CUARTO SEMINARIO DE DESARROLLO LOCAL Y MIGRACIÓN

CUARTO SEMINARIO DE DESARROLLO LOCAL Y MIGRACIÓN

Eduardo Meza Ramos (CV), Octavio Bojórquez Camacho y Edel Soto Ceja. Coordinadores

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Apuntes sobre el nacimiento y  desarrollo del tejido productivo pesquero en Mazatlán: Migración. 

Introducción.
El objetivo principal de este trabajo, es expandir la concepción que se tiene de los procesos de desarrollo económico a nivel local. Gran parte de la literatura contemporánea, coincide en que los procesos de desarrollo local, no atienden de manera exclusiva a una racionalidad económica, y contrario a lo que se cree elementos de carácter sociocultural juegan un papel determinante en la configuración de los actores que propician los sistemas de desarrollo.
Garofoli entiende este cambio en las perspectivas teóricas como un desgaste en las concepciones funcionalistas:
En los últimos diez o quince años, la incapacidad creciente del paradigma funcional para explicar, incluso, la redistribución de las actividades de producción en el territorio y el surgimiento de pautas autónomas de desarrollo en muchas regiones, relativamente periféricas, ha atraído progresivamente la atención de investigadores y estudiosos hacia la dimensión territorial del desarrollo y las categorías del entorno (o milieu) y el territorio, vistas como la "sedimentación" de factores culturales y sociales, de carácter histórico, interrelacionados y específicos, en las áreas locales, que generan procesos de desarrollo diferentes debido a las especificaciones locales.1
Para el caso de Mazatlán encontramos que además de las relaciones tradicionales que propician el desarrollo, existieron aspectos de relevancia que dieron a este proceso determinados tintes. Migración, espacios de sociabilidad y genero; son tres de las temáticas que se encuentran pendiente de estudio en cuanto a la pesca de camarón en el puerto de Mazatlán. De tal manera, tenemos que entender este texto como un primer acercamiento a los posibles objetos de estudio que nos arrojen nueva luz sobre el proceso conformación del tejido productivo pesquero.
Breve historia de encuentros y desencuentros de la pesca de camarón en Mazatlán: 1950-1982
Desde su aparición en la primera mitad del siglo XIX, el puerto de Mazatlán se convirtió en un importante polo de crecimiento para la región sur de Sinaloa. Motivado por un empresariado comercial poderoso, el puerto dedico sus primeros esfuerzos a su desarrollo como punto neurálgico del comercio de la región con el extranjero, dejando de lado otro tipo de actividades como la industria. De esta manera, durante poco más de un siglo el comercio de la producción minera de la región, fue el principal motor de la economía porteña.
Pese a esta supremacía de las actividades comerciales, la relación de los porteños con el Pacifico nunca ignoro las bondades de este ultimo como proveedor de alimentos. Así, la tradición pesquera siempre mantuvo espacios importantes dentro de las actividades económicas de Mazatlán. Durante la época prehispánica y hasta poco después de la segunda mitad del siglo XX, uno de los modos de pesca más socorridos fueron los Tapos, un sistema de trampas con el cual, a través del aprovechamiento de las mareas se imposibilitaba la salida de camarón de los esteros al mar. 2
A finales del siglo XIX, la actividad pesquera comienza a tomar nuevos rumbos con la aparición de pequeños grupos de pescadores que se dedicaban a abastecer la demanda del mercado local y a generar los primeros espacios de interacción social de lo que a la larga se convertiría en uno de los grupos mas decisivos dentro de la vida económica del puerto.
Aun y cuando gran parte del desarrollo de la actividad pesquera en Mazatlán se origina a partir de elementos endógenos, la génesis de este desarrollo la tenemos que situar en dos elementos de carácter externo al propio devenir social de la localidad. En primer lugar encontramos un aumento significativo en la demanda de productos marinos mexicanos dentro del mercado norteamericano y en segundo lugar se encuentra la incursión de empresas japonesas y norteamericanas dentro de las actividades de extracción pesquera dentro de nuestras costas.
 En el caso del aumento de la demanda en los mercados extranjeros, productos como el aceite de tiburón, gozó de gran demanda en la década de la segunda guerra mundial por lo que muchos pescadores locales se dedicaban a esta actividad en pequeñas embarcaciones propiedad de los primeros inversionistas de la pesca en Mazatlán como fueron: Mariano Farriols, Martin Gavica e Isaac Coppel.3 Por su parte la incursión de las pesquerías niponas se convirtió en una constante dentro de las aguas del golfo de California a partir de la década de 1920; es a través de estas pesquerías que la actividad pesquera comienza un proceso de desarrollo tecnológico que la hace convertirse en una industria con perspectivas de un crecimiento a corto tiempo.
La provechosa relación que las cooperativas pesqueras del puerto de Mazatlán habían establecido con las pesquerías japonesas, se basaba en la idea del beneficio a través del aprendizaje; a cambio de permitir la explotación de productos exclusivos de las cooperativas, las empresas japonesas dotaban a estas de técnicas modernas para la pesca en altamar. Para una actividad que sustentaba el grueso de sus actividades en el autoconsumo parecía un trato justo. Sin embargo, el desarrollo de la segunda guerra mundial rompió de manera abrupta con esta asociación que duro poco más de diez años. A partir de este momento, tres fueron los puertos que comenzaron una carrera por posicionarse como el líder dentro de la pesca de camarón en el golfo de California: Guaymas, Topolobampo y Mazatlán.
A pesar de que Topolobampo y Guaymas contaban con una tradición pesquera mayor, Mazatlán, el más rezagado de los tres en infraestructura pesquera y cooperativista, recibió un apoyo inusitado por parte de su cuerpo empresarial, que de la noche a la mañana le hizo convertirse en el principal referente pesquero del pacifico mexicano. Dos aspectos fueron importantes para que esta situación de pudiera presenta: en primero lugar existió una fuerte crisis del sistema de comercial – minero que acaparaba las inversiones privadas; en segundo lugar, el mundo de la posguerra había significado para muchos países de Latinoamérica una interiorización de su economía, motivo por el cual los créditos gubernamentales  para industrialización eran una cuestión común, en este sentido la pesca no fue la excepción.
El inicio de la segunda mitad del siglo XX trajo consigo un crecimiento exponencial para el puerto de Mazatlán, con inversiones que superaban los 41 millones de pesos en menos de un año, 4 el cuerpo empresarial mazatleco estaba dispuesto a apropiarse de los bienes materiales que sustentaran las condiciones de su propio desarrollo. La apuesta no fue tan sencilla ni desordenada como parece, los años de experiencia en la pesca del tiburón habían dotado a los ahora empresarios camaroneros de nociones básicas para el desarrollo de una industria. No se trataba entonces de invertir por invertir, se trataba de generar una industria que tuviese la capacidad de reproducir sus propias condiciones de operación; si bien el número de embarcaciones aumento de 5 a 50 en un año, el sustento del futuro desarrollo de la actividad se dio con la aparición de empresas complementarias a la pesca del camarón: astilleros, congeladoras, empacadoras, talleres, chinchorrerías.
Hacer una periodización correcta del desarrollo de la pesca de camarón en Mazatlán seria una tarea compleja, los diferentes factores que pueden tomarse en cuenta como, niveles de producción, cambios en la ley de pesca, problemas climatológicos, lucha de clase, nos darían diferentes puntos de ruptura. De esta manera, este breve apartado se centrara en los puntos de encuentro y desencuentro que por cada década se dieron en las relaciones de los principales actores de la actividad: cooperativas y armadores (empresarios).
La década de 1950, significo para la pesca de camarón en Mazatlán, el desarrollo de las condiciones materiales para la producción y reproducción de la actividad. La participación adecuada de todos los actores del desarrollo trajo como resultado una industria que de manera integral encontraba soluciones para las problemáticas de carácter endógeno y exógeno que se presentaban.
En un idea schumpeteriana, en la que el empresario no es solo aquel que aporta el capital para una empresa, sino es aquel que mantiene constantes los procesos de innovación, los empresarios mazatlecos mostraron un ritmo vertiginoso en cuanto al desarrollo de la actividad. Diversificación en las actividades, gestiones con el gobierno para generación de infraestructura, apoyo a los programas de desarrollo dictados desde el federal, son los hechos más destacables de la participación empresarial. Con inversiones que rebasaron los 41 millones de pesos, el cuerpo empresarial de la pesca del camarón fundo un total de 148 empresas relacionadas a la actividad pesquera en el periodo de 1950 a 1958.5
Durante este mismo periodo, las cooperativas no tuvieron un crecimiento importante en cuanto a infraestructura, sin embargo, el número de socios que estas tenían aumento de manera considerable, comenzando a formar un grupo de pescadores compacto y con injerencia dentro de las decisiones de la actividad. Para el año de 1955, las cooperativas en conjunto contaban con diez embarcaciones que solo les permitía darle empleo a menos del 7% del total de sus socios. De esta manera, encontraban en los armadores la manera de materializar su trabajo a través de contratos de participación.6
Tabla 12. Cooperativas de pescadores en Mazatlán en 1956.


Cooperativa en Mazatlán

Socios Cooperativistas

Cooperativa Pescadores de Mazatlán

245

Gral. Ignacio Allende

101

Pescadora de Mariscos

109

Crestón de Mazatlán

349

Cooperativa Sinaloa

250

Fuente: El Sol del Pacífico, 21 de Noviembre de 1955.
El entorno de cooperación que privo durante la década de 1950, cambio de manera radical durante la siguiente década. La llegada de nuevos empresarios a la actividad modifico las relaciones que se habían establecido con las cooperativas que cada vez ganaban más terreno. Hombres como Tomas de Rueda Jr., Mariano Farriols, Tomas Balderrama, pioneros de la pesca de camarón en Mazatlán, entendían el papel vital de las cooperativas dentro del entramado productivo, motivo por el cual siempre intentaban desarrollar relaciones económicas benéficas para ambos. Con una idea más predadora de la pesca, lo nuevos inversionistas propiciaron conflictos con las cooperativas.
La temporada de 1961-1962, marco un precedente en cuanto a los niveles de producción pesquera; más de once mil toneladas de producto, sin desplome de precios en el mercado exterior trajeron un año de bonanza insuperable en la historia. Sin embargo, El día 7 de agosto de 1962, cuando nadie lo esperaba, se inició  una de las más duras batallas que se habían presentado entre cooperativas y armadores en la nación. El puerto de Mazatlán, convertido en un referente de la industria camaronera del país, tendría a los protagonistas de este enfrentamiento. A decir verdad, dicho conflicto no se extendió por más de 1 mes, sin embargo, los resultados que traería consigo cambiarían de manera radical la forma de organización pesquera.
Los primeros días del mes de agosto, bajo un ambiente de aparente calma, partían a la ciudad de México armadores y cooperativistas a negociar el nuevo contrato de participación. Por el lado de los armadores, la comitiva estaba compuesta por: Federico Medrano, Alberto Fuentevilla, Tomás Balderrama, Rafael E. Domínguez, Ignacio Sánchez, Fernando Carrillo, Héctor Rojas Oriol y Jorge Coppel; la comisión de parte de los cooperativistas la componían: José Álvarez García, Francisco Andrade Arreola (futuro armador), Dionisio Castillo León (futuro armador), Francisco Bernal, Juan Vizcarra, David Rocha Zavala y Juan Berumen.7  
Durante las últimas dos temporadas de la actividad camaronera, el contrato se venía firmando sobre las mismas bases. Los armadores pagaban a las cooperativas una cuota determinada por tonelada de camarón, ya que éstas contaban con la pesca exclusiva del producto. El contrato que acababa de expirar obligaba a los armadores a pagar $3,041.00 pesos, además de arreglar la embarcación y avituallarla. Por parte de las cooperativas estaban obligadas a cubrir el sueldo y la alimentación de la tripulación que iba en las embarcaciones.
Durante los primeros días de negociación contractual, los cooperativistas dieron una sorpresa, un golpe seco que dejó perplejos al gremio armador. Exigían una contratación en la que se comprometían a absorber el 50% de los costos de producción por tonelada y a cambio exigían un 50% de las utilidades brutas de comercialización. Pasada la perplejidad de las ambiciones cooperativistas, los armadores hicieron una contraoferta que situaba el beneficio de las cooperativas en 10% de las utilidades brutas; la respuesta de las cooperativas fue una rotunda negativa. 8  La actitud del sistema cooperativista hacia la nueva contratación se antojaba lógica después de una temporada tan benéfica como lo fue la de 1960. Con casi 40 embarcaciones, las cooperativas mazatlecas fueron testigos de los grandes beneficios que los armadores tenían gracias a las condiciones de los contratos. La cooperativa Pescadores de Mazatlán  hacía del conocimiento público los márgenes de ganancia que obtenía a través de la renta con armadores y con embarcaciones propias, las cifras eran abismales; mientras que con los barcos arrendados a los armadores obtenían una ganancia de $0.45 pesos por kilo, con el producto pescado por su flota obtenían $7.09 pesos por kilo.9
El conflicto termino por resolverse de manera positiva, sin embargo sería el primero de muchos que terminarías con el traspaso de la flota de los armadores a las cooperativas en 1982. El mensaje era claro para los armadores: se abría una nueva etapa dentro de la industria camaronera, pues las cooperativas dejarían de ser un simple medio para poder explotar el recurso, y se convertirían en un actor fuerte con capacidad de decisión. Muchos armadores no estaban dispuestos a participar de una actividad bicéfala y comenzaron a retirar sus capitales de la industria camaronera.
La temporada de 1962-1963, sería recordada por el parcial traspaso de la flota y el avance de las cooperativas en cuando al aprovechamiento de la especie del camarón. Paradójicamente, esta sería la temporada de más producción en la historia del puerto de Mazatlán. Al no presentarse una seria baja en los precios del mercado internacional, salvo por los últimos meses de captura, la temporada de 1962 se convertía en un hito que jamás podría alcanzar de nuevo la flota mazatleca.
Con un total de 298 embarcaciones que entrarían en actividad una quincena después de levantada la veda, se logró una captura de 11,480 toneladas de camarón, superando en 400 toneladas la temporada de 1961. Inclusive fue durante esta temporada cuando se impone el récord de pesca en un solo mes: octubre de 1962 arrojó una producción de 2,181 toneladas, mientras que el mes de diciembre dio un producto de 2029 toneladas de camarón; en comparación con el año anterior la producción fueron de 1605 toneladas y 1690 toneladas respectivamente. Un promedio de 38.52 toneladas por embarcación permitió a las cooperativas y a los armadores que no se retiraron obtener ganancias extraordinarias. Solo las cooperativas volverían a tener niveles similares de ganancia, ya que este año marca un punto de partida en cuanto al crecimiento de la flota cooperativista.10
El climax pesquero de la década de 1960, es alcanzado apenas en sus primeros años. A partir de 1962, la actividad entrara en una serie de conflictos que si bien no lograron minar la importancia de esta en el puerto, propiciaron la diversificación del tejido productivo local convirtiendo a Mazatlán pesquero-turístico. Pese a los problemas suscitados dentro de la industria los niveles de inversión existentes fueron altísimos en comparación al primer periodo. Entre los años de 1959 y 1968, las inversiones privadas alcanzaron cifras superiores a los 67 millones de pesos, un total de 82 empresas nuevas se adhirieron al tejido productivo pesquero.11
Por último, encontramos la década de cambio dentro de la industria pesquera. A partir de 1969, el abandono de la actividad por parte de los armadores fue paulatino. El principal destino de estos capitales fueron la industria atunera y la industria turística. La década de 1970 estuvo marcada por la inestabilidad de los mercados internacionales y las luchas de las cooperativas por apropiarse de la totalidad de la flota. Si bien, existió un crecimiento de la actividad, sobre todo del lado cooperativista, no podemos hablar de un desarrollo de la misma, por el contrario podemos establecer que el tejido productivo pesquero llega a su máximo nivel de desarrollo y comienza un proceso de retroceso.
Debido al cambio de paridad en el dólar las inversiones que se dieron en las industrias turística y atunera, son en términos nominales muy superiores a las cantidades que recibió la pesca de camarón dos décadas atrás, sin embargo, en términos reales si encontramos una superioridad de estas inversiones. Así tenemos que durante el periodo que va de 1969 a 1982, las inversiones en la industria atunera y turística fueron de 278 millones y 475 millones respectivamente.12

De aquí, de allá y de más allá: la migración dentro de la pesca de camarón.
Uno de los fenómenos menos estudiados dentro del proceso de desarrollo que el puerto de Mazatlán sufrió a partir de la pesca de camarón es de la migración. Este fenómeno, aunque constante hasta el final de la década de 1980, alcanzo su máximo auge en la década de 1960. Aunque difícil determinar su grado de relevancia dentro del proceso de desarrollo económico del puerto, los flujos migratorios de mano de obra al puerto de Mazatlán modificaron de manera sustancial las relaciones que se establecían al interior de la clase pesquera; de igual manera, la adopción de determinados espacios de vivienda genero espacios culturales diferenciados dentro del puerto.
En una visión muy reduccionista de la migración motivada por procesos de industrialización y desarrollo económico, Paul Singer plantea que:
Las migraciones internas (sin hablar de las internacionales, que en buena parte podrían ser explicadas del mismo modo) no parecen ser más que un mero mecanismo de redistribución de la población que se adapta, en último análisis, al reordenamiento espacial de las actividades económicas.13  
El mismo Singer plantea que:
Una vez iniciada la industrialización de un sitio urbano, este tiende a atraer población de zonas generalmente próximas… las ciudades que terminaron por industrializarse fueron, generalmente, las que ya tenían relativa expresión urbana por haber sido importante centros comerciales.14
Partiendo de los anteriores supuestos, podemos entender que el crecimiento que sufrió la economía pesquera del puerto de Mazatlán a partir de 1950, requirió un excedente de mano de obra especializada con la que no contaba el puerto. Si bien es verdad que para esta fecha comenzaban a figurar las cooperativas como aglomeradoras de mano de obra, esta se encontraba en función de la demanda, al no existir una industria desarrollada la mano de obra existente era limitada.
El aumento dentro de la flota pesquera así como la aparición de puestos de trabajo en actividades complementarias, atrajo de manera importante población de pequeñas localidades que por tradicionalmente se dedicaba a la pesca. Poblados  pesqueros pertenecientes al puerto de Mazatlán como Barrón, Isla de la Piedra y Mármol, fueron los primeros en ser afectados por este proceso. Sin embargo, pronto se unieron otros pertenecientes a la zona sur del estado de Sinaloa, tales como: Chametla (El Rosario) Teacapan (Escuinapa) Dimas (San Ignacio). Aunque no existe un registro claro de la cantidad de población rural que emigro hacia el puerto de Mazatlán, a través de entrevistas a los pescadores de mayor edad del puerto se ha determinado que la población de carácter agrícola que incursiono de la actividad fue muy poca y en su mayoría desempeñaban los puestos más bajos dentro de las tripulaciones, también llamados pavos15 . Una cuestión importante sobre este tipo de migración, es que no solamente atrajo mano de obra sino que se convirtió en captor de inversionistas regionales que con el tiempo se convirtieron en importante actores del desarrollo de la actividad pesquera. Es el caso de Enrique y Miguel Castro, inversionistas oriundos de Teacapan que fueron importantes actores de la pesca de camarón y en la década de los ochenta se convertirían en pioneros de la pesca de atún y la acuacultura. En el caso de Miguel Castro, fungiría como presidente de Exportadores de Mazatlán S.A esta empresa, que fue creada por 40 mini-armadores desplazados de la pesca de camarón en octubre de 1981, tenía por objeto la pesca de tiburón, calamar y otras especies de escama.16
Sin embargo, a medida que la actividad se desarrollaba el puerto comenzó a mostrar síntomas de supremacía por encima de otros puertos pequeros. Dos muy claros, es que a partir de la década de 1950, la mayoría de los presidentes de la Cámara Nacional Pesquera, así como los de la confederación nacional de cooperativas eran de origen mazatleco. Por otro lado, ante cualquier problema referente al mercado estadounidense que se presentaba, el cuerpo de armadores mazatlecos emprendía misiones diplomáticas en nombre de toda la pesca mexicana. De esta manera, a finales de esta misma década comienza a aparecer un flujo constante de migración de pescadores, principalmente de los puertos de Guaymas (Sonora), Manzanillo (Colima) Salina Cruz (Oaxaca) y en menor medida de Topolobampo (Sinaloa), San Blas (Nayarit).
Si bien el flujo migratorio entre estos puertos se volvió una constante, los primeros años sirvieron para la aparición de redes que en determinados momentos coyunturales posibilitaron procesos de mayor afluencia. En este sentido Douglas Massey, entiende a las redes como:
Una forma de capital social en el sentido de que se trata de relaciones que acceden a bienes de relevancia económica, como la información, salario, empleo, renta, alojamientos, contacto.17
Complementando esta idea Jorge Rionda argumenta que:
Las redes son el componente importante para que le fenómeno migratorio se perpetúe por si mismo. Por otra parte, las redes son un vínculo entre el enfoque micro que procura explicar las razones por las cuales un individuo decide migrar, y el nivel macro de los determinantes estructurales.18
La aparición de redes de pescadores de determinadas regiones se convirtió en el factor clave que posibilito procesos migratorios mayores, fueron de alguna manera, la acumulación originario de capital humano de determinada procedencia. Cuatro fueron los hechos más importantes dentro del devenir pesquero a nivel nacional que convirtieron al puerto de Mazatlán en un puerto receptor de migrantes internos. En primer lugar, tenemos la primera gran crisis de la pesca de camarón originada por un desplome de los precios en Estados Unidos en el 1959. En mayo de 1959 las empresas exportadoras de camarón decidieron detener los envíos de crustáceo hacia Estados Unidos, debido a un paulatino derrumbe de los precios en el mercado. Ante tal situación los armadores de Guaymas y poco tiempo después los de Topolobampo, decidieron paralizar sus flotas argumentando incosteabilidad de las capturas.19  
Aprovechando tal situación, los armadores y cooperativas mazatlecos llegaron al acuerdo de no paralizar la flota, considerando más perjudicial un paro en las actividades que una disminución en las ganancias. Para este efecto, las cooperativas pesqueras decidieron apoyar a los armadores percibiendo una mayor participación por tonelada de marisco comercializada.20 Este hecho calo profundo dentro de las conciencias de los pescadores de los puertos paralizados, no podían estar a expensas de las pretensiones de los armadores de su región, motivo por el cual un buen numero de ellos se traslado al puerto de Mazatlán para intentar contratarse de manera permanente.
En segundo lugar se encuentra la crisis sufrida por el puerto de Manzanillo en octubre de 1959, dicha crisis fue producida por un huracán que azoto las costas colimenses. El 27 de octubre del año mencionado un fenómeno meteorológico sin bautizar ataco de manera violenta al puerto pesquero destruyendo su flota comercial y deportiva en un 90%. Se recuerda a este fenómeno como uno de los más destructivos en la historia del país, estimados aproximados contabilizan alrededor de mil quinientas muertes.21
Los pescadores del puerto de Manzanillo dedicados en gran parte a la pesca de escama y tiburón, encontraron en el puerto de Mazatlán  la posibilidad de desarrollar actividades similares a las suyas. Agrupados en su mayoría en la cooperativa Mazatlán, los colimotes, se convirtieron en un grupo importante dentro de política cooperativista del puerto. Incontables son las historias de familias de Manzanillo que migraban hacia Mazatlán a través del tren. La familia paterna del que escribe este artículo, fue una de ellas. Según contaba  mi abuelo Ramón Suarez Jaime, socio de la cooperativa Mazatlán desde 1965, decidió migrar con su esposa y once hijos al puerto de Mazatlán, dadas las condiciones precarias en las que se encontraba la pesca en Manzanillo; para este efecto fue apoyado a su llegada por una serie de pescadores que habían migrado a partir del huracán.
El tercero de los acontecimientos que propicio una migración de gran tamaño, fue la crisis sufrida por los daños ocasionados a la flotilla del puerto de Salina Cruz durante la huracán Jennifer, el 13 de octubre de 1969 en el puerto de Mazatlán. La flotilla chunca (nombre que le dan los pescadores mazatlecos a los de las costas oaxaqueñas) que había tomado el puerto de sinaloense como base para sus capturas de invierno, fue duramente golpeada por el huracán de categoría cuatro en la escala Saffir-Simpson; el resultado de esto fueron 14 embarcaciones hundidas y 33 con averías severas.22
Aun y cuando la flota mazatleca, que en esos momentos contaba con más de 350 embarcaciones, sufrió daños, se convirtió en el punto de apoyo para una gran cantidad de pescadores chuncos, que tradicionalmente habían establecido relaciones laborales con el puerto sinaloense. Este último hecho coincide con un hecho a nivel nacional que terminaría por disminuir de manera considerable los flujos migratorios. La política económica “populista” del presidente Echeverría, proporciono a las cooperativas pesqueras de todo el país la posibilidad de hacerse de sus propias embarcaciones a través de créditos. Motivo por el cual, los problemas que sucedían en los puertos mencionados eran solucionados de manera interna.
Existen dos hechos que de alguna manera tendrían cabida dentro de los mencionados anteriormente, aunque es probable que sus alcances no hayan sido tan grandes a nivel social o económico, son dignos de ser estudiados dentro de este contexto. En primer lugar se encuentra la profesionalización de la pesca. En el marco del programa federal “Marcha al mar”  se funda en el puerto de Mazatlán la primera escuela de pesca, esto en enero de 1955. Esta escuela que intentaba profesionalizar la actividad, no tardó en comenzar a recibir jóvenes de cierta parte de la costa del Pacífico, por lo que no era raro observar en sus instalaciones jóvenes oriundos de Teacapán, San Blas, Chametla e inclusive de Manzanillo. De manera curiosa, tras dos años de existencia, la escuela pesquera no había albergado a un solo estudiante nativo de Mazatlán.23  
La escuela pesquera logró despertar expectativas importantes entre los industriales del puerto. La idea de tener hombres capacitados que hicieran más productiva la pesca, no tardó en parecerle atractiva a los armadores más fuertes del puerto. De esta manera, podemos encontrar que los estudiantes hacían sus prácticas profesionales en las embarcaciones de la congeladora Cima y Coppel. Por su parte la Congeladora del Pacífico, se convirtió en la principal empleadora de los egresados. Cabe destacar que esta escuela, no solamente desarrollo programas para el implemento de nuevos técnicos en pesca, sino que además en temporada de veda ofrecía cursos de capacitación gratuita a los pescadores. Sin embargo, en marzo de 1958, la escuela aun con 35 alumnos internados, fue cerrada, dos meses después seria fusionada con la Escuela Náutica de Mazatlán.24  
El otro hecho también se encuentra relacionado con una continuación al  programa “Marcha al mar”. Con el objetivo, de generar las condiciones necesarias de desarrollo en determinadas regiones del país, el gobierno federal hecho a andar una serie de proyectos pesqueros fallidos entre los que se encontraba el “puerto piloto de Alvarado”. Este proyecto que consistía en la creación de puertos tejidos productivos pesqueros en determinados puertos carecía de un fundamento básico, el capital humano. De ahí, que en el año de 1966 después de fallar de manera estrepitosa como articulador de la pesca del golfo de México, la flota de Alvarado Veracruz es traspasada al puerto de Mazatlán. 25 Sin poder determinar de forma segura la incursión de veracruzanos en la pesca mazatleca, algunas de las entrevistas con los pescadores de mayor edad nos dan datos de que estos participaron de manera importante en actividades complementarias a la pesca como chinchorreros, mecánicos.
Un último apunte sobre este tema y que debemos de marcar como pendiente de estudio, es la expulsión de mano de obra calificada que el puerto de Mazatlán tuvo hacia otras regiones pesqueras alrededor del mundo. El desarrollo que el puerto de Mazatlán sufrió, tuvo como principales protagonistas y beneficiarios a los trabajadores de la pesca, quienes obtuvieron reconocimiento a nivel internacional. Según Sanchis Palacios:
El desarrollo tiene, además de un carácter económico tradicionalmente identificado, un carácter de tipo sociocultural, lo cual nos permite hablar de un desarrollo local y social en el que los recursos humanos adquieren un especial protagonismo.26
La internacionalización de la actividad de la construcción naval, así como la incursión de pesqueras mazatlecas en actividades de otros países, abrió la puerta para la internacionalización de la mano de obra de los pescadores del puerto. Dentro de la actividad camaronera, era común que los pescadores incursionaran en la pesca dentro de otros estados de la República Mexicana como Oaxaca, Guerrero y Baja California, sin embargo, a partir de la década de 1960 éstos se habían convertido en mano de obra especializada y comenzaron a encontrar trabajo en pesqueras de otros países. Ya fuera por una crisis en la industria local, por el contacto a través de las exportadoras y astilleros o por acercamiento de las propias compañías, un número importante de pescadores se movilizaron al extranjero.
En abril de 1964, treinta y seis pescadores de las cooperativas Artículo 27 y Crestón de Mazatlán viajaron a Kuwait a bordo de doce barcos que fueron construidos en Astilleros Unidos del Pacífico para la pesquera International Fiheries Company LTD. La participación de los pescadores mazatlecos no se limitaba solamente a la entrega de las embarcaciones en el Golfo Pérsico, sino que además se quedarían realizando labores de pesca a bordo de las mismas embarcaciones. Esta industria de Kuwait se convertiría en una opción para los pescadores mazatlecos que mantendrían un flujo constante durante varios años. Posteriormente en el año de 1965,  quince embarcaciones mazatlecas, incursionaron en la pesca de diversas especies en Guyana y Brasil.27

Durante la crisis de 1969 en la producción, alrededor de 50 solicitudes fueron presentadas a la Federación de Cooperativas. 28  Asimismo para el año de 1966, el industrial pesquero de Venezuela  Giancarlo Prini, además de importar seis barcos en los Astilleros Unidos del Pacífico, importó también a sus tripulantes, esto con el objeto de que sirvieran como técnicos de su industria. Prini aseguraba que pese a ser mano de obra empírica, en su mayoría los pescadores mazatlecos presentaban un nivel alto de cualificación que les permitiría transmitir sus conocimientos a la naciente flota venezolana.29  
Por último, encontramos que durante el año de 1971, agobiados por la crisis camaronera, cinco pescadores mazatlecos se contrataron con una empresa camaronera de Nueva Guinea. La contratación se hizo través de la empresa exportadora Crest Importing Company, cuyo gerente en ese momento era Jorge Coppel. Los pescadores Adalberto Rodríguez Gallardo, David Rocha Zavala, Ramón Murillo, A. López y  Ramiro López Sandoval, percibirían un sueldo mensual de 400 dolares, más porcentaje de pesca. Un dato curioso de este hecho fue que los pescadores que iban contratados por un año y medio, temían por sus vidas ya que algunos de sus compañeros pesqueros aseguraban que en las costas de la segunda gran isla de Oceanía existían muchos caníbales.30
Sin tener el dato preciso, se sabe que existieron migraciones de pescadores a Brasil, Guyana, India, Madagascar, Chile, Cuba, Nicaragua, Ecuador, Venezuela, Vietnam, Pakistan  y Texas. Si bien las historias de pescadores migrantes siguieron apareciendo, el triunfo del cooperativismo sobre los armadores hizo que poco a poco fueran siendo menos.
En definitiva, los flujos migratorios que recibió el puerto de Mazatlán entre 1950 y 1982, modificaron de manera importante su propio proceso de desarrollo. La relación de los pescadores Mazatlecos con pescadores de otros puertos se materializó no solamente en un aumento de saberes en torno a su actividad económica, sino en un intercambio de saberes culturales que fueron moldeando a la ya multicultural sociedad mazatleca. Es innegable, que la experiencia en cuestión laboral que abonaron estos pescadores a las cooperativas mazatlecas, fueron pieza fundamental en las formas en las que estas afrontaban los conflictos que surgían con los armadores. Aspectos como costumbres religiosas, espacios comunes de vivienda, modismos de lenguaje, conformación de la clase pesquera,  son muchos de los aspectos que aun no han sido estudiados dentro de esta temática y que valdría la pena profundizar en ellos.

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Archivo:

  • Archivo del Registro Público de la Propiedad.
  • Archivo del Periódico Sol Pacífico de Mazatlán.

1 Garofoli, G., (1992) Endogenous development and southern Europe, Avebry, Aldershot.

2 Ortega Noriega,(1999) Sergio, Breve Historia de Sinaloa, Colmex, México

3 Román Alarcón, Arturo,(2008) El surgimiento de la pesca comercial en Mazatlán. Empresas y empresarios 1940-1960, Revista Sociales, Universidad Autónoma de Tamaulipas, México

4 Suarez, Ulises.(2010) Pesca de camarón en altamar 1950 -1981: Aparición y desarrollo del tejido productivo en el puerto pesquero de Mazatlán, Tesis de Maestría, UAS

5 Suarez, Ulises.(2010) Pesca de camarón en altamar 1950 -1981: Aparición y desarrollo del tejido productivo en el puerto pesquero de Mazatlán, Tesis de Maestría, UAS

6 Las cooperativas pesqueras contaban con la exclusividad de la pesa de algunas especies, motivo por el cual todo aquel armador con pretensiones de explotar el camarón, tenía que firmar contratos que les permitieran la pesca a cambio de una participación de las ganancias

7 Sin autor, “Comenzó el estira y afloja en la contratación de camaroneros, ESP., 07 de agosto de 1962, p.3

8 Sin autor, “Frente a frente armadores y cooperativistas, hoy”, ESP,  05 de septiembre de 1962, p. 3 y 5

9 Sin autor, “Será tremendo el colapso económico de prolongarse el conflicto pesquero”, ESP, 18 de septiembre de 1962, p. 3 y 5

10 Ibíd., octubre de 1962 – agosto de 1963

11 Suarez, Ulises.(2010) Pesca de camarón en altamar 1950 -1981: Aparición y desarrollo del tejido productivo en el puerto pesquero de Mazatlán, Tesis de Maestría, UAS

12 Suarez, Ulises.(2010) Pesca de camarón en altamar 1950 -1981: Aparición y desarrollo del tejido productivo en el puerto pesquero de Mazatlán, Tesis de Maestría, UAS

13 Singer, Paul. (1981) Migraciones Internas: consideraciones teóricas para su estudio, Siglo XXI, México

14 Singer, Paul. (1981) Migraciones Internas: consideraciones teóricas para su estudio, Siglo XXI, México

15 Pavo, es el término que se da al miembro de menor rango en la tripulación. En general, el pavo, se le percibe como un aprendiz y ayudante de todos los otros puestos dentro de la embarcación. Durante los primeros años de pesca este no percibía un sueldo y solo era retribuido de manera personal por cada compañero o camarón de rezaga, también llamado piojo.

16   Sin autor, “Crédito por 2 millones de dls a armadores”, El Sol del Pacifico, 01 de Febrero de 1982, p.5

17 Massey, Douglas S.; Alarcón, Rafael; Durand, Jorge y González, Humberto (1987) “Study design” en Massey, Douglas S.; Alarcón, Rafael; Durand, Jorge y González, Humberto. Return to Aztlan. The social process of international migration from Western Mexico. University of California Press, Los Ángeles, CA.

18 Rionda Ramírez, J.I.:(2009) La migración en la reestructuración económica actual, Universidad de Guanajuato, México. pp. 13

19   Sin autor, “Barcos amarrado en Guaymas”, ESP, 13 noviembre de 1959, p. 3

20 Sin autor, “Barcos amarrados en Guaymas, ESP, 13 de noviembre de 1959, p. 5; Sin autor, “Parálisis progresiva en el mar”, ESP,  30 de noviembre 1959, p. 5

21http://www.cenapred.gob.mx/es/Investigacion/RHidrometeorologicos/FenomenosMeteorologicos/CiclonesTropicales/

22 Sin autor, “No escatimarán ayuda oficial a la industria de la pesca”, ESP, 18 de octubre de 1969, p.5

23 Ignacio Laveaga, “Escuela practica de pesca”, ESP,  23 de agosto de 1956, p.6

24 Sin autor, “Comienzan hoy cursos de la escuela de pesca”, 16 de enero de 1956, p.3

25 Sin autor, “Fracasa el puerto piloto de Alvarado, la flota viene a Mazatlán”, ESP, 25 de febrero de 1966, p.1

26 Sanchis Palacios, J.R, (2002) Manual de agentes de inserción sociolaboral: Desarrollo local y creación de empresas, Editorial UNED, Valencia.

27 Sin autor, “Naves Mazatlecas irán de pesca hasta Brasil”, ESP, 05 de Mayo de 1965, p.5

28 Sin autor, “Ya se llevaron barcos, ahora exportaran marinos”, ESP,  10 de Abril de 1964, p.5

29 Sin autor, “Venezuela necesita personal mexicano para su pesca”, ESP, 13 de enero de 1966, p.5

30 Sin autor, “Por incosteabilidad paran barcos antes que finalice la temporada”, ESP, 10 de Junio de 1971