DIVERSIDAD CULTURAL Y EMPRESAS FAMILIARES VOL.I

Mónica Colín Salgado
Alejandra López Salazar
María del Carmen Pedroza Gutiérrez

La tecnología utilizada en la fábrica.

La tecnología de la fábrica no sólo aparece como una forma de articular las tareas necesarias para la producción en sus talleres, sino como una influencia en el tejido social de la nueva clase trabajadora con rasgos rurales asentada en San Juan del Río. Los que establecen la tecnología en la fábrica son los Salas, pero los que completan la esfera de la tecnología para ponerlas en marcha son los trabajadores. La tecnología en ese momento se limitaba en su forma aparente a aparecer como una serie de aparatos que mostraban una enorme sencillez en su estructura. Pero esta sistematización de pasos permitía observar una distribución de recursos humanos novedosa para la población que se acercaba a laborar en los talleres de la fábrica. Pipitone expresa que:

"Toda acción más o menos relevante se inserta en un tejido de acciones y reacciones múltiples dentro de la cuales la monocausalidad parece adaptarse ya sólo a segmentos marginales de la estructura socio-productiva. Es en este contexto que las tareas productivas parecerían ser progresivamente menos relevantes respecto a las tareas de coordinación, control e integración tanto de los aparatos productivos como del conjunto de la estructura social." (Pipitone, 1986: 16)

Las máquinas que se utilizaron en esta fábrica datan de los años de 1800. La literatura sobre la tecnología presenta algunos ejemplos de textos donde se hace referencia a los instrumentos y máquinas de la época, en el que el despegue industrial dejaba ver tales avances en sus modelos. Entre estas máquinas se pueden observar  “el molino de esferas de acero” y  las cuales fueron usadas por las fábricas que tenían tanto Montull en “La Central” como los Salas en la “Cía. Industrial”. Ésta máquina estaba  compuesta por una esfera oval que giraba descentrada con el propósito de que las esferas de acero de su interior se encontraran unas con otras, triturando cualquier material que se le introdujera. Estaba sostenida por dos ejes en las partes extremas, y en uno de sus lados tenía un orificio por donde se le introducía y extraía el material. Era movido por una banda unida a un motor que la hacía girar veloz e intensamente, y en su rotación las esferas de acero golpeaban unas con otras reduciendo a polvo el material introducido. Las mezclas que se hacían en este molino, o como se le conocía comúnmente el “ball mill”, eran de material tal como el sulfuro de antimonio, el clorato de potasio y el óxido de metal.
Otra de las máquinas que podemos mencionar y que se encontraba entre las posesiones de los Salas fue la “inner machine”. Esta máquina estaba diseñada para elaborar las cajas de cartón que debían de contener los cerillos. A una tira de cartón delgado se le marcaban los bordes, se le hacía unos cortes y en otro de sus pasos finales hacía dobleces para terminar creando la caja interior, por eso se le llamaba “máquina de interiores”
El molino de fricción para el lijado de la madera que llevaba. Consistía en un enorme tonel de madera en  forma cilíndrica, su rotación era de velocidad lenta y servía para dejar pulidos los trozos de madera para los fósforos. Era movido por una banda unida a un motor de pocos caballos de fuerza. Se le introducían los trozos ya cortados a la medida del fósforo y al girar rozaban uno con otro cada palito de madera quedando lisos y sin astilla alguna después de un breve periodo de tiempo dentro del molino. “La máquina continua” es una gran máquina que hizo su aparición en una de las etapas avanzadas de la fábrica de San Juan del Río. La gran “maquina continua” es una máquina que tiene una enorme banda, que gira a través de rodillos y mecanismos que permiten la inserción de bastidores. Estos  tienen incrustadas las maderitas para que pasaran por un recipiente que contiene la “pasta”, y de ahí se hacen los cerillos. Para que el secado de la pasta  no se desprenda del pabilo se pasa por esa banda que dura en su ciclo completo cerca de 45 minutos.
Los trabajadores de la fábrica, se encargaban de elaborar la pasta haciendo la mezcla de los ingredientes. Cortando las hojas de madera para la obtención de los fósforos, insertando los pabilos o las maderas, luego poniendo los cerillos y fósforos en las mesas, para que las trabajadoras efectuaran el encajillado a mano. Después, de ahí se ponía la viñeta a cada cajita de cerillos y de ahí pasaban a un área donde se empaquetaban las cajas de cerillos y fósforos.
Si bien se contaba con la presencia de las máquinas que se han descrito, gran parte del proceso para la elaboración de cerillos era manual, a diferencia de lo que se hacía en aquellas fábricas de Montull en “La Central”, donde se tenía un adelanto en este aspecto debido a la presencia de maquinaria que efectuaba esa labor de producción. Por lo que aquí, se usaban bastidores en los cuales se insertaban los pabilos y las maderas para los fósforos. Esta era una actividad que  tenían que hacerlo con las manos y que requería de una habilidad específica. Los bastidores que se utilizaban en esta máquina eran unos cuadros de madera de dimensiones de 90 centímetros de largo por unos 60 centímetros de ancho aproximadamente. Estos bastidores contaban con una serie de laminillas metálicas que sostenían por medio de presión el pabilo o la madera. En cada uno de esos bastidores se insertaban cientos de pabilos o palitos, y el llenado estaba de acuerdo a la habilidad de cada trabajador. Posteriormente se transportaban los bastidores a la máquina continua en donde se pasaba por abajo al pegado de la pasta.
Después de este paso los bastidores que contaban  con los cerillos elaborados se pasaban a una máquina con un riel que los pasaba lentamente en una cabina con fuego lento para que su secado fuera más rápido.  Unos encargados de supervisar el secado de los cerillos  trasladaban los bastidores a una plancha, donde los vertían para liberar los bastidores. Estos se regresaban a unos contendores de bastidores para llevarlos nuevamente a su llenado. En tanto que los cerillos eran puestos en recipientes donde las obreras efectuaban lo que se llamó el “encajillado”. Este encajillado consistía en poner una cantidad determinada de “luces”, así llamados a los cerillos puestos en las cajas internas. Mientras otras trabajadoras ponían esas cajas internas en las cajas exteriores, y de ahí pasaban a su etiquetado o a una línea de trabajadoras que les pegaban los timbres fiscales. Se encontraba otra línea en donde les pegaban con anterioridad las viñetas que debían de caracterizar la marca de los cerillos. Otro de los pasos importantes en la elaboración era el pegado de la “lija”, es decir el material que sirve de apoyo para el encendido del cerillo mediante la fricción con ese material y que se ubica en uno de los cantos de la cajita. En síntesis ese es el proceso de la elaboración de cerillos, que estaban fabricados con papel encerado para ser utilizado como pabilo, y los fósforos, que a diferencia del pabilo que es de papel este es de madera.

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