 
	
	José Patricio Pérez Rufí
La digitalización de medios y lenguajes provocó una verdadera revolución  en las industrias culturales que fue llevando a cada uno de estos medios a una  situación de cambio. En muchos casos, esa abrupta y contundente transformación  pudo ser definida de crisis. Las industrias periodísticas, cinematográficas y  discográficas fueron las principales perjudicadas de un nuevo modelo de negocio  que ya no requería de la distribución física de un producto, mientras que la  radio encontró un nuevo aliado con el que diversificar su oferta de una forma  productiva y la televisión se vio en un momento de titubeo del que intenta  salir airosa ante las muchas amenazas. 
  Una primera consecuencia de la digitalización fue la  multiplicación de la oferta, dado que a las emisiones terrestres se sumaban las  satelitales, el cable y, como una gran plataforma capaz de abarcar todos los  medios, Internet. Con la multiplicación de la oferta vino una inevitable  fragmentación de la audiencia y la necesidad de redefinir objetivos,  posicionamiento y alianzas de los diferentes operadores, para lo que tuvo que  contar con la complicidad de los gobiernos. Las fichas de este dominó volvían a  repartirse y las políticas de comunicación de los diferentes estados parecieron  liberalizar el sector y dejar su desarrollo de manos del mercado. 
  En el momento actual no podemos decir que la situación  se haya consolidado para ninguno de los agentes implicados en la industria  televisiva, al punto de que podemos decir que nos encontramos en un momento de  transición, con algunas expectativas, pero sin ninguna seguridad en cuanto a su  cumplimiento. La situación resulta, no cabe duda, especialmente compleja para  los profesionales implicados en el medio, pero, al mismo tiempo, es apasionante  para aquellos que estudiamos el medio televisivo y que vemos caer imperios  mediáticos y levantarse otros nuevos en apenas meses. 
  Las investigaciones que el lector tiene ante sí  abordan la situación industrial de la televisión en España atendiendo a las  novedades en el sector, la demanda y seguimiento por parte del público/usuario,  los factores que influyen en su más reciente evolución, la formación del  personal laboral del medio así como las consecuencias de las más recientes  políticas de comunicación. Elaborados por jóvenes estudiantes del grado de  Comunicación Audiovisual de la Universidad de Málaga, supone para muchos de  ellos el primer acercamiento al mundo de la investigación en comunicación,  abriendo un camino que esperamos sea fructífero en el futuro. 
  Maud Deschamps, Julieta Varone Cabestrero  y Anaís Sánchez Franco analizan la evolución  de la televisión terrestre en España tomando como punto de inflexión su  digitalización y las consecuencias en cuanto a seguimiento de audiencias. A  pesar de la inevitable fragmentación, las autoras sostienen que se mantiene la  distribución de ratios de audiencia, si bien esta vez se hace por grupos de  emisoras y no por un solo canal. 
  Julia María Martín Rodríguez, Carlos Mérida Benamrane,  Daniel Parra Berenguel y Manuel Prieto Hinojosa centran su atención en las  expectativas laborales dentro del sector audiovisual andaluz. A través de su  investigación pretenderán definir el perfil profesional demandado por las  productoras y las televisiones andaluzas, que contrastarán con la formación de  los futuros profesionales del área. 
  En el tercer y último capítulo de esta obra, firmado  por mí, analizaré la situación de la televisión en España desde el punto de  vista de la implicación en su desarrollo de cada uno de los agentes implicados  en la misma. Reforzaremos, en definitiva, la idea de encontrarnos en un momento  de transición en España, motivado por las dificultades que impone la crisis  económica en cada uno de sus actores y las soluciones propuestas para intentar  salvarla.