MUJERES EN EL MEDIO RURAL: CONFLICTOS TRADICIONALES, PRÁCTICAS EMERGENTES Y HORIZONTES

Irma Lorena Acosta Reveles (Coord.)

I. Mujeres y economía en las localidades rurales. Los límites para una investigación cuantitativa

Las mujeres rurales de Zacatecas se desempeñan en numerosas actividades económicas. Son artesanas, agricultoras, operadoras de maquinaria, obreras de maquiladoras, jornaleras, maestras, vendedoras dependientes o ambulantes, trabajadoras domésticas, administradoras de remesas, entre otros, sin dejar de ser las principales responsables de las tareas domésticas.


En el desempeño de estas funciones, ellas proveen de bienes y servicios a sus familias, apoyan a sus comunidades, y juegan un papel en la economía estatal y del país. También se constata a través del análisis de diferentes textos y documentos públicos, que en el campo los tradicionales roles entre géneros han variado tanto al interior de las familias como en su entorno inmediato, aunque no tan rápido como en el medio urbano.
 A través de las bases de datos nacionales y de la entidad se intento recabar información más precisa del comportamiento económico de este sector poblacional en la entidad y permitieran conocer en detalle su situación laboral en las distintas actividades que realizan, pero es complejo acceder a la información desagregada entre hombres y mujeres en zonas rurales, porque no existe. Hay iniciativas importantes para avanzar en la obtención de estos datos, pero aun se no cristalizan o resultan insuficientes. De modo que esta se convirtió en una limitante para desplegar el soporte de una investigación cuantitativa.


De las fuentes de información oficiales, la de mayor importancia en país es la base de datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI). También se ha considerado en la búsqueda de información al Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) y a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), que por su parte, efectúan conciliación de datos de la primera fuente mencionada. Todas ellas, aunque son fundamentales para nuestra investigación, resultan insuficientes.


Lo anterior se debe a que los temas y proyectos del INEGI están diseñados para brindar información por entidad federativa o por tipo de localidad a nivel nacional, y no así por indicadores urbanos y rurales de manera específica. A ello se suma que ciertos indicadores no son representativos a ese nivel de desagregación por sexos, entre zonas rurales y urbanas.


En el Censo de Población y Vivienda, una referencia necesaria en estadísticas nacionales, no se registran variables referentes a las principales actividades de las mujeres rurales por sector económico y rama, niveles de ingresos, duración de las jornadas de trabajo, prestaciones, condiciones de acceso a seguridad social, etc. Tampoco conocemos en qué medida las actividades femeninas rurales, así sea en el ámbito no doméstico, son trabajo subordinado a un empleador y remunerado, de carácter familiar o bien autoempleo; si el trabajo es de tiempo parcial, subcontratado; grado de estabilidad, condiciones de trabajo y otros pormenores.


Por otra parte, algunos registros de esta fuente sí nos resultaron útiles porque muestran las características de los habitantes en las zonas rurales, su distribución en las localidades y su estructura de edad (con el cual nos podemos aproximar a la Población Económicamente Activa de esta zona), así como su distribución en los hogares y vivienda.
De acuerdo a los datos disponibles en esta fuente, en el año 1980 el total de habitantes de Zacatecas era de 1 millón 136 mil 830, de los cuales 35.42 por ciento habitaba en la zonas rurales (402 mil 665 en números absolutos); esa población se distribuía entre 3 mil 923 localidades. Del total de habitantes rurales 216 mil 69 eran mujeres, es decir, el 53.6 por ciento.


Para el año 2005 el número de habitantes de Zacatecas había llegado a 1 millón 367 mil 692 habitantes, de ellos 42.75 por ciento habitaban en 4 mil 498 localidades reconocidas como rurales. Esta población rural era entonces de 584 mil 688, de los cuales 301 mil 324 eran mujeres (51.1 por ciento) (INEGI, 1980 y 2005).


Podemos observar pues que crece la población rural y el número de localidades rurales también, pero se reduce un poco el peso proporcional de la población femenina.
El Censo de Población y Vivienda presenta un apartado sobre la Población Económicamente Activa (PEA) por entidad federativa y ocupación principal, la información está desagregada por sexos, pero no por zonas urbanas y rurales.


El Censo Agrícola, Ganadero y Forestal y el Censo Ejidal son otras de las fuentes que más datos arrojan. Dan cuenta de la ocupación de hombres y mujeres en actividades agropecuarias, pero puede prestarse a confusión porque las actividades agropecuarias y ganaderas no necesariamente deben estar en la zona rural, y éstas no son las únicas que se realizan en las localidades rurales.


De acuerdo al VIII Censo agropecuario, ganadero y forestal más reciente, en la entidad se registraron 112,817 personas contratadas para realizar actividades agropecuarias o forestales, de ese total 88 por ciento son hombres y 12 por ciento mujeres. Cabe resaltar que por diferentes razones, sólo una ínfima parte de este grupo laboral es contratada por más de seis meses. En números absolutos sólo 7 mil 212 hombres y 816 mujeres tienen trabajo estable, el resto de los trabajadores es contratado por periodos cortos y de forma discontinua, en función del ciclo agrícola predominante primavera-verano.


La zona estatal abocada al cultivo se conoce como franja agrícola, y la conforman los municipios Fresnillo, Río Grande, Sombrerete, Noria de Ángeles, Pánuco, Guadalupe y General Francisco R. Murguía (INEGI, 2009, cuadro 114), donde se concentran las actividades agropecuarias, ganaderas y forestales con mejores resultados tanto en temporal como en riego.


En Zacatecas rural, los dependientes de las actividades agropecuarias, ganaderas y forestales suman más de 300 mil personas. Del total de personas que dependen de la agricultura 118 mil 194 son hombres y 187 mil 295 son mujeres (INEGI, 2009, cuadro 132).


En cuanto al acceso de tierra en calidad de titulares de derechos agrarios, el INEGI destaca que en Zacatecas se han certificado a través del PROCEDE 1 millón 74 mil 895 hectáreas, de los cuales 83.27 por ciento están en posesión de los hombres (895 mil 66 hectáreas) y 12.33 por ciento (132 mil 521 hectáreas) corresponden a mujeres.
En términos absolutos, en Zacatecas existen 104 mil 760 sujetos de derechos agrarios, de los cuales sólo 14 mil 666 son mujeres (14 por ciento y 86 por ciento hombres). Asimismo las mujeres poseen 15 por ciento del total de solares urbanos que existen en Zacatecas (112 mil 647) (INEGI, 2006).


Finalmente mencionaremos la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE). En ella los indicadores estratégicos de ocupación y empleo son difíciles de desagregar si  se trata de la zona rural, porque la información disponible en la base de datos no es representativa para el conjunto de la economía. El INEGI señala que:


La participación de las mujeres rurales en las actividades económicas o extradomésticas… está condicionada por varios factores. Entre ellos, la mayor carga de trabajo doméstico, que recae casi exclusivamente en las mujeres y que restringe sus oportunidades para realizar actividades de carácter económico; y el escaso desarrollo del mercado de trabajo en las comunidades rurales, lo que limita su acceso al empleo remunerado y las obliga a ocuparse donde las relaciones asalariadas están poco extendidas. A esto se suma que existe un subregistro del trabajo femenino en las fuentes regulares de información que dan cuenta del empleo en nuestro país; este subregistro obedece, por un lado, al significado que otorgan las mujeres mismas al término trabajo y por el cual consideran no económicas algunas de las actividades que realizan, como es el caso de la cría de aves de corral y de ganado menor, el cultivo de frutas y hortalizas de traspatio y la elaboración de artesanías; por otro lado, a que los instrumentos de captación no registran las variadas actividades económicas que desarrollan las mujeres” (INEGI, 2002, p. 49).

Desde nuestra perspectiva, no existe nada claro sobre una propuesta metodológica para llenar estos vacios de información que permitan lograr algunos cálculos sobre la trascendencia macroeconómica del trabajo de la mujer rural.
El INEGI dispone de indicadores de género, pero están centrados en salud y empleo a nivel nacional, para el tema de desigualdad y violencia sí existe una publicación para el Estado de Zacatecas (INEGI, 2011) pero sin desagregar detalladamente la información en lo rural y urbano, y en todo caso, no es ese nuestro interés temático en este momento.
Asimismo el INEGI cuenta de dos publicaciones que a pesar de sus límites fueron útiles a este trabajo de investigación, se trata de Las mujeres en el México Rural del año 2002 y Población rural y rural ampliada en México 2000, editado en el año 2005. La mayor parte de los datos que proporciona la primera publicación son a nivel nacional, pero muestra a las mujeres rurales desde su estructura de edad, características de las viviendas, tipos de hogares, trabajo, educación, salud, etnias, migrantes, jornaleras, su relación con la tierra, su papel en el desarrollo rural y beneficiaria de PROCAMPO. De éstas variables, la más útiles han sido el apartado dedicado al trabajo, y a la mujer rural y su relación con la tierra y como beneficiaria de PROCAMPO, porque pudieron aterrizarse a Zacatecas (INEGI, 2002, p. 49).
Visto lo anterior y ante la escasez de información estadística suficiente y adecuada para apoyar el logro de nuestro objetivo mediante una metodología cuantitativa, es que decidimos recurrir a una técnica que nos permitiera acercarnos realmente a algunos grupos de mujeres rurales en la entidad. Enseguida se presentan la técnica y los hallazgos.

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