Revista: CCCSS Contribuciones a las Ciencias Sociales
ISSN: 1988-7833


MAESTRÍA POR ROBERT GREENE

Autores e infomación del artículo

Sonia Guadalupe Zermeño Flores

Profesor Asociado 3 de IIM
Universidad Estatal de Sonora

soniagpez@gmail.com

El Libro “Maestría” de Robert Greene, autor de “Las 48 Leyes del Poder”, “Las 33 Estrategias de la Guerra” y “El Arte de la Seducción”, pone a consideración del lector su punto de vista sobre el alcance de un estado superior de dominio de una tarea, representando el punto más alto de potencial del ser humano y de desarrollo del pensamiento. Una habilidad que suelen relacionar con una genialidad nata, intuitiva e innovadora, perteneciente a pocos hombres y mujeres del ámbito de las ciencias y las artes. Sin embargo, según el autor, es un aprendizaje al alcance de cualquier persona sin importar condición física, psicológica o económica. El camino al dominio de la tarea es el resultado de cultivar la vocación, el esfuerzo, la disciplina, la práctica, la sensibilidad, el pensamiento abierto, holístico y universal. Ser un maestro, no sobreviene de manera natural sino como consecuencia de la interiorización de los conocimientos adquiridos fundidos en redes de relaciones que permiten su dominio o Maestría.



Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Sonia Guadalupe Zermeño Flores (2016): “Maestría por Robert Greene”, Revista Contribuciones a las Ciencias Sociales, (abril-junio 2016). En línea: http://www.eumed.net/rev/cccss/2016/02/maestria.html

http://hdl.handle.net/20.500.11763/CCCSS-2016-02-maestria


Este libro será sin duda un fiel compañero para todos aquellos que se encuentran interesados en adentrarse en el mundo del conocimiento. Estudiantes, maestros, hombres de negocios, emprendedores, no importa el origen sino el destino que se busca. No se trata de lecciones escolarizadas, es más bien un libro de enseñanzas realistas, fruto de la experiencia de muchos hombres que alcanzaron la Maestría, no como fruto de la casualidad sino de un consciente, organizado y motivado camino al éxito.
De esta manera, con el interés de ofrecer unas posibles máximas en el camino al logro de este dominio, el desarrollo del libro se ve apoyado en los relatos de personajes que en su vida lucharon por convertirse en maestros de aquello que los apasionaba. Es así, que la lectura se ve salpicada de referentes biográficos de personajes como: Leonardo Da Vinci, Napoleón Bonaparte, Charles Darwin, Thomas Alva Edison, Martha Graham, Wolfgang Mozart, Michael Faraday, Marcel Proust, Temple Gradin, Albert Einsten, entre otros.
Sin embargo, no se trata de una receta mágica, ni un proceso lineal, ni mucho menos la garantía de obtenerse en un tiempo determinado, pues cada persona identifica y desarrolla su vocación en formas distintas. De hecho, el proceso puede conllevar toda una vida y ser tan complejo que llegue a sentirse desalentador, ¿la razón?, una arraigada necesidad de seguridad y “confort” que el hombre moderno ha sobrestimado, esperando alcanzar el éxito con poco esfuerzo y rápidamente, espejismo acompañado de sentimientos de vanalidad contrarios a la realización. El logro de la Maestría es un proceso de disciplina y esfuerzo planeado, de trabajar con constancia y tesón para lograr lo que verdaderamente se desea.
Es por esto que el autor identifica tres fases o niveles. El primero el aprendizaje del oficio; el segundo, la fase creativa-activa; el tercero, la Maestría. En la primera es un ambiente desconocido aprendiendo lo que se puede, sin una intención definida, por lo que las facultades son limitadas. En la segunda, se adquiere la capacidad de hacer experimentos con los elementos, ser creativos. En la tercera fase, el grado de conocimiento es profundo y puede verse el contexto de forma completa y clara.
En este sentido, el autor pone de relieve como el conocimiento se va dando de manera gradual. En el intercambio de experiencias con el entorno se van adquiriendo ciertas habilidades que permiten ir interiorizando el nuevo aprendizaje e ir obteniendo habilidades para modificarlo. Cuando el individuo se encuentra dentro de ese ambiente, casi de manera imperceptible, se ha alcanzado un nivel de aprendizaje tal, que permite exteriorizarlo, influirlo, determinar nuevos caminos. Las alternativas llegan como ráfagas de intuición y creatividad que sorprende, es cuando se llega a la Maestría.
Es de esta forma, que el autor plantea ciertas máximas, lecciones o sugerencias que pueden ayudar a quienes desean aventurarse en el camino al logro de etapas de desarrollo superiores. Una de las primeras lecciones consiste en ser consciente del verdadero llamado de la vocación o camino en la vida. Estas inclinaciones suelen aparecer en etapas tempranas y Greene (p. 22) las identifica como las “fuerzas dentro de nosotros que proceden de tan grandes profundidades que es imposible expresarlas con palabras. […] Cuando llevamos a cabo una actividad que responde a nuestras inclinaciones más hondas. […] Nos sentimos literalmente inspirados”. Así de fuerte se expresa la vocación. Pero hay que tener cuidado de no sucumbir a presiones familiares, de amistad o sociales que alejen a la persona de sus inclinaciones primarias. En este sentido, se considera que para alcanzar el éxito no se tiene que dejar a un lado el campo de trabajo, la familia u otros intereses, significa que se pueden revisar las escalas de prioridades, armando y reconfigurando su vida y sus conductas al logro de sus propósitos.
De tal manera, que una vez que se es consciente de la vocación, inicia la primera etapa o transformación como el aprendizaje del oficio. Esta fase se obtiene dando seguimiento a tres pasos. El primero es la observación profunda (el modo pasivo), la adquisición de habilidades (el modo práctico) y la experimentación (el modo activo).
Pero para llevar a cabo estos pasos, es menester desarrollar una firmeza y compromiso con el aprendizaje. Someterse de manera humilde a quienes ya han alcanzado otros estadios. Se debe ser agradecido con la oportunidad de aprender. El autor relata a lo largo de su obra, que el camino a convertirse en un maestro no es sencillo, sobre todo, porque requiere abandonar la comodidad y seguridad en la que se está habituado a permanecer. Por lo que considerando su opinión, se enfatiza que la búsqueda de la perfección requiere ser diferente, caminar con esfuerzo, mantener un pensamiento sistémico, practicar la humildad para aceptar las críticas y el posible fracaso, pues sólo a través del análisis de las fallas se pueden enmendar los errores y redirigir el camino.
Por consiguiente, se concuerda con el autor, que en el camino al logro de los propósitos es importante ser humildes en el proceder y dejar que otros, con experiencia, conocimientos y habilidades superiores guíen y allanen el camino. Pero seguir a un líder no es tarea fácil, requiere de una personalidad de respeto, obediencia y aceptación del otro en sus aciertos y fallas. El líder es una persona al fin, pero del que se puede aprender grandes desafíos sin tan sólo se permite su dirección. Esta relación no está libre de escollos, puesto que el mentor asume la forma de una figura paterna y el pupilo demuestra en muchas ocasiones su rebeldía en un intento de independencia. Sin embargo, también se debe ser crítico a la labor del maestro y dejar la tutela cuando ésta ha cumplido su propósito, tal como lo señala la máxima “Pobre del aprendiz que no supera al maestro”.
En otro orden de ideas, se señala que en el proceso de aprendizaje el factor de la empatía y la inteligencia emocional se ponen en juego para entender el punto de vista ajeno, observar con todos los sentidos para obtener la mayor cantidad de información de la gente y su entorno. Pero se debe tener cuidado con tendencias negativas que obstaculizan el proceso de aprendizaje, tales como: la envidia, el conformismo, la rigidez, la autobsesión, la pereza, la inconstancia y la agresión.
Posteriormente, a la etapa de aprendizaje, sobreviene la segunda transformación, la cual es denominada por el autor como la fase creativa-activa. Es aquí donde las habilidades creativas se abren como una llama del espíritu infantil, desarrollando la intuición como elemento importante para llegar a la Maestría. La intuición, es una habilidad que se tiene desarrollada sobre todo en las etapas tempranas de la vida, pero con el paso del tiempo se ha perdido debido al pensamiento lógico y lineal. Esta intuición se tiene que recuperar y ser más fuerte por la conciencia de su uso en etapas adultas. En definitiva, la maestría es la relación de conciencia más intuición.
A consecuencia del desarrollo de la creatividad enfocada, viene la parte activa, al centrarse en las estructuras y cómo se relacionan las partes con el todo, porque de ello dependerá la visión del panorama en su conjunto. En esta etapa el trabajo es más exigente por lo que se debe evitar la complacencia, el conservadurismo, la dependencia, la impaciencia, la ampulosidad y la inflexibilidad. En palabras del autor, recomienda:
“Con este propósito, trabaja siempre contra una fecha límite, sea real o inventada. De cara a un periodo reducido para llegar al final, la mente alcanza el nivel que requieres. Las ideas se agolpan. No puedes darte el lujo de sentirte frustrado. Cada día representa un intenso desafío, y cada mañana despiertas con ideas y asociaciones originales para continuar” (Greene, p. 169).
De esta manera, el autor, llega a la descripción de la tercera etapa o transformación, el momento en que la creatividad e intuición primaria se une a la conciencia y racionalidad para alcanzar por fin la Maestría. Es así, que las ideas llegan como ráfagas, imágenes, intuiciones o corazonadas, no como obra de la casualidad o la suerte, sino producto del aprendizaje y de un raciocinio muy interiorizado fruto del esfuerzo, de la disciplina y ciertas habilidades de organización que permitan un conocimiento más profundo y menos disgregado.
Por consiguiente, la Maestría no depende del genio o talento, sino del tiempo y la concentración intensa aplicada a un área del saber que permite encontrar una ruta al descubrimiento de las verdades ocultas de un objeto de estudio. Por lo tanto, se recomienda se redescubran las facultades primarias, concentrarse y explotar las fortalezas, transformarse con la práctica de la tarea, prestar atención a los detalles, mantener una visión global y holística y someterse de manera humilde a las enseñanzas de otros.
Es por eso, que en la aventura del conocimiento se empieza en áreas desconocidas, se aborda el proceso y llega un sentimiento de que cada dato es como una arena en un océano de información. Se tiene miedo, asusta ese amplio y oscuro océano. Pero se llega a la playa, se empieza a mojar los pies y luego el asombro de cómo la inmensidad se vuelve tan cercana. Se mira el horizonte con la confianza de que se ha llegado al puerto.

Referencias
GREENE, R. (2013). Maestría. México: Océano.


Recibido: 09/05/2016 Aceptado: 20/05/2016 Publicado: Mayo de 2016

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