EL DISCURSO GRÁFICO EN EL SEMANARIO 26

Jorge Perfecto Pérez Cruz

CAPÍTULO II: UN VIAJE AL INTERIOR DEL DISCURSO GRÁFICO:     ELEMENTOS QUE LO TIPIFICAN VISTO EN EL CONTENIDO Y LA REFLEXIÓN DE SUS REALIZADORES

En este capítulo se exponen en seis epígrafes los  resultados de la   investigación.
El epígrafe 2.1,  Donde se forja el discurso gráfico nos acerca a la evolución histórica de la unidad de análisis, la concepción editorial de sus páginas y  la composición de su colectivo laboral;  el epígrafe 2.2, Lo típico desde el contenido es una aproximación a las características de la composición gráfica   del semanario 26 en las 52 ediciones del año 2008 que develan los rasgos que tipifican el discurso gráfico en esa etapa; el epígrafe 2.3,  El uso de los componentes básicos del discurso gráfico  visto por sus protagonistas reúne un conjunto de reflexiones de directivos, periodistas, fotógrafo, realizadores, formatista  y   especialistas sobre las dimensiones: formato, fotografía, infografía, caricatura y tipografía; en el epígrafe 2,4, La gráfica y la presentación de los mensajes periodísticos escritos valora la forma en que la primera complementa a los segundos en las páginas del semanario; el epígrafe 2.5, El rol de los realizadores incursiona en la competencia de esos profesionales y su participación en la construcción del discurso gráfico; y, el epígrafe 2.6,  De la época de plomo a la era digital contrasta una propuesta de rediseño y  su aplicación práctica.  

2.1 Donde se forja el discurso gráfico

El actual semanario 26, órgano oficial del Comité Provincial del Partido Comunista de Cuba en Las Tunas, tiene como más lejano antecedente a El Hórmigo, primer periódico en la historia de la actual capital de este territorio, que vio la luz el 6 de noviembre del   año 1859 (…) fecha que marcó la introducción de la imprenta en la localidad. (Batista, 2005)

Pero el más próximo en el tiempo fue Veintiséis, siempre es, cuya publicación primigenia data del  27 de marzo de 1973 como derivación del Forjador,  del cual se editaron 135 números en el tamaño tabloide.
Desde el 8 de octubre de 1977, adoptó el formato estándar (120 picas de alto por 83 de ancho), a siete columnas de 11 picas cada una. La transformación incluyó el cabezal identificado con el número 26, la fachada del cuartel Moncada y la expresión siempre es, en tipografía más pequeña.

La edición fundacional del Periódico 26 se remonta al 26 de julio de 1978.  A partir del tercer trimestre de 1980, el área de la derecha del logotipo en lugar de las ideas políticas, lemas y consignas que se publicaban comienza a reflejar la imagen de Fidel,   con su deseo de que Las Tunas ganara el derecho a organizar un acto central nacional por el 26 de Julio.
 Después de logrado ese anhelo cedió el espacio al llamado del Comandante en Jefe a los tuneros a continuar trabajando con el mismo entusiasmo para desarrollar la provincia.

Se mantuvo con   frecuencia diaria y  tirada de 40 mil ejemplares hasta el 5 de marzo del año 1991, cuando su circulación se redujo a tres veces por semana con  similar formato (estándar) sin cambiar la cantidad de ejemplares.
Su forma actual la asumió el viernes 3 de enero de 1992, fecha en que comenzó a circular semanalmente en forma de tabloide con ocho páginas en 35 mil ejemplares en cada edición.

La difícil situación económica del país –que atravesaba los días más álgidos del Período Especial-lo redujo a cuatro páginas desde el 10 de septiembre de 1993 hasta el 28 de agosto de 1988.
 El día 4 de septiembre volvió a las ocho páginas, con frecuencia semanal. Las ventajas de la impresión off set le llegaron el 25 de abril de 1997, un paso sólido a favor del discurso gráfico.

La plantilla está conformada por 36 trabajadores, 27 en el sector periodístico (cuatro directivos, 11 periodistas, dos fotógrafos, dos realizadores, un formatista, cuatro correctores, un web master, una traductora de inglés, y una informática de servicio social de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI), cinco choferes, un administrador, una trabajadora de archivo, una secretaria y una auxiliar de general.
 Los reporteros y los directivos son graduados en Periodismo en la Universidad de Oriente. 
La distribución del contenido por páginas responde a las siguientes líneas editoriales:
Página 1: Se reserva a las noticias de última hora, y en su concepción gráfica se priorizan fotos y llamados a trabajos ubicados en páginas interiores.
Página 2: Está destinada, en lo fundamental a trabajos de corte histórico, político, ideológico y social.
Página 3: Es el espacio dedicado a los columnistas, quienes asumen el tratamiento  reflexivo de   cuestiones fundamentales que palpitan en los estados de opinión del pueblo. Se incluyen también las secciones Cartas, con marcado carácter de bien público; y, En el lente, que lleva imagen fotográfica y un pequeño comentario sobre problemas detectados por periodistas, fotógrafos o por lectores que denuncian la situación.
Páginas 4 y 5: Ambas de temática variada con el empleo de diferentes géneros periodísticos: reportajes, comentarios, entrevistas y crónicas.
Página 6: A dos columnas a la derecha se ubica la sección de entretenimiento Tinta Fresca y en las tres columnas restantes  aparecen temas culturales de la localidad.
Página 7: Una superficie de 63 por 47 picas informa, comenta y recrea el acontecer deportivo de la provincia; y las otras 63 por 30 están destinadas a las coberturas de actividades variadas, fundamentalmente a reflejar la lucha contra el delito.
Página 8: Trata en extenso asuntos variados, generalmente a través  de grandes reportajes de temas investigados a fondo y de entrevistas de personalidad.
Desde el punto de vista de diseño gráfico el semanario se caracteriza por:
Página 1: En la cabecera aparecen las efigies de Fidel Castro y del cuartel Moncada, el número 26 en rojo, una orla roja que se desplaza casi a lo largo y ancho del área, entre cuatro y cinco pequeños espacios destinados a la ubicación de llamados (la denominan ventanas  publicitarias, tomadas de la práctica web). En ocasiones  se sitúan fotos de dimensiones grandes, recuadros, bendeis y logotipos.
Página 2: La identifica en la cabecera la denominación (variada o especial), de acuerdo con el tema o los temas que se abordan, la fecha, el número y el logotipo 26  y a pie de página en un recuadro la sección fija Efemérides y el machón, que agrupa el logotipo 26, la fecha de fundación, los créditos de los directivos, la dirección donde radica y donde se imprime, los números de teléfonos, dirección electrónica, sitio digital y el ISSN (permiso de licencia de circulación).
Página 3: La distinguen dos recuadros: secciones Cartas y  En el lente, ambas con iconos y orlas situadas verticalmente a dos columnas en el lado derecho de cabecera a pie.  Las tres columnas restantes las ocupan dos comentarios  que se distinguen por el empleo de capitulares.

Páginas 4 y 5: Sobresalen porque su ubicación en el centro permite    utilizar todo el espacio para un solo trabajo, si es necesario; así como posibilita el empleo de múltiples recursos gráficos: desplegar títulos, ubicar caricaturas, infografías, sumarios y  epígrafes. Admite dos colores.

Página 6: Gráficamente reúne un icono y una orla, que identifica a la sección fija Tinta Fresca en un recuadro vertical que baja de cabecera a pie de página.
Página 7: La publicación en este espacio de temas deportivos y otros variados favorece el empleo de diversos recursos   tipográficos.
Página 8: La enaltece un recuadro rojo fino que recorre toda la superficie de impresión y en la cabecera aumenta su dimensión, de donde resalta el término página y el número 8 que se destacan por su color blanco sobre fondo rojo.
Toda la labor del semanario 26 tiene de plataforma programática los documentos que definen su perfil editorial, la Carta de Estilo y las líneas editoriales, desde las que se organiza, planifica y ejecuta el proceso de comunicación.

El viernes es el día de salida con una tirada de 35 mil ejemplares. Hacia las  capitales de los municipios se distribuye en horas de la mañana aprovechando el transporte que los enlaza con la capital provincial y de ahí a las comunidades rurales por similares medios, pues no dispone de otra manera de cumplir ese empeño.  
Para escoger al semanario 26 como la unidad de análisis   se tuvo en cuenta los siguientes criterios:

2.2 Lo típico desde el contenido

La investigación incluye entre las técnicas  el análisis del contenido54   gráfico de las 52 ediciones del año 2008, un recorrido por cada una de sus ocho páginas para develar   sus particularidades y los rasgos que tipifican el diseño a partir de los elementos básicos  que más se emplean en la construcción del discurso. (Ver anexo 1.)

Para el análisis, se asume la subdivisión que propone (Frascara, 1989) de esos elementos  en   imagen y tipografía. De la imagen  se toman: la fotografía, la caricatura y la infografía; y de la tipografía: formato, títulos, epígrafes, sumarios, bendeis, capitulares, logotipos y recuadros.
Todos esos elementos   son básicos en el diseño y la presente investigación hurga en su utilización para presentar los distintos géneros periodísticos y analiza la manera en que se interrelacionan como parte del mensaje propuesto. 
La totalidad de los entrevistados coinciden en que los elementos que tipifican el diseño gráfico en el semanario son:

 Después del trabajo de campo se concluye que de la tipografía predominan los títulos y el recuadro. Mientras, logotipos, capitulares y bendeis tienen escasa presencia, a pesar de que pueden contribuir a buscar un discurso de fácil lectura que capte la atención del receptor.

Asiduamente no se tiene en cuenta la diversidad de componentes y se cae en repeticiones que les restan frescura  y   belleza al discurso, lo que pone al    medio   en  condiciones desventajosas para cumplir su misión   política e ideológica y su encargo social.  

Posiblemente estas sean  causas por las que en ocasiones no se logra   un mensaje atractivo por su novedad. Cada edición es un producto nuevo  y el discurso gráfico contribuye a que el texto periodístico logre acercar al  lector potencial. 
En opinión de Elmer Almaguer, el formatista,   el discurso gráfico en el semanario 26 tiene altas y bajas:

Momentos de esplendor, a veces; y, en otras   no felices. Se afecta, en ocasiones por la gran cantidad de textos que responden a compromisos editoriales. Esas son desventajas de un semanario que tiene que dar respuesta a numerosas noticias.

Al respecto, la Licenciada en Periodismo,  Graciela Guerrero Garay, califica el discurso de poco comunicativo, plano por decirlo de algún modo y considera que hay mucha rigidez en el diseño en aras de conservar una personalidad,  un estilo y comenta:

  Si bien la argumentación de aprovechamiento del espacio es válida y hasta razonablemente justificativa, sobre todo porque la frecuencia de tirada es semanal, ello va en detrimento de un discurso gráfico sugerente, atractivo, coherente   como recurso integrador de la personalidad del medio.
Es juicio compartido por el formatista, los realizadores y el web master que procurar una factura nueva en cada edición, sin alterar la imagen corporativa, no solo es posible, si no necesario.

Ellos defienden al discurso gráfico como el primer contacto del público con la obra impresa y afirman que sobre la misma maqueta se pueden ejecutar múltiples opciones, empleando la variedad de elementos que brinda la digitalización.
Para corroborar esas posibilidades sería suficiente apreciar cómo se conjugan, en la primera plana del 12 de diciembre, tres fotos, dos textos, un recuadro, un logotipo y dos sumarios, que brindan un discurso atractivo al primer contacto visual.
El logotipo del Aniversario 50 del triunfo de la Revolución (color negro), un titular con letras rojas anuncia la sede del acto por esa efeméride y dos sumarios (color negro) en letra de 16 puntos adelantan parte de la información en un conjunto que realza el mensaje y contrasta atractivamente con los demás elementos: un recuadro rojo destaca una nota informativa acompañada de una foto a dos columnas sobre las experiencias del huracán Ike; y, a pie de página un título rojo y una foto (una columna) anuncia el crecimiento del empleo, aunque desacertadamente solo aparecen dos trabajadores (más adelante se retoma este desacierto).
Sin embargo,   el día 19 del mismo mes se retoma un diseño similar: al  conjunto se integran el mismo logotipo (negro), título (rojo), dos sumarios (negros con letra de 16 puntos), la diferencia solo está marcada porque una foto sustituye el texto, pero la imagen es muy parecida, y se pierde el efecto renovador que indicaba la primera.
Esa manera de presentación  tiene otro antecedente muy próximo en el tiempo: página 1 de 28 de noviembre, en la cual el mismo logotipo (negro), título (negro) y recuadro (rojo) anuncian la proximidad del nuevo aniversario de la Revolución. En la parte izquierda a tres cuarto de página un título rojo y una foto con texto a 16 puntos en su lateral izquierdo convocan a los días nacionales de la defensa.
Con esas soluciones se rompe la rutina y  la monotonía prevalecientes en la casi totalidad de la ediciones, en las cuales predominan títulos, recuadros y bendeis en rojo como práctica generalizada.
Hay autores que culpan a las rutinas que generan las agencias, las tendencias a seguir las modas del momento, la creatividad a ultranza y las urgencias como trampas que inhiben en los diseñadores gráficos la posibilidad de reflexionar en su misión y en los destinatarios de su labor. (Mole y Costa, 1999)
Por eso no es casual que Gómez entienda necesario mejorar el trabajo científico técnico en los medios e introducir en el quehacer periodístico el resultado de las investigaciones y crear centros de documentación para enriquecer el mensaje. (Gómez, 1988)
Hasta hoy   se han dado pasos en este sentido, pero todavía no satisfacen el imperativo a plenitud, y continúan como una cuestión inacabada los estudios de audiencia que validan la aceptación de la manera en que se presentan gráficamente los géneros periodísticos.

En el periódico investigado solo se recurre a esporádicos encuentros con lectores, modalidad que no constituye una muestra suficiente para     replantear el diseño sobre bases objetivas y satisfacer a la mayoría de los potenciales lectores.
Jorge González Armas (realizador) opina que el discurso gráfico del Semanario está contaminado por formas expresivas antiguas y otras nuevas que se van incorporando, pero no con la agilidad que se requiere y las posibilidades que brinda la tecnología digital. “Hay cierta resistencia al cambio, fundamentalmente entre los directivos”, argumenta.
Según Muñiz, “… algunas personas adoptan esta profesión –diseñador- con cierta frivolidad, mientras que otras improvisan…”. (Muñiz, 2008)
 Este  trabajo demuestra  que  predomina la improvisación en el momento de construir el discurso en el Semanario.

Así se percibió en la observación realizada en el transcurso de esta investigación para seguir la planificación de las ediciones en los consejillos editoriales, momento en que se da inicio a la construcción     del discurso gráfico. (Ver anexo 2.)    
 En dicho proceso, siempre se siguió la misma rutina: el Jefe de Información entrega los materiales completos  o los disponibles hasta ese momento, al Director, quien hace las propuestas a partir de los contenidos y de la preestablecida concepción temática de las páginas. Posteriormente  los entregaba al Jefe de Redacción, pero en ninguna ocasión se decidió qué recursos de la imagen  o de tipografía iban a utilizarse para destacar tal o cual noticia. Acto seguido, el Jefe de Redacción se dirigía al formatista y le orientaba cómo situar cada material, con un orden que no varió, en ninguna de las oportunidades observadas.

El formatista le incorporaba los elementos de diseño orientados, muchas veces después de mirar la última edición para evitar repeticiones, lo que deviene forma empírica y rutinaria de asumir ese acto de creación.

A través de esta técnica se constataron errores  tales como la   no se definición de los elementos del discurso gráfico que operan en esa edición, lo que provoca que se realice de forma un tanto voluntarista. El formatista y los realizadores no pueden ejercer plenamente sus inquietudes creativas y no se dispone de una carta de estilo editorial, similar a la que norma el tratamiento gramatical y de extensión del discurso textual, que guíe la concepción gráfica.

Los entrevistados, de manera general, consideran que la función del discurso gráfico es la de comunicar algo, llamar la atención de los públicos, atraer a los lectores potenciales, dar mensajes directos, dar personalidad al medio,   distinguirlo.
La Licenciada en Periodismo, Marila García Santos, expresó que mediante un buen uso de los elementos que lo componen, se pueden trasmitir mensajes, incluso con más coherencia y claridad que con la parte textual.

Por su parte la también periodista Sucel Peña Mora señaló que la principal función es aportar al entendimiento del mensaje, y por supuesto, atraer al lector con el equilibrio de sus elementos que está como mandato insoslayable del discurso.

El epígrafe siguiente se ocupa de las dimensiones de la categoría principal (características del discurso gráfico) y se  fundamenta con datos la presencia de los rasgos que lo distinguen en el período analizado.

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