ARTE Y CULTURA DIGITAL: PLANTEAMIENTOS PARA UNA NUEVA ERA

José Luis Crespo Fajardo

Ray Jonson & New York Correspondance School

Fueron las actividades del americano Raymond Edward Johnson las que han dado origen al arte correo tal y como lo conocemos, puesto que hasta entonces era una actividad incidental y sin denominación propia. En un principio, Ray Johnson era el centro de los envíos y eventos, manteniendo correspondencia con artistas destacados del periodo. Algunos de ellos, como Ed Plunkett o Dick Higgins, también fueron determinantes en la formación de lo que es la esencia y la logística del arte correo. Sin embargo, sería sólo a partir de la aparición de la “New York Correspondance School (NYCS)”, creada por Johnson en 1962-63, cuando esta manera de producir arte realmente se estructuraría como una gran red social de comunicación e intercambio. Más que una institución formal, la NYCS fue una etiqueta y una identificación para la “performance postal” 12 del artista.

Como un artista polivalente, Johnson ha producido collages, esculturas, libros, acontecimientos, arte por correspondencia, música, fotografía y diseño gráfico. La muerte, como valor de la nada, ha sido una temática recurrente en su trabajo, tanto es así que llamaba “nothings” a sus happenings. Su propia muerte es considerada un nothing, pues, en opinión de amigos estaba trabajando en su “evento final”, de modo que su muerte (suicidio) en 1995, a los 67 años, fue siempre un misterio, intensificando su mito. “La muerte, para Johnson, fue un componente de formación dentro de la existencia de las cosas”. 13

Siempre se mantuvo como un artista independiente y con una actitud bastante alejada del mundo del arte convencional. A pesar del carácter excéntrico y totalmente individual de su arte y de sus métodos, así como de su papel fundamental en la aparición del arte correo, Ray Johnson puede también ser asociado al arte pop, al arte conceptual, a las actividades del grupo Fluxus y a otras manifestaciones, pese a no pertenecer estrictamente a ninguna de ellas. Como afirma Klara Kiss-Pál 14, Johnson “fue atraído por todo aquello que fuera definido por el azar y lo imprevisible. Rechazaba lo definitivo, lo concluyente, lo puntual”.

Junto con Robert Rauschenberg y Cy Twombly, Johnson fue alumno, desde 1945 hasta 1948, del Black Mountain College en el cual entró en contacto con Joseph Albers, Robert Motherwell, Mary Callery, John Cage, Merce Cunningham, Buckminister Fuller, Willem y Elaine DeKooning, entre otros —alumnos y profesores en la época— que incentivaron sus búsquedas experimentales y el interés por el trabajo colectivo.

Según Lawrence Alloway15, el principal trabajo de Johnson fueron los denominados “moticos”. Se trataban de pequeños collages realizados a partir de la superposición de imágenes de revistas, periódicos, embalajes, a los que agregaba dibujos y palabras, formando así composiciones intrincadas y discursivas, repletas de asociaciones e indicios. De acuerdo con Donna de Salvo 16, la elección de Johnson de la palabra “moticos” se deció a que era el anagrama de “osmotic”, palabra que un amigo suyo, Norman Solomon, acababa de consultar en el diccionario. Partiendo de un listado de dirección de aproximadamente 200 nombres, desde 1955, el artista enviaba estas obras por correo, iniciando así su actividad postal.

El artista también reutilizaba trabajos con frecuencia, tanto transformando constantemente sus propias producciones o interviniendo en envíos que había recibido de artistas con los cuales mantenía correspondencia. Con esta actitud ponía en cuestión los conceptos de originalidad e intocabilidad normalmente relacionados con las obras maestras. Además, creía firmemente que original y copia tenían el mismo valor, puesto que ambos decían lo mismo. Bajo ese precepto también realizaba sus envíos, aunque contradictoriamente también defendía su “copyright”. De hecho en una entrevista —en la cual demostraba estar bastante contrariado por la publicación del libro “A Brief history of Correspondence Art” de Michael Crane— afirmó haber hecho una consulta a su abogado y que todo su trabajo estaba protegido por derechos de autor 17. Siempre mantuvo una relación contradictoria entre la invisibilidad en el mundo tradicional del arte y la frecuente promoción de su propia imagen e historia en el arte correo, el mito alrededor de su figura es en gran parte resultado de esa ambigüedad: “el artista desconocido más famoso del mundo”.18

Recuperando algunas ideas de participación y colectividad de las primeras vanguardias como el Surrealismo o el Dadaísmo, Johnson también creó formas particulares de comunicación que se expandieron por la red. Una de ellas fue el “send to” (enviar para), que al estipular instrucciones de continuidad de los envíos indicando una secuencia de destinatarios, implicaba a más de dos personas en la cadena de comunicación. En esta forma de envío los intermediarios funcionan como ambiguos eslabones: tienen una función pasiva al ser meros testigos de los hechos, de pero al mismo tiempo son decisivos en el proceso de la comunicación, como responsables de la llegada o no del envío al destinatario “final”.

Otro dispositivo fue el “add to and return to Ray Johnson” (añade y retorna a Ray Johnson), que consistía en la invitación a la colaboración, abriendo su obra a la participación del otro. Con estas propuestas, Johnson cuestionaba también el valor de la autoría y autenticidad de la obra de arte.

La actuación artística de Ray Johnson no es sólo importante para el entendimiento del arte correo y de las manifestaciones artísticas periféricas sino que también sus cuestionamientos son fundamentales para la comprensión de las relaciones presentes en el mundo “oficial” del arte occidental. Como afirma Clive Phillpot 19:

La práctica de Ray Johnson, tal como se expresa en su mail art —la idea de la comunicación uno-a-uno, la irrelevancia de lo que es físicamente original, la colaboración, el regalo, la fusión del arte en el flujo del correo—se suma a una visión de arte que no es sólo una verdadera alternativa a las prácticas artísticas más actuales, pero cuestiona implícitamente el mecanismo normal del mundo del arte occidental.

Hasta 1962-63 no había ninguna mención específica para el arte correo. Fue Edward Plunkett 20 quien introdujo “correspondence” a la denominación dada por la New York School, escuela referente de la pintura abstracta, creando un juego de palabras entre la escuela de arte vigente y las escuelas por correspondencia comunes en la época. Sin embargo, Ray Johnson aceptó inmediatamente la broma pasando a deletrear de innumerables maneras el término “correspondence” y utilizándolo tanto en su forma convencional como a través de divertidas alteraciones como: “correspondance” (dance, en castellano: bailar/danza); “correspongedance” (indicando la capacidad absorbente de la red), “corraspondance”, “correspondunce” o “co-respondent”. Es por lo tanto el propio Johnson que finalmente “bautiza” la NYCS, destacando con este juego de palabras las relaciones entrelazadas y múltiples que él había creado a través del correo.

El 5 de abril de 1973, Johnson decreta la muerte de la NYCS a través de una carta enviada a la sección de obituarios del New York Times. La esquela no fue publicada, no obstante ha circulado entre los miembros de la NYCS creando un marco importante en la historia del arte correo. De hecho las actividades postales de Johnson no fueron interrumpidas y siguieron bajo referencia de la “Death School” (escuela muerta), de la recién creada Buddha University (junio de1973) o aún de la propia NYCS, que incluso después de su “muerte anunciada” siguió respaldando innumerables Fan Clubes con sus respectivas exhibiciones dedicados a celebridades como Marcel Duchamp, Jean Dubuffet, Shelley Duvall, Paloma Picasso, David Letterman y Cher o otros como el Blue Eyes Fan Club o Spam Radio Club.

La New York Correspondance School (figura 4) fue el trabajo de mayor compromiso de Ray Johnson y su mayor contribución para el arte correo. Entretanto el reconocimiento de su obra sucede más por sus collages que por la creación de la NYCS, una vez que su actividad postal es considerada por la mayoría de los expertos como una actividad secundaria interesante en su biografía pero no lo suficiente importante para dedicarle demasiada atención. Eso se pudo comprobar en una de las más recientes exposiciones realizadas en el Museo d’Art Contemporani de Barcelona (MACBA), en la cual, a pesar del nombre de la exposición “Ray Johnson - Completar y devolver, por favor” (noviembre/2009 hasta enero/2010) que enfatizaba la participación del artista en una red de comunicación, lo que realmente pretendía destacar eran sus collages 21.

Tim Mancusi (en entrevista a Janssen 22) defiende que Johnson era consciente tanto de esta invisibilidad para el mundo del arte llamado “oficial” como del gran poder de comunicación e intercambio en red. De acuerdo con dicho autor, fueron esos los motivos que llevaron Johnson a identificar sus experimentos postales con la NYCS. El funcionamiento de la NYCS dependió sobretodo de la interacción directa entre sus participantes. Como resultado, los primeros envíos se caracterizaron por ser producciones prácticamente únicas, en las cuales sobresalía el carácter personal y laborioso del artista. Algunos de ellos se dedicaron especialmente a crear objetos raros o proyectos estrambóticos, cuya posibilidad de envío era prácticamente impensable. De todas formas, las regulaciones postales eran mucho menos exigentes que ahora y el desafío de entonces era enviar todo desempaquetado y visible, aunque en algunos momentos fuera necesario persuadir al personal de los correos a aceptar los ítems sin seguir las normas.

Esta escuela nunca reivindicó ser una innovación, sin embargo las actividades por ella iniciadas se mantienen desde hace más de cuarenta años y hoy en día es valorada por haber sido una de las primeras redes sociales de éxito.

Fue a través de la New York Correspondance School y de la figura de Ray Johnson que diferentes nacionalidades se unieron vía postal. Ray Johnson no restringía su correspondencia a los conocidos, así como los envíos no eran limitados a experiencias personales como la mayoría de los realizados hasta entonces. Sin embargo, todo lo que ocurría en la red de la NYCS estaba relacionado directamente con su figura y con su performance postal, Ray Johnson era el centro 23. Mientras tanto él intercambiaba e incentivaba el cambio de material artístico entre las más diferentes personas: artistas, amigos, celebridades e incluso desconocidos y aquellos que intercambiaban correspondencia con la NYCS rápidamente tenían su lista de direcciones ampliada. Según el propio Johnson: “usted debe participar para comprender que la NYCS no tiene ninguna historia, solamente tiene el presente y realmente no importa como usted la llama o deletrea: deje sólo que la correspondencia dé comienzo y elija a su propio socio”.24

Incluso considerando que cualquiera pudiese participar, hay que atenerse al hecho de que la red en los primeros momentos funcionaba más de forma directa y unipersonal, manteniendo un gran sentido de privacidad, de manera que la amplia participación sólo ocurriría a finales de los sesenta. Algunos estudiosos como el artista Ken Friedman25 incluso afirman que Ray Johnson —del mismo modo que muchos artistas Fluxus— mantenía una postura bastante privada y autocentrada en la red, de manera que no les interesaba el potencial de transformación social y la calidad de amplia abertura que era defendida por Robert Filliou a través del concepto de “Eternal Network”.

Johnson definió la comunicación interpersonal como la esencia del arte por correspondencia, pero su atención todavía estaba volcada en los aspectos visuales y poéticos de la comunicación. Por lo tanto, Ray Johnson, como otros artistas Fluxus, actuaban de manera paradójica: al mismo tiempo que sus trabajos eran implícitamente públicos —eran impresos y distribuidos por correo invitando a la gente a tomar parte— ellos se mantenían en un estricto círculo de artistas, compositores y diseñadores que se conocían entre sí de antemano.

Michael Lumb 26 también llama la atención sobre a otro punto importante de la trayectoria de Ray Johnson dentro de la red de arte correo, pues a pesar de haber mantenido el artista una constante actividad en ella, eligió no participar en los debates acerca de la práctica, ni tampoco en los encuentros, incluso en aquellos que tuvieron lugar en Nueva York. Del mismo modo, no se dedicó a los sellos de artista (artistamps), estampillas de artista (rubberstamps), ni postales (postcards). En este caso serían los artistas Fluxus los responsables por su entrada y explotación en la red. Lo mismo ocurre con las listas de direcciones. Mientras que Johnson no publica las listas con los nombres y direcciones, los artistas Fluxus lo hacen constantemente, como una manera de incentivar la participación, el intercambio y el crecimiento de la red.

Debido a la frecuente utilización por Ray Johnson tanto de copias como de “reciclajes” en su performance postal, así como la habitual apropiación de los artistas correo de su imagen personal y de sus cabezas de conejito (bunny heads), es difícil encontrar un catálogo de arte correo que no haya participado directamente o que no haga ninguna referencia a su nombre. Ahora bien, según sus propias palabras 27 pese a que comprende la admiración que los artistas correo tienen hacía él y la influencia que puede tener generado en ellos, nunca ha hablado de mail art, ni tampoco ha estado vinculado a la red. Ray Johnson es, por lo tanto, el padre de una red huérfana.

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