INDUSTRIAS AUDIOVISUALES: PRODUCCIÓN Y CONSUMO EN EL SIGLO XXI

INDUSTRIAS AUDIOVISUALES: PRODUCCIÓN Y CONSUMO EN EL SIGLO XXI

José Patricio Pérez Rufí (CV)
Universidad de Málaga

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Nuevas formas de financiación: Crowdfunding

Francisco Javier Villalta
Javier Almazán Martín
Víctor Manuel Andrades Delgado

 

Resumen
El crowdfunding es una forma de financiación colectiva, basada en la aportación económica de internautas que desinteresadamente apoyan un proyecto, cualquiera que sea su tipología. La viabilidad del crowdfunding aún ofrece dudas, la novedad de esta fuente de financiación no asegura la consecución de cualquier tipo de proyecto y aún es pronto para hablar de un marco legal definido entorno a esta alternativa.

 

1. Introducción.
A lo largo de este trabajo de investigación trataremos de conocer una forma de financiación emergente: el crowdfunding, basada en la web 2.0 y que se postula como una alternativa a los modos de financiación más tradicionales, como pueden ser las subvenciones o los préstamos.
El objeto de estudio es conocer la viabilidad del crowdfunding como nueva forma de financiación. Durante el trabajo estudiaremos si es una alternativa real en la actualidad o si por el contrario es demasiado joven y está poco consolidada. La manera de formular el objeto de estudio invita a pensar en el futuro de esta fuente de financiación, no solo en el presente, pues el crowdfunding emplea un proceso muy distinto al utilizado por las formas más tradicionales.
Antes de comenzar a estudiar todos los factores relacionados con la viabilidad, es necesario conocer el concepto de crowdfunding. A pesar de que hay unanimidad entre los teóricos alrededor de lo que significa el concepto, es necesario que no haya confusión sobre lo que representa este término anglosajón de cara al estudio que vamos a llevar a cabo. Definir qué es el crowdfunding es nuestro primer objetivo, para no confundirlo con otros conceptos como el crowdsourcing y sentar así las bases de nuestro trabajo.
Puesto que queremos conocer si el crowdfunding supone una fuente de financiación segura, hemos planteado un segundo objetivo en torno a la efectividad de esta manera de financiar proyectos: obtener los resultados de éxito y fracaso en la financiación de proyectos mediante crowdfunding. No solo tendremos en cuenta el éxito y el fracaso, aunque nos servirá como medidor principal de la tendencia de realización de proyectos, sino que también mediremos qué proyectos obtienen la financiación necesaria y cuáles no la obtienen en función del dinero que requieran para su realización. Tras obtener los dos porcentajes generales de éxito y fracaso, el siguiente paso es ir más allá para determinar qué formatos tienen mayor éxito en la financiación de proyectos mediante crowdfunding, lo que se convierte en el tercer objetivo de la investigación, un objetivo que no por ser tercero tiene menor importancia que el anterior, pues en función del formato que tenga el proyecto que se quiera financiar, las probabilidades de hacerlo pueden variar de forma notable.
Para conocer la viabilidad del crowdfunding como nueva fuente de financiación es necesario ser conscientes de las piedras que puede haber en el camino desde que se pone en marcha la recaudación de fondos hasta el día en el que se lanza el proyecto, y más todavía si tenemos en cuenta la novedad que supone esta nueva forma de financiación basada en la web 2.0. Es así como nace el cuarto y último objetivo: determinar los principales problemas del crowdfunding. Esto incluye todos los niveles, desde el conocimiento del público hasta el apoyo del mismo, los problemas legales o cualquier tipo de inconveniente que pueda surgir.
Tras formular los cuatros objetivos que serán objeto de análisis en el tercer apartado de la investigación, planteamos una hipótesis que responde al objeto de estudio y que se basa en los cuatro objetivos anteriormente formulados: el crowdfunding es una nueva fuente de financiación colectiva basada en aportaciones económicas que no garantiza un éxito seguro a los proyectos, principalmente cine y música, que intentan ser financiados de esta manera y cuyo principal problema es el desconocimiento del público acerca de esta forma de financiación.
Después de haber planteado los objetivos y la hipótesis, es lícito explicar cómo vamos cumplir los objetivos y corroborar la hipótesis formulada. Para ello utilizaremos una metodología “híbrida”, pues para el primer y cuarto objetivo emplearemos una metodología cualitativa basada en las explicaciones que los distintos autores han dado acerca del concepto de crowdfunding y los problemas más frecuentes que padece esta nueva forma de financiación. Para los dos objetivos restantes, el segundo y el tercero, utilizaremos una metodología cuantitativa basada tanto en los datos oficiales arrojados por algunas de las plataformas de crowdfunding más conocidas a nivel internacional y nacional, como por autores que han estudiado con anterioridad las cifras que genera el crowdfunding. A pesar de utilizar distinta metodología para cada uno de los objetivos, la información que nos proporcione cada uno de ellos, al estar tan relacionados entre sí, servirá para enriquecer las conclusiones que podamos obtener de su consecución y que se pondrán de relieve al final de la investigación, con el fin de comprobar si se cumple o no la hipótesis planteada.
Para sentar las bases de nuestro trabajo de investigación hemos tomado como referencia una serie de estudios previos elaborados por distintos autores, que de una manera u otra han estudiado el crowdfunding y todo lo relacionado con esta forma de financiación, en unos casos de forma más teórica y en otros casos de forma más práctica. Germán Llorca Abad, por ejemplo, habla del crowdfunding desde el punto de vista de la producción, de los consumidores y de los productores, es decir, desde el punto de vista de la industria cultural. La tendencia mayoritaria es hablar del crowdfunding desde el punto de vista de los proyectos audiovisuales, como es el caso de Antoni Roig Telo, Jordi Sánchez-Navarro y Talia Leibovitz, que hablan desde el punto de vista de varios casos prácticos de proyectos que han sido llevados a cabo. José Ruiz Gutiérrez, en su caso, nos muestra el crowdfunding como fuente de financiación frente a las formas más tradicionales. Los usuarios de la web Whois--x.net ofrecen un estudio bastante completo del crowdfunding en España y Cataluña y de sus limitaciones jurídicas. Eric Rivera Butzbach estudia la financiación colectiva y cómo esta nos conduce a un cambio tecnológico, social y económico. Por su parte, William Michael Cunningham toma el crowdfunding como posible punto de partida de pequeños negocios.

2. ¿Qué es el crowdfunding?
En esta primera parte del marco teórico, vamos a centrarnos en comparar las diferentes definiciones aportadas por distintos autores sobre qué es el crowdfunding, analizando los distintos matices que cada uno de ellos ofrecen.
Según Gutiérrez: “el crowdfunding es un método que se basa en compartir la financiación de un proyecto entre todas las personas que deseen apoyarlo. Es decir, en dejar en manos de un colectivo las labores que habitualmente realiza una persona o una entidad. Crowdfunding es un llamamiento abierto para ayudar a recaudar fondos para poner en marcha un pro­yecto, artículo, película, iniciativa, etc…” (Gutiérrez, 2010, p. 13).
Kappel afirma que: “el crowdfunding es una estrategia basada en la creación de una convocatoria abierta a la financiación de un proyecto, habitualmente vía Internet y redes sociales por parte de una multitud de personas que aportan en general pequeñas cantidades, pasando a ser reconocidos como parte del mismo. Al igual que en el caso del crowdsourcing, el crowdfunding tiene un objetivo más allá de su definición estricta, esto es, la implicación afectiva en un proyecto” (Kappel, 2009).
En la definición de crowdfunding de Kappel vemos que éste lo describe como una forma abierta de financiar un proyecto, es decir, se está centrando principalmente en un tipo de crowdfunding, hace mención directa también al crowdsourcing, que al igual que el crowdfunding está relacionado como él dice con esa “implicación afectiva” que los usuarios dedican desinteresadamente para conseguir que esos proyectos que son de su interés puedan salir adelante y llegar a producirse.
Sin embargo, la formulación de José Ruiz Gutiérrez parte de una definición general de crowdfunding basándose en que es simplemente un llamamiento para que todos los interesados en participar en un proyecto realicen su pequeña aportación para la elaboración de este.
De acuerdo con Granovetter: “el crowdfunding en su conjunto, es una afirmación actualizada, vinculada a los sistemas de comunicación, de la llamada fuerza de los vínculos débiles” (Granovetter, 1973).
Según Ariño, “puede hablarse, pues, de un movimiento de estructura compleja, rizomática, que combina dimensión carismática e institucional; individual y organizacional; local y global. Y todo ello lo hace a merced a las potencialidades de las nuevas tecnologías, que son a un tiempo su condición de operación y su meta; su infraestructura técnica, su nicho ecológico y su contenido" (Ariño, 2009: 114).
Por un lado, Granovetter, describe qué es el crowdfunding sirviéndose de tecnicismos y haciendo más énfasis en la relación de esta forma de financiación con los sistemas de comunicación. Denomina al crowdfunding como una afirmación actualizada.
Ariño califica el crowdfunding como estructura rizomática, es decir, espacios de información, opinión, etc., sobre acontecimientos que ocurren en la red. Esto lo podemos relacionar con la plataformas creadas para financiar los proyectos. También afirma que lo hace a través de las nuevas tecnologías, como pueden ser comunidades online, redes sociales y tecnologías de micropagos que  hacen que este proceso sea mucho más sencillo y que dichas aportaciones se puedan conseguir de forma más segura.

2.1 Orígenes del crowdfunding.
En estos últimos años, el desarrollo y la adopción masiva de nuevos servicios en la web que principalmente apoyan la colaboración y en otro aspecto el intercambio entre los usuarios, más bien conocida como Web 2.0, ha conseguido transformar la forma en que podemos colaborar con los demás ya sea de forma desinteresada o no. Esto ha dado lugar a la proliferación de nuevas palabras acuñadas a formas de financiación relacionadas con la colaboración. Una de las palabras que más nos puede sonar una vez explicado esto, es el crowdfunding, dedicado principalmente a la recaudación de fondos.
El crowdfunding aparece por primera vez en los proyectos de Open Source, una empresa donde los trabajadores realizaban su trabajo sin recibir nada a cambio. Debido al éxito de sus creaciones y al trabajo que eso conllevaba, empezaron a pedir donaciones y todo el proceso fue mejor de lo que se planeaba. En ese momento, entre los creadores y los usuarios nacía el crowdfunding, la financiación colectiva, como una nueva opción para financiar, empezando en un principio por los proyectos creativos. Aunque hoy en día, ya empieza a ser conocido en el terreno de los medios y formas de comunicación digitales.
Esta nueva forma de financiación se ha renovado y actualizado gracias a la atención dedicada por las empresas y comerciantes que estaban interesadas en ella, también cabe destacar que las redes sociales, las comunidades online y las tecnologías de micro pagos para facilitar en gran medida todo el proceso en general.
Según un artículo de EEZ/SVE en euskadiemprende.net: “La industria musical fue quizá el mejor primer exponente del crowdfunding, con referentes como el grupo británico de rock Marillion que realizó su gira por U.S.A. gracias a las donaciones de sus seguidores, o el placentino grupo de rock transgresivo Extremoduro, que consiguió grabar con donaciones su primer disco” (EEZ/SVE, 2013).
Henry Jenkins fue el que promovió la idea de que los usuarios se encuentran entre los consumidores más activos, creativos, bastante comprometidos con el proyecto y socialmente conectados de la cultura popular, y que representan una estrecha relación con los medios de comunicación de masas. Lo que da pie a pensar que los usuarios que consumen estos productos en un principio participaron de una manera u otra en la elaboración de estos, como por ejemplo a través del crowdfunding, en el que se centra nuestro trabajo de investigación.
Otro caso de crowdfunding destacable en España, es el de la película El cosmonauta que utilizó este método de financiación con donaciones de los usuarios desde 2 euros y que obtenían como recompensa aparecer en los créditos de la película. También está el caso de, Los amores difíciles que financió parte de la película gracias a la aportación de inversores de la empresa de crowdfunding española Partizipa.

2.2 Tipos de crowdfunding.
Podemos diferenciar entre cuatro tipos de crowdfunding, dependiendo de varios aspectos, tales como, los métodos de realizar la inversión o ayuda para el proyecto, la manera de recompensar a los usuarios por sus aportaciones, técnicas usadas para financiar el proyecto, etc. Tomaremos como referencia el artículo de X-net "Experiencias de crowdfunding en el Estado español y Cataluña".
-Crowdfunding directo: Es una forma de financiación en la que cada proyecto posee su propia plataforma para financiar sus propios proyectos, no sirven para acoger proyectos de otras productoras, este tipo de plataformas se lanzan para promocionar proyectos específicos como películas, libros, programas de software, etc… Un claro ejemplo de este tipo es el utilizado por Riot cinema, productora de la película El cosmonauta. De esta manera se consigue involucrar a la gente en su producción a cambio de material promocional, pases privados, reconocimiento y merchandising o copias de la misma obra una vez finalizada. Esto crea un vínculo directo entre audiencia y productores, que colaboran en la elaboración de la obra. Se centran especialmente en la comunicación directa.
-Plataformas abiertas de proyecto: Esta forma de financiación se basa en que los agentes describan sus proyectos bastante detallados a sus patrocinadores, para que estos hagan lo necesario para hacerlo saber a la “sociedad”. Una vez proporcionada esta información, se hace un llamamiento abierto a financiar el proyecto mediante donaciones directas que son visibles y públicas. Los agentes de dichos proyectos llegan a acuerdos con sus promotores para ofrecerles beneficios futuros, merchandising. De este modo, el dinero fluye directamente hacia los artistas sin necesidad de intermediarios. Kickstarter constituye un ejemplo perfecto de este modelo de cofinanciación, ya que ha facilitado la producción de muchos proyectos, tales como libros, discos, etc…
-Crowdfunding de proyectos en marcha: Este sistema de financiación tiene como objetivo conseguir que los proyectos culturales, páginas web y blogs ya existentes, perduren en la web para poder mantener su existencia mediante aportaciones económicas. Es el caso de Flattr. Únicamente se diferencia de los demás tipos de financiación en que, en este caso el proyecto ya existe, es decir, esa ayuda economía que se está pidiendo desinteresadamente no es para la creación del proyecto sino para la supervivencia, por decirlo de algún modo.
De esta forma, los desarrolladores de software, blogueros, escritores, compositores y demás creadores podrán seguir produciendo mientras los usuarios que visitan sus sitios les proporcionan esas donaciones necesarias para poder hacerlo.
-Como inversión: Éste es un sistema de inversión que recibe participaciones o parte de los beneficios obtenidos por la comercialización del producto o proyecto. Se puede asegurar, tal y como afirma el artículo, que en el Estado español esta práctica no se ha dado lo suficiente. Uno de los inconvenientes más destacados ha podido ser la  inseguridad jurídica que existe en torno a la figura del micro-accionista. En EE.UU, se ha aprobado una legislación específica para promover este tipo de crowdfunding. En el caso de Riot cinema, se puede decir que ha sido uno de los pioneros de este modelo en el Estado español, aunque también cabe destacar que se ha encontrado con varios problemas en el camino.

2.3 Otras fuentes de financiación similares.
En este apartado, veremos algunas fuentes de financiación similares al crowdfunding (principalmente porque se basan en la web 2.0), pero que tienen ciertos elementos diferenciadores, como es el caso de Flattr, Vittana, Kiva y Starteed, que son las que hemos seleccionado. Explicaremos qué son, de qué manera financian los proyectos y con qué fin. Las siguientes definiciones son citas indirectas teniendo como referencias las páginas web oficiales de estas formas de financiación: flattr.com, vittana.org, kiva.org y starteed.com.
Flattr, es una forma de financiación que se basa en micropagos que se realizan de forma directa, es decir, sin intermediarios de por medio. En esta forma de financiación el usuario ingresa un dinero en la página, este dinero después se reparte entre aquellos proyectos que haya apoyado con un solo clic en la página dirigida a realizar estas donaciones. Este sistema permite decidir la cuantía del dinero que se quiere destinar, y a continuación puede decidirse cómo repartir esa aportación de la forma que le convenga al usuario según sus preferencias.  Esta forma de financiación se utiliza principalmente para proyectos ya existentes.
Vittana y Kiva son formas de financiación diferentes a las mencionadas anteriormente, ya que una está dedicada a dar becas y préstamos para estudiantes y otra dirigida a dar microcréditos para jóvenes emprendedores. En estas lo que realmente se busca es una microfinanciación colectiva a través de préstamos, en vez de simples donaciones o ayudas desinteresadas, estas microfinanciaciones son aportadas por un gran grupo de personas a un proyecto, y con el tiempo, son devueltos de forma proporcional, como si estuviéramos hablando de un préstamo de toda la vida.
Starteed es una modalidad de financiación en las que el microinversor se convierte en “socio” de la iniciativa, llevándose después una parte proporcional de los beneficios, en formato económico, como por ejemplo en participaciones o bonos.
La devolución de esta forma de financiación está basada en el aumento de la influencia personal, por un lado, y en la obtención de vales canjeables en distintos comercios por otro lado.

2.4 Diferencias entre crowdfunding y crowdsourcing.
Debemos destacar las diferencias existentes entre estos dos conceptos pues, aunque la etimología de ambas palabras puede darnos una idea de la diferencia que existe, es necesario señalar los matices que diferencian estas dos formas de financiación.
Según Roig, Sánchez Navarro y Leibovitz: “el crowdsourcing es la aplicación de los principios del software libre a otros campos y, de forma más concreta, es el acto de tomar una actividad llevada a cabo tradicionalmente por un agente designado previamente (habitualmente un empleado) y externalizarla a un grupo de personas indefinido (habitualmente grande), en forma de convocatoria abierta” (Roig, Sánchez-Navarro y Leibovitz, 2012, p. 28).
Por un lado, el crowdfunding permite la financiación de proyectos los que no obtendrían financiación por otros medios más tradicionales, mientras que el crowdsourcing permite la resolución de un problema por parte de mucha gente al mismo tiempo.
Si el proyecto es bastante interesante y llama la atención, tiene la posibilidad de reunir una gran número de donantes a su alrededor y obtener importantes beneficios monetarios. En el crowdsourcing se permite la realización de pequeñas tareas que son difíciles de lograr mediante inteligencia artificial, ya que se requiere razonamiento humano.
Mirando el aspecto negativo de estas dos, podemos destacar que en el caso del  crowdfunding, la legislación es bastante difusa o se podría decir que nula, y esto podría desembocar en graves problemas legales; por otro lado, en el caso del crowdsourcing se puede decir que es algo bastante problemático y que puede llegar a conseguir que un gran número de personas trabaje de forma gratuita para que, en este caso, el crowdsourcer, organizador de esto, se lleve el beneficio del trabajo.
Según X.net, “el crowdsourcing podría llegar a capitalizarse y presentarse como parte de la financiación necesaria para desarrollar un proyecto. De esta forma, complementa de forma perfecta ciertas campañas del crowdfunding, en el caso de Goteo permite participar de los proyectos a diferentes niveles, de esta forma no se pone tanto énfasis en la donación como en la colaboración en ciertos proyectos, ya sea aportando tiempo, habilidades o dinero” (X-net, 2012, p. 7).

2.5 Recompensas por donaciones en crowdfunding.
El grupo o persona que realiza un proyecto con el fin de obtener financiación para poder llevar a cabo este mismo, suele ofrecer algún tipo de recompensa a los usuarios que aportan su donación para la futura realización de ese proyecto, como por ejemplo:
- Se puede obtener algún tipo de recompensa relacionada con el proyecto que se va a realizar. Por ejemplo, si es un cantante que quiere sacar un nuevo disco, la recompensa podría ser un disco de ese nuevo proyecto o ese mismo disco firmado por dicho cantante.
- La recompensa también puede estar enfocada a la promoción de la persona que realiza el donativo.
Aquí concluye lo referido al marco teórico, como hemos podido apreciar a lo largo de éste, en la mayoría de los casos el fin es prácticamente el mismo; se parte de un proyecto que recibe donaciones desinteresadas que son recompensadas con algún tipo de incentivo (en función de la cantidad invertida) que puede ir desde la aparición en los créditos del proyecto hasta una copia del mismo cuando este salga al mercado.

3. Análisis del éxito y de los principales problemas del crowdfunding.
En esta primera parte del análisis nos centraremos en el segundo objetivo de la investigación (obtener los resultados de éxito y fracaso en la financiación de proyectos mediante crowdfunding). Para ello estudiaremos los datos de las plataformas de lanzamiento de proyectos crowdfunding más populares tanto a nivel nacional como a nivel internacional. A nivel internacional nos basaremos en los datos de Kickstarter, y a nivel nacional en las tres plataformas que gozan de mayor popularidad, como son Verkami, Lánzanos y Goteo (excluimos a Riot cinema puesto que solo ha llevado a cabo un proyecto y, por tanto, no puede aportar datos representativos en cuanto al éxito y fracaso se refiere).
Kickstarter nace en Estados Unidos en el año 2009. A pesar de no ser la pionera, es la plataforma de crowdfunding más conocida a nivel internacional y la que más proyectos alberga. Si algo diferencia a Kickstarter de otras plataformas de crowdfunding es el prepago de bienes, que es lo que sucede cuando uno de los proyectos lanzados multiplica sus cifras de recaudación, porque recompensan al usuario que aporta esa cantidad con el producto que se está tratando de financiar. Ésta es una manera de comprar de forma más barata un producto que más tarde va a ser vendido en el mercado por una cantidad mayor. Kickstarter puede presumir de haber sido la plataforma desde la que se han lanzado algunos de los proyectos más exitosos llevados a cabo mediante crowdfunding. Desde la web oficial de la plataforma se nos permite acceder a los datos referentes a los proyectos cuya financiación se ha llevado a cabo con éxito y los que, por el contrario, no han conseguido reunir el dinero que requerían para su consecución. Estos datos también se pueden consultar filtrándolos por el dinero que requerían o el formato del proyecto en cuestión. Todos estos datos son actualizados diariamente.
En lo que a datos se refiere, Kickstarter ha albergado una totalidad de 94.334 proyectos (4.161 de ellos están en proceso de financiación) de los que 39.514 han conseguido los fondos que solicitaban. Es decir, el 43’82% de los proyectos que aloja la plataforma obtuvo la financiación necesaria, un porcentaje que podemos considerar aceptable si tomamos como punto de referencia la novedad de la plataforma y de la forma de financiación, pero es una cifra que desde el punto de vista del total de proyectos que han intentado ser financiados de este modo resulta insuficiente para asegurar la financiación de cualquier tipo de proyecto. Es por esto que conviene profundizar en los datos sobre éxito y fracaso, donde observamos que el 66% de los proyectos cuya financiación finalizó con éxito obtuvieron entre 1.000$ y 9.999$, lo que nos hace ver que no cualquier proyecto tiene la misma probabilidad de salir adelante, idea que ampliaremos en los siguientes puntos de análisis.
Tras las cifras generales de Kickstarter sobre el éxito y el fracaso en proyectos que intentan ser financiados por crowdfunding a nivel internacional, pasamos a analizar el panorama nacional mediante las tres principales plataformas de crowdfunding.
Verkami nace en España en 2010, es la plataforma más popular y que más proyectos alberga en España. Esta plataforma está orientada principalmente a proyectos creativos y se basa en un modelo muy similar al de Kickstarter.
Verkami es la plataforma española más eficaz, pues su porcentaje de proyectos finalizados con éxito se situaba en un 73% a finales de 2011, un porcentaje que ha descendido un poco a lo largo de 2012, pero que quizás represente un mayor número de proyectos llevados a cabo con éxito. Las principales razones que explican el alto porcentaje de éxito son, por un lado, el número de proyectos alojados en la web, y, por otro lado, la media de financiación que demandan los proyectos que alberga, que ronda los 3.700€. Esta cifra se corresponde con pequeños proyectos que, al igual que ocurre en Kickstarter, tienen ventaja a la hora de ser financiados mediante crowdfunding. La plataforma se queda el 5% de lo recaudado, lo habitual en este tipo de plataformas, así que no puede considerarse un factor decisivo para el éxito o el fracaso en la financiación de proyectos.
Lánzanos nace en España a finales de 2010. Desde entonces ha ido creciendo en popularidad y en el número de proyectos que alberga. Estos proyectos cubren todo tipo de disciplinas artísticas y tecnológicas, pero, por encima de todo, destacan los proyectos solidarios, al igual que los de fácil financiación. Continúa la línea que marca el modelo de Kickstarter, pero tiene una gran diferencia con respecto al resto de plataformas, esa diferencia es “La caja”. “La caja” es un conjunto de proyectos que pretenden ser financiados colectivamente, pero que antes de llegar a ese punto necesitan conseguir 100 votos por parte de los usuarios, así se hace una “limpieza” antes de poner a disposición del público las donaciones para estos proyectos.
En cuanto a números, Lánzanos tenía un porcentaje de éxito del 60% tras el curso de 2011. Conociendo cómo está diseñada esta plataforma, es sencillo averiguar las causas de este notable ratio de éxito: una de ellas proviene de la media del coste de los proyectos que pretenden ser financiados, pues se sitúa entre los 2.500€ y 3.000€, el más bajo de las tres plataformas españolas. Otra de las causas que motiva el éxito en la financiación es el sistema antes citado y conocido como “La caja”, a partir del cual los usuarios eligen aquellos proyectos que son a su parecer interesantes y estarían dispuestos a financiar. El último de los motivos está relacionado con los proyectos solidarios, que por un lado tienen más apoyo que los proyectos normales (como los de música o audiovisuales), y que por otro lado cuentan con una “rebaja” del porcentaje de la financiación que se destina a la plataforma de crowdfunding, bajando del 5% habitual al 1% si el proyecto es solidario. Tras ver el desglose de los datos, podríamos decir que Lánzanos es una web para proyectos más humildes, pues necesitan una financiación menor con respecto a otras plataformas españolas y muchos de ellos poseen un carácter solidario.
Goteo nace en España en 2010, es la plataforma española que menos proyectos aloja en su página web. Son proyectos que a diferencia de las otras dos plataformas no solo están relacionados con el arte y la cultura, es más, la mayoría de ellos son proyectos sociales que tienen una cosa en común: aparte de los retornos individuales (copias del producto final, aparición en los créditos y demás) que reciben todos los que donan dinero a los proyectos, se pretende (desde la misma plataforma) que haya un retorno colectivo (algo que beneficie a la sociedad en su conjunto) una vez que el proyecto ha conseguido la financiación y es llevado a cabo. Asimismo, muchos de los proyectos audiovisuales y musicales están relacionados con fines sociales y de concienciación.
En cuanto al porcentaje de éxito, el 55% de los proyectos que se lanzan mediante Goteo consigue la financiación necesaria para ser realizados, en la mayoría de los caso supera el 110% y recogen más capital del requerido. Si comparamos su ratio de éxito con el de Verkami y Lánzanos, podemos observar cómo tiene el más bajo de los tres. Esto puede deberse en gran parte a que la media del coste que necesitan los proyectos es bastante mayor, pues se sitúa en 5.000€, casi el doble que Lánzanos. Los factores que motivan que Goteo albergue menos proyectos que sus dos competidoras son principalmente dos: el primero está relacionado con el retorno colectivo y el carácter social que tienen la gran mayoría de los proyectos, algo que puede frenar las intenciones de más de un emprendedor que quiera llevar a cabo un proyecto que no se caracterice por nada de esto y que intuya que quizás sea motivo para no obtener la financiación necesaria. El segundo factor es el porcentaje que la plataforma se queda de las donaciones de los usuarios, que está muy por encima de la media, que es del 8%.
Si hacemos la media de los porcentajes de proyectos cuya financiación se ha realizado con éxito contando las tres plataformas españolas obtenemos un porcentaje del 63%, cifra que no consideramos irreal, pero que sí consideramos poco representativa del crowdfunding a nivel global. Llegamos a este punto tras estudiar las cifras de Kickstarter, que mueve una cantidad de proyectos sensiblemente mayor que las tres plataformas españolas juntas. Percibimos que esta conocida plataforma internacional representa todo tipo de proyectos sin discriminar entre tamaños y formatos. Es así como consideramos a Kickstarter el referente del crowdfunding a nivel mundial, pues aunque sea una plataforma estadounidense, recoge proyectos de todos los rincones del planeta.
Cualquier tipo de iniciativa novedosa suele tener en sus inicios complicaciones o problemas que la dificultan y el caso del crowdfunding no es distinto. Algunos de estos problemas referentes al crowdfunding se deben a la novedad que resulta este nuevo tipo de financiación, mientras que otros derivan de sus propias características.
Dentro de este último grupo encontramos un problema como es el de la escalabilidad, capacidad de un proyecto de poder adaptarse a sus posibilidades existentes. Según la magnitud del proyecto, apreciaremos que tiene un mayor o menor porcentaje de éxito: aquellos que requieran una financiación pequeña o mediana tienen un éxito mayor que aquellos que necesitan una de mayor tamaño.
Según X-net, “las plataformas de crowdfunding sirven para captar la atención de las comunidades durante unos 30 días (normalmente con picos de financiación que se agudizan los últimos tres días). Proyectos que requieran niveles elevados de financiación no suelen encajar en estas dinámicas” (X-net, 2012, p. 13).
De acuerdo con los datos de Kickstarter, el 66% de los proyectos llevados a cabo con éxito en dicha web solicitaban una financiación comprendida entre 1.000 y 9.999$, seguidos de aquellos que pedían entre 10.000 y 19.999$ y los que buscaban menos de 1.000$, suponiendo un 13% y un 12% respectivamente. Por otro lado, aquellas iniciativas de más de un millón de dólares que han tenido éxito suponen tan sólo el 0’06%. Se puede ver también que hay proyectos pequeños y medianos que logran una financiación superior a la que se habían propuesto, llegando incluso a superar el millón de dólares.
En España podemos citar el caso de El cosmonauta, que solicitaba una ayuda de 40.000€ a través de la plataforma Lánzanos y que lograron triplicar esa cantidad (131.850€). Pese a ello, la gran magnitud del proyecto hace prácticamente imposible que pueda financiarse única y exclusivamente mediante crowdfunding, por lo que fue necesario acudir a otras vías de financiación.
Según Casal (2011), “casos de éxito como El cosmonauta, aunque no conozco la información exacta, no creo que después de varios años de trabajo muy intenso y muy bien hecho, hayan conseguido mucho más de 200.000€. Que ya es un éxito enorme, pero insuficiente para hacer una película industrial”.
De igual forma, algo unido a la personalidad del crowdfunding es el contraste que existe entre los diferentes formatos. Si observamos nuevamente los datos aportados por Kickstarter vemos cómo gran cantidad de los proyectos realizados con éxito están relacionados con la música o el cine. Podemos apreciar, a modo de ejemplo, la diferencia de éxito entre aquellas ideas sobre comics (sobre el 47%) y entre otras publicaciones escritas como puedan ser libros, prensa o revistas (30%). Como ya hemos visto anteriormente, no siempre los formatos más frecuentes son los más exitosos: si el cine es uno de los formatos más comunes en este tipo de financiación, formatos como la danza, el teatro o la música tienen más éxito con un 70%, un 64% y un 54% respectivamente.
Según X-net, "proyectos más experimentales, arriesgados o críticos, cuestan más de financiar y quedan marginados dentro del contexto general de las plataformas de crowdfunding.... Productos más fáciles de mover como la música o ciertos audiovisuales tienen más garantías de éxito puesto que son productos de más fácil consumo” (X-net, 2012, p. 16).
Ya se ha comentado el caso de aquellos productos que, sin esperarlo, han conseguido una financiación muy superior a la que se habían propuesto como objetivo. Aunque no pudiera parecerlo, esto no siempre es del todo positivo para los desarrolladores del exitoso producto. Según un artículo de CNN Money tan sólo 8 de los 50 (84%) proyectos más exitosos de Kickstarter no cumplieron con la fecha de lanzamiento fijada, 16 de ellos aún no han sido lanzados.
Son productos que debido al éxito inesperado no pueden cumplir con los plazos de lanzamiento acordados debidos al proceso de producción y a la pre-venta. De acuerdo con Julianne Pepitone (2012), “the 50 Kickstarter projects CNNMoney examined collectively raised $40.3 million from more than 413,000 backers”.
Los desarrolladores buscan una financiación pequeña o mediana para realizar un determinado número de unidades, pero finalmente el número de peticiones resulta ser superior a lo esperado. Para entender mejor estos sucesos hablaremos de dos de estos productos: Oculus Rift y el reloj Pebble.
El primero de ellos, Oculus Rift, es un sistema de realidad virtual desarrollado por un chico de veinte años llamado Palmer Luckey. Su plan era hacer un par de cientos de sus productos a mano tras haber obtenido una financiación objetivo de 250.000$. Sin embargo, el número de pedidos superó los 7.500, con una financiación de 2.437.429$, de acuerdo con los datos de Kickstarter.
Algo más sorprendente es el segundo caso, el del reloj Pebble. El producto, creado por Eric Migicovsky de 26 años, consiste en un reloj de pantalla de tinta electrónica, al igual que los eReaders, capaz de conectarse a los smartphones mediante bluetooth. Según datos aportados por el diario El País, la previsión era de 100.000$ para producir unos 1.000 relojes, logrando finalmente una financiación de 10 millones de dólares y 85.000 pedidos de su Pebble.
Viendo casos como los anteriores resulta fácil comprender el porqué de los atrasos que sufren este tipo de proyectos tan exitosos. Así, vemos que buena parte de los problemas del crowdfunding están relacionados con el aspecto económico, por lo que se hace necesario hablar de otro problema en particular: tasas, impuestos y gastos.
Toda plataforma de crowdfunding tiende a quedarse entre un 5-8% del dinero recaudado a modo de comisión. A esto también habría que sumar las tasas por transferencia bancaria, la comisión perteneciente a PayPal, en ocasiones, además del 21% de IVA, por lo que puede que el desarrollador del proyecto reciba como financiación, aproximadamente, un 30% menos de lo esperado.
Según X-net, “al no estar contemplado el crowdfunding bajo la actual ley de mecenazgo y no estar muy claro su estatus jurídico, uno de los problemas que se encuentran los usuarios de estas plataformas es la incapacidad para prever el coste real y administrativo de las diferentes campañas” (X-net, 2012, p. 17).
A todos estos gastos anteriores habría que sumarle, además, los gastos derivados de producción y distribución de los diferentes regalos y recompensas con los que el desarrollador obsequia a las personas que han financiado su proyecto.
Otro de los principales problemas es la sensación de inseguridad jurídica que hay entorno al crowdfunding. De acuerdo con X-net, “uno de los problemas que más hemos encontrado a lo largo del trabajo de campo realizado es la constatación de que muchos de los representantes de plataformas denunciaban la falta de un marco jurídico específico para el crowdfunding” (X-net, 2012, p. 16).
Esta nueva forma de financiación es bastante novedosa, contando sólo con un par de años a sus espaldas, por lo que todavía existe cierto desconocimiento por parte de la gente de a pie. Debido a su novedad también existe cierta confusión entre prácticas como la donación o la pre-compra. Pese a ello, podemos ver que buena parte de los proyectos propuestos llegan a financiarse, algunos de ellos holgadamente.
En el crowdfunding el dinero de las financiaciones proviene del público y este público no tiene recursos ilimitados, por lo que estos pueden gastarse. El apoyo del público está limitado a lo que cada usuario pueda aportar. Puede darse el caso de que existan varios productos destinados a un mismo público objetivo, el cual no pueda apoyarlos a todos.
No sólo es importante la capacidad que pueda tener el público para apoyar el proyecto, sino también la confianza que deposite en este: llevar a cabo una iniciativa mediante crowdfunding requerirá del apoyo de los usuarios. Para ganarse la confianza y el apoyo del público será necesario demostrar una fuerte implicación en el producto, así como una presencia y actividad constante. La gente deposita su confianza en el desarrollador al financiar su iniciativa, por lo que éste deberá demostrar que se trata de un proyecto serio.

4. Conclusiones.
Como bien indicábamos al principio de nuestro estudio en la hipótesis, el crowdfunding es una nueva fuente de financiación colectiva basada en aportaciones económicas. Así, vemos cómo a lo largo de nuestro trabajo, en el marco teórico concretamente, hemos cumplido con éxito uno de nuestros objetivos: definir qué es el crowdfunding. En dicha hipótesis también afirmábamos que esta nueva fuente de financiación no garantiza el éxito de los proyectos que hacen uso de ésta, demostrándose con los datos anteriormente aportados que, efectivamente, no todos los proyectos que buscan financiarse mediante crowdfunding logran su objetivo económico. El éxito o fracaso de una iniciativa dependerá de diversos aspectos.
En cuanto a los formatos más exitosos se ha visto que, según los datos proporcionados por Kickstarter, los relacionados con la danza (70%), el teatro (64%) y la música (54%) son los formatos que más éxito tienen, pese a que los proyectos más comunes son aquellos sobre música y cine. El resto de formatos no llega siquiera al 50% de éxito. Los principales problemas que hemos descubierto son aquellos de carácter judicial y sobretodo económico, a pesar de lo que creíamos inicialmente. Si en nuestra hipótesis afirmábamos que el desconocimiento de la gente era el problema principal, posteriormente hemos comprobado que hay propuestas que logran prosperar sin la necesidad de un gran número de contribuidores. La ausencia, debido a su novedad, de un marco jurídico encargado de regular esta iniciativa provoca que exista cierta confusión a nivel legal.
Nuestro objetivo principal, el cual era conocer la eficacia del crowdfunding como fuente de financiación a través de los proyectos que se han financiado de esta forma, ha sido logrado con éxito. Los datos aportados por Kickstarter o aquellos acerca de otras plataformas obtenidos gracias a X.net nos han permitido resolver sobre esta cuestión. Los datos aportados por estas páginas también nos han permitido cumplir con uno de nuestros objetivos secundarios: descubrir qué formatos tienen más éxito en la financiación de proyectos mediante crowdfunding.
Como ya hemos visto, el éxito de un proyecto financiado mediante crowdfunding depende de diversos factores. Según la plataforma empleada veremos un porcentaje de éxito mayor o menor: mientras que en una plataforma nacional como Verkami podemos apreciar un porcentaje de éxito del 74%, en otra de carácter internacional, como es Kickstarter, veremos un porcentaje de aproximadamente el 44%. El tamaño de la iniciativa es uno de estos factores, así que aquellos cuyo objetivo de financiación es de pequeño o mediano tamaño tienen un mayor éxito. Mientras que el 66% de los proyectos financiados con éxito en Kickstarter oscilaban entre 1.000$ y 9.999$, el 0’06% superaba el millón de dólares. Como Verkami es una plataforma de carácter nacional, las ideas que buscan financiación en dicha web son de menor tamaño, buscan unas cifras más modestas, y de ahí su porcentaje de éxito. Destacan aquellos casos de iniciativas modestas que, debido al interés que despiertan en el público, logran superar con creces las cifras propuestas, en ocasiones superando el millón de dólares.
Por el contrario, resulta insuficiente como medio de financiación para proyectos de mayor tamaño como realizar una película, por ejemplo. Como ya hemos visto, aquellos proyectos que requieren más de un millón de dólares tienen un porcentaje de éxito bastante bajo, no logrando la cantidad requerida. En estos casos en los que el crowdfunding resulta insuficiente, debería ser empleado como un método complementario de financiación, es decir, además de este modo de financiación usar otros más convencionales.
De acuerdo a Casal (2011), “la financiación vía Crowdfunding de la producción y comercialización sería muy marginal y en absoluto podría sustituir a otras vías llamadas convencionales de financiar las películas.” En proyectos de este calibre, el crowdfunding raramente podría sustituir a vías más clásicas de financiación al ser insuficiente para financiar por sí solo el proyecto al completo.
Podríamos concluir afirmando que el crowdfunding ha demostrado ser una fuente de financiación bastante novedosa capaz de apoyar a aquellos planes más modestos y que requieren una inversión menor. Esta iniciativa surgida hace un par de años está viendo aumentar el número de usuarios que acuden a ella como método para desarrollar la idea de sus sueños. Las cantidades económicas que mueve el crowdfunding a nivel mundial aumentan anualmente y es muy probable que lo sigan haciendo en los próximos años.

 

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