 
                  Una vez  puntualizado todo, el coordinador empieza a narrar sus vivencias en los  diferentes cursos de la maestría, para romper con la inercia y las tenciones,  evitando la epistemofilia1.  Después continúa la dinámica con una introducción del tema efectuando la  pregunta ¿Qué se entiende por comunidad? Los participantes dan sus criterios y  valoraciones al respecto. Luego el coordinador ofrece el concepto construido  por los investigadores del Centro de Estudios Comunitarios de La Universidad Central  ¨ Marta Abreu ¨ de las Villas, con el propósito de propiciar la reflexión sobre  el tema, establecer un consenso y conducir a la gestación de lo comunitario en  este grupo.
  Prosigue la  acción con la interrogante ¿Cuáles son las principales contradicciones que se  producen a la hora de realizar su práctica profesional? – Es decir- aquellas  que impiden u obstaculizan el desempeño del trabajo en su ámbito de actuación,  entendiendo por contradicciones los malestares, inquietudes e insatisfacciones  que se dan en la cotidianidad. Entonces se inicia el debate de forma productiva  y amena hasta llegar al consenso. El resultado el debate se traduce en once  problemas identificados por el grupo y concluye la actividad.
  En el encuentro  siguiente, el coordinador da paso a la actividad con un sencillo conversatorio  en el que se realizan algunas reflexiones sobre la práctica profesional  desarrollada hasta la actualidad y posteriormente introduce la pregunta ¿Qué es  para ustedes trabajo social? En esta ocasión existe un mayor desenvolvimiento,  puesto a que hay una mayor familiarización con el concepto, pero los criterios  aquí sostenidos son un poco desactualizados. El coordinador realiza la rutina  anterior, somete el concepto manejado por los investigadores del CEC de la UCLV a criterio de los  participantes en la dinámica y comienza el debate. Al concluir se inicia el  establecimiento de las prioridades a los problemas identificados en el anterior  encuentro, teniendo en cuenta que es necesario partir de las soluciones que  están al alcance del grupo.
  La apertura del  posterior intercambio se realiza con una reflexión sobre el papel que corresponderá  jugar a los trabajadores sociales en el futuro proceso de integración entre el  Programa de Trabajo Social y el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Como  de costumbre se empiezan a emitir los distintos criterios, pero con la  característica de que todos coinciden en que prevalecerá la práctica  asistencialista, producto a que es propias de los trabajadores de esta  institución. El coordinador aprovecha ese margen para introducir la  interrogante ¿Consideran ustedes que sea posible transformar la práctica  profesional? –En otras palabras- mejorar esa intervención profesional que hasta  la actualidad se ha venido desarrollando, desarrollar una práctica profesional  que permita transformar la realidad existente en los territorios donde se  actúa, que responda concretamente a las necesidades sociales de sus  territorios. Todos comienzan a mirarse, emiten criterios afirmativos, pero  alegando que solamente no depende de los trabajadores sociales, también se  necesita apoyo de la dirección del programa en distintos niveles. El  investigador interviene y explica que es cierto que se necesita apoyo hasta un  determinado punto, pero en realidad el mayor interés es del grupo de  trabajadores sociales, por tanto, hay que analizar lo que se puede hacer desde  la posición de los trabajadores sociales, los que están en contacto directo con  los sujetos y su cotidianidad en la práctica concreta. Todos reflexionan al  respecto y coinciden en ese punto. A partir de ahí comienza la elaboración de  la matriz del autodesarrollo. En este encuentro solo se pueden trabajar cinco  problemáticas completas.
  El último  encuentro fue continuación de la actividad anterior y al mismo tiempo cierre de  la matriz del prediagnóstico, por lo que se empieza haciendo una panorámica de  todos los conceptos y criterios trabajados durante toda la dinámica hasta la  fecha -estamos hablando de los conceptos de comunidad, trabajo social, etc.- y  posteriormente se realizó una lectura de los problemas trabajados en la  dinámica anterior. Esto se realiza con el objetivo de que el grupo no pierda el  hilo conductor de la dinámica y puedan llegar con mayor facilidad a trazarse  metas y propósitos reales que se puedan alcanzar. Al concluir se introduce la  interrogante siguiente: ¿Puede este grupo cohesionar sus acciones y organizarse  para dar cumplimiento a los propósitos resultantes de esta actividad? –O sea-  las acciones que se deriven de esta dinámica, las propuestas de solución a los  problemas que presentan los profesionales en el desempeño de su actividad  práctica. Al principio hubo pequeñas indecisiones, una breve pausa, una  meditación, pero seguidamente se desató el debate con variadas opiniones.  Después se llegó al consenso que si se puede hacer, pero primero se necesita  determinar los que verdaderamente tienen interés en hacer trabajo social, pues  de lo contrario se corre el riesgo de la pérdida de la calidad y la seriedad en  las acciones, porque no todo el mundo tiene el mismo interés y motivación por  las cosas y muchos de los que hoy integran las filas, solo están por los  beneficios que les otorga el programa. Además la masividad ha sido una de las  causantes de que hoy sucedan estas cosas. Seguidamente se trabajaron las seis  problemáticas restantes quedando concluida esta etapa de la metodología.
  En esta dinámica  es fundamental el uso de la observación (ver anexo IV ), para poder obtener el  comportamiento de la disponibilidad y resistencia al cambio, la elaboración de  las acciones, la identificación de contradicciones, la disposición para la  incorporación a las tareas, así como para la toma de decisiones. Tampoco pueden  pasar por alto el empleo de técnicas de intervención grupal como la lluvia de  ideas, entre otras ya que incitan de forma muy sutil, a la participación  voluntaria de los miembros del grupo objeto de estudio, dando la posibilidad de  expresar sus malestares a todos sin subestimar criterios, lo que convierte a la  actividad en un debate crítico y enriquecedor. El grupo reflexivo ofrece la  posibilidad de trabajar la conciencia crítica de sus miembros, producto al  clima que en el se genera. Ello unido al empleo de otros métodos como los  mencionados con anterioridad, permite que el grupo se oriente hacia dónde debe  encaminar sus acciones y pueda ir trazándose metas encaminadas a solucionar las  dificultades más puntuales, mediante la participación de sus integrantes,  creando las condiciones para en las siguientes etapas hacer uso del grupo  formativo como complementador de las acciones para la gestación y desarrollo  del proyecto.
      1 Ver: Colectivo de autores, El Autodesarrollo Comunitario Critica a las  Mediaciones Sociales Recurrentes, Ed. Feijoo, 2004, Santa Clara. Cuba. 
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