Los fundamentos teóricos de la Ley de 17 de  mayo de 1959, residen en primer lugar, en los aportes del pensamiento político  y jurídico cubano, sobre todo en el siglo XX, particularmente las valoraciones  acerca de los problemas estructurales que padecía la economía cubana, como la  monoproducción, la supeditación de la economía cubana a intereses foráneos, la  inequidad en la tenencia de la tierra, de todo lo cual derivaba la pobreza y la  marginación rural.
  En segundo lugar estuvieron, los proyectos  de Reforma Agraria, planteados desde la década del 30, primero por el partido  Comunista y luego por otros partidos políticos, el proyecto recogido en el  Programa de la Organización “Joven Cuba”, de 1934, liderada por Antonio  Guiteras1, la  propuesta de Reforma Agraria, planteada por Dr., Fidel Castro en su conocido  alegato de autodefensa por el Asalto al Cuartel Moncada en 1953, La Historia Me Absolverá.
  También se deben tomar en consideración  antecedentes foráneos como el Decreto Leninista de la Tierra de 1918, que nacionalizó  la totalidad de la tierra en Rusia y posteriormente realizó una amplia  distribución de parcelas en usufructo a favor de los pequeños campesinos, la  Constitución mexicana de Querétaro, especialmente su artículo 27 y la Ley  Federal de Reforma Agraria Mexicana de 19152. La Reforma  Agraria dictada en Bolivia, el 2 de agosto de 19533, fue una de  las propuestas de reforma agraria de mayor impacto político en su momento en el  continente, al proclamar el principio “la tierra es para el que la trabaja”, al  margen de que sus resultados reales no cumplieran tales expectativas.
  En  las obras de Carlos Marx y de Federico Engels, hay varios planteamientos, que  en su tiempo fueron acogidos dentro de los documentos programáticos de los  Partidos Comunistas de diferentes países y en las declaraciones de las Conferencias  de la Internacional Comunista, por ejemplo; el de la necesidad de la alianza  obrera y campesina, que aparece esbozada en la obra de C. Marx, “El 18 Brumario  de Luis Bonaparte”, el de necesidad de establecer diferencias en el tratamiento  político y jurídico diferenciado para las diferentes capas del campesinado por  parte del Estado socialista en el poder; proponiendo la expropiación contra los  grandes terratenientes y el convencimiento a los pequeños y medianos  propietarios para que se integren en cooperativas, cuestión que aparece  expuesta en el Prefacio escrito por F. Engels a “La Guerra Campesina en  Alemania”, obra de C. Marx y en “El problema campesino en Francia y Alemania”,  de F. Engels.4
  En el plano jurídico los  referentes fundamentales lo constituyen, la Constitución de 1940, que en su  artículo 90 proscribió el latifundio al tiempo que había prometido ponerle  límites a la propiedad sobre la tierra y devolver la tierra al pueblo cubano, la  Ley 3 de 10 Octubre de 1958, del Ejército Rebelde, que concedió la propiedad de  la tierra a todo el que la poseyera como arrendatario, precarista a título  gratuito hasta 2 caballerías y que da inicio a las entregas de tierra en las  zonas liberadas por los rebeldes y Ley Fundamental de febrero de 1959, que reitera  la declaración contenida por la Constitución de 1940.
1 Sobre la vinculación entre el Programa de Joven Cuba y la Ley de Reforma Agraria de 1959, puede consultarse Rolando Pavó Acosta: “La reforma agraria en Cuba; del Programa de la Joven Cuba a la Ley de 17 de mayo de 1959”.
2 Sobre la influencia y conexiones entre la Reforma Agraria mexicana y la Ley de Reforma Agraria cubana de 1959, puede profundizarse en Rolando Pavó Acosta: “Legado de la revolución mexicana en la reforma agraria cubana de 1959”.
3 Víctor Paz Estensoro, luego de ascender a la presidencia de Bolivia en abril de 1952, para su primer periodo de 1952 a 1956, adoptó medidas progresistas como la nacionalización de las empresas mineras de estaño de propiedad extranjera, e inició una reforma agraria por la que se cedieron algunas tierras a los indígenas.
4 No se debe soslayar el detalle que en la Comisión que redactó el proyecto de Ley de Reforma Agraria que fuera aprobado el 17 de mayo de 1959, participaron directamente el entonces Capitán Antonio Núñez Jiménez, que era miembro del Partido Socialista Popular (Comunista), Ernesto Guevara de la Serna, de formación marxista, y el propio Fidel Castro, que ha declarado en varias haber tenido contacto con las obras marxistas; sobre la elaboración de este proyecto puede verse Oscar Pino Santos: “La Ley de Reforma Agraria de 1959 y el fin de las oligarquías en Cuba”, pp. 42 y ss. Tampoco se pueden desconocer las influencias ideológicas, que llegan también de manera indirecta, a través de Antonio Guiteras, del que se conoce que su vasta cultura incluía, lecturas de V. I. Lenin, Bujarin y otros seguidores de Marx, y sobre la Revolución Mexicana, además de los movimientos que encabezaron Sun Yat Sen y Kemal Attaturk. Sobre los fundamentos del pensamiento de Guiteras, puede profundizarse en José Tabares del Real: Guiteras, pp.100-101.
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