Pablo Fierro López
Universidad Nacional de Chimborazo UNACH, Ecuador
Grace Tamayo Galarza
Instituto de Altos Estudios Nacionales, Ecuador
Natali Torres Peñafiel
Escuela Superior Politécnica de Chimborazo, Ecuador
Resumen:
   La globalización hoy  en día afecta a todos las personas en el mundo este tiene el sello que imprime  el carácter capitalista. Esta se caracterizó por el aumento en el  intercambio de bienes, servicios y factores  de producción, así como por un   incremento en la transferencia de tecnología que propició el  crecimiento  económico de  las relaciones de producción imperantes, por ello, debe ser estudiada  distinguiendo su efecto progresivo y ventajoso para el desarrollo integral de  la humanidad y su efecto progresivo para el desarrollo.
Es  así que los diferentes territorios en base a la dinámica descrita  anteriormente, pueden sentir impactos diferentes sobre los espacios que lo  conforman, y al considerar a la globalización como multidimensional, las  diversas consecuencias de la globalización neoliberal también serán  multidimensionales, es decir, que impactarán a los diversos territorios en  diferentes aspectos fundamentales de la vida de sus habitantes, asi tenemos  algunos consecuencias importantes donde afecta la globalización: el territorio-nación y espacios  subnacionales, el Estado, la mano de obra, el medio ambiente, la seguridad, la Cultura  y los Valores.
Sin embargo se requiere de decisión política, y solo  es posible con un estado democrático y participativo, que tenga legitimidad,  que no responda a presiones oligárquicas y que tenga una normativa  constitucional y legal fuerte, que sustente otro tipo de estrategia de  desarrollo y que limite los impactos negativos de la globalización colocando al  ser humano por encima de los intereses del capital.
Palabras  clave: Consecuencias, desarrollo,  globalización, neoliberalismo.
Abstract: Nowadays globalization affects people in the world. This has  the stamp that prints the capitalism quality, this was characterized in the  increase for the trade of goods, services and production factors for one raise  in the technology transfer that gave economic development of the main relation  production, that's why, it should be studied distinguishing its progressive  effect and advantage for the integral development of humanity and its  progressive effect for development. So, the different territories in base of  the dynamic described can feel different impacts of the spaces that is  conformed with, and considering globalization like multidimensional, the  variety of consequences of neoliberal globalization will also be  multidimensional, that means, that it will impact the territories in different  aspects of the lifestyle of citizens. For that reason we will see the important  consequences where globalization affects. The National territory and  subnational spaces, the State, the manufacture,  the environment,  security, culture and values.
  
  Keywords: consequences / development / globalization /  neoliberism
Para citar este artículo puede uitlizar el siguiente formato: 
Pablo Fierro López, Grace Tamayo Galarza y Natali Torres Peñafiel (2016): “Globalización neoliberal: consecuencias para la economía y la sociedad”, Revista Contribuciones a las Ciencias Sociales, (enero-marzo 2016). En línea: http://www.eumed.net/rev/cccss/2016/01/neoliberalismo.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/CCCSS-neoliberalismo
Explicar  la globalización implica ante todo reconocer su carácter objetivo, y por tanto,  su carácter irreversible y multidimensional, es el resultado de la evolución  lógica e histórica del desarrollo de las fuerzas productivas y de las  relaciones de producción hasta la actualidad es un fenómeno que se materializa  en la interconexión de los procesos económicos, sociales, culturales,  ambientales y otros, condicionado en la contemporaneidad por el avance de las  nuevas tecnologías, el progreso de las telecomunicaciones y el desarrollo de  los medios de transporte.
   La  globalización de la que forman parte hoy todos los habitantes de planeta, tiene  el sello que imprime el carácter capitalista de las relaciones de producción  imperantes, por ello, debe ser estudiada distinguiendo su efecto progresivo y  ventajoso para el desarrollo integral de la humanidad y su efecto progresivo  para el desarrollo y dominio del capital que responde a los intereses de las  minorías, sobre la inmensa mayoría de esta. 
   Las  reflexiones que a continuación se proponen en este trabajo tienen como  principal objetivo, contribuir al debate asociado a las consecuencias de la  globalización, como expresión del dominio capitalista para las economías y los  pueblos subdesarrollados del mundo, y particularmente de América Latina, en  aras de profundizar en la fundamentación que explica la necesidad de cambiar  los modos de actuación, para enfrentar el asedio y la irracional relación de  explotación y dominación del capital financiero internacional y sus principales  grupos de poder. Sólo así, es posible encontrar en la globalización una  inagotable fuente de oportunidades para acceder al desarrollo en su sentido más  amplio, lo que significa pensar ante todo en la realización plena del ser  social en el espacio territorial en que se desenvuelve.  
GLOBALIZACIÓN Y POLÍTICAS  NEOLIBERALES.
   El  proceso de globalización y sus formas de manifestación siguen siendo hoy un  tema muy debatido en la agenda internacional de los diferentes foros y muy especialmente  en aquellos donde se analizan problemas económicos, sociales, ambientales,  territoriales, culturales y otros, a escala planetaria. 
   Como  resultado de los mencionados análisis se pueden listar un número significativo  de interpretaciones asociadas a dicho proceso, las que intentan dar respuesta a  diversas interrogantes, por ejemplo, una de ellas se asocia a: ¿cuándo se  inició la globalización?, al respecto J. Frieden manifiesta que “la primera  globalización, así denominada por los estudiosos de las relaciones  económicas internacionales, se desarrolló  entre 1870 y 1914 como un proceso   similar al que vivimos actualmente”. (Frieden, 2006). Según el referido  autor “a partir de la segunda mitad del siglo XX, en especial durante las  últimas dos décadas, se estimularía una   segunda globalización a través de un marco institucional  fundamentado  en las economías de mercado  y desde los países ricos” (Frieden. 2006). Todo ello se logra a través de la  apropiación por parte del capital de una proporción cada vez mayor de  excedentes, provenientes del proceso de producción a nivel internacional y de  la internacionalización de todos los procesos económicos, en perjuicio de la  distribución y redistribución de la riqueza en base a la equidad social. 
   Otro  autor que se destaca en el conjunto de las interpretaciones relacionadas con el  tema de la globalización es M. Castells, según su opinión existe una tercera  fase, la que se evidencia en el último cuarto del siglo XX -de 1973 en  adelante-, “…cuyas principales características son: la gradual generación del  libre comercio, la creciente presencia en el escenario mundial de empresas  transnacionales que funcionan como sistemas internacionales de producción  integrada, la expansión  y la  considerable movilidad de los capitales, y una notable tendencia a la  homogenización de los modelos de desarrollo, pero en la que también se observa  la persistencia de mecanismos selectivos de protección comercial y fuertes  restricciones al movimiento de mano de obra”. (Castells, 1995) 
   A  partir de la década de los años 70, se fue haciendo cada vez más común la  subcontratación internacional de las tareas que suponen un uso más intensivo de  la mano de obra, como el ensamble o la maquila, que se vio facilitada por la  reducción de los costos de transporte y las regulaciones comerciales adoptadas  en los países industrializados.  
   Este  constituyó un paso decisivo hacia el desarrollo y consolidación de sistemas  internacionales de producción integrada, que permiten la segmentación de la  producción en distintas etapas -desmembramiento de la cadena de valor-, la  realización de ciertas fases del proceso productivo en distintos países y el  ensamble de las partes en otros, existiendo una estrecha relación entre los  sistemas internacionales de producción integrada, el aumento de las corrientes  de comercio y de inversión extranjera directa, y el crecimiento exponencial del  protagonismo de las empresas transnacionales.
   Castells  también menciona que “la actual fase de globalización económica se desarrolló a  partir de estas medidas y la disolución del bloque socialista dio campo libre a  la plena aplicación de los cambios estructurales a nivel mundial, los cuales  aumentaron la eficacia de los resultados y la solidez y eficiencia del sistema  en sí mismo”.(Castells,1995). Las raíces de este largo proceso se nutren de las  sucesivas revoluciones tecnológicas y, muy en particular, de las que han  logrado reducir los costos de transporte, información y comunicación.  
   Visto  así, la globalización representa históricamente la intensificación y  profundización de los intentos de mundialización capitalista surgidos desde  1870, representa el aumento en el intercambio de bienes, servicios y factores  de producción, así como de  la  transferencia de tecnología que propicio un crecimiento económico.
   Existen  diversas tendencias relacionadas con el significado de la globalización, hay  quienes la defienden y tienden a verla como un proceso natural y generador de  beneficios y oportunidades, al que hay que dejar desarrollarse sin  restricciones; están aquellos que reconociendo sus potencialidades están  conscientes de sus peligros y luchan por orientar su desarrollo; y por último,  hay quienes sólo ven en ella una manera en que los países desarrollados  consolidan su poder y  tratan de defender  sus intereses.
   En  realidad la globalización utilizada en beneficio del capital y como instrumento  del capital financiero internacional, acentúa las diferencias y la exclusión en  el plano nacional e internacional, por ello A. Gonzales asevera que “hay muchos  mundos fuera de la globalización, bien porque están más aislados de los  intereses comunes, bien porque, aun estando relacionados, responden a mercados  muy protegidos que les apartan de una dinámica global que intenta moverse en  mercados más abiertos; o sencillamente, porque no están capacitados para  adaptarse a ese entorno general”. (Gonzales. 2004).
   En  tal sentido J. Ocampo y J. Martín manifiestan: “En el terreno económico pero  sobre todo, en el sentido más amplio del término, el actual proceso de  globalización es incompleto y asimétrico, y se caracteriza por un importante  déficit de gobernabilidad” (Ocampo, Martin; 2003). 
   El  autor coincide con el criterio antes reseñado y subraya que la globalización  además de ser un proceso objetivo, viene acompañado por un proyecto político:  el neoliberalismo. El actual proceso de globalización neoliberal ha acentuado  las diferencias económicas, generando fuertes niveles de desigualdad social y  asimetrías territoriales, entre otras manifestaciones.
   Fue  el llamado “Consenso de Washington” (CW) el que definió los principales  instrumentos de política económica  neoliberal, para llevar adelante el objetivo de un sistema capitalista mundial basado  en la “libertad del mercado” y las leyes de la competencia.
   Cuando  se habla de “Consenso de Washington” se está haciendo referencia a las  políticas neoliberales de línea dura, que se desprenden de la fortísima presión  de las grandes corporaciones transnacionales a los estados y a las  instituciones supranacionales, los 10   instrumentos son los siguientes:
   1.  Disciplina fiscal: no más déficit fiscal. Presupuestos balanceados. Grandes y  sostenidos déficits fiscales constituyen la fuente primaria de los trastornos  macroeconómicos que se manifiestan como procesos inflacionarios, déficit de  balanza de pagos y fuga de capitales.
   2.  La inflación como parámetro central de la economía. 
   3.  Prioridades en el gasto público. Favoreciendo la reducción del gasto público. 
   4.  Reforma tributaria. El aumento del ingreso vía impuestos se considera una  alternativa a la reducción del gasto público para paliar déficits fiscales.
   5.  Tasas de interés. Existen dos principios generales el primero es que las tasas  de interés deben ser determinadas por el mercado. El segundo principio apunta a  la necesidad de tasas de interés real positivas, para incentivar el ahorro, por  un lado y desalentar la fuga de capitales, por el otro.
   6.  Tipo de cambio. Como en el caso de las tasas de interés, la tendencia es  inclinarse por tipos de cambio determinados por las fuerzas del mercado. 
   7.  Política comercial. La liberalización de las importaciones constituye un  elemento esencial en una política económica orientada hacia el sector externo  (orientación hacia afuera). 
   8.-  Inversión extranjera directa (IED). La liberalización de los flujos financieros  externos no es vista como de alta prioridad.
    9.- Privatizaciones. La lógica de las  privatizaciones obedece a la creencia de que la industria privada se administra  más eficientemente que la empresa estatal. 
   10.-  Desregulación. Una forma de promover la competencia es mediante la  desregulación. 
El  Consenso de Washington es sinónimo de fundamentalismo de mercado y se proyectó  en el área de libre comercio de las Américas (ALCA) en América Latina, el  Tratado de Maastrich en la Unión Europea (UE), el North American Free Trade  Agreement (NAFTA) en Norte-América, los programas de ajuste estructural  impuestos por el FMI a los países emergentes (llámense Programa de ajuste  estructural (PAE), Servicio ampliado de ajuste estructural (ESAF) o Documentos  de Estrategia de Reducción de la Pobreza (PRSP)), los programas de alivio de  deuda HIPC I y II para los países empobrecidos altamente endeudados,  “... y que han sido implementados en todo el  ancho del planeta de manera implacable. Jamás en la historia el mundo se había  orientado tan homogéneamente en lo ideológico y en lo político. Así, aquel país  que quiera ‘sanarse’ de la enfermedad del subdesarrollo tendrá que aplicarse el  CW, es decir, la ortodoxia del pensamiento capitalista. Y el que no quiera,  veremos que, se vea obligado a hacerlo” (Llistar. 2002).
   De  esta manera se diseño un “modelo de desarrollo” para todos, que fue vendido  como el instrumento que permitiría a los países subdesarrollados alcanzar el  éxito al igual que sus homólogos desarrollados. El medio principal era el libre  mercado, con una apertura comercial que “privilegie” supuestamente a todos. 
   Con  estos criterios y observando la realidad ocurrida durante estos años, Nira  Yubal- Davis considera que el término globalización “(…..) es impreciso y  cuestionable (….) no significa la unión de pueblos y culturas de todo el mundo.  Es un proyecto muy específico del  neoliberalismo que, con la ayuda de organismos internacionales han ayudado a  aumentar la diferencia entre el porcentaje de los más ricos  de la población mundial y el 20% más pobre (……)”  (Nira Yuval, 1999).
   Es  importante conocer que “el factor clave que condujo a la implementación masiva  del CW, fue la alianza entre el poder político oligárquico en el Sur y los  capitalistas transnacionales en el Norte con necesidad de crecer. Ambos se iban  a beneficiar si aplicaban el modelo neoliberal, aún cuando fuera en detrimento  directo de las pueblos y recursos naturales del Sur. 
   Por  ejemplo, en el ámbito de las privatizaciones, desde Asia a América Latina, es  bien conocida la cantidad de empresas estatales que fueron vendidas a privados  por precios muy inferiores a su costo real. Pero no es de extrañar si nos  fijamos en el destino final de estas empresas -capital extranjero y/o capital  de sectores cercanos al gobierno de turno- y de los mecanismos de concesión  -auditorias extranjeras con conexiones con las empresas compradoras, coimas y  chequeras a concesionarios y tribunales, autoventas,...-” (Comisión  Investigadora sobre delitos económicos y financieros cometidos entre 1990 y  2001, 2005).
   De  manera general, los ganadores del CW fueron tres sectores que a menudo se  confunden en redes metapolíticas: primero los que consiguieron llegar al  gobierno; segundo la oligarquía que impulsara o estuviera vinculada a ese  gobierno; y tercero, aquellos que más se globalizaron: los representantes o intermediarios  locales del capital transnacional extranjero, o los que operaron como  funcionarios de organismos multilaterales.
   Para  D. Llistar “la aplicación del CW está atada a otra política de obligado  cumplimiento que no aparece en la lista de Williamson, pero sí en las  instrucciones que surgen de Washington: asegurar que la deuda se pague. Eso  significa que primero hay que asumir la deuda, incluida la deuda contraída por  operaciones fraudulentas de gobiernos anteriores -dictaduras incluidas-, y en  segundo lugar, pagar su servicio en los plazos correspondientes” (Llistar,  2002). Esto ocasionaba que los países tengan que sacrificar los gastos  sociales, o recaudar mayores impuestos, o vender las empresas todavía públicas  en condiciones desfavorables para el Estado, con el fin de garantizar el pago  de la deuda.
   Dando  prioridad a las exigencias de los centros de poder, durante varias décadas  algunos temas quedaron postergados, tal es el caso de la equidad y la  redistribución de los ingresos, por tanto, el llamado a desmontar esta política  neoliberal y de configurar una nueva política económica, es el propio Estado,  creando en algunos casos y revitalizando en otros, instrumentos y  leyes en favor de la clase trabajadora que  garantice  sus derechos a un ingreso digno,  que establezca mínimos en relación al costo de   a la canasta básica, que garantice salud y educación, participación e  inclusión de las grandes mayorías.
Teniendo  en cuenta los comentarios anteriores se puede afirmar que la globalización es  un fenómeno complejo, que trasciende la economía e impacta directamente  aspectos fundamentales de la vida de las naciones, tales como la cultura, la  educación, la política y, en general, las visiones del mundo contemporáneo.
   Esto  significa que, el fenómeno de la globalización ha acentuado las interacciones  de todo orden, propiciando espacios para nuevos conocimientos y generando una  tendencia hacia la homogeneización de la cultura y los valores.  Para J. Cano esto “genera incertidumbre sobre  el advenimiento de una sociedad mundializada, donde pareciera estar en riesgo,  tanto la diversidad cultural como el arraigo por la fenomenología local y  regional”. (Cano. 2007).
a) Consecuencias para el territorio-nación y espacios subnacionales.
Se  establece una relación estrecha de causa-efecto entre “territorio-lugar” y los  procesos socioeconómicos de la globalización, de tal forma que un territorio a  escala nacional o subnacional, de acuerdo con sus potencialidades o  estrangulamientos, será atractivo o rechazado por los procesos globales. 
   Según  Sassen, “se configurará como territorio decisional, por controlar el capital,  la tecnología o la investigación, por citar aquellos aspectos más relevantes, o  como un territorio dependiente, con grados diferentes de acuerdo con su propia  evolución socioeconómica, o como un territorio que no importa” (Sassen, 2008).
   Al  considerar a la globalización como multidimensional, las diversas consecuencias  de la globalización neoliberal también serán multidimensionales, es decir, que  impactarán a los diversos territorios en diferentes aspectos fundamentales de  la vida de sus habitantes.
   Por  ejemplo, esto ha provocado la llamada desterritorialización en el ámbito  socio-cultural, tendencia que se caracteriza por el desarraigo y la negación de  lo auténticamente propio en el orden local, pues el modo de funcionamiento de  la economía de mercado, actualmente uniformiza el imaginario y los hábitos de  consumo, los modos de vida e incluso las prácticas culturales. 
   La  erosión de la identidad cultural incide en la pérdida de confianza y de  autonomía, factores fundamentales para el desarrollo de una comunidad, es decir  una pérdida de contacto con los valores, las tradiciones y las perspectivas que  le otorgan un sentido a la vida, lo que puede dar pie a un sentimiento de  alienación que pone en peligro el mismo desarrollo de la comunidad. 
b) Consecuencias para el Estado.
Los  Países subdesarrollados que ingresaron en este proceso tenían que sujetarse  ahora a una medida que permita evaluar el “buen gobierno”, en base a la  correcta aplicación de estos 10 instrumentos de la política económica  neoliberal, provocando problemas sociales, y priorizando el uso de los recursos  económicos, en cuestiones no determinadas internamente en el país, pero si  impuestas desde los poderes de Washington. 
   El  mejor  Estado era el Estado “pequeño”,  las empresas del Estado fueron privatizadas y fueron vendidas a precios  irrisorios a personas vinculadas con el gobierno o capital extranjero,  impulsando siempre a los mismos sectores para pagar los créditos a las  instituciones internacionales. 
   Es  así que, la protesta de los perdedores en esta globalización neoliberal se  dirige contra gobiernos y políticos, cuyo poder para configurar la evolución de  las cosas se reduce de continuo. Da igual si hay que establecer la justicia o  proteger el medio ambiente, si hay que limitar el poder de los medios de  comunicación o luchar contra la criminalidad internacional, el Estado se ve  siempre desbordado, y la concertación internacional fracasa con igual  regularidad. 
   En  este debate sobre la pérdida de autonomía y soberanía de los estados-nación, D.  Rodrik (2000) desarrolla un modelo que ilustra este escenario de modo  analítico, llamado Trilema de la Economía Global, el cual permite visualizar  los márgenes de maniobra estratégicos de los países en un mundo globalizado  (ver figura 1).
De acuerdo con este trilema sólo es  posible tener dos de las tres opciones disponibles: Integración Económica  Internacional, Estado-nación y Democracia. Cuando habla de Integración  Económica se refiere a un mayor grado de exposición a la globalización, en  cuanto al Estado-nación hace referencia a jurisdicciones territoriales con  poderes independientes para hacer y administrar la ley y en relación a la  Democracia, se refiere en este contexto a un sistema político en donde el  derecho a voto no es restringido, existe un alto grado de movilización social y  las instituciones políticas responden a las demandas de los ciudadanos. 
   El Trilema sostiene que si se opta  por la integración económica (globalización), sólo se podrá escoger entre  estado-nación o democracia.
   Este sistema es el que se ha  intentado implementar en la Unión Europea (UE), en donde persiste la esencia  “democrática” en los estados miembros, ya que representan los intereses de sus  ciudadanos ante las instituciones de dicha Unión. No obstante, este sistema  presenta algunas deficiencias, principalmente en el ámbito de la integración  política. Muestra de ello ha sido el rechazo de algunos de los países miembros  a la Constitución Europea. 
   Así mismo, este tipo de gobernanza  global, en el que el peso de cada uno de los países miembros se refleja en la  toma de decisiones, podría llevar al régimen a favorecer a los países más  desarrollados, sometiendo a los países subdesarrollados a adoptar medidas que  no se adecuen a sus preferencias. 
   Una segunda opción sería mantener el  estado nación, pero hacerlo receptivo sólo a las necesidades de la economía  internacional -llamado Dictadura de Mercado-. Este sería un estado que  perseguiría la integración económica global a expensas de una pérdida en la  capacidad de decisión de sus ciudadanos, que se traduce en una pérdida de  democracia. Algunos países de América Latina han experimentado este tipo de  sistema de dictadura de mercado, en el que se han visto obligados a seguir o  mantener una política económica a pesar que sus ciudadanos no tengan las mismas  preferencias. De acuerdo con D. Rodrik “unas vez puestas las reglas del juego  de los requerimientos de la economía global, debe de restringirse la habilidad  de los grupos sociales para acceder e influenciar las decisiones económicas  nacionales”. (Rodrik, 2000). 
   Finalmente, una tercera opción sería optar por  abandonar el proceso de integración global. Sin embargo, este esquema forzaría  a crear un compromiso al puro estilo keynesiano de Bretton Woods, en el que se  permita mantener la “democracia” dentro de cada estado-nación y la integración  económica se realice de forma más limitada a través de medidas comerciales  proteccionistas y selectivas. 
   En cuanto a la propuesta de D. Rodrik con respecto al  Trilema, el autor considera importante reflexionar sobre cuales son y han sido  las consecuencias del aperturismo desmedido en varios países de Latinoamérica y  la aplicación del libre mercado propuesto por el Consenso de Washington, lo que  provoca como conclusión que: la integración económica con democracia participativa  puede ser el camino a largo plazo para fortalecer la regionalización y  convertir a América Latina en un fuerte bloque productivo, tecnológico,  financiero y de intercambio comercial, lo que exige acciones inmediatas de  corto y mediano plazo que permitan reconfigurar paulatinamente la situación  socioeconómica existente en el continente.
   En el caso concreto de las experiencias vividas  por  la economía  y la sociedad ecuatoriana en los últimos años  se piensa que lo óptimo sería la tercera opción, en la que se permite mantener  la democracia dentro de cada estado nación y la integración se realice en forma  limitada, a través de medidas comerciales proteccionistas y selectivas, de  manera que se incrementen las fortalezas territoriales y se aliste a la apertura  intensiva con acuerdos comerciales, siempre controlados, en función de los  intereses de la sociedad.
   Con el ánimo de ampliar la fundamentación de lo  expresado anteriormente se considera oportuno relacionar aquellos artículos que  en la actual constitución ecuatoriana   apoyan el tema de la autodeterminación de los pueblos y proclaman las  políticas internacionales de comportamiento de un país.
  “Art. 391.- El Estado generará y  aplicará políticas demográficas que contribuyan a un desarrollo territorial e intergeneracional  equilibrado y garanticen la protección del ambiente y la seguridad de la  población, en el marco del respeto a la autodeterminación de las personas y a  la diversidad.
  Art. 416.- Las relaciones del  Ecuador con la comunidad internacional responderán a los intereses del pueblo  ecuatoriano, al que le rendirán cuenta sus responsables y ejecutores, y en  consecuencia:
  Numeral 1. Proclama la independencia e igualdad  jurídica de los Estados, la convivencia pacífica y la autodeterminación de los  pueblos, así como la cooperación, la integración y la solidaridad.
  Numeral 5. Reconoce los derechos de los distintos  pueblos que coexisten dentro de los Estados, en especial el de promover  mecanismos que expresen, preserven y protejan el carácter diverso de sus  sociedades, y rechaza el racismo, la xenofobia y toda forma de discriminación.
  Numeral 8. Condena toda forma de imperialismo,  colonialismo, neocolonialismo, y reconoce el derecho de los pueblos a la  resistencia y liberación de toda forma de opresión.
  Numeral 12. Fomenta un nuevo sistema de comercio e  inversión entre los Estados que se sustente en la justicia, la solidaridad, la  complementariedad, la creación de mecanismos de control internacional a las  corporaciones multinacionales y el establecimiento de un sistema financiero  internacional, justo, transparente y equitativo. Rechaza que controversias con  empresas privadas extranjeras se conviertan en conflictos entre Estados.Numeral  13. Impulsa la creación, ratificación y vigencia de instrumentos  internacionales para la conservación y regeneración de los ciclos vitales del  planeta y la biostitucifera. (Constitución de la  República del Ecuador, 2008)
   Todas estas acciones requieren decisión política y  solo es posible con un estado democrático que tenga legitimidad, que no  responda a presiones transnacionales, de medios de comunicación o intereses  oligárquicos y que tenga una normativa constitucional y legal fuerte, que  sustente otro tipo de estrategia de desarrollo que limite los impactos  negativos de la globalización, facilite una   inserción equilibrada a nivel internacional y coloque al ser humano por  encima de los intereses del capital.
   Entre otras consecuencias del proceso de globalización  se destacan además, por su singular impacto:
El  funcionamiento del mercado y las comunicaciones como parte de la globalización  también incitan a nuevas tendencias, y a nuevas preferencias de consumo, en  relación a este aspecto L. Ugalde comenta:…”de esta manera tenemos cada vez más  una población mundial invitada al consumo de punta, que revoluciona el deseo  irracional de adquirir bienes y servicios de manera universal y niveladora,  pero a ella le está vedado de hecho el acceso de ese consumo por la vía de la  negación del acceso al trabajo de alto nivel competitivo” (Ugalde, 1998).
   Esto  trae consigo un incremento de la pobreza, del desempleo, el desmantelamiento de  los mecanismos de seguridad social, la desarticulación del mundo laboral -con  la finalidad de dar mejores ventajas a las empresas-, provocando concentración  de la riqueza en grupos minoritarios ligados a la industria y a las finanzas  transnacionales. Además, la globalización trae consigo un déficit de gobernabilidad  por un debilitamiento de las fronteras nacionales provocando desaparición de  las soberanías nacionales.
Los  partidarios del neoliberalismo, argumentan que “un elemento clave para  lograr la competitividad es la reducción del  costo unitario de mano de obra,  que de  acuerdo con esta doctrina sólo se logra recortando las primas asociadas  con el trabajo, mientras se merma el poder de  los empleados para negociar, y  se  subsidia la inversión interna”, medida que permitió estructurar un sistema  financiero y un  régimen de contratación  laboral, supuestamente “más dinámico y flexible. (Parra, 2006)
   La preferencia por mano de obra calificada drena los  recursos humanos de mayor calificación, relativamente escasos en los países  subdesarrollados. Por lo tanto, la segmentación de la movilidad laboral  contribuye a acentuar las disparidades de ingreso por nivel de calificación,  tanto en los países receptores como en los de origen. 
Los  avances e investigaciones científicas han revelado la existencia de una trama  de causas y efectos, a partir de actividades humanas con impactos ambientales  globales, que han puesto en evidencia una mayor interdependencia y  vulnerabilidad ecológica de los países, independientemente de su grado de  desarrollo. 
   Históricamente  los problemas ambientales no han formado parte de las preocupaciones del  capital a escala internacional,  tampoco  la globalización neoliberal los ha tomado en cuenta,  el principal objetivo de entonces y de ahora  se asocian únicamente a la maximización de la producción para obtener mayores  ganancias, el ambiente no importaba, las regulaciones para preservar el medio  natural fueron y continúan siendo limitadas y en múltiples ocasiones se  traslada  tecnología obsoleta y  contaminante de los países centro a los países periféricos para seguir siendo  explotadas en estos últimos , que desde su condición de  países y territorios sumisos sin capacidad de  reacción  quedan reducidos a simples  espectadores del desarrollo de la irracional contradicción capital-naturaleza a  lo interno de sus territorios. 
   Esto  ocurría bajo el amparo de los gobiernos de los países en desarrollo que  tratando de impulsar la inversión extranjera, de cumplir la política neoliberal  y muchas veces por ignorancia al ser procesos nuevos, simplemente no regulaban  el manejo ambiental, o sus normativas eran altamente permisivas, lo que  facilitaba a las transnacionales usar los recursos naturales ajenos sin una  mínima conciencia social. El caso Chevron es emblemático en el Ecuador por la  cantidad de muertes provocadas y el padecimiento de enfermedades irreversibles  a partir de las recomendaciones dadas a sus habitantes -bañarse en las piscinas  de petróleo por que supuestamente iban a mejorar su salud-.
   Los impactos ambientales globales que han demostrado  la vulnerabilidad ecológica de todos los países del planeta, hacen necesario  ahora que en cada territorio se busque un mejoramiento de las condiciones, el  calentamiento global es una de las preocupaciones y los métodos de compensación  de los remedios ambientales aún están en debate, dentro de un mundo plagado de  intereses económicos que impiden las soluciones inmediatas al mismo. 
Dentro de los “males públicos globales”, también  vinculado al plano económico, se reconoce la expansión de la delincuencia  internacional: la producción, el comercio y el consumo de estupefacientes, y su  estrecha relación con el financiamiento del terrorismo, el tráfico de armas y  la circulación internacional de capitales ilícitos, derivada del tráfico de  estupefacientes y de diferentes formas de corrupción que trascienden las  fronteras internacionales.   
   Sin embargo es lamentable que los sistemas  preventivos que se han venido desarrollando en este sentido no incluyen medidas  internacionales destinadas a combatir diversas formas de corrupción que afectan  especialmente a los países en desarrollo, como, por ejemplo, la evasión  impositiva, la fuga ilegal de capitales, los sobornos y el enriquecimiento  ilícito. 
Estas  pueden dividirse en positivas y negativas. Entre las positivas destaca que las  nuevas tecnologías al mismo tiempo que pueden desde ciertos ángulos ejercer  efectos negativos sobre la diversidad cultural, también contribuyen al diálogo  y a la comunicación de las culturas y permiten por lo tanto que la diversidad  cultural se exprese. Y se haga visible. De hecho una diferencia cultural  enquistada e invisible deja de ser parte de dicha diversidad. 
   De  esta manera la globalización estrecha las relaciones entre tradiciones  culturales y modos de vida distintos, las hace   más visibles y propicia su valoración.   Según J. Ocampo y J. Martin, esto “favorece el surgimiento de una pluralidad  de interpretaciones sobre el orden global.” (Ocampo, Martin; 2003).
   Lo  negativo y a la vez contradictorio es que la globalización ataca a la  diversidad cultural.  En verdad,  segmentos enteros de la humanidad, sienten amenazadas sus historias irrepetibles  y los valores que rigen sus comunidades.   El consumismo, las tendencias de mercado, la información, cambian los  hábitos culturales de las personas o las debilita ocasionando desculturización. 
La  globalización económica evoluciona simultáneamente con otros procesos que  tienen su propia dinámica.  Uno de los  más positivos es la “globalización de los valores“, entendida  como “la extensión gradual de principios  éticos comunes” (CEPAL, 2000), y cuya manifestación más cabal son las  declaraciones sobre los derechos humanos, en sus dos dimensiones más  importantes. 
   En  Primer término, los derechos civiles y políticos, que garantizan la autonomía  del individuo ante el poder del Estado y la participación de las decisiones públicas.  En segundo lugar, los derechos económicos  sociales y culturales, que responden a los valores de equidad económica y  social, solidaridad y no discriminación.    Uno de sus principales reflejos ha sido la creciente adhesión a las  convenciones de las naciones unidas sobre derechos humanos por parte de los  gobiernos. (Ocampo, Martin; 2003)
   Sin  embargo cabe destacar que esta “globalización de los valores” se enfrenta en  algunos casos con una globalización de carácter diametralmente opuesta, que  surge de la penetración de los valores de la economía de mercado en las  relaciones sociales -productivas, culturales e incluso familiares-.  En efecto la tensión que se produce entre  esos principios éticos comunes y la extensión de las relaciones de mercado a la  esfera de los valores, implícita en el concepto de “sociedad de mercado”, es  otro elemento distintivo del proceso de globalización.  
   Esta tensión suele alcanzar ribetes conflictivos,  debido a que el marco internacional no cuenta con los mecanismos de mediación  que en el plano nacional ha proporcionado históricamente la política.  Por otra parte, la prolongada historia de los  movimientos sociales  ha adquirido en los  últimos años una nueva dimensión: la lucha por el derecho a la identidad de  pueblos y grupos sociales que se sienten amenazados por la tendencia a la  homogeneización cultural que impone la globalización.  
   Este “derecho a ser diferente” interactúa de  diversas maneras con los derechos humanos en el sentido tradicional, que  reconocen la igualdad de los ciudadanos, entre si y ante el estado. Igualdad e  identidad tienen, por lo tanto una compleja relación en el plano global.  
   Las  políticas de la globalización neoliberal, aplicadas tanto en América Latina  como en Asia, en los años ochenta y noventa,   trajeron consigo consecuencias que afectaron a la mayoría de la  población. Sin embargo, hoy siguen siendo promovidas y aplicadas parcialmente,  en algunos países latinoamericanos como: Perú y Colombia con los tratados de  libre comercio.
   Así pues, los años noventa en América  Latina pusieron en evidencia las importantes deficiencias del Consenso de  Washington. El mismo Williamson, tras los resultados desalentadores de  la aplicación de las medidas expuestas en su artículo (6), enumeró una amplia  lista de temas excluidos, la mayoría especialmente referidos al tema de la equidad.  «Excluí deliberadamente de la lista aquello que pudiera ser, ante todo redistributivo [...] porque sentí  que en el Washington de los ochenta había un desprecio por preocupaciones sobre  equidad».(Williamson, 1981)
   Por  otra parte, existe una gran variedad de opiniones acerca de cuáles han sido los  verdaderos fallos de las medidas adoptadas. Hay quienes sostienen que éstas se  han debido a que los diez instrumentos del Consenso no han sido aplicados  sistemáticamente, y que verdaderamente se necesitaba y necesita más  de lo mismo.Otros hacen hincapié en lacombinación  y el cronograma de implementación de las propuestas, llegando a posiciones  irreconciliables acerca de cómo proceder.
   Además, Casilda menciona que algunos  autores consideran que “el fallo corresponde a que los diez instrumentos no han  sido aplicados sistemáticamente y que se requiere más de lo mismo a lo cual no  corresponde, pues se denotan en los instrumentos una serie de falencias de  carácter estructural mencionadas con detenimiento que destruyeron cualquier  aspiración de un bienestar general, por lo que es preciso frenarlo e  implementar otro tipo de estrategia de desarrollo”.(Casilda, 2004).
El proceso de globalización inevitablemente debe ser asimilado a partir de  reconocer su carácter objetivo y al mismo tiempo debe distinguirse del proyecto  político que lo ha acompañado en las últimas décadas: el neoliberalismo, pues  globalización no es igual a globalización neoliberal. 
   La  relación globalización y desarrollo se expresa mediante la contradicción que se  da entre su efecto progresivo y ventajoso desde todas sus dimensiones  para el desarrollo integral de la humanidad,  y su efecto progresivo para el desarrollo y dominio del capital financiero, que  responde a los intereses de las minorías, que ha acentuado la exclusión,  la subordinación y la dependencia de un  significativo número de países y sus pueblos, acentuando la polarización y las brechas  existentes entre ricos y pobres. 
   La  historia ha demostrado los problemas que puede generar la globalización  neoliberal cuando los Estados-nación no se encuentran fortalecidos, es  necesario realizar un análisis consensuado para intentar aprender de los  aciertos y de los errores; aprender también de los cambios, pues lo que en un  momento pudo ser acertado, más tarde puede no serlo y viceversa.
   Los países y sus pueblos deben enrumbar  su propio desarrollo, tomando en cuenta sus debilidades y prioridades para el  diseño de políticas públicas autodeterminadas, planteando su propio modelo de  desarrollo, aquel que le permita resolver los problemas de la base económica y  de la superestructura y así alcanzar su buen vivir.
   Se requieren de decisión política, y solo es posible  con un estado democrático y participativo, que tenga legitimidad, que no  responda a presiones transnacionales, de medios de comunicación o intereses  oligárquicos y que tenga una normativa constitucional y legal fuerte, que  sustente otro tipo de estrategia de desarrollo que limite los impactos  negativos de la globalización, facilite una   inserción equilibrada a nivel internacional y coloque al ser humano por  encima de los intereses del capital.
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