INDUSTRIAS AUDIOVISUALES: PRODUCCIÓN Y CONSUMO EN EL SIGLO XXI

INDUSTRIAS AUDIOVISUALES: PRODUCCIÓN Y CONSUMO EN EL SIGLO XXI

José Patricio Pérez Rufí (CV)
Universidad de Málaga

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Batalla por el futuro: la industria discográfica contra la música digital.

Jenifer Isabel Bautista Sánchez
Katrin Chekunova Gross
Virginia Orellana Montero

Resumen
La industria discográfica española pasa por un momento histórico de gran influencia para nuestra sociedad. Es lo digital y más específicamente, Internet con todas las posibilidades que ha abierto al consumidor, lo que ha derivado la atención hacia el consumo y escucha de forma nunca antes vista. La reducción de la compra de dispositivos físicos de almacenamiento de sonido (CDs), la piratería y la increíble evolución del mundo tecnológico en los últimos serán los principales elementos que creen esta coyuntura de crisis en el sector discográfico.

1.Introducción.
La contienda por el mercado que actualmente se disputan las discográficas frente al nuevo mercado emergente del online, así como del digital es algo a lo que nunca jamás se pensarían llegar algunos. Ahora, no solamente tienen que lidiar con las nuevas tecnologías de intercambio de archivos, descargas y escuchas gratuitas, sino con una gran pérdida en todos los sentidos. Las discográficas y los artísticas ven como poco a poco y, sin mediar ninguna medida entre todo esto, están perdido lugar en la industria discográfica en cuanto a beneficio y ante cómo las denominadas ''canciones estándar'' van recaudando una mayor audiencia ofreciendo un producto totalmente comercial.
Un panorama decadente que se extiende a nivel mundial, en todos los sectores del que depende la industria discográfica y que afecta de lleno a su público. La inevitable crisis económica, las descargas ilegales y la falta de poder adquisitivo para sacar adelante el sector hace de todo esto una situación insostenible que convive con nosotros el día a día.
De esta forma, las grandes perjudicadas en el sector son, en primer lugar, las discográficas españolas y, después, la gran industria discográfica norteamericana. Ahora, además de competir con el resto de mercados se enfrentan a los nuevos cambios que en tecnología ha experimentado el mundo entero con los denominados peer to peer o programas de intercambio de archivos (P2P). Hacen que su manera de financiarse se incline hacia un nuevo modelo: la práctica de las canciones o álbumes estándar para obtener así una satisfacción segura por parte de una mayor capa de la sociedad y, con ello, un mayor beneficio. Actualmente encuentran un mayor dividendo en los operadores y fabricantes de dispositivos móviles, así como en los proveedores de Internet. Otra de sus fuentes de ingresos pendiente aún es la de cobrar por ver vídeos online, ya que se trata de una actividad cada vez más afiliada al usuario, pero empiezan ya a incluir anuncios publicitarios en ellos, por los que son muy bien remunerados (la mayoría de las veces la remuneración va en función de las visitas que tenga el vídeo en cuestión) (Sánchez, 2010).
Todo cambio provocado en este sector afecta y afectará de lleno a los artistas y, más en concreto, a los derechos de autor. La nueva era digital será testigo de nuevas leyes que rijan ese campo de actuación para las discográficas y sus productos. Todos observaremos los grandes cambios que aún quedan por producirse en este ámbito, de qué forma se solventan los graves problemas que tienen ahora y cuáles serán en un futuro no muy lejano.
El mañana de esta batalla entre grandes empresas no dependerá de las decisiones que éstas tomen sino que dependerá de las tendencias que la sociedad dicte con el paso de los años. Sólo se sabe que cuando esta situación termine, tanto para bien como para mal, todo será diferente. Nuestro objeto de estudio irá encaminado hacia analizar esta situación presente que estamos viviendo mediante las ventas, ingresos, tendencias y en general, el momento actual por el que pasa la industria discográfica española.
Nuestra hipótesis de este estudio será que la venta de música en soporte físico ha descendido bruscamente debido a las descargas ilegales vía online principalmente y, en general, debido a las nuevas tendencias de consumo de música de la sociedad vía online.
El primero de nuestros objetivos será demostrar que las tendencias actuales de consumo de música en soporte físico irá agravando su situación con el paso de los años en lugar de mejorar. El segundo objetivo pasará por observar cómo con la llegada de Internet, la industria discográfica no se aprovechó de los servicios y oportunidades que este medio le ofrecía a su mercado. El objetivo último será investigar sobre los servicios que ofrecen las industrias discográficas para escuchar música en la web, y a qué precio y cómo venden dicho producto.
Para lograr estos objetivos, estableceremos en primer lugar un marco teórico acerca del concepto del CD para almacenar música, así como de los distintos tipos de discos de música que existen. Además, veremos dentro de este apartado una breve historia de la industria discográfica en España, hasta llegar a su situación actual y las posibles tendencias de futuro. El segundo apartado irá encaminado al análisis de los datos sobre la industria del disco, así como a datos sobre las nuevas tendencias de la población y de esos factores que tan gravemente le afectan. Finalmente, el tercer apartado sintetizará toda la investigación en las conclusiones de todo lo anteriormente expuesto. Esta parte formará nuestra metodología cualitativa para la cual nos serviremos de artículos periodísticos, revistas digitales, bibliografía y anuarios digitales principalmente. Por otra parte, utilizaremos una metodología cuantitativa a partir de datos sobre lo relativo a nuestra investigación y ya cumplimentados por encuestas anteriormente realizadas como son los estudios de la SGAE.
Los antecedentes de nuestro estudio y de los que obtendremos información será la información publicada por Mateo Balín, Belategui, Enrique Bustamante, Gustavo Buquet, Amelia Castilla, David Carrón, Colpisa, Ulises Fuentes, Rosario González, Paula Gil, Alfonso Hornedo, Isabel Laguna, Miguel Lorenci, Carmen Martín, Carmen Pérez, Marta Reca, Daniel Roldán, Ignacio Serrano, Regina Sotorrío y Enrique Viñuela, entre otros. De las aportaciones de todos ellos obtendremos información y datos cuantitativos pertinentes a nuestra investigación.
Por otro lado, nos serviremos de los datos de Europa Press y Promusicae, así como de los estudios de la SGAE y de EMI para nuestro análisis.

2. Evolución de los formatos de almacenamiento físico de sonido y su influencia en la sociedad.
Dicen que todo lo que le ha estado sucediendo a este sector tiene correlación con lo que le ocurrió en un momento pasado de su historia. Antes de entrar de lleno en el pasado de las industrias discográficas y en los sucesivos formatos de almacenamiento objeto de estudio de nuestra investigación, debido a su correlación directa con el problema que está suponiendo para ellos la incipiente música digital, debemos hacer referencia a la definición de industria discográfica y al papel del soporte físico en su cadena de distribución y comercialización. Según Gustavo Busquet, la industria discográfica es la encargada del proceso productivo por el cual se coordina la contratación del grupo o artista, el acuerdo con la editorial que posee los derechos de las obras, la grabación, la reproducción de la cinta master en productos físicos (CD ́s, cassettes, etc. ), el proceso de distribución de estos hasta la cadena de consumo minorista y por supuesto la promoción de la obra a través de los medios masivos de comunicación (en Bustamante, 2002, p. 67). Dicho esto, solo queda adentrarnos en la extensa historia y evolución de los grandes afectados del panorama actual: la industria discográfica y el disco (CD).
En primer lugar, tenemos que hablar de la industria musical. Nació hace aproximadamente 120 años en el momento en que el mercado tecnológico deja paso a dispositivos de almacenamiento de sonido para poder ser escuchados por los espectadores. A partir de ahí todo comenzó a evolucionar de manera sucesiva en de calidad, soporte y reproductores. La aparición de la radio en 1898 hizo que años mas tarde esta industria se fuera involucrando con la retransmisión de canciones y divulgación de información del sector en este nuevo medio de comunicación, teniendo importantes resultados en la evolución y afianzamiento del sector llegando todo ello a nuestros días. Serían muchos años antes de todo esto cuando apareciese el primer formatos de almacenamiento. En 1877 Thomas A. Edison logra que una aguja leyese la información que contenía los surcos de un rodillo de cera consiguiendo la trasmisión musical sin necesidad de estar tocando la pieza en directo. Este soporte se estuvo mejorando y, a mediados de los 50 se editaron en el nuevo formato, el disco de pizarra, cientos de miles de obras, afirma Carmen Junco, reportera de Suite101. Toda una revolución para aquella época.
Las primeras compañías discográficas aparecerían en 1931. La primera en fundarse sería la conocida Sony Music en el año 1929, después del 'crack del 29'. The Gramophone Company, creada por Barry Owen y Trevor Williams en 1897 en un principio como empresa distribuidora de teléfonos y de máquinas de escribir británicas pasaría a fusionarse con Columbia Graphophone Company (como empresa dedicada a los teléfonos) en 1931 para crear una de las primeras grandes industrias discográficas en todo el mundo conocida hasta el momento: EMI (The Electric and Musical Industries). Después fueron surgieron otras como Warner Bros. Records (1958) y Polygram (1972) entre otras (Torres, 2012).
De forma paralela a las fechas de creación de estas compañías, empiezan a salir al mercado nuevos formatos de almacenamiento sonoro que serán implantados en la sociedad con una facilidad abismal. En 1954 aparece el vinilo y desbanca al anterior disco de pizarra. Los vinilos traerían como novedad la mayor duración de reproducción, unos 42 minutos y los simples de 33 minutos como señala Bustamante (2002, p. 68). Los jóvenes fueron los que aplaudieran más la introducción en la sociedad de este formato (y los que en la mayoría de avances de este tipo en todas las épocas mejor encuadren estos nuevos cambios en la forma de escuchar música) y ellos serían los que difundirían su fama gratuitamente. Las industrias discográficas supieron aprovechar mejor las capacidades que ofrecía el vinilo debido a su fácil transporte, a su cómoda reproducción (a pesar de que se requería un tocadiscos) y a su no muy complicada forma de ser grabado.
El siguiente formato de almacenamiento a resaltar en esta historia es el denominado Cassette. Éste salió al mercado en 1963 gracias a la empresa Philips, posicionándose en primer lugar como alternativa al disco de vinilo y después, siendo re-grabable, según apunta Cornell (2012). Fue una de las formas de almacenamiento físico más difundidas y aceptadas por todas las capas de la sociedad desde los 60 hasta bien entrados los 90, ya que, su reproductor no tenía un precio demasiado elevado, el tamaño del dispositivo se reducía considerablemente en comparación el gran disco de vinilo y suponía una mejora en la capacidad de grabación del mismo. Supuso toda una revolución en cuanto al mercado discográfico y el salto a la fama de nuevos artistas. Sería en este período del cassette y del posterior CD cuando la industria discográfica experimente uno de los mejores años de beneficios en la historia de su evolución.
A pesar de la enorme popularidad del cassette, sus ventas subirían aún más con la llegada del walkman en 1980. Consistió en un reproductor de cassete portátil y muy versátil a pilas con el cual se podía escuchar música gracias a unos auriculares que se conectaban fácilmente al artilugio y que se presentaba como una gran innovación y un gran paso para el mundo de los reproductores. Su éxito será truncado por la invención de los formatos digitales ópticos. El CD será el principal punto de mira para estos formatos anteriores y el que, paradójicamente, ahora es el que se encuentra en una encrucijada con la llegada de la música digital vía online como afirma Cornell (2012).
En 1982 Sony y Philips lanzan al mercado un soporte digital que lleva a una gran revolución, el CD. Se trata de un sistema de almacenamiento digital que modifica la señal analógica para almacenarla en forma de números finito de valores con una precisión de 16 bits. Se basa en un haz de laser que lee los surcos microscópicos en los que se inscriben los datos. Algunas de las ventajas de esta tecnología es que los datos no se ven afectados por campos magnéticos y por consiguiente, no se borran; los materiales del soporte apenas sufren deterioros por la humedad o por el paso del tiempo y pueden aguantar golpes importantes mientras la superficie este protegida tal y como sostienen Colmenar Santos y Mur Pérez (2007, p. 80). La primera década de implantación del CD pudo verse claramente un boom de las ventas y de la proliferación de nuevos artistas, así como la creación de nuevas discográficas nacionales e internacionales como Dro, GASA Twins o PDI. Dro hay que reseñarla especialmente, ya que fue absorbida por Warner Bros Music (Bustamante, 2002, pp. 67-68). Su implantación fue bastante buena y su duración es de justamente 20 años. No ha conseguido igualar la fama y beneficios que se obtuvieron en la década de los 60 y 70 con el cassette, pero el CD, al igual que sus antecesores ha sido cesado por una nueva generación de tecnologías. Actualmente es la música digital la que se ha conseguido implantar gracias a la llegada de Internet a finales de los 90 y a la coyuntura mundial en la que se encuentra el mercado de las compañías discográficas: una situación de crisis profunda.
Con esto, en los 30 años de evolución del CD se pueden diferir entre distintos tipos del mismo. Su continua remodelación y cambio en las características del disco no han echado su cierre, sino que, en la actualidad todavía se sigue apostando por nuevos formatos ópticos de almacenamiento de sonido con mayor calidad, versatilidad y capacidad posible. Se puede establecer una clasificación diferenciada de los CDs. Encontramos muchas variadas tipologías.
En primer lugar tenemos el CD-Audio (CD-DA) también conocido como Compact Disc Digital Audio Original y que aparece en 1982. Entre sus características encontramos que tiene un diámetro exterior de 120 milímetro y otras versiones (como la de 80mm) tiene un diámetro de agujero interior de 15mm, puede almacenar hasta 74 minutos y concretamente los CD-AUDIO de 80 mm 21 minutos. Existe una pista de datos en espiral con separación de 1,6 micras entre cada dos vueltas y tamaño mínimo de 0,85 micras, la codificación en PCM, estable una corrección de errores mediante CIRC (este sistema es eficaz ya que intercala 8 bytes de paridad con cada 24 bytes de sonido, que hacen que los defectos de la superficie de un disco de 2 mm sean corregidos y pasen desapercibidos. Estos discos están compuestos de variantes de polímetro termoplásticos policarbonatos y su fabricación radica en un moldeo por inyección y prensa sobre un disco maestro de cristal en el que se imprime la capa de datos y finalmente es recubierta por una capa de protección. El sistema de reproducción funciona con una velocidad lineal constante (CLV): la velocidad variante del disco que hace que sea más rápida por el centro que por el contorno (Colmenar Santos y Mur Pérez, 2007, p. 79-81).
En segundo lugar encontramos el CD-ROM conocido como Read Only Memory, CD de memoria de sólo lectura. Este formato se irá mejorando llegando a tener dos versiones: CD-ROM 1.0 (utilizado para el almacenamiento de datos, contiene una tercera capa de corrección de errores aparte de las dos que posee los correctores CIRC) y el CD-ROM 2.0 (es empleado para datos menos críticos como el video y solo emplean los datos correctores de CIRC). Estos dos últimos formatos poseen tres zonas: la zona Lead-In que es la más interna y en ella está la tabla de contenidos (TOC), en el que viene la información de qué y dónde están los datos que hay en el disco. La segunda zona es la de datos del usuario (User Data) donde se almacenan los datos y la tercera zona llamada Lead Out, es la más externa, indica donde acaban los datos. Todas estas capas deben estar separadas al menos por dos segundos.
En tercer lugar, debemos citar el CD-R. Es un formato físico sólo grabable una vez que revolucionó el almacenamiento desde el PC y la creación de las copias de seguridad para estos. Este tipo de CD tiene un surco que ayuda a guiar el láser de grabación, además, contiene una información pregrabada al comienzo del disco, para almacenar de forma correcta según el tamaño y el formato de la canción en cuestión. Entre los materiales que constituyen este formato se encuentra una capa de tinta orgánica, cuya formulación refuerza su calidad, compatibilidad y durabilidad. El oscurecimiento de la zona al grabarse se ve a simple vista. Las capacidades más habituales son 650 ó 700 MB, correspondientes a 70 o 80 minutos de música, aunque hay tamaños más grandes, pero con muy poca compatibilidad (Colmenar Santos y Mur Pérez, 2007, p. 81-82).
Dentro del cuarto formato de esta clasificación encontramos el CD-RW. El lanzamiento de este formato supone otra revolución ya que facilita la generación de copias de seguridad y el transporte de datos. El precio de este formato es un poco superior al CD-R y se suelen utilizar más CD-R, a pesar que desde un punto de vista ecológico el CD-RW es mucho mejor ya que es reutilizable. El CD-RW tiene la capacidad de regrabarse unas 1.000 veces y, para volverse a grabar, debe de ser borrado lo que está en el disco. Entre sus desventajas encontramos que tiene menos compatibilidad con los lectores antiguos que el CD-R debido a su escasa capacidad por reflejar la luz y su longevidad menos que el CD-R Colmenar Santos y Mur Pérez indican (2007, p. 83).
Otros formatos que existen también pero que son menos utilizados son por ejemplo el CD-I. Es un formato desarrollado por Philips para su uso doméstico, de educación y de entretenimiento, aunque actualmente ya está en desuso. Quizás su poca fama se deba a que el CD-I sólo puede ser leído por reproductores específicos. Otro formato poco extendido es el CD-ROM XA. Es una versión mejorada del CD-ROM que permite mezclar las pistas de datos con pistas de sonido en discos que tienen la capacidad de ser leídos por cualquier reproductor moderno y por el de CD-I. Por su parte, otro que encontramos puede ser el Photo CD fue lanzado al mercado por Kodak en 1990, este servía para almacenar fotos y es compatible con los reproductores CD-I y en PC. No tiene mucho éxito por ser un sistema de codificación del propietario. El CD Extra o Enhanced CD es otro formato poco difundido como los anteriores. Es un formato que permite mezclar música y datos en el disco. El Video CD (VCD) es otro formato poco conocido en España pero muy popular en Asia. Se emplea como alternativa al DVD. Son muy compatibles con reproductores DVD y tiene características tales como el video codificado en MPEG-1, duración de 74 minutos por cada CD con una calidad similar a la del VHS y con un sonido MP2 (Colmenar Santos y Mur Pérez, 2007, p. 83-84).
Comentado brevemente el pasado de la industria discográfica y de los sucesivos formatos en los que ha ido implantando en el mercado, hay que definir claramente cuál es su situación presente en estos momentos y también cual sería su posible futuro en el caso de que todo lo que le ocurre actualmente se solucionase o no.
Como ya hemos comentado anteriormente, la etapa más relevante para las ventas de discos ópticos es la comprendida entre los años 1981 al 2000 con un aumento positivo continuo de las ventas mundiales de música grabada llegando en estos últimos años los ingresos de la industria discográfica a sobrepasar la facturación obtenida por la industria editorial y cinematográfica juntas. Este crecimiento se debe, en mayor medida, a la consolidación del CD como soporte de almacenamiento físico desplazando en las ventas un total del 66% al cassete y en un 1% al vinilo. Hasta 1995 las ventas alcanzan el punto máximo. Desde 1996 hasta 2000 donde se produce un equilibrio de los ingresos que supone la madurez del mercado como comenta Bustamante (2002, p. 68). Este es un punto crítico en el que se debe tomar una importante decisión: buscar alternativas para incrementar las ventas. Esa alternativa será Internet.
Ya entrado el siglo XXI, más concretamente en 2006, se produjo una nueva caída drástica de hasta un 6% en la venta de discos debido, sobretodo, a la implantación de Internet en la sociedad y al descubrimiento, poco a poco, de nuevas formas de escuchar música de una manera bastante más fácil y económica. Las venta de tonos para los móviles ayudaron a parar, en parte, el desastre del mercado discográfico, como afirma Lorenci (2006), aunque la SGAE señaló directamente a la piratería como culpable de la situación.
Es cierto que Internet ha abierto nuevas vías para el resto de medios para poder difundirse, pero no todo es son ventajas. La piratería junto con otros factores más son los causantes directos de toda esta difícil situación por la que pasa la industria discográfica. Es cierto que actualmente las discográficas están fiando su mercado en la plataforma de Internet, pero los avances que nos ofrece Internet a día de hoy y la democratización que se ha conseguido mediante este progreso (como la posibilidad de difundir tu música sin necesidad de intermediarios) nos hace cuestionarnos el futuro de la industria apunta Viñuela (2006).
Como hemos comentado, uno de los principales problemas para el completo despliegue de las industrias del disco es la piratería ilegal. Para afrontarla existen diferentes medidas, una de ellas son las entidades dedicadas a afrontar el problema y más en concreto a defender el derechos de autor. La SGAE (Sociedad General de Autores y Editores) hace frente continuamente a este problema a la vez que intenta aumentar los beneficios que se obtienen ya que lo invertido es mucho más de lo que se gana, como afirma David Carrón (2013). Otra de las medidas de las que hablamos fue la llamada Ley Sinde o Ley de Economía Sostenible. Ésta fue aprobada en 2009 como medida ante la piratería, dando la potestad de cerrar o bloquear cualquier página web con contenidos ilegales. Serían los propios artistas al ponerse en contacto con el Ministerio de Cultura o al interponer una denuncia los que podrían cerrar dichas webs. En la actualidad está teniendo problemas para aplicarse y aún queda por revisar su funcionamiento en la sociedad (Sur, 2013a). Ahora bien, como casos de denuncias en concreto hacia esas maneras de descarga ilegal debemos citar la denuncia impuesta por las discográficas impusieron al creador de algunas aplicaciones P2P. Le acusaron de no respetar los derechos de autor y fomentar la piratería ilegal de forma ilícita. Pablo Soto, creador de este portal de intercambio de archivos, fue absuelto debido a que no se consideró un delito el hecho de facilitar el intercambio de música a los usuarios, de manera que lo que los usuarios hagan con ese contenido no es responsabilidad del autor de esta página ya que en ningún momento se habla ni hace nada relacionado con el comercio de las mismas (Balín, 2011).
Estas medidas no han detenido las descargas ilegales y ha producido que haya un lento crecimiento de las descargas legales. Antonio Guisasola, presidente de Promusicae sostiene que todo se debe a la dejadez del ejecutivo y los poderes públicos que no hacen nada contundente por proteger la industria del sector. Expone que Internet sigue siendo una ''anarquía al sur de los Pirineos'' y que las descargas ilegales siguen constituyendo un expolio continuado e impune en España.
La IFPI sostiene que España tiene una ''cultura de apatía gubernamental y tolerancia hacia el intercambio ilegal de archivos a través de Internet'' (SUR, 2010a). Gracias al creciente mercado digital, el 2009 fue el primer año en el que se compensaron las pérdidas en los soportes físicos del CD y DVD con las ganancias obtenidas vía online (Sur, 2010b). Pero a pesar de todo lo que se hace por paliar las pérdidas y no conseguir nada para parar todo eso en 2010, la RIAA (Recording Industry Association of America) envía una carta a Eric Schmidt, CEO de Google, pidiéndole que se fortalezca el plan de neutralidad en la red, incluyendo la persecución de la piratería y la pornografía. Finalmente no se llega a ningún acuerdo en concreto (Balín, 2011). Se trata de intentos de mejora de la situación para las compañías que viven de los ingresos de los productos musicales pero que, por otra parte suponen una desventaja para aquellos que no pueden acceder o comprar lo que quieren debido a su elevado precio o que, simplemente, prefieren tenerlo gratuitamente de manera muy sencilla, aunque se tuviera dinero para comprar lo que se desea. Más inconvenientes que ventajas para la sociedad y más a favor de las compañías discográficas que, con la falta de acción del ejecutivo, la situación sigue siendo la misma o incluso va en aumento. Esto, junto con la modernización en la vía de escucha de las canciones y gracias a lo digital, ha protagonizado una crisis indiscutible en el sector de la que por ahora no se ve salida.
En 2010 la IFTI, en su informe anual sobre la venta de música en formato digital afirma que, el 45% de los internautas españoles usa constantemente las páginas o las redes de intercambio de archivos de forma ilegal frente al 23% de internautas que lo hacen de media en el resto de Europa. Esto coloca a España como uno países que más descarga de forma ilegal por encima de la media, a la altura de Brasil.
Como uno de los datos consoladores, la IFPI apunta que las ventas de la industria discográfica han crecido un 0,3 % en todo el mundo y en España en cambio, sólo lo ha hecho música digital. Según Frances Moore, consejera delegada de la IFPI, los ingresos alcanzaron 12.600 millones de euros el año pasado y la industria musical se dirige ahora hacia la recuperación, impulsada por el auge digital. Se ve un claro futuro en los formatos no físicos. Los formatos digitales reportaron en 2012 ingresos en todo el mundo de 4.250 millones de euros, un 9 % más del consumo digital de 2011. Se está viendo un crecimiento positivo en esta industria debido a nuevos servicios digitales como son Spotify, iTunes y Deezer, que cada vez están abarcando mayor área del mercado. Según Moore, este auge de lo digital ha permitido que 9 de cada 20 de los principales mercados del mundo presentan a día de hoy un balance "positivo" frente a los datos de 2011: Canadá, Australia, Brasil, México, India, Japón, Noruega, Suecia y EE.UU. Como hemos mencionado anteriormente, la plataforma Spotify se presenta cada vez más en un número mayor de países ofreciendo una amplia oferta. Ésta se da como una alternativa a las descargas ilegales ofertando música por Internet a un precio asequible y de buena calidad.La música ilegal continúa perjudicando al mercado, y en este campo aún quedan muchos retos por afrontar, a pesar de que cada vez se están abriendo más servicios de descargas legales y que la prestación esté crecimiento (La Razón, 2013a).
Según el estudio Consumo de música digital en Internet, que analiza comportamientos concretos como visitas a páginas ilegales o piratas, el uso del streaming y su impacto sobre las ventas musicales, se observa un descenso de las ventas musicales por el uso de la piratería pero, a pesar de ello, además, apunta a un efecto positivo sobre las ventas las nuevas vías de consumo. Este hecho en el caso de España se hace cada vez más latente y adquiere mayor preocupación en comparación con la situación de otros países. Sólo un país supera a España en descargas ilegales y en el descenso de las ventas: Italia. Según este estudio del consumo de música en Internet, el streaming tiene un efecto estimulante en las ventas, aunque a largo plazo y la piratería digital no se debe ver únicamente como una amenaza, sino también como una forma de beneficio más (La Razón, 2013b).
Otro de los grandes afectados por esta situación son los conciertos en directo de artistas en España. Esto es debido a la crisis económica en mayor parte y a la subida del IVA del 8% al 21%. Muchos festivales y artistas de música importantes han dejado de exhibirse o se dirigen fuera de nuestro país para actuar. Ejemplo de esto que comentamos es el caso del festival Primavera Club, que no se celebrará en España, o el caso de Bruce Springsteen que sólo actuará una vez en España frente a las cinco del año 2012. Más que problemas por la piratería, se debe directa e indirectamente a la grave crisis económica que azota a España, Europa y al mundo en estos momentos. Va en aumento el desarrollo de la obtención, visualización y compra de música vía Internet, mediante descargas ya que, para el usuario es mucho más cómodo y barato esto que comprar otro tipo de reproductores para escuchar música (como por ejemplo el Ipod o el MP3). De aquí parte el crecimiento de las descargas tanto legales como ilegales y el consecuente descenso del nivel de ventas de los formatos ópticos como el CD.
Uno de los grandes fallos que ha tenido la industria discográfica cuando surgió el boom de lo digital es no haber sabido adaptarse correctamente y a tiempo a todo ese mundo que le ofrecía desde un primer momento todas las facilidades. Fabrice Benoit, presidente de la compañía Universal, reconoce que el principal fallo ha sido ''adaptarnos demasiado lentamente al entorno tecnológico y a no manejar bien el paso de lo físico a lo virtual'' afirma éste en el artículo de Novoa (2012). Por su parte, los gobiernos no han sabido buscar soluciones a tiempo a los problemas que han afectado al sector como las problemas para financiarse, provocando así, involuntariamente, un impacto cultural a medio o largo plazo. Se observa un cambio en el modelo de distribución y comercialización, nuevos cambios que todavía quedan por analizar y un futuro plagado de dudas acerca de lo que sucederá con los sectores que ahora piden ayuda y que no se les da socorro.
El futuro de la música se encuentra en portales como Spotify o Soundcloud, que se encargan de ofrecer en streaming música con un amplio catálogo musical o con ofertas muy atrayentes en las tiendas virtuales de música como iTunes, que, justamente también tienen la características de red social, posibilitando el compartir y descubrir música nueva. Pero no solo los portales serán los beneficiados de la musical digital, los autores y con ellos los productores de música serán pagados por éstos al venderse su música, no de una forma tan directa y rentable como sucedía en el caso de la compra del CD, pero si como una alternativa que a la larga puede producir bastantes beneficios. Lo único que cabe en la actualidad para promocionarse y a la vez salir ganando en el intento son las nuevas y originales formas para sacar al mercado un producto propio. Es cierto que el producto ya debe de contener una determinada calidad y puede ser criticado por muchas personas a la vez pero, consiguiendo esto (que no es poco) las puertas quedan abiertas al éxito.

3. Análisis del descenso de las ventas de discos ópticos de sonido, reacciones de la sociedad ante la crisis del sector y la influencia en la actualidad.
El sector de la industria musical está viviendo actualmente un intenso proceso de adaptación a un nuevo modelo de negocio mediante propuestas tecnológicas ofrecidas por Internet, poniendo a disposición de cualquier ciudadano (siempre que éste tenga conexión a la red) un amplio catálogo de música, a un precio asequible y con una facilidad nunca antes vista.
Introduciéndonos de lleno en las ventas globales de música, observamos que los soportes físicos van perdiendo peso, cada vez más, en el mercado. En el 2011 supone un 61% de beneficio en cuanto a formatos ópticos de música mientras que en 2010 un 66%. A pesar del descenso, las ventas en disco óptico siguen siendo la fuente primordial de beneficio económico ya que, por ejemplo, en 2011 se alcanzó un total de 110 millones de euros con la venta, 4 millones más que el año anterior (Ametic, 2012, p. 10). En lo que se refiere a distribución online, los ingresos son mucho menores, con un beneficio aproximado de 50 millones de euros en 2011 frente a los 110 millones de euros que hemos comentado antes en soporte físico. Hay que destacar que 28 millones en ventas online eran procedentes de servicios de streaming y 22 millones proceden de servicios de descargas (por ordenador y móvil principalmente). Con todo ello, lo digital, va ganando terreno pasando del 29% en 2010 al 31% en 2011. Este aumento viene dado desde el 2004, año en el que suponían un total del 2%. En apenas 7 años ha experimentado un aumento del 29% en contraposición con el descenso del sector de las ventas en soporte físico, que va en descenso desde que el online entró en juego. Entre 2010 y 2011 se produjo un retroceso de 19 millones de euros que se suman a los 48 millones de euros perdidos del año 2010 respecto al 2009. El soporte digital, en cambio, va ascendiendo gracias, sobre todo, a los ingresos de publicidad en streaming (creció un 78% en el 2011) y a las descargas que se realizaron con el teléfono móvil (aumentaron el 11%). Pero no todo ha mejorado en el mercado digital, el valor de las ventas de música en España en el 2011 descendieron un 11%. Pese a todo, España fue el país con una mayor recaudación por valor de ventas de comunicación pública y radiodifusión. En 2011 obtuvo una cuota procedente de estos valores de venta del 19%, pasando de esta forma de la tercera posición a la primera en 2011. España, además, se sitúa en el puesto número 12 en la lista de los países que más venden en el soporte físico, siendo los tres primeros EEUU, Japón y Alemania. Con estos datos, podemos decir que la música grabada en soporte físico se encuentra en crisis debido al amplio período (11 años concretamente) que el sector lleva en continua agonía, y lo que es peor, parece que no va a cesar. Según los profesionales del sector, se debe a que el nuevo modelo de negocio no acaba de perfilarse y la crisis (tanto económica como la que atraviesa el propio sector) no ha bajado su intensidad (SGAE, 2012). En lo referente a esta preocupación, el sector se encuentra dividido en dos grupos definidos: los que creen necesario un nuevo enfoque y los que aceptan y resisten cualquier tipo de cambio. La música grabada está sufriendo una evolución negativa en el panorama mundial como se ha comentado al principio, el valor de ventas sigue bajando sin cesar cada año. Sin embargo, el 2011 no ha sido un año más acusado en comparación con otros años. Los ingresos de música grabada en soporte para su distribución se situaron en 23.336 millones de euros, un total de 36 millones menos que en 2010. Se produjo un descenso aproximado del 0'16% en todos los mercados internacionales. Si comparamos la década de los años 2000 (39.936 millones de euros recaudados) con los pocos años que han pasado desde el 2010, observamos que, en una década, las ventas han caído nada más y nada menos que un 41'6% (SGAE, 2011).
El mercado internacional de contenidos digitales no ha sido ajeno a la crisis económica. Si comparamos los mercados de países como Alemania o Reino Unido con España, vemos que hay una gran diferencia. Mientras que en Alemania sigue sumando crecidas anuales notables, el mercado español no se puede hablar de ascensos significantes. Si nos centramos concretamente en la distribución de la música en soporte digital a nivel mundial, supuso un beneficio del 31% en el año 2011 (se obtuvo un total de 7.234 millones de dólares más frente al año anterior). A nivel europeo, el país con mayores ingresos es Alemania (su mercado musical genera alrededor de 1.505 millones de euros en 2012), que alcanza además el mayor porcentaje de ingresos por distribución digital a nivel europeo, un 37'3%. España, como ya hemos comentado, es uno de los últimos países de la lista. En 2012 ingresó 50 millones de euros gracias al soporte digital y 89 millones de euros por la venta de la música en el soporte físico (Ametic, 2012, pp. 1-2).
Por otra parte, las empresas discográficas distribuidoras que lideraron el mercado mundial en 2011 fueron Sony Music y Universal Music. Esta última ha obtenido grandes beneficios en el mercado de audio con una participación de 29'06%. En cambio, Sony Music ha obtenido en el mercado de audio una cuota de un 24'9%. Las dos empresas controlan en total el 53'4% del mercado de audio. La compra-venta de soportes digitales, a diferencia de los soportes físicos, va en crecimiento ya que, en 2011 la cifra de cuota de mercado alcanzó el 38%, un 8% más que en 2010 y un 12% más que en 2009. En cuatro años el sector de distribución mundial online se ha duplicado respecto al año 2007. Si comparamos los años 2011 y el 2004 vemos que ha experimentado un aumento del total de 36% (SGAE, 2012). El país del mundo con el mayor número de ventas online ha sido Estados Unidos, seguido de Japón. España, sin embargo, se sitúa en la decimosegunda posición en 2011 (ha subido dos posiciones más que en 2010). La publicidad vinculada al streaming en España es la que ha experimentado un mayor ascenso de todas las formas de venta de música en Internet en formato digital en el 2011 (pasando de 10.111.828 a 17.798.925 millones, es decir, en el 2011 ha obtenido 7'6 millones de euros más que en 2010). La siguiente fuente de ventas en soporte digital españolas son las descargas vía Internet. En el 2011 se ha recaudado aproximadamente un millón de euros más. A pesar de ello, el número de suscripciones a servicios de escucha de música ha descendido, obteniendo 1'5 millones de euros menos que en 2010, según datos obtenidos por la SGAE (2012).
Al igual que el mercado internacional, el mercado de la música digital en Europa se está expandiendo rápidamente. La creación de plataformas de música digital como Deezer, Juke o Spotify están a la altura de competir con grandes empresas en el sector como son Apple o Amazon. Tanto las principales como pequeñas empresas de la música conviven en todos los estados miembros de la Unión Europea. Este mercado en crecimiento ha sido impulsado por la concesión de licencias progresivas por parte de las empresas líderes e independientes del sector discográfico, cuyas estructuras están orientadas a la expedición de licencias para la distribución de contenidos y servicios digitales tanto a nivel nacional, europeo o global (IFPI, 2013). Las compañías con la mayor presencia en el mercado discográfico físico en el año 2012 han sido en primer lugar Universal Music (29'29% del mercado total) , seguido de Sony Music (26'55% del mercado total), que comparten entre sí una totalidad de 55'84% del mercado. Les siguen Warner Music y EMI Music con 15'49% y 16'40% respectivamente. Las pequeñas compañías como Divucsa o Avispa se tienen que conformar con el total de 0'78% y 1'11% del mercado. Lo mismo ocurría en 2011, año en el que, una vez más, el mercado estaba dominado por las cuatro grandes empresas. En cuanto a la participación de las compañías en el mercado digital discográfico, vemos que hay menos repartición y, por lo tanto, más control por parte de las compañías. Sony Music y Universal Music, una vez más tienen el control total del mercado con un 30'48% y un 31'87% respectivamente. En total, estas dos grandes empresas controlan el 62'35% del mercado total. EMI Music controla el 14'75%, mientras que Warner tiene el 18'33% del mercado. El resto queda repartido entre las pequeñas empresas como Avispa (0'09%), Blanco y Negro (2'71%), Divucsa (0'56%) o Poster Music (1'21%) (Promusicae, 2012).
Centrándonos en el caso de España, tanto las ventas de CDs (soporte físico) como en soporte digital en el año 2012 siguen una tendencia decreciente en el formato físico y creciente en el digital, al igual que en el resto del mundo. Se ha obtenido un beneficio por la venta de la música digital en torno a 48.290.000 euros en el 2012, experimentado un aumento del 4'12%. Al igual que en 2011, el número de suscripciones ha subido hasta el 93'67% con respecto al año anterior, pasando de unos ingresos por ello del 9.581.000 a 18.556.000 euros. Las descargas por Internet y móvil, en cambio, han experimentado únicamente un ligero ascenso (5'57%), mientras que los productos y contenidos para móviles (tonos o ringbacktonos) y las add-supported (o streaming financiado por publicidad) han descendido un 16'27% y 29'47% respectivamente. Con respecto al mercado físico en el 2012, si lo comparamos con el año 2011, vemos que en total la venta descendió un 7'89 % y que lo único que ha experimentado un cierto crecimiento ha sido la venta de los sencillos, que subió un 64'3% (Promusicae, 2012). Expuestos estos datos, podemos afirmar que las tendencias se mantienen y estimamos que la venta de la música en el formato físico seguirá descendiendo en el 2013 mientras que el soporte digital continuara ganando terreno.
Los usuarios están cada vez más dispuestos a pagar para descargar o reproducir online los contenidos musicales y las cifras lo demuestran. El 52'8% de los españoles pagaría para descargar música de estreno, el 45% para descargar discos de música de catálogo y el 32'4% para reproducir online música de catálogo (Iclaves, 2012, p. 8). El perfil de un usuario es de un hombre entre 18 y 29 años (Iclaves, 2012, p. 12) y lo que estos tipos de usuarios más tienen en cuenta a la hora de descargarse algún contenido digital es la rapidez de la descarga (37'3%), el precio económico o no del producto (35'5%), la amplitud del catálogo de música (32'6%) y la calidad de sonido (32'3%) (Iclaves, 2012, p. 30). Encontramos en estos datos grandes salidas de negocio y, con ello de un gran beneficio, para las empresas del sector en los próximos años. Gracias a las nuevas tecnologías y al aumento del ancho de banda para la conexión, las plataformas como Spotify pueden satisfacer de diversas maneras todas las necesidades de los usuarios convirtiéndose de esta forma en un negocio muy viable en los tiempos que corren ya que, el soporte físico se seguirá manteniendo hasta no sabemos cuando pero definitivamente, el mercado digital es el futuro.
Encontramos que otros de los campos en alza del sector discográfico es el streaming. En apenas tres años desde su comienzo en España, el número de visualizaciones vía online ascendió hasta alcanzar un 17'8% en 2011. No sólo aumentaron las visualizaciones online gratuitas sino que el mercado de las descargar legales alcanza también un significante resultado que tuvo su punto máximo en 2009 (16'5%). Al año siguiente, el porcentaje descendió drásticamente hasta el 12'6%, pero en 2011 de nuevo tuvo una mejoría, un total del 13'6% (Ametic, 2012). La razón de tal drástica bajada es lo que comentamos al principio de este párrafo, el streaming (en ese año el porcentaje pasó del 0'6 a un 10'1%). Se comenzó a ver que este nuevo campo emergente era bastante más rentable y viable que el de las descargas. Sin embargo, este último no ha sido dejado de lado ya que, junto con el streaming, se han convertido a día de hoy en los principales mecanismos de distribución vía online. El streaming ganó terreno gracias a velocidad de la banda ancha tanto en el ordenador como en el móvil. Hablando más en profundidad sobre las ventajas que presenta el streaming, destacamos que hay dos tipos de pagos: se paga por cada transición individual o se puede pagar mediante una suscripción periódica. En el sector de la música se apuesta más por la suscripción periódica (Ametic, 2012). Algunos de los modelos que ya existen en España y que ofrecen contenidos legales son iTunes, Yes.fm y Spotify. Se puede observar que hay un aumento considerable de servicios legales online de descargas de música en 2011, alcanzan unos 580 mientras que en 2010 solo existían unas 400 (SGAE, 2012). Más en concreto, refiriéndonos a Spotify, resaltamos que ofrece todo tipo de posibilidades para el consumidor ya que ofrece, por ejemplo, tres planes de precios accesible para cualquier consumidor: Spotify Free (se puede acceder al catálogo completo pero con publicidad), Spotify Unlimited (con una cuota mensual de 4'99€ tiene un acceso a todo el catálogo sin publicidad además de emisoras musicales predefinidas) y Spotify Premium (pagando 9'99€ al mes tiene las mismas ventajas que Spotify Unlimited además de la posibilidad de escuchar la música del dispositivo móvil y modo offline que permite un acceso al catálogo completo sin necesidad de un acceso a Internet) (Ametic, 2012). Las tendencias actuales van más encaminadas hacia la posesión de la música en lugar de acceder sólo a ella vía streaming.
Otra de las tendencias es la denominada música ''en la nube'', donde el usuario tiene acceso a toda su música adquirida en cualquier momento, desde cualquier lugar y a través del dispositivo que desee. Además, la nube permite archivar la música adquirida en diferentes servicios para crear de este modo un único depósito. El último avance de esta tendencia que estamos comentando es la función ''scan and match'', mediante el cual escanean los ficheros de música del usuario, ya sean adquiridos con este u otro servicio, almacenándolos en su disco duro. Se trata de una ventaja tanto para los usuarios como para los gestores de distribución online (Ametic, 2012). Puede ser cierto que estos nuevos servicios y plataformas sean el futuro de la música, ya que su punto fuerte es que, ofrece un amplio catálogo compuesto por numerosos géneros con precios muy asequibles y con esto, se obtienen grandes beneficios a largo plazo (la media de abonos adquiridos en plataformas como Spotify subieron un 44% en 2012 y los ingresos aumentaron un 59% en el primer trimestre de 2012) (IFPI, 2012).
A pesar de los grandes avances en materia de servicios online, la piratería digital sigue siendo la principal barrera para el crecimiento y la consiguiente inversión por parte de las compañías discográficas. Las estadísticas señalan que más de una cuarta parte de los usuarios en Internet (28%) accede a la descarga ilegal de archivos al mes. En España un 18'7 % de la población comprendido entre 17 y 40 años en 2011, se ha descargado algún contenido musical (ilegal o legal) en los últimos tres meses. El porcentaje ha sido ligeramente inferior al año 2012 (19'5%). Desde el 2006 el número de individuos que descarga aumenta hasta llegar, en 2008 a un total del 19'4%. En el 2011 no sólo se redujo el porcentaje de los individuos que aprovecharon la red para descargar contenidos musicales, también lo hizo el número de archivos descargados. El 2011 supuso un beneficio de 3.061 millones con los archivos descargados, de los cuales solo 254 millones fueron legales frente a 2.807 millones de ilegales. Aunque el número de contenidos musicales descargados por vías ilegales ha descendido en los últimos dos años, se observa que las descargas de pago apenas ha variado, pasando de 267 a 254 millones de ingresos (SGAE, 2012). La descarga ilegal sigue siendo prioritaria en la sociedad española aunque, se reduzca.
No se debe menospreciar el problema de la piratería y se deben imponer medidas antes de que caigan los mercados líderes en el sector musical. Ya se pusieron remedios para esta preocupación años atrás en España y no tuvieron una aplicación significante en la sociedad. Uno de los países en los que las medidas contra la piratería se han implantado fielmente es el caso de Corea del Sur, en el cual han salido a la luz restrictivas leyes contra los contenidos y archivos ilegales que deambulan por Internet y que, con esto, se ha notado un progresivo crecimiento del mercado legal. Por comentar otro ejemplo de medida tomadas por los gobiernos, en Francia se puso en marcha la ley ''Hadopi'' que entró en vigor el pasado año 2010 y que cuyo cometido fue perseguir principalmente el derecho de autor de las obras audiovisuales.
El comportamiento de los usuarios ha cambiado; el número de plataformas P2P por ejemplo, se redujo al 26% el año pasado; la descarga ilegal de música por Internet, sin embargo, empieza a disminuir a medida que aparecen nuevas opciones legales para la compra online; las ventas de los álbumes digitales han experimentado un aumento en el año 2011 y el número de suscriptores en las páginas de descargas de pago de música ha experimentado un crecimiento en el último año, mientras que en 2010 suponía un total de 8'2 millones en 2011 la cifra alcanzaba 13'4 millones de usuarios. Por su parte, plataformas como Spotify tienen el número de suscriptores mayor de los últimos 3 años (2'5 millones) en España y la radio online tampoco se queda atrás ya que, plataformas como Pandora siguen creciendo, alcanzando 40 millones de oyentes activos en el tercer trimestre de 2011 (un 65% más que el año anterior). Lo que más demandan los consumidores además de todo lo anteriormente dicho son contenidos audiovisuales. El portal pionero en estos tipos de archivos es VEVO. Éste proporciona videos Premium de alta calidad, programación de música original, eventos en vivo y un foro donde el usuario puede comentar sobre lo que ve. VEVO pone a disposición del usuario más de 3'6 millones de videos al mes a mas de 415 millones de usuarios en todo el mundo un dato que puede reflejar la situación actual de estos tipos de servicios (IFPI, 2012).
Por último, comentar uno de los elementos más afectados por esta situación que hemos comentado hasta ahora: la música en directo. Ésta ha dejado de ser un modelo de financiación seguro para el sector. La gran causante es la crisis económica que ha asfixiado económicamente a las administraciones públicas y privadas, obligándoles a invertir menos dinero en este modelo de música, algo que siempre había triunfado en España en las últimas décadas (SGAE, 2012). En España, los conciertos de música popular han empezado a sufrir un claro retroceso desde el año 2008. En el año 2008 en España se han llevado acabo 138.613 conciertos, unos 17.000 conciertos más que en 2011, año en el que se han celebrado 121.722 conciertos. A parte de eso, los indicadores de espectadores y recaudación también han experimentado una caída significante. En 2011 han asistido un total de 26.301.882 personas a algún concierto en directo, aproximadamente 3 millones de personas menos que en 2010. A parte de ello se han recaudado unos 164.036.642 millones de euros, mientras que en 2010 se había recaudado unos 18.500.000 millones de euros más. Vemos que los beneficios han caído un 10'2% en apenas tres años, pero la asistencia a este tipo de evento se sigue manteniendo, según datos proporcionados por la SGAE (2012). La industria musical, en cambio, busca otras fuentes de financiación nuevas como el crowdfunding o la esponsorización actualmente muy usadas.

4. Conclusiones.
Indiscutiblemente, la piratería es uno de los grandes problemas a los que se enfrenta desde hace diez años aproximadamente el sector discográfico y en general, todos los artistas. Se ha intentado paliar este fenómeno pero es bastante complicado, por una parte debido al casi inexistente marco legal que existe frente a esto y debido también a la acción por parte del usuario. Quizás los usuarios al elegir los productos piratas para consumirlos expresan su posición u opinión frente a este fenómeno, haciendo con esto una situación implacable. La piratería podría entenderse como fenómeno que lucra a empresas fraudulentas, pero también hay que entender que este fenómeno hace llegar productos a personas que no podrían pagar por ello y que puede también beneficiar al artista al difundirse de tal forma. Es necesario que este fenómeno vaya a menos porque perjudica gravemente al mercado pero se puede explicar la afluencia de este fenómeno como respuesta ante un mercado muy lucrado que ofrece al público productos por un precio alto y con el que se quieren conseguir precios asequibles a los que acceder a esos productos.
La segunda de las conclusiones de nuestra investigación es que el descenso de los formatos físicos ópticos se debe fundamentalmente a la llegada de Internet, ya que este medio ofrece multitud de servicios y facilidades para comprar y escuchar canciones principalmente. También este descenso se puede explicar por la afluencia de servicios como Spotify, que permiten la escucha y librecambio de contenidos musicales entre los usuarios.
Uno de los factores que más han inclinando esta situación es la crisis económica por la que pasa España y Europa. Por ella, el consumidor ha decido ahorrar en primer lugar en sus actividades de ocio . Por su parte, la actuación del gobierno deja al mando de la situación al propio usuario, sin tomar medidas para detener esta situación lo que hace que se agrave más todavía. Por su parte, los mayores afectados de todo esto son directamente los artistas, que cada vez ven menos beneficios económicos en su actividad.
Hemos concluido que las grandes discográficas en España (Universal, Sony Music, EMI Music y Warner Music) son las únicas que subsisten a esta situación en la que se encuentra el soporte físico en España y son, sin embargo, las empresas emergentes dentro del mundo digital las que comienzan sus andadas en el mercado. Así, cada vez más el propio artista será el que distribuya de manera más económica y más fácil gracias a Internet su música, por lo que el mercado discográfico quedará relegado a subsistir y renovarse ante ese competidor.
Después de haber consultado una gran cantidad de información sobre la situación del sector discográfico podemos afirmar que la industria musical debe de aprovechar más y mejor las posibilidades que le ofrece Internet debido en gran medida a que es un medio que llega de forma directa al consumidor. Aparecen nuevas tendencias en el sector, como artistas que exponen sus discos gratuitamente en Internet para que, si al usuario le gusta su música, compre la entrada para su próximo concierto o aquellos que promocionan su producto sin necesidad de intermediarios. Definitivamente, el digital no redefine el papel de las industrias discográficas en el proceso de producción, distribución y comercialización de los productos; sino que está proporcionando facilidades para que los nuevos modelos de consumo y el cambio del formato físico al digital no sean tan bruscos y consiga encontrar su hueco en el universo que está creando Internet. Si es cierto que el futuro se encuentra en el digital, pero la música seguirá su trayectoria. Quizás nunca antes la música había encontrado una manera mejor de difundirse como ahora, a disposición de todos.
La hipótesis de la que partimos ha sido lograda ya que, como hemos comentado, la piratería ha sido uno de los factores más perjudiciales para la venta de música en soporte físico y digital y las que han sufrido más perdidas son las grandes distribuidoras. Las tendencias online de distribución y comercialización han tenido una gran aceptación por parte del consumidor debido a su facilidad, rentabilidad y versatilidad a la hora de escuchar y comprar música.
 Las ventas en soporte físico han ido en descenso desde la llegada de Internet a finales de los 90. Sin embargo, aunque la venta en CD haya disminuido, va aumentando considerablemente la venta de contenidos musicales en soporte digital.
La industria discográfica no ha sabido rehacerse dentro del mercado digital, pero poco a poco y cada vez dando mayores facilidades está obteniendo las primeras respuestas positivas de todo ello. El último objetivo se ha cumplido porque hemos demostrado que la plataforma virtual ofrece múltiples páginas webs y servicios que ofrecen contenidos audiovisuales de buena calidad por un precio muy asequible, como ya hemos comentado en numerosas ocasiones. Spotify y la denominada ''nube'' son algunas de las alternativas para renovar y afianzar el mercado discográfico.
Como ampliaciones futuras de este estudio cabria decir que se puede investigar sobre nuevas formas de obtener beneficio de los soportes físicos que se usan para almacenar información y de esta forma recompensar al autor de alguna manera. Investigar sobre el débil marco legal que protege al autor frente a estas agresiones por parte de la piratería y cuáles serían los derechos del usuario al consumir estos productos fraudulentos serían otros temas que quedarían por ampliarse más.
Finalmente, otros campos para profundizar en lo que respecta al tema de nuestra investigación serían las nuevas formas de distribución de la música en el digital o cómo se podría disminuir el precio de estos productos para que, todavía, sean más asequibles al consumidor.

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