PLAN ESTRATÉGICO DE DESARROLLO SOSTENIBLE EN RED PARA RORAIMA (BRASIL)

Silvio Testa

La perspectiva de género

El movimiento de mujeres en el estado de RR se ha fortalecido considerablemente desde los últimos años de la década de los 90. Éste culminó con la creación de Núcleo de Mujeres de RR (NUMUR) que tiene como prioridades la discusión de los problemas relativos al género, la concienciación de hombres y mujeres sobre éstos, y en concreto se centra en la violencia contra las mujeres entendida como problema de salud pública. El NUMUR exige al poder público estatal la implementación de políticas que favorezcan la igualdad y la justicia social.

Según Nelita  y Erwin Frank1 desde la perspectiva histórica, en RR podemos individuar cinco ámbitos o espacios distintos tanto cultural como geográficamente, ocupados por mujeres.  El primero se encuentra en el contexto indígena tribal, cuya relación social con los hombres de su proprio grupo depende de las reglas milenarias de su cultura. Nos referimos a las etnias Wai-Wai, Waimiri Atroari, Yanomami. El segundo está también en contexto indígena, pero situado en la sabana y en las montañas del nordeste del estado cuya historia común con la población no indígena es mucho más dilatada. Son las etnias Macuxí, Wapichana, Ingarikó, Taurepang, etc., donde las mujeres, además del papel restringido que desempeñan dentro de su proprio grupo están sometidas a una discriminación directa por parte de la sociedad no indígena.
El tercer espacio es el de la mujer en el medio rural, donde vive en una situación de abandono casi total, sin asistencia médica, escuelas, energía eléctrica, carreteras, medios de transportes  y comunicaciones, situación  que dificulta enormemente los intentos de romper el aislamiento al que están sometidas.
El cuarto y quinto espacio se encuentran en el área urbana y se sitúan como opuestos entre sí. El primero resulta de la fracción que ocupa el espacio de las mujeres con una situación económica, social y política que le viene de su vinculación con la administración pública, y el segundo es el espacio de las mujeres marginadas de la periferia de la ciudad de Boa Vista. La situación de estas últimas es la de una mujer pobre, marginada, frecuentemente abandonada o maltratada por el marido. Su ámbito de actuación son las asociaciones de amas de casa, club de madres, asociaciones de vecinos, etc. En su mayoría las acciones de estas asociaciones se dirigen exclusivamente hacia las necesidades generales de la población de los barrios periféricos carentes de infraestructuras. Hay que tener en cuenta que el 95% de estas organizaciones están directamente tuteladas por el gobierno estatal o municipal y sus presidentes reciben hasta salarios con dinero público y, en contrapartida, actúan como divulgadoras de las acciones gubernamentales y como focos de propaganda  electoral en épocas de elecciones.

En todos estos espacios que hemos identificados, la mujer, aunque numéricamente tiene una presencia paritaria en relación al género masculino, su visibilidad en cuanto sujeto político como agente de transformación social deja mucho que desear. Esto se debe a que su papel sigue siendo el que se le atribuyó históricamente como administradoras públicas al servicio del poder tradicional. De la actuación de las mujeres parlamentarias de Roraima no ha salido ninguna iniciativa que contemple las demandas de las mujeres como tales ni una equidad de género. Ejemplo de ello es que en Boa Vista no existe un Consejo de Defensa de los Derechos de las Mujeres y hasta hoy solo fue creado un consejo estatal de la mujer que padece de inanición. No existe ningún programa de amparo a las mujeres cabeza de familia y un centro de acogida para mujeres maltratadas solo fue creado en 2003 pero sin ningún programa de atención una vez que tengan que salir de él.
De todo esto se desprende que la mentalidad de estas mujeres directamente involucradas en la ejecución de las políticas públicas, todavía no ha incorporado los principios feministas. El debate acerca de las relaciones sociales de género, la división sexual del trabajo, el empoderamiento está totalmente ausente del ámbito político.

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