Revista: CCCSS Contribuciones a las Ciencias Sociales
ISSN: 1988-7833


TEORÍAS EDUCATIVAS DE PAULO FREIRE Y SU ADAPTACIÓN A LAS TICs

Autores e infomación del artículo

José Luis Crespo Fajardo*

Universidad de Cuenca, Ecuador

luis.crespo@ucuenca.edu.ec

RESUMEN:

Este artículo trata sobre la teoría educativa de Paulo Freire y su combinación con las nuevas tecnologías en el siglo XXI. Buscamos valorar aspectos de la teoría general de Freire (en especial sus ideas sobre comunicación, diálogo, cultura y libertad) con los usos pedagógicos actuales de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs). También nos introduciremos en el significado profundo de su metodología, de acuerdo a su ideología.

PALABRAS CLAVE: Paulo Freire, pedagogía, teoría de la educación, TICs.

ABSTRACT:

This article focuses on the educational theory of Paulo Freire and its combination with new technologies in the 21st century. We seek to evaluate aspects of the general theory of Freire (in particular his ideas about communication, dialogue, culture and freedom) with current pedagogical applications of new technologies of information and communication (ICT). We will also introduce in the profound meaning of his methodology, according to his ideology.

KEYWORDS: Paulo Freire, pedagogy, theory of education, ICTs.



Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

José Luis Crespo Fajardo (2016): “Teorías educativas de Paulo Freire y su adaptación a las TICs”, Revista Contribuciones a las Ciencias Sociales, (octubre-diciembre 2016). En línea:
http://www.eumed.net/rev/cccss/2016/04/paulo-freire.html

http://hdl.handle.net/20.500.11763/cccss1604paulo-freire


1. INTRODUCCIÓN

En el presente trabajo nos adentramos en la teoría educativa de Paulo Freire para valorar la implementación factible de sus métodos utilizando las TICs.  Buscamos poner de relieve posibles pros y contras, aciertos y contradicciones ideológicas, ya que, si bien es cierto que existen ahora nuevas posibilidades de mediación entre educador y educando haciendo uso de las TICs, surge a la vez un trasfondo ideológico en su adaptación que puede incluso llegar a desvirtuar las ideas del pedagogo brasileño.

En nuestro planteamiento podemos advertir que la adaptación de sus métodos a los nuevos soportes tecnológicos, internet y la Web 2.0, no es sencilla, y sin embargo sería necesario encontrar un cauce mediante el cual el pensamiento de Freire no quedara obsoleto por su inadaptación a los nuevos medios. Tengamos en cuenta que sus análisis perviven en nuestros días, a la vista de que la sociedad global parece seguir abocada a la desigualdad en el plano educativo. Contra eso precisamente luchaba Freire. Su vigencia en cuanto a la alfabetización liberadora y la pedagogía crítica es incuestionable, tornándose como referente para las generaciones futuras de profesionales de la educación. Se hace, por tanto, indispensable una relectura de sus conceptos teóricos a la luz de los avances de las TICs. De tal modo, en este trabajo trazaremos un bosquejo del panorama que se aprecia a propósito de esta adaptación, valorando la factibilidad de los nuevos medios para desarrollar sus ideas pedagógicas.

2. ASPECTOS BIOGRÁFICOS

Paulo Freire (Paulo Reglus Neves Freire) fue el pedagogo de mayor trascendencia en la educación de adultos del siglo XX. Nacido en Recife (Pernambuco) en 1921, Freire es el máximo exponente de lo que se ha denominado “Educación Radical de Adultos o Educación Popular”.

Aunque era licenciado en Derecho, su actividad educativa se intensificó a raíz de su matrimonio con Elza Maia Costa, maestra de primaria, quien se convertiría desde entonces en su primera colaboradora. Lucio-Villegas distingue tres etapas en su trayectoria vital1 . En un primer periodo lo encontramos dedicado a alfabetizar a personas humildes en la Prefectura de Recife, donde ostentó cargos como Director y luego Superintendente del Departamento de Educación y Cultura de Pernambuco (1946-1964). Desde ahí estimuló sus primeras prácticas pedagógicas con adultos, una experiencia que sería el germen de sus primeras publicaciones. Efectivamente, Freire empezó a difundir sus ideas a partir de los años sesenta con una serie de libros, entre los que cabe destacar sobre todo los dos primeros: Educación como práctica de la libertad (1969) y Pedagogía del oprimido (1970).2

En 1961 empezó a desempeñarse en las grandes campañas de alfabetización impulsadas por el Estado en el Norte de Brasil. En Rio Grande del Norte logró que trescientos trabajadores analfabetos aprendieran a leer y escribir en tan sólo un mes y medio, lo cual atrajo las miradas hacia su original metodología.  El Gobierno del presidente Goulart la promovió entonces hasta el punto de aprobar un decreto para un “Programa Nacional de Alfabetización mediante el uso del sistema Paulo Freire a través del Ministerio de Educación y Cultura” 3.

Funestamente, el golpe militar de 1964 terminó con cualquier sueño de alfabetización y Freire fue señalado como un personaje peligroso para el régimen, que temía especialmente su capacidad para movilizar al pueblo. Entonces se vio obligado a escapar de Brasil, comenzando así una segunda etapa vital en la que se exilió en diferentes destinos (Bolivia, Chile, Estados Unidos, Guinea Bissau) hasta recalar en Ginebra (Suiza) donde laboró en el Departamento de Educación del Consejo Mundial de las Iglesias. Es aquí donde comienza a embarcarse en proyectos internacionales y su figura y su compromiso radical por la educación son paulatinamente reconocidos.

El tercer periodo vital de Freire inicia en 1979, cuando regresa a Brasil. Trabaja entonces en la Universidad4 y en la Prefectura de São Paulo, siendo responsable del Departamento de Educación. Es una etapa en la que escribe intensamente y reformula sus ideas. En el año de 1986 le fue concedido el premio de la UNESCO de la Educación para la Paz 5. En São Paulo, Paulo Freire residió hasta el fin de su vida, en 1997.

3. TEORÍAS EDUCATIVAS Y SU ADAPTACIÓN A LAS TICS

3.1 La idea de comunicación

Inicialmente, hemos de subrayar que un problema trascendental en la teoría educativa de Paulo Freire es la idea de comunicación. En su método, la encontramos sobre todo en la importancia concedida al diálogo. Este es, ciertamente, un concepto central para su filosofía y sobre todo para su práctica. En base a esta premisa construye una comunicación cooperativa y logra hacer surgir la reflexión, emprender acciones transformadoras y crear conocimiento6 . Dialogar es, por tanto, la semilla del cambio, el detonante de la concientización y la trasformación. A través de la actitud dialógica se revisa, con suma sensibilidad, pero críticamente, el papel de cada persona en su entorno, las relaciones de poder y su capacidad de intervención en la sociedad.

Freire se dedicaba a alfabetizar a personas adultas, pero no se conformaba con una capacitación técnica. Se preocupaba sobre todo por la curiosidad del educando, y esta curiosidad, en un adulto, no yace en el simple hecho de querer conocer letras y palabras, sino es el deseo individual de llegar a ser más consciente de la realidad. Así pues, hay que considerar que el objetivo de Freire era “devolver la palabra” al adulto que se encuentra en una situación de opresión… Sin posibilidad de tener un papel en la sociedad, e inmerso en lo que él denominaba “la cultura del silencio.”

En efecto, un denominador común en los analfabetos con los que trabajaba Freire era que, en su actitud vital, habían aceptado sin protestar su destino de penurias y avasallamiento, como si se tratase de una maldición divina. Y justamente, lo que subyace en la teoría educativa del pedagogo brasileño es la búsqueda de que el individuo alfabetizado se haga finalmente responsable de su propio sino: que pase a la crítica y luego a la participación.

Para tal fin, otro proceso de comunicación en su metodología es el de localizar “palabras generadoras”, antes de codificarlas en imágenes que sean capaces de despertar la conciencia. Dichas imágenes (dibujos y fotografías de cuestiones próximas a la realidad social de los adultos con los que trabajaba) generaban a su vez diálogos y hacían propicia una reflexión que, tal vez, promovía algo en el interior de cada uno, y engendraba el germen de la movilización por el cambio de la realidad7 .

Al considerar estos métodos, nos planteamos su conveniencia siendo ejecutados a través de plataformas TICs o apoyándonos en ellas como instrumentos educativos. A primera vista sobresale la impresión de que Freire busca un contacto sumamente directo entre educador y educando, ya que trata de alcanzar conciencias y subvertirlas de modo radical. Sin embargo, la comunicación que se realiza en la actualidad a través de soportes tecnológicos, precisamente carece de ese intenso contacto de estar frente a frente. La relación dialéctica cuando está mediatizada por pantallas y por la comunicación online, ya sea una clase por videoconferencia o un curso MOOC (Masive open online course), representa un contacto excesivamente superficial para que surta el efecto neurálgico deseado. Los dispositivos de pantalla ofrecen vivencias que carecen de la profundidad de las experiencias reales. Frente a las pantallas no podemos comprender el verdadero calado y dimensión de los problemas… nos quedamos en la superficie del cristal. Incluso las imágenes que han de funcionar como iconos detonantes, tratándose de imágenes digitales pierden el factor esencial de lo tangible asociado a lo real. Para un adulto analfabeto, pensamos que las representaciones digitales visibilizadas a través de dispositivos de pantalla podrían adquirir el mismo valor de las imágenes irreales o simuladas que quizá está habituado a ver en la televisión. 

Este es un tema esencial a la hora de plantear aplicar la metodología de Freire utilizando nuevos soportes tecnológicos, recursos de internet y la web 2.0.  Dialogar (y educar) precisa de una relación cercana y un trato comunicativo directo. Sobre todo, aprendemos cuando surge un contacto impactante con nuevas ideas, y por esa razón la presencia real del educador se torna imprescindible para que ejerza una influencia vívida, susceptible de impresionar hondamente. Los soportes tecnológicos, desde este punto de vista, son elementos mediadores que interrumpen una conexión de ideas efectiva y originan distanciamiento.

3.2 La idea de educador

En la pedagogía de Freire es asimismo trascendental el tema de la función del educador, ya que lo deseable es que sus ideas no influyan en la propia mentalidad del educando. Debido a que la enseñanza a través de nuevas tecnologías puede hacerse sin intermediaciones personales, algunos teóricos contemporáneos han indicado que justamente así se consigue el objetivo de libre albedrío ansiado por el pedagogo brasileño.

Analizando esta cuestión más profundamente, Freire consideraba que el profesor no debería ser el contenedor único del conocimiento, sino una persona que gestiona un espacio de compartición del saber. De acuerdo a su interpretación:

La educación se torna un acto de depositar, en que los educandos son depositarios y el educador el depositante. En lugar de comunicarse, el educador hace comunicados y depósitos que los educandos, meras incidencias u objetos, reciben pacientemente, memorizan y repiten. He ahí la concepción bancaria de la educación, en la que el único margen de acción que se ofrece a los educandos es el de recibir los depósitos, guardarlos y archivarlos8 .

Vista de este modo, la educación carece de un debate y discusión que permita (o que impulse) a cambiar las ideas.  El estudiante no tiene oportunidad de participar activamente, y sólo se adapta al orden como un elemento pasivo.9   Para cambiar este estado de las cosas, el profesor debe convertirse en un mediador, en un dinamizador del conocimiento, y su papel debe ser favorecer la interacción del grupo, que es una comunidad pensante. El educador debe ser un organizador, no un almacén de conocimientos.

El hecho de que la educación se configure sobre elementos pasivos se comprende dentro del marco de los sistemas educativos que tradicionalmente han funcionado como instrumentos de dominación y domesticación 10 . Educar es conducir por un camino, y durante el trayecto es posible ser manipulado o incluso esclavizado. Así ha ocurrido a lo largo de la historia, y se observa, por ejemplo, en el origen ilustrado de la educación popular del siglo XVIII, cuyo fin era crear estratos de población cultos pero indolentes, para poder ser subyugados por las clases dominantes 11.

La educación, por consiguiente, puede tener diferentes finalidades regidas por intereses y factores yuxtapuestos. Freire es consciente de que la teoría educativa que plantea, por sí misma, no representa una liberación, pero, pese a todo, puede ser liberadora si busca un cambio social favorecedor de los sectores que se encuentran en situación de opresión, dominados en la pugna de la lucha de clases. El paso fundamental es que el educando tome consciencia de su propia circunstancia. Aun así, la actitud del educador no ha de ser impositiva en este sentido: no debe instruir a través de sus propios criterios. Como hemos señalado, el educador es un orientador que favorece la comunicación y el aprendizaje.

A la luz de los avances tecnológicos de principios del siglo XXI, algunos analistas consideraron que el hipertexto representaba la mejor vía para lograr el ideal de un aprendizaje activo y exento de la intervención –casi inevitable- de la personalidad del educador. De tal modo, cuando leemos a Villalobos, por ejemplo, observamos que se muestra entusiasta por las posibilidades de los enlaces hipertextuales, pues facilitan rápidamente completar información. El hipertexto es un método de glosar que no interrumpe la narración, y ofrece (como la novela Rayuela de Julio Cortázar), múltiples caminos de aprendizaje de conceptos de acuerdo a las elecciones personales. Todo esto coincide con la idea de Freire de un aprendizaje libre e individualizado. Villalobos valora del hipertexto la posibilidad de brindar una enseñanza sin profesores que interfieran con sus propias ideas del mundo, y valora también que, debido a que los datos ahora yacen en Internet, los estudiantes poder recurrir a ellos con libertad, solucionando el problema de la educación bancaria, donde el educador depositaba datos en los educandos12 .

La verdad es que, aunque algunos conceptos de Villalobos podrían ser factibles, en el plano de la práctica se vaticina extremadamente difícil lograr ese nivel de impacto y trascendencia en el educando que necesita el método de Freire.

Es cierto que es posible adquirir infinitos conocimientos en Internet, ya sea de manera independiente o siguiendo programas educativos y cursos virtuales normalizados. Existe hoy tanta oferta que hasta se puede ser selectivo, y quizá la evidencia de que hay tanto por descubrir es tan palmaria, que resulta abrumante la sensación de que el conocimiento es infinito. El problema, no obstante, es la necesidad de contar con la presencia real de un educador que genere un verdadero impacto en la psique del educando. Como se ha visto, Freire abogaba por la idea de un profesor dinamizador en un aula que suponía un espacio de encuentro donde el objetivo era precisamente crear conocimiento. El educador, ciertamente, no enseña datos, pero hace algo muchísimo más importante: enseña a aprender. Y eso es algo que, a día de hoy, no se puede hacer por medio de hipervínculos.

3.3 Las TICs y la teoría de Freire

Las TICs irrumpieron de manera gradual, pero se instalaron muy deprisa en la educación. En los centros educativos, elementos como la computadora, el proyector y la conexión a internet se han convertido en comunes, ofreciendo posibilidades pedagógicas sumamente interesantes. Se proyectan videos e imágenes para presentaciones, se hacen videoconferencias que eliminan las barreras internacionales… La Web ofrece un acervo inmenso de información que beneficia la curiosidad investigativa y plantea posibilidades de generación de creatividad. Es también muy interesante la comunicación a través de correo electrónico, o bien otros sistemas de mensajería instantánea (WhatsApp, Messenger, Skype…) porque han favorecido enormemente el diálogo constante.

Las tecnologías de la información ofrecen una conexión virtual que fomenta la colaboración y la comunicación horizontal, otorgando la palabra al educando al mismo nivel que al educador. El mundo que se abre a través de Internet posibilita una lectura global de la realidad, y cuando hablamos de redes sociales, se incluyen también las oportunidades de participación y actuación.

Las TICs se han impuesto de tal modo que puede decirse que ya representan una necesidad. Nos hemos concentrado totalmente en dispositivos de pantalla, como señalan algunos críticos, a los que atendemos de manera constante13 . Se hace evidente que las nuevas generaciones experimentarán un mundo dominado por la tecnología, y esta certeza es la razón por la que se potencia su uso en escuelas e instituciones de enseñanzas medias.

Freire era consciente del progreso, de los avances tecnológicos aplicados a la enseñanza. Era consciente de la importancia que tendrían las computadoras, y advertía que su uso debía tener siempre el sentido de producir una mejora en la enseñanza. Su recomendación era simplemente no olvidar tener siempre una lectura crítica de la educación. Las nuevas tecnologías podrían ser adaptadas a los métodos freireanos siempre que no perdamos el espíritu de crítica 14 .

El análisis crítico debe hacernos reconsiderar el significado de la educación: por qué y a quién educamos. Siempre que use las TICs, el educador debería considerar que su objetivo es tratar de formar estudiantes con pensamiento propio, con la capacidad argumentativa de problematizar la realidad y con compromiso social. Personas que, al término de sus estudios, sean aptos para modificar la realidad.15 No es fácil lograr que un estudiante piense de manera auténtica, pero ese es el camino de la liberación. De ahí que, en la teoría de Freire, ocupe un lugar muy destacado la idea de fomentar el pensamiento crítico a través del proceso de concientización 16.

El riesgo que se avizora en la actualidad es que los nuevos medios carezcan de contenido, que sólo produzcan una didáctica banal y sin fondo. Por eso resulta indispensable localizar la dimensión humana en el uso de la tecnología, ponerla al servicio de la ética, y utilizarla para fomentar la humanización de la sociedad.

Desde esta perspectiva, las TICs son herramientas que hemos de utilizar no sin antes reconsiderar los acostumbrados métodos educativos. No se trata de utilizarlas por adaptarnos al impulso posmoderno hacia el consumo tecnológico: se trata de usarlas con una razón de ser. Hay que considerar que, si unas prácticas educativas se han mostrado eficaces, el hecho de que las tecnologías de la información ostenten hoy vigencia no quiere decir que debamos adaptar a ellas todos los métodos obligatoriamente, a riesgo de que, si no lo hacemos, sean considerados obsoletos. La adaptación debe ser motivada por causas razonables, no por imposición ciega.

3.4 Las redes sociales

La Web 2.0 y en especial las redes sociales merecen un análisis particular. En los últimos años han demostrado un gran protagonismo, emergiendo como voceros o canales de comunicación de movimientos y convocatorias. Son un medio perfecto para difundir (viralizar) todo tipo de información. Eliminan los límites del espacio, favorecen el diálogo y la colaboración internacional entre personas de diferentes culturas, y también hacen visibles a colectivos ‒a veces minorías marginadas‒ lo cual quizá nos puede introducir en un proceso de concienciación social17 .

Su rasgo principal es que otorgan la palabra al usuario de Internet, del mismo modo que Freire quería que se rompiera la cultura del silencio, y que el oprimido pudiera acceder a la palabra y tener participación social. Es cierto que la mayor parte de las veces esta participación es inocua, pero se dan casos donde las palabras escritas en una web social pueden llegar a dejar huella y alcanzar al estrato político o a los mass media, del mismo modo que podría hacerlo una “carta al director” o una” carta abierta” en la prensa.

Si bien es cierto que las redes sociales abren la posibilidad de crear grupos y tener una representación en una escena social virtual, hay que reconocer que ese universo paralelo mantiene un insalvable carácter ilusorio y superficial. De alguna manera, estas redes buscan hacer digital la vida privada y la vida pública 18, pero la esfera de relaciones interpersonales que se genera no logra desprenderse de un halo de entelequia, percibiéndose como un territorio donde en realidad habita otro yo. Esta cuestión resulta de importancia en pedagogía, pues si ya es complicado lograr mediante la comunicación virtual el factor detonante que supone la presencia de un profesor en el aula, comunicarse con un perfil de Facebook o Twitter sólo consigue acentuar la aureola de banalidad.

Hay que considerar también que estos modelos de comunicación digital a veces no favorecen una comunicación democrática. Ocasionalmente las redes sociales aparecen estructuradas de acuerdo a sistemas escalonados a los cuales, en educación, criticaba Freire, puesto que son modelos de autoridad. Los perfiles pueden ser manipulables, existen restricciones y censuras, la información ocasionalmente no es fidedigna...Y aunque idealmente la Web 2.0 potencia el diálogo, subyace un temor tácito a expresar ideas libremente. Consideremos que el hecho de poner por escrito nuestra opinión en un entorno que se considera público puede traer consecuencias que van desde la reprimenda a la denuncia legal, en la cual se pueden aportar capturas de pantalla como prueba. Curiosamente, ciertas expresiones escritas en Twitter quizá no experimentasen tanto revuelo si fueran simplemente verbalizadas. En resumen, todo ello conduce a la inhibición de nuestros verdaderos pensamientos y dificulta una comunicación dialógica sincera.

Por último, hay que valorar la naturaleza del medio, que como indicaba McLuhan, nos revela el mensaje. Las redes sociales surgen promovidas por empresas que obtienen lucro por el uso que hacen, mediante distintas estrategias, de nuestra información personal. Nada puede ser más opuesto al ideal de Freire, cuyo objetivo fue promover una revolución pedagógica contra los intereses del capital, contra los subterfugios de las clases privilegiadas para afianzar un estatus de desigualdad social y conservar su dominio 19.

4. CONCLUSIONES

Las teorías educativas de Paulo Freire mantienen hoy su vigencia porque nos hablan de sueños realistas y transformaciones factibles. Sus ideas nos incitan a ser críticos con los entornos de aprendizaje y con la realidad educativa que promueven las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación.

Ciertamente, la comunicación es parte fundamental del proceso educativo, pero no ha de ser una simple trasmisión de saberes, sino una verdadera puesta en común. Freire nos enseña que educador y educando son agentes activos en diálogo. El profesor es un incitador de la comunicación, pero el educando debe también interactuar, verbalizar y compartir su idea del mundo. Se trata de hablar y escuchar, considerando que “decir” es sinónimo del escribir, y “entender”, es sinónimo del leer.

Si hoy en día viviera, probablemente nos indicaría que escogiésemos con mucho criterio qué recursos TICs utilizar, pues, como hemos visto, hay algunos que pueden ser válidos mientras que otros representan contextos coercitivos. Sería una equivocación efectuar una apropiación inexacta de la obra de Freire con el sólo objeto de adaptarla a las tecnologías de la información, y aún sería mayor el yerro si se hiciera uso de plataformas virtuales cuya naturaleza es intrínsecamente mercantil, como es el caso de las redes sociales.

Consideremos también que la educación, para el pedagogo brasileño, debe favorecer la “humanización” de las personas: les ha de liberar de la dominación y del silencio al que están destinados en una sociedad dividida y desigual. La cultura, para Freire, fomenta el desarrollo personal y social, y contribuye a luchar precisamente contra la alienación propia de los procesos globalizadores que estandarizan a los individuos y anulan su identidad. Por esta razón, el uso de canales de comunicación globales y uniformados, como las redes sociales, supone una profunda contravención a sus presupuestos.

BIBLIOGRAFÍA

Aularia, R. et al. (2013): «Temas para debate. Paulo Freire, comunicación y educación», AulariaEl país de las aulas. Revista digital de educomunicación, n°2, vol. 2: pp. 266. Consultado el 2 de diciembre de 2016, URL:http://www.aularia.org/Articulo.php?idart=115&idsec=4ww.aularia.org
Flecha, Ramón (1999): «Actualidad pedagógica de Paulo Freire», Ikastaria: cuadernos de educación, nº.10, pp. 75-81. Consultado el 30 de noviembre de 2016, URL: http://www.3digitala.eu/fr/publicaciones/colecciones/cuadernos/articulo.php?o=9980
Freire, Paulo (1970): Pedagogía del oprimido. México: Siglo Veintiuno.
Lucio-Villegas, Emilio (2015): «Paulo Freire. La Educación como Instrumento para la Justicia Social», Revista Internacional de Educación para la Justicia Social (RIEJS), n° 4, vol. 1, pp. 9-20. Consultado el 30 de noviembre de 2016, URL: http://www.rinace.net/riejs/numeros/vol4-num1/art1.pdf
Márquez, Israel (2015), Una genealogía de la pantalla. Del cine al teléfono móvil. Barcelona: Ed. Anagrama.
Moore, T. W. (1987): Introducción a la filosofía de la educación, México: Trillas  
Ovejero Bernal, Anastasio, (1997): «Paulo Freire y la psicosociopedagogía de la liberación», Psicothema, n° 9, vol., 3, pp. 671-688. Consultado el 30 de noviembre de 2016, URL: http://www.psicothema.com/psicothema.asp?id=136
Varela Fernández, Julia (1988): «La educación ilustrada o como fabricar sujetos dóciles y útiles», Revista de educación, nº Extra 1, pp. 245-274
Villalobos, José (2004): «Paulo Freire: Pedagogía e hipertexto» Educere, n° 8, vol. 26, pp. 346-354.

NOTA

Este artículo se adscribe al proyecto de investigación (FAUC/ 2016-2017) "Buenas prácticas en e-revistas científicas latinoamericanas de arquitectura, urbanismo y conservación del patrimonio edificado. Caso de estudio de Estoa. Revista de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la de la Universidad de Cuenca", financiado por la Universidad Estatal de Cuenca (Ecuador) y cuyo Director (Investigador Principal) es el autor, José Luis Crespo Fajardo.

* PhD en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla. Profesor de la Facultad de Artes y de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Estatal de Cuenca, en Ecuador.

1 Emilio Lucio-Villegas, «Paulo Freire. La Educación como Instrumento para la Justicia Social», Revista Internacional de Educación para la Justicia ocial (RIEJS), 4-1, (2015): 9-20, consultado el 30 de noviembre de 2016, URL: http://www.rinace.net/riejs/numeros/vol4-num1/art1.pdf

2 La obra teórica de Freire sería el detonante de una trasformación en los conceptos de educación que llega a nuestros días.  Sobre su libro más popular Pedagogía del Oprimido, se ha dicho que es “seguramente el texto más influyente en toda la historia del pensamiento en educación de personas adultas”. Lucio-Villegas, «Paulo Freire. La Educación como Instrumento», 11.

3 Anastasio Ovejero comenta que Gulart buscaba con este programa de alfabetización una mayor participación votante, ya que la población analfabeta (cerca de 20 millones de personas) no figuraba inscrita en el censo electoral. A través de los programas de Freire se incrementó de forma espectacular la participación política de las clases populares, y dado que Freire incentivaba a la crítica social, esto parecía favorecer al gobierno de izquierdas. Sin embargo, todo quedó reprimido con el levantamiento militar de 1964. Anastasio Ovejero Bernal, «Paulo Freire y la psicosociopedagogía de la liberación», Psicothema, 9-3 (1997): 672-673, consultado el 30 de noviembre de 2016, URL: http://www.psicothema.com/psicothema.asp?id=136

4 Trabajó en la Pontificia Universidad Católica de Sao Paulo y también en la Universidad de Campinas. Además, fue paralelamente docente invitado y conferenciante en Universidades de Norteamérica y Europa.

5 Ovejero, «Paulo Freire y la psicosociopedagogía», 673

6 Crear conocimiento es justamente para Freire el proceso cumbre de la enseñanza y el aprendizaje.

7 Aularia, R. et al, «Temas para debate. Paulo Freire, comunicación y educación», Aularia.  El país de las aulas. Revista digital de educomunicación, 2-2 (2013): 266, consultado el 2 de diciembre de 2016, URL:http://www.aularia.org/Articulo.php?idart=115&idsec=4ww.aularia.org

8 Paulo Freire, Pedagogía del oprimido. (México: Siglo Veintiuno, 1970), 62-63.

9 José Villalobos, «Paulo Freire: Pedagogía e hipertexto» Educere, 8 (26), (2004): 347.

10 Ovejero, «Paulo Freire y la psicosociopedagogía», 677.

11 Julia Varela Fernández, «La educación ilustrada o como fabricar sujetos dóciles y útiles», Revista de educación, nº Extra 1 (1988): 245-274.

12 Villalobos, «Paulo Freire: Pedagogía e hipertexto», 349-352.

13 Israel Márquez, Una genealogía de la pantalla. Del cine al teléfono móvil (Barcelona: Ed. Anagrama, 2015)

14  Aularia, R. et al, «Temas para debate», 271.

15 Aularia, R. et al, «Temas para debate», 272. Una buena idea sería generar reflexión en los estudiantes sobre los propios medios tecnológicos de aprendizaje.

16 Ovejero, «Paulo Freire y la psicosociopedagogía», 679. El proceso de concientización se podría definir como el desarrollo que genera que las personas se animen a examinar su propia realidad, al punto de tomar conciencia de sí mismos. De tal forma, logran una comprensión profunda de su situación en el entorno, y consecuentemente pasan a adquirir un mayor compromiso de cara a la toma de acciones al respecto. 

17 Aularia, R. et al, «Temas para debate», 274.

18 Aularia, R. et al, «Temas para debate», 276.

19 Ramón Flecha, «Actualidad pedagógica de Paulo Freire», Ikastaria: cuadernos de educación, nº. 10 (1999): 78, consultado el 30 de noviembre de 2016, URL: http://www.3digitala.eu/fr/publicaciones/colecciones/cuadernos/articulo.php?o=9980


Recibido: 29/12/2016 Aceptado: 09/01/2017 Publicado: Diciembre de 2016

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