CULTURA SIMBÓLICA. ESTUDIOS

CULTURA SIMBÓLICA. ESTUDIOS

Reyes Escalera Pérez
Sonia Ríos Moyano

Universidad de Málaga

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La Vanitas como motivo iconográfico en la literatura emblemática hispana

Silvia Cazalla Canto

Resumen:
Con el presente trabajo se aborda un estudio centrado en la presencia de la vanitas dentro de la literatura emblemática de nuestro país con el fin de determinar en qué proporción aparece dentro de los libros de emblemas y cómo influye en la sociedad de su época mediante el mensaje que quiere transmitir. El tema parece oportuno atendiendo a una doble premisa: en primer lugar, tiene su repercusión en otras manifestaciones artístico-culturales del Siglo de Oro; en segundo, pese a la existencia de estudios que analizan puntualmente asuntos de emblemática y vanitas, no existe ninguno que se detenga de manera específica en este tema. Pretendemos en consecuencia realizar una pequeña contribución que cubra esta laguna bibliográfica y constate la importancia que adquirió en España.

Palabras clave: Emblemática, Vanitas, Siglo de Oro, iconografía, España.

* * * * *

1. Introducción

La vanitas se encuentra muy presente en la cultura del Siglo de Oro español. Como manifestación cultural de su época, y dada además su finalidad moral, podríamos suponer a priori que es un tema recurrente en la literatura emblemática hispana. Pero, ¿fue realmente así? Para tratar de responder a esta pregunta, hemos acudido a los principales libros de emblemas españoles, seleccionando aquellas composiciones en las que la protagonista es esta idea.

2. Contenido de la vanitas en la emblemática hispana

En una visión en conjunto debemos significar que, en nuestra selección, hemos extraído un total de 69 emblemas y empresas bajo la categoría de vanitas, procedentes de diez autores distintos. De estos 69 emblemas, 22 pertenecen a Sebastián de Covarrubias1, lo que supone un 31.9% del total. Le siguen Juan de Borja2, cuyas 13 empresas constituyen el 18.9%, y Juan de Horozco3, cuyos 12 emblemas representan el 17.4%. Vienen a continuación Juan Francisco de Villava4 (6 empresas, el 8.7%), Hernando de Soto5 (5 emblemas, el 7.2%), Juan de Solórzano Pereira6 (4 emblemas, el 5.8%), Diego Saavedra Fajardo7 (3 empresas, el 4.4%), Francisco Núñez de Cepeda8 (2 empresas, el 2.9%), y por último Cristóbal Pérez de Herrera 9 (1 emblema, el 1.4%) y Juan Antonio Pozuelo10 (1 empresa, el 1.4%).

Vemos que conforme avanzamos en el tiempo, la necesidad de expresar la idea de la muerte disminuye, pues si bien en el siglo XVI y primeras décadas del siglo XVII la emblemática seguía la corriente contrarreformista de adoctrinar y ahondar en la mentalidad de todo tipo de personas, desde mediados del siglo XVII se especializa en sectores más concretos, por lo que fue perdiendo envergadura dejando paso a otro tipo de intereses.

3. Conceptos e ideas del género de vanitasen la emblemática española

La vanitas cobra un protagonismo de primer orden en el terreno de la literatura emblemática hispana. Esta tradición cultural se moverá en un entorno conceptual concreto, pero adquiriendo una serie de matices diferenciados según las distintas ideas que los emblemas transmiten. Debemos precisar que aunque el concepto de vanitas es uno, las realidades que lo ejemplifican son diversas, diferenciándose distintas categorías, como señala un estudio reciente de Luis Vives: “la vanitas, es como un puzzle cuyas piezas provienen de otros ámbitos temáticos próximos” 11.

A continuación, se exponen las diversas ideas y conceptos que encierran aquellos emblemas que giran en torno al ideario de la vanitas, cuyos epigramas muestran diferentes metáforas que los emblemistas toman para ilustrar esa reflexión sobre lo efímero de los bienes materiales y la caducidad de nuestra existencia con la finalidad de obtener una visión “positiva” sobre la muerte.

3.1. Brevedad de la vida y desengaño del mundo: Tempus fugit

La fugacidad de la vida es uno de los conceptos más característicos, ya que la propia idea de lo efímero hace alusión a una llegada inmediata de la muerte. Una realidad que en España tuvo una resonancia inmensa y que circuló a través del arte y en otros ámbitos culturales de la época. La emblemática, por su parte, no quedó indiferente a esta idea, como demuestran los emblemas que se encuentran en los repertorios de nuestros autores, que reflejan el convencimiento de la brevedad de la vida y de la inconsistencia de lo terrenal.

Sebastián de Covarrubias representa en el emblema 8 de su III centuria, Fallit Volatilis Aetas (La vida se va volando inadvertidamente) (fig. 1), a Cronos sustentando un reloj de arena y una guadaña, con el que expresa el dominio que tiene sobre el mundo y cómo acaba segando lo que ha creado; este personaje avisa de que el tiempo, aunque parezca que pasa lentamente, “buela, sin pararse una ora”, un verso tomado de Petrarca12 y con el cual, recomienda aprovechar la vida que es tan breve y que tan rápida pasa.

Por su parte, Juan de Borja ilustra este pensamiento en su empresa 19, Vita Brevi (La vida es breve) (fig. 2), mediante una mano abierta con el dorso de la misma visibl13. La idea de la brevedad de la vida similar al palmo de una mano la encontramos en los Salmos14 una de las fuentes de las que bebe: “que es lo que se da a entender en esta Empresa con la mano abierta…que quiere decir, la vida es breve” 15.

3.2. La caducidad de nuestra existencia: Memento homo quia pulvis es et in pulverem reverteris
           
            Avanzando un paso más se tomará conciencia de la propia caducidad de nuestra existencia, ya que si la vida es efímera, también nosotros lo somos. Es decir, el hombre mediante un ejercicio de introspección repara en lo perecedero de su propia existencia.

            Muestra de ello es el emblema 9 del libro II de Juan de Horozco, Quotidie Morimur (fig. 3), donde aparece la calavera junto al reloj de arena y una vela. El mote Cada día morimos, está tomado de las Epístolas a Lucilio de Séneca16, y en su cuerpo los objetos se encuentran sobre un pedestal de una manera ascendente, aleccionando al hombre sobre la hora de la muerte que comienza desde el momento de su nacimiento: “el nacer del morir está tan junto” 17.

3.3. Caducidad de los bienes terrenales: Vanitas vanitatum et omnia vanitas

            En una época en la que el coleccionismo, la búsqueda de la gloria y del placer y la conquista de territorios por parte de la alta sociedad estamental estaba vigente, los emblemas que nos atañen advierten a la sociedad de lo transitorio de los honores terrenales que deben ser despreciados para valorar lo que verdaderamente importa y lo que ayudará al alma a conseguir la salvación eterna: los bienes celestiales.

Juan Francisco de Villava, en la empresa 32 de su II libro, Pondere pressa meo (Vencido por mi propio peso) (fig. 4) emplea como motivo iconográfico un árbol cargado de frutos que se va desgajando y cayendo al suelo a causa del peso. Una metáfora con la que instruye a aquellos que ponen toda su esperanza en la acumulación de bienes, que no por esta acción “tienen seguro el paso” hacia la eternidad, como señala: “hay muchos que de muy llenos de riquezas rompen en mil desventuras” 18.

3.4. Desprecio de los bienes terrenales y estimación de los celestes: Avarus nisi cum moritu nihil recte facit

            La enseñanza sobre la caducidad de todos los objetos materiales, propició que se llevara a cabo la creación de otros emblemas que mostrasen la necesidad de despreciar estos bienes en favor de aquellos celestiales y del camino de lo divino, que sería la única vía para superar la muerte y vivir en la gloria eterna.

Juan de Borja propone otra forma de transmitir esa obligación de rechazar todas las riquezas de esta vida mediante su empresa 97, Nihil aliud superest (Esto es sólo lo que sobra) (fig. 5), a través de una iconografía poco común de vanitas pero muy original19, donde personaliza la historia de Saladino, quien en su entierro mandó poner una camisa sobre una estaca para evidenciar lo único que le había quedado de su imperio como enseñanza didáctica de la inutilidad del poder y de la acumulación de fortunas: “Saladino: muriendo, mandó que en su enterramiento puesta su camisa en una larga hasta… que aquella sola camisa le había quedado de tan grande Imperio” 20.

Otra manera de mostrar dicha idea queda de manifiesto en el emblema 27 del III libro de Juan de Horozco, Ha de ser uno de de dos (fig. 6), donde coloca dos esferas juntas: en una se observa una multitud de estrellas que aluden a la vida eterna; en la otra sin embargo, están representados los continentes y, por lo tanto, hace referencia a la tierra.

El autor hace hincapié en la imposibilidad de alcanzar la gloria eterna y el descanso verdadero si el hombre se apega a las cosas mundanas, y por ello, debe rechazar los deleites y aspirar a las bondades divinas: “Y siendo como es imposible tener dos vidas de descanso, justo será escoger lo que nos importa para alcanzar la vida, y el consuelo que para siempre dura” 21.

3.5. La muerte a todos nos iguala: Nemine Parco

            La inexorable venida de la muerte será contemplada con temor reverencial por la sociedad de la época, que tomará conciencia de su poder igualador, ya que no entiende de estamentos ni relega a ningún individuo. Esta supremacía sobre todo lo terreno, y por supuesto, sobre la vida humana, será expresada también por los emblemistas.

Sebastián de Covarrubias en su emblema 23 del I libro, Roys e pyons, dans le sac son eguaux (Reyes y peones, dentro del saco, todos son iguales) (fig. 7), expone un tablero de ajedrez y en la parte inferior una saca donde se encuentran todas las piezas del juego, dando a entender que cada persona tiene su función en la vida pero acaba en el mismo lugar que las otras: “Pero llegado el día de la muerte… no ay distinción del rico al pobre. Y assi es como la bolsa de los trebejos en el axedrez, que acabado el juego, todos entran confusamente en el saco” 22.

La empresa 50 de Núñez de Cepeda (Fig. 8) es muy significativa en ese sentido, ya que presenta en un recinto vallado a modo de jardín, una rosa, un clavel y un lirio, los cuales están coronados con una tiara papal, un capelo y una mitra respectivamente; a la izquierda se observa cómo la guadaña de la muerte ha cortado el tallo del lirio y se dispone a cercenar el del clavel. El mote Aequo pulsat pede (Bate con tallo igualado) anticipa la idea que se viene desarrollando sobre la hegemonía de la muerte: “la pálida muerte deja la misma huella en la cabaña de los pobres y en los alcázares reales” 23.

3.6. Triunfo sobre la muerte: Ubi est mors victoria tua?

            En una sociedad como la barroca que cree en la inmortalidad, la muerte no puede triunfar si hay esperanza de una vida posterior. En consecuencia, el mensaje contenido en la emblemática no representa el triunfo de la muerte, sino el triunfo sobre la muerte; de ahí que se haga presente la pregunta retórica: Ubi est mors, victoria tua?24, que da paso a esta última categoría en la que los emblemas muestran cómo vencer a la muerte.

            Uno de los emblemas que expone este pensamiento es el 100 de Solórzano, Munimentum ex monumento (La defensa en el sepulcro) (fig. 9), donde se contempla El Escorial, un edificio que cumplía las funciones de templo y panteón. Según Maravall: “se juntan templo, convento y palacio, pero cada una de las tres cosas está perfectamente separada” 25.
Solórzano expone la necesidad del príncipe de meditar en torno a la muerte, pero no obstante, exalta el triunfo del rey dejando un sucesor y venciendo al olvido que conlleva la irresistible muerte: “Este panteón mira, de Reyes inmortal sepulcro” 26.

Es extraño encontrar un libro de emblemas en España en el que no se haga referencia a la muerte. Desde sus orígenes la literatura emblemática ha participado de la exhibición ante los ojos del lector de la imagen de la muerte; humanistas que muestran la realidad del pensamiento del hombre del Barroco a partir de diversos conceptos e ideas. En efecto, la vanitas se manifiesta mediante ejemplos muy variados, es decir, se mueve por realidades distintas, como si se tratara de las distintas caras de un poliedro, bajo un denominador común: el propio concepto de vanitas.

            Resulta de interés igualmente comprobar cómo los autores recurren a distintos motivos iconográficos para testimoniar iconográficamente la idea de desengaño que tan íntimamente ligada a la vanitas se encuentra. Asimismo, las fuentes que consultan, también son múltiples y variadas, predominando los textos bíblicos y las historias de la antigüedad clásica.

            En definitiva, y a modo de conclusión, los emblemistas recurren a la iconografía de la vanitas para señalar que si bien la muerte llega a todos los mortales de la misma manera, y por ello, se debe tomar conciencia de que los bienes terrenales son algo perecedero, la noción de una vía para vencer a la muerte es factible a través de los recursos que la literatura emblemática manifiesta en sus páginas.

Notas:

1. Para una información más amplia sobre la biografía de Sebastián de Covarrubias nos remitimos a COVARRUBIAS, S., Tesoro de la lengua castellana o española (eds. R. Zafra e I. Arellano). Madrid, Iberoamericana, 2006.
2. La biografía de este personaje puede consultarse en BORJA, J., Empresas Morales (ed. C. Bravo-Villasante). Madrid, Fundación Universitaria Española, 1981; y GARCÍA MAHÍQUES, R., Empresas Morales de Juan de Borja. Imagen y palabra para una iconología. Valencia, Ayuntamiento de Valencia, 1998.
3. Uno de los investigadores que más estudia a este personaje es Christian Bouzy, que lo considera “el emblemista español más conocido”. BOUZY, C., “De lo sagrado y lo divino: los Emblemas Morales de Juan de Horozco (1589) como parénesis cristiana”, en ARELLANO, I. y MARTÍNEZ PEREIRA, A. (eds.), Emblemática y religión en la Península Ibérica (Siglo de Oro). Madrid, Editorial Iberoamericana, 2010, pp. 127-147. Más recientemente el artículo de ZAFRA, R., “Nuevos datos sobre la obra de Juan de Horozco y Covarrubias”. Imago. Revista de emblemática y cultura visual, nº 3, 2011, pp. 107-126.
4. Uno de los estudios que trata la vida de este autor y su obra es PÉREZ LOZANO, M., “Emblemática y catequesis. Las Empresas de Villava en el contexto de la Contrarreforma”, en Actas del I Simposio Internacional de Emblemática. Teruel, Instituto de Estudios Turolenses, 1994, pp. 719-739. Además su tesina versó acerca de este autor, en la cual explica cada una de las empresas. PÉREZ LOZANO, M., La Emblemática en Andalucía. Símbolos e imágenes en las Empresas de Villava. Córdoba, Universidad de Córdoba, 1997.
5. Para el conocimiento de este autor y su obra, véase SOTO, H., Emblemas moralizadas (ed. C. Bravo-Villasante). Madrid, Fundación Universitaria Español, 1983; y CORDERO DE CIRIA, E., “Las Emblemas Moralizadas de Hernando de Soto y su primera versión inédita, en un manuscrito de la Biblioteca Nacional”. Boletín del Museo e Instituto Camón Aznar, nº 65, 1996, pp. 5-18.
6. La vida y obra de Solórzano han sido estudiadas por GONZÁLEZ DE ZÁRATE, J. M., Emblemas regio-políticos de Juan de Solórzano. Madrid, Tuero, 1987; y ANTÓN, B., “Los Emblemata Centum Regio Politica (Madrid, 1653) de Juan de Solórzano”, en GARCÍA MAHÍQUES, R. y ZURIAGA SENENT, V. F. (eds.), Imagen y Cultura: la interpretación de las imágenes como historia cultual, Vol. I. Valencia, Generalitat Valenciana, 2008, pp. 249-267.
7. Para la biografía de Saavedra véase: MURILLO FERROL, F., Saavedra Fajardo y la política del Barroco. Madrid, Centro de Estudios Constitucionales, 1989; y SAAVEDRA FAJARDO, D., Empresas políticas (ed. S. López Poza). Madrid, Cátedra, 1999.
8. La obra de este emblemista ha sido estudiada por GARCÍA MAHÍQUES, R., “Las Empresas Sacras de Núñez de Cepeda. Un lenguaje que configura al Prelado Contrarreformista”. Goya, nº187-188, 1995, pp. 27-36; e Ídem¸ Empresas Sacras de Núñez de Cepeda. Madrid, Ediciones Tuero, 1988.
9. PÉREZ DE HERRERA, C., Proverbios morales. Madrid, Imprenta de Herederos de Francisco del Hierro, 1618, pp. 11-12.
10. Para mayor información acerca de este emblemista véase: AZANZA LÓPEZ, J. J., “Entre el libro de emblemas y el manual de conducta militar: las Empresas Políticas Militares de Pozuelo, obra crepuscular de la emblemática hispana”. Imago. Revista de Emblemática y Cultura Visual, nº2, 2010, pp. 25-48.
11. VIVES-FERRÁNDIZ, L., Vanitas. Retórica visual de la mirada. Madrid, Encuentro, 2011, p. 20.
12. MANERO SOROLLA, M. P., “Petrarquismo y emblemática”, en LÓPEZ POZA, S. (ed.), Literatura emblemática hispánica. Actas del I Simposio Internacional. A Coruña, Universidade da Coruña, 1996, pp. 196-197.
13. VALERIANO, P., Hieroglyphica XXXVI. Venecia, 1625, pp. 472-473.
14. Sal 39, 5-7: “La vida que me has dado no es más larga que el ancho de mi mano. Toda mi vida es apenas un instante para ti; cuando mucho, cada uno de nosotros es apenas un suspiro”.
15. BORJA, J., Empresas Morales. Bruselas, Imprenta de Francisco Foppens, 1680, Empresa XIX; GARCÍA MAHÍQUES, R., Empresas Morales…, pp. 90-91.
16. Epístola 24, 20 del libro III: “Morimos cada día; cada día, en efecto, se nos arrebata una parte de la vida y aun en su mismo periodo de crecimiento decrece la vida”. SÉNECA, L. A., Epístolas morales a Lucilio (trad. I. Roca Meliá). T. I. Madrid, Editorial Gredos, 1994, pp. 201-202.
17. HOROZCO, J., Emblemas morales. Libro II. Segovia, Imprenta de Juan de la Cuesta, 1589, Emblema IX. La supremacía del día de la muerte sobre el día en que se nace es anunciada ya por el Eclesiastés (Qo 7, 1): “Mejor es el buen nombre que el buen ungüento, y el día de la muerte que el día del nacimiento”.
18. VILLAVA, F., Empresas Espirituales y Morales. Libro II. Baeza, Impresor Fernando Díaz de Montoya, 1613, Empresa XXXII.
19. Esta empresa proviene de un emblema de Claude Paradin donde expone la historia de Saladino. PARADIN, C., Devises Heroïques. Amberes, Imprenta de Ian de Tournes y Guil Gazeau, 1567, pp. 56-57.
20. GARCÍA MAHÍQUES, R., Empresas Morales…, p. 220; BORJA, J., op. cit., Empresa XCVII.
21. HOROZCO, J., op.cit., Emblema XXVII.
22. COVARRUBIAS, S., Emblemas Morales. Centuria I. Madrid, Imprenta de Luis Sánchez, 1610, Emblema XXIII.
23. HORACIO, F., Odas, I, 4, 13-14.
24. “Y cuando este ser corruptible se vista de incorruptibilidad y este ser mortal se vista de inmortalidad, entonces se cumplirá lo que dice la Escritura: La muerte ha sido vencida. ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está, muerte, tu aguijón?”. I Carta de San Pablo a los Corintios 15, 54-55.
25. MARAVALL, J. A., La oposición política bajo los Austrias. Barcelona, Ariel, 1974, p. 172.
26. SOLÓRZANO, J., Emblemata centum, regio política. Madrid, Imprenta de García Morras, 1653, Emblema C; GONZÁLEZ DE ZARATE, J. M., Op. cit., p. 215.

Referencias bibliográficas:

ANTÓN, B., “Los Emblemata Centum Regio Politica (Madrid, 1653) de Juan de Solórzano”, en GARCÍA MAHÍQUES, R. y ZURIAGA SENENT, V. F. (eds.), Imagen y Cultura: la interpretación de las imágenes como historia cultual, Vol. I. Valencia, Generalitat Valenciana, 2008, pp. 249-267.
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