ESTRATEGIA DE COMUNICACIÓN PARA EL TRABAJO COMUNITARIO EN EL POBLADO LA ESTRELLA.

Migdalia Atucha Fuentes
Dayanko Guevara Álvarez.

CAPITULO I: FUNDAMENTOS TEÓRICOS DEL CONCEPTO DE COMUNICACIÓN PARA EL TRABAJO COMUNITARIO.

Se abordan los elementos teóricos que fundamentan la comunicación. Se realiza el estudio histórico de los procesos de la comunicación y la evolución del trabajo comunitario, desde 1959 hasta la actualidad. Se hace referencia a la comunicación como la vía idónea para el trabajo en la comunidad.

I.1 La Comunicación y sus Teorías.

La necesidad de comunicarse es un proceso que nace con la evolución misma de la especie humana. Hace 20 mil años el hombre ya dibujaba utilizando instrumentos rudimentarios creados por él mismo. De esta forma, relató en los muros de las cuevas su relación con la naturaleza y con sus semejantes. Los frescos decorados en las cuevas de Altamira y Lascaux ubicadas en España y Francia son evidencia de las primeras manifestaciones gráficas del arte paleolítico y las extraordinarias revelaciones que el hombre cuaternario legó para la historia (González y Moure: 2000: 118-119). Ciertamente, es difícil pensar que el hombre prehistórico fuera pionero de la comunicación visual, de registrar mensajes codificados para dejar testimonio de sus acciones, pero estas evidencias permiten aproximarnos a su forma de vida, pues pintó a los animales que cazaba y representó a los elementos de la naturaleza como él los apreciaba. Así, dejó huella de su paso por la Tierra y su relación con el medio en que vivió.
Esto implica un espectro complejo de abordar, puesto que su comportamiento atraviesa por una multiplicidad de formas de interacción registradas a lo largo del tiempo en las diversas culturas. En consecuencia, hoy es difícil encontrar entre los autores un enfoque único para el estudio de la comunicación, por ser una característica que poseen casi todos los seres vivos, pero en el caso del hombre fue desarrollada hasta el punto de formularla como instrumento indispensable para su cultura, capaz de ampliar su espectro y extender su influencia a una innumerable cantidad de disciplinas.
Comunicar proviene del latín comunicare, que se interpreta como establecer algo en común con alguien, compartir alguna idea, etc. La comunicación de acuerdo a su génesis es una capacidad, consecuencia de la evolución y resulta un proceso activo donde se intercambia información. Además, comunicación es: “acción o efecto de comunicarse” (Breve Diccionario de la Lengua Española). También se tiene comunicación siempre que una fuente emisora influencia a otra mediante la transmisión de señales que pueden ser transferidas por el canal que los liga. (Osgood, 1961).
El estudio realizado acerca de la comunicación, permite un acercamiento a las diferentes concepciones abordadas por prestigiosos investigadores relacionados con esta materia, entre las que se destacan aquellas que sostienen que la comunicación es:
Transmisión de información, ideas emociones, etcétera, mediante símbolos, palabras, imágenes, cifras, gráficos, entre otros. El acto o proceso de transmisión es lo que, habitualmente, se llama comunicación. (Berelson y Steiner; 1964).
En el mismo los autores plantean una valoración crítica del concepto mecánico de comunicación, presente en organizaciones estructuradas al estilo clásico, para las cuales la comunicación  se produce únicamente en términos trasmisivos.
Un proceso permanente, en el que el sujeto va descubriendo, elaborando, reinventando, haciendo suyo el conocimiento. Un proceso de acción-reflexión-acción que el hace desde su realidad, desde su experiencia, desde su práctica social,  junto con los demás integrantes de su comunidad. El emisor está junto al receptor, no para dirigir el proceso comunicativo sino para estimular ese proceso de análisis y reflexión, para aprender junto a él  y de él, para construir juntos una realidad. (Mario Kaplún, 1984).
El autor plantea un cambio de actitudes, consistentes en el cambio de un hombre acrítico a un hombre crítico, de un proceso libre en el que el receptor debe tomar sus opciones cada vez con mayor autonomía. Estableciendo como objetivo que el hombre piense y ese pensar lo lleve a transformar su realidad. Es decir la comunicación es un proceso permanente que integran múltiples modos de comportamiento: palabras, gestos, métodos, mímica, manejo de espacio, es un todo integrado del cual no puede aislarse una parte.
La definición del término comunicación resulta diversa y en ocasiones controvertida. De acuerdo con las tareas y según el nivel de análisis, la comunicación puede definirse como un concepto amplio y por el contrario, muy estrecho. Sociólogos y filósofos, en su sentido más amplio, la han definido como el conjunto de relaciones sociales entre los hombres y que junto al trabajo, han determinado la evolución de la sociedad y contribuido a la formación del hombre mismo.
La comunicación, tal y como la entiende Weil es una relación dialéctica y recíproca entre un emisor y un receptor. Si de verdad funciona el principio de interacción, el receptor debe participar activamente en la elaboración del mensaje, adecuándolo a sus perspectivas y necesidades. Se trata por lo tanto de un interés mutuo en que ninguna de las partes engañe a la otra, una actitud que redunda en la eficacia del proceso comunicativo. (Weil: 1990).
La comunicación -vista de esta forma- es una relación entre seres humanos que implica respeto, mirar al otro, escuchar, es aceptación, comprensión y tolerancia. Requiere del cumplimiento de los aspectos condicionantes, que garantizan la realización del acto comunicativo, como una realidad condicionada por el hombre y por los factores socioculturales del contexto en que tiene lugar la comunicación. Atendiendo a que la comunicación es una forma de actividad que se da entre los seres humanos, en un contexto social determinado y que la propuesta de esta investigación, necesariamente requiere de la interacción comunicativa. Todo ello indica que el término comunicación cobra hoy nuevos matices de significación, pero en términos generales se puede caracterizar como el acto de transmitir información entre un transmisor y un receptor, a través de un canal y mediante un código; aunque es evidente que la palabra se identifica de forma general con todo tipo de información, y no sólo con los actos que tienen lugar mediante el lenguaje articulado.
Carlos Fernández Collado la considera como un conjunto total de mensajes que interactúan entre los sujetos integrados de una organización y entre ellas y sus medios. (Fernández; 1997)
Se refiere a la interacción interpersonal e intergrupal que se lleva en la comunidad. Permite orientar las conductas individuales e instaurar relaciones interpersonales que contribuyan a laborar unidos para alcanzar lo deseado. De manera más precisa, en los grupos se establecen acuerdos de relación convenientes para coordinar los esfuerzos hacia objetivos comunes. Sin embargo no se puntualiza en el criterio del autor el proceso de retroalimentación que se expresa entre los sujetos integrados.
Según Martín Serrano, la comunicación “es una actividad muy antigua y se le define como la aptitud para servirse de la información en la interacción y esta la poseen las especies animales que han antecedido al hombre en millones de años. (Martín Serrano; l991: 13).
Para el español Lucas Martín: la comunicación es tanto el modo de recibir la cultura como el instrumento  utilizado en su construcción, la cultura  de cada organización vendrá por la propia atención general a la comunicación, la complejidad del modelo de comunicación, manejado a la distinción entre comunicación interna y externa, formal e informal. (Martín; 1997)
Considerando los dos conceptos anteriormente abordados, los autores de este trabajo coinciden totalmente con ellos, en el primero se ve la comunicación como el proceso de trasmitir y recibir información, intercambiar cultura, tradiciones ya sea de una organización o de personas naturales. En el segundo se plantea desde una concepción actualizada de la cultura, la concibe como un fenómeno integrador en el que tiene valor el intercambio social en todas sus dimensiones.
Los autores, analizando todos los conceptos, proponen la siguiente definición para ser usada como base en el diagnóstico y en el desarrollo de la estrategia:
Todo proceso de comunicación tiene un emisor, un receptor y un mensaje contenedor de la información. El código del mensaje es portador de la intencionalidad o ideología del emisor. El receptor usa su experiencia para no sólo decodificar (entender) el mensaje sino para enriquecerlo al incorporarlo a su sistema de conocimientos (plano pragmático de la semiótica). Esta es la base primaria de toda comunicación, pero los factores multidimensionales de espacio, localidad, dominio del discurso, nivel cultural, medios,... hacen que la comunicación adquiera una complejidad sólo posible de salvar por medio de un análisis científico desde el punto de vista materialista/dialéctico poniendo como protagonista al ser humano aunque procesos puntuales de comunicación puedan prescindir de esta humanidad en uno o ambos actores (emisor o receptor). Es decir, aunque existan proceso de comunicación humano/máquina o máquina/máquina, el objetivo de todos es facilitar los procesos finales donde siempre hay humanos en ambos lados. Las máquinas deben ser vistas como agentes pasivos y nunca como protagonistas por muy desarrollada que pudiera estar la tecnología de los medios. Comunicación es interacción social, es educación, es enriquecimiento cultural e ideológico. No obstante no debe negarse el papel revolucionario (en el sentido literal del término) del desarrollo de las tecnologías de información al implicar cambios cualitativos en los procesos de comunicación para los seres humanos.


I.1.1. Evolución Histórica de los Procesos de la Comunicación


El lenguaje hablado es el principal medio natural que tenemos para comunicarnos con los demás. Hasta la invención de la escritura hace aproximadamente 5000 años, la transmisión de la información estaba tecnológicamente limitada al alcance de la voz, a la de los sentidos y a la precisión de la memoria de los interlocutores. La palabra escrita derribó barreras y de este modo abrió la posibilidad de transmitir y conservar mensajes a través del tiempo y del espacio.
La aparición de la escritura, inicialmente pictográfica, luego ideográfica y posteriormente alfabética, representó un hito fundamental en el largo camino de las técnicas de la comunicación y la representación hacia el control del espacio y el tiempo, inaugurado con las pinturas rupestres y de las cuales la simulación digital puede considerarse como la última etapa.
No fue hasta la invención de la imprenta a mediados del siglo XV cuando todo el potencial transformador de la escritura se puso de manifiesto, la imprenta representó un paso trascendental para la difusión de la escritura como medio de comunicación e información y permitió su definitiva consolidación como técnica de transmisión del conocimiento. Constituye el salto cualitativo que define la Comunicación a Distancia.
Los progresos científicos y técnicos que acompañaron y propiciaron la revolución industrial durante la primera mitad el siglo XIX permitieron una aceleración radical en la transmisión de la palabra, la aparición del telégrafo en 1837 estableció por primera vez la posibilidad de comunicarse a distancia de un modo instantáneo. Este significativo, aunque parcial, triunfo sobre las distancias representó el inicio de un movimiento en la estructuración y percepción del mundo cuya “onda expansiva” ha llegado con fuerza hasta nuestros días. En efecto, la urgencia de inmediatez y la disolución de las fronteras territoriales se han convertido en puntos de referencia fundamentales para la aprehensión de lo real, en un contexto en el cual las redes telemáticas, herederas directas de las primeras líneas telegráficas, cumplen un papel de creciente importancia.
En poco más de 150 años nacieron sucesivamente el telégrafo, el teléfono, la radiodifusión, la televisión y las redes telemáticas; este último un fenómeno cuyo desarrollo ha alcanzado niveles inimaginables y sin el cual no es posible concebir la organización de la sociedad contemporánea.
La lenta y difícil construcción de la prometida -y supuestamente balsámica- sociedad de la información se apoya en el desarrollo de las tecnologías. Fue a finales de los cuarenta y a comienzos de los cincuenta, cuando el “edificio de la comunicación social” sostenido por la electrónica, comenzó a adquirir su actual perfil, no fue hasta a finales de esta última década, con la invención de los circuitos integrados que se abrió una nueva etapa en la electrónica y en la informática.
Autores de orientación marxista, como A. Leontiev y B. F. Lomov, sostienen que aquellos que solo describen el aspecto formal exterior de la comunicación, no tienen en cuenta que la información, además de transmitirse, también se forma, se desarrolla y refuerza. Llama la atención que esos investigadores toman la comunicación como un proceso cerrado en sí mismo y se olvidan que en ella participan personalidades que conocen y transforman el mundo exterior. También los lingüistas la han abordado como objeto de estudio. Así se encuentran las casos en que autores, de orientación no marxista (J.L.Kibson, D. Namtom), por citar algunos, la ven como un proceso de transmisión de información, de ideas, de pensamiento.
Se destacan los aportes de L. S. Vigotskiy y S. L. Rubestein, quienes analizaron la comunicación en un contexto sociocultural determinado. Coincidiendo con esas ideas, Victoria Ojalvo y otros autores, precisan que la comunicación es un proceso de interacción, de contacto entre personas, de interrelación entre personalidades, que se dan en un determinado momento, con una marcada intención y en un lugar específico.
Se coincide con estas posiciones de corte marxista, en que se entiende que la comunicación no consiste en una acción de un sujeto a otro, sino de intercambio de influencias, de ideas, pensamientos, actitudes, sentimientos, experiencias, conflictos, necesidades, entre otros aspectos, que se relacionan con cualquier acto comunicativo entre los hombres.
También se comparte el criterio de Manuel Martín Serrano cuando al referirse a las capacidades de los hombres, como actores de la comunicación precisa que: “Los actores humanos han ampliado el ámbito de los objetos de referencia respecto a los cuales pueden comunicarse: estados del propio actor y de su ecosistema natural, ecosistema artificial que el propio hombre ha producido y el universo gnoseológico de la cultura, las ideas y los valores.” (Génesis de la Comunicación)
El estudio de los procesos comunicativos se concibe desde aproximaciones variadas: con énfasis en los aspectos de gestión y administración en algunos casos; con influencia del enfoque sistémico en otros, o desde la cultura, subrayando el importante rol de la construcción de símbolos, pero en todos se destaca la necesidad y utilidad de un enfoque integrador de sus diversos campos, que multiplique la eficiencia y eficacia de los procesos comunicativos. 


I.1.2. Los Procesos de la Comunicación.


 La comunicación se fundamenta esencialmente en el comportamiento humano y en las estructuras de la sociedad, lo que hace que los investigadores encuentren complejo un estudio de la misma con la exclusión de lo social y los eventos del comportamiento.
La comunicación humana es un proceso de carácter social que comprende todos los actos mediante los cuales se comunican para transmitir o intercambiar información. Comunicar significa poner en común e implica compartir. La comunicación es un fenómeno asociado a especies biológicas grupales, aunque existe comunicación humano/máquina o máquina/máquina. A pesar de que existen formas de comunicación sonora, gestual, olfativa y química en muchas especies, la comunicación humana es la única que tiene una estructura gramatical, siendo esa su característica distintiva.
En el proceso de comunicación se distinguen tres funciones:

En una aproximación muy básica, según el modelo de Shannon y Weaver, los elementos que deben darse para que se considere el acto de la comunicación son:

Diversos autores sugieren que un proceso ritual de comunicación existe, el que no puede ser divorciado de su contexto social y  de su historia particular.
Oscar Jara (1998), plantea que son los procesos comunicativos que se dan en los espacios cotidianos de los sectores populares. Desde esta óptica, los procesos de comunicación forman parte activa del complejo tejido de relaciones sociales culturales que se han ido constituyendo históricamente. En ellos los sectores populares muestran, comparten y recrean las claves y códigos que les son propios, manifestándose allí aquellas profundas intuiciones vitales a través de las cuales van modelando los perfiles de su identidad.
Todos los días los seres vivos se comunican de diferentes maneras, pero sólo los seres humanos podemos hacerlo racionalmente; por ello se dice que la comunicación es un proceso:

En la definición del concepto comunicación se perfilan diversos modelos entre los que se destacan:
El modelo de Lasswell, básicamente descriptivo cuya finalidad es establecer los ámbitos de análisis de los actos comunicativos.
El mismo expone que para describir un acto de comunicación hay que contestar a las siguientes preguntas:
¿Quién dice qué?,  ¿qué canal?, ¿a quién dijo? y ¿con qué efecto?
A cada una de estas preguntas Lasswell, le atribuye un tipo de análisis determinado:
-quién: análisis del control.
-dice qué: análisis de contenido.
- qué canal: análisis de los medios.
-a quién: análisis de la audiencia.
-con qué efecto: análisis de los efectos.
Las funciones que cumple el modelo de Lasswell, es describir el acto comunicativo y fundamentalmente, desarrollar la investigación. Este modelo consiguió la primera y necesaria delimitación de los componentes del proceso comunicativo, lo que significó la estabilidad teórica de la investigación en comunicación.
Otro de los modelos que se exponen es el de Shannon”Matematico-informacional” desempeñando un papel igual que el de  Lasswel en el afianzamiento de la teoría de la comunicación. El mismo establece que el proceso de la comunicación se inicia en la fuente del mensaje,  que es la que genera el mensaje o la sucesión de  mensajes a comunicar, donde la fuente de información  selecciona  a partir  de un conjunto de posibles mensajes el deseado. A continuación  el transmisor opera sobre  el mensaje y lo codificará en señal capaz de ser trasmitida  a través de un canal que llegará luego al receptor. Este modelo comunicativo puede aplicarse a la comunicación entre máquinas, entre humano - máquina o en la comunicación impersonal donde la fuente y el transmisor serían  el emisor y el  receptor, y el destino sería el  destinatario.
El modelo de Modelo de   Schramm por su parte  brinda una visión más dinámica del proceso al considerar que el emisor y receptor alternan sus roles una y otra vez en el flujo comunicacional. Schramm propone diversos modelos que van desde el más simple de la comunicación inter-personal hasta el de la comunicación de masas. Para Schramm el medio de comunicación  de masas es un sujeto comunicador que, al igual que la persona, es un decodificador, interprete y codificador. Es decir, un mass media es un receptor de acontecimientos que codifica e interpreta, de acuerdo las lógicas productivas del momento, son acontecimientos
Díaz Bordenave plantea la agrupación en tres modelos fundamentales, los cuales no se dan nunca químicamente puros en la realidad, pero es posible distinguirlos.
El modelo que pone énfasis en los contenidos: corresponde a la educación tradicional basada en la transmisión de conocimientos y valores de una generación a otra, de la elite “instruida” a las masas ignorantes.
El modelo que pone énfasis en los efectos: corresponde a la llamada “ingeniería del comportamiento” y consiste esencialmente en moldear la conducta de las personas con objetivos previamente establecidos.
El modelo que pone énfasis en el proceso: destaca la importancia del proceso de transformación de la persona y las comunidades, no se preocupa tanto de los contenidos que van a ser comunicados, ni de los efectos en términos de comportamiento, sino de la interacción dialéctica entre las personas y su realidad; del desarrollo de sus capacidades intelectuales y de su conciencia social.          
De los modelos antes mencionados los autores se acogen al último, el que hace énfasis en los procesos, porque es el más democrático. El emisor y el receptor van haciendo suyo el proceso de comunicación  y se tienen en cuenta. Por ser autogestionario basándose en la participación activa del sujeto en el proceso educativo y forma para la participación en la sociedad. Porque en él se exaltan los valores comunitarios, la solidaridad, la cooperación, así como la creatividad, el valor y la capacidad potencial de todo individuo. Pues su objetivo es que el hombre piense y que ese pensar lo conduzca a transformar su realidad mediante la libertad esencial del hombre para realizarse plenamente como tal en su entrega libre a los demás.

I.2 Desarrollo Comunitario

Las relaciones sociales y la comunicación no son dos cosas situadas una al lado de la otra, porque del mismo modo que la sociedad no existe como persona aislada, al margen de los individuos que la integran, las relaciones sociales no existen al margen de la actividad vital real de la comunicación de las personas y en ello reside su unidad.
La comunidad ha sido un escenario importante durante todo el desarrollo histórico de la nación cubana, hasta la última etapa de la Guerra de Liberación. La organización asumida por la sociedad cubana, a partir del triunfo de la Revolución de 1959 y el modo en que se ha desenvuelto este proceso de transformación social, desde sus inicios, han venido a reforzar lo que históricamente existía. Baste señalar el papel desempeñado por los CDR y la FMC durante estos años, sobre todo los CDR, como elemento autóctono de este proceso, y la forma de organización asumida por el aparato estatal y de Gobierno en los Órganos del Poder Popular.
 El Estado, durante todo el proceso de edificación de la sociedad socialista, tiene que cumplir con la importante tarea de propiciar la participación, cada vez más amplia de los trabajadores y progresivamente, de toda la sociedad, en las tareas que le son inherentes. Por su nueva esencia, resulta un vehículo principal de participación en el complejo proceso de conducción del desarrollo social socialista.
Este proceso condicionado del desarrollo socialista adquiere matices peculiares. Partiendo de la condición de ser un país subdesarrollado y en medio del más férreo bloqueo económico. El mismo se materializa a través de las distintas formas de organización que se asumen en el organismo social, en general, pero muy especialmente en el caso cubano, la comunidad tiene un peso importante como escenario de la participación de los ciudadanos.
La comunidad se conforma objetivamente, donde tiene lugar un sistema de interacciones socio-políticas y económicas que producen un conjunto de relaciones interpersonales, sobre la base de necesidades. Puede definirse desde diferentes puntos de vista: geográfico, arquitectónico, jurídico, económico, político, sociológico. Se habla de comunidad a partir del espacio que ocupa, del volumen de la población que la compone, de la actividad económica que caracteriza a la localidad, del nivel de desarrollo que posee un territorio dado; de las tradiciones, hábitos y costumbres existentes; de la psicología de sus pobladores y sus leyes.
Pueden encontrarse muchas definiciones en diversas literaturas según los aspectos anteriormente citados.
Ricardo Pozas Arciniega, afirma que son:...unidades sociales dentro de un área determinada. Cuando se habla de comunidad nacional, de la comunidad de países latinoamericanos, de la comunidad británica, de la comunidad de habla hispana, se alude a unidades sociales más o menos amplias, que tienen uno o varios rasgos o elementos en común: el idioma, los intereses económicos o una tradición idéntica... (Pozas; 1964, 21)
Se aprecia una posición sociológica, que incluye parámetros como la organización e integración social, normas de conducta junto a intereses comunes, delimitados por su idioma, y por la misma tradición. Esta definición tiene sus limitaciones relacionadas a: no tener en cuenta elementos importantes como el sentido de pertenencia que sienten sus habitantes, el papel que juega la conciencia social, la idiosincrasia, sus componentes culturales y la memoria histórica para preservar los bienes y valores culturales.
La comunidad no asume ésta dinámica como una dimensión que posee vida cambiante, donde las interacciones sociales propician llegar a fines comunes sobre la base de intereses compartidos, pero así mismo provocan choques ideológicos, la misma comunidad debe ser vista como una unidad dialéctica, porque propicia transformaciones, cuenta con un proceso natural histórico y existen actores sociales que tienen intereses comunes, pero también intereses que se contraponen.
Ander Egg señala que: desde el punto de vista psicológico la comunidad se considera como sentimiento o conciencia de pertenencia y como equivalente de la sociedad. [1993:33]
El autor refiere que cuando se designa una localidad o área geográfica, se define teniendo en cuenta primordialmente los límites geográficos o la influencia de los factores físicos sobre los sociales. Agrega el autor que el término comunidad se utiliza para designar la estructura social de un grupo, a partir de: sus instituciones, los problemas de los roles, status y clases sociales que se dan en su interior; en este caso, la comunidad es considerada un conjunto de relaciones sociales.
Destaca el aspecto psicológico cuando la considera como sentimiento o conciencia de pertenencia y como equivalente de sociedad. Es decir, al referirse a la comunidad sintetiza las aristas desde las cuales se ha valorado en cuatro concepciones: área geográfica, estructura social de un grupo, sentido de pertenencia (psicológico) y sinónimo de sociedad.
Se destaca el abordaje teórico de la comunidad como organización, considera que el término designa una amplia gama de realidades, lo cual es importante para iniciar cualquier análisis conceptual, pues deja abierta la posibilidad de adecuar la misma al interés de la investigación, destaca la unidad del grupo y la participación consciente de los individuos con sentido de pertenencia, lo que sin dudas hace florecer la creatividad y potencialidades de estos en interés del desarrollo cultural de su comunidad.
C. Ware refiere, que la comunidad es: “una agrupación de personas, relacionadas entre sí que cuentan con recursos físicos, personales, de conocimientos, de voluntad, institucionales, etc. El concepto de comunidad hace referencia a una totalidad orgánica en continuo crecimiento en la que cada individuo desempeña una función específica para el conocimiento de la misma. El objetivo común a todos los individuales es el bienestar comunitario, el progreso y el mejoramiento.” (…) “El medio de impulsar el mejoramiento general y de alcanzar objetivos específicos es la organización de la comunidad, haciendo que los recursos existentes satisfagan las necesidades del pueblo” (C. Ware (1997).
También Marcos Marchioni alude a la importancia de definir los rasgos principales de la comunidad para planificar y actuar sobre esta y destaca la presencia, en diversos conceptos, de elementos geográficos, políticos, económicos, religiosos, culturales e ideológicos, entre otros; señalando los más comunes a todos los análisis hallados en: su localización en un área limitada, el interés común, las costumbres,  tradiciones y el habla.
Armando Hart Dávalos, al hacer un análisis de comunidad en 1988, expone la definición siguiente: “La comunidad es un fenómeno multidimensional donde intervienen elementos geográficos, sociológicos, naturales, territoriales, políticos, culturales, y sociales que deben ser conocidos, respetados e integrados para poder hacer de la localidad un organismo social eficiente y efectivo en lo material y espiritual. Grupos de personas que comparten un territorio, con sus rasgos culturales comunes, de comportamientos, sentimientos y niveles de organización que le permita interactuar como un entramado de relaciones sociales donde el sentido de pertenencia, identificación y arraigo adquieran una validez importantísima”. (Macías: 2003)
El intelectual cubano, establece no sólo aquellos elementos que conforman a la comunidad, sino, además cómo se interrelacionan éstos en el entorno comunitario para interactuar de manera integrada en el alcance de metas comunes. Visto así puede ser de gran utilidad a los investigadores interesados en el desarrollo sociocultural de las comunidades, ya que posibilita adentrarse científicamente en el entorno comunitario que se desea transformar, con un conocimiento profundo de sus interioridades e interrelaciones y el sentido de pertenencia de los comunitarios así como propiciarles las herramientas para que con su actuación consciente y protagónica, mediante un proceso de coordinación logren acciones que conduzcan a elevar su nivel de vida.
Héctor Áreas plantea que es: "un organismo social que ocupa determinado espacio geográfico. Está influenciada por la sociedad, de la cual forma parte y a su vez funciona con un sistema, más o menos organizado, integrado por otro sistema de orden inferior -familia, los individuos, los grupos, las organizaciones e instituciones- que interactúan y con sus características e interacciones define el carácter subjetivo, psicológico de la comunidad y su ves influyen de una manera u otra en el carácter objetivo, materiales dependencias de su organización y su posición -activa o pasiva- respecto a las condiciones materiales donde transcurren su vida y actividad." (Portal y Recio; 2003.30)
A la comunidad la define en su carácter más amplio, destacando el papel del individuo como sujeto y personalidad, pero como miembro de un conjunto de personas que junto a otros elementos, son los que determinan la conformación de la comunidad como sujetos actores y transformadores de la realidad comunitaria, incidiendo en los elementos que la conforman como un todo.
Macías Reyes considera que: "La comunidad es una categoría social que expresa un tipo de relaciones humanas, por tanto es un lugar de convivencia, un territorio donde los actores sociales que la integran actúan e interactúan en función de alcanzar metas y propósitos comunes compartiendo las condiciones básicas de la vida, su cultura, su historia, la comunidad indica el grupo humano en sus manifestaciones instintivas primigenias. La comunidad esta íntimamente ligada al concepto de cooperación que le imprime a la sociedad un sello característico, una forma de vida colectiva, que la constituye en unidad compleja y la distingue de cualquier otra haciendo que en ella se genere y desarrolle el sentimiento de solidaridad y de identidad que cohesiona al grupo y le imprime estabilidad y permanencia" (Macías: 2003; 30)
Define la autora a la comunidad como una importante organización, considera al hombre un ser social; espiritual, con necesidades, sentimientos, emociones de sentir, pensar y actuar de forma consciente, en dependencia de la circunstancias, contribuyendo a su auto-desarrollo y cooperando con los demás en una actividad recíproca que los identifica como colectividad y hace que trascienda en la medida que actúan y crean contribuyendo al desarrollo de la misma.
Afirma un sentimiento de cooperación y de colaboración, materializado a través de la participación activa, y encaminado a crear rasgos distintivos culturales para permanecer como grupo humano y como comunidad, generando permanencia, seguridad, estabilidad, sentido de pertenencia.
Sus aportes teóricos presentan principios del desarrollo cultural que son vitales para trabajar en las comunidades, como el afianzamiento de sus sentimientos, tradiciones y valores que contribuyen al fortalecimiento del patrimonio e identidad cultural en su sentido más amplio, visto esto como expresión de la vida espiritual de una comunidad, de su comportamiento, de sus actitudes más positivas y diversas que hace la distinción de una comunidad a otras.
Este aporte de Macías Reyes, representa una propuesta valiosa que se asume para este trabajo. Se integra en su cuerpo teórico porque presenta una cultura diferente que condiciona a los aspectos endógenos de índole económico, social, político.
Podemos considerar una aportación de carácter novedoso, el hecho de que en el año 1976 se hayan introducido en el discurso teórico de la cultura dos categorías de tanta importancia como Cambio Social y Calidad de Vida”, indicadores que mantienen toda su vigencia en la actualidad y demuestran que la cultura continúa asumiendo un contenido muy elevado para alcanzar el desarrollo humano.
Celia Linares Fleites en la obra “La participación: ¿solución o problema?” plantea que desarrollo: “es un proceso total que incluye todos los aspectos de la vida de una  colectividad, de sus relaciones con su mundo exterior y de su propia conciencia. Es un proceso multirrelacional que parte desde dentro, aunque puede ser apoyado desde fuera, pero nunca ajeno a los valores de identidad que distinguen dicha comunidad” (1996:40)
La autora reconoce el desarrollo como un proceso dinámico, social, de cambios en la cultura, donde se estimula la acción colectiva y auto-generada de todos los grupos sociales desde la propia comunidad, en las diversas esferas de la vida, o sea, en lo político, lo económico y en lo social. Tiende a proteger al patrimonio cultural local, esto se entiende como un proceso destinado al progreso económico y social. Reconoce además el desarrollo como un proceso caracterizado por un acelerado avance en el plano científico-técnico, íntimamente relacionado con una concepción del hombre sobre la naturaleza, cuya dirección fundamental es la voluntad de dominio y transformación, vinculada a aspiraciones de posesión de bienes materiales y de poder político. 
En esta Conferencia Mundial se adopta por consenso un concepto de cultura que se vincula con mucha fuerza a “aquel todo complejo” expresado por Taylor en 1871, pero a su vez hace nuevas aportes:
El desarrollo cultural comunitario presupone una interna y dinámica relación entre el hombre y el entorno, los pasos de organización que este se da a si mismo para transformarlo y las obras resultantes de esta transformación son las que generan el desarrollo cultural.
El desarrollo cultural comunitario se ha utilizado con cuatro alcances diferentes: como método de intervención social, programa, proceso inducido y como movimiento. Como método es una forma de intervención social, tiene como objetivo principal la promoción y movilización de recursos humanos e instituciones mediante la participación activa y democrática de la población, en el estudio, programación, ejecución y evaluación de programas que se desarrollan a nivel de comunidades de base, destinados, a mejorar el nivel y la calidad de vida, en cuanto a sus modalidades operativas, es una acción de la comunidad, actúa a nivel psico-social mediante un proceso de sensibilización y motivación que desenvuelve virtualidades latentes y desarrolla potencialidades en individuos, grupos y comunidades, para mejorar sus condiciones de vida en el ámbito donde se realizan su vida cotidiana, en cuanto residentes de un determinado ámbito geográfico. (Ander-Egg: 1993; 84-86)
También se define el desarrollo cultural comunitario como: “condición del desarrollo integral, parte y elemento consustancial al desarrollo e indicador para medir el cambio cualitativo”. (Martínez 2000). Lo ve como parte de un enorme y complejo conjunto que es el desarrollo integral y especifica su importancia como elemento consustancial al desarrollo, además lo considera con mucha razón, como medidor del cambio cualitativo.
Podemos decir que esta definición concentra de forma bien concebida la importancia y el lugar que ocupa el desarrollo cultural comunitario en la concepción contemporánea de desarrollo, es la razón por la que se asume como concepto básico para sustentar esta categoría en la presente investigación.
Los autores  establecen su concepto de desarrollo cultural a modo de conclusión, tomando como base las definiciones de los diferentes autores o teóricos del tema que ya han sido analizados:
Es el proceso que condiciona todo el desarrollo integral de una comunidad. Usa como medios los recursos de comunicación. Tiene en cuenta las características sociales locales como costumbres, intereses, necesidades. Pone en evidencia las potencialidades de creación y expresión de un pueblo. Implica la inclusión de sus habitantes en los procesos de desarrollo a través de proyectos y programas socioculturales. Establece las relaciones de intercambio desde y hacia la comunidad teniendo en cuenta otras comunidades similares y llegando a nivel de nación. Es el indicador por excelencia de la calidad de vida.


 I.3 Estrategia de Comunicación.


 La Estrategia de Comunicación, surge a partir que en una determinada actividad, hay algo que corregir, que cambiar, algo nuevo que decir, a determinados públicos y en determinado períodos de tiempo. Es un conjunto de acciones bien planificadas para lograr objetivos muy claros a través del uso de métodos, técnicas y enfoques de comunicación. Los objetivos determinan el cómo enfrentar la solución de los problemas, son la base de la estrategia.
Lo primero que debemos conocer, es que la Estrategia es una ciencia y deviene de lo militar y su aplicación en una guerra. Julio Cesar fue su máximo representante en la época de Grecia y Roma. En China también se destacaron estrategas, que escribieron libros, todavía vigentes sobre este arte-ciencia. El conocido Maqui Hábelo, escribe “El Arte de la Guerra”, sobre las experiencias de las campañas romanas.
Este preámbulo histórico que podemos llevarlo hasta nuestros días, porque en todos los tiempos han existido estrategas relevantes, porque siempre han habido guerras; pasó de lo militar a lo civil, por la siempre conocida estrecha relación entre guerra y política; por el desarrollo constante de la ciencia y la tecnología y por el intercambio cultural constante de la civilizaciones.
La  Estrategia referido por Juan Hernández Rodríguez es “ciencia y arte de concebir, utilizar y conducir medios (recursos naturales, espirituales y humanos) en un tiempo y en un espacio determinado para alcanzar y/o mantener los objetivos establecidos para un fin último”. (Hernández. 2000.)
Considera las características socio-étnicas de los interlocutores y sus códigos de comunicación para facilitar la adquisición de información y conocimientos significativos por parte del productor.  (Burnett. 2002: 76)
Según Francisco Barranco: consiste en definir con claridad quiénes somos y qué ofrecemos. Nada más. Y nada menos. Porque definir quiénes somos y qué ofrecemos de manera distintiva, clara, simple y persuasiva, es una tarea que sólo los grandes logran desarrollar con éxito (Estrategia_Juanito.2004)
Refiere el manual sobre el Diseño Participativo para una Estrategia de Comunicación emitido por la FAO es: una serie sistemática y bien planificada de acciones que combinan diferentes métodos, técnicas y herramientas, para lograr un cambio concreto u objetivo, utilizando los recursos disponibles, en un tiempo determinado (FAO 2008, 8).
De estas definiciones se puede deducir que antes de empezar a pensar en la estrategia de se deben tener en cuenta objetivos muy claros. Estos objetivos ayudan a determinar el como enfrentar la solución de los problemas. Los objetivos son la base de la estrategia.
Una vez que los objetivos están definidos, es necesario evaluar los recursos disponibles para perfeccionar la estrategia, la cual debe ser:
• Consistente con las conclusiones de campo y con el marco de referencia del proyecto
• Viable con relación a los recursos disponibles y con el tiempo determinado
• Efectiva, o sea que hace el mejor uso de los recursos disponibles para lograr todos los objetivos
La estrategia es una llave maestra para la consecución de los éxitos. Cuanto mejor utilizamos las estrategias cada vez estamos muy cerca a nuevas oportunidades y desafíos diversos. Obviamente el diseño de la estrategia incluye una mezcla de comunicación, que serán los distintos elementos que ya combinados forman la estrategia. Para diseñar la estrategia habrá que preguntarse ¿cómo lo puedo comunicar? y esto dependerá en gran parte del público al que quiero llegar ¿cómo son? ¿qué hábitos tienen? ¿cómo es más factible que le hagan caso al mensaje? además de los medios la estrategia deberá hablar del mensaje ¿qué es lo que tengo que destacar? ¿cómo lo tengo que decir para que me escuchen? ¿en qué atributos está sustentada la promesa básica?
Hay tres acciones que son fundamentales para llevar a cabo una Estrategia y que esta tenga éxito. 
QUERER      PODER    SABER
Esto significa que la fuente tiene voluntad de llevarla a cabo, que existe y tiene libertad de acción y capacidad de ejecución. Y estas observaciones que parecen lógicas y por ende posible de llevar a cabo, no siempre son refrendadas. 
Algo que hay que tener bien claro, es si el problema puede resolverse a través de la Comunicación y si se está convencido,  entonces hay que:
1. Describir el problema que tratamos de revertir, conocer su incidencia y magnitud, que efectos tiene sobre las personas y la comunidad, causas y medidas para prevenirlas, las soluciones y tratamientos que se aplicaran.
2. Describir igualmente los grupos de alto riesgo que son afectados, edad, sexo, lugar de trabajo y residencia. Que saben, creen y hacen.
3. Qué conocimientos tiene la población que queremos intervenir comunicacionalmente, cuál es su conducta, opiniones, actitudes y comportamiento.
4.  Qué medios de comunicación masiva prefieren y habitualmente utilizan y que fuentes de información son confiables para esta población.
 Determinados estos 4 puntos, entonces hay que analizar los contenidos de los mensajes, sean percibidos por esta población como beneficio, qué ganan, por qué es valioso. Pero para llegar a ello, vuelve a aparecer el axioma de conocer al destinatario, qué perciben como beneficioso. 
 A consideración de los autores la estrategia de comunicación tiene una base ontológica, la identidad visual, que articula armónicamente todos los signos visuales de identificación y expresan de manera coherente la identidad de la comunidad: misión, visión, valores, objetivos, etc., la identidad visual potencia todas las actividades de comunicación y optimizan los distintos soportes de comunicación. Hay que definirse y actuar en consecuencia para que la comunicación trascienda la palabra. Mientras coadyuve y sea un aporte a la necesidad de una sociedad la misma sea planificada con el visto bueno de nuestro público meta. Una estrategia puede tener impacto no solo por ser innovadora sino por que la misma sociedad descubrirá las repuestas a muchas dudas.
El fin de diseñar una estrategia de comunicación es tratar y resolver los problemas a nivel de la comunidad, utilizando las conclusiones del Diagnóstico de Comunicación, así como métodos, técnicas y medios de comunicación. Debe hacerse con la gente, no sólo para la gente.
Es necesario anotar que tan pronto comienza el diseño de la estrategia, el proceso cambia de un análisis de problema a la solución del problema. La estrategia de comunicación es diseñada para lograr los objetivos de comunicación. Para determinar la relevancia de estos objetivos es necesario considerar un número de factores, tales como la información de fuentes secundarias, los objetivos del proyecto, las necesidades de la comunidad, la oportunidades, los problemas y las posibles soluciones, la cultura de la población y su percepción de estos asuntos. El perfil de las características de los grupos interactivos, las fuentes de información y los sistemas de comunicación preferidos debe tomarse en consideración mientras se definen los objetivos que guían el diseño de la estrategia.
Para asegurar que la estrategia es pertinente y efectiva, debe ser diseñada con la comunidad para tener en cuenta sus prioridades y sus aspiraciones. Este enfoque reduce la posibilidad de usar enfoques, idiomas, medios, canales o materiales de comunicación inadecuados. Al ser diseñada con la gente (lo que la convierte en una estrategia participativa), es necesario tener en cuenta que cambio no es necesariamente sinónimo de mejoramiento.
La estrategia siempre debe responder a la forma en cómo es que vamos a lograr los objetivos de comunicación que nos planteamos en un inicio, obviamente la mejor estrategia será la que cumpla con los objetivos de forma eficaz y efectiva, con el impacto suficiente para hacer llegar el mensaje a las personas indicadas y logre persuadirlas.

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