ÉTICA, PSICOLOGÍA Y CRISTIANISMO
José María Amenós Vidal y otros
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Monseñor O´Flaherty junto al Arco delle Campane, principal entrada a la ciudad
del Vaticano, en lo alto de las gradas que conducen a la Basílica de San Pedro,
solía esperar a quienes tenían problemas para conducirlos hasta sitio seguro, no
tenía en cuenta el toque de queda si se trataba de acompañar a algún evadido a
un nuevo refugio o de salir en busca de dinero, ...desafiaba todos los peligros.
La Junta Tripartita encabezada por Monseñor O´Flaherty, hombre de acción, John
May, la encarnación de la astucia, y el Conde Salazar, un conspirador nato, se
encargaría de crear una compleja red de contactos en el mercado negro,
confeccionaría documentos de identidad falsos, y abastecería de dinero a las
células de la organización, que ponía mayormente a su disposición Sir D´Arcy.
Un cuarto hombre, el Príncipe Filippo Doria Pamphili, contribuía con recursos
económicos necesarios a la causa, y la princesa Niní Pallavacini ayudaba a dotar
a los evadidos de documentación italiana, escoltando a muchos de ellos hasta el
Vaticano.
El Padre Borg que introdujo a la familia Chevalier en la organización, estaba
compuesta por Henrietta, una madre heroina, dama viuda con 6 hijas y dos hijos,
que desempeñó un papel importantísimo en encontrar alojamiento a los evadidos.
Paul Chevalier que trabajaba con Secundo Constantini en la antigua Embajada
británica y pertenecía al personal de la legación suiza, hacía de informante en
estrecha colaboración con otros miembros utilizando un código secreto que la
organización desarrollaría para nuevas entregas, porque las líneas telefónicas
romanas estaban intervenidas por el régimen, las llamadas eran en clave : ¨...
dile a mamá que llevaré dos libros a casa ...(en Via dell´Impero)¨ mientras
Radio Roma repetía sin cesar comunicados anunciando que la ayuda a los evadidos
sería castigada con la pena de muerte, y se refugiarían en un apartamento
ubicado justo detras del hotel en el que las SS habían establecido su cuartel
general (en Via Firenze) ¨... No se preocupe Monseñor, ...Dios nos protegerá,
estoy segura ...¨. El alquiler de ese piso y de tantos otros corría a cargo de
la organización que Monseñor O´Flaherty puso en movimiento.
A comienzos del otoño de 1943, varios centenares de romanos sabían de sus
movimientos, así como diplomáticos franceses, polacos, noteamericanos y
yugoslavos que recababan su ayuda para los partisanos que estaban en contacto
con campesinos italianos que ayudaban a esconder en alquerías, ... a los
milicianos procedentes de los campos de prisioneros, y que acabarían
constituyendo la rama rural de la organización, por lo que Monseñor O ´Flaherty
tuvo que desplegar todos los recursos a su alcance y extremar la cautela y sus
esfuerzos.
Cedo Ristic buen amigo de Constantini, y que trabajaba en las oficinas de la
Cruz Roja Internacional (en Via Sardinia), tenía muchos amigos campesinos y
partisanos, con su Mercedes visitaba las tabernas con una abultada cartera de
mano y presencia impecable, y cada uno recibía un fajo de billetes ¨...tome Ud.
el dinero ...son liras falsas... dicen que las imprimen dentro del Vaticano...¨.
Colin Lesslie, el primer irlandés en pedir auxilio y compatriota de Monseñor
O´Flaherty, en su primer encuentro con él quedó convertido en un Monseñor de la
Curia - teja incluida: ¨... Bien, muchacho - sonriendo benévolamente mientras
con simpatía miraba a través de las gafas - he venido para tratar de ayudarle. A
ver qué podemos hacer ... Ahora, ... - susurrando - vamos a dar un paseo.
Tranquilo. Seré yo quien hable. No se extrañe si gesticulo un poco. Usted no
conteste. Asienta sin palabras, como si se mostrara de acuerdo con lo que digo.
Y rece lo que sepa ...¨
A la mañana siguiente ya se encontraba a salvo en un piso franco (en Via
Domenico Cellini), y la única fuente posible de suministros era la Cruz Roja
Internacional, que tenía instalados sus almacenes en la antigua Embajada de los
EE.UU., justo enfrente de un cuartel lleno de alemanes.
Miss Molly Stanley tuvo un papel importantísimo en la red de evasiones, si los
nazis hubieran descubierto que era inglesa, la hubieran detenido inmediatamente
¨...nadie reparaba en mí, porque soy insignificante...¨ trabajaba con la Duquesa
de Simonetta informando a Monseñor O´Flaherty cuando llegaban nuevos huéspedes a
la cárcel de Regina Coeli (llamada así, paradójicamente, a causa de una iglesia
cercana consagrada a la Reina de los Cielos), de la que se había ganado la
simpatía de los carceleros ... era todo un poema verla sonreir ingenuamente
mientras comprobaban los paquetes que llevaba a los prisioneros.
Colin Lesslie se trasladaría a otro refugio que Monseñor O´Flaherty le había
facilitado por mediación de Molly, porque su aspecto le delataba para pasar por
italiano, debía trasladarse a las bodegas del Colegio Americano ... en el que
Monseñor McGeogh actuaba de enlace.
El Conde Salazar y el Principe Doria tenían que mantener no sólo a los evadidos
que llegaban a Roma, sino también a los cientos - y después miles - que
permanecían escondidos en el campo, con familias de labradores, y Monseñor
O´Flaherty se encargaba de organizar personalmente la recogida y distribución.
En el Palazzo Doria (en Via del Corso), se encontraba con el Príncipe, su
secretario y algun que otro acaudalado romano, fue entonces cuando la
Comandancia de la Gestapo en Roma le acorraló ¨...Aguantad unos minutos sin
abrir - mientras se dirigía al zaguán, de donde partía una estrecha escalera que
se dirigía a las bodegas...tomó aliento y trató de reflexionar deprisa... Sabía
que los alemanes eran capaces de registrar el Palacio hasta dar con él ... dió
unos pasos más y vió un rayo de luz , de una trampilla abierta en el muro caían
riadas de carbón , comenzó a trepar y viendo dos carboneros junto a un camión
aparcado, giró la vista alrededor y extendió sus brazos para alcanzar un saco,
se quitó rápidamente la sotana, lo mismo que la teja y el alzacuellos, se
enrolló la camisa alrededor de la cintura, colocó su ropa en el saco que llenó
de carbón, se embadurnó la cara, el pelo, la camiseta, el pecho y los brazos, y
al borde de la trampilla aguardó a los carboneros ...pocos italianos entregarían
a alguien a la Gestapo si podían evitarlo...¨- De acuerdo, Padre -¨. Con su saco
al hombro empezó a caminar por el patio rodeado de SS ...A ninguno se le ocurrió
pensar por qué el carbonero sacaba un saco lleno...¨, y rebasando el portal
junto a la cabina del conductor se introdujo por un callejón lateral camino de
la salvación.
Todo el mundo sabía que si lo detenían, nadie volvería a verle. Por esta razón,
paracaidistas alemanes montaban guardia día y noche al otro lado de la línea
blanca que separaba el Estado Vaticano de la Roma ocupada para detenerle...¨Ese
es Monseñor O´Flaherty, un cura irlandés que está loco de remate... Es
peligroso, y no debe vivir... Nos está dando más quebraderos de cabeza que cien
romanos juntos, y tal situación tiene que terminar...¨ el Coronel Herbert
Kappler, Comandante en Jefe de las SS en Roma, no estaba allí para inspeccionar
la guardia, sino para ordenar un asesinato. Un soplo de Giuseppe de la Questura
le salvaría la vida, miembros de la Gestapo sin uniforme pretenderían raptarle
en el mismo Vaticano, y la Guardia Suiza evitaría el secuestro. John May y un
grupo de yugoslavos se encargarían de llevarlos a un callejón y propinarles una
paliza, pero Monseñor O´Flaherty aunque era un boxeador experimentado no
aprobaría este tipo de métodos expeditivos ¨...Monseñor es demasiado bueno,
demasiado inocente para vivir en un mundo como éste ...¨.
Molly Stanley alertó a Monseñor O´Flaherty de que el Príncipe Carracula había
sido denunciado a Kappler, ¨...Tienes una hora si mis informes son correctos...
Lo traeré aquí como sea¨. Antes de transcurrido ese tiempo el Principe se había
convertido en un miembro de la Guardia Suiza de relevo.
Ni que decir tiene, que seguiría desarrollando su jornada de trabajo en el Santo
Oficio, a la cual había que añadir el tiempo dedicado a celebrar la Santa Misa y
dos horas diarias de devociones, mientras cubrían sus ausencias durante el día
en la escalinata de San Pedro.
Del millar de habitaciones con que contaba el Vaticano, después de la guerra se
cuenta que estuvieron ocupadas por un número desconocido, pero bastante elevado
de personas, judíos sobre todo, que encontraron refugio en ellas. Los nazis
controlaban la ciudad. Noche tras noche, Monseñor O´Flaherty siguió situándose
en lo alto de la escalinata de la Basílica de San Pedro, ante la plaza de la
columnata de Bernini, con sus 284 columnas, y coronada por 140 santos fundadores
de órdenes religiosas, flanqueada por dos fuentes cuyo murmullo del agua
¨...semejaba una llamada misteriosa...¨ como él mismo describe en su guía para
visitar la ciudad eterna: ¨Roma Félix¨.
El 28 de septiembre de 1943, los nazis exigieron a la comunidad judía de Roma,
dos millones de libras esterlinas en oro, y posteriormente los detendrían y
deportarían. En poco más de 24 horas, la nobleza romana a instancias del Papa
Pío XII había logrado reunir dicha suma. Al terminar la guerra, el Gran Rabino
de Roma, el Dr. Zolli, que no había dudado en pedir ayuda a Pío XII, y había
permanecido oculto en el Vaticano, se convirtió al catolicismo. Por su parte, Su
Santidad aunque preocupado e inquieto por Monseñor O´Flaherty, al que podía ver
a diario desde la ventana de su estudio cuando hacía su aparición en lo alto de
las gradas, continuó haciendo la vista gorda de quien hacía tiempo que estaba al
tanto de sus actividades, mientras los guardias suizos montaban guardia
dispuestos a impedir que cualquier alemán osase traspasar la línea.
Los alemanes respetaron la neutralidad Vaticana y declararon a Roma como ciudad
abierta, por uno de aquellos milagros que ocurren una vez en la vida, entre
otras cosas, porque hasta entonces había sido despiadada la persecución de los
judíos que vivían en la ciudad y el Vaticano era una vía de escape, el Colegio
de Cardenales rebosaba de ellos. Monseñor O´Flaherty escondió a muchos en su red
de apartamentos, en el Colegio Alemán y el de Propaganda Fide, les ayudaba a
salir del país o les proporcionaba documentación italiana falsa para que
pudieran permanecer en Roma. La Princesa Pallavacini poseía una amplia variedad
de documentos de identidad, robados, falsificados por May, consumado dibujante y
fotógrafo, y otros de procedencia vaticana.
Los campesinos italianos que solían vender sus productos en los mercados,
llevaban ocultos en sus carros a evadidos de los campos de prisioneros, y traían
de vuelta, dinero y suministros para los hombres de la rama rural del Conde
Salazar. El 25 de octubre recogido de una alquería, el Comandante Sam Derry del
Ejército Británico fue conducido a la Basílica de San Pedro y de allí al Colegio
Teutónico, era lunes día en que los funcionarios de la Santa Sede tenían que
entregar sus ¨dossiers¨ a los Cardenales, y el Reverendo Monseñor O´Flaherty que
trabajaba en el Santo Oficio tenía un trabajo abrumador, solo hasta llegada la
noche pudo salir acompañado de él en dirección al Hospicio de Santa Marta,
¨...había logrado un doble perfecto de sí mismo...¨ y reunidos con Sir d´Arcy y
John May nació la organización británica de ayuda a los evadidos. Además de la
Junta Tripartita (ahora cuatripartita, con la incorporación de Derry), otros
oficiales británicos internados en el Vaticano empezaron a llevar los aspectos
administrativos y burocráticos de la organización, muchos utilizaron el sistema
de pagarés firmados que enviaban por valija diplomática para dar cuenta a sus
familias de que se encontraban con vida en el Vaticano o la Legación Inglesa.
Muchos son los nombres de las personas que colaboraron con esta organización:
Hugh Montgomery, secretario de la legación inglesa que se ordenaría sacerdote,
el capitán Henry Judson Byrnes y el subteniente Roy Charlton Elliot internados
en el Vaticano, los tenientes Bill Simpson y John Furman acogidos por la familia
Lucidi, matrimonio que había colaborado desde el principio con Monseñor
O´Flaherty, ... A partir de entonces, acompañado por el Padre Borg u otros
sacerdotes que resultaban vitales porque eran quienes suministraban provisiones
a los evadidos, uno solo de ellos llegaba a visitar hasta 24 refugios al día,
Derry fue conociendo los distintos pisos, apartamentos, hoteles, almacenes,
monasterios, ... y adoptó un sistema de claves para identificarse (por ej.
¨Golf¨ - Monseñor O´Flaherty; ¨Mount¨ - Sir d´Arcy Osborne; ¨Seck¨ - Secundo
Constantini; ¨Emma¨ - Conde Sarsfield Salazar; ...), cientos de personas
acabarían ayudando a Monseñor O´Flaherty en su arriesgada y humanitaria tarea.
No es de extrañar que los oficiales ingleses que ahora trabajaban con él
tratasen de favorecer la causa de los aliados montando una red de espionaje
paralela a la organización. Derry, Simpson y Furman habían establecido contacto
con las tropas británicas del sur de Italia, y lograrían establecer en Roma,
cuatro emisoras portátiles clandestinas. Pietro Tumati y Umberto Losena se
encargarían de suministrar los datos necesarios a las fuerzas británicas sobre
los evadidos.
De este modo, se constituyó la división de tareas de la organización: Monseñor
O´Flaherty se encargaba de las visitas a los enfermos en los hospitales y a los
prisioneros de Regina Coeli, de organizar nuevos refugios y de obtener
provisiones, con la ayuda de John May y el Conde Salazar, Furman y Simpson se
responsabilizaban de conducir a los evadidos hasta su refugio, distribuir el
dinero y hacer que los suministros llegaran a su destino, y Derry coordinaba las
operaciones. A partir de este momento, la ayuda económica provenía además de Sir
d´Arcy y el Príncipe Filippo, del Servicio de Inteligencia Británico mediante
operaciones con Londres a través de Suiza y cambiando moneda en el mercado
negro.
El hecho de disponer de información sobre los presos o detenidos, era un medio
para prevenir cuaquier registro sin aviso previo por parte del ejército alemán,
que recaería sobre aquellos domicilios en los que su ¨padrone¨ con varios
refugiados a su cargo hubiera sido encarcelado o sometido a interrogatorio, y
era necesario visitar a los enfermos con el fin de recuperarlos lo antes
posible, porque eran quienes en caso de ver imposibilitada su huida de ser
descubierto su escondite tenían menos probabilidades de escapar. Eran los mismos
presos y a través de los contactos en Regina Coeli, los que facilitaban los
informes necesarios, y Monseñor O´Flaherty como Molly Stanley solían visitar la
cárcel, así como a los impedidos, Madame Chevalier como enfermera, y Milko
Skofic, como doctor, cuando visitaban a los enfermos en sus domicilios, nunca
salían a la calle juntos, tomaban el tranvía Circolare Rossa que recorría los
suburbios de Roma, y se sentaban en asientos separados, a la vista, y hacían el
recorrido circular varias veces antes de apearse, para asegurarse de que nadie
les seguía.
Junto a las tareas de rescate de los evadidos, desde la rama británica cada vez
era mayor el caudal de información que la organización recogía y transmitía a
los Servicios de Inteligencia de los aliados, hasta el extremo de una lista
completa de los evadidos y de su situación, un croquis de la disposición de las
tropas alemanas en la zona norte de Italia y una serie de fotografías de los
dispositivos de defensa nazi en las proximidades de la frontera con Francia, a
través de Evangelo Averoff, que terminada la guerra sería nombrado Ministro de
Asuntos Exteriores de Grecia, y de su compañero Teodoro Meletiu, del movimiento
de resistencia griego. Asimismo, a través de Giuseppe de la Questura, se
disponía de informes que incluían las órdenes del día de las SS, de los
neofascistas colaboracionistas, y de la Gestapo, también una lista de diversos
distritos romanos en los que los alemanes planeaban hacer una serie de registros
en las próximas noches, a partir del toque de queda de las 19 h. y con
posterioridad de las 17 h. 30m. que la organización de Monseñor O¨Flaherty con
riesgo de su propia vida siempre desafiaba.
Tras sucesivos registros llevados a cabo por las SS a comienzos del mes de enero
de 1944, se habían desalojado los pisos de Via Firenze y Via Domenico Cellini, y
en varias ocasiones registraron el domicilio de la familia Chevalier en Via
dell´Impero, de los Lucidi en Via Sciaiola, ... A mediados de mes, la riada de
evadidos que inundaba Roma adquirió grandes proporciones, ingleses,
norteamericanos, de nacionalidad hindú, sudafricanos, ... árabes mulsulmanes ...
que llegaban al Arco delle Campane para pedir asilo en el santuario de la
cristiandad.
La situación todavía más dificil desencadenó varias detenciones, huidas,
capturas, ... que obligaron a extremar las precauciones, ¨... De repente, sonó
el timbre de la puerta. Abrieron enseguida, creyendo que era Simpson, ...
hombres de las SS... En el coche celular, Furman, con increíble sangre fría, se
las arregló para romper en trozos diminutos sus documentos de identidad y un
cuaderno de notas con las direcciones y nombres, en clave, de destacados
miembros de la organización; luego, disimuladamente los fue tirando poco a poco
por el estrecho ventanal, ... mientras esperaba que le interrogasen acertó a
sacar la miga de un panecillo que guardaba en el bolsillo y esconder una suma
importante de dinero que hubiera hecho sospechar ... A Furman le aterraba pensar
que los alemanes desarticularan la organización y llegaran hasta Derry, ...
Monseñor O´Flaherty, cuando supo lo sucedido se sentó a la mesa de su despacho
en el Colegio Alemán y se pasó horas telefoneando a los sacerdotes que
colaboraban con él para rogarles que visitaran los refugios que les
correspondían y prevenir a los evadidos ... Durante varios días, todos, en la
organización, se pusieron en movimiento, trasladando a los refugiados a nuevos
escondites, cambiando todo el sistema para restablecer la situación existente
tras los primeros días de enero ... Monseñor O´Flaherty para interesarse por la
suerte de los prisioneros fue a la cárcel a visitar a Bruno Buchner que había
sido detenido con Furman ... Sólo quería decirle, Monseñor, que no he hablado
... y que no hablaré pase lo que pase ...¨ . El 24 de enero, Rino Messina, un
barbero italiano que visitaba Regina Coeli casi todos los días, hizo llegar a
Derry, por medio de May, una nota en la que Furman hacía un breve informe y
facilitaba una lista de evadidos que estaban en la cárcel, los prisioneros
británicos iban a ser llevados a paradero desconocido, días después escapó
saltando del tren cuando era deportado a un campo de concentración en Alemania,
y consiguió volver al Vaticano.
A raíz de estos acontecimientos, el Barón Von Weiszacker, Ministro
Plenipotenciario alemán ante la Santa Sede, el cual expedía salvoconductos
auténticos para el personal que trabajaba en el Vaticano, cuando no bastaban los
que Monseñor O´Flaherty, con ayuda de May y de la Princesa Pallavicini, expedían
a través de la imprenta del Vaticano, en una recepción en la Embajada de Hungría
advertía a Monseñor O´Flaherty de que había logrado convencer a Kappler, al
acecho en el vestíbulo de invitados, de que no intentaría nada contra él esa
misma noche, pero que si volvía a abandonar el territorio de la Ciudad del
Vaticano, podía estar seguro de que le detendría, y acto seguido las autoridades
del Vaticano hicieron público un edicto limitando severamente las salidas de los
residentes, era todavía más importante que a él no le capturasen cuando su ayuda
era imprescindible mostrándose mucho más cauteloso en sus movimientos.
La misma noche en que los alemanes volvieron a visitar el apartamento de los
Lucidi, supo que habían detenido a Renzo Lucidi. Adrienne Lucidi, en una ocasión
durante el transcurso de una ópera se había atrevido a acercarse y pedir un
autógrafo al mismo Gobernador Militar de Roma, durante las primeras semanas de
la ocupación nazi había ejercido ese cargo el General Stahel, austríaco y
católico, pero Kappler lo había destituído, y ahora en su lugar había nombrado
al General Maeltzer. Al terminar la guerra, se rumorea que esa era la firma que
la organización había utilizado para falsificar centenares de salvoconductos.
Monseñor O´Flaherty supo también que habían detenido a Concetta Piazza de quien
dependían suministros a los evadidos y consiguió su liberación a través de una
carta al Comandante en Jefe del Alto Mando alemán, Mariscal Von Kesserling,
redactada por la misma detenida con una nota del Ministro Irlandés ante la Santa
Sede, Thomas Kiernan, que pertenecía a un pais neutral. La libertad de Renzo se
tramitó mendiante el Secretario de la Embajada de la Francia de Vichy, Francis
De Vial, que trabajaba para el movimiento de la Francia Libre del General De
Gaulle.
El Príncipe Bismarck, Ministro Pleniponteciario alemán en Italia, mantenía
relaciones con Monseñor O´Flaherty y con los Kiernan, por lo que cuando Derry
quería obtener información, sabía a quien acudir, una de las cuestiones clave
fue saber si declararían Roma como ciudad abierta, es decir, que abandonarían la
ciudad sin lucha, y tal como el Comandante en jefe de las tropas aliadas en
Italia, el General Alexander, declararía liberada Roma, ... aquella información
había sido de incalculable valor. El automóvil de la familia Kiernan con
matrícula del cuerpo diplomático, además de sus salidas oficiales también servía
para ayudar a trasladar fugitivos.
Una mañana, a comienzos de marzo, Renzo Lucidi recibió una llamada telefónica de
Joe Pollack, a quien todos creían muerto, había sido un estrecho colaborador de
Simpson y Furman, llamaba desde el apartamento de Via Domenico Cellini, que
había sido desalojado. La fuga se produjo en una estación de ferrocarril,
aprovechando un desconcierto, emprendió la huida. En este momento, sólo Monseñor
O´Flaherty, Derry, Simpson, ... conocían dónde estaban situados todos los
refugios, en cuanto a Furman y Pollack desconocían la ubicación de los nuevos
escondites mientras habían estado detenidos, y los informes de Giuseppe de la
Questura eran cada vez más precisos apuntando a un delator en la organización.
Francis de Vial descubrió de quien se trataba, Pasqualino Perfetti, había
colaborado con la organización desde sus inicios y conocía la situación de
numerosos refugios de ingleses y franceses, en pocos días veintiún evadidos
fueron atrapados y más de una docena de ¨padrones¨ italianos apresados.
Monseñor O´Flaherty y Derry contabilizaron las personas que habían ayudado hasta
el mes de marzo, el número declarado fue de 3.423 personas.