LA MUJER EN LA OBRA PERIODÍSTICA DE EVA CANEL EN EL DIARIO DE LA MARINA (1918 – 1922)

LA MUJER EN LA OBRA PERIODÍSTICA DE EVA CANEL EN EL DIARIO DE LA MARINA (1918 – 1922)

José Antonio Ramírez Jiménez (CV)
Sergio Salazar San Martín

Universidad de Cienfuegos

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Principales temáticas abordadas

Las temáticas abordadas por Eva Canel en el Diario de la Marina eran bastante variadas, pero siempre de un carácter crítico. Abordará con importantes trabajos todo lo concerniente a la mujer, ya sea en pos de su protección e independencia, como de su comportamiento en la sociedad cubana de la época. Escribe además sobre lo que acaece en la Isla con relación a sus compatriotas españoles, emigrantes como ella, en busca de una mejoría del estatus socioeconómico. Por último, pero no menos importante, mantiene al tanto a los lectores del Diario de la Marina sobre la actualidad de España, muy de cerca en sus escritos, al decir de varios artículos concernientes a la situación de su país natal y de sus relaciones con Latinoamérica. En estas líneas se moverá, principalmente, la obra de la escritora en el Diario de la Marina.
La extensa obra periodística de Eva Canel en el Diario de la Marina se puede catalogar de varias maneras, por su diversidad de tópicos a tratar. Pero sin importar la temática abordada, Eva siempre escribía con una pluma crítica y firme que se hacía sentir entre sus lectores. Escribía con la convicción de que sus escritos llegaran de alguna forma a lo más profundo de sus lectores y que los mismos hicieran algo al respecto de lo que en ellos era reflejado. Entre sus primeros artículos en el periódico aparece uno donde la escritora asturiana refleja el descontento que siente con aquellos que atacan a España y su presencia en la República Argentina negando rotundamente su españolismo cuando exclaman : "ande al demonio España porque nosotros no queremos ser españoles".1   En la respuesta propinada por Eva Canel en dicho artículo observamos muestras de su firme patriotismo, el cual será constante a través de toda su obra tanto periodística como literaria.
Otra de las demostraciones de patriotismo realizadas a través de su pluma por Eva Canel se puede encontrar en el artículo titulado “La Magna Obra” en el cual hace alusión a que el sentimiento patriótico comienza por la escuela, pero solo si se tienen los medios de enseñanza correctamente actualizados y se es consecuente con toda la historia cuando menciona: “Treinta años, repito, he permaneci­do en la brecha y a hombres ilustres de hispano América les he dicho de palabra y en letras de molde: agra­dezco vuestras expresiones de amor a España, pero mientras mantengáis los textos de historia con que según el argentino doctor Gallardo, enve­nenáis el corazón de la juventud, y mientras digáis que vuestra historia comienza con la independencia, no podéis convencerme de que amáis las tradiciones de vuestra raza." 2
Se mantiene actualizada de la situación internacional gracias a las noticias que le llegan por el cable transatlántico y de los acontecimientos salen artículos variados entre los que se encuentran: “La argentina en acción”, “La argentina en acción...su neutralidad” y “Líos del cable. Maximalismo argentino” entre otros. Las noticias de Buenos Aires no me sorprenden: conozco la importancia del anarquismo allí existente, pues tal parece, que de  no pocos años a esta fecha han hecho de aquel país próspero, hermoso y grande, campo de criminal; experimentación, los explosivos sociales y materiales que manejan esa secta de insanos. 3
También refleja la situación española, específicamente el caso catalán en Cuba a la vez que defiende a su amiga y coterránea la escritora Emilia Pardo Bazán, en su artículo Opinemos Todos cuando escribe que: “¿Conque los productos catalanes pagaban a su entrada en Cuba? Si esto fuese verdad no tendría razón el natural enojo de los catalanes y de la mayoría de los españoles con doña Emilia Pardo Bazán por lo que dijo en una conferencia dada en París y bien pagada felizmente, en el mes de abril de 1899.”4
Se puede apreciar que a pesar de poseer una situación de salud bastante delicada y una edad avanzada no olvida ni relega a segundo plano su faceta de aventurera y viajera. Ya que realiza una serie de viajes a distintos lugares de la Isla y una vez regresa al Diario de la Marina escribe sus impresiones de los mismos. Como hiciera antaño en sus viajes al Caribe y por la Isla y que relatara este último en su libro titulado Lo que ví en Cuba. Se observa esta faceta al apreciar sus artículos: “A Caibarién” y “A Remedios” en los cuales expone brevemente y en forma de crónica sus vivencias en dichas localidades de nuestro país. “Remedios tiene para mí tristes encan­tos. Allí está enterrado el teniente coro­nel Antonio Otero y Novo, mi querido compadre y amigo incomparable: de allí es su viuda, Mercedes Ferrer, una mujer sublime como esposa y madre; digo sublime con perfecta conciencia, porque en la vida de esta gran mujer hay horas de  elevación tan grande, que  suspenden el ánimo para admirarlas, lamentando que su ejemplo no sea código de la mujer esposa y de la mujer madre.” 5
También y como tendencia de la época y de los periódicos sensacionalistas no escapó de las nimiedades de relatar la vida de la sociedad española radicada en Cuba y en España. Pero a pesar de tener que realizar dicha labor como parte de su trabajo se aprecia que siempre lo hacía con su propio toque de protección femenina y de españolismo acérrimo. Todo esto se puede apreciar en sus apartados realizados en el Semanal “Una cubana en Galicia”, “La castellana de Aguacate” y “Bella: como de quien viene”: “Pues esta cubanita habanera, tan damita como dice nuestro Fontanills6 y tan niña; tan mujer del hogar y tan artista en sus aficiones, lo primero que hizo después de dar gracias a Dios, fue rendir culto a Galicia, la tierra dulce, hermosa incomparable por sus encantos naturales; la tierra de su padre, al cual ama con ternu­ra  de  idealidad  angelical.7
Es reflejada con relativa exactitud histórica la realidad de la Isla en varios de sus escritos en los cuales expone la situación existente referente a la educación de las nuevas generaciones de cubanos y españoles nacidos en Cuba y a las indisciplinas sociales cometidas por los mismos. Con títulos tales como Hablando de analfabetos y Los chicos del Cerro y las basuras de mí huerto refleja estos temas cuando escribe: “Los niños que se distinguen por su saber y su dedicación al estudio, se seleccionan, salgan de donde salieren; a esos se les ayuda sea posible y las posibilidades en estos casos pueden ir muy lejos. Conforme crecen  esos niños seleccionados, y adquieren conciencia de lo que pueden llevar a cabo, ellos van solos a donde pueden ir y llegan a donde deben llegar, aunque sea ayudándose con el arado, con la garlopa, con la paleta del albañil o con las espaldas forzudas del cargador.8
En su extensa obra periodística en el Diario de la Marina podemos encontrar escritos sobre sus compatriotas españoles, los cuales se encuentran diseminados por todo el mundo. Se refiere a ellos en varios aspectos, pero principalmente hace referencia a como mantienen con orgullo su condición de españoles, a pesar de estar fuera de su país. Podemos ser testigos de sus planteamientos en títulos como Los catalanes de París, Mi sociedad y mi día. La beneficencia asturiana y Un cable español y los patriotas de Cienfuegos. Expone en el primero que "Durante la inva­sión francesa los catalanes sostuvie­ron el honor nacional con verdadero heroísmo." ¡El honor nacional! La Paz de Basilea puso fin a esta invasión despidiéndose... hasta, prin­cipios del siglo XIX: pocos años des­pués.” 9
También como una parte de extrema importancia en su obra periodística en el Diario de la Marina, encontramos su labor como investigadora. La cual es publicada como artículo, pero cuenta como una conferencia magistral de su trabajo investigativo. Se puede apreciar en su artículo titulado Colón Gallego cuando expone: “Por lo expuesto sin muchísimos de­talles que no son ahora del caso, se verá que me sobra razón para saltar al ver que todo el mundo debe saber que después del precursor fui la pri­mera discípula y el primer apóstol y todos me ignoran menos para mandar­me lo que muy poco les ha costado investigar… Las observaciones étnicas y físicas de Colón son mías, como otras mu­chas observaciones exclusivamente mías y el propio señor de la Riega me felicitó por el hallazgo de ellas. Después he visto que otros las han reproducido  como  propias.” 10
Sus escritos también abarcaron críticas, agradecimientos y comentarios en relación con personalidades de la época de relativa importancia en todos los ámbitos de la sociedad. Entre los mismos tenemos títulos como: Al Sr. D. Rafael Soro. Secretario de la Cámara de comercio Española, Hablemos Claro. A mi buen amigo Alfredo Arriaga Treto, Las calabazas de patricia. A la señora Carmela Nieto Herrera, No soy perezosa. Para Guillermo Herrera y D. José Marimón. Semblanza íntima, entre otros. Con el siguiente fragmento extraído de uno de sus escritos podemos apreciar que se mantenía al día con los escritos de los otros periódicos de Cuba, para poder dar a su vez siempre una respuesta lo más fidedigna posible cuando escribe: Digo  esto  para  afianzar  que la leo con gusto en sus contestaciones, pues de su "Lectura del Hogar" no siempre me interesan los asuntos, interesantísimos  todos para  otras;  usted comprenderá por qué; los años son ajenos a muchos de ellos y si con los que cuento no se regir mi hogar ¿quién  podrá  darme  cursos  de  eco­nomía y belleza doméstica?” 11
No es ajena a la situación cubana y escribe sobre la misma y sobre el desigual Tratado de Reciprocidad Comercial con Estados Unidos y sus consecuencias desfavorables para la Isla: “Pero en Cuba se ha gritado demasiado por el susto de la ley arancelaria que eleva los derechos sobre el azúcar cubano ya que no los han de subir al de Puerto Rico ni al de las Islas Sándwich. La cuestión para Cuba no estriba en que suban o no suban en Estados Unidos el derecho de Aduanas a sus azúcares; estriba en que lo necesiten o no lo necesiten. Si lo necesitan han de comprarlo y el consumidor, pagará la subida y si no lo necesitasen no subirían para el producto cubano los aranceles pues lo que no se necesita no hay quien lo compre.” 12
Describe que la situación que azota a España se encuentra en expansión hacia Cuba. Introduciéndose de tal forma en el mercado que los productos consumidos en Cuba no son cubanos. Y que todo se debe al Tratado de Reciprocidad Comercial. Si dicha situación se analiza de forma diferente se logra apreciar una gran similitud de situaciones, pero a diferencia de Cuba donde otro país ha impuesto de cierta forma  un modo económico para opacar la producción nacional, gracias al artículo podemos apreciar que en España es causado por sus mismos ciudadanos y su forma de pensar, que el producto español es peor solo por ser de España. Como ya lo dejaba bien clara José Martí en la Conferencia Monetaria Internacional de 1891 “El pueblo que vende manda el pueblo que compra obedece.” Planteaba Martí que la pérdida de productos es solo el comienzo ya que: “El influjo económico excesivo de una nación sobre otra se convierte en influjo político” 13, lo cual generaría un control aún mayor sobre el país y lo privaría totalmente de su independencia convirtiéndose en un mero títere.
Se aprecia en la obra periodística de Eva Canel la realidad de la situación en Cuba sobre los centros y sociedades de ayudas españolas, al mencionarlos por sus nombres como se aprecian en sus escritos: En las Quintas de Salud de los Centros Asturiano y Dependientes hay asilados en cada una hace más de un mes entre cuarenta y cincuenta individuos, perfectamente atendidos y tratados; he oído a los de la Covadonga y bendicen así al Administrador como a la dependencia. Es una gran verdad que por el fruto se conoce el árbol. Don Pancho García Fernández trata paternalmente a los asilados temporales; sus dependientes son su reflejo en este caso. En la Purísima estoy segura de que se les trata lo mismo.”14

Los escritos de la escritora asturiana Eva Canel encontrados en el Diario de la Marina llegarán a formar parte importante en la obra periodística cubana de principios del siglo XX. Por tener un marcado carácter crítico referente a una porción de la sociedad cubana que se encontraba siendo menospreciada, e incluso discriminada por un pensamiento retrógrado y machista. Fomentan el despertar de una conciencia de igualdad de sexos y nacionalidades, así como también un cierto grado de solidaridad y acciones positivas entre las personas que tienen el poder para hacerlas.
A través de su obra en el Diario de la Marina podemos apreciar la versatilidad de su obra, que siempre mantuvo un elevado estándar de crítica y realismo a la hora de encarar cualquier tópico en cuestión. Viéndose así que sus artículos cuentan con la suficiente información para la siguiente investigación sobre su tema principal abordado en la prensa de la época, el concerniente a la mujer y sus realidades y derechos.

1 Hablar sin licencia de Dios. Diario de la Marina. Sección de la tarde. p7. Año 1919

2 La Magna Obra. Diario de la Marina. Sección de la tarde. p1. Año 1919

3 La Argentina en acción. Diario de la Marina. Sección de la tarde. p7. Año 1919.

4 Opinemos Todos. Diario de la Marina. Sección de la tarde. p7. Año 1919

5 A Remedios. Diario de la Marina. Sección de la tarde. p1. Año 1919

6 Enrique Fontanills, compañero escritor del Diario de la Marina y poseedor de la sección en el mismo “Habaneras”.

7 Una cubana en Galicia. Diario de la Marina. Sección de la tarde. p8 Año 1920

8 Hablando de analfabetos. Diario de la Marina. Sección de la tarde. p9. Año 1921

9 Los catalanes en París. Diario de la Marina. Sección de la tarde. p8. Año 1921

10 Colón Gallego. Diario de la Marina. Sección de la tarde. p9. Año 1920

11 Las calabazas de patricia. A la señora Carmela Nieto Herrera. Sección de la tarde. Pág. 1. Año 1918

12 Tratados y Libre Cambio. Diario de la Marina. Sección de la tarde. Pág. 7. Año 1921

13 José Martí, "La conferencia monetaria de las Repúblicas de América". La Revista Ilustrada, Nueva York, mayo de 1891. Obras Completas. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975. Tomo 6. Páginas 155-167.

14 Ibídem