Revista: Atlante. Cuadernos de Educación y Desarrollo
ISSN: 1989-4155


CORRIENTE NATURALISTA DE LA EDUCACIÓN AMBIENTAL ANALIZADA BAJO EL CONTEXTO COLOMBIANO, COMO UNA OPORTUNIDAD PARA EL DESARROLLO SOSTENIBLE

Autores e infomación del artículo

Margarita M. Pérez Osorno

Universidad de Antioquia, Colombia

margarita.perez@udea.edu.co

RESUMEN

A partir de la revisión teórica de la corriente naturalista de la educación ambiental, se visualiza una interesante propuesta que adecuadamente direccionada podría ser de gran apoyo a los diferentes objetivos ambientales del país, sobre todo aquellos honestos, sensatos y que buscan el mejoramiento de la vida en procesos armónicos entre todos los seres que la componemos. Para la corriente naturalista de la educación ambiental, se tratarán de abordar los siguientes elementos: definición desde diferentes autores, una interpretación desde las definiciones, algunos elementos de discusión respecto a las implicaciones que pueda tener la corriente de educación ambiental y las potencialidades y dificultades de abordaje en Colombia como una forma de contribución al desarrollo sostenible. Finalmente y como un elemento de análisis que se entrecruza con la corriente naturalista de la educación ambiental se explorará su relación con los postulados de Konrad Lorenz el etólogo que recibió premio nobel en 1973 por sus trabajos relacionadas con el estudio sobre la conducta de los animales. Se hará un énfasis especial en la contribución al desarrollo sostenible, entendiendo que el fin último de la educación ambiental es precisamente generar procesos de conciencia y formación que permitan alcanzar mejores condiciones de vida ambientales, entendiendo también al ambiente como ese espacio en donde se dan las interrelaciones sociales, culturales, económicas y políticas.
Palabras Clave: educación, ambiente, corriente, naturalista, etología

SUMMARY
From the theoretical review of naturalistic current environmental education, an interesting proposal that addressed adequately could be of great support to different environmental objectives of the country, especially those honest, thoughtful and seeking the betterment of life is displayed harmonic processes among all beings that compose. For the naturalist current environmental education, they will try to address the following elements: definition from different authors, an interpretation from the definitions, some elements of discussion about the implications it may have current environmental education and the potential and difficulties of approach in Colombia as a way of contributing to sustainable development. Finally, as an element of analysis that intertwines with the natural flow of environmental education their relationship with the postulates of Konrad Lorenz the ethologist who received the Nobel Prize in 1973 for their activities related to the study of animal behavior work will be explored. Special emphasis will be placed on the contribution to sustainable development, understanding that the ultimate goal of environmental education is precisely to generate processes of awareness and training to achieve better conditions of environmental life, also understanding the environment as the space where they give the social, cultural, economic and political relationships.

Keywords: education, environment, current, naturalistic, ethology


Para citar este artículo puede uitlizar el siguiente formato:

Margarita M. Pérez Osorno (2016): “Corriente naturalista de la educación ambiental analizada bajo el contexto colombiano, como una oportunidad para el desarrollo sostenible”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (marzo 2016). En línea: http://www.eumed.net/rev/atlante/2016/03/naturalista.html
http://hdl.handle.net/20.500.11763/ATLANTE-2016-03-grupos


1. INTRODUCCION

Como todo, la educación ambiental también ha sido permeada por diferentes corrientes, dependiendo de los momentos históricos en los que se inscribe y esto por supuesto también determina la forma en que es llevada a cabo en los diferentes escenarios. Asuntos de la educación como el tipo de educación, la relación educador – educando, los modelos pedagógicos, la didáctica y los discursos que se reproducen resultarán sin duda determinados por las corrientes mencionadas.

La corriente naturalista, conservacionista/recursista, resolutiva, sistémica, científica, humanista y moral/ética (de larga tradición); la holística, bio-regionalista, práxica, crítica, feminista, etnográfica, eco-educación, sostenibilidad/sustentabilidad, educación ambiental e intercultural, educación para el consumo, (mas recientes) son las corrientes que se han documentado por quienes escriben sobre educación ambiental.

2. DESARROLLO

Sauvé plantea en una cartografía de corrientes en educación ambiental (Sauvé, 2004) que:

A una misma corriente, pueden incorporarse una pluralidad y una diversidad de proposiciones. Por otra parte, una misma proposición puede corresponder a dos o tres corrientes diferentes, según el ángulo bajo el cual es analizada. Finalmente, si bien cada una de las corrientes presenta un conjunto de características específicas que la distinguen de las otras, las corrientes no son sin embargo mutuamente excluyentes en todos los planos: ciertas corrientes comparten características comunes. Esta sistematización de las corrientes deviene una herramienta de análisis al servicio de la exploración de la diversidad de proposiciones pedagógicas y no un cepo que obliga a clasificar todo en categorías rígidas, con el riesgo de deformar la realidad.

Definiciones - Autores: La corriente naturalista de acuerdo a Sauvé, está centrada en la relación con la naturaleza. Se compone de tres tendencias muy bien enfocadas, la primera se relaciona con el hecho de aprender sobre la naturaleza, sobre lo que esta es y sobre lo que esta puede enseñar proceso que se da principalmente a través de la observación permanente; la segunda es desde las mismas experiencias que se pueden tener con la naturaleza en donde también se da un proceso de aprendizaje y la tercera es a través del arte, lo espiritual y lo afectivo en donde se puede dar un proceso de transformación creativa a partir de todo lo que implica la naturaleza y sus diferentes interrelaciones (Sauvé, 2004). Sauvé realiza una recopilación de los autores que han desarrollado el concepto o algunas aristas del concepto (Sauvé, 2004).

Modelo de intervención desarrollado por el estadounidense Steve Van Matre (1990) es por cierto el modelo tipo de proposición que se relaciona con la corriente naturalista. « La Educación para la Tierra » se presenta como una respuesta al diagnóstico de ineficacia planteado por el autor sobre una educación ambiental centrada en la resolución de problemas.

Van Matre creó un Instituto de Educación para la Tierra cuyo programa educativo consiste en invitar a los niños (u otros participantes) a vivir experiencias cognitivas y afectivas en un medio natural, explotando el enfoque experiencial, la pedagogía del juego y el atractivo de ponerse en situaciones misteriosas o mágicas, a fin de adquirir una comprensión de los fenómenos ecológicos y de desarrollar un vinculo con la naturaleza.

En pedagogía para los adultos (andragogía), Michael Cohen (1990) afirma igualmente que de nada sirve querer resolver los problemas ambientales si no se ha comprendido por de pronto cómo « funciona » la naturaleza; se debe aprender a entrar en contacto con ella, a través de nuestros sentidos y de otros captores sensibles: el enfoque es sensualista, pero también espiritualista: se trata de explorar la dimensión simbólica de nuestra relación con la naturaleza y de comprender que somos parte integrante de ella.

Ante los adultos igualmente, Darlene Clover y colaboradores (2000) insiste sobre la importancia de considerar la naturaleza como educadora y como un medio de aprendizaje; la educación al aire libre (outdoor education) es uno de los medios más eficaces para aprender sobre el mundo natural y para hacer comprender los derechos inherentes de la naturaleza a existir por y para ella misma; el lugar o rol o “nicho” del ser humano se define solamente en esta perspectiva ética.

Medina plantea respecto a la corriente naturalista que esta se forja principalmente bajo sentimientos de culpa humana por la explotación desmedida y desbocada de los recursos naturales (Medina, 2000)

Para Sureda y Colom citados por Flor la orientación naturalista de la educación ambiental se cumple cuando se cumple la premisa de identificar al medio ambiente con un medio físico biológico (Flor, 2005):

“Si se identifica el medio ambiente con un medio físico-biológico prevalecerá una orientación naturalista, con lo que la educación ambiental suele limitarse al conocimiento de los ecosistemas en general y del local en particular; en este caso, la estrategia más sencilla consiste en introducir una nueva disciplina, generalmente la ecología, que se va complicando y enriqueciendo a medida que se asciende por los diversos niveles del sistema escolar. Si por el contrario se parte de una concepción del medio ambiente y de la problemática ambiental que abarque tanto los aspectos físico- naturales como los sociales y los político-económicos, la alternativa más indicada consistirá en infundir a las disciplinas curriculares un sesgo ambientalista”

Para Marcos Reigota citado por Cimadevilla (Cimadevilla, 2004), la corriente naturalista de la educación ambiental, se resumiría como:

La esta tendencia a considerar el medio ambiente con el término “naturalista”, y lo vincula a las representaciones sociales en donde la “primera naturaleza” (la naturaleza “intocada” a decir del autor) tiene una importancia mayor. En sus estudios con profesores de primero y segundo nivel inscriptos en un programa de especialización en “educación ambiental” encontró que cuando éstos ofrecían una definición personal de medio ambiente casi todos mantenían en primera instancia esa representación “naturalista”

Para los licenciados Mónica Oliveira y Diego Espinosa, la corriente naturalista se caracteriza por (Oliveira & Espinosa):

“Promover hacia el medio físico natural una actitud de apreciación, respeto y conservación. La naturaleza educa. El docente – profesor o maestro bien equipado del instrumental de descubrimiento y con sólida base de conocimientos sobre esos procesos a conocer o descubrir, cumplirá el rol de acercar al niño y al adolescente a esa naturaleza ignota – neutralizada por años bajo una vida urbanizada y netamente artificial, pero, que se sostiene gracias a esos ciclos naturales. Esta tradición o corriente, de larga data, trabaja mediante procedimientos tales como “lecciones” sobre las cosas, o mediante un “aprendizaje por inmersión”. Incluye necesariamente una educación al medio natural “nature education” y la riqueza de la educación al aire libre, “outdoor education”. Es la naturaleza por la naturaleza misma”.

Interpretación. Frente a la corriente naturalista de la educación ambiental podría pensarse en una estigmatización desfavorable si se ubica en las prácticas favoritas de conservadores ambientales a ultranza, una simple moda de grupos que se preocupan por cuestiones ambientales, o una forma de altruismo humano que solo busque figurar. Sin embargo la observación, vivencia y representaciones espirituales y artísticas a partir de la naturaleza serían un importante elemento orientador en la educación ambiental. De acuerdo a la revisión de la literatura y las interpretaciones que de la corriente naturalista de la educación ambiental se hace podría decirse que ha sido interpretada de una manera inadecuada, sin poder decir lo mismo de aquellos que la identificaron y la definieron

Elementos de discusión. Como se mencionó y retomando a Sauvé, Reigota, Oliviera y Espinosa puede entenderse si se lee con una mirada simple y tratando de capturar la esencia de cada palabra, se visualizan las grandes potencialidades de lo que esta corriente de la educación ambiental plantea. Sin embargo en los textos que se revisan lo que se captura es la necesidad imperante de “superar la corriente naturalista de la educación ambiental” y por supuesto previamente comentarios descalificadores de la misma: “Considerada la educación ambiental reducida a un enfoque naturalista, la misma es reemplazada por una educación para el desarrollo sostenible, ya que supera las carencias de no responder a las demandas sociales y las preocupaciones económicas”, cambio promovido especialmente por la UNESCO como una manera de dar respuesta a la Agenda 21 y a la Cumbre de la Tierra a través del Programa de Educación para un futuro viable (Oliveira & Espinosa); “Frente a esta situación mundial en la cual la educación ambiental va creando su espacio, cabe destacar que en América Latina se ha desarrollado un fuerte movimiento de educación ambiental que promueve la sensibilización, el análisis, y el conocimiento para que la educación ambiental se transforme en una herramienta eficaz que permita actuar e interactuar con la sociedad, contribuya a la formación de ciudadanos que se comprometa con el cambio de la sociedad, superando así las visiones de una educación ambiental naturalista” (Macedo & Salgado, 2007); “Si se identifica el medio ambiente con un medio físico-biológico prevalecerá una orientación naturalista, con lo que la educación ambiental suele limitarse al conocimiento de los ecosistemas en general y del local en particular; en este caso, la estrategia más sencilla consiste en introducir una nueva disciplina, generalmente la ecología, que se va complicando y enriqueciendo a medida que se asciende por los diversos niveles del sistema escolar” (Flor, 2005). Y entonces surgen tres preguntas
• Cómo se entiende lo naturalista?
• Debe superarse el modelo de educación ambiental naturalista?
• Sería inadecuado volcar la educación a un modelo naturalista?

Potencialidades y dificultades para Colombia. Respecto a la corriente naturalista de la educación ambiental, se analizan algunas potencialidades y dificultades para su abordaje, sobre todo pensando en como desde allí se pueden hacer aportes al desarrollo sostenible.

3. POTENCIALIDADES

La gran diversidad de paisajes, ecosistemas, climas, pisos términos, orografía, hidrología permitiría en cualquier nivel educativo establecer prácticas y procesos permanentes de observación permanente de la naturaleza. Observarla permitiría entenderla y romper esa postura que termina permeando cualquier clase de discurso ambiental en donde el hombre está en una esfera individual por fuera de eso que se denomina medio ambiente. Entenderla significa comprenderla, conocerla, apreciarla, nunca dominarla como tantos han pretendido. Observarla se convierte en un paso previo para vivenciarla, sin embargo no se necesita. Solo cuando se piensa en el aire que se respira y en el agua que se puede tomar desde un edificio se vive con ella. Representarla e imitarla a través del rito, del espíritu permitiría una conexión profunda y hermanada que ayudaría por mucho a superar la visión recursista de la naturaleza trabajada por algunos autores, entre ellos Wolfgang Sachs que atacándola advierte “Un recurso es una cosa que no cumple su fin sino cuando es transformada en otra cosa: su valor propio se volatiliza ante la pretensión de intereses superiores” o Sachs y Esteva que en 1996 “los marca como objetos que requieren la gestión de planificadores y el cálculo de precios de los economistas. Este discurso ecológico conduce a acelerar la famosa colonización del mundo vivo” (Alba Coromoto, 2011)

La gran variedad de flora y fauna con la que cuenta Colombia, es un escenario que bien podría llamarse perfecto para la contemplación, aprendizaje y reflexión sobre la forma en que estos seres establecen sus relaciones con el medio que los rodea y en donde se dan alianzas marcadas por la cooperación. En donde también se dan procesos de muerte, pero no en masa, no sin sentido, no de manera arbitraria.

Nuestros grupos indígenas y sus cosmovisiones. Son los llamados a orientar la cátedra ambiental y las políticas que en materia de educación ambiental se han promulgado en el país. Son ellos los que deberían estar ocupando las aulas y mostrando como su conocimiento ancestral y cosmogónico ha logrado demostrar en diversas oportunidades que se puede convivir de una manera mas armónica con el medio y ser parte de el no como un sujeto que domina sino como un hermano que integra. Por mencionar solo un ejemplo que además de interesante, da respaldo a una aseveración que para muchos podría estar desenfocada y es acerca del papel protagónico que deberían tener los grupos étnicos en la educación ambiental del país y que desafortunadamente además de que no son tenidos en cuenta, cuentan entre los grupos humanos mas vulnerados desde la categoría de derechos. Se describe una ceremonia de los wayuu, en donde se analizan los elementos que integran la corriente naturalista de educación ambiental

El hecho: En una ceremonia ancestral, 300 indígenas wayuu se reunieron para clamar a Mareygua (creador del mundo) el envío de Juya (lluvia), situación que esperan con la llegada de la primavera, para lograr la fertilidad de sus campos y de los seres humanos. Asistieron palabreros, autoridades tradicionales, los araurayu, y productores del programa Asawa Yuja (Programa de seguridad alimentaria).“El propósito es unir todas las energías positivas a través del baile de la yonna, los cantos de jayeechi, el toque de kasha, masii, wontorroyoy, turrompa, muestras artísticas y la presencia de una outsu para llamar la lluvia, y que haya una buena productividad en el sector agropecuario”, aseguró Ramasio Tiller, coordinador del programa Asawa Yuja. A estos rituales se sumaron los indígenas arhuacos de la Sierra Nevada de Santa Marta, quienes realizaron pagamentos a la madre tierra para que el clima sea bondadoso con sus hermanos de raza y les devuelva a los wayuu abundancia de alimentos. “Los wayuu nos estamos preparando para la siembra y el sustento diario de cada una de las familias y comunidades. Es una celebración donde también compartimos los alimentos que nosotros mismos cosechamos”, afirmó el educador indígena Hilario Amaya. De igual manera, indígenas zenúes con asiento en La Guajira compartieron sus danzas y se unieron a este evento, que se convirtió en una jornada de intercambio de saberes. Durante el encuentro un grupo de palabreros y autoridades indígenas realizaron un conversatorio sobre las formas tradicionales de cultivos, transmitidas oralmente por sus antepasados, con el propósito de que las futuras generaciones las conserven. El palabrero, Guillermo Barliza exaltó la realización de esta ceremonia y explicó que la Iwa (primavera) representa un tiempo de alegría. “Los wayuu, cuando hay épocas de cosechas, hacemos una fiesta por la emoción del tiempo de lluvia”.
• Elementos de observación: la existencia de un creador, que ese creador envía la lluvia, que la lluvia llega en primavera, que la lluvia fertiliza a los campos y a los seres humanos.
• Elementos vivenciales: el beneficio de alimentarse y poder alimentar a sus familias.
• Elementos artísticos – espirituales: las danzas y los pagamentos (Cerrejón, 2012).

Otros elementos de interés que emergen en el caso y que aunque las definiciones de la corriente de educación ambiental naturalista no los hacen explícitos es la solidaridad de otros grupos para alcanzar propósitos comunes.

4. DIFICULTADES

La primera dificultad que se encuentra, cuando se piensa en la incorporación de la corriente naturalista en la educación ambiental, es la existencia y dominio de los grupos armados al margen de la ley, las personas y grupos dedicados al uso ilícito de cultivos y en general a una amplia gama y tipos de delincuencia cuya llegada y permanencia a los diferentes territorios del país está precisamente ligada a los ecosistemas estratégicos en donde arrasan y desmontan para sembrar sus cultivos. No solo implica sembrar cultivos, esta actividad genera desplazamientos forzosos, pobreza, desarraigo, violencia, asesinatos, pérdida de partes corporales o muerte por la existencia de minas, solo por mencionar algunas situaciones. Se quiere dejar claro cuando se plantea este panorama que no se desconoce que éste es solo la punta del iceberg que no obedece a la visión simplificada de todo el conflicto que está debajo, encima y alrededor, por supuesto esta situación se genera por un país que históricamente viene mostrando los indicadores mas altos de inequidad social, económica, política y ambiental. Tal vez no sea necesario, pero no se puede omitir la explicación de cómo lo descrito casi impide observar, vivir, sentir y representar a la naturaleza.

Un segundo aspecto que se menciona previamente es el mismo nombre o denominación que se le da a los hijos de la naturaleza: los recursos naturales. No se alcanza a dimensionar como la forma en que nombramos, determinan las relaciones que establecemos con todo lo que nos rodea. El recurso es algo que existe, que es externo a nosotros, que se usa, que se agota, que se explota, que se exporta, que se importa, que se vende, que se regala, que se utiliza, que es reemplazado, que se acaba. Como podríamos observar, experimentar, vivenciar, representar, imitar bajo estas condiciones tan mercantilizadas y utilitaristas?

Un tercer aspecto por supuesto se relaciona con lo que Eschenhagen denomina el tipo de educación ambiental: reproductiva, crítica, emancipativa o normativa. (Eschenhagen, 2003). A que tipo de educación estamos acudiendo de manera hegemónica?. Desde el análisis que se realiza, se acude a una educación ambiental reproductiva(que vista desde el concepto biológico de la reproducción como aporte de una nueva vida (ni es su intención ni lo logra) y que además y desafortunadamente logra

• Repetir y acoger lo que instituciones internacionales como la UNESCO determinan como educación ambiental. Al respecto plantea Eschenhagen (2003), la crisis latinoamericana que se da a principios del nuevo siglo por la entrada a la globalización a través de mecanismos como el TLC, el ALCA, el Plan Puebla Panamá, el Plan Colombia y otros lineamientos de la Organización Mundial del Comercio sumado a la incursión del discurso del desarrollo sostenible y la educación para el desarrollo sostenible en reemplazo de la educación ambiental “fortalecen la visión instrumentalista y tecnocrática de la educación ambiental”.
• Valida discursos altamente peligrosos como por ejemplo “adaptación al cambio climático” y no mitigación del cambio climático. Que en últimas ayuda a quienes no debe ayudar a evadir las responsabilidades en la generación de ese tipo de fenómenos y refuerza culpas y cargas individuales sobre los eslabones mas débiles de la cadena.
• Ignora propuestas interesantes como las que se trabajan bajo las epistemologías desde el sur y educación ambiental desde el sur, que pueden proporcionar un marco epistemológico y filosófico para zafarse de relaciones de dependencia extrema y validar lo propio.

Para finalizar este escrito, se retoman los postulados del etólogo Konrad Lorenz (Revista Raices, 2014) tratando de hacer una relación con la corriente naturalista de la educación ambiental, entendiéndolo como una oportunidad en la identificación de otras potencialidades o como simples advertencias

(1) – La sobrepoblación de la tierra que obliga a cada uno de nosotros a protegerse de la sobreoferta de contactos sociales de un modo fundamentalmente “in-humano” y que, además, directamente provoca agresiones debido al hacinamiento de muchos individuos en espacios pequeños.
Aunque es un asunto polémico, desde la educación ambiental deben trabajarse aristas del mismo como: pensar si sí somos tantos individuos o si eso no obedece a formas de control de la población impuestas a través de grandes ordenes internacionales, políticas de control de la población, diagramas de Pareto, redistribución de la riqueza y si acabar con la pobreza es acabar con los pobres.

(2) – La desertización del espacio vital natural que no solamente destruye el medioambiente exterior en el cual vivimos sino que destruye también en el ser humano mismo el respeto por la belleza y por la grandeza de una Creación que lo supera.
Reitera la importancia que tendría el abordaje de la corriente naturalista de la educación ambiental a través de la actitud contemplativa de ese gran espacio vital que nos alberga.

(3) – La competencia del ser humano contra si mismo que el desarrollo de la tecnología impulsa para nuestra perdición de un modo cada vez más acelerado, haciendo a las personas ciegas frente a todos los valores auténticos y les quita el tiempo parea dedicarse a la verdaderamente humana actividad de la reflexión.
Desde la educación ambiental se tiene que promover un uso racional de la tecnología que el hombre crea, se puede impulsar el desuso de tecnología que no necesitamos (que de seguro no es una lista pequeña) y se tiene que impulsar un pensamiento de uso de la tecnología solo para lo estrictamente necesario, para la mayoría de tiempo se invierta en observar, vivir, sentir y representar a la naturaleza.

(4) – El decaimiento de todos los sentimientos y afectos intensos a causa del reblandecimiento. El avance tecnológico y farmacológico promueve una creciente intolerancia frente a todo aquello que produzca el más mínimo desplacer. Con ello decae la capacidad del ser humano de vivenciar aquella alegría que sólo puede ser conquistada mediante un duro esfuerzo vencedor de obstáculos. Las oleadas naturalmente establecidas por el contraste entre el sufrimiento y la alegría se achatan y se convierten en las imperceptibles oscilaciones de un inmenso aburrimiento.
Muy ligado al punto anterior, puede desde la corriente naturalista de la educación ambiental que la vida mas simple, mas natural, mas extrema sin el acceso a tecnología innecesaria. Ver por ejemplo como los pájaros construyen sus nidos o como una colmena de abejas fabrica su miel, permiten corroborar lo que Lorenz llama la alegría conquistada mediante la superación de obstáculos.

(5) – El deterioro genético. Dentro de la civilización moderna no existen – aparte de “sentimientos naturales de justicia” y algunas tradiciones jurídicas legadas – factores que ejerzan una presión selectiva hacia el desarrollo y el sostenimiento de normas de comportamiento sociales, a pesar de que las mismas se hacen cada vez más necesarias debido al crecimiento de la sociedad. No se puede excluir la posibilidad de que muchos de los infantilismos, que convierten en parásitos a gran parte de los actuales jóvenes “rebeldes”, estén genéticamente condicionados.
Desde la corriente naturalista de la educación ambiental se puede trabajar alrededor de lo que Lorenz denomina infantilismos, promoviendo la observación de comunidades de animales y las normas sociales que estos establecen para una supervivencia que comparativamente con los humanos podríamos llamar sana.

(6) La demolición de la tradición se produce cuando se llega a un punto crítico en el cual la generación más joven ya no consigue entenderse culturalmente con la generación más vieja y menos aún identificarse con ella. La generación más joven tratará, por ello, a la más vieja como a un grupo étnico extranjero enfrentándola con un odio político. Los motivos de esta perturbación de identidad se hallan sobre todo en la falta de contacto entre padres e hijos, lo cual tiene consecuencias patológicas ya en la etapa de la lactancia.
El papel de la corriente naturalista de la educación ambiental es crucial. Tal como se describe en el caso de los Wayuu, la transmisión de la sabiduría ambiental es clave para garantizar la pervivencia de la vida armónica. Solo se transmite cuando se ha logrado un proceso de conocimiento basado en la observación, vivencia e imitación de la naturaleza.

(7) – El aumento de la adoctrinabilidad de la humanidad. El aumento del número de personas que se aglutinan en un único grupo cultural, en conjunción con el perfeccionamiento de los medios tecnológicos para manipular a la opinión pública, conducen a una uniformización de las opiniones que no ha existido en ningún momento anterior de la historia de la humanidad. A esto se agrega que el efecto sugestivo de una doctrina firmemente sostenida crece con el número de sus partidarios, quizás hasta en una proporción geométrica. Ya hoy se tacha de patológico al individuo que se sustrae conscientemente al efecto de medios masivos como, por ejemplo, la televisión. Los efectos des-individualizadores resultan bienvenidos por todos aquellos que desean manipular grandes masas de seres humanos. Las encuestas, el mercadeo y modas hábilmente dirigidas ayudan a los grandes productores de este lado y a los funcionarios del otro lado de la cortina de hierro a obtener el mismo poder sobre las masas.
Como se mencionó claramente es una dificultad para la misma corriente naturalista de la educación ambiental el modelo reproductivo de la educación ambiental, sin embargo hay esperanza y la esperanza es volcarnos hacia un modelo que integre lo crítico y lo emancipador. Es clara también la perversión detrás de lo que Lorenz plantea, esa masificación del pensamiento direccionada por grandes monopolios económicos mundiales lograrán que nadie se cuestione por asuntos vitales como la destrucción de pacha mama, de natura, de la tierra o peor que todo el mundo piense que está bien y que peor aun les ayudemos a conseguir sus objetivos.

(8) –Los procesos de deshumanización descritos en los apartados 1 a 7 resultan fomentados por la doctrina pseudo-democrática que afirma que el comportamiento social y moral del ser humano no está de manera alguna influenciado por la organización filogenéticamente evolucionada de su sistema nervioso y de sus órganos sensoriales sino que resulta determinado exclusivamente por el “condicionamiento” que la persona sufre en el transcurso de su ontogénesis por parte del entorno cultural en que se encuentra. Pareciera que esta postura pseudodemocrática quiere dejar al hombre por fuera de la especie animal, quiere desconocer el papel de nuestro sistema nervioso y órganos sensoriales en el comportamiento social y moral dejándolo en manos casi exclusivas del entorno cultural. La corriente naturalista de la educación ambiental tiene que desde la didáctica proponer actividades en las que las personas (niños, jóvenes, adultos), se comporten como animales. Ejercicios bien enfocados en este sentido tal vez nos permita ir al inconsciente colectivo y recordar y retomar comportamientos que nunca se han ido y que solo han sido opacados por el entorno cultural inadecuado que hemos construido y permitido nos rodee.
Bibliografía
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Cerrejón. (03 de mayo de 2012). Sala de prensa. Recuperado el 25 de abril de 2014, de Indígenas wayuu clamaron por la lluvia, tras el inicio de la primavera: http://www.cerrejon.com/site/sala-de-prensa/archivo-de-noticias/indigenas-wayuu-clamaron-por-la-lluvia.aspx

Cimadevilla, G. (2004). Acción mediática y representaciones ambientales. Vías de espectacularización y desconexión . Colección de Monografías N 15 , 15 . (D. Mato, Ed.) Caracas, Venezuela: Daniel Mato .

Eschenhagen, M. L. (2003). El estado del arte de la educación ambiental y problemas a los que se está enfrentando. II Encuentro Metropolitano de Educación Ambiental, (pág. 18). Toluca.

Flor, J. I. (Octubre de 2005). Claves de la Educación Ambiental. Capítulo I perspectivas teóricas de la Educación Ambiental . Sevilla, Andalucía, España: Didáctica Ambiental S.L.

Macedo, B., & Salgado, C. (2007). Educación ambiental y educación para el desarrollo sostenible en América Latina. Revista Forum de Sosteniblidad , 1, 29-37.

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Oliveira, M., & Espinosa, D. GEOGRAFIA Y EDUCACION AMBIENTAL. PROPUESTAS PARA SOLVENTAR UNA ARTICULACION NECESARIA . Instituto Superior Nuestra Señora del Carmen - Villa Mercedes . San Luis- Argentina: Revista ISNSC.

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Sauvé, L. (2004). UNA CARTOGRAFÍA DE CORRIENTES EN EDUCACIÓN AMBIENTAL . texto académico , 1. Porto Alegre, Montreal, Canadá: Artmed.


Recibido: 25/03/2016 Aceptado: 30/03/2016 Publicado: Marzo de 2016

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