LA AGENDA DE LA EFICACIA DE LA AYUDA EN AMÉRICA LATINA. Cooperación Hispano- Venezolana

LA AGENDA DE LA EFICACIA DE LA AYUDA EN AMÉRICA LATINA. Cooperación Hispano- Venezolana

Francisco José Tomás Moratalla (CV)

1.2-Los intereses políticos.

En cuanto a los intereses de índole política durante el período estudiado, estos estuvieron marcados por las secuelas del “viraje neocon de la política exterior Española” (Sanahuja 2006:9), en los que fueron los dos últimos años del mandato del presidente Aznar. Dicho viraje significó el apoyo a la guerra de Irak y la sintonía total con la política exterior norteamericana. Al mismo tiempo supuso el abandono del tradicional consenso logrado en relación a la política exterior, con repercusiones directa para la posición de España en América Latina, que pasó a “convertirse en un mero portavoz de las políticas del vecino del Norte”, (Sanahuja 2006:20). Al mismo tiempo también la cooperación al desarrollo se vio afectada por un importante cambio de orientación, en el marco de lo que se calificó como “modelo castizo de cooperación” (Alonso 2001), caracterizado por “promover de manera abusiva los intereses comerciales y de otra índole”, (Sanahuja 2006:27).

En sintonía con dicho viraje, que suponía la ideologización de la política exterior española en América Latina, se produjo el apoyo del Gobierno del Presidente Aznar al Golpe de Estado en contra del presidente Chávez, acaecido el 11 de abril del 2002. Las pruebas de dicho apoyo no sólo procedieron del Gobierno Bolivariano, sino del mismo Ministro de Asuntos Exteriores Español durante el gobierno del Presidente Zapatero, Miguel Ángel Moratinos, quién aseguró en el programa de televisión Española “59 Segundos”, que: “En el anterior Gobierno, cosa inédita en la diplomacia española, el embajador español (Manuel Viturro de la Torre, Febrero 2001 a Julio 2004) recibió instrucciones de apoyar el golpe, cosa que no se va a repetir en el futuro” (El Mundo 2004). El propio Moratinos, en una comparecencia ante el Congreso de los Diputados, detallaba aspectos de la reunión sostenida, el 13 de Abril, por Manuel Viturro y Charles Shapiro (Embajador de los Estados Unidos) con el presidente de facto Pedro Carmona Estanga, en la que ambos embajadores solicitaban a Carmona, que “mantuviera la situación dentro de un aparente trámite de legalidad”. La tarde anterior Carmona había expedido el llamado Decretazo que clausuraba la Asamblea Nacional y esa situación preocupaba a Estados Unidos y España, tal y como se lo dijeron los dos diplomáticos a Carmona. “La reunión nos permitió incluso subrayar nuestra sorpresa por la disolución de la Asamblea y decirle que actitudes como esa podían hacer difícil que pudiésemos en el futuro, expresar nuestra amistad hacia él y nuestra comprensión hacia el anunciado proceso de consolidación de las instituciones democráticas en Venezuela”, rezaba uno de los muchos telegramas enviados por Viturro de la Torre a su Cancillería en Madrid. (...)”Fuimos recibidos -decía el telegrama de Manuel Viturro, del 13de abril- por el Presidente del Gobierno provisional, Pedro Carmona,  y por el Ministro de Asuntos Exteriores, José Rodríguez Iturbe. Desde primer momento, puntualizábamos que se trataba de una gestión de representantes de dos países amigos de Venezuela que por su parte se consideraban amigos del Sr. Carmona y que la gestión no tenía por objeto inmiscuirnos en asuntos internos”. (...)” (Comercio Digital 2007). Tras el restablecimiento del orden constitucional, España siguió, sin embargo, involucrada en los intentos para lograr que Chávez dejase el poder, como se desprende del informe elaborado por José Manuel Fernández, asesor parlamentario de Izquierda Unida. “El domingo 21 de abril, Viturro reunió en la Embajada a todo el personal español de alto rango para dejar en claro la estrategia a seguir en adelante: insistir por todos los medios en la necesidad de que Chávez convoque un referéndum para modificar la Constitución y adelantar las elecciones con el fin de desalojar a Chávez. Exactamente el mismo mensaje lanzado por Schapiro a los periodistas angloparlantes acreditados en Venezuela” (Fernández 2004).Todos estos hechos lastraron la relación de tal modo, que un indicador del grado de deterioro alcanzado entre ambos países fue la colocación y detonación de un artefacto explosivo en la sede de la OTC en Caracas, el 25 de Febrero del 2003.

Con la llegada al poder del presidente Zapatero, se produce primero un período de inicial entusiasmo entre ambas partes, especialmente del presidente Chávez, debido a la salida de España de Irak y la recuperación de la tradicional  política exterior española en la Región. En este sentido será notable la mejoría de las relaciones políticas tras la visita del Presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero y del Ministro Moratinos, el 29 de abril del 2005, a las ciudades de Caracas y Puerto Ordaz.  El clima de entendimiento político se tradujo inmediatamente en el estrechamiento de las relaciones comerciales con la venta de armas a Venezuela en el 2005, (DW 2005) pese a la oposición abierta de Estados Unidos y sus aliados hemisféricos (Colombia especialmente) así como las divisiones internas en el propio seno del gobierno socialista en relación a estas operaciones comerciales, que contaron con la “fuerte oposición de Exteriores” (El País 2010). La visita presidencial española tuvo su correlato en la posterior visita del Presidente Chávez a España en el 2008, misma que fue aprovechada para ofrecer petróleo a precios preferenciales a cambio de constituir un fondo para financiar transferencia de tecnología e infraestructuras españolas a Venezuela (El País 2008). Sin embargo y pese al inicial entusiasmo, la relación fue poco a poco cayendo, primero en el desencanto y luego en la indiferencia, cuando no en el conflicto velado. En este sentido un punto de inicial inflexión fue el desafortunado incidente entorno a la frase ¿por qué no te callas?, pronunciada por el Rey de España, Juan Carlos I, dirigida al presidente Chávez, en la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado, celebrada en Santiago de Chile, el 10 de Diciembre del 2007 (Abc Digital 2007). Además a las ya mencionadas amenazas de expropiación y expropiaciones de bancos y empresas españolas, se unió el contencioso del supuesto apoyo del gobierno bolivariano a ETA en el marco de sus vínculos con las FARC. Este fue un problema latente a lo largo de todo el mandato del presidente Zapatero, que se manifestó ya en 2008, cuando la fiscalía presentó una querella en la Audiencia Nacional, señalando las vinculaciones ETA-FARC-Gobierno Bolivariano. Dichas acusaciones se concretaron en un auto del magistrado Eloy Velasco, que señalaba en marzo del 2010 la “cooperación gubernamental venezolana en la ilícita colaboración entre FARC, y ETA” (El Universal 2010) lo que se convertía en motivo de tensión diplomática entre ambos gobiernos. Al mismo tiempo se generaba una enorme presión mediática sobre el gobierno español, para que adoptara una postura más agresiva con Venezuela. En este sentido y por ejemplo el editorial del 11 de Octubre del 2010, en el Diario ABC, afirmaba, en relación a ETA y Venezuela, que “solo una postura firme puede poner en su sitio al dictador que utiliza viejos clichés antimperialistas para perpetuarse en el poder” (ABC 2010). Este acumulado de hechos, tanto negativos como positivos para la relación, forzaron al Gobierno Español a mantener un complicado equilibrio entre su voluntad de entendimiento y avance en la relación bilateral y las presiones internas y externas para que adoptara una posición más crítica con el Gobierno Bolivariano. Esta situación  podría resumirse, en una suerte de “relación bipolar” o “esquizofrénica” entre ambas partes (Patín 2010), con momentos de mutua incontinencia verbal, tensiones diplomáticas y económicas que al mismo tiempo venían acompañadas de negocios millonarios, visitas de alto nivel y ofrecimientos de colaboración energética, lo que habla bien a las claras de la distancia existente entre los discursos y la realidad de la relación bilateral.