Transformando comunidades hacia el desarrollo local: metodología para el diseño arquitectónico, urbano y del paisaje

Transformando comunidades hacia el desarrollo local: metodología para el diseño arquitectónico, urbano y del paisaje

Rigoberto Lárraga Lara
Víctor Felipe Benítez Gómez
Benito de Jesús Delgadillo Amaro

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Percepciones de la sostenibilidad vs evaluación

La percepción de los distintos actores que están produciendo arquitectura en sus propuestas hacia la sustentabilidad encontramos una gama de soluciones diversas que no pueden compararse ni catalogarse de manera clara si estas no son medidas y evaluadas por lo que se hace indispensable saber a qué distancia estamos del deber ser. A continuación se ofrece un concentrado de autores que han incursionado en este desafío.

Podemos observar en la Figura 3 que en los últimos diez años existen esfuerzos serios por medir la sustentabilidad de la vivienda, la mayor parte de estos esfuerzos plantean sus criterios en la sustentabilidad ambiental en especial al referente del ahorro de energía, transporte, emisiones, agua, ciclo de vida de los materiales y recursos naturales. En menor medida y de forma aislada se encontraron trabajos de investigación que analizan otras dimensiones como: la sustentabilidad social bajo los criterios de bienestar humano, calidad de vida, inclusión social y participación; de igual manera la sustentabilidad económica bajo los criterios de accesibilidad y producción; la sustentabilidad cultural bajo los criterios de Identidad, continuidad – cambio, y la transmisión de conocimiento en el seno de las comunidades; y por último la dimensión institucional bajo los criterios de gobernanza y autonomía. Estas últimas cuatro dimensiones aunque poco exploradas en la arquitectura las encontramos estudiadas de manera más profunda por otras disciplinas (ver figura 3).

Es necesario apropiar los conceptos complejos, interpretarlos, adecuarlos y sumarlos con un enfoque interdisciplinar para la eficaz comprensión de éstos en nuestro lenguaje disciplinar. Tomando de otros campos disciplinares las herramientas necesarias para dar solución a las problemáticas que emergen en nuestro quehacer profesional.

El modelo de medición de Oktay y Hoskora (2005) es un ejemplo integral de indicadores para evaluar la sostenibilidad de la vivienda (Fig. 2), éste fue utilizado en Samanbahce al norte de Chipre y presentado sus resultados en el 2010 de acuerdo a los autores el modelo aborda de manera holística todos los problemas (ambientales, sociales y económicos y culturales) que participan en el contexto local, y proponen que para evitar la degradación de la sustentabilidad de la vivienda precaria en el barrio de Samanbahce (al interior de la antigua ciudad amurallada) es necesario fortalecer los componentes de sustentabilidad económica, social, ambiental y cultural en los nuevos proyectos de intervención del Estado en coparticipación de los habitantes del barrio de Samanbahce.

Por último, las preocupaciones ambientales que caracterizaron a la década de los 60`s del siglo pasado nos impulsaron a proponer cambios en la forma de ver y diseñar nuestro entorno, cinco décadas después nos hemos dado cuenta que nuestro entorno tiene un sin número de dimensiones que deben trabajarse al mismo tiempo en la búsqueda de la sustentabilidad, y que para llegar a ella debemos medir que tan lejos estamos de donde queremos llegar. Algunos accesorios tecnológicos, un poco de pintura verde y pasto en nuestras azoteas distan mucho del lugar donde queremos llegar, un lugar autosuficiente, autónomo, autodependiente, con equidad, calidad de vida, continuidad de nuestra diversidad cultural, conservación y manejo sustentable de los recursos naturales. La vivienda es tan solo nuestra aportación más humilde a la compleja problemática de nuestra gran casa “La Tierra”.

El perfil del arquitecto como facilitador del desarrollo

El papel del facilitador para el fortalecimiento de la sustentabilidad en el desarrollo comunitario es: diseñar el espacio de reflexión y acción en torno a la problemática y posibles alternativas de solución. El papel de la comunidad será el de reflexionar en torno al deterioro de la autonomía, autosuficiencia, auto dependencia, gestión de recursos, y otros componentes de la sustentabilidad de sus viviendas tradicionales al sustituirlas por las de tipo preindustrial. Se espera que esta reflexión lleve a un cambio de conducta y origine una serie de acciones planificadas para el manejo de sus recursos y la toma de decisiones en torno a la vivienda. Se espera que la comunidad pueda sostener en el tiempo un espacio de reflexión y experimentación de nuevas técnicas en base al conocimiento tradicional en el seno de la comunidad, de tal manera que aporte nuevos elementos a la dinámica de vivienda tradicional.

El presente programa va incidir específicamente en la siguiente problemática ambiental: primero, el manejo incorrecto de los recursos insumos de las construcciones rurales debido a una visión de explotación y dominio de la naturaleza; segundo, la insuficiencia de las familias para suplir las necesidades de vivienda debido a las conductas gubernamentales paternalistas que tienen maniatadas a las comunidades rurales; tercero, la discontinuidad del traspatio como elemento de auto dependencia alimentaria; cuarto, la discontinuidad de la “vuelta de mano” como intercambio de fuerza de trabajo y transmisión de conocimiento empírico en el seno de las comunidades; quinto, el mal manejo de los desechos domésticos como letrinas mal manejadas que contaminan los mantos friáticos y quema de plásticos; sexto, el remplazo de los materiales vegetales con ciclo de vida sustentable por aquellos de alto gasto energético; séptimo, la sustitución de elementos bioclimatizadores de la vivienda tradicional por consumo de energía fósil, gracias al mal diseño y nuevos materiales; octavo, la falta de organización para la toma de decisiones locales en pro de la vivienda; noveno, la pérdida de diversidad e identidad cultural en la sustitución de técnicas y patrones de construcción; decimo, falta de iniciativa local para la innovación del conocimiento tradicional que permita la vigencia de los conocimientos empíricos para cubrir las necesidades contemporáneas; décimo primero, la cada vez más pronunciada inequidad en la obtención de vivienda.

Para los facilitadores se espera que tengan conocimientos básicos de las técnicas de participación comunitaria, conocimiento de arquitectura tradicional, eco-tecnias, ingeniería social, talleres, gestión comunitaria, problemática ambiental, agroecológica y cierta experiencia en asociaciones el ámbito rural.

Se espera que los participantes aprendan a: visualizar desde afuera la situación actual de la vivienda tradicional (VT) en su comunidad; identificar la condición diacrónica de la VT; problematizar la vivienda tradicional vs la sustituida; analizar las fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas de la VT; expresar por diversos medios escenarios conservadores y radicales del futuro de la vivienda rural en su localidad; definir los límites que se requieren para asegurar la continuidad de las ventajas y oportunidades de la VT; Identificar y plantear acciones que den solución a las debilidades y amenazas encontradas; desarrollar capacidades de actuación, organización y participación que permitan organizar y ordenar acciones que fortalezcan las ventajas de la VT. priorizar y planear acciones en pro de la VT; diseñar y construir un espacio de enseñanza e innovación de conocimiento técnicas tradicionales de tipo sustentable; elaborar y aplicar reglamentos: incentivos y sanciones para el bien común del patrimonio cultural; manejar con criterios de sustentabilidad los recursos ambientales, económicos, sociales, culturales y políticos que giran en torno a la VT; evaluar las acciones a través de los objetivos, y modificar si es necesario los mismos para un mejor resultado.

Escenarios futuros

La afirmación fundamental de la prospectiva es que “hay varios futuros posibles”. Comprender su significado y alcance resulta indispensable para visualizar el eje central de esta disciplina que construye escenarios futuros de largo plazo de la sociedad, las regiones y las organizaciones (Ramírez, 2004). La prospectiva parte del principio lógico e indispensable que el futuro aún no existe y “se puede concebir como un realizar múltiple”(Jouvenel, 1968) que “depende solamente de la acción del hombre” (Godet, 2000). Por esa razón, la persona puede construir el mejor futuro posible, tomando las decisiones correctas en el momento apropiado. Existen muchos futuros posibles, aunque en el momento unos pocos tienen las mayores probabilidades de ocurrencia.

La prospectiva nació y se ha desarrollado en permanente batalla con posiciones escépticas, deterministas o fatalistas acerca del futuro.

Es un campo de investigación interdisciplinario que surge a finales de los50’ del siglo pasado, como respuesta a una sensación muy generalizada de aceleración del tiempo histórico y de percepción del futuro como riesgo. Se le concibe como herramienta de planeación con el propósito de incrementar la capacidad del ser humano de prever y modelar el desarrollo futuro de las sociedades.

No hay consenso respecto de sí la prospectiva es una ciencia (Serra, 2004). ¿Cómo puede existir una ciencia que no tiene objeto? Para muchos la respuesta es simple: no puede, el futuro no existe, y por definición no puede existir, ya que en el momento en que se concreta deja de serlo. El futuro es un concepto mental, un constructo social, por tanto, la prospectiva puede aspirar a ser una disciplina humanística, como la filosofía, por ejemplo, pero no una ciencia. Siendo ello cierto, hay matices, pues parte de ella es crítica y se puede extender también a la mayoría de las ciencias sociales. A modo de ejemplo la historia acepta que su objeto, es el pasado, el que ya no existe, pero no impide que la historia analice documentos, restos y registros que han llegado hasta hoy. Por lo tanto el criterio del objeto no puede ser determinante.

En segundo lugar, la pretensión de cientificidad de la prospectiva se relaciona más con su empeño en estudiar el futuro mediante el método científico que con el estricto cumplimiento de los criterios para merecer el calificativo de ciencia. Ciertamente el futuro no existe, pero se tiene alguna información sobre él. Se sabe el carácter cíclico de muchos fenómenos. Se puede proyectar informaciones pasadas y/o presentes en el futuro (extrapolación de tendencias), cuyo caso más obvio son las previsiones demográficas.

Por último están los propios proyectos, esperanzas y temores, que guían la actividad presente; son nuestras imágenes de futuro, todos las tenemos y la prospectiva las estudia, clasifica y procesa. Son el verdadero objeto de estudio de la prospectiva de forma análoga a lo que son los vestigios históricos para la historia. Para zanjar el asunto de la cientificidad se puede decir que, si bien la prospectiva carece de objeto real, dispone de objetos que le permiten emprender el estudio de los futuros posibles con el rigor y la sistemática que se suponen en la ciencia (Serra, 2004).

La Prospectiva trata de atraer y concentrar la atención sobre el futuro, imaginándolo a partir de éste y no del presente. Para MiklosyTello (2000), en la prospectiva la visión del porvenir hacia el presente, rebasa la proyección exclusiva de tendencias, para diseñar y construir alternativas que permitan un hacer Marco Teórico.