Revista: CCCSS Contribuciones a las Ciencias Sociales
ISSN: 1988-7833


DE LA METODOLOGÍA, EPISTEMOLOGÍA Y PRINCIPIOS DEL PARADIGMA NEOCLÁSICO

Autores e infomación del artículo

Francisco Javier Peñailillo Cereceda

Instituto Profesional Providencia

Francisco.penailillo@hotmail.com

RESUMEN
A mediados de la década pasada, el antropólogo español Andreu Viola planteaba que hoy en día el “sentido común” está tan inmerso en el estilo de pensar económico que ningún hecho cotidiano que lo contradiga parece suficiente para provocar una reflexión crítica sobre ese carácter atribuido a la realidad social. Dicha reflexión, trajo consigo bastante polémica en algunos sectores académicos y al mismo tiempo vino a plantear que la “economía” fue y sigue siendo para un gran número de personas una disciplina que funciona independientemente del sujeto que la estudia. Al igual que la física y matemáticas, se asumía que al conocer la totalidad de los hechos podrían hacerse predecible determinados fenómenos. La mano invisible representaría de algún modo, lo que hacen las leyes de la naturaleza con las ciencias exactas. Para fortuna nuestra y de nuestra disciplina, hoy en día estamos en condiciones de establecer que dicho sistema de pensamiento constituye sólo “Un Paradigma” entre muchos otros. No obstante, es dicho paradigma el que suscita la mayoría de publicaciones científicas, investigaciones y con el cual se han formado un gran número de economistas occidentales. En este contexto, resulta imprescindible revisar cuando menos, algunas escuelas de pensamiento económico distintas al paradigma neoclásico. Reflexionar acerca de sus visiones acerca del ser humano, lo que éste hace y las condiciones sobre las cuales desarrolla su existencia. Después de todo, hoy en día más que nunca existe la urgente necesidad de devolver a la economía su atributo más importante; ser una Ciencia Social. A continuación, se desarrollan categorías conceptuales que describen y caracterizan el Paradigma Neoclásico y algunas corrientes de pensamiento Heterodoxas.

Palabras clave: Neoclásicos, Realismo, Positivismo, Racionalismo, Maximización.

ABSTRACT
In the middle of the last decade , the Spanish anthropologist Andreu Viola raised today "common sense " is so immersed in the style of thinking economical than any everyday occurrence to the contrary seems sufficient to provoke a critical reflection on the character attributed to social reality. Such reflection, brought quite controversial in some academic sectors and at the same time came to argue that the "economy" was and still is for many people a discipline that works independently of the studied subject. Like physics and mathematics, it was assumed that knowing all the facts could be certain predictable phenomena. The invisible hand represent somehow they do the laws of nature with the exact sciences. To our fortune and our discipline, today we are able to establish that system of thought is just "A Paradigm" among many others. However, this paradigm is that arouses most scientific publications, research and which have formed a number of Western economists. In this context, it is essential to review at least some schools of various economic thought the neoclassical paradigm. Reflect on their views about the human being, what it does and conditions on which develops its existence. After all, today more than ever there is an urgent need to restore the economy the most important attribute; be a Social Science. Then conceptual categories that describe and characterize the Neoclassical Paradigm and some currents of thought Heterodox develop.

Keywords: Neoclassical - Realism - Positivism - Rationalism - Maximization.



Para citar este artículo puede uitlizar el siguiente formato:

Francisco Javier Peñailillo Cereceda (2015): “De la metodología, epistemología y principios del paradigma neoclásico”, Revista Contribuciones a las Ciencias Sociales, n. 27 (enero-marzo 2015). En línea: http://www.eumed.net/rev/cccss/2015/01/paradigma-neoclasico.html


DE LA METODOLOGÍA NEOCLÁSICA

Ya Keynes parecía saberlo bien. Precisamente lo que sucedió con el pensamiento Neoclásico fue que sus adherentes transformaron sus axiomas en una doctrina, y las conclusiones que de ella desprendían parecían ser irrefutables en cuanto se erigían sobre hipotéticos principios universales. Sin embargo, esta corriente de pensamiento representa un claro ejemplo de lo que Kuhn denominaba Ciencia Normal 1, esto es, la que utiliza la mayoría de los economistas contemporáneos, la que se enseña en la gran mayoría de los Departamentos de Economía en el mundo, la que tiene como marco de referencia la mayor parte de artículos que se publican y la que inspira la mayor parte de la investigación en este campo (Beker: 2002 p.16).

Metodológicamente, los Neoclásicos utilizan el Instrumentalismo en oposición al Realismo. Un trabajo que ejerció gran influencia a este respecto fue la obra de Milton Friedman2 , quien planteaba - a modo general - que la única manera de generar estabilidad política era sosteniéndola con estabilidad económica. Fue el principal exponente de la Escuela de Chicago, en donde la apuesta teórica se asociaba con principios liberales y marcos de análisis monetaristas, desarrollando ideas contestatarias a las políticas económicas previamente elaboradas por Keynes. Para Friedman y los Neoclásicos en general, no es muy importante juzgar el realismo de los supuestos si es que estos logran predecir y explicar algún fenómeno en particular. Según Lavoie, el trabajo empírico realizado por los economistas Neoclásicos constituye una continuación del programa Neowalrasiano más abstracto. Y sin embargo sabemos, ya que sus defensores no han intentado negarlo, que la teoría Neowalrasiana no es descriptiva; no incluye ningún esfuerzo por plantear hipótesis realistas. Los axiomas se eligen no por su posibilidad, sino por su capacidad de permitir la existencia de un equilibrio o su unicidad (Lavoie: 2004 p. 41). Este equilibrio, se basa en la premisa de que las personas son seres racionales que realizan elecciones considerando sólo aquellas posibilidades que le permiten aumentan o maximizar su beneficio; bajo este criterio de acción se establece que en Economía, todos los individuos son racionales. A este respecto, Etzioni señala que si el comprador de un coche deja de buscar un trato mejor después de visitar sólo dos distribuidores, se argumenta que el comprador debe haber calculado que los costos adicionales de búsqueda exceden los ahorros potenciales, en vez de afirmar que quizás no se ha actuado racionalmente (Etzioni: 2007 p. 188). Y así, como  para los Neoclásicos el comportamiento humano es racional, los mercados – en tanto productos del comportamiento humano – no deben ser intervenidos. Dejad Hacer o laissez faire, exclamaban los Neoclásicos.

Además, si el trabajo asalariado termina en la producción nuevos bienes y servicios, es porque las Necesidades Humanas son infinitas y los bienes y servicios, escasos. En esta cosmovisión, la idea de que las Necesidades Humanas son pocas y clasificables no tiene demasiado sentido3 . Pues bien, si lo que se observa es que cada individuo es distinto del otro al igual que sus preferencias, no es correcto plantear una esquematización universal de las Necesidades Humanas, más bien son los bienes y servicios los que deben estar categorizados y desde esa clasificación, agrupar lo que consumen los individuos, cómo y cuándo. Los pensadores Neoclásicos apoyados en el Empirismo, plantean que si lo importante para juzgar una teoría son sus resultados empíricamente observables y no sus supuestos ¿para qué preocuparse del “realismo” de éstos? (Rosende, 2007: p.380). Es por ello que al interior de esta perspectiva, se presta atención al individuo racional que toma sus decisiones basado en deliberaciones, es decir, en la recolección y el procesamiento de la información, y en extraer adecuadas conclusiones de ella. De esta manera, las características de la toma de decisión racional son la apertura a la evidencia -orientación empírica - y un razonamiento sólido – lógico – (Etzioni: 2007 p. 192). El Empirismo utilizado por los Neoclásicos, enfatiza el importante rol de la experiencia en la formación de las ideas y con esto, se estableció que el conocimiento acumulado en dicha disciplina debe siempre estar validado por la experiencia para finalmente convertirse en conocimiento científico si es que así lo sugieren los datos. Mostrada de esta manera, la pretensión científica de la teoría Neoclásica se construye sobre la negación de los hechos, en cuanto estableció que la Teoría es la base del conocimiento económico, desplazando al realismo de los fenómenos.

Por su parte, Friedman plantea que la predicción constituye un criterio fundamental al interior de la disciplina económica. Para él, toda Teoría que pretenda validarse como tal, debe tener algún grado de predicción. En sus propias palabras señalaría que “la única prueba relevante de la validez de una hipótesis, es la comparación de sus pronósticos con la experiencia” (Friedman, 1953: p. 50). Citando a este respecto la obra titulada Explicación y Comprensión elaborada por Von Wrigth (1971), la Economía estaría enmarcada al interior de aquellas disciplinas teóricas que elaboran hipótesis para así predecir secuencias de acontecimientos, y de este modo prever nuevos hechos o hacer inteligibles hechos ya registrados4 . Von Wrigth manifiesta que este tipo de disciplinas son herederas del legado Aristotélico, el cual ha influido en su construcción a través de la explicación causal y mecanicista de los fenómenos (Cf. Von Wrigth, 1971: p. 20).  Dicha línea de pensamiento influyó a Friedman y también a los Neoclásicos, quienes teóricamente han tomado las ideas de Augusto Comte y en algún grado de J. Stuart Mill a través del movimiento intelectual denominado Positivismo 5. Esta corriente Epistemológica además de tener consecuencias en el presente, remonta sus orígenes a Hume y al pensamiento filosófico de la Ilustración. Uno de los principios metodológicos propuesto por el Positivismo y que tiene directa relación con el principio que los Neoclásicos han denominado Individualismo Metodológico, es el denominado Monismo Metodológico.  Entre ellos, la idea en común consiste principalmente, en que se considera que todo fenómeno puede ser inteligible si se entienden las propiedades de las personas, quienes en últimas servirían como datos de un esquema teórico que los trasciende a sí mismos. También es importante destacar el hecho de que las ciencias naturales exactas - en particular la física matemática - establecen un canon o ideal metodológico que mide el grado de desarrollo y perfección de todas las demás ciencias, incluidas las Humanidades (Op. Cit: p. 21). Así, surge la necesidad de ajustar a principios lógicos y matemáticos la disciplina económica, fenómeno que aún hoy en día suscita debates. Otro criterio que caracteriza al paradigma Neoclásico lo constituye la diferenciación. A este respecto, Etzioni plantea que al partir desde este punto de vista general del modo en que avanza el conocimiento científico, no parece productivo tratar la racionalidad como un rasgo que todas las personas comparten, sino preguntarse en qué medida la conducta de los diversos grupos (subagregados) de personas es racional y, bajo qué condiciones, su conducta es más o menos racional (2007: p. 187).

DE LA EPISTEMOLOGÍA NEOCLÁSICA

Los Neoclásicos debido a su Empirismo metodológico, no realizan dicha distinción. Ellos suponen que la sociedad se compone de individuos libres los cuales, están determinados supuestamente por funciones de Utilidad y por dotaciones iniciales de recursos. Así es como las personas difieren en sus preferencias y dotaciones iniciales, pero se consideran iguales en cuanto a su comportamiento racional en la Economía.  Se puede postular que en esta línea de pensamiento, la reducción de la complejidad a unos enunciados axiomáticos – que conciben al Ser Humano como racional respecto a sus decisiones - producen el conocimiento de manera inductiva, es decir, dados los axiomas A1 A2 A3.........AN, se induce el hecho X. Es de este modo como se desarrolla la Epistemología al interior de la disciplina económica, pero lo que es difícil de comprender es que si el mundo y las cosas que lo componen carecen en algunas situaciones de sentido y coherencia, ¿por qué empeñarse en reducir y otorgar al pensamiento una connotación racional? Según Godelier, esto se debe a que los Economistas  - en particular los pertenecientes a la corriente Neoclásica - están más interesados en la forma en que se manipulan los medios para alcanzar determinados fines, tratando de descubrir cuál es la forma más eficiente de llegar a esos fines a través de los medios dados y para ello, es necesario racionalizar los medios (Cf. Godelier, 1976: p.113). La racionalización entonces, tiene relación con la principal pregunta que se plantearon los Neoclásicos, la cual indagaba en el Cómo satisfacer la mayor cantidad de Necesidades Humanas posibles con los recursos escasos de los cuales dispone la Economía, considerando también la distribución de la riqueza y los ingresos entre individuos y las clases sociales. Para ello, elaboraron la idea de que la competencia pura proporcionaba la asignación óptima, aquella en donde cada individuo podría satisfacer la misma cantidad de necesidades que experimentaba cualquier otro individuo, pero sabemos hoy en día que esa idea no ayudó a superar los principales problemas a los cuales se enfrenta la Economía. La distribución desigual de la riqueza y la diferenciación social y/o simbólica que provoca el irregular acceso al mercado de bienes y servicios da clara cuenta de aquello. Además, uno de los fundamentos presentes en la economía Neoclásica consiste en la ley de Say 6, la cual postula que toda oferta de productos crea su propia demanda efectiva de los mismos. Así, el crecimiento económico siempre es dependiente de un incremento en los niveles de producción generando en últimas instancias, mayor Demanda. En las mismas palabras de Say “[...] Un producto terminado ofrece, desde ese preciso instante, un mercado a otros productos por todo el monto de su valor. En efecto, cuando un productor termina un producto, su mayor deseo es venderlo, para que el valor de dicho producto no permanezca improductivo en sus manos. Pero no está menos apresurado por deshacerse del dinero que le provee su venta, para que el valor del dinero tampoco quede improductivo. Ahora bien, no podemos deshacernos del dinero más que motivados por el deseo de comprar un producto cualquiera. Vemos entonces que el simple hecho de la formación de un producto abre, desde ese preciso instante, un mercado a otros productos. (J. B. Say, 1803)7 . Es decir, lo que importa a los Neoclásicos son los aspectos cuantitativos de los niveles de producción más que los efectos cualitativos que pueden derivar de aquella producción. A este respecto, podemos considerar que en algunos contextos los axiomas universales de escasez y deseos ilimitados, no siempre se cumplen en la práctica. En sus estudios  de algunas sociedades tribales de Centro América, Marshall Sahlins 8 demostró que sus sistemas económicos difieren de los sistemas capitalistas al no producir entre sus integrantes la sensación de generar deseos ilimitados, así como también la abundancia de comida y otros elementos provocan que los recursos en la práctica sean ilimitados. Estas sociedades representan ejemplos prácticos diametralmente opuestos al pensamiento Neoclásico, el cual ha influenciado fuertemente a varias sociedades Occidentales.

MÁXIMIZACIÓN, RACIONALIDAD Y CONSUMO

La noción de que el comportamiento humano está de alguna manera motivado por la maximización de algún fin deseado,  está muy inmerso en el pensamiento Económico contemporáneo. La maximización desde luego, constituye un concepto fundamental al interior de la corriente Neoclásica, asumiendo que se trata de un axioma central a través del cual es posible argumentar que las Necesidades Humanas son ilimitadas, ya que constantemente tendemos a maximizarlas. Particularmente, la microeconomía – a nivel personal, familiar o de empresa - supone que siempre se desea maximizar  el beneficio monetario. Preguntas tales como qué pasará con el beneficio si aumenta el precio, o cómo afectará una disminución de la producción a la proporción entre ingresos y costos, están muy inmersas en la Teoría Económica Neoclásica, en dónde se argumenta que el objetivo de toda acción o acto es ganar el máximo posible de dinero. Desde luego, sabemos que las personas no siempre pretenden maximizar el beneficio monetario, sino  que a veces pueden preferir otra cosa - ocio y porque no, buenas relaciones humanas - más que dinero. Esto no es negar que tales personas estén tratando de maximizar algo, sino que sólo expone que a veces tienen que elegir entre el dinero y algún otro fin deseado (Godelier, 1976: p.116). En este contexto, la maximización favoreció el escenario perfecto para que el consumo de bienes y servicios se imponga como actividad a través de la cual los Seres Humanos satisfacemos nuestras necesidades. Según Baudrillard, Hay que afirmar claramente desde el principio, que el consumo es un modo activo de relación (no sólo con los objetos, sino con la colectividad y el mundo). Un modo de actividad sistemática y de respuesta global en el cual se funda todo nuestro sistema cultural (Baudrillard, 1969: p. 223). El consumo por tanto, no es la totalidad virtual de todos los objetos y mensajes constituidos desde ahora en un discurso más o menos coherente (Neoliberal). En cuanto que tiene un sentido, el consumo es una actividad de manipulación sistemática de signos (Baudrillard, Op. cit., 224). En esta relación de intercambios de signos, se diferencian y asocian determinados grupos de personas con valores y hábitos en común, y del mismo modo los individuos se forman en la medida que haciendo uso de su libertad de elección, consuman lo que les haga simbólicamente distinto a los demás. A este respecto, Baudrillard precisa que la libertad de elegir que tenemos nos obliga a entrar en el sistema cultural (Op. cit., 159).  Por ende, cada vez que consumimos estamos legitimando el sistema social en el cual estamos inmersos, y de este modo se valida la elección pero no necesariamente los elementos sobre los cuales se elige. El azar es previamente planificado y con ello también las posibilidades de elección en las cuales está fundado nuestro sistema cultural. Así presentados, el azar y la planificación pasan a formar parte de la misma institución social que determina la satisfacción de algunas necesidades por sobre otras. Según Adorno y Horkheimer,  el individuo bajo esta perspectiva se reduce a un objeto. Pues bien, la Industria [.....] está interesada en los seres humanos  sólo en cuanto a clientes y empleados suyos y, en efecto, ha reducido a la Humanidad en general y a cada uno de sus elementos en particular a esta fórmula que nunca se agota [.....] en cuanto a empleados, se les llama la atención sobre la organización racional y se les exhorta a incorporarse a ella con sano sentido común. En cuanto a clientes, en cambio, se les presenta a través de episodios humanos privados, en la pantalla o en la prensa, la libertad de elección y la atracción de lo que no ha sido aún clasificado. En cualquiera de los casos, ellos no dejan de ser objetos (M, Horkheimer. T, Adorno. 1944: p.191).

BIBLIOGRAFÍA.

  • Baudrillard, J (1969): “El Sistema de los Objetos”. Editorial Siglo XXI: Buenos Aires, 1999.
  • Beker, V. (2002): ¿Es la Economía una Ciencia? Una discusión de cuestiones metodológicas.  En: González, W. Marqués, G. Ávila, A. “Enfoques Filosófico – Metodológicos en Economía”. Editorial Fondo de Cultura Económica: Buenos Aires, 2002.
  • Castoriadis, C. (1973): “Reflexiones sobre el Desarrollo y la Racionalidad”, en “El Mito del Desarrollo”.  Varios Autores. Editorial Kairos: Barcelona, 1980.
  • Etzioni, A. (2007). “La Dimensión Moral: hacia una nueva economía”. Ediciones Palabra: Buenos Aires, 2007.
  • Friedman, M (1953): “Essays in Positive Economics”. University of Chicago Press: Chicago, 1953.
  • Godelier, M. (1973): “Antropología y Economía”. Editorial Anagrama: Barcelona, 1976.
  • Horkheimer, M. Adorno, T. (1944): “Dialéctica de la Ilustración: fragmentos filosóficos”. Editorial Trotta: Madrid, 2001.
  • Lavoie, M. (2004): “La Economía Postkeynesiana”. Editorial Icaria: Barcelona, 2005.
  • Wright, V. (1971): “Explicación y Comprensión”. Editorial Alianza: Madrid, 1971.

REVISTAS, SITIOS WEB Y EDICIONES ESPECIALES.

  • Max-Neef, M., Elizalde, A. y Hopenhayin, M. (1986): “Desarrollo a Escala Humana, una opción para el futuro”. In Development Dialogue. CEPAUR; Fundación Dag Hammarsklöld, 1986, Santiago. Número especial.
  • Rosende, F. (2007): “Una Mirada Histórica a 50 años del Convenio Chicago / Universidad Católica: ensayos en honor a Arnold C. Harberger”.  Libro editado por la Pontífice Universidad Católica de Chile: Santiago, 2007.
  • Say, J. B. (1804): “Tratado de Economía Política” Fragmento disponible en: http://www.eumed.net/cursecon/economistas/say.htm.

1 Este término indica una de las fases por las que un Paradigma se establece como principal forma de trabajo al interior de una comunidad científica. Durante ese período, los científicos se dedican al fortalecimiento de éste por medio de experimentaciones, elaboración de teorías y verificaciones de los postulados principales de dicho Paradigma.

2 En su obra “Essays in Positive Economics” (1953) plantea una perspectiva respecto de la metodología al interior de la disciplina Económica.

3 Max-Neef, M., Elizalde, A. y Hopenhayin, M. (1986): “Desarrollo a Escala Humana, una opción para el futuro”. In Development Dialogue. CEPAUR; Fundación Dag Hammarsklöld, 1986, Santiago. Número especial.

4 Un ejemplo ilustrativo a este respecto, lo constituye la demostración de la complejidad de la política de estabilización elaborada por Friedman, quién explicó las causas de la crisis mundial de 1929 y con esto, se adjudicó el premio Nóbel de Economía en 1976.

5 Para demostrar la validez de esta afirmación, Von Wright  menciona a J. S Mill (1865) y manifestó que este último utilizó referencias de Comte y del pensamiento Positivista en sus obras.

6 Jean-Baptiste Say, economista francés nacido el 5 de enero de 1767 y fallecido el 15 de noviembre de 1832. Es uno de los principales exponentes de la Escuela Clásica de economistas.

7 Tratado de Economía Política” (1804). En:http://www.eumed.net/cursecon/economistas/say.htm.

8 Influenciado por las ideas de Lévi Strauss, en  1972 publicó “Economía de la Edad de Piedra". Polémica obra en donde plasma críticas a la economía contemporánea, basándose en estudios de sociedades paleolíticas. 


Recibido: 04/12/2014 Aceptado: 15/02/2015 Publicado: Febrero de 2015

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