Revista: CCCSS Contribuciones a las Ciencias Sociales
ISSN: 1988-7833


INVENTARIO TURISTICO DEL PATRIMONIO CULTURAL INTANGIBLE LA RIOJA, ARGENTINA

Autores e infomación del artículo

Ana E. de la Puente

Griselda Martínez

Universidad Nacional de La Rioja, Argentina

griturismo@yahoo.com.ar

Resumen

El patrimonio turístico es el conjunto de bienes potenciales tangibles o intangibles de un lugar determinado y que tienen la capacidad de motivar a los visitantes y/o turistas a viajar fuera de su residencia habitual.
Los componentes del mismo, son los atractivos turísticos sean estos naturales y/o culturales además de la planta turística: servicios y equipamiento, así como la infraestructura y la comunidad local de dicho destino.
El patrimonio cultural es el legado de nuestros antecesores, el conjunto de bienes heredados que la comunidad puede reconocer como propiedad colectiva y que son el producto de la selección que la misma comunidad o parte de ella hace con algún criterio de perduración de pautas o reconocimientos de identidades. Patrimonio deriva de poter, voz latina que nos remite a los “padres”, los que nos han dejado logros concretos, tangibles e intangibles: ciudades, monumentos, edificios, documentos, medios de traslado, relatos, gastronomía, danza, lengua, tradiciones, etc. (Oriola J., Tabares C., et otros, 2003:203).
El patrimonio intangible sazona  cada aspecto de la vida del ser humano y late constantemente en todos los productos del patrimonio cultural objetos, monumentos, sitios y paisaje, etc. de las culturas locales.
Son todos aquellos elementos y manifestaciones, tangibles o intangibles, producidos a lo largo del tiempo, incluido el actual, valorados por la comunidad de un lugar, identificándola y diferenciándola de otras (Dr. Héctor San Martín Gutiérrez, U. Cantabria).
En este marco, recursos culturales son todos los componentes del patrimonio, tangibles o intangibles, a los que la sociedad les determina un valor científico, educativo, histórico, estético o económico. Así mismo, estos recursos pueden ser explotados para el desarrollo de la actividad turística mientras posean características que impliquen un atractivo para el mismo, ya sean  de carácter natural, de esparcimiento, recreación, histórico- cultural.

En la actualidad, la provincia de La Rioja cuenta con información variada escrita por autores locales que tratan sobre el patrimonio turístico cultural intangible: mitos, leyendas y creencias populares de la provincia de La Rioja en general y específicamente del área de estudio pero aún no se han encontraron investigaciones, antecedentes y otros esfuerzos sobre el aprovechamiento de estos recursos turísticos para potencial la oferta turística cultural de la zona.

El objetivo principal, de esta investigación es determinar si existen documentos y archivos sobre investigación que estudien al patrimonio inmaterial: mitos y leyendas, creencias populares, festividades y espacios relacionados para vincularlos con la actividad turística local. Lo cual, como resultado parcial favorable se pudo realizar una descripción completa de casi todos los dioses venerados por la cultura diaguita que habitaron en la zona antes de la llegada de los españoles.
Personajes mitológicos que hoy en día siguen tomando mayor valor e enriquecen la cultura, ya que son contados de generación a generación en los fogones y en el campo, dado que es en donde hay más oscuridad y los vecinos se encuentran muy distantes unos de otros y el panorama se predispone para escuchar lindas historias contadas por los más ansíanos, baqueanos, entre otros contadores de cuentos tan fantásticos como se pueda. Captando así al máximo, la atención y expectativas tanto de locales como de turistas y visitantes.
Se espera, que al poder Identificar estos bienes culturales inmateriales: mitos, leyendas, creencias populares, etc.  y los sitios asociados a ellos proporcione un valor agregado y una mayor diversificación de la actual oferta turística.

Abstract

The heritage tourism is the set of tangible or intangible assets potential of a particular place and have the ability to motivate visitors and / or tourists traveling outside their habitual residence.

The components thereof are attractions whether natural and / or cultural addition to the tourist facilities services and equipment as well as infrastructure and local community in which your destination.

Cultural heritage is the legacy of our ancestors, the set of inherited assets that the community be recognized as collective property and are the product of selection that the community or part of it makes any criteria or guidelines persistence of surveys identities. Heritage poter drift, Latin word which refers to the "fathers", who have left us concrete, tangible and intangible achievements: cities, monuments, buildings, documents, media transfer, stories, food, dance, language, traditions, etc. (Oriola J. Tabares C., et al, 2003: 203).

The intangible heritage seasons every aspect of human life and constantly beats all products of cultural heritage objects, monuments, sites and landscapes, etc. local cultures.

All those elements and manifestations, tangible or intangible, produced over time, including the current, valued by the community of a place, identifying and differentiating it from other (Dr. Hector San Martin Gutierrez, U. Cantabria).

In this context, cultural resources are all components of the heritage, tangible or intangible, which the company will determine a scientific, educational, historical, aesthetic or economic value. Also, these resources can be exploited for the development of tourism as having characteristics that involve appealing to the same, whether they are natural, recreational, recreation, cultural-historical.

Currently, the province of La Rioja has various information written by local authors dealing with the intangible cultural heritage tourism: myths, legends and popular beliefs of the province of La Rioja in general and specifically the study area but not yet investigations have found, background and other efforts on harnessing these potential tourism resources for cultural tourism in the area.

The main objective of this research is to determine whether there are documents and files on research to study intangible heritage : myths and legends, popular beliefs , and related festivities to link with the local tourism spaces.

Which, as positive partial results could make a complete description of almost all the gods worshiped by the Diaguita culture that inhabited the area before the arrival of the Spaniards. Mythological characters who today are taking greater value and enrich the culture , as they are counted from generation to generation in the kitchen and in the field, since it is where there is more darkness and the neighbors are far apart from each other and the picture is predisposed to listen beautiful stories told by the ansíanos , cowboys , among other counters such fantastic stories as possible .

It is expected that the power Identifying these intangible cultural heritage : myths , legends, folk beliefs , etc. and sites associated with them provide added value and increased diversification of the current tourism offer.

Keywords: Diagnosis Tourist, Cultural Heritage, Spaces, Case Studies, tourism.



Para citar este artículo puede uitlizar el siguiente formato:

Ana E. de la Puente y Griselda Martínez (2016): “Inventario turístico del patrimonio cultural intangible La Rioja, Argentina”, Revista Contribuciones a las Ciencias Sociales, (enero-marzo 2016). En línea: http://www.eumed.net/rev/cccss/2016/01/inventario-turistico.html


Introducción

En general toda Argentina, esta llena de historias, leyendas pero en este caso, se describe solo la provincia de La Rioja, la cual se encuentra ubicada en la Región del Noroeste en donde hay mucha riqueza cultural y mitológica presentada por distintos personajes.
En esta, cada uno de ellos tiene su razón de ser; algunas refieren a animales con rostro humano, gnomos asesinos y mujeres vestidas con harapos, entre otras. Conforman una parte fundamental de la propia identidad cultural del territorio Andino del Noroeste Argentino - NOA y de Perú y Bolivia. 
El territorio de La Rioja, como las otras provincias del Noroeste, estuvo habitado por tres grupos de aborígenes: los diaguitas, en la región central; los capayanes, en el oeste; y los olongastas, en el sur del territorio. Los dos primeros, influidos por la civilización incaica, contaban con un gran desarrollo cultural. Eran sedentarios, es decir que vivían siempre en un mismo lugar. Edificaban sus casas y aldeas con piedra seca, sin unidas con ningún elemento, como barro o argamasa, sistema que en quichua se denomina 'pirca'. Este mismo nombre suele dársele a la empalizada que protegía las viviendas o servía de corral. Estos, Trabajaban la tierra, de la que obtenían maíz, zapallo, porotos y quinoa; conducían el agua para el riego de sus cultivos mediante canales y acequias que ellos mismos construían. criaban la llama, que les servía como animal de carga y además les proporcionaba lana, cuero, leche y carne, sus ropas consistían en una especie de camiseta larga o "uncu", que tejían con lana de llama con las tinturas obtenidas de extractos de fibras vegetales aprendieron a teñir sus hilados y a decorar las piezas de cerámica que fabricaban. Sabían fundir y trabajar los metales, con cobre, bronce, oro y plata hacían objetos de adorno y utensilios de uso diario, como cuchillos y cucharas.
La cultura de los olongastas del sur, en cambio, era más rudimentaria que la de los diaguitas y capayanes, formaban tribus de cazadores, muy parecidos en costumbres y creencias a los indios pampeanos.

También los diaguitas y capayanes enterraban a sus muertos, especialmente a los niños, dentro de urnas decoradas. Al parecer, la religiosidad de estas culturas originarias era un sentimiento de pequeñez y debilidad lo que los llevo a buscar amparo y compañía en sus dioses, de los cuales fueron despojados por los conquistadores españoles. Se mencionan a continuación algunos de estos dioses, los cuales también se amplia la información más adelante en formato de INVENTARIO TURISTICO: Ver Cuadro Nº: 1

Veneraban a la Pachamama o Madre Tierra, a la que consideraban protectora de los cultivos y de los animales. También le atribuían poderes maléficos. La representaban como a una mujer anciana, o con forma de lagarto o sapo. La Pachamama era la diosa voluptuosa, bella, fuerte y violenta madre de la tierra que habita en la montaña y preside sus misterios, se le ofrecen comidas y bebidas en pozos cavados en la tierra.

Adoraban también al Sol (Inti) y a la Luna (Quilla). En las partes altas de las montañas levantaban los "pucarás", fortalezas con murallas para defenderse en épocas de guerra.
Ante todo, la mayoría de las culturas poseen una rica tradición celosamente guardada en mitos, historias y leyendas y que conforman la tradición popular. Y en la provincia de La Rioja, mucho  antes de la colonización española, los antecesores (seguramente para no olvidar su esencia y en busca de lograr la supervivencia cultural) recurrían a la tradición oral como una manera de oponerse a la pérdida de su identidad y de transmitirla a las generaciones venideras, desde el importante panteón mitológico que signara sus días y su actuar en el mundo. El pueblo riojano, formado ideológicamente en el más profundo respeto por las tradiciones, mantiene esa sabiduría, fusión entre los elementos heredados desde el catolicismo y diversas culturas indígenas (cada una de ellas con sus dioses y creencias), que habitaran el suelo riojano, y que hoy se pueden investigar y difundir.
El Mandinga: o Duende "siestero" (de siesta, luego del mediodía), especie de duende de baja estatura y ropajes oscuros, lleva sombrero grande y aparece generalmente a los niños que juegan en la siesta de verano ó para castigarlos, también tienta a las jóvenes ofreciéndoles pañuelos, caramelos o dinero; pero si es rechazado suele vengarse con las peores bromas o daños mayores. También castiga a ebrios y asusta a caballos, roba el pan y lo transforma en carbón.
El Zupay: diablo, es el causante de todos los males y adversidades que sufren los hombres, tiene forma de macho cabrío o gran chivato aunque a veces adopta la forma de un animal o de un hombre para hacer el mal. Es una bestia lujuriosa que encarna también todas las miserias y vicios terrenales y que busca seguidores.
El Llastay: dios de las manadas de llamas, vicuñas, guanacos, cóndores, protector de la fauna local, con su agudo silbido los alerta de la presencia de cazadores. Le gusta adoptar la forma de los animales que ama y protege presentándose como el rey de esa especie.
El Pujllay: divinidad de la chaya riojana, dios de la alegría, el banquete y el baile.
El Cachiru: divinidad maligna que a la hora de la muerte arrebata el alma de los hombres
Huayrapuca: es el viento, que todo lo castiga y reseca, afiebra a los hombres y a los animales: el viento Zonda.
La Saramama: diosa fecunda, protectora del maíz –alimento sagrado- representa la esencia de este alimento, por lo que se le ofrecen plegarias y sacrificios. Su figura está cubierta de una mazorca de maíz y en cada hogar se poseía una imagen para proteger los sembradíos.
La Zapam-Zucum: diosa protectora de los algarrobales; madre y providencia de los niños abandonados, a quienes amamanta.
La Mayumama: diosa del agua, tiene torso de sirena y delinea los cauces torrentosos de ríos e inundaciones.
El Chiqui: duende maligno, de menor importancia pero de enojo fácil y terrible maldad, castiga con sequías y terremotos, distribuye las lluvias y los vientos a su capricho. Es el símbolo de la desgracia.

Además, muchas otras historias están relacionadas con creencias y personajes mitológicos menos conocidos y muy cercanos a estos días, muchas personas que cuentan haber vivido experiencias increíbles e inexplicables, como las que dicen conocer a quienes les sucedió, algunas son pocos contadas por el solo hecho de no ser creídas, ya que las personas que cuentan estas narraciones pueden ser considerados como un locos, demente, o mentiroso que solo quiere llamar la atención. Algunas de estas historias, están referidas con La Salamanca:
Salamanca: Salla=peña. Mancca = bajo, infierno): vocablo quechua que significa aquelarre, reunión de brujas, almas condenadas y seres demoníacos que se unen para divertirse, bailar, beber, planear diversas maldades contra los seres humanos, renegando de todo precepto moral o religioso.
El Zupay o diablo es el rey de la Salamanca y el que preside las reuniones y sella los pactos de los hombres que acuden a él, en busca de la clave de la vida, la ciencia de la carne y los secretos del mal. La música que de allí proviene sirve de guía para llegar hasta la entrada, pero no todos pueden ingresar. Esta superstición afirma que la Salamanca más importante es la de Sanagasta, sin embargo existen innumerables locaciones, todas ellas en el hueco de algún monte o en cavernas apartadas donde el geo montañoso las hace inaccesible.
Para ampliar más sobre el conocimiento de estas y otras divinidades, se presenta un inventario turístico que los analiza, teniendo en cuenta que son elementos intangibles de la cultura y partes del folclore popular, por eso se diseño una planilla y descripción muy especifica para estos casos: Asignándoles  una categoría, tipo y/o subtipo según les correspondía en las fichas técnicas. A continuación, se presenta en el  Cuadro Nº: 1 - el modelo de ficha:

Inventario Turístico: Recursos Culturales Intangibles
Divinidades Diaguitas

Nombre del Recurso: La Pachamama Mama  Pacha, "Madre Tierra"
Tipo: 3.a Creencias Populares, Mitos
Sub-Tipo: Tradiciones

                                                
 Origen y Significado

“Creencia religiosa usada en pueblos autóctonos andinos Pachamama o más usualmente pacha (del aymara y quechua pacha: tierra y, por posterior extensión bastante moderna "mundo", "cosmos"; []mama: madre -es decir "Madre Tierra" ) es la gran deidad, entre los pueblos indígenas de los Andes Centrales de América del Sur”..

Ubicación

La creencia sobre la Pachamama no se localiza en un lugar determinado, pero se concentra en ciertos lugares como manantiales, vertientes, o apacheta, etc. Y es una deidad inmediata y cotidiana, que actúa directamente, por presencia y con la que se puede dialogar permanentemente, ya sea pidiéndosele sustento o disculpándose por alguna falta cometida en contra de la tierra y todo lo que nos provee.
Actualmente, es la deidad suprema de las tierras altas del Noroeste (Kollas y Diaguitas-Calchaquíes) y además de Bolivia y Perú.
En La Rioja, se dice que aparece, en las quebradas del cerro el Velasco al noreste de la Capital.

Particularidades

“Pachamama, deidad mayor”
La Divina Trilogía: Pachamama, La Saramama y La, Yacumama: estas tres deidades conforman una divina trilogía femenina y que se complementan en sí y cooperan para que la vida no sea dolorosa sino un orden armónico e igualitario pero por otro lado, estas madres presentan una faceta vengadora que aplican cuando no se cumplen las reglas dentro del contexto social.
El culto a la Pachamama es un clásico de la mitología incaica y es la madre por excelencia, la que cría y alimenta, la que hace posible la supervivencia en este habitad de la raza humana.

Descripción
Se cree que, cuando llegaron los españoles a América, la Pachamama era ya leyenda en el folklore incaico, deidad que ha perdido su origen a lo largo de la historia y del devenir de las pretéritas comunidades agrícolas y matriarcales del Perú, desde la cual ha pasado a las regiones del norte argentino (Jujuy, Salta, Tucumán, Santiago del Estero, Catamarca y La Rioja), por las invasiones culturales de los incas.
En la actualidad se hallan varias interpretaciones del significado de la palabra Pachamama:                                                                                                                    Pacha: Lugar, espacio, en este caso, el lugar en donde vivimos.                             Mama: Madre, la que permite la vida, la gestadora, la hembra prodigiosa, mujer fecundada por el opuesto genero.
Otra reflexión que es el tiempo en que transcurren los seres.
“Es la deidad suprema de los indígenas andinos del NOA, y, también de Bolivia y Perú, en donde se la conoce como Mamapacha… al parecer, su importancia creció en los últimos siglos, terminando por absorber a muchas deidades locales”.
“Encontraron los españoles como dioses mayores de estas tierras, a Inti, el numen solar y civilizador de los dominadores y señores del Imperio y a Pachamama, con culto tan difundido como aquél en las regiones andinas y a manera de estrato tradicional entre los diaguitas, de una cultura generalizada en la zona andina y muy anterior a la incaica.” (Adolfo Colombre, Teresita Flores y Zacarías Agüero Vera).
Se cree, que la divinidad Pachamama representa a la Tierra, pero no solo el suelo o la tierra geológica, así como tampoco solo la naturaleza; es todo ello en su conjunto y no es una divinidad creadora sino protectora y proveedora; cobija a los hombres, posibilita la vida y favorece la fecundidad y la fertilidad pero a cambio, el pastor de la Puna Meridional está obligado a ofrendar a la Pacha parte de lo que recibe, no sólo en los momentos y sitios predeterminados para el ritual sino, particularmente, en todos los acontecimientos culturalmente significativos, configurándose así una suerte de reciprocidad".
La creencia en la diosa Pachamama, es la más popular entre todas las demás y esta cimentada por medio de la lengua quichua aymara y se trasmitió de tribu en tribu, de generación en generación hasta la actualidad como un saber extraordinario y respetable y que no fue dejada de lado por la imposición de la religión traída por los europeos.

La cultura inca introdujo a la Pachamama que contrasta con el Chiqui que alimenta la adversidad y él mismo es la adversidad y es por esto que se ve involucrada la Pachamama como la diosa que beneficia al hombre y a las vestías ante las adversidades que el Chiqui les provoca como hacer crecer la mala hierba en los sembradíos de maíz, etc.

La Pachamama, es la madre del cerro, de las llanuras y es la madre de la tierra y su habitad es en las montañas y en los valles en donde preserva su misterio, su esencia divina. En donde cuentan las cumbres, los derrumbaderos, la carne torturada de los peñascos, el cóndor y el guanaco, que, como una gloria pretérita, dicen en las alturas inalcanzables, la fugacidad de la vida de los hombres y de los dioses.
Por otro lado, se cree que tiene una faz negativa: la Pachamama tiene hambre frecuente y si no se la nutre con las ofrendas o si casualmente se la ofende, ella provoca enfermedades y  no hay dios que no le obedezca.
La diosa Madre, tiene diversos aspectos. Pero en general, se la representa imaginativamente, como una mujer fuerte y bella, que habita en las montañas y desde allí preside sus misterios. También, se dice que es demasiado huraña y esquiva y muy rara vez se deja ver, se anuncia solo por un lapso de luz fugitivo e instantáneo.
Pero, otras veces; es la vieja astrosa y miserable, con ojos como carbunchos en las profundidades de las orbitas, ojos fatídicos que, cuando miran al arriero o el campeador, le enloquecen y le hacen perder el rumbo.
También, en otras ocasiones, para ser más misteriosa y fascinante, adopta la forma de la mujer y otras veces, es zagala ingenua que se ha extraviado y pide, con voz doliente ayuda a su aflicción pero el nativo conoce esas voces engañosas de la naturaleza y muy rara vez cae esa la ilusión falsa.
De igual manera, también se la describe; como una india joven de baja estatura, cabezona y de grandes pies, que lleva sombrero alón y calza enormes ojotas.
Vive en los cerros y es acompañada por un perro negro y muy bravo y la víbora es su lazo, y el quirquincho su cerdo.
En ocasiones, carga petacas de cuero llenas de oro y plata y es muy celosa, rencorosa y vengativa, pero si alguien le cae bien lo ayuda y cuando se enoja manda el trueno y la tormenta.
Toda la naturaleza es el templo de esta diosa pero las apachetas constituyen los centros principales de su culto, construido con montones de piedras por arrieros y viajeros a la orilla del camino o en las encrucijadas, en las cumbres. En donde también, se depositan las ofrendas.
Según estudios realizados sobre mitología, se afirma que existen tres corrientes de pensamientos sobre el poder o los atributos que tiene la Pachamama, además de su origen:

1-Algunos estudiadores, creen que la Pachamama es esposa de Pacha Camac, información que es tomado como falso por la Secretaria de Cultura y Turismo de Jujuy porque consideran que es una creencia errónea y sin fundamentos.

Pero además, por la similitud fonética de las palabras quichuas, a veces duelen confundir Pachamama con Pacha Camac pero según estudios realizados existe una gran diferencia entre los mismos, ya que Pacha Camac tenía potestad sobre el fuego y el cielo y la Pachamama por ser madre; representaba a la tierra y el tiempo de la vida.

2-Otros, manifiestan que la Pachamama no es un espíritu unitario sino infinidad de duendes que viven en parejas que viven en parejas con sus pares femeninos, que tienen la tarea de cuidar y proteger a los hombres y ayudarlos en las labores de cultivo y reproducción de animales y vegetales.

3-Quienes tuvieron la oportunidad de verla o imaginarla, aseguran que es una mujer robusta, de contextura fuerte, con grandes pies y vive en las serranías y en los huecos de las quebradas desde donde observa a sus hijos, los “runas”, a los cuales califica su comportamiento, necesidades, ofrendas y transgresiones. También tiene un humor muy cambiante y premia o castiga a aquellos que la desobedecen porque la Pachamama es dueña y señora de todo lugar y si se la desobedece, es ganarse su enojo y su castigo que son temidos por el hombre: La enfermedad, la muerte, el daño y el fracaso en las cosechas y en la ganadería. Por esta razón, el temor a ser castigados acaece a una necesidad de aceptación y obediencia colectiva en sus hijos y mantener una armonía y un equilibrio con la naturaleza y con los dioses.

La diosa Pachamama representa lo más maravilloso: El espíritu reproductor de la naturaleza, el elemento tierra de los cuatro cuadrantes que conforman el gran arco de la creación, la base sólida de la vida terrena, el aliento, la supervivencia y es la que posibilita la cobertura de las necesidades básicas del hombre.

Se la considera a la Pachamama como la diosa de mayor jerarquía en el rango de la espiritualidad que se debate entre el cielo “Janajpacha” y la tierra “Ukltupacha”, en el cual coexisten con los bienes de la flora y la fauna que deben servirle también después de la muerte.

La Pachamama conforma una trilogía divina junto con Saramama y la Yacumama, estas tres divinidades asumen la condición de Madres inseparables e indispensables para la supervivencia de la vida física: Tierra (el habitad), agua y maíz (alimento y salud), a las cuales el nativo veneran simultáneamente, aunque sus ofrendas están dirigidas a la Pachamama.

Culto y Ritual

Zacarías Agüero Vera, menciona que:
El culto a la Pachamama perdura hasta nuestros días, lo que nos revela una persistencia, sólo explicable por un noble arraigo en la psicología colectiva, mientras que Inti, el cual se lo considera como su competidor forma parte de los recuerdos luminosos y clásicos y paso por el Cusco y la Pachamama sigue recibiendo el tributo de las razas autóctonas, en el altar de las montañas y en las humildes apachetas de los caminos.                                                                                                                             El culto de esta divinidad, antecede, al Perú, al de Inti y refleja conceptos y grados de civilización bien diversos: El paso del matriarcado, del comunismo tribal y de la vida agrícola, a la época patriarcal y pastoril del Imperio, con una fuerte  tendencia al monoteísmo, representado por el fantasmal Viracocha, tomados del Aymarás que era igual a Deus ignotus.
Las culturas quechuas, aymarás, así como otras culturas agrícolas andinas, realizaban las ofrendas en honor a la diosa madre de la tierra, en las cuales se sacrificaban camélidos para derramar su sangre y además se ofrecían otros objetos como hojas de coca, conchas marinas mullu y la ofrenda especial era el feto de la llama, que era una creencia para fertilizar la tierra sin que faltara la cosecha, este tipo de ofertorio suele llamarse en los Andes centromeridionales "corpachada".
“La Pachamama, más las deidades Mallku y Amaru, conforman la trilogía de la percepción aimara sociedad – naturaleza, y sus cultos son las formas más antigua de celebración que los aimaras aún realizan en la actualidad. Con la invasión de los españoles y la persecución de las religiones nativas (llamada en esa época "extirpación de idolatrías), la deidad Pachamama producto del sincretismo, comenzó también a ser muchas veces invocada a través de la Virgen María”.
En la actualidad, se siguen defendiendo y atesorando el sistema de creencias y rituales relacionados con la Pachamama, efectuada especialmente por las comunidades quechuas y aimaras, y otros grupos étnicos que han soportado la dominio quechua-aymara, en las áreas andinas de Ecuador, Perú y Bolivia, pero además en el norte de Chile y noroeste de Argentina que se dieron a conocer  a través de los en otros sitios como las grandes ciudades como Buenos Aires en donde hoy por hoy se practican algunas de estas creencias como por ejemplo, volcar poco del vino o la cerveza que está por beber diciendo: "antes para la pacha".
La Pachamama es la gran diosa inmortal en la memoria y en el culto del hombre y de las montañas y de la fiel delegada del estado social que fue del imperio inca. Y que hoy, al lado de la virgen cristiana, de los santos pastoriles, a los que se ofrendan en el templo y en el campo, se expresan, con devoción, las oraciones a la Pachamama y al Llastay aclamando a ellos ayuda para resolver sus problemas diarios.
Hasta nuestros días, la diosa Pachamama, representa la divinidad más importante en el culto del imperio sub andino pero su socorro es invocado:

1.Ante las necesidades y problemas que se presentan en la vida rural como en la caza de guanacos y la vicuña, en la yerba de los orejanos, en contra de las hecatombe del león en la majada de cabras, en la plaga de gusanos en la sementera de maíz, etc.
Según Colombre, La Pachamama en la actualidad es la diosa de los cerros y de los hombres y es la que madura los frutos y multiplica el ganado y puede conjugar heladas y plagas y dar suerte en la caza, por eso siempre es invocada antes de emprender una empresa ya sea agropecuaria o cinegética. Incluso, la diosa es invocada cuando sobrevienen enfermedades o se está de viaje, para no apunarse ni rezagarse en el camino y ayuda a la tejedora y al alfarero a terminar bien sus labores artesanales.
Para tales casos, se indican ofrendas humildes y las jaculatorias: ¡Pachamama, Kusiya! Mientras se arroja una piedra más, un acullico de coca, o un trocito de tela arrancado del vestido, a la apacheta del camino. Y en otras ocasiones un poco de agua, de vino o de aguardiente que se vierte en el ara de la peña solitaria, o en la harina de cocho, hecha de polvo fino de algarroba y azúcar que es una alimento consagrado a los dioses diaguitas.
Y un ejemplo de oración elevada a la Pachamama pidiéndole su auxilio, sería:

Pachamama, santa tierra
Kusiya, Kusiya!
Vicuya cuay,
Amá mi naicho,
Kusiya, Kusiya!...

Y la traducción al del quichua al castellano, es la siguiente:

Pachamama, santa tierra
Haz tu que nos vaya bien!
Danos vicuñas y no nos las mezquines;
Has tu que nos vaya bien…!

Y es por estas sencillas oraciones y ofrendas, se obtiene la bendición de la diosa para con sus hijos y hasta el espíritu andariego vuelve.

2. También cuando el espíritu abandona el cuerpo en las ausencias del que desanda o sufre el colapso pasajero que producen el golpe en el sentido, o la epilepsia. En este ritual se quiere atraer un espíritu ya sea por simpatía o por castigo, por el gran espíritu de la tierra, por Pachamama, a la cual hay que pedírselo, que junto con parientes y amigos, se debe clamar para conseguir el favor de la diosa de dejar el ánima recogida por ella, para que vuelva al asilo abandonado del cuerpo humano. La oración a la diosa seria en estos casos:

¡Pachamama devuelve el espíritu a fulano de tal!
¡Pachamama devuélvele el espíritu!...
¡Pachamama devuélvele el espíritu!

Y por estas oraciones y ofrendas, el yacente pálido y desencajado, ajeno en absoluto a los trajines de la vida, parece esperar, después de convulsivos estertores, el milagro de la diosa y la vuelta de su aliento vital.

Además de estas ofrendas y plegarias a la Pachamama, se coloca, a guisa de banderola enastada a un trocito de palo, jirones de tela o de lana roja, blanca, azul o negra, los cuales son los únicos colores que el indígena ofrece a la divinidad.
También, llama la atención en las oraciones a esta divinidad diaguita, su carácter, ora jaculatorio, o ritual y mímico, común a los viejos himnos mágicos de la humanidad.
Un ejemplo de estas oraciones seria, la que mencionamos a continuación, que se pronuncia al beber la chicha:

¡Pachamama, cusiya dichesurtiya!
Pachamama, alegría, dicha y suerte!
Pachamama challariscupa!
Pachamama te mojo!

Desde la antigüedad, se puede ver que lo  más interesante; esta en las oraciones mímicas, que van marcando, al través de sus palabras, actos e ideas relacionados con el pedido que se formula a la diosa. Como los dioses son un poco torpes y para que comprendan mejor la suplica que eleve el solicitante, se lo describen con la palabra hablada y mímicas. Un ejemplo de esto, es la oración que eleva el pastor cuando se le ha dispersado su rebaño de ovejas o cabras:

Tacum maichukanki imanaschayachayachimusac
Ovejaicunata mutarini tucuybaskanku bujita
Faltaban  zorcobapifruasca

La traducción de esta oración quichua al castellano, es: “Se han desparramado. ¿Dónde las hallaré? ¿Las hallaré?.

Nombre del Recurso: La Saramama “Divinidad del Maíz”

Tipo: 3.a Creencias Populares, Mitos
Sub-Tipo: Tradiciones

Origen y Significado

“Saramama o Mama Sara (en quechua: Mama Sara, Maíz Madre) era la Madre Maíz o del alimento, la más importante de las conopas (representaciones religiosas) de los alimentos junto con la coca y papa”.

Ubicación

La Saramama tuvo una gran importancia para todos los pueblos de América incluyendo a La Rioja (Capital, Sanagasta, Castro Barros) en donde habitaban las culturas diaguitas.

Particularidades

La Saramama conforma la Divina Trilogía femenina con la Pachamama y la Yacumama, siendo esta la segunda más importante entre las tres, las cuales se complementan en sí y cooperan para que la vida sea un orden armónico e igualitario pero se la considera como la única deidad de la trilogía que no advertía represalia ni sanciones porque como mujer sometía, a la acción del sol que hechia los frutos.
 “La Saramama es la diosa protectora de los sembradíos de maíz, el espíritu mismo de este cereal, si se prefiere y pertenece al grupo de los dioses tchónicos y arcaicos, sobresalientes a todas las conquistas, como íntimamente vinculados a los fenómenos de la tierra, que más influyeron material y psíquicamente en la vida de los grupos indígenas”

Descripción

Desde tiempos antiguos, el cultivo del  maíz es gran tiene un gran valor para la economía de los pueblos de América y en épocas del florecimiento de las primeras civilizaciones, ya se lo cultivaba en los valles cordilleranos y en las regiones del altiplano, próximas al Lago Titicaca a más de 3.000 s/m.
Este grano se constituyo a lo largo de la historia como el grano de mayor importancia en la alimentación vegetal de los pueblos autóctonos de América como lo son los Diaguitas, los Aymarás, los Quichuas, etc.
 Y la Saramama era la diosa del maíz que protegía a los sembradíos de este cereal que era de vital importancia para la alimentación de los pueblos de América.
Según Teresita Flores:
“Saramama, espíritu noble y generoso de las sementeras, morena y fecundante como la misma tierra. A ella están dedicados los menhires, esos monumentos de forma alargada y más o menos fálica. Es la diosa de la fecundidad, de la entrega, de la siguiente germinadora. En la noche, convertida en jazminero de estrella; en el día, bola de fuego”. 
La misma, simbolizaba al espíritu del maíz y se la denominaba con diferentes nombres como xilomen (eran los granitos como perlas de las espigas), miabuatl (era la espiga) y cozcamiach (era el collar de espiga).
De acuerdo con los monumentos encontrados, la Saramama, aparece íntimamente vinculada a los menhires de los valles de cultivo, colocados como imágenes imprecativas de la diosa y símbolos de sus poderes y es por esto es que se cree que la Saramama es la única deidad de la trilogía que no anunciaba venganza ni castigo porque como mujer sometía, a la acción del sol que hechia los frutos.
Considerada,  como la diosa de los gérmenes y la patrona de los sembrados de maíz y una divinidad secundaria, de la fuerza femenina creadora y fecunda, representada por la Pachamama como una advocación de la misma. Esto sugiere que, en la relación con la protección contra la cuncuna y la langosta, tubo en algunos lugares, en relación al Chiqui y el algarrobo o tacu, su árbol consagrado, como una costumbre supersticiosa, dejar en los rastrojos, uno o varios de estos árboles, como genios protectores del sembrado.

También, a la Saramama se la vinculaba con los dioses atmosféricos, con la reproducción, la recolección, el alimento, la fortaleza, el humo del hogar y es por esto que desde épocas pretéritas, se pueden observar las figuras fálicas en trabajos en piedra y en cerámica como menhires y Saramamas.  Por eso, es muy común encontrar en los menhires de piedra en los rastrojos de cultivos de maíz, denominados mamasaras, o en las puertas de las fincas y terrazas de cultivo, con la propósito de traer buena suerte para la siembra, el crecimiento y la cosecha del vegetal pero también estos amenhires atraen la lluvia y alejan los vendavales que advierte el Chiqui.
Para conservar el maíz, los aborígenes debieron armar una pirthuas en donde tenían que trazar sobre un terreno alto, a salvo de las corrientes de agua, una zanja de alta profundidad en las que se plantaban cañas secas de maíz unidad por la parte superior, cubriendo con su forma cónica el colchón de pasto en el que se colocaban las espigas o choclos secos para consumirlos en el invierno y era una tarea de las mujeres retirar las mazorcas de maíz secas cuando la necesidad alimenticia lo requería para desgranarlas y molerlas en un mortero de material lítico.
Por otra parte, al maíz se lo podía comer en ancua o ashua (palabra quichua) pero antes se le despojaba de su piel, se lo molía y después cocinado al fuego en un recipiente llamada cazoleta, o mezclado con carne, agua y sal, comida que hasta hoy la podemos elaborar en las cocinas regionales denomina locro o rocro y otra forma de preparar a modo de postre la denominada mazamorra o api, la cual lleva solo maíz pero sin la piel y unas cucharadas de azúcar, sin carne ni sal. La forma más primitiva, de cocinar el maíz es en forma de mote o locro pero sin triturarlo.
Otra forma de comer el maíz, era en forma de chocho, antes de que este se endureciese en su mazorca, asado al o cocido, raspado y envuelto en su propia chala, en forma de humita a la chala o humita a la olla o era dejado para que después se elaborase la chuchoca.
La ancua se la molía, hasta hacerse polvo y se la unía a la harina de algarroba y con ella preparaban el cocho que era una mezcla dulce y muy nutritiva destinada para ser ofrecida a las deidades divinas.
En las prácticas religiosas de los diaguitas y de los quichuas, se molía el maíz crudo en conanas para preparar lo que llamaban sancü que era mezclado con agua y sal para realizar panecillos que, eran rociados con sangre de las victimas que se sacrificaban en señal de ofrenda a los númenes locales, adorados por estas culturas.
Otra forma de consumir el maíz por los diaguitas y quichuas era en forma de licor fermentado que era mezclado con algarroba o con molle.
Se cree que, el cultivo del maíz es muy viejo, ya que no se conoce la especie salvaje de donde procede pero la práctica de la agricultura del mismo y su aprovechamiento, se vinculan con las conquistas incaicas por los nombres y términos utilizados que pertenecen al idioma kakano o son voces araucanas.
Este imperio además del maíz, cultivaban papas como la oca (oxalis tuberosa) y una gran variedad de judías, patatas y calabazas, y el pururú (poroto) y arboles con frutos comestibles.
Se domesticaban animales como la llama que eran sus bestias de carga y también domesticaron al ñandú o suri (riberas de americana), el pavo de las montañas (Penélope oscura), especies de patos como el anas moschatas, el conejo de indias, el agutí, guanacos y vicuñas. También, se incorporaban otros frutos espontáneos y los animales no domesticados en su alimentación.
Hasta la actualidad, se dice que la Saramama vive en los campos con regadíos y su presencia es tan sagrada que nadie se atreve  caminar sobre las mieses ni a fijar la vista hacia las panojadas de flores ni la florescencia de los zapallares por miedo a ojear y a malograr la futura cosecha.
La deidad del maíz, Saramama tuvo una gran importancia para todos los pueblos de América incluyendo a La Rioja (Capital, Sanagasta, Castro Barros) en donde habitaron las culturas diaguitas, cucha diosa era la protectora del alimento básico e indispensable para la supervivencia y sobre vivencia de estas culturas.

Culto y Ritual

El culto de la Saramama se realizaba en la época matriarcal y agrícola en la edad megalítica y sobrevivió a la unidad religiosa incaica, según se iba alejando del centro del imperio.
 Se la veneraba entre los diaguitas con ceremonias báquicas nocturnas, posiblemente en la época del Iteraymi, en que se recolectaban los frutos, y en la formación de libación y el topamiento sexual, tincu o tincunacu”, según se ve referenciado en los monolitos.
Era una creencia de los quichuas para el bien estar del pueblo, tener en cada hogar una Saramama, que representaba la esencia espiritual del maíz y a la que se ofrecían plegarias y sacrificios. En ocasiones, esta deidad está representada como una figura cubierta con mazorcas de maíz, o un vaso modelado en forma de mazorca.
El culto a la Pachamama, a la Saramama, y a Inti estaba vinculado con las formas y sustancias de labores grupales denominados sistema mingas. La minga era una fiesta comunal en donde se recolectaban frutas o maíz, se realizaban trabajos por sustitución basados en acuerdos con antelación que finalizaban con el deshoje de las cañas, la conservación de chalas para armar cigarros, alimentar al ganado y para ser guardadas para encender el fuego de San Juan en la noche del 23 de Junio.

Nombre del Recurso: ”Yacumama ” Madre del Agua
Tipo: 3.a Creencias Populares Mitos
Sub-Tipo: Tradiciones

Origen y Significado

Deidad de raíces incaicas, también llamada Yacumana, Yacupamama, Mayumaman o Mayup Maman, significando "Madre del agua", o "Agua que cae".

Ubicación

La Saramama tuvo una gran importancia para todos los pueblos de La Rioja, especialmente para las zonas de los Llanos, de Famatina y de los valles del velasco (Capital, Sanagasta, Castro Barros) y alrededores.

Particularidades

La Divina Trilogía: Pachamama, La Saramama y La, Yacumama: estas tres deidades conforman una divina trilogía femenina y que se complementan en sí y cooperan para que la vida no sea dolorosa sino un orden armónico e igualitario pero por otro lado, estas madres presentan una faceta vengadora que aplican cuando no se cumplen las reglas dentro del contexto social.
Ella es el emblema de la fuerza femenina, imperiosa en la creación del universo y la vida; la manifestación de lo sagrado y lo eterno. El hombre, deducido por el embrujo de su hermosura se ha de perder en las aguas. Es el dominio de la divinidad sobre los tres mundos: el celestial, el terrenal y el submundo, y la imposibilidad humana de alcanzar el poder divino celestial y eterno.

Descripción

La mitología indígena giraba alrededor de númenes democráticos, inspirados por las necesidades básicas e indispensables para la supervivencia de la vida como es la tierra, el agua, el aire y el maíz. Estos dioses, carecían de templos construidos por el hombre y de sacerdotes que fueran expresión de poder teúrgico y simbolizaran, el vínculo entre la tierra y la voluntad caprichosa de los númenes.
La Yacumama pertenece al núcleo de divinidades femeninas, que hacían coro a la Pachamama.
Esta, custodia y vigila el fenómeno acuático-terrestre, el ojo de agua limpio de la montaña, el manantial de aguas termales, de saludables efluvios, el arrollo que aflora intervalos, hilvanando, con un hilillo azul, la cinta de oro de los antiguos causes y la remota laguna que espejea nieve penitente, en las cumbres cordilleranas.
El mito, de la Yacumama es muy poco conocido en los Valles Calchaquíes y no tuvo mucha difusión en las provincias del norte argentino. Sin embargo, se encontró su culto vivo en La Rioja, más realzado que el de la Pachamama.
Desde siempre, la población de la provincia de La Rioja, sabe que el agua debe ser preservada y proporcionada de manera equitativa para todos y más aún en los lugares en donde no existen ríos permanentes y en donde las lluvias son muy escasas, allí en agua es un bien preciado para toda la comunidad y es en donde la Yacumama aparece a aquellos habitantes que en la noche, intentan robarla o desviar su caudal en su curso. 
La Yacumama es la tercera deidad de la trilogía femenina y es la madre del agua, ínfimos y dulces lloraderos que surgen de las ranuras de la piedra, patrona de las vertientes, de los finos hilos de agua que humedecen la tierra, de acequias y arroyuelos, de represas, de los ríos de cause temporario que bajan abruptamente de las hondas quebradas, cuidadora del agua germinal que riega la simiente escasa que será el sustento de la tribu.
Se dice, que la Yacumama aparece en estas zonas como una vaporosa sombra a las mozas que cuando cae la tarde van con sus cantaros sobre el “pachequil” de la cabeza a buscar agua.
Otros relatan, que es una mujer rubia de cabello largo y suelto que peina con un espinazo de pescado.
En otras ocasiones se la vio como dos ojos glaucos y fosforescentes, entre la penumbra de las cañas, o en el fondo de los estanques.
No siempre se ve compasión en ella, se cree que es peligroso bañarse en las aguas donde ella aparece y que suele atraer a los jóvenes hacia zonas profundas, de donde no vuelven.
El autor, Carlos Villafuerte en "Voces y Costumbres de Catamarca" (1961), cuenta:
La "Madre del agua" es una bellísima mujer alta y de rubia cabellera que se hacía visible en el ignoto de las quebradas y en las inaccesibles cumbres, acompañada de una corzuela (cérvido) en la cual cabalgaba. Todo su cuerpo era transparente, por lo que se creía hecha de nubes.
Un día un cazador persiguió a la corzuela hasta que se detuviera por cansancio y le atravesó el corazón de un flechazo, al sentirse herida se lanzó al abismo estrellándose en las rocas. La "Madre del agua" lloró día y noche incansablemente. Sus ojos se convirtieron en fuentes de donde nacieron los ríos, su hermosa cabellera en torrentes que lavaron la sangre de la infortunada corzuela cuyo cuerpo se transformó lentamente en un cristalino manantial.
Paisanos de Huaco, manifestaron que la vieron desde las rocas que rodean la cuesta, en ese paisaje rocoso y magnifico en donde el agua cristalina corre en las honduras y se puede ver desde la Ruta Nacional Nº 75, el brillo de la corriente de agua; que forma un increíble anfiteatro natural de singular belleza. Se cree, que la Yacumama en los días cálidos del verano se baña en esas aguas para quienes tienen la dicha de verla como una pequeña nube que desaparece ante el menor ruido.
Hay quienes, la describen como una mujer joven hermosa pero otros la representan como una anciana robusta que carga un cántaro de barro.
Se cree que es peligroso bañarse en el río donde ella aparece, y que suele atraer a los jóvenes hacia zonas profundas, de donde no vuelven.
En muchos casos se la conoce como una niña, y el mito se confunde con la milenaria leyenda de la Sirena.
Se comenta, que esta divinidad, presenta una dualidad; o sea, que es buena de día y mala de noche; cuando se convierte en feroz bestia que ataca a quienes se acercan a las cochas (acumulación de agua) para depredar el agua o que van a fastidiar a las personas que recogen el agua.
Es decir, que esta divinidad tiene una doble personalidad, durante el día es clara y buena y protectora del hombre.
También, juega y ríe como ninfa, al rumor del agua y además canta y cuida de los niños que se encuentran en las sombras de los arboles, mientras la madre lava su ropa pero al caer la noche, adquiere las cualidades de los seres maléficos y guarda, el sitio en que celebra las irreveladas liturgias.
Esta dualidad, llama la atención porque parece ser la personalidad de casi todos las divinidades diaguitas como la Pachamama, el Llastay, el Chiqui, y el Pusllay.
La Yacumama es alabada y temida también en la provincia de La Rioja, ya que esta pertenece a la región árida del norte argentino. 
La Yacumama, es venerada en dos regiones muy distantes entre sí de la provincia de La Rioja: en Solca, en los llanos y en Chuquis, en el Dpto. Castro Barros.
En la región de los Llanos, se llama “Madre del agua” al genio de las vertientes, al que cuida que nos se sequen  y conserva la cristalina limpidez del agua y en la población de Chuquis (lanza), Departamento Castro; Barros la llaman la Yacumarna.
Según Vidal de Baltini, a la Yacumama se la conoce en las provincias de Jujuy, Santiago del Estero, San Luis y Mendoza con el nombre castellanizado “Madre del Agua”; en donde toma el aspecto de una mujer rubia de hermosa cabellera o la de una vaca o toro con cuernos de oro.

Culto y Ritual

Antiguamente, se la propiciaba; como a los demás númenes celestes, atmosféricos o acuáticos, con la sencilla ofrenda de un círculo de piedras de colores, en especial blancas, con el cual se rodeaba el ajo de agua.
Se dice, que existían fórmulas y oraciones que obligaban a la Diosa del agua a bendecir con favores a aquellos que la invocan y que no se diferencian mucho de los rezos cristianos, solo una que otra palabra quichua.
 La Yacumama, formaba parte del culto del agua y era respetada como la diosa que cuida de los manantiales.
La diosa del agua, tenía varias fases como la del avestruz, símbolo de la nube, el sapo que la propiciaba como  con su sacrificio y la serpiente, que representaba al rayo y al relámpago.

Nombre del Recurso: ”Yacurmana ” Madre del Agua
Tipo: 3.a Creencias Populares Mitos
Sub-Tipo: Tradiciones

Origen y Significado
Deidad de raíces incaicas, también llamada Yacumana, Yacupamama, Mayumaman o Mayup Maman, significando "Madre del agua", o "Agua que cae". Se le llama también hilo de plata o cabellera de plata, agua que cae en referencia a la diosa diaguita del agua y por su caudal, pero en época veraniega se convierte en una espectacular cascada por el importante aporte de las lluvias a su volumen de agua.

Ubicación

En La Rioja se encuentra muy difundida. En Chuquis, una cascada proveniente de la ladera del Velasco que se la ve desde muy lejos y no hay camino para llegar
Particularidades

Descripción

En la población de Chuquis (lanza), Departamento Castro Barros la llaman la Yacumarna. Esta es una pintoresca aldea, sita en la vertiente del noroeste del Velasco, verde y perfumando como un huerto o un jardín, el cual es regado por la Yacumama o Yacumarna como se la celebra en este pueblo.
La Yacurmana de Chuquis, está constituida por una corriente de agua que baja y se vuelca de las altas montaña y que es admirada desde cualquier punto del valle como una cinta de plata y de luz en el farallón sombrío en donde también se encuentra un pucara con una heroica leyenda y que da un valor agregado de misterio y sugestión al fenómeno.

Cercano a la caída de agua, se encuentran las ruinas grises en una de las montañas en donde los nativos defendieron sus derechos a la libertad y a la vida, en la cual hay narraciones que por las pendientes, se despeño todo el pueblo para evitar la conquista de los españoles.
Los que la han visto, la describe como una viejecita vestida de blanco que aparece en un estanque entre los cañaverales, al atardecer cambia de personalidad tornándose maléfica para cuidar que no se sequen las vertientes y conserven su cristalinidad.
La Yacurmana, es una bellísima mujer alta y de rubia cabellera que se hacía visible en el ignoto de las quebradas y en las inaccesibles cumbres, acompañada de una corzuela (cérvido) en la cual cabalgaba.
Todo su cuerpo es transparente, por lo que se cree que está hecha de nubes.
Se comenta que, un día un cazador persiguió a la corzuela hasta que se detuviera por cansancio y le atravesó el corazón de un flechazo, al sentirse herida se lanzó al abismo estrellándose en las rocas. La "Madre del agua" lloró día y noche incansablemente. Sus ojos se convirtieron en fuentes de donde nacieron los ríos, su hermosa cabellera en torrentes que lavaron la sangre de la infortunada corzuela cuyo cuerpo se transformó lentamente en un cristalino manantial.
Culto y Ritual
Los pobladores de la localidad de Chuquis, lo primero que hacen al levantarse antes que salga el sol es mirar hacia lo alto del cerro para admirar a la caída de agua, estos le hablan y su alma sencilla los entienden a maravilla y por la tarde cuando el sol se pone también dirigen la mirada hacia la Yacurmana en señal de respeto y devoción por la misma; ya que sus colores y cambiante espectáculo les indican los más múltiples vaticinios.

Nombre del Recurso:”Zapam Zucum”

Tipo: 3.a Creencias Populares, Mitos
Sub-Tipo: Tradiciones

Origen y Significado

"Personaje legendario (aunque poco difundido, quizás por su origen aymara), mencionado principalmente en las provincias argentinas de Jujuy, Salta, Catamarca y las zonas limítrofes de Bolivia y el norte de Chile.

Ubicación

El habitad de la Zapam Zucum es todo lugar de valles y llanos andinos en donde la naturaleza ha puesto al algarrobo, y de este, la industria de la molienda, de la elaboración de las bebidas sagradas, de la leña y del alimento.
Faldeos del Velasco (Dptos. Capital, Sanagasta, Castro Barros)

Particularidades
Es la gran amiga de los niños abandonados mientras las madres cosechan en el campo; cuando despiertan los amamanta con sus pechos y vuelven a dormir sin distinguir entre la providencia materna y la que le otorga los seres inmortales."

Descripción

Los bosques que alimentaron las tribus van desapareciendo bajo la acción de las hachas, las cigarras y los coyuyos ya no cantan y se sumergen en el pasado, y las huellas se borran, en la senda por donde pasa la gente.
Es la diosa que cuida y vigila los bosques de algarrobos, es una mujer muy prodigiosa, madre y compañera de los árboles y los niños de pecho que desanda entre los troncos de los Takis, observa todo a su alrededor y escucha el sonido de las ramas que crujen con el rose del viento.

Es la protectora de los niños abandonados y de los que se quedan solos, al amparo de la espesa sombra de los arboles, mientras las madres con los hijos mayores, se internan en el campo a trabajar, y que por la buena obra de la diosa no se siente llorar a ningún niño; ni les molestan los insectos; ni parecen tener hambre. Bien, se alejen los algarroberos, se siente a la diosa en el campamento nómade, en donde quedaron solos los niños dormidos, el sonido característico del numen propicio: ¡Zapam-Zucum! ¡Zapam-Zucum! ¡Zapam-Zucum!...
También, Revive los rescoldos donde los “mangueros” llegaran luego a calentar la mazamorra del mediodía.
En las sombras del algarrobal, esta diosa es la reina y señora de la soledad poblada solo por los gritos de los algarroberos o el vuelo de la cucula y se enoja si alguien interrumpe la armonía del bosque cortando y desperdiciando ramas o frutos que significan el alimento.
Se dice, que es una mujer de tostado rostro, en la plenitud de su vigor, de ojos y cabellos negros y que tiene enormes senos morenos y rosados a la vez, muy voluminosos que se mueven al andar, y son los que producen el sonido onomatopéyico Zapam-Zucum; Zapam-Zucum... con sus manos pequeñas y blancas, acaricia a los niños, lava sus caritas entierradas y pone orden a sus improvisadas cunas.
Otros creen, que es una mujer grande y fea, de pechos colgantes que sorprendía a los algarroberos en medio de las fiestas que hacían, a la sombra de los algarrobos, su presencia era anunciada por unos gritos, se producía entonces el desorden en la reunión y la terrible hembra se echaba entre los senos algún paisano que lograba sorprender.
La diosa aparece siempre desnuda, y sus características físicas exaltables son sus manos y sus pies, blancos como la nieve, y sus pechos descomunales, que agita al andar, produciendo el ruido onomatopéyico del que proviene su nombre indio.
Sus apariciones siempre son benévolas, ya que suele acariciar y jugar con las guaguas (niños) que las mujeres dejan a la sombra de los algarrobos cuando se van a recolectar hijo de tuna, y también los amamanta cuando tienen hambre.
Como es una madre protectora de los algarrobos, si algún padre de las criaturas que quedan a su amparo, hachó una planta, le robara su hijo y no se lo devolverá nunca, ni avivara los fuegos que dejan encendidos en el campamento. Protege y hiere en donde le duele más a la humanidad, en el corazón de las madres. Y después de muchos años, los padres encontraran en la selva un cántaro de barro cocido, labrado con misteriosos dibujos, conteniendo el esqueleto de un párvulo (inocentes) y aunque no entendiesen como ni cuando fue llevado hasta ese lugar, pero en sus corazones el instinto de enterrarlo con un profundo respeto porque podría ser su hijo que hace años fue arrebatado por la Zapam Zucum.
Ella, se encargaba de cuidar y amamantar a las huahuas en ausencia de las madres, añadía leña al fuego para orientar con el humo a los que se habían retirado bastante del campamento, ahuyentaba a leones y zorros y regulaba el descanso de los trabajadores, holgados por la noche en música y jaranas, dejando oír su ¡zapam zucum! Con lo que cesaba la guitarra y el tambor y buscaban cada uno su cama para no hacer enojar la diosa.
La Zapam Zucum, personaje que habita principalmente en las provincias argentinas de Jujuy, Salta, Catamarca y en la Región de Cuyo hasta Mendoza y también en las zonas limítrofes de Bolivia y el norte de Chile.
La ubicación geográfica de la Zapam Zucum es todo lugar de valles y llanos andinos en donde la naturaleza ha puesto al algarrobo, y de este, la industria de la molienda, de la elaboración de las bebidas sagradas, de la leña y del alimento diario.
La Zapam-Zucum, es una diosa local, porque solo se oyó hablar de ella en la Localidad Riojana llamada VICHIGASTA, conocida con otras variantes como CAPANSUCANA o CAPASUCANA.
Un informante de Vichigasta Berta Vidal de Battini en 1950, comento que la Capansucana o Capasucana, nombre que se le da también a la Zapam Zucum o capaz también de otra divinidad que este aparentada con la misma, es una mujer muy grande y fea, de pechos colgantes, que sorprende a los algarroberos medio de las fiestas que hacen a las sombras de los algarrobos. Su figura es advertida por gritos que suenan “capansucana o capasucana”, nombres también onomatopéyicos. Se provoca en ese momento un gran desorden en la reunión, mientras la terrible hembra invade el campamento y echa a todos los paisanos que se están a su alcance entre sus senos.
A la Zapam Zucum, no siempre se la ve inofensiva, ya que, según la versión de un arriero de la provincia argentina de Catamarca:
... la Zapan-Zucum es una mujer de piel oscura, gigantesca y horriblemente fea, de pechos enormes y colgantes, que sorprende a los pastores y a los recolectores de patay durante los descansos que hacen bajo los árboles. Anuncia su presencia con gritos que imitan el ruido que hacen sus pechos al chocar entre sí cuando camina, y su mayor diversión es atrapar entre sus senos a todos los que no son suficientemente rápidos para escapar, y llevárselos con rumbo desconocido, sin que nadie más los vuelva a ver..."
La Zapam Zucum
Se dice que, al desaparecer por la tala de los montes y algarrobales que llegaban hasta los faldeos del Velasco en los últimos años, dejaron a la Zapam Zucum sin su habitad.

Culto y Ritual

La Zapám Zucúm es la madre y providencia de los niños y de los algarrobos. Cuida a estos y los defiende, para ofrecer sus frutos a las gentes pobres y se complace con las fiestas sencillas que se celebran bajo los árboles.
Según los datos recopilados en 1923 por el gobernador de La Rioja, don Florencio Dávila San Román, recogidos entre la gente de Vichigasta en donde la algarroba es parte todavía de su alimentación:
En donde parece ser que no había ceremonias ni oraciones para propiciar la bendición de la Zapam Zucum, la que se daba por descontada, siempre y cuando no se dañará a su árbol preferido o se la invocará con un muy breve ruego.
El culto de la Zapam Zucum ha existido hasta hace muy poco tiempo en la zona de Vichigasta, por eso que se la considera como un genio local.
Quedo establecida la divinidad y originalidad de la Zapam Zucum y su titulo perfecto a figurar en el panteón diaguita, como un numen sugestivo   del culto por el niño en una raza, que tenía una gran veneración por la infancia, que construyo cementerios especialmente para ellos.
El culto de la Zapam Zucum, se relaciona directamente, con las deisidaimonía de la selva. Esta diosa es hija del medio selvático norteño, como una concepción pánica de sus misteriosas apariciones. Ella, era la gran madre, un numen femenino por excelencia y su culto es antiquísimo, al igual el de sus hermanas y la Saramama.
Fuente:  Silvia Chacoma
 

Nombre del Recurso: El Llastay – Dios protector de los animales
Tipo: 3.a Creencias Populares, Mitos
Sub Tipo: Tradiciones

Origen y Significado
El Llastay: dios de las manadas de llamas, vicuñas, guanacos, cóndores, protector de la fauna local, con su agudo silbido los alerta de la presencia de cazadores. Le gusta adoptar la forma de los animales que ama y protege presentándose como el rey de esa especie.

El Llastay, es el rey o el genio protector de los animales útiles de la montaña, que los gobierna y los guías y dispone de ellos soberanamente. Quien, es amigo de los hombres quienes pueden propiciárselos por la ritual ofrenda del cocho, harina de maíz tostado, mezclado con polvo de algarroba negra o azúcar. Se lo coloca en la raja de alguna piedra, pidiendo la ayuda del Llastay; que lo mismo toma a voluntad, la figura de un campero, unas veces viejo; otras muy joven, que la de sus animales protegidos.
En este mismo caso, se lo distingue porque es de un color más claro y de alza mayor que los demás; que puede en ciertos casos, hacer frente al hombre y que, como divinidad que es, no muere nunca.
El Llastay es hijo de la montaña abrupta y es en su ceno donde se hace buscar su cuna mitica. Intervinieron en su creación, la piedra desnuda y la tormenta, las nieves del invierno y el sol radiante, los vientos blancos, que soplan desde las cumbres, como un alito de muerte; y la neblina sedante que parece brotar de las quebradas, o ser la túnica del aire con que hesíodo vestía a sus divinidades. Y es hijo, sobre todo, y antes que nada, del alma de los hombres, en plenitud de soledad y de infinito.
Es buena con sus hijos, es maternal y terca con el intruso que la profana. La montaña, a más que una realidad, un mito viviente. Su símbolo, es la Pachamama, la diosa omnipotente, que protegía a los zagales o los arrebataba para siempre, hundiéndolos en la doble sima de sus misterios y de sus abismos. 
Hijo de este medio es el Llastay, el dios paliforme de las manadas de llamas, vicuñas, guanacos y cóndores, vale decir; de la fauna cuasi aérea de las cumbres.
Con mano invisible pero segura, guiaba al viajero, envuelto por el manto húmedo de las nubes, a través de los precipicios y de las rocas; hasta dejarlo en la rampa, pastosa, próxima al valle. En su poder el que reunía la manada arisca y las ponía al alcance de las flechas de pedernal o del disco cobre o de la piedra del cazador hambriento.

Culto y Ritual

El Llastay, es un mito viviente que tiene sus cultos y sus devotos. Reinaba antigamente en llanos y montañas, bajo la misma denominación, como el dios de las aves del campo y el genio bueno y el amigo del campero.
El Llastay, tiene algunos puntos de semejanza con la Pachamama, sin que se pueda confundir con ella. La Pachamama, es una divinidad mayor, mientras que el Llastay más bien se asemeja a númenes menores y a los genios, para estar con la clásica división de los mitólogos. Aquella, es la fuerza universal creadora y este encargado solo de una parte de las criaturas. La primera omnipotente y el segundo de un poder relativo, si bien superior al del hombre.

Nombre del Recurso: ”Hayraruca”
Tipo: 3.a Creencias Populares, Mitos
Sub Tipo: Tradiciones

Origen y Significado

En quichua, viento colorado, también denominado Huirapuca. Mito múltiple y misterioso de los diaguita-calchaquí. Es la madre de Shulco, el Viento; prima hermana del Remolino y pariente del Rayo.  Viene a ser la diosa o espíritu del aire, Vive en las altas cumbres y en los profundos abismos cordilleranos.
Ubicación

Particularidades
En quichua, viento colorado, también denominado Huirapuca. Mito múltiple y misterioso del diaguita-calchaquí. Es la madre de Shulco, el Viento; prima hermana del Remolino y pariente del Rayo.  Viene a ser la diosa o espíritu del aire, Vive en las altas cumbres y en los profundos abismos cordilleranos.

Descripción

La mitología andina, tenía como común denominador de Huairas o Wairas a una triada de vientos. Los mismos, fueron venerados en las altas montañas de Bolivia heredados por la cultura Inca, los cuales adoraban y ofrecían tributo a Huayra Tata o viento padre, el que tiene la potestad de provocar Huracanes o Huracane, según la creencia aymara.   La población de los altiplanos bolivianos creían en que Huayra Tata vivía en las altas cumbres de los cerros, en los Huycos ó Huaycos, lugar de donde aparecía para exponer a la diosa Pachamama y a los hombres su gran poder, “ya que Pachamama es mujer y el viento debe fecundarla” “Para ello, con su fuerza, arrebataba las aguas del Lago Titicaca y las dejab caer en forma de lluvias; luego regresaba a las profundidades de las grutas”. Estos y otras narraciones, dan una idea del cólera de Huayra Tata al castigar a Pachamama. Por esto, se cree que nació la pareja Viento – Tierra.             
Según T. Flores et. Otros,
“Los campesinos saben que el viento soplará cuando y donde quiera y no hay poder humano que lo recita; solo puede implorar la bondad del terrible Huayra Tata”.
El huayrapuca, el viento colorado, el zonda; como lo denominan en las regiones del norteñas, tiene poco que ver con la tormenta, más bien, aparece como un genio antagónico. Recorre las llanuras resecas, agitando su manto de fino polvo rojo, absorbido hasta la más leve humedad de las plantas y resecando de fiebre las fauces de los animales, que mugen a su anuncio con voces lamentosas y largas. Enorme, y hasta el padre sol aparece tras una niebla de polvo, como velado por el eclise.
También, se cree que para los indígenas los temporales y vientos establecen un factor de tensión y de perturbación porque para ellos estos provenían de un lugar misterioso, el cielo y que solo venían a traer desgracia.
Se vincula también, a los vientos con los fenómenos meteorológicos la tormenta, el rayo, el Chiqui y sus nefastos designios y con todos aquellos elementos que despiertan una necesidad de defenderse, cuidar y de salvación de bienes y hasta la propia vida.
En el imperio Inca antes del culto de Viracocha, se creía en que una gran catástrofe con huracanes, lluvia y piedra devasto las poblaciones; creencia que paso oralmente a las demás generaciones sumadas al temor de que se reproduzca  este terrible diluvio.
Se cree que, para las culturas noroésticas el viento era el “soplo de los dioses”, que anunciaba la presencia del Zupay, de catástrofes y muertes. Este dios es conocido en el norte argentino por ser un ser maligno.

Nos cuenta Adolfo Colombres que según Adán Quiroga, es un ser bicéfalo o tricéfalo. En un extremo de su cuerpo tiene una monstruosa cabeza de dragón, y en el otro una cabeza de serpiente. También puede tener cabeza de guanaco en una punta, y de renacuajo en la otra. O ser su cabeza y cuello de guanaco, su cuerpo de avestruz y su cola de serpiente, en cuyo caso toma el nombre de Tanga-tanga. Otras veces predomina lo antropomorfo, pues se dan monstruosas combinaciones con partes de distintos animales.                                                                                                                También hay versiones que la pintan como una hermosa mujer de cabellos negros, cubierta con un manto por lo general rojo, hecho con el polvo que recoge en algunos cerros y gargantas.
Según una versión, Huayrapuca puede hacer tanto el bien como el mal. Sus malos sentimientos se manifiestan cuando destruye las cosechas y se afana por prolongar la sequía. Para conseguir esto último se traba en encarnizada lucha contra Puyuspa, el Nublado, su eterno enemigo, creador de la escasa humedad ambiente de esas regiones. Pero otros no ven qué bien puede traer, siendo un ser casi antagónico a la tormenta. Recorre las llanuras absorbiendo la humedad de las plantas y secando la garganta de los animales, que mugen lastimeramente. Vela el sol y barre las nubes. Antes se trataba de desviar su furia con aterradores gritos, y para cambiar su dirección se hacían cruces de ceniza en la puerta.
Se dice que le gusta coquear, y su chuspa está llena de hojas que arrebata a los arrieros de la mano mientras preparan el acullico.
Literalmente "viento colorado" en quechua. Se manifiesta con un gran torbellino rojizo que recorre las quebradas. Es la Madre del Viento, deidad femenina de los diaguita-calchaquíes, cuya apariencia y simbología resultan múltiples y misteriosas. Es la madre de Shulco (el Viento), prima de Huayra Muyu (el Remolino) y pariente de Illapa (el Rayo). Es una diosa o espíritu del aire que habita en las altas cumbres andinas y gusta de recorrer los profundos abismos cordilleranos.
Al parecer, la Pachamama lo habría vencido, y para aquietar su furia le habría ofrecido compartir sus ofrendas.
Agüero Vera habla de una trilogía del viento, que Huayra Puca integraría con Huayraritu y Huayrayana. A continuación, veremos una de sus manifestaciones en el mundo diaguita:
El Huayra-Muyuh, es el remolino, divinidad más bien benéfica, como anunciadora de las lluvias inminentes.
La superstición cristiana ha bastardeado esta preciosa concepción mítica, de dios benéfico; introduciendo en el remolino al diablo, que al cortar su cola de zorro, levanda las gláciles polvaredas de la llanura.
Hay otras de manifestarse el viento, la llamada huayra por antonomasia. Referido al aprovechamiento de su soplo para la fundición del mineral. Se efectuaba esta fundición en la montaña misma, próximo a la generosa veta. El indio, que extraía el mineral, molía la piedra en la conana y lo fundía después en un hornillo especial hecho en las grietas naturales o artificiales donde la determinada corriente del aire, conserva vivo el fuego del brasero.
El huracán entre los Mayas, lo adoraban; era en este pueblo el dios de la fuerza y de la destrucción;   bajos ciertos aspectos, su mirada era el relámpago, su espalda el rayo y su vos el trueno.
Ahora bien, el viento como deidad independiente, como fenómeno individualizado ajeno a las nubes y al mar, solo se lo encuentra en América y en las figuras del huracán Maya-Quiche y el huayrapuca diaguita.
La acción del huayrapuca, no es solo material, si no que se lo siente como una perturbación intima y funcional, con preferencias en los sistemas nerviosos y circulatorios.

Culto y Ceremonial

Poco se sabe de su culto y ceremonial con que se propiciaba al huayrapuca. Refiriéndose, al silbido con que se llama al viento en las faenas de la trilla, y a los gritos enloquecidos con los que se pretende conjurar su furia.
También, se usaba a la cruz de San Andrés, echar cenizas en la puerta de la choza, para desviar la dirección del viento.
La tradición y la cultura hispana, ha borrado casi el nombre de huayrapuca y su concepto mítico, para ser sustituido con el nombre genérico de la “Madre del Viento”, tan traída en cuentos y leyendas postcolombinas.

Nombre del Recurso:”El Cachiru
Tipo: 3.a Creencias Populares, Mitos
Sub-Tipo: Tradiciones

Origen y Significado

Según, el Museo Folklorico de La Rioja:

Pájaro de mal aguero. El Cachirú es una divinidad maligna, muy temida.
Se la representaba en forma de un descomunal lechuzón de poderosas garras, capaces de arrebatar a un hombre por los aires.
Su plumaje gris oscuro y ríspido degradaba en cerdas en las patas. Tenía ojos enormes y fosforescentes que brillaban como hogueras en las sombras, denunciando su luz y el grito agorero, el volar silencioso y pesado del pájaro.
Tenía poder sobre los cuerpos y las almas de los hombres, castigándolos a veces en vida, al arrebatarles los ojos con el pico agudo.
Visitaba los ranchos al atardecer, dando chillidos, y se asentaba en los aleros, quedando con ello amenazada la familia y notificada de próxima desgracia.
Se le ofrecía tres cántaros de aloja que se ubicaban en el patio; si él las bebía, aceptaba la ofrenda y se convertía en amigo y protector.

Ubicación
Este mito sin la difusión de otros como la mulánima o el duende es descrito por Adolfo Colombres en su Seres sobrenaturales de la Cultura Popular Argentina. También se lo llama Cachurú.

Es representado como una gran lechuza, de color gris oscuro y de poderosas garras, tiene ojos luminosos que denuncian su vuelo nocturno y silencioso. Eventualmente se oyen sus fuertes graznidos.

Ataca a las personas, elevándolas con sus poderosas garras y destrozándolo, le come el alma para convertirlo en un fantasma. Muy rara vez se lo oye o ve en campo abierto, su zona preferida son los tupidos montes, en donde es casi imposible el acceso.

Se tienen referencias de sus apariciones en Mailín, Santiago del Estero.

Nombre Del Recurso: El Chiqui, dios del clima
Tipo: 3.a Creencias Populares, Mitos
Sub-Tipo: Tradiciones

Origen y Significado

La palabra Chiqui ofrece una etimología muy lógica y sugerente: chi o ti es poca cosa parada, enhiesta; y qui, particula dual de ambigüedad importa estado de desgracia. (El indio desconfia de la cosa con dobles). Concuerda, esta etimología, con el concepto d espíritu de la buena o la mala fortuna.

Ubicación

Descripción

El Chiqui, indudablemente era una divinidad maligna, pero distinta del diablo de diablo de todas las religiones, puesto que no buscaba la condenación de las almas, arrebatadas a antros de tormento en su proyección de ultratumbas, si no que castigaba en vidas, con un criterio divino, por lo inalcanzable para los hombres, valiéndose de su poder sobre los fenómenos de la naturaleza, la lluvia y los terremotos, especialmente. Su reinado, se extendía a los llanos boscosos, a los campos de caza y de pastoreo; su poder se manifestaba distribuyendo la humedad, los vientos y la sequía, según su capricho.
El Chiqui no tenia forma material ni ídolos que lo representará, era verdaderamente un espíritu y un fantasma, dentro d ela concepción primitiva de sus adoradores. Ello, no obstante carecía de templo donde recibiera el viril culto propiciatorio de su predilección.
En el corazón de los bosques, sucede a veces, que se destaca solitario y dominante, en un amplio círculo de vegetación, un algarrobo gigantesco. En el anfiteatro que determina su sombra y mucho más allá, no crece si no hay yerba menudas, aterciopelando la plazoleta natural. Y ese, es el templo del chiqui, el tacu centenario, destacando su individualidad en la circundante, bajo el toldo del cielo azul.
, Mientras tanto las mujeres mayores preparaban la aloja y la chicha de algarroba, molle maíz.
Los niños por su parte, se distribuían por el bosque en busca de los haces de leña que debían alimentar el fuego en los días que duraba la carne de la caza y la chicha de los cantaros. Estos actos que ponían en movimiento y daban trabajo a toda la tribu, pueden clasificarse de preliminares; la ceremonia principiaba propiamente con la decapitación de las víctimas, y cuya cabeza se ofrecía al chiqui, elevadas con los brazos en alto y se colgaban después de las ramas del tacu juntamente con los huahuas o muñecos hechos con harina de maíz y el acto solemne de encender el fuego (nina) que se repartía después en el hogar que preparaba cada familia, compuesta por abuelos, padres, hijos y nietos.
Continuaba con las invocaciones del sacerdote y con los cantos corales y el baile en corros de los guerreros, de las mujeres, y de los niños, teniendo por centro el tacu, donde quedaban encerrados el sacerdote, el cacique y los ancianos de la tribu. Este era el verdadero acto ceremonial de la invocación del Chiqui. La tercera parte consistía en juegos de agilidad y destreza, luchas y bailes guerreros con lanzas, escudos y palos entre los hombres, carrera y tiro de flechas a minutos blancos, entre los jóvenes; y finalmente las viejas danzas tradicionales, patrimonio y secretos de los jefes de familia.
Para cada uno de estos ejercicios se establecían premios consistentes, para los hombres, en cabezas de animales de caza y para los niños y mujeres los huahuas de harina.
La cuarta y última parte de la fiesta del chiqui, era la danza y comida general de los asistentes, con juegos, cantos y distracciones a voluntad para terminar en la algarabía de la embriaguez.
Lafonequebedo, sugiere la posibilidad de que fuera otro más cuento que culto primitivo al numen y que en vez de cabezas de animales de caza se le ofrecieron la de los prisioneros de guerra. Sin embargo, no se han encontrado nada que justifique la imputación de canibalismo ceremonial en las tribus diaguitas.

Nombre del Recurso: Miquilo
Tipo: 3.a Creencias Populares, Mitos
Sub-Tipo: Tradiciones

Origen y Significado

Se escribe también "Miquilo", antigua deidad diaguita, no contaminada al parecer con elementos incaicos y cristianos. Su leyenda es muy conocida en La Rioja, donde el pinto Pedro Molina et. Otros, comentaron varios casos de su aparición en las cercanías de la ciudad capital en especial en el Túnel que conecta a la misma con los pueblos de Sanagasta y de la Costa. En menor medida circula por Tucumán, Santiago del Estero y Salta. Es un numen de la tierra, humilde y proteiforme, cuyas representaciones son múltiples, tantas como los juegos que puede improvisar la luz entre las arboledas y peñas.
Es esquivo y poco sociable. Se lo conoce por su grito ululante, o por un extraño rumor que viene desde el corazón de la noche, algo así como un eco de un lamento hace mucho extinguido. Deja huellas que no corresponden a las de ningún animal conocido, y que desconciertan a los mejores rastreadores. Se parece avece a la pisada de un gallo, pero hay señales como de cerdas que se arrastran. O a las de una liebre de piernas emplumecidas. En los valles del Famatina y del Velasco sus pisadas son como las de un niño recién nacido. Sean como fueren, quien las ve huye, sabiendo que el Miquilo lo espía con sus ojos redondos desde una roca o la copa de algún árbol.
Más preciso, y basándose en los relatos de algunos arrieros, Neptalí T. Baigorrí, lo describe como algún animal demoníaco, que tiene la mitad del cuerpo como gente y la otra mitad como de perro. Sus manos son de criatura y sus pies de gallo. Su cola, larga y cubierta de plumas. Atacas a los hombres.

En Chilecito dicen que es un pájaro gris, maligno y brujo, que en vez de volar corre a ras de tierra, dejando rastro como de liebre. Asusta a la gente y mata a los animales, despeñándolos. Llora su soledad en la noche, con gritos que parecen ser el alma de la lejanía.

Otras versiones lo muestran como un niño pequeñito que corre con increíble rapidez, apoyándose con pies y manos. Su cuerpo está cubierto de pelos, y sus manos armadas de uñas como garfios. También como un hombrecito magro, de ojos gran, redondos y fosforescentes, cabeza abultada y deforme y manos de gigantes. Duerme la siesta a la sobra de las higueras, y sus víctimas preferidas son los niños, a los que roba. Esta última semblanza corresponde en parte a los Llanos de La Rioja.
En trancas, Tucumán, se habla de un miquilo anfibio del tamaño de un gato montés de color pardo negruzco y pelo aspero y duro, similar al serdo, que llena el silencio de la noche con su chillido característico, algo así como un "gui -gui".

Nombre Del Recurso: "La niña Chaya y el Príncipe Pujllay"

Tipo: 3.a Creencias Populares, Mitos
Sub-Tipo: Tradiciones

Origen y Significado

"La niña Chaya y el Príncipe Pujllay"

En la memoria de los naturales ha quedado grabada la historia de una niña india: "Chaya", muy hermosa, que un día dolida de tristeza por su amor imposible hacia el joven príncipe de la tribu "Pujllay", desapareció en la alta montaña, convirtiéndose en nube.
De allí la tradición popular rescató ambos vocablos:

Chaya o "Agua de Rocío" es símbolo de la perenne espera de la nube y la búsqueda ancestral del agua (elemento vital muy caro al sentir riojano).

Pujllay, voz cacana que significa "jugar, alegrarse" personaliza a un héroe ridículo, que enamorado de la bella Chaya y desilusionado por no poder concretar su amor debido a la oposición de la tribu, se dedica a la borrachera hasta que un día muere quemado en el fogón de la fiesta. Esta es tal vez la tragedia riojana de sabor griego que aparece en las actuales fiestas chayeras, con la "Quema del "Pujllay" y su "Entierro" al finalizar el carnaval de febrero.
Leyenda de La Niña Chaya
Por: Martín Horacio Gómez
Los primeros españoles llegados a estas tierras - dice la tradición - se encontraron con una fiesta singular de agua y danza que celebraban los diaguitas. En la madurez del verano,  revivían la memoria de una niña india muy hermosa que un día, dolida de tristeza por su amor imposible hacia el Pujillay - príncipe alegre y juguetón - desapareció en la montaña y se convirtió en nube. Nube que cada año vuelve para alegrar a la tierra y a la tribu, y se posa en forma de rocío en los pétalos de la flor del cardón. Por ello,  la tradición la llamó CHAYA - agua del rocío - , y por ello también,  la Chaya vendría a ser así la búsqueda ancestral de aquella diosa-india en la espera riojana de la nube y del agua, signo de la vida...
 El PUJLLAY (también Pusllay o Pullay),  es una voz cacana que significa "jugar, bromear, alegrarse". Se personaliza en un héroe ridículo, un muñeco de trapo, desarticulado y andrajoso, que preside la algarabía popular. Encarna  la figura del anti-héroe, sufriente y resignado a la desilusión,  la rémora penosa  de un príncipe indio. PUJLLAY, enamorado de la bella CHAYA, nunca pudo concretar su amor, por la oposición de los viejos de la tribu,  a causa de ser un joven bello e impetuoso, pero "cabeza hueca". Desilusionado, se dedica a la borrachera, hasta que un mal día muere quemado en el fogón de la fiesta. Tragedia de sabor griego que hoy aparece en la "quema de Pujllay" y en su "entierro" al final del Carnaval...
Es tal vez la imagen de un riojano sufriente, amante de la alegría y de la vida, que es capaz de morir por amor o por su ideal, y que nunca se resigna a aceptar la mala cara de la marginación o del destino.
Autor: Juan Zacarías Agüero Vera          Obra: "Divinidades Diaguitas"

"En mis andanzas por tierra adentro, me he encontrado con este cuiriosísimo pesonaje, que atrajo decididamente mi simpartía y mi atención.
Tiene, desde luego, la celebrada franqueza del vino, que por algo se dijo en lengua muerta: in vino, veritas, ¡y es tan humano y tan nuestro este viejo Pusllay...!
Socarrón, impertinente, alegre y dicharachero, viste de harapos y cabalga ahorcajado en un borrico, encabezando la farándula que recorre la ranchería en la fiesta magna de la Chaya..."

Bibliografía

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Colaboradora De Raices Argentinas
Publicado Por Alfredo En 13:57

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Recibido: 01/12/2015 Aceptado: 8/02/2016 Publicado: Febrero de 2016

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