VISIÓN DE LA PLANEACIÓN Y DESARROLLO TERRITORIAL DESDE NAYARIT

VISIÓN DE LA PLANEACIÓN Y DESARROLLO TERRITORIAL DESDE NAYARIT

María Lourdes Montes Torres (CV)
Eduardo Meza Ramos
Ricardo Becerra Pérez
(Coordinadores)

Universidad Autónoma de Nayarit

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LA TRANSICIÓN DE LA MORBI-MORTALIDAD A TRAVÉS DE LA COBERTURA DE SALUD EN EL ESTADO DE NAYARIT (1990-2010)

María Azucena Velázquez Acosta

Introducción
El presente documento analiza la evolución de las enfermedades existentes en esta entidad y la importancia de la cobertura de las instituciones para complementar la mencionada evolución. El objetivo del estudio es conocer y analizar la evolución de la morbilidad y la mortalidad que afectan al estado de Nayarit y observar el comportamiento de las instituciones que a su cargo se encuentran en el estado.

Desde hace algunas décadas se ha iniciado una transición de los factores determinantes que afectan la salud de la población: industrias, con su constante derrame de sustancias tóxicas, aumento considerable de automóviles, así como los cambios en los estilos de vida causados por adicciones, sedentarismo, mala alimentación, estrés y un sin número de posibles causas.  Todo esto ha inclinado el patrón de enfermedades hacia uno nuevo; el de las enfermedades crónico-degenerativas.

Si bien la existencia de numerosas campañas preventivas ha establecido un panorama favorable en enfermedades infecciosas, pero no obstante el surgimiento de nuevas viene afectando poblaciones enteras, que en su mayoría inquieta a los más necesitados económicamente por el costo que esto implica. Las políticas, de los gobiernos en cargo, mantienen objetivos que promueven en la sociedad estrategias de control epidemiológico, cambio en los estilos de vida y recomendaciones a la sociedad.

La hipótesis planteada en la investigación plantea que las enfermedades crónico degenerativas en la actualidad, están mayormente presente que las infecciosas y el estado no está preparado para prevenirlas, o en su caso combatirlas, por lo tanto la planeación actual de los gobiernos sólo será el inicio de nuevas políticas que impliquen un aumento en la cobertura real de los servicios de salud en el estado.

La perspectiva de las instituciones a cargo de la salud
Según la SSA (2007), en el año de 1940 la mayor parte de la mortalidad era causada por enfermedades infecciosas o de contagio como diarreas, gripe, neumonía, paludismo, sarampión, bronquitis, tuberculosis entre otras. Para el año 2005, las enfermedades que predominan son del tipo crónico degenerativas como diabetes, problemas del corazón, hígado, cerebro vasculares, pulmonar, respiratorias agudas, hipertensión, tumores, entre otras. Enfermedades que no existían, ahora se encuentran dentro de la lista principal de mortalidad o morbilidad, pero, con la acumulación de las infecciosas que no han podido erradicarse. En contraste a esto, cabe mencionar que a nivel mundial la OMS determinó la existencia de casos de defunciones a causa de la desnutrición, estableciendo que una tercera parte de muertes en menores de cinco años se debe a esta causa.

En el Plan Nacional de Salud del actual gobierno federal (2006-2012), refiere que el descenso de los niveles de mortalidad y fecundidad muestra un cambio en la población desde ya hace varias décadas. En el primero de los casos, está disminuyendo la mortalidad y puede asociarse a una baja de enfermedades infecciosas, pero, una transición epidemiológica muestra un aumento de muertes vinculadas a otro grupo de enfermedades que vienen en conjunto con el grado de desarrollo económico (enfermedades causadas por contaminación, estrés, industrialización, consumo de bebidas y sustancias tóxicas, malos hábitos alimenticios, disminución de actividades físicas, entre otras). México desde la década de los sesentas de siglo pasado, viene experimentando una transición demográfica y epidemiológica, con la coexistencia de enfermedades de pobreza y del mundo desarrollado. Para el país este desafío es doble, porque mientras que por un lado aumentan las enfermedades no transmisibles aún no han sido resueltas las transmisibles (PNS 2007).

Una de las principales estrategias de los gobiernos para la disminución de muertes y enfermedades viene a cargo de prevención y control a través de la cobertura por medio de seguridad social y establecimientos físicos que den apoyo a la población, pero el crecimiento demográfico también requiere nuevas necesidades tanto por su número como por el envejecimiento de la población que requiere atención más costosa y dependiente en su mayoría. Esto implica un aumento en enfermedades de hipertensión, diabetes y discapacidades.

 Esto indica que no sólo la ampliación de la cobertura de seguridad social es el único factor para mediar este cambio en la morbi-mortalidad de la población. Pues, la derechohabiencia no avala a la atención, es sólo una garantía de seguridad social que interviene en la obtención de los servicios. La atención de calidad es un derecho, pero no está considerado constitucionalmente, por lo que sólo se limita a mantener una cobertura en aseguramiento, otorgando los servicios de salud de manera insuficiente que no cubren los lineamientos de las estrategias planteadas en las políticas públicas. La calidad y la eficiencia en los servicios de salud México, se ve otorgada mayormente por instituciones privadas.

Morbilidad y mortalidad en el estado de Nayarit
En el aumento de la esperanza de vida y los nuevos riesgos que surgen de los estilos de vida, los cambios naturales del ambiente, así como el desarrollo detonado por la industrialización, accidentes, homicidios han resultado a la par de la transición de la población. Enfermedades nuevas, nunca antes vistas, modifican el cuadro de enfermedades que causan la morbilidad y la mortalidad a nivel global. Por ello, los sistemas de salud también deben tener su transición surgida de las nuevas necesidades y características que siguen modificando y que no pueden ser detenidas.

El estado de Nayarit, al igual que otros espacios del territorio nacional, cuenta un gradiente de condiciones de desigualdad económica, social, alimentaria, educativa, marginación, entre otros, es decir, una regionalización desigual de oportunidades para alcanzar una mejor salud en su población. Lo anterior puede tener una relación con la transición epidemiológica que tanto se ha comentado a nivel nacional, pero que en el ámbito local, no existen visos de una solución de acuerdo con el dinamismo de desarrollo que exigen los tiempos modernos.

Cobertura de salud en el estado
En la actualidad, se sigue observando una concentración de servicios diferenciados entre los distintos sectores que componen la población de mexicanos, existen zonas en donde se manifiesta un mayor número de población, y la presencia de infraestructura de salud en donde es esa población, la que precisamente es beneficiada. La falta de cobertura en materia de seguridad social es uno de los graves rezagos que aún prevalecen en la entidad, contando con menos del 80% de cobertura (PED 2012, 101).

La mayoría de las instituciones que están encargadas de proporcionar atención en salud tienen tendencias de distribución de acuerdo al número de población y el acceso a estas, quedando establecidas las principales en zonas urbanas y desfavoreciendo a las comunidades más alejadas y con menor número poblacional. Esto no sólo se ve a nivel estatal, sino que es un patrón que es seguido desde el nivel nacional y que afecta en gran proporción a parte que tiene igual importancia en la sociedad. Esto hace referencia a comunidades rurales, en su mayoría personas de bajos recursos. Si bien es cierto, no quedan en su totalidad desprotegidas, pero son resguardadas por servicios como caravanas de salud o centros que no están suficientemente equipados para las atenciones en gran cantidad de casos son requeridas.

Metodología
Se realizó un estudio documental y estadístico, dejando excluido el trabajo de campo, esto a efecto de que la información se procesa mediante un estudio comparativo en quinquenios y en un periodo de veinte años con información de fuentes oficiales como INEGI, IMSS, ISSSTE, Secretaria de Salud, CONAPO. En el estudio quedan incluidos los veinte municipios de Nayarit. Cada municipio cuenta con características diferentes, por lo que el estudio se realiza de manera estatal y por situación particular.

El tipo de estudio se realiza de manera longitudinal y comparativa, ya que se estudiaron las variables cuantitativas a través de diferentes  periodos y se analizaron las comparaciones en tiempo y espacio. Para esto, se estudiaron variables que son expresadas en cifras absolutas o tasas, la medida que se utiliza puede variar dependiendo de la variable a estudiar. Las cifras absolutas dan idea de la magnitud real del suceso, aunque puede presentar algunas limitaciones por no utilizar la población de la cual se obtienen. Mientras que las tasas refieren a una composición de numerador que expresa la frecuencia en que ocurre un suceso y un denominador referente a la población en análisis. Estos dos elementos de estimación son los utilizados para la generación de datos.

En la descripción de datos de morbi-mortalidad se plantean las siguientes que fueron seleccionadas en un periodo de veinte años para revisar su comportamiento y evolución de su situación; éstas son: mortalidad general, mortalidad materna, mortalidad infantil y la morbilidad. Mientras que los datos de capacidad en la atención de la población nayarita

Los recursos físicos, materiales y humanos, todos expresados en términos de tasa.

Resultados
Transición de la Mortalidad en el estado: 1990-2010.
La tasa de mortalidad es un indicador que aproxima la situación de defunciones en los países, indica con precisión el impacto actual de muertes en el crecimiento de la población. Esta tasa en México ha ido a la baja, de acuerdo a estudios de comparación de países realizada por The World Factbook en el 2012, se menciona que ocupa una posición 187 de menor tasa, con 4.9 por cada 1,000 habitantes, en un total de 223 países, siendo el de mayor posición Sudáfrica con una tasa de mortalidad de 17.23 y Qatar el de menor tasa, con 1.55 por cada 1,000 habitantes.
La gráfica 1 muestra el comportamiento de las defunciones en el país, que para el 2000 había obtenido una tasa del 5.05 por cada 1,000 habitantes, donde presenta la menor baja de esta tasa en el 2004, donde presenta una tasa de 4.73 que se mantuvo hasta el 2005. En el periodo de 2004 a 2012 la tasa de mortalidad subió a 4.9, en la que se puede considerar por el crecimiento y el envejecimiento de la población, la presencia de nuevas enfermedades y la evolución de otras que son consideradas en los países en desarrollo.

El estado de Nayarit reporta en 2010, en base a datos de INEGI, 5,751 muertes en la población, estableciendo como principales muertes las enfermedades del corazón, tumores malignos y diabetes mellitus. Como se mostró en un principio en este estudio, las causas de muerte han tenido una evolución de cambio de causas de muerte, ya no puede hablarse de muertes ocasionadas por enfermedades infecciosas o de contagio como diarreas, gripe, neumonía, paludismo, sarampión, bronquitis, tuberculosis y otras, que en 1940 se encontraban entre las primeras causas de muerte en la población mexicana (SSA, 2007).
La evolución de estas enfermedades entre 1990 y 2010 en el estado ha sobrepasado las enfermedades de los cincuenta, dejando entre los primeros lugares, de las principales 20, enfermedades las enfermedades del corazón, accidentes, tumores malignos, diabetes mellitus respectivamente y demás que se muestra en el comparativo de la gráfica 2. Los tumores malignos tienen un lugar que va desplazando los accidentes, estando posicionado en el 2000 en el lugar seis de las veinte enfermedades más mortales. Del 2000 al 2010, las enfermedades que aparecieron dentro de las diez causas se encuentran la cirrosis y otras enfermedades del hígado, pulmonares obstructivas crónicas y las hipertensivas. Quedando con menor importancia las afecciones originadas en el periodo perinatal, nefritis, síndrome nefrótico y nefrosis y las deficiencias de la nutrición, pero no siendo descartadas en su totalidad, sino desplazadas a un menor número de incidencias. Esto da muestra de que las causas de mortalidad han evolucionado en cierta medida pero no han sido desplazadas por completo algunas como las deficiencias de la nutrición, afecciones de periodo perinatal, enfermedades intestinales, que son consideradas como de países pobres, por lo que no sólo se habla de las enfermedades de la pobreza, sino se añaden las de países desarrollados, mostrando una verdadero reto para las autoridades responsables.

La mortalidad materna en el estado periodo 1990-2010.

Para la OMS, las complicaciones durante el embarazo y el parto son de las principales causas de muerte o discapacidad en mujeres en edad reproductiva en los países en desarrollo.  Cabral (2009), hace mención de las posibles causas que generan su ocurrencia: el reconocimiento a tiempo de las complicaciones, el tiempo de demora de llegada a los centros de salud o la prestación de atención médica de calidad. Aunado a ello, la llegada de información en tiempo y forma que se requiera para cada mujer logre los cuidados adecuados en el embarazo.
Entre las principales causas de muerte materna a nivel mundial se encuentran, siguiente en el orden descendente: hemorragias graves, infecciones, abortos peligrosos, eclampsia, parto obstruido y otras causas directas o indirectas; en el estado las enfermedades que aparecen son: toxemia del embarazo, hemorragia del embarazo y del parto, complicaciones del puerperio, aborto y el resto queda englobada en la categoría resto de causas. En 1990, el aborto era la segunda causa de muerte, siendo la toxemia del embarazo la primera, esta tendencia ha ido modificándose en algunas de las principales causas, la toxemia fue la principal, seguida por la hemorragia y el aborto pasa a ser la cuarta causa de muerte.

Todas estas muertes son consideradas evitables, por lo que la ONU en los Objetivos de desarrollo del Milenio (ODM) deja estipulado el objetivo de la mejora de la mortalidad materna a tres cuartas partes entre 1990 al 2015. Por lo que la gráfica 3 muestra que para el 2010 no se ha cumplido dicha meta en el nivel estatal, esto, si se sigue la tendencia de la medida de reducción, ya que se estaría hablando de una tasa 3.98 menor a la de 1990. La tasa de mortalidad desde el año de 1990 tuvo un crecimiento notable llegando a 10.81 en 1995, la tasa más alta en 20 años. Por otro lado, una reducción significativa se hace notar en 1996, reduciéndose hasta 1.84 por cada 10,000 nacidos vivos, siendo esta la más baja en los últimos 20 años comparativos.

Los municipios de Nayarit que mayormente sufren de muerte materna, según datos de la SSN, son: Jala que en el 2000 presentó la tasa más alta, de 6.56 y Del Nayar de 5.54, la capital Tepic 0.88. Para el 2005, Del Nayar encabeza la lista de esta tasa con el 5.93, le sigue Rosamorada con 3.4, La Yesca con 2.9 por 10,000 nacidos vivos, y el resto con cifras no representativas. Datos del 2010 muestran que Ixtlán del Rio y Tepic presentan las tasas más alta, con 2.67 y 2.68 respectivamente. El resto de las muertes se registraron en otras instituciones de salud.

A nivel estatal, no existe una tendencia de la tasa de mortalidad materna en un periodo de veinte años, esto hace difícil una interpretación en que se puede considerar una disminución o un aumento en la mortalidad materna en el estado de Nayarit.

La mortalidad infantil en el estado periodo 1990-2010.

Otro de los objetivos de los ODM, deja implícita la reducción en dos terceras partes, entre 1990 y 2015, de la mortalidad de los niños menores de 5 años.  Datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) muestran una reducción del 33 por ciento en todo el mundo. Aunque la población sigue aumentando, la reducción de la mortalidad infantil sigue su curso.

La mortalidad en menores de cinco años es un indicador muy sensible de la desigualdad social en la población, del mismo modo refleja la salud materna de las comunidades, así como también es un medidor de los procesos de atención prenatal y neonatal o de la calidad de dicha atención, de allí su importancia en esta etapa de sobrevivencia infantil en los países. Datos de la Secretaría de Salud indican que a inicio de los noventa las poblaciones urbanas mantenían una mortalidad de 30 por cada 1,000 nacimientos, en contraste con poblaciones indígenas, en las que la tasa era del 55 por cada 1,000 nacidos vivos, en la región cora de 89, la tarahumara de 95 y la huichol de 100.

México a nivel mundial reporta en el 2012 una tasa de 16.77 posicionándose en el lugar 104 de 221 países comparados, siendo Afganistán el que mayor tasa tiene, 121.63 y Mónaco el de menor tasa, 1.8 por 1,000 nacimientos registraron. Eso lo deja casi a la mitad, en orden descendente, pero por debajo de la media mundial.  El Estado ha tenido una reducción constante en 12 años de 9.42 (The World Factbook).

A nivel nacional, la entidad en el 2000 se posicionaba en el lugar 17, estaba 2.6 puntos por debajo de la media nacional. Siendo el estado de Guerrero el que mantenía la tasa más elevada de 28.2, mientras que Nuevo León tenía la menor tasa de 13.60 por 1,000 nacimientos. A simple vista se puede observarse el contraste entre las dos entidades, en que su situación económica determina la mortalidad infantil de su población (ODM México, 2013).
Estos datos a nivel estatal, el INEGI reporta, de 1990 al 2005 Del Nayar revela el mayor número de muertes infantiles, mientras que San Pedro Lagunillas y Ahuacatlán registraron el menor porcentaje. En 2010 se registró 5,935 defunciones, de las cuales 5 por ciento corresponden a menores de 15 años, 5 de cada 10 fueron menores de 1 año. La mortalidad infantil en este año es de 14.1 que corresponde a casi tres veces menor a las que se registraron en 1990, de las 41 defunciones por cada mil.

En los municipios, las tasas mayores las obtuvieron primeramente Del Nayar, seguido  por Huajicori y La Yesca, con tasas de 56.10, 39.40 y 38.90 respectivamente. Mientras que al otro extremo, con menor tasa, Tepic, Ixtlán del Rio y Xalisco, con tasas del 19.5, 21.9 y 22.1 respectivamente. La disminución de la tasa al 2010 fue de 27.5, lo que se reflejó en una tasa de 13.6 por 1,000 nacimientos. La reducción se reflejó en 24.47 en el municipio Del Nayar, 11.86 en Huajicori y 16.61 en la Yesca. Tepic obtuvo en este año, una tasa de 3.32, Xalisco 4.7 e Ixtlán del Rio 5.22, donde Bahía de Banderas lo supero reduciendo su tasa de 24 a 5.03 por 1,000 nacimientos.

Las principales afecciones, en Nayarit, que originaron muerte en menores son las afecciones del periodo perinatal como principal, el resto cambio de 1990 a la fecha, lo que era la segunda causa de muerte, enfermedades intestinales, ahora ocupa la 8. Las anomalías congénitas pasó a ser la segunda causa y los accidentes que ocupaban el séptimo ahora cubren el tercer sitio, influenza y neumonía mantiene su lugar, pero el sarampión de ser la quinta, dejo de estar presente entre las principales causas. Por otro lado las deficiencias nutricionales ahora ocupan el quinto lugar. Lo que nos indica que también en esta etapa sufre de transición de enfermedades que van modificando los cuadros de las principales enfermedades en el estado.

Morbilidad de los municipios en el estado.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la pobreza como la enfermedad más mortal en el mundo.  Países de bajos ingresos mantienen cargas de enfermedades asociadas a infecciones en vías respiratorias y pulmonares, diarreicas, SIDA, tuberculosis y paludismo que generan muertes elevadas en dichas naciones. Muchos de estos males están relacionados con la desnutrición, la falta de acceso a atención médica y la falta de salubridad.

Históricamente, es sabido que las enfermedades que se asocian a la pobreza son las transmisibles, pero los datos actuales muestran un cambio en la morbilidad de la población pobre, no solamente están presentes estas, sino que existe un aumento exponencial en las enfermedades crónico-degenerativas. La población nayarita viene sufriendo esta conversión, donde han sido reemplazadas la mayoría de las enfermedades de décadas atrás. En la actualidad se presentan como principales enfermedades: las respiratorias, intestinales, parasitarias, intoxicaciones, entre otras, que determinan los padecimientos en la entidad.

Las infecciones respiratorias agudas (IRAS), presentes en la orbe, tienen gran importancia de incidencia en Nayarit como la principal de las afecciones para la población en porcentajes que van en un rango de 244 a 632, medido en tasa por 1,000 habs., los municipios que menor número de incidencias presentan, como se aprecia en la figura 1, San Pedro Lagunillas en el rango menor y Del Nayar con una tasa de 321, los que representan el otro extremo son Tuxpan y Jala con 632 y 567 respectivamente. Las infecciones intestinales están presentes en el estado, pero con menor frecuencia que las respiratorias. Santa María del Oro y Rosamorada presentan la menor incidencia con tasas de 34 y 44, mientras que Tuxpan con 93 y bahía de Banderas con 85 por cada 1,000 hab. son los más relevantes.
Otra de las causas son las intoxicaciones por alacrán, mayormente presentes en la región sierra, pero afectan parte importante de la región norte y costa norte.  La mayor prevalencia se localiza, en orden descendente, en los municipios de Amatlán de Cañas, La Yesca, Del Nayar y Huajicori. En el caso de Tepic y Xalisco, no son representativos en porcentajes, por lo que no son incorporadas en las principales enfermedades.

Del año 2000 al 2010, las principales enfermedades sufrieron cambios poco significativos. Incorporándose al cuadro estatal la gingivitis y enfermedad periodontal. Tomaron mayor importancia la hipertensión arterial y la varicela (enfermedad epidemiológica), desplazando, por frecuencia e importancia, las amibiasis intestinal y las helmintiasis, de las 10 principales en el nivel estatal.

La figura 2 muestra el comportamiento de las enfermedades relacionando las variables morbilidad, distribución geográfica y situación económica. Se realizó un comparativo entre los tres municipios con menor PIB per cápita, Huajicori, Del Nayar y la Yesca, localizados en la región sierra y los de mayor PIB per cápita, Tepic y Xalisco, en la región centro y Bahía de Banderas, en la región costa sur. Donde, las infecciones intestinales están presentes en los seis municipios con similitud de importancia, por lo que no es relevante su comparación. En lo que respecta al resto de las enfermedades, en la región sierra: Huajicori presenta mayor tasa de amibiasis intestinal y ulceras gástricas que los otros municipios, sin embargo la región se caracteriza por intoxicación de alacrán, infecciones en vías urinarias, otitis, candidiasis y conjuntivitis.

Mientras que la región centro están presentes las ulceras gástricas y, en importante proporción, las infecciones en vías urinarias. Estas también están presentes en Bahía de Banderas, añadiendo a este último la intoxicación por alacrán que representa 21 de cada 1,000 habitantes sufren de esta. Como se puede observar, no son los mismos padecimientos en todos los municipios, se puede concretar que dentro del estado existen regiones regidas por la morbilidad de la población, que pudieran tener relación con el aspecto geográfico y/o su situación económica.

En el año 2010 algunos municipios presentaron casos de enfermedades que son identificadas como enfermedades de la pobreza, por lo que se creó un mapa para la identificación espacial de estas. La figura 3 muestra cuatro de las enfermedades que están presentes en la entidad; la amibiasis, helmintiasis, desnutrición y ascariasis.

Las ascariasis pertenecen al grupo de las helmintiasis, al encontrarse mayor número de casos se clasifica por separado. Aproximadamente una cuarta parte de la población mundial las padece, son enfermedades que se distribuye en las zonas tropicales y subtropicales, especialmente en el África subsahariana, América, China y Asia oriental, principalmente en menores.

 La ascariasis está presente en San Blas, 10 de cada 1,000 habs. la padecen y en Jala en menor número. La helmintiasis se encuentra en algunos municipios, donde la mayor incidencia la tienen Santiago Ixcuintla, Tecuala y Ruiz. Por su parte la desnutrición leve en el estado se vio presente solamente en Jala, considerada dentro de las 10 principales causas de morbilidad en el municipio, tomando presencia en 5 de cada 1,000 habitantes.

Mientras que la amibiasis intestinal, es una enfermedad relacionada con el grado de sanidad y el nivel socioeconómico de una población, más que con el clima. El riesgo aparece en las 20 municipalidades, San Blas y Huajicori tienen la mayor ocurrencia y Ahuacatlán, Bahía de Banderas y La Yesca la menor.

Derechohabiencia y servicios de salud

La falta de acceso a los servicios médicos es un determinante en el ciclo de la pobreza-enfermedad, debido a que incide en la dinámica de las familias. En la atención se utilizan recursos muy elevados que conllevan al empobrecimiento y con los que una parte de la población no puede sobrellevar, por lo que recae en su integridad económica. En México aun existen 68.3 millones de personas que no cuentan con acceso a la seguridad social, lo que equivale a una tasa que ascendió a 60.7 por ciento del total de la población del país. Tomando en cuenta instituciones formales consideradas a través del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE),  la población no asegurada por estas instituciones son cubiertas por el Seguro Popular. La mayor parte de la población que no cuenta con los servicios formales de atención es en su mayoría la población de menores ingresos.

Algunas complicaciones que se asocian a la falta de acceso a la salud son los gastos adicionales que deben ser cubiertos directamente por la familia, lo  que presenta la pérdida o disminución de ingresos, además de la pérdida o disminución de la capacidad para la  obtención de ingresos. Para mejorar  la situación de la población con falta de acceso a servicios de salud gratuitos, el gobierno federal puso en marcha la afiliación al Seguro Popular. En 2011, 51.8 millones de personas quedaron afiliadas, lo que incrementó también en proporción centros de atención para cubrir dicha demanda (CONEVAL, 2012).

Derechohabiencia en el estado

El aseguramiento de la población en 2000 quedaba a cargo de instituciones como el IMSS (que cubre a los asalariados de empresas privadas), ISSSTE (atiende a trabajadores del sector público), SEDENA (trabajadores de ésta), entre otras, otorgando una derechohabiencia de 40.54 por ciento de la población, en 2005, ya integrado el Seguro Popular de Salud (SPS) el porcentaje de asegurados sumó 59.58 de la población nayarita. Este seguro inició como prueba piloto en el 2001 y se ejecutó hasta enero de 2004 protegido por ley, al periodo de 2010 ya se contaba con una población de 67.47 por ciento, basta considerar los datos anteriormente mencionados que abordan un decremento en el aseguramiento, de trabajadores públicos y privados, de la población para entender que parte importante de esta se encuentra afiliado a dicho programa.  Otro dato importante conlleva a que quede resguardada la población que no contaba con un sistema que le asegurara la protección de la salud de esta y su familia.

La derechohabiencia en el estado, como se muestra en el gráfico 5, en los diferentes periodos obtuvo una reducción en la población no asegurada, protegiendo principalmente las zonas más marginadas como Del Nayar, La Yesca y Huajicori que al 2000 tenían tasas de 93.28, 93.78 y 89.66 y que al 2010 la tasa redujeron sus tasas en 28.46, 25.31 y 34.15, respectivamente, el resto de los municipios también se vieron beneficiados con la apertura del SPS bajando las tasas a más de la mitad en relación al 2000. Aún estos municipios mantienen las tasas más bajas de población asegurada.

La figura 1 muestra la cobertura por las principales instituciones encargadas de proporcionar la derechohabiencia en el estado.  En los tres mapas muestra que los municipios menos cubiertos por el IMSS son Huajicori, Del Nayar, Jala e Ixtlán del Rio. Mientras que el ISSSTE cubre en menor porcentaje a Del Nayar, La Yesca y Bahía de Banderas. Por su lado el Seguro Popular a Del Nayar, Tepic, y Bahía de Banderas. Se deja notar que el municipio más reprimido por estas tres instituciones es Del Nayar, considerado como el más pobre del estado.

Servicios de salud
Existe infraestructura de clínicas, centros de salud y hospitales que otorgan seguridad a la población más desatendida en el estado, sin embargo el reto es el acceso a los servicios básicos. La mayor parte de los servicios de salud son proporcionados por el Estado y su concentración queda distribuida principalmente en las poblaciones con mayor número de población, dejando los servicios especializados en las principales cabeceras municipales.

En relación al año 2000, se aumentó en 80 unidades de atención, entre consultorios, centros de atención y unidades de consulta. Los hospitales generales de la SSN se encuentran en Del Nayar, Rosamorada, Santiago Ixcuintla, Tepic y Bahía de Banderas. El IMSS localiza sus unidades de hospitalización en Acaponeta, Compostela, Santiago Ixcuintla, Tepic  y Tuxpan. Y el ISSSTE su única unidad de hospitalización está localizada en Tepic, aquí se localiza también su único hospital de especialización.
Con la finalidad de cubrir mayor parte de la población desprotegida, la SSN cuenta con 20 unidades móviles de atención en Del Nayar, 7 en La Yesca y 7 en Huajicori.

Las tasas de recursos humanos y materiales determinan la capacidad de atención de los servicios de salud. En la siguiente tabla se presentan las tasas por municipio al año 2010 de cada uno de los recursos con que cuenta el sector de atención a la salud, primeramente la tasa de hospitales por cada 100,000 habitantes, están representadas en las tasas más altas por Tuxpan con 3.33, Ixtlán del Rio, 3.67 y La Yesca con 7.35. De acuerdo con estos datos, el municipio que tiene una mayor  infraestructura en hospitales en relación a su población es La Yesca, que aunque solamente cuenta con un hospital, el número de población no supera los 14,000 habitantes, por lo que la capacidad de atención de su población aumenta. A diferencia de Tepic, que tiene una tasa de 1.05, contando con 4 hospitales en una población superior a los 380,000 habitantes, la capacidad de atención se ve reducida al contar con una población mayor.

Amatlán de Cañas, con una tasa de 116.20, San Pedro Lagunillas, de 106.52, y La Yesca, de 88.24, tienen la mayor capacidad de atención, a nivel estatal, por consultorios por 100,000 habitantes. Mientras que, por el número de población, resultan con menor capacidad Tepic con 11.57, Bahía de Banderas con el 18.52 y Tuxpan con el 29.97 por 100,000 habitantes. De acuerdo a las camas censables, Rosamorada es el que encabeza la lista de capacidad con el 1.16 por cada 1,000 habitantes. Mientras que las no censables, Amatlán de Cañas cuenta con una tasa de 1.43, que va en relación con el número de consultorios en el municipio, tiene con la mayor capacidad de atención de camas en relación a la población.

La Yesca tienen al 2010 una tasa de 1.69, Rosamorada y El Nayar de 1.60, considerados como los municipios con mayor número de médicos por cada 1,000 habitantes. En el otro extremo, con el menor número de médicos, Santa María del Oro con una tasa de 0.49 y Xalisco con 0.61. En cuanto a la de enfermeras, los municipios con mayor número por habitante son: Amatlán de Cañas, Ixtlán del Rio y Del Nayar  con tasas del 1.79, 1.69 y 1.63 respectivamente y Santa María del Oro, Xalisco y San Pedro Lagunillas tienen las menores tasas de enfermeras por habitante, 0.45, 0.57 y 0.67. La Yesca cuenta con altas tasas de recursos humanos y materiales pero el acceso de sus comunidades a estas puede ser un determinante para que se genere morbi-mortalidad en altas tasas.

Midiendo el número de infraestructura en la entidad, incluyendo hospitales, unidades médicas, consultorios, de diferentes instituciones, la gráfica 6, la concentración de las unidades de atención se encuentra en Tepic y Santiago Ixcuintla, que juntos suman casi el 25 por ciento del total de la instalada en el estado. Siendo Huajicori y San Pedro Lagunillas los que menor porcentaje representan, tan sólo el 4 por ciento.

Conclusiones
La ONU, dentro de los ODM, menciona en algunos de sus objetivos la reducción de tasas de mortalidad materna e infantil a una cuarta parte, y señala que deberían ser alcanzados por los países al 2015. Nayarit no está preparado para cumplirlos, dado que no ha logrado reducir ni por mitad estos indicadores. El ejemplo claro se encuentra en la tasa de mortalidad materna, que ha sufrido cambios radicales en un periodo de veinte años, presentando tasas muy bajas en comparación con un periodo anterior, que aumentan significativamente en el siguiente. Esto demuestra la incapacidad del estado para propiciar una reducción continua y acelerada para lograr el cumplimiento de estas metas.

El estado está en presencia de diversos escenarios que conducen a una complejidad de las necesidades humanas que presenta cada municipio. Las prácticas estatales en el sector salud relacionadas con la mejora en la cobertura de servicios, son insuficientes para proporcionar una salud integral a sus pobladores. Además, de las condiciones presentadas en algunas comunidades, carreteras, localidades dispersas y pequeñas,  dificultan el acceso efectivo de la población a este servicio. Lo que propicia una atención inoportuna y que enfermedades  curables y prevenibles puedan causar varias muertes.

Por otra parte, existen otros determinantes que influyen directamente en el incumplimiento de prácticas efectivas, estas tienen relación con la diversidad de enfermedades presentes en cada región, la presencia de enfermedades que atacan la población en dos sentidos: las que se  encuentran en el ambiente pertenecientes a los cuadros epidemiológicos y otras relacionadas con los estilos de vida, aunque estas últimas no se encuentran al alcance de los representantes, se  pueden monitorear de forma más efectiva. El descuido de enfermedades tan simples, consideradas de países pobres, como las amibiasis y helmintiasis provoca muertes infantiles, estas enfermedades están relacionadas con un bajo grado de sanidad y  nivel socioeconómico. En la actualidad ya no deberían de ser una preocupación para los representantes del gobierno, ni encontrarse entre las principales enfermedades de los municipios.

La afiliación de los trabajadores a instituciones de salud garantiza una disminución en los gastos familiares destinados a la atención, además de una seguridad en su patrimonio. Para ello es necesaria una cobertura eficiente que contemple no sólo la derechohabiencia, sino el acceso real a los servicios que garantice la atención de las personas. Las cifras muestran la disminución que ha tenido la población no asegurada, con la llegada del programa de Seguro Popular, donde los municipios más devastados son los que se han beneficiado más. En el estado existen diferentes instituciones encargadas de proporcionar seguridad social a  los trabajadores, pero eso no asegura la atención efectiva,  instituciones como el IMSS o el Seguro Popular se encuentran saturadas de pacientes que no cuentan con recursos suficientes para ser atendidos en instituciones privadas. Esto provoca la apatía de los enfermos a ser atendidos por estas provocando que enfermedades que pueden ser prevenidas y curadas oportunamente pasen a segundos términos.

No existe una segmentación adecuada en los estratos de las Secretarías responsables, lo que limita su capacidad de atención y un buen control de medidas sanitarias y de alimentación que ayuden en la prevención. La morbi-mortalidad más elevada no necesariamente está presente en los municipios sino en las localidades más pobres. Por lo que será necesario determinar líneas estratégicas más adecuadas que se enfoquen a estratos más pequeños y engloben los problemas de las poblaciones reprimidas en el estado.

Se puede concluir que Nayarit ha tenido un avance sustancial en el tema de salud, pero ha llevado a integrarlo en la transición de las enfermedades nuevas, sin descartar por completo aquellas del pasado. Al igual, podemos concluir que se acepta la hipótesis porque no cuenta con el equipo físico ni humano suficiente para atacar el problema actual de la transición de enfermedades.por lo que sus políticas deberían ser adaptadas para la prevención que implica menores gastos al país que el tratamiento de enfermedades.

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