PLAN ESTRATÉGICO DE DESARROLLO SOSTENIBLE EN RED PARA RORAIMA (BRASIL)

Silvio Testa

1.2.1 Pobreza y medio ambiente

En muchas ocasiones los documentos de las Naciones Unidas afirman que la erradicación de la pobreza constituye el mayor desafío que enfrenta el mundo en la actualidad y que constituye un requisito indispensable del desarrollo sostenible, en particular para los países en desarrollo. Es necesario alcanzar  la seguridad alimentaria para todas las personas que carecen del suministro proteico y vitamínico necesario para una buena alimentación y consecuentemente un desarrollo físico adecuado. Los métodos de producción de alimentos tienen que seguir criterios de sostenibilidad con prácticas respetuosas hacia el entorno natural para reducir los impactos negativos sobre el medio ambiente.
La pobreza rural da lugar a las migraciones hacia los centros urbanos que en los países pobres asumen proporciones enormes, y se caracterizan por situaciones urbanas caóticas donde una masa de personas se va instalando en la periferia de los centros urbanos formando enormes bolsas de pobreza donde el paro, la precariedad, las pésimas condiciones de vida, la desestructuración social, dan lugar a fenómenos de violencia urbana y de delincuencia organizada.

La demografía es otro factor esencial a la hora de hablar de desarrollo sostenible. A pesar de la disminución de la tasa de fecundidad en los países en vía de desarrollo, a nivel global la población sigue creciendo por los altos niveles de nacimientos en los países menos desarrollados. El rápido crecimiento de la población podría tener efectos de largo alcance en el desarrollo y el medio ambiente de esos países, que también son los que disponen de menos recursos materiales y cuyo medio ambiente presenta menor capacidad de recuperación.

Salud y desarrollo también constituyen dos conceptos que tienen mucho en común si se considera que muchas enfermedades o situaciones insalubres de vida se deben a la contaminación del aire o del agua, a la falta de saneamientos, a la acumulación de desechos, cuestiones todas ellas relacionadas a la falta de desarrollo o a un desarrollo insostenible.  Si pensamos en que tal y como afirma la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que la calidad ambiental insuficiente contribuye a provocar el 25% de las enfermedades prevenibles que se registran actualmente en el mundo, podremos convenir en la intima relación existente entre salud y desarrollo. Deterioro de la salud pública, ambientes de trabajo con altos índices de contaminación, enfermedades endémicas agravadas por alteraciones ambientales, epidemias en hacinamientos de población, parásitos resistentes a los medicamentos etc., hacen que la apuesta por el desarrollo sostenible tendrá efectos positivos directos sobre la salud de la población.

La educación, en todos los niveles, es fundamental para lograr el desarrollo sostenible. Educar a las personas para el desarrollo sostenible no significa únicamente incluir la protección ambiental en los programas de estudios, sino también promover un equilibrio entre los objetivos económicos, las necesidades sociales y la responsabilidad ecológica. Es éste un ámbito marcado por una  escasez crónica de recursos y que imposibilita la preparación de los alumnos para el futuro tanto a nivel técnico como de valores. Los profesores son potencialmente los agentes más importantes para el cambio en aras del desarrollo sostenible.

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