BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

DIVERSIDAD CULTURAL Y MIGRACIÓN

Coordinadores: Ricardo Contreras Soto y Carmen Cebada Contreras




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2. Definiciones y conceptos: asimilación, integración y aculturación.

2.1 Asimilacionismo.

Ahora bien, qué suponen los conceptos de asimilación, aculturación e integración, Alain Touraine menciona lo siguiente:

“Así como Simmel, al evocar al extranjero, pensaba en los judíos berlineses, hoy pensamos en primer lugar en la situación de los inmigrantes descendientes de inmigrantes recientes, procedentes de países no europeos, árabes, musulmanes, turcos originarios del África negra, vietnamitas y chinos de Vietnam u otras partes, porque muchos países de Europa Occidental se plantean las cuestiones de la integración de esas sociedades de origen extranjero” (Touraine, 1997:196).

De acuerdo con esta cita, podemos pensar en primera instancia en un cambio en el tipo de migraciones que recibían Estados Unidos y otros países europeos, al parecer se está hablando de una migración que no “descomponía” de manera abrupta el paisaje cultural preestablecido en los países de recepción. En décadas recientes, la migración de países latinoamericanos, africanos y asiáticos ha removido algunas discusiones que se habían quedado alejas en los países de recepción poniendo sobre la mesa de discusión, la necesidad de comprender los cambios en las nuevas corrientes migratorias que no presentan las mismas características que las migraciones clásicas, para ser más precisos recordaremos la cita de Perlmann and Source (1997:903) quienes, como otros autores, hacen hincapié en el cambio en el componente étnico de las olas contemporáneas de migrantes hacia Estados Unidos. ¿Qué supone este cambio? parece ser que, en primera instancia supone una intensa discusión y reconceptualización de lo que clásicamente se había entendido como asimilación.

En términos de la sociología de la asimilación, se entiende a ésta como un proceso sociológico formal de relaciones interhumanas Roucek y Muller (1954:209). El cual puede dividirse en varias clases: 1) la asimilación de los inmigrantes dentro de la cultura del país al cual han inmigrado, 2) asimilación de las minorías nacionales al grupo o estado mayoritario; 3) la asimilación de los pueblos invasores a la cultura de la nación sometida y 4) asimilación de las culturas inferiores a las superiores. En resumen, la asimilación se define como la aceptación de elementos culturales de la sociedad que rodea a los individuos y a los grupos menores localizados en la esfera cultural. Roucek y Muller (1954:210). Otras perspectivas enfocadas al estudio de la migración han considerado que la asimilación tiene un eje generacional el cual supone que cada generación vendrá a ser más similar a la cultura “principal” o al mainstream americano conllevando a un mayor éxito económico. Sin embargo, esta capacidad de logro o fracaso estaba directamente relacionada con lo que arriba citamos sobre el planteamiento de Iñaki García señala, por un lado la articulación que se daba en las oleadas de migrantes hacia Estados Unidos, en términos de correspondencia étnica y racial, es decir, que existía una aceptación abierta hacia “lo blanco”. Este acontecimiento se veía combinado con la idea prevaleciente de cumplir el “sueño americano” que promovía un país con las mismas oportunidades de éxito para quien llegara. Así vemos que desde una perspectiva clásica el proceso de asimilación significaba que “los inmigrantes deben despojarse de su historia cultural previa (background) incluida su identidad étnica y lenguaje para adoptar aquellos que se encuentran en la nueva sociedad para poder asimilarse (Zhou y Bankston III, 1994:822). En otro texto más reciente (ya en el contexto de la asimilación segmentada propuesta por Portes y Rumbault), Zhou habla un proceso que se da de manera natural, por el cual diversos grupos étnicos vienen a formar parte de una cultura común para ganar igual acceso de oportunidades y formar parte de la estructura social –y vuelve a repetir- dejando patrones de la vieja cultura para adoptar otros de la nueva, este proceso lleva inevitablemente a la asimilación (Zhou, 1997:70).

Actualmente, aunque hablemos de asimilación segmentada, la tierra de los sueños se ha esfumado y cambiado su estructura de recepción de los migrantes, esto básicamente ha afectado a las nuevas generaciones o las más recientes dado que la incorporación a la estructura económica y social no se da de manera uniforme. “La sociedad estadounidense es compleja y marcada por profundas desigualdades de clase y raza, que condicionan los muy distintos estilos de vida y niveles de oportunidad” (Portes, 2006:76). Este ha sido uno de los principales resultados de las dimensiones (en cantidad) de la migración de países latinoamericanos hacia Estados Unidos, lo cual ha complejizado la composición étnica del país al igual que en otros contextos como el europeo que señala Touraine.

De una manera más crítica Giovanni Sartori asegura que asimilar quiere decir “volver similar” y en éste sentido, únicamente acepta tal concepto pensándolo desde una doble perspectiva: pluralismo-asimilación: el pluralismo trata de asimilar lo demasiado diferente pero también trata, al contrario, de "distinguir" lo que es demasiado igual (Sartori, 2008:164). En otras palabras, Sartori llama la atención sobre el riesgo de “desdibujar” las culturas originarias de los migrantes en aras de asimilarlos a una cultura ajena, de la misma manera, exhorta, a una relación dialéctica entre el recién llegado y su proceso de incorporación al espacio de recepción.

2.2 Integracionismo.

Se podría considerar que si bien los conceptos de asimilación e integración resultan en sí mismos ambiguos y vagos, cierto es que a diferencia del primero, el concepto de integración resulta de un carácter polisémico que como bien señala Sayad, una de las tareas de la sociología y ciencia afines es dar mayor claridad a un concepto que está “cargado de una serie de supuestos” (1999:307-317 citado en Cachón, 2008).

Touraine en su libro ¿Podemos vivir juntos? hace una revisión sobre el concepto de integracionismo, indicando la importancia que ha cobrado el tema en países europeos como Alemania, Gran Bretaña, Francia e Italia, en su planteamiento hace una combinación de modelos de incorporación de los inmigrantes, por ejemplo habla de la necesidad de seguir el camino de la asimilación a través del sistema escolar el cual debería tener un carácter unificador e integrador. En su propuesta da algunos ejemplos de cómo en Estados Unidos la población afroamericana en realidad vive como estadounidenses negros, aún con todos los prejuicios raciales existentes (Touraine, 1997:197). Por otra parte, el mismo autor explica que una acción inversa al integracionismo tiene que ver con el mantenimiento de la población inmigrante en un estatus aparte o su organización en comunidades localmente homogéneas autocontroladas (o también conocidos como guetos) un ejemplo de ello son los china-towns, tal situación puede ser observada tanto en Estados Unidos como en Francia (Ibid: 197). Ambas formas de integración son criticadas por él mismo considerando que la primera opción pretende fundir culturas particulares en una sola universal, mientras que la segunda, respeta la pluralidad de las comunidades, pero no establece comunicación entre ellas (Ibid:198). Finalmente la idea que propone es que entre más se procure reunir culturas diferentes en la experiencia vivida y el proyecto de vida de los individuos, más grandes son las posibilidades de éxito. En otras palabras, lo que Tourain advierte, es la necesidad de una conjunción entre integración social y reconocimiento cultural, “lo que está tan alejado del comunitarismo como de la asimilación”. (Ibid: 198). Desde luego Touraine hace alusión a una integración cultural y no únicamente al clásico planteamiento de la integración de tipo económica y social (clases sociales) el cual ha dominado en los estudios de integración y asimilación de migrantes. “Tal separación puede conducir a dos situaciones opuestas: una fuerte participación sin integración y, a la inversa, una integración sin partición. (Ibid: 199).

En este mismo hilo temático, se encuentra la propuesta de Giovanni Sartori , quien se formula tres preguntas en torno al tema de la integración que me parecen adecuadas presentar: ¿integración por qué?, ¿integración de quién? y por tanto, ¿integración entre quiénes? Al igual que Touraine, Sartori complejiza la propuesta del integracionismo y propone tipos de inmigrado y alteridad, así, considera que hay niveles en los cuales una comunidad puede ser integrada, los cuales explica a través de 4 tipos: 1) lingüística, 2) de costumbres, 3) religiosa y 4) étnica. (Sartori, 2001:111). Una vez mostrado su modelo, comienza a “jugar” con las posibles formas de integrar a diversos grupos culturales:

“¿Es posible que el inmigrado de tipo 3 ó 4 (extraño religiosa y étnicamente) se pueda integrar como el inmigrado de tipo 1 y 2 (diferente sólo por la lengua o tradición)? No. No es posible. Y la imposibilidad aumenta –lo recuerdo- cuando el inmigrado pertenece a una cultura fideísta o teocrática que no separa el Estado civil del Estado religioso y que identifica al ciudadano con el creyente” (Ibid: 117).

Así, Sartori señala la necesidad de reconocer que el proceso de integración cultural tiene como condicionante que los que deban de ser integrados acepten tal integración y la consideren deseable. Por tanto, considera que la integración “se produce entre integrables y por consiguiente que la ciudadanía concebida a inmigrantes inintegrables no lleva a integración sino a desintegración” (Ibíd.: 118).

Como lo muestran estas dos propuestas de abordaje sobre el tema de integración, el concepto puede ser utilizado de diversas maneras e incluso puede tener distintos niveles de abordaje como lo propone Sartori. Sin embargo, el tema del integracionismo visto de manera clásica, ha sufrido muchas críticas, por ejemplo Sayad y Mezzadra citados en Cochón (2008:210), hacen algunos planteamientos críticos al respecto. Las cuales van desde la dificultad de abordar el concepto debido a su multiplicidad de significados y aplicaciones, hasta lo ortodoxo que puede parecer hablar del integracionismo en el sentido de comprenderlo como el mainstream el cual corre el riesgo de conformarse como “una teoría de la integración social en pleno sentido del término” (Mezzadra 2005 citado en Cochón, 2008:210).

Otras posturas sobre el tema es el que menciona Solé, quien considera que “el concepto de integración implica que los inmigrantes se aproximen, sea cual sea su procedencia geográfica y teniendo en cuenta una situación objetiva de clase y una autoidentificación subjetiva con la sociedad receptora, a la situación y posición social de los autóctonos” (Solé, 2000:217). Asimismo, otros autores (López Sala, 2005 en Cachón, 2008:211) intentado darle límites al concepto piensan que “sean cuales sean los significados con los que aparece en la literatura, la noción de integración conceptualiza todo lo que sucede después de la llegada de los inmigrantes a su nuevo país”.

Esto sugiere pensar que, además de los niveles de integración que señalan algunos autores, existe otra forma transversal de abordar la integración, me refiero al nivel que podemos considerar macro que corresponde a una estructura sociopolítica que regula y define el sistema étnico y las formas de integración que le otorgará al inmigrante. Un segundo campo de análisis lo ubico en el nivel micro, que responde a las prácticas cotidianas de las comunidades de inmigrantes, quienes a partir de la resolución de necesidades, activan estrategias de integración informales que les van permitiendo introducirse a la sociedad receptora, más adelante ampliaré esta idea.


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