivas de solidez y crecimiento.

Apostar por el sector público ecuatoriano, en la etapa en la que se encuentra, y con la inestabilidad política que reina, nos ha parecido un desatino, a pesar de nuestra convicción de que el seguro de dependencia debe cubrir a toda la población y no solamente a aquella con poder adquisitivo. Sin embargo, implementar una experiencia novedosa y demostrativa de un seguro de dependencia privado puede apoyar el desarrollo de iniciativas a nivel público.

Este trabajo constituye una propuesta técnica para la implementación de un seguro de dependencia privado con cobertura nacional en el Ecuador. Se basa en la existencia de un mercado potencial de usuarios, de cierto nivel social, por ende con una cultura de aseguramiento desarrollada, conscientes de las ventajas de la prevención y protección financiera  frente a los riesgos que estamos expuestos, especialmente cuando la esperanza de vida se prolonga. Se fundamenta también en la existencia de una estructura financiera establecida en la banca y en el sector asegurador del Ecuador, que está interesada en nuevas opciones de inversión y en la apertura de nuevos mercados. Se trata entonces de acercar estos dos sectores y formular un proyecto de integración y beneficio común orientado a fortalecer la gestión de riesgos en nuestro país.

La presente investigación tiene como objetivo el de disponer de un nuevo producto en el mercado asegurador ecuatoriano, que permita mejorar el nivel de calidad de  vida y cuidados que deben recibir las personas en estado de dependencia. Para ello se analiza la realidad internacional y nacional respecto al estado de la dependencia en función del marco teórico y estadísticas existentes, se estudian las características y particularidades de los niveles de dependencia como problema médico social de actualidad, se investiga la oferta de servicios públicos y privados para los dependientes en el Ecuador y se establece la factibilidad técnica y financiera de implementar el producto para el país.

La misma que está desarrollada en tres epígrafes: El  primero que corresponde a los antecedentes teóricos del  futuro de dependencia, un segundo epígrafe que corresponde a los datos estadísticos que evidencian los indicadores de dependencia,  un tercer epígrafe que demuestra la realidad del  seguro privado frente al problema de la dependencia, además se incluye conclusiones y bibliografía.

DESARROLLO:

El futuro de la dependencia

La raíz de la implementación de las pensiones y los seguros de asistencia médica,  los mismos marcan la pauta para reflexionar sobre las consecuencias económicas y sociales del envejecimiento, lo que permite que la dependencia lentamente vaya abriéndose paso; lamentablemente al envejecimiento se le considera como un problema y no como una realidad sobre la cual podemos reflexionar. En el tema que nos ocupa, relativo a las personas que no pueden desarrollar sus actividades cotidianas por su propia cuenta, sino que requieren de la ayuda de otras personas, la solución es proponer nuevos esquemas de previsión, pero para lograr el objetivo se deben analizar las políticas actuales de gobierno y la razón por las cuales deben ser cambiadas. (Rodríguez, P. 1998)

Si se consideran únicamente los datos oficiales del año 2000, un total de 504.203 personas partieron legalmente del Ecuador y retornaron 355.836. Esto da como resultado una emigración neta de 148.367 personas, el registro más alto en relación a cualquier año anterior.

El flujo migratorio interno del país refleja un desplazamiento desde y hacia todas las provincias. El volumen migratorio del último movimiento realizado por las personas de 5 años y más de edad, entre 1985 y 1990, alcanza a medio millón de personas, concentrándose principalmente en las provincias más pobladas del país: Pichincha y Guayas con casi la mitad de los migrantes (47,4%). Pichincha recibió a 142 mil personas (29 mil por año, en promedio) que proceden principalmente de Cotopaxi, Manabí, Chimborazo, Loja, Imbabura y Carchi; Guayas receptó a 113 mil migrantes con un promedio de 23 mil anuales, provenientes en su mayoría del resto de provincias del litoral, de Chimborazo, Bolívar y Azuay.(CEPAR 1993)

Otro asunto a considerar son las condiciones en las que se desenvuelven las y los migrantes en su trabajo para lograr "ahorrar" dinero para sus familias. Es conocido, por ejemplo, que los "albañiles de la construcción, en su mayoría migrantes, se alimentan mal. Pues el menú de ‘cola con pan’ no permite ni siquiera la reproducción de la energía gastada en el trabajo". (Díez, N. 2006)

Un último aspecto para destacar, es a quien le correspondería la gestión de las nuevas prestaciones, por tanto debemos analizar correctamente la situación para no repetir los males existentes. Lo ideal sería la creación de una nueva entidad que se dedique el manejo de los riesgos de la dependencia, acompañado de un muy buen marco legal, que no permite tener vacíos para su difusión y manejo. Otro punto a considerar es lograr el apoyo de las casas asistenciales privadas, ya que las públicas no cuentan con la infraestructura necesaria para atender dichas necesidades de las personas.

Así, las alternativas propuestas para la protección de las situaciones de dependencia bien podrían analizarse, de forma general, mediante el siguiente cuadro:
Una de las características recientes, más sobresalientes y más publicitadas de las sociedades desarrolladas de nuestro tiempo es lo que se ha venido en llamar su “envejecimiento demográfico”. Con el término “envejecimiento” se hace referencia al incremento de la proporción de personas mayores, entendiendo por tales las que tienen 65 y más años, por ser esta la edad más frecuente de jubilación de las personas que han tenido un trabajo asalariado. Pero Naciones Unidas está considerando en sus últimos documentos que las personas mayores son las de 60 y más años. Se trata de un concepto, como tantos en ciencias sociales, ambiguo, equívoco y que hace referencia a un conjunto heterogéneo. (Aznar López, M.1998)

Es difícil establecer el límite, el momento en que empieza el envejecimiento de una persona, pues es un concepto biomédico, y no tanto laboral o de edad. Por otra parte, es importante señalar que la utilización de la palabra “envejecimiento”, con sus connotaciones negativas, es como mínimo desafortunada, puesto que las poblaciones no envejecen realmente, lo que hacen es modificar su estructura por edades. A este respecto, el Parlamento Europeo (2002; pág. 9) le recuerda a los servicios de la Comisión Europea “que es especialmente importante evitar los conceptos discriminatorios, como por ejemplo la expresión envejecimiento excesivo, tanto en los textos jurídicos como en sus justificaciones”.

El último estadio se caracterizará, por tanto, por un nuevo equilibrio entre la mortalidad y la fecundidad que volverá a producir una población estable, poniendo fin a la fase de gran crecimiento. Pero a diferencia del equilibrio pretransicional, esta vez ambos indicadores se situarán en valores bajos. Maldonado Molina, J.A. (2003)

Pues bien, si los recién nacidos ya no fallecen durante sus primeros años, la proporción de niños y jóvenes aumenta, es decir, la población rejuvenece. Eso es precisamente lo que ocurre en las poblaciones de los países en vías de desarrollo, en algunos de los cuales los menores de quince años llegan a ser casi la mitad de la población. Esa juventud demográfica suele explicarse únicamente por la elevada fecundidad, pero en realidad tiene como motivo principal el reciente aumento de la esperanza de vida causado, en su mayor parte, por la súbitas mejoras en la mortalidad infantil durante la segunda mitad de este siglo”. Maldonado Molina, J.A. (2003

En definitiva, y como señala Díez, N. (2000), el crecimiento relativo de la población mayor no va a continuar indefinidamente. Desde el punto de vista del análisis demográfico, puede que la proporción de personas mayores llegue al 25% o incluso hasta el 30%, pero no más allá, “pues al llegar a esas proporciones se habrá llegado también a una situación en la que la interrelación entre las tasas resultantes de fecundidad y mortalidad conducirán a una ‘población estable’ o próxima a ella”, con una tendencia al crecimiento negativo cuando el número de defunciones sobrepase al de nacimientos, que puede ser compensado si se tiene un saldo migratorio positivo.

La dependencia puede aparecer en cualquier momento de la vida. Puede estar presente desde el nacimiento, desencadenarse a consecuencia de un accidente o de una enfermedad aguda en la infancia, la juventud o la vida adulta o, más frecuentemente, ir apareciendo a medida que las personas envejecen, como consecuencia de enfermedades crónicas (enfermedad de Alzheimer, artritis, osteoporosis, entre otros.) o como reflejo de una pérdida general en las funciones fisiológicas, atribuible al proceso global de senescencia (Rodríguez, P.,1998.)

Por tanto, a medida que queramos obtener mayor precisión en la valoración de la dependencia, tendremos que ir diferenciando y midiendo los tres componentes, deficiencia, actividades y ayuda, sin prescindir de ninguno de ellos.

En resumen, los principales riesgos del asegurador ante la cobertura de las situaciones de dependencia son: (Demanda, cobertura pública, deterioro imagen, información escasa, activos/ pasivos, costos de capital, riesgo moral, proveedores, Legislación, desamortización, actuación propia, rescate, mediación, instrumentales.)  

Por ello el asegurador ha de realizar, como criterio fundamental ante el seguro de dependencia, una política activa de gerencia de riesgos que redunde en beneficio de su planificación estratégica y su capacitación en la toma de decisiones.

Indicadores de la seguridad y dependencia

El índice de dependencia demográfica registrará un sostenido descenso hasta alcanzar en el año 2025 un valor cercano al 51%. En otros términos, la carga demográfica potencial de la población en edades productivas se reducirá, ampliando para el país la posibilidad de aprovechar la denominada “ventana de oportunidades” o aquel período finito en el tiempo en que el mayor crecimiento de la población de las edades laborales ofrecerá la posibilidad de aumentar la producción y la riqueza nacional a través de su adecuada y progresiva incorporación al trabajo.

En este marco es de vital importancia, además de incentivar la generación de empleo adecuado, incrementar el stock de capital humano mediante la aplicación de medidas que faciliten el acceso de la población a educación, salud y capacitación de calidad. Cabe advertir que de no modificarse la trayectoria de la fecundidad, la reducción de la carga demográfica revertirá su tendencia descendente en el periodo 2040-2045.

Las proyecciones también evidencian que como resultado de la sostenida disminución de la fecundidad y el progresivo aumento de la esperanza de vida de la población adulta mayor, el índice de envejecimiento demográfico16 prácticamente duplicará su valor entre los años 2008 y 2025. Así, mientras en la actualidad por cada 100 menores de 15 años hay 27 personas de 60 y más años.

Esta variable proporciona la distribución de la población según la edad. Se incluye información por sexo y grupo de edad (0-14 años, 15-64 años, 65 años y más). La estructura de edad de una población afecta los problemas socioeconómicos claves de una nación.
Los Indicadores de mercado laboral, durante marzo 2016 a nivel nacional se tiene:

  • De la población total, el 69,6% está en edad de trabajar.
  • El 68,6% de la población en edad de trabajar se encuentra económicamente activa.
  • De la población económicamente activa, el 94,3% son personas con empleo.

En el trimestre de marzo 2016 a nivel nacional:

  • La población en edad de trabajar (PET) es de 11,5 millones de personas.
  • La población económicamente activa (PEA) es de 7,9 millones de personas
  • La población económicamente inactiva (PEI) es de 3,6 millones de personas.

Personas con discapacidad

Personas con discapacidad por Género

El envejecimiento de la población también se aprecia en la proporción que representa el grupo de 60 años y más respecto al total de habitantes de los países. Los países europeos, junto con Japón, son los que se encuentran más avanzados en este proceso. En la mayoría de ellos al menos una de cada cinco personas tiene 60 años de edad o más. Se estima que para 2050 alrededor de uno de cada tres sean adultos mayores en esos países. Mientras que en muchas regiones de las regiones menos desarrolladas los adultos mayores representarán a más de uno de cada cuatro habitantes.

A pesar de las diferencias, todos los países apuntan a tener mayores proporciones de adultos mayores. La siguiente serie de mapas presenta un panorama del proceso de envejecimiento a nivel mundial. En el año 2000, uno de cada diez países tenía una población de adultos mayores que superaba o igualaba a 20 por ciento; mientras que en 2050 serán alrededor de seis de cada diez, como se hace evidente en el último mapa.

A excepción de la mayor parte de los países africanos, donde la transición demográfica está actualmente en un proceso incipiente, el resto de los países estarán enfrentando un envejecimiento avanzado de su población.

Los indicadores de discapacidad congénita y adquirida sumados al de esperanza de vida evidencian un incremento en los mismos a nivel mundial lo que ocasiona y un riesgo latente  el mismo que debe ser tratado mediante la transferencia a aseguradoras que contemplen  planes de dependencia que mejoren la calidad de vida no solo de la persona con discapacidad sino también  de su núcleo familiar.

El seguro privado frente al problema de la dependencia.

El fin del presente trabajo de investigación, es dejar sentado un precedente a las autoridades gubernamentales, para lograr el apoyo y desarrollo del seguro de dependencia para toda la población ecuatoriana.

El momento que se cuente con dicho apoyo, el seguro se desarrollará y permitirá, previa modificación de la ley, que se acceda también al mismo a través del Seguro Social; por tanto lograríamos la introducción pública del seguro.

La gran ventaja del desarrollo del seguro privado de dependencia en el Ecuador, es la apertura de plazas de trabajo, lo que frenará el flujo migratorio a otros países.

Dada la novedad de la situación de la dependencia en el mundo, los diversos países, están adoptando formas estandarizadas de codificación y valoración. Recientemente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) promulgó la «Clasificación Internacional del Funcionamiento de la Discapacidad y de la Salud» (CIF). A partir de esta resolución, la OMS pone a disposición de particulares, Administraciones y Estados una herramienta que trata de simplificar y unificar terminologías y sistemas de graduación de todos los problemas relacionados con la discapacidad. Este es un gran paso si admitimos que hasta hace poco, lo único que disponíamos era de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE), cuya última versión es la número 10, ampliamente utilizada en todo el mundo.

La CIF contempla tres grandes áreas, que conviene conocer con el afán de simplificar su entendimiento:

  • Deficiencias: Estructuras y deficiencias del cuerpo.
  • Limitaciones y restricciones: Actividades que realizan las personas.
  • Ayudas personales, técnicas o barreras: Contexto con el que interactúa. Esta última área explica mejor lo que corresponde a la dependencia, pues contempla la necesidad de la ayuda de una tercera persona para realizar las funciones vitales de la vida diaria.

Muchas son las escalas y valoraciones utilizadas. No existe un acuerdo y cada tabla o baremo presenta su propia riqueza y complejidad. El camino para la estandarización todavía está plagado de tropiezos. Es de esperarse que en un futuro el mismo desarrollo de la responsabilidad social con respecto a la dependencia lleve a la unificación de criterios.

En cuanto a la graduación de la dependencia, todavía estamos lejos de disponer de un instrumento internacional unificado. Existen una amplia diversidad de criterios e indicadores para clasificarla. El caso español es interesante y es el que vamos a analizar.

Según el Libro Blanco de la Dependencia, España tiene actualmente unas 860.000 personas en dicha situación; esto sobre una población total de 43 millones de personas, resulta ser un 2%. Las estimaciones para Ecuador son similares y están en el orden del 1,7%, porcentaje inferido de los datos del CONADIS, Consejo Nacional de Discapacidades, basada en el Censo Nacional de 2001. El Libro Blanco de la Dependencia, explica que con el fin de valorar cuantos españoles están en situación de Dependencia, se utilizó la clasificación en tres grados:

Grado 3 (gran dependencia): Cuando la persona necesita ayuda para realizar distintas actividades básicas de la vida diaria varias veces al día y, por su pérdida total de autonomía mental o física, necesita la presencia indispensable y continúa de otra persona. (14.1% de los casos).
Grado 2 (dependencia severa): Cuando la persona necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria dos o tres veces al día, pero no requiere la presencia permanente de un cuidador. (30,5% de los casos).
Grado 1 (dependencia moderada): Cuando la persona necesita ayuda para realizar una o varias actividades básicas de la vida diaria, al menos una vez al día. (55,4% de los casos).

Debido a que en Ecuador no existe una valoración de éste tipo, y dada la coherencia de la graduación española, la hemos adoptado para este trabajo.
Las hipótesis estadísticas y financieras utilizadas para esta las proyecciones de ingresos y gastos han sido:
Obtenemos así un valor de la prima media estimada a cobrar de 24 dólares anuales, en base a unas hipótesis razonables, en cuanto a los resultados esperados con una proyección de 28 años.

CONCLUSIONES

  1. El desarrollo de la protección de la Seguridad Social en Ecuador es incipiente y el sector público ha sido incapaz, hasta la fecha, de cumplir sus obligaciones  en cuanto a la cobertura de la población y a la calidad de las prestaciones. Hasta el momento menos del 20% de la población está cubierta por la Seguridad Social ecuatoriana mediante prestaciones que no contemplan en absoluto la protección a la Dependencia.
  1. Existe una demanda social en el Ecuador que reclama protección para las personas que padecen algún grado  de discapacidad,  esto ha hecho que se desarrolle una ley específica para ello; sin embargo la Ley sobre Discapacidades no hace sino garantizar protección puntual en ciertas circunstancias, pero no trata el problema de la desprotección grave de quienes viven en territorio ecuatoriano y padecen de alguna Dependencia. El Estado ecuatoriano no discute siquiera el tema de la Dependencia. Es para los ecuatorianos una importante asignatura pendiente de protección social.
  1. Población ecuatoriana posee actualmente un porcentaje de esperanza de vida creciente y un indicador de natalidad menor frente a una ausencia de cobertura sanitaria social y privada del riesgo, frente a esta realidad, el sector privado tiene la oportunidad de lanzar al mercado un producto que brinde protección a las personas en riesgo de Dependencia. El seguro privado ha ido ganando espacio en los niveles sociales más pudientes de la sociedad y tiene la posibilidad de incorporar este seguro como un valor agregado a otros seguros con mayor valor en el primaje, además la asociación banca-seguros puede introducir grandes grupos humanos a ésta oferta de manera rápida y eficaz.

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Recibido: 12/02/2017 Aceptado: 07/03/2017 Publicado: Marzo de 2017

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