CULTURA Y FORMACIÓN HUMANISTA<br>Desde la óptica del Contador Público

CULTURA Y FORMACIÓN HUMANISTA
Desde la óptica del Contador Público

Emigdio Archundia Fernández. Coordinador
Universidad de Guanajuato

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“LA VERDAD OS HARÁ LIBRES”

Durante el trayecto del viaje escolar que se realizó, asistimos  a uno de los puntos más importantes en la Ciudad de Guanajuato: nuestra máxima casa de estudios  la “Universidad de Guanajuato”.

Los alumnos que asistimos a dicho lugar, tuvimos la oportunidad de saber un poco más acerca del origen de la Universidad de Guanajuato como lo es el origen de su fundación.
La tradición académica de la Universidad de Guanajuato está enraizada en el siglo XVIII; el inicio de este proyecto educativo tiene su primer antecedente en  el Colegio de la Santísima Trinidad fundado en 1732 a iniciativa de doña Josefa Teresa de Busto y Moya, quien con ayuda de miembros prominentes de la sociedad guanajuatense, entre los que destacan don Pedro Lascuráin de Retana,  crearon el Colegio en la casa de doña Josefa y en la antigua capilla de los otomíes, donde actualmente se encuentra el Patio de Estudios de Edificio Central.

VISIÓN

 Ser la Universidad del País que cuente con una plantilla de profesores de alto nivel académico, interesada en su formación, actualización y desarrollo profesional, buscando de manera permanente estrategias que generen un ambiente propicio para el desempeño y reconocimiento de sus profesores.

MISIÓN

Contribuir a la excelencia académica universitaria, mediante el fomento y la superación constante de sus profesores, a través de programas institucionales de formación y actualización, buscando siempre la pertinencia, calidad, y eficiencia de los mismos que coadyuven al desarrollo de actividades de impacto, tanto en la docencia como en la investigación y extensión, propiciar el establecimiento de estrategias que incentiven al profesor a dar en cada una de sus responsabilidades lo mejor de él, seguro de que su trabajo será valorado y retribuido con justicia, todo ello bajo un marco de simplificación administrativa que facilite los procesos a los profesores.

En el año de 1744, a petición del Ayuntamiento de la ciudad de Guanajuato, el rey Felipe V emite la Real Cédula en la cual se reconocen los esfuerzos educativos de los fundadores y en donde se consigna que los encargados del Colegio serán los religiosos de la Compañía de Jesús.   
Las primeras cátedras impartidas en el Colegio estuvieron a cargo de los sacerdotes jesuitas que contaron con el apoyo económico de los mineros de la ciudad; así fue posible continuar con las construcciones del Colegio de la Santísima Trinidad, del cual se cuenta que cuando doña Josefa pensaba en fundarlo unas abejas fabricaron un panal en su cuarto. De esta leyenda nace el símbolo de la Colmena Legendaria el cual forma parte del escudo universitario.

El  Colegio reabierto recibió gran impulso del último intendente del Guanajuato, Juan Antonio de Riaño y Bárcenas, gobernante ilustrado que proveyó al Colegio de cátedras y profesores, además de introducir las materias de matemáticas, física, química y francés; sin embargo, el movimiento de la lucha por la Independencia terminará con dicho proyecto, así como con la vida del intendente que muere en la batalla del 28 de septiembre de 1810 en la Alhóndiga de Granaditas
Durante la guerra de Independencia, la Institución se sostiene gracias a la entrega del presbítero don Marcelino Mangas, figura emblemática del Colegio, quien fungió como rector, maestro y encargado de funciones básicas y que junto con un grupo de estudiantes, se opuso a las pretensiones de Agustín de Iturbide de convertir las instalaciones del Colegio en Casa de Moneda.
Marcelino Mangas es uno de los personajes más representativos de la constante labor emprendida por los guanajuatenses por sostener una institución en bien del progreso de la juventud del estado. A su muerte, sus restos reposan en la antigua capilla del Colegio, actualmente salón del H. Consejo General Universitario
Carlo Montes de Oca, primer gobernador constitucional del estado, ilustrado y fiel defensor de los principios de la Independencia, inició un ambicioso proyecto educativo para el Colegio y el estado, quien con el apoyo de don Marcelino Mangas emitió un decreto en 1827 en el que se estableció que la educación superior debía ser costeada por el Estado.
Asimismo, asigna una partida para ampliar y reformar el edificio, fundar una biblioteca pública, un gabinete de física experimental, un laboratorio de química.
Con el apoyo del Ayuntamiento de la ciudad, el cual  cedió su biblioteca pública al entonces llamado Colegio de la Purísima Concepción –libros que hoy se conservan en la Biblioteca Armando Olivares- y respaldó la iniciativa de solicitar al barón Alejandro von Humboldt una colección de fósiles para el gabinete de mineralogía, así como una importante colección de libros que hoy forman parte del patrimonio de la Universidad.
El año de 1828 es de suma importancia: se reforman los planes de estudio; por primera vez se legisla sobre la tercera enseñanza o educación superior;
Se ofrecen las cátedras de minería, carrera de foro (derecho), la carrera eclesiástica y la academia de pintura, escultura y arquitectura. Se mantiene como una institución estable que cumple con la misión principal de ofrecer educación pública. En esta época estudiaron importantes protagonistas de la historia del estado y del país como Manuel Doblado, Joaquín González Obregón,  Octaviano Muñoz Ledo, Ponciano Burquiza, Juan y Ramón Valle, José Rosas Moreno y Lucio Marmolejo.
Con el triunfo de la Reforma, el Colegio experimentó importantes cambios; en 1870 cambia su nombre a Colegio del Estado por iniciativa del entonces gobernador Florencio Antillón.

Durante este periodo destaca la presencia un importante personaje es Vicente Fernández científico autodidacta y taxidermista, recordado por el descubrimiento de nuevos minerales como el llamado Guanajuatita así como por la instalación del primer observatorio meteorológico del estado legaron una destacada colección que hoy alberga el Museo de Historia Natural Alfredo Dugés de la Universidad, y la tradición del observatorio se conserva en la azotea del Edificio Central.
La historia del Colegio fue consignada de manera exhaustiva por uno de los egresados y profesores más queridos, don Agustín Lanuza, reconocido por su trabajo de investigación histórica, su interesante obra literaria y su profesionalismo como abogado.
En 1945 el Colegio del Estado se transforma en Universidad de Guanajuato, instalándose el primer Consejo Universitario el 16 de mayo de ese año. Esta importante evolución se debe, en mucho, al indiscutible liderazgo de Don Armando Olivares Carrillo, quien sostuvo la idea de lograr una Universidad con mayor acción social y humana, proyecto consolidado en el Servicio Social Universitario que distingue a la Institución. Entre muchos de sus logros, destacamos el inicio de las labores editoriales, para lo cual instaló la imprenta universitaria (aún en funciones); protagonista de una nueva tradición cultural y artística que distinguirá a la Universidad y permitirá darla a conocer a nivel nacional.
La Universidad de Guanajuato tuvo, en esta etapa, un importante crecimiento en la apertura de una nueva y diversificada oferta académica, consolidando importantes centros e institutos de investigación en todas las áreas del conocimiento, además de establecer políticas de gran alcance en la extensión y difusión cultural

Como parte de esta nueva tradición cultural, el rector Antonio Torres Gómez creó en 1950 la Orquesta Sinfónica de la Universidad y la Escuela de Arte Dramático, esta última, aunque efímera, constituyó un antecedente fundamental para él.

Entre los protagonistas de la vida cultural universitaria de esa época, destacan Enrique Ruelas, quien siendo rector de la Universidad fundó dos de las instituciones culturales que continúan siendo vanguardia de la difusión cultural: el Cine Club y Radio Universidad, además de ser el principal promotor del Teatro Universitario, que año con año continúa representando los Entremeses Cervantinos.
El mes de octubre de 1991, siendo rector el Mtro. Juan Carlos Romero Hicks, se convoca a la comunidad universitaria a participar en el proceso de autonomía y de reforma normativa; el 11 de mayo de 1994 la LV Legislatura del Congreso del Estado aprobó la autonomía, con lo cual la Universidad de Guanajuato adquirió la capacidad jurídica y la facultad y responsabilidad de gobernarse a sí misma.
La Universidad de Guanajuato es una de las más antiguas de América Latina, Hoy en día cuenta con escuelas en todo el estado y ofrece numerosos programas académicos, incluyendo licenciaturas, maestrías y doctorados. En 1994 le fue concedida la categoría de autónoma
La Universidad cuenta con edificios diseminados por toda la ciudad. El recinto principal está ubicado en Lascurain de Retana, a una cuadra de la Basílica de Nuestra Señora de Guanajuato, y al lado de una antigua mansión que alberga el Museo de Arte de Guanajuato. Esta construcción alberga la rectoría, oficina administrativa.
Se puede reconocer el edificio principal de la Universidad por su famosa escalera que cuenta con 113 escalones de piedra. Está construido en cantera verde, de un estilo arquitectónico neoclásico que data de mediados de la década de 1900. El diseño ha sido objeto de mucha controversia debido a que obstaculiza el paisaje urbano característico de Guanajuato. Se dice que solo los estudiantes con espíritu universitario recorren la escalinata y suben a tocar la puerta principal como una gran muestra de pertenencia a la Universidad de Guanajuato.

A la Universidad se le atribuye la creación del Festival Cervantino, un evento de artes escénicas que se ha convertido en uno de los más importantes festivales internacionales de arte y cultura en América Latina. Cada año, una serie de funciones y eventos culturales del festival se celebran en el campus de la universidad.
También se hizo notar que la imagen de la universidad de Guanajuato forma parte de los billetes de valor de $1000.00. Es importante conocer que en dichos billetes podemos observar que en el lado inverso, como motivo principal ostenta la efigie del Padre de la Patria, Don Miguel Hidalgo y Costilla. Su imagen está complementada con una viñeta compuesta por la campana de Dolores y dos torres de la misma iglesia. La viñeta hace referencia al grito de Dolores, cuando Miguel Hidalgo sonó la campana para convocar al pueblo a iniciar el movimiento independentista.
En el lado del reverso, el elemento principal es una vista en perspectiva de la conocida Universidad de Guanajuato y, como complemento, el Gran vitral de su Interior y un relieve de una de sus puertas, así como una rana que hace referencia al estado de  Guanajuato y una mayor  representación de la arquitectura de esa ciudad.

Se considera una de las mejores universidades por sus aportaciones a la educación, ciencia, arte y cultura en el estado de Guanajuato y en el país; así como por su consolidación y prestigio internacional en el ámbito universitario En la actualidad, la Universidad ha dedicado un esfuerzo especial al mejoramiento de la calidad académica sometiéndose a diversos programas de evaluación y acreditación de acuerdo a los parámetros que a nivel nacional se han establecido; en ese respecto, se dio preeminencia a la superación del cuerpo de profesores (aumentaron los profesores de tiempo completo con grado de maestría y doctorado, así como creció el número de docentes en el Sistema Nacional de Investigadores y los que son reconocidos por su desempeño ante la SEP); buscando también el aseguramiento de la calidad de los programas educativos, se incentivó el desempeño académico de los alumnos y se amplió la oferta cultural y extensión de los servicios universitarios a toda la entidad.