VITAL RESOURCE

Elizabeth Barrascout

1.3 Inicios del Proyecto Humano

Hemos presentado apenas algunos de los pensamientos que la ciencia y los grandes pensadores de todos los tiempos han vertido en relación a lo que es el ser humano.
La ciencia natural enfoca el origen del hombre como resultado del proceso de la evolución y,  considerando que  acerca de estos conceptos existe abundante literatura que hoy día está al alcance de todos,  enfocaremos nuestra atención en el concepto que consideramos uno de los màs completos que han sido  vertidos en la teoría de la creación,  registrado por uno de los grandes hombres de la historia:   gran líder israelita, gobernador de la nación de Egipto, estadista y escritor de los primeros cinco libros de la colección conocida como Biblia,  quien dejó registrados datos importantísimos que hoy día no riñen,  sino màs bien se abrazan,  con el conocimiento científico.
Nos referimos a Moshé a quien se atribuye la autoría de la Toràh,  palabra que literalmente significa “instrucción”,  el cual es un documento que está  integrado por  los primeros cinco libros de la Biblia,  siendo el primero de ellos el libro de Génesis donde, en sus primeros dos capítulos,  aparece la narración de los orígenes del universo y del  ser humano.
Los elementos que forman el cuerpo humano en su materia física  (1.1 Su composición orgánica)  también forman parte de la tierra,  y esto obedece a una sencilla razón: el hombre fue creado  a partir de este elemento: “Formó pues Elohim al hombre del polvo de la tierra…” 
Siendo el agua el elemento universal sin el cual (al igual que el aire) la vida como la conocemos no sería posible,  tampoco es extraño que seamos agua en porcentajes del 60% al 70% y que de los 40 litros de líquido que contienen un organismo adulto normal,  24 de ellos se encuentre en el interior de cada una de las millones de células que funcionando unidas como una gran red,  forman nuestro ser.
Todos los elementos en perfecta coordinación  hacen posible la vida animada,  de la cual también están dotados el reino animal y el reino vegetal    que  por cierto,  también surgieron de la misma tierra y del agua.
¿Quién màs podría haber realizado semejante diseño, tan perfecto y coordinado?
“Formó pues Elohim al hombre del polvo de la tierra,  y alentó en su nariz soplo de vida,  y fue el hombre un alma viviente.”
La parte cognitiva del hombre es el soplo de su Creador,  lo cual le alienta y mantiene con vida inteligente,  marcando con ello la diferencia que abre una brecha entre el ser humano y el reino animal,   y otorgándole  al hombre a partir de entonces,  dos características que al entendimiento científico no son conocidas en otro lugar del Universo:

En sus escritos  el autor utiliza la palabra hebrea  tsèlem,  que literalmente significa “parecido,  figura representativa, apariencia”

 

La palabra semejanza en su raíz principal hebrea corresponde a damà,  que literalmente significa “comparar, pensar, idea”
Hacemos  esta separación entre dos conceptos que en el idioma español son sinónimos,  pues consideramos muy importante el conocimiento que aporta a este documento el significado de ambas palabras, para entender lo que había en la mente del Creador cuando pensó en formar al ser humano que,  fundamentándonos en estos significados, podríamos resumir de la siguiente forma:
Crear un ser igual a Elohim,  que fuera su figura representativa en esta parte del universo, con su misma apariencia,  que pudiera ser comparado con El y que tuviera las mismas capacidades generadoras de ideas, su inteligencia, su misma capacidad de  razonamiento y  pensamiento para continuar desarrollando y administrando el resto de la creación sobre el planeta Tierra.
El ser humano fue dotado con todas las herramientas, recursos y capacidades necesarias para cumplir con el propósito de su creación,  capacidad que recibe con las instrucciones del mismo Creador: “Y los bendijo Elohim y les dijo: fructifiquen y multiplíquense,  llenen la tierra y sojúzguenla,  señoreen en los peces del mar, las aves de los cielos y en todas las criaturas que se mueven sobre la tierra”.
De tal suerte,  el ser humano lejos de ser el resultado de un proceso evolutivo casual y sin aparente razón,  vemos cómo es creado con propósitos muy claros y que ahora ocupan nuestro interés:

Ser productivos en todas las áreas,  hacer producir la semilla que el Creador hizo

Producir màs personas con sus mismas capacidades,  no solamente por herencia,  sino a través de la enseñanza y la capacitación

Henchir es llenar un espacio que está vació,  esto indica ser creativos,  edificar, sembrar, hacer cosas nuevas que estarían surgiendo como emergencias

Esto significa que otro de los objetivos del ser humano es  dominar la creación con el uso de la fuerza,   tanto física como intelectual

Es estar en una posición superior o de mayor altura,  con el propósito de dirigir u ordenar que se haga algo,  en el claro entendido  que un señorío lo ejerce quien está capacitado para ello.
Si analizamos cada uno de los conceptos anteriores tratando de llegar a una conclusión respecto al propósito por el cual el ser humano emerge en la creación,   tanto en cada concepto  como en la reunión de todos ellos,  podremos notar con toda claridad que el ser humano tiene como único designio ser un excelente Administrador,  desarrollando esta capacidad a la altura de Aquel que lo formó.


1 Preferimos utilizar los nombres respetando su origen,  en este caso hebreo.  De igual manera utilizaremos cuando sea necesario  los títulos relativos al Ser Supremo o Dios,  como es conocido usualmente,  refiriéndonos a el en el transcurso de esta obra como Elohim, siendo uno de sus significados “Dios por sobre todos los dioses”.

2 (Biblia, 1602) Génesis 2:7a

3 (Biblia, 1602) Génesis 1:11, 12, 20, 21, 24 y 25

4 (Biblia, 1602) Génesis 2:7

5 (Biblia, 1602) Génesis 1:26

6 (Strong, 1990) Hebreo 6754

7 (Strong, 1990) Hebreos 1819

8 (Biblia, 1602) Génesis capítulo 2

9 (Biblia, 1602) Génesis 1:28

10 (Grupo Editorial Ocèano, 1992)

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