DIVERSIDAD CULTURAL Y COLABORACIÓN SOCIOTECNOLÓGICA

Salvador Estrada Rodríguez
María de la Luz Martín Carbajal
Rubén Molina Sánchez

Capítulo 4

Identidad latinoamericana según diálogos de periodistas en redes sociales

 

Edson Capoano1

 

Resumen

Espacios de símbolos globales hacen ciudadanos híbridos, local-global de forma simultánea. La pregunta es si la participación de las comunidades transnacionales en las ciudades o en redes sociales universaliza los bienes simbólicos, o si funciona sólo la globalización de la información al consumidor, sin intención para el intercambio y la integración.


Se puede decir que las redes sociales tienen el potencial para mejorar el proceso de construcción colectiva de la cultura tanto como los narradores de historias primordiales, los héroes y narraciones. Hay varias nubes culturales que atraviesan los miles comunidades en toda América Latina.
Pero cuando los individuos se organizan con el fin de intercambiar experiencias y visiones del mundo, como las redes sociales, puede haber una mayor comprensión de la cultura en el continente. Compartir mitos fundacionales, concepciones del mundo para planificar su comprensión, y adaptarse a sus textos cognitivos son nuevas formas de ver el mundo.
Este trabajo va a estudiar el diálogo cultural entre periodistas, miembros de la red social del programa Balboa Periodistas Iberoamericanos Jóvenes, ONG española que reúne a periodistas de 20 años en Madrid y ahora tiene 204 miembros.

Equilibrio simbólico entre la memoria colectiva y las elecciones individuales

Un proceso real de la sostenibilidad cultural es promovido en el intercambio y el diálogo entre la memoria individual y colectiva. Actividades personales que generan señales, aprendizaje y textos que pueden ser adoptados por la comunidad, generan diálogo con los interlocutores sociales. Este flujo no tiene transmisor o receptor fijo, sino ocurre por los procesos de necesidad biológica y cultural, intención o deseo de ambas partes. Hay, pues, corrientes de influencia entre las identidades.

En la memoria no existe una distinción clara entre los contenidos que provienen de la sociedad o del individuo. Por eso, se debe fiar en la producción de sentido individual que carga de historias e imágenes la historia colectiva. De hecho, no hay actividad social que no sea producida por los individuos, pues los recuerdos colectivos son de aplicación en el individuo. Sin embargo, este proceso cíclico de la constitución de los signos a través del diálogo entre la colectividad y la individualidad, la narrativa cultural, cuando es aceptado y utilizado como discurso colectivo, proporciona soporte para la segunda constitución del hombre, más allá de la cultura física. Por lo tanto, uno puede entender que la produccion personal es causa y consecuencia de la narrativa colectiva que también alimenta y es proveedora de memoria para la gente.
Si el proveedor de contenido está en el sentido colectivo, en el otro lado está la acción individual que consolida el conocimiento del grupo, que acoge, sedimenta, pone sobre un soporte de cultura -por performance ritual- los mitos imaginados por el pueblo. El individuo es la causa y el efecto en sí mismo de varias combinaciones del producto cultural que produce y que, si está de acuerdo y el diálogo con otros textos y símbolos de la imaginación colectiva, tal vez se una a ellos.
La dirección de sedimentación de narrativas es un tema muy importante para entender la formación de la identidad, la integración y un posible diálogo entre culturas por las redes sociales. Son miembros de una red social efectiva los que consoliden el imaginario de sus culturas, que reciban nuevos bienes simbólicos de otros actores, que busquen equilibrar lo cerca y lo lejos, lo ancestral y lo contemporáneo. Por lo tanto, el sentido colectivo de las redes sociales se da en la combinación de símbolos de los individuos, quienes no participan en este proceso de forma pasiva sino buscarán adquisiciones en sus bases simbólicas para obtener nuevos signos, dándoles significado en sus propias narrativas.

En este sentido, la memoria es de suma importancia. Con el fin de dar sentido a la información externa, la memoria es una imagen colectiva en otras imágenes presentadas de forma individual. (Halbwachs, 2008). Desde la producción de contexto personal, se llena de signos la memoria colectiva. Vacíos y carentes de experiencia personal, los signos sin actualización antecedentes de las personas son rechazados, sin entrar en el texto cultural de la población.
La percepción de que la historia personal da sentido a los signos colectivos puede ser observada en las novelas, donde la historia personal tiene prioridad sobre la nacional, que tiene su espacio en las configuraciones épicas de las historias individuales para que se las recuerden. Esto se debe a que son los personajes que cumplen los signos de la experiencia, el rendimiento y la profundidad. En un libro, la historia suele rellenada por las actitudes de sus personajes. Por lo tanto, el estudio de la literatura es relevante cuando se consideran los movimientos de los personajes, que dan sentido a las historias y a la historia. Al más competente y exitoso en sus viajes se le reconoce como héroe, siempre, para agregarse a la densidad en el imaginario colectivo.

Construción de textos colectivos por los mitos
Profundizar en la construcción de narrativas es atenerse a la necesidad humana de entender la realidad material y luego manipularla a través de los elementos simbólicos. Su ordenación se independiza de la naturaleza, permitiendo que el hombre reinvente el mundo a través de la representación. La segunda realidad, simbólica no es, sin embargo, disociada de la primera, material, sino se alimenta del medio ambiente para construir los elementos de su signo, utilizando su propia lógica -como la binaridad y la asimetría culturales para organizarse.

La invención de conexiones y la adaptación de los nuevos símbolos – como la comprensión y la asimilación de elementos culturales contrarios - constituyen el proceso de la creatividad humana. El diálogo cultural es, por lo tanto, relacionar los elementos de una cultura con otra. Este es el ejercicio que el mito muestra cuando introduce temas ajenos a su narrativa para llevarlos hacia una manera comprensible y asimilable.

Por medio de los mitos, los conflictos culturales pueden ser superados mediante la representación simbólica. La cultura proporciona el servicio de justificar la asimetría, la sincronización y el suministro de componentes de diálogo a los socios locales y globales. En este momento, el enraizamiento de las dicotomías en la cultura humana y la consiguiente necesidad de igualarse a través de relatos míticos fomenta la creatividad. Los métodos y procesos de producción no pragmática de los relatos son estimuladas por actuaciones humanas como el juego, el sueño y la neurosis universales de la cultura (Bystrina, 1989), algunos formatos narrativos oriundos desde los orígenes del pensamiento simbólico humano.2 El mito, por lo tanto, lleva a la cultura universal, sin embargo, a una percepción humana abierta a lo arcaico, arquetípico e inconsciente, que no requiere pragmatismo, empirismo o realismo para ser comprendida. Hoy, por ejemplo, las narrativas contemporáneas cargan cultura universal de la misma manera, dando lugar a la creatividad, los sueños y la distorsión, los mismos formatos narrativos universales de la cultura arcaica.
Por lo tanto, podemos entender, de acuerdo con Baitello (1999), que la cultura y los textos producidos por sus símbolos sirven para ordenar el caos. Se sincronizan los individuos de una comunidad de acuerdo con el mismo ritmo de ética y moral, más allá de su universo simbólico cotidiano, proporcionando un servicio de integración social por la cultura. La acumulación, organización y difusión de elementos culturales forman una red de relaciones entre los elementos independientes, ya sean de la misma localidad o extranjeros. La cultura es un elemento fundamental en la integración.

Comprender la función comunicativa de la red, un tejer de símbolos, nos ofrece un entendimiento de cómo organizar una sociedad. En el caso de encuentro cultural ocurrido en América entre culturas precolombinas y europeas, parece haber habido gran dificultad en la comprensión de la trama del sistema social contrario. Los intentos de comprender las sociedades por los símbolos, sin considerar su orden simbólico, su texto, fue un fracaso demostrado por ambas partes.

Estructuras mitológicas intercambiadas por redes de comunicación

e sabe que existe homogeneización cultural cuando se piensa acerca de la identidad. Pero los puntos de convergencia entre nuestras sociedades de América, como el lenguaje, los procesos políticos y económicos crean puntos de discusión innegable. Por lo tanto, los contextos en los que se insertan las culturas de América Latina son esenciales para entenderlas. Pero como la hipótesis es el diálogo y el intercambio simbólico a través de redes sociales, se tienen en cuenta los procesos por los cuales los individuos y sus historias son. Las técnicas y tecnologías de organización de las redes sociales permiten diferentes combinaciones de signos para la comunicación, la imaginación y las narrativas individuales. Se trata de si esta organización, similar a los procesos de las redes industriales que componen las redes sociales de periodismo y la descentralización ayuda en la recombinación o imaginario estatista sigue siendo una jerarquía de conocimiento, como un sector industrial tradicional. ¿Habría un aprendizaje de técnicas y tecnologías de los contextos culturales de los miembros de la red desde diferentes lugares, sus prioridades y valores de los individuos sin relación con sus regiones? Nacido el sentido común entre los individuos, como resultado de la creación de un imaginario común, facilitadas por las redes sociales, ¿éste contribuiría hacia  una integración cultural y un desarrollo más igualitario de las sociedades latinoamericanas? ¿O sólo sería la tangibilidad de la mera visión del mundo, en la cual cada individuo "navega" el relato de otro, pero sin la misma inmersión?

En un siguiente apartado de este capítulo se presentará un análisis de algunos sistemas de producción, las narrativas de la red. Las entidades que organizan los individuos en las redes sociales generan los métodos de comunicación y el diálogo en curso relacionados con el cumplimiento de los ciudadanos y sus visiones del mundo.
Lo anterior se estudiará en “Jóvenes Periodistas Iberoamericanos del Programa Balboa”, organización que agrupa a los periodistas en España y mantiene una red de 204 profesionales, algunos de los cuales serán entrevistados.
Una pregunta que aparece después de que el diálogo entre los latinos se dio: ¿Qué mitos e historias narran sobre la reunión fundacional de la cultura local con el extranjero? Se trata del tema de la colonización en forma mezclada y contemporánea.

A medida que cada individuo elige y organiza los bienes simbólicos que componen la narrativa, debe tener en cuenta las variables en la composición de los relatos personales de las sociedades en América Latina.

Por lo tanto, las preguntas planteadas a los miembros de la red de Balboa deben considerarse de manera ambivalente, es decir, son preguntas cuyas respuestas no sólo pueden provenir de los conocimientos heredados de las comunidades en donde operan los individuos, sino también de opciones de las personas, sus andanzas y el diálogo.

La investigación hecha a la red se refiere a la identidad de los, potencialmente heredados, relatos míticos fundacionales. Cada nación tendría que elegir un texto que daría sentido objetivo o subjetivo de suma importancia a sus comunidades, estilos de vida, formación de ciudades y la sociedad en general. La ambigüedad en el problema y la cuestión, se mencionó anteriormente, reduce las respuestas de los individuos como correctas o incorrectas, ya sea buscando fuentes históricas, bibliográficas o memoriales. La intención es observar cómo una persona mínimamente informada sobre la cultura de su país puede entender y explicar su identidad y su gente a través de textos culturales no hechos por él, pero ¿por qué ya no son dueños de los mitos de su país?
Por lo tanto, a los periodistas se les preguntó si podían identificar la red en la que surge el mito fundacional de la cultura de su país. Esta pregunta estimula la decisión de un individuo en la elección de un texto mitológico sobre otro. Por lo tanto, se convierte en coautor de un diálogo entre el investigador y él mismo, con todo el marco cultural que representa, comprende y selecciona para compartir con las redes sociales. Es un proceso natural y muy rápido, pero como se puede ver, es sumamente complejo (el concepto de complejidad de Morin).

Dentro de la cuestión, se supone que hay identidades en América Latina, por lo tanto, la persona que convoca considera que el continente tiene similitudes simbólicas, que se pueden encontrar a través de mitos dialogísticos de formato o contenido. Si el receptor de la cuestión tiene que buscar un mito entonces parece haber evidencia de diálogo con otros mitos de otras naciones de América, por una parte, pero este capítulo estimula una búsqueda dirigida sobre la base de la hipótesis en los intercambios simbólicos que los individuos en la red ya han realizado, no sólo se supone.
Como ya se mencionó el Programa para Jóvenes Periodistas Iberoamericanos Balboa promueve el intercambio de ideas entre sus individuos, quienes trabajaron en los medios de comunicación en Madrid. Inevitablemente, los "Balboas" traen las referencias culturales, a menudo comparadas, de los países de sus compañeros de promoción. Por lo tanto, la cuestión de los mitos fundadores hace que el individuo produzca una respuesta de relaciones simbólicas, las de él mismo y de la sociedad a la que pertenece. Las historias antiguas, leyendas y estereotipos fueron colocados juntos en el tema pues se pensó que ayudarían a la elección de la narrativa de los interlocutores en la red de América. Por lo tanto están en el mismo nivel de importancia, ya que podrían se explicados no sólo para el investigador, sin por y para la persona que eligió la historia basada en historias antiguas, el objetivo de negocio, los materiales, las leyendas, el poder subjetivo, fantástico, mágico, y estereotipos, la rama popular del conocimiento, los bienes simbólicos, sin fijar la fecha o hechos específicos.
El suplemento, para pedirle que explique lo que son, hace referencia a una opción estrictamente personal, una pregunta indirecta y sutil: ¿Qué mito, historia o leyenda es relativa a su identidad? Por lo tanto, se espera recibir a través de un texto cultural colectivo, las respuestas de cómo un individuo se ve a través de sus mitos, ¿cómo se siente sobre América o como ciudadano de un país?
“Hola, chicos, ¿cómo están?

Estoy investigando identidades en América Latina. Por eso les pido ayuda:

1. Necesito identificar uno o más mitos fundantes de la cultura de sus países. Historias antiguas, estereotipos, leyendas que explican mucho de lo que son.
2. Y uno o más libros de literatura que hablen de ellas o las utilizen.
Ejemplo: acá en Brasil tenemos el estereotipo del malandro, que vive sin entrar en las reglas, haciendo sus propias leyes. El cantante Chico Buarque ya escribió libro, música y la "Opera do Malandro", deberían conocerla, es muy buena.
Un gran abrazo y muchas gracias. Edson Capoano, Brasil”

Se les pide que se trate este estímulo y también que hagan referencias, preferentemente literarias, a las narraciones que contienen la identidad y registro. En este punto, se esperaba obtener bienes materiales que tuvieran un significado social o simbólico por las obras populares y masivas de la literatura nacional, o porque no tuvieran importancia en la conformación de la identidad del lector individual que devoraba el libro y optó por representarse a sí mismo y su persona. Así, el papel del artista que lo creó, el autor del libro, sería la persona o grupo que capturó la esencia de las pistas de identidad de un pueblo y sistematizado sobre la base de una narrativa que, si bien fija y describe un suceso o personaje, por ejemplo, comprende el significado de su tiempo.

Se le ofreció un estereotipo de una característica del brasileño: el engaño. No es tan profundo, pero a medida que este símbolo se transmite a la luz de los textos nacionales e internacionales se convierte en un pozo profundo. Se les ofreció la imagen de "alguien que hace sus propias reglas", un individuo que actúa fuera de las reglas impuestas por la sociedad, no por la violencia, sino por la manipulación de las personas a su alrededor. No se puede decir que sea una interpretación de lo que es un brasileño, pero la elección de un texto cultural generalizado y reinterpretado por los individuos y grupos dentro y fuera de la sociedad brasileña. Por lo tanto, se espera que ofrezca un texto que será comparado con otros textos populares de las ciudades latinoamericanas, y estimular a un texto, sin embargo, el procesar y difundir, puede ser tan importante como una obra literaria para explicar la identidad de un individuo y su comunidad. Las siguientes son algunas de las respuestas de los individuos en el grupo.

La palabra "Chulla", proviene del idiomaquechua ch'ulla, y significa "solo, impar". Con este término también se describe, en Ecuador, al "integrante de clase media que trata de superarse por las apariencias". Luis Alfonso Romero y Flores, protagonista de la novela, es un personaje mestizo, fruto de las relaciones entre su madre indígena y el dueño de la casa en la que servía, el difunto Miguel Romero y Flores", caído en desgracia pero con ínfulas de grandeza. El Chulla se avergüenza de su sangre india, y se aferra entre otras cosas a su doble apellido que le otorga una pretendida hidalguía de sangre española.

Mestizaje y rechazo es un texto cultural común entre la península ibérica, América Latina, e incluso el Brasil antropofágico. El pícaro, en la historia literaria, es un tipo de personaje de las novelas y cuentos de los siglos XVII y XVIII, apareció en España, con las características de lo que hoy se llama engaño.

El pícaro vive de una mano a la boca, se mueve entre las distintas clases sociales, de los cuales saca sus medios de subsistencia por dispositivos de engaño. En otros momentos, asume el papel de bufón. Por lo tanto, América Latina, "Llora" sus mitos y sus artistas como en la obra de Tristán Solarte.

“En Panamá es más complicado. Hay un libro genial, “El Ahogado”, que cuenta el mito de la tulivieja, de Tristán Solarte, realismo mágico antes de García Márquez -y más fino creo yo pero que no escuchen en Colombia que me matan-. Bueno, abrazo grande. Guido Bilbao, Panamá”

Es un cuento que proviene de una leyenda antigua narrada en los pueblos de Panamá. El mismo se desarrolla en una comunidad rural y trata de una hermosa joven muy admirada por todos los hombres. Ella queda embarazada de un extranjero y da a luz a su hijo, quien por un descuido se ahoga en el río. Fue castigada por Dios y convertida en un horrendo monstruo que se caracteriza por tener el rostro agujereado, piernas flacas, grandes garras y pies invertidos. A la tulivieja se le conoce también como la llorona, ya que está condenada a buscar a su hijo por toda la eternidad, va gritando por los ríos buscando a un niño que jamás encontrará. Cuentan que a veces recobra su antigua forma, en las noches de luna llena, se baña en los ríos, radiante como el sol, pero al más ligero ruido se convierte nuevamente en el monstruo que es para continuar su búsqueda.

Eso pasa en toda Latinoamerica, compartiendo el dolor materno y la mujer, tierra, frente a la novedad, el extranjero, el nuevo, el hijo. En Chile, la Llorona se llama la Pucullén, al igual que la Calchona, la viuda; en Valparaíso se dice que la Llorona fue una mujer que se casó con el Diablo. En Argentina, la Llorona es una mujer que mató a sus hijos, ella se suicidó por que escuchaba sus gritos. Su espíritu sigue rondando para buscarlos. En Ecuador ésta es una leyenda muy conocida, junto a la leyenda de la dama tapada; La Llorona de Colombia derrama lágrimas de sangre sobre la mortaja azul de la criatura, que conserva una expresión angelical y con sus ojos parece acusar a la madre que le quitó la vida. En Honduras, se sitúa junto a los ríos, a las 12:00 de la noche, vestida de blanco, gritando: ¡Ay mis Hiiijoooooos! Generalmente, sólo le aparece a los hombres que dicen ser valientes. También se encuentra en Venezuela, Uruguay, Panamá, Guatemala, El Salvador y Costa Rica. En México, se nota el  llanto de mestizaje y dolor. Según la tradición mexicana, la leyenda de la Llorona nace donde hoy se encuentra la Ciudad de México.

Se dice que si los brujos quieren hacerse de un guardián para su cueva, tienen que raptar a un niño primogénito de alguna familia o en muchas ocasiones sería el mismo padre quien les vendería al niño, o lo daría a cambio de obtener favores por parte de los brujos de Chiloé y a partir de un ritual transformarían al niño en un Invunche.
El invunche o imbunche (del mapudungun ifünche: "persona deforme") es un ser de la mitología mapuche y de la mitologíachilota. En Chiloé también recibe el nombre de Machucho, Butamacho o Chivato. Esta criatura es un ser humano deforme que tiene su cabeza doblada hacia atrás. Las orejas, la boca, la nariz, los brazos y los dedos los tiene torcidos. Además anda sobre una sola pierna o en tres pies (una pierna y las manos), pues la otra pierna está pegada por detrás al cuello o a la nuca. El Invunche no tiene la facultad de hablar y solo emitiría sonidos guturales, ásperos y desagradables.
Cosmogonías compartidas: Guatemala y México
Por su parte, las cosmogonías compartidas entre Guatemala y México parecen rechazar y adorar al distinto.

“El Premio Nobel de Guatemala, Miguel Ángel Asturias, en su tesis de graduación como licenciado en leyes se dedicó a investigar sobre el indígena y su historia desde la colonia hasta la contemporánea y su marginación en la sociedad. El libro se llama "El problema social del indio" y generó polémica en la sociedad, marcada por el ladinismo que reprimió -y lo sigue haciendo- a los pueblos indígenas. Incluso, su descripción del indígena encendió polémica entre los altos jerarcas de las poblaciones nativas por considerarla una aberración histórica y un daño perjudicial a los pueblos.
Uno de los críticos literarios más importantes del país, Adolfo Mendez Vides describió la investigación así: "La tesis era conocida por muy pocos (...) porque las sandeces que escribió no solo expresan racismo sino irresponsabilidad, porque no es difícil notar que el genio había nacido para escritor y al terminar su carrera de abogado se negó a elaborar un bostezo de tesis. Eswin Quiñónez, Guatemala”

¿Quién debería escribir sobre su país y sus fronteras étnicas? Se ha escrito sobre esto desde hace algún tiempo: el Popol Vuh, que contiene la idea de la cosmogonía compartida con Guatemala.

La porosidad de las fronteras de la cultura no ha establecido una dirección o la otra. Por ejemplo, la fe, en México. La creencia en la trasposición del símbolo cristiano hacia un ícono de independencia del nuevo país, hace una mezcla entre etnias y herencias culturales. Un símbolo romanocristiano se volvio mestizo de América Latina en contra la resistencia a España: la virgen de Guadalupe.
“Y bueno si buscas un mito fundacional de identidad nacional, en México el más grande es el de La Virgen de Guadalupe, no sólo por permitir la evangelización, sino que tan grande es su arraigo que la primer bandera de la lucha de independencia de México es un estandarte con su imagen.” David Santa Cruz, México.

Para los indígenas el solsticio de invierno era el día más importante en su calendario religioso, era el día en que el Sol vence a las tinieblas y surge victorioso. Por esto no es casual que precisamente en ese día la Virgen de Guadalupe haya presentado a su Hijo Jesús a los pueblos indígenas porque así ellos pudieron comprender que ella traía en su seno al Dios verdadero. Su rostro es moreno; lleva el cabello suelto, lo que entre los aztecas era señal de una mujer glorificada con un hijo en el vientre.
La flor de cuatro pétalos o Nahui Ollin: es el símbolo principal en la imagen de la Virgen, es el máximo símbolo náhuatl y representa la presencia de Dios, la plenitud, el centro del espacio y del tiempo. En la imagen presenta a la Virgen de Guadalupe como la Madre de Dios y marca el lugar donde se encuentra Nuestro Señor Jesús en su vientre. Con el Nahui Ollin en su vientre la Virgen de Guadalupe confirma a los indígenas que es la madre del Dios Verdadero, Jesucristo, que ella trae al Nuevo Mundo para darlo a conocer.
Modelos culturales protoamericanos
Sobre la reflexión que busca puntos en común para justificar la construción cultural a través de los relatos mitológicos, creemos que hay un núcleo duro de la tradición mesoamericana. En la producción cultural, esta identidad se mantiene a través de los mitos cosmogónicos, las narrativas y el simbolismo de los hábitos sociales mantienen hasta nuestros días. Lo que Alfredo López Austin llama la unidad binomio-cultural.

“Puede suponerse que las diferencias climática y étnica y el desigual desarrollo produjeron una gran diversidad cultural. Así fue, en efecto, en el pasado, y así sigue siendo en nuestros días. Sin embargo, resulta sorprendente que la historia compartida por estos pueblos haya producido desde épocas muy tempranas una base cultural común, sobre la cual se desarrolló la diversidad. Esta base ha sido denominada núcleo duro de la tradición mesoamericana. Si se profundiza en las técnicas agrícolas, en la organización social y política, en la taxonomía del cosmos, en las concepciones de la estructura y funcionamiento del cosmos, en las creencias y las prácticas religiosas, en la simbología y en muchos otros aspectos de la vida humana, podrá comprobarse que hunden sus raíces en el mencionado núcleo duro, y que éste en buena parte subsiste hasta nuestros días. Aunque parezca contradictorio, Mesoamérica se caracteriza por el binomio unidad/diversidad cultural. En el fondo de la cultura, más allá de la diversidad del medio natural y de las etnias, se halla el poder constructor de la permanente comunicación humana” (López Austin, 2008: 20).

Conclusiones

Bases de cuentos tradicionales, mitos nacidos desde la fundación hasta los discursos nacionales, se enfrentan a procesos de transformación socio-cultural sin precedentes. La globalización y la internacionalización se analizarán en este momento como contrapunto a la ética tradicional, ya que redefinen el espacio y el tiempo en las relaciones humanas, por lo que en este trabajo se revisaron la comunicación, el diálogo y la identidad.
Algunas de las características más importantes de la globalización como son la reducción del espacio y tiempo, las tecnologías de la información, sistemas de transporte, la economía relacionada, entre otras áreas, han traido cambios en los entornos simbólicos de los individuos.
La comunicación electrónica ligó en el tiempo hechos reales y personas que lo utilizan. Estas nuevas normas tienen que coexistir con las tradicionales, como se detalla anteriormente, a lo largo de este trabajo. Las comunidades con este ruido causado reaccionan de manera diferente. Algunos han recurrido a las tradiciones y la configuración regional, como una forma de protección (Hall, 2005). Otros renuncian a los discursos originales sobre la noticia, cuestionando la importancia del territorio y la cultura local.
El hecho que está claro es que en la generación de los flujos culturales las piezas simbólicas se reordenan de acuerdo a los textos que quieren desarrollar los individuos. Puesto que es difícil mantener la identidad intacta tras el fenómeno de la globalización, este trabajo trata de entender cómo se reorganizan, sin juicios de valor, las tendencias tradicionalistas o visionarias. ¿Cómo los ciudadanos en la oficina de periodistas latinos, pese a su ubicación, organizan sus concepciones del cambio de espacio y el tiempo en la globalización, donde la acción práctica, el intercambio y la mediación simbólica y objetiva son pertinentes a los Estados Nacionales?

Los flujos culturales que destaca Hall (2005) crean mediaciones influidas por el consumismo global, las culturas y tradiciones nacionales. Por lo tanto, las identidades sufrirían una desvinculación aún mayor de sus esferas anteriormente esenciales, como la familia, la nación y la religión. Las nuevas influencias ciudadanas bombardean con nuevos estímulos, con una imagen de la multitud de opciones con el razonamiento del consumismo y la industria. Se incluyen algunas nuevas identidades que se basan en la producción industrial de objetos tales como ropa, electrodomésticos y tiendas de electrónica, o simbólica, como ídolos de la música y el cine. Esto, sin embargo, es una identidad: el consumo global. No se va a examinar si sustituiría a las otras esferas, pero que es una de las identidades que un individuo lleva. Le toca a él elegir lo que es su prioridad, de acuerdo a su contexto, su persona y planes de capacitación dentro de su sociedad. Después de todo, hay que comprender que las identidades de los latinoamericanos fueron elegidas por sí mismos. Como un evento, se espera entender la articulación entre los símbolos globales y locales, el mantenimiento de las muchas diferencias que vienen del extranjero y de actualización o mejora de elementos locales como un referente cultural.
Los nuevos ciudadanos de América Latina, así como otras personas que forman parte de los centros urbanos o regiones conectadas por los medios de comunicación,  tenderán  a adaptarse más a esta nueva relatividad de la identidad. Se tendrá un bagaje cultural lleno de información que proviene no sólo del ethos tradicional, como la familia, barrio, ciudad y país, sino también mediante nuevos ethos, como los medios impresos y electrónicos, que forman más fácilmente en la ciudadanía glocal, los movimientos transnacionales de práctica para la lucha por los derechos humanos o la ecología, así como las organizaciones sin Estado definido, ya que actúan en regiones diferentes y en el ciberespacio.
Esta es la ciudadanía que conforman las redes sociales, el tema de este trabajo. Se esperaba encontrar personas para ilustrar este doble movimiento de auto-formación con la acción social, a través de organizaciones que fomenten el diálogo social en América Latina por las redes de profesionales del periodismo.

Bibliografía

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1 Periodista, Maestro en Comunicación y Semiótica por la Universidad Católica de Sao Paulo (PUC-SP), estudiante de doctorado en Integración Latinoamericana de la Universidad de São Paulo (USP). Investigador y profesor en la Universidad Mackenzie en São Paulo. www.mackenzie.br.

2    "Las dicotomías de polarización que todavía operan en nuestro universo tienen raíces profundas en la percepción de las motivaciones y la historia cultural del hombre. (...) El mismo Iván Bystrina, que trata de discernir en algunos codificadores de procedimientos importantes llamada "cultura universal", que la percepción binarios, arcaica, la polaridad resultante y su valoración asimétrica respectiva, ve exactamente el universo de los juguetes y juego, la actividad no se dirige a un punto de vista pragmático, una de las fuentes de la cultura humana. (...) El juego - de hecho, no solo, sino junto con el sueño, la ensoñación con el trance, el éxtasis, con la neurosis, con los estados de la cultura y el engaño, como el imaginativo-creativo con lo fantástico, con la narrativa y poética, con la ironía, lo grotesco, lo absurdo - se encuentra en algún lugar al comienzo de la cultura humana "(BYSTRINA, Ivan, 1989, 1028, apud Baitello, Norval, 1999: 55)

3 La palabra "chulla" presente desde el título es un ecuatorianismo explicado en el vocabulario colocado por Icaza a modo de colofón: "Solo. Impar. Hombre o mujer de clase media que trata de superarse por las apariencias"(1). El traductor francés de la novela, Claude Couffon, eligió como título "L'homme de Quito" considerando que el chulla es una antonomasia del quiteño.
En un primer momento, mi cultura literaria de hispanista me llevó a identificar en Romero y Flores a un pícaro ecuatoriano, pariente del lazarillo español afanado en medrar y tan despreocupado de la moral como el buscón de Quevedo. (TAUZIN, Isabelle. Lo grotesco en El Chulla Romero y Flores. Université de Bordeaux 3)

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