EL DISCURSO GRÁFICO EN EL SEMANARIO 26

Jorge Perfecto Pérez Cruz

2.3 El uso de los componentes básicos del discurso gráfico visto por sus protagonistas

Una de las mejores descripciones de un hecho,  fenómeno, actividad o proceso… es la que  realizan sus protagonistas. Por eso el investigador, que se propone caracterizar los elementos del diseño  que tipifican  el discurso gráfico del semanario 26fue al encuentro de sus realizadores.

De mucho valor resulta el análisis de contenido   - refuerza con datos las opiniones-, pues en el papel está la impronta del discurso de cada semana.
Pero nada resulta más valioso que intercambiar con las personas y conocer sus vínculos con el objeto investigado: afloran contradicciones, anhelos, frustraciones… y muchos deseos de trabajar.

2.3.1 Formato

Diversos especialistas coinciden en conceptualizar el formato con dos lecturas diferentes: antes del diseño y después del diseño. Es la segunda definición la valorada en esta investigación, puesto que es en definitiva la portadora del discurso.
Para el tratamiento del diseño gráfico el semanario 26 dispone de un área de impresión de 63 por 84 picas (tabloide) en cada una de sus ocho páginas, en las cuales se distribuyen  las imágenes y la tipografía, incluido el texto.
Las ediciones revisadas exhiben un panorama dominado por la rutina, porque se reiteran formas de presentación que no enriquecen la imagen integral del Semanario, fundamentalmente en su primera plana, aunque otras como la 6 y la 3 evidencian pobre tratamiento en sus diseños.

Y la 8 corre similar suerte en el período vacacional, pues la publicación de la cartelera de actividades recreativas rompe  formas más atractivas de diseño que la distinguen en los restantes meses, en los que predominan amplia utilización de fotos, bendeis, recuadros y otros recursos tipográficos.
En las primeras planas se repite la concepción de tres fotos –ubicadas en espacios de dos, tres o cuatro columna y una más pequeña –una columna o menor de esta- situada en el machón- y se acude muy poco a otros recursos expresivos como el bendei, los sumarios, los logotipos.

Así aparecen las primeras planas de la casi totalidad de las 58 ediciones del año 2008. Sin embargo, hay ejemplos bien logrados de la combinación de esos elementos (ver página 1, viernes 18 de julio), o la del 4 del mismo mes, o la del 13 de junio, en esta última se combinan dos plumillas con varios sumarios, una foto que resalta la figura del padre y el bebé entre un recuadro rojo, cuya ubicación respeta el espacio en blanco, al que  se evade frecuentemente en la concepción del diseño bajo el apremio de compromisos externos de última hora.
Este ejemplo (página 1, de 13 de junio) las plumillas del Che y Maceo aporta sobriedad al discurso gráfico porque el blanco que las separa resalta el color rojo del título y el negro de los tres epígrafes que en letra de 16 puntos llama a texto periodístico de página 8; y, complementa la cabecera una expresiva fotografía de un padre con gesto cariñoso atendiendo al pequeño niño, en una imagen que vuela sobre texto.

Otro ejemplo bien logrado es la página 1, de  25 del abril: solo dos textos, tres fotos, tres sumarios y un logotipo se conjugan armoniosamente y el conjunto atrae con fuerza inusitada. También la correspondiente al 22 de febrero cumple esas expectativas.

Esas son escasas muestras, pues la cotidianidad demuestra que falta mucho por hacer   en     la       combinación     efectiva   de   esa   amplia gama   de recursos expresivos con que cuentan los diseñadores.
Existe   reconocimiento de las ventajas de que cualquier comunicador, incluyendo al periodista, domine los rudimentos del formato:

El diseño y formato es una de las cuestiones que el comunicador o periodista debe conocer, teniendo en cuenta que es la forma en que serán presentadas las noticias, las informaciones, en cualquiera de sus múltiples formas (…) será el primer contacto, la primera impresión que recibirá el lector, agradándole o no desde el primer momento (…). (Ramos Suyo, 1989)
Este mismo autor califica al confeccionador como:

 “… el técnico, periodista, comunicador social, el artista mismo que es el enlace entre la redacción y el público lector. Su misión fundamental es conocer la estética de tal manera su realización en el aspecto gráfico de las páginas no resulte una sucesión en ensayos, un simple tanteo cuando confecciona el boceto, sino que constituya un conjunto lógico, claro, para que tenga efecto en el público.”

Sumar a los criterios de los realizadores del diseño las inquietudes que en esa materia puedan tener los periodistas contribuiría a ampliar el diapasón de propuestas, pero esa participación requiere de voluntad y de conocimientos, de los que no siempre se disponen.

Una propuesta de rediseño  del Semanario promueve cambios en las formas tradicionales de presentación de los géneros periodísticos, que van desde el formato en sí mismo hasta el resto de los recursos de que se disponen atemperándolos a las nuevas condiciones tecnológicas.
La misma sugiere que   la maquetación del Semanario se haga a cinco columnas y es flexible a otro tratamiento siempre que lo justifique alguna edición especial íntegra o  de alguna(s) página(s).

Lo que sustituye la maquetación desordenada causante de rupturas al utilizarse cualquier cantidad de columnas, lo que le resta personalidad propia al periódico al no mostrar una estructura armónica y coherente en su presentación.
También prevé un espacio en el extremo derecho de la cabecera, útil para la colocación de fotos de llamados, que se propone para resaltar a ciudadanos comunes con participación en los programas de desarrollo en cualquier sector, admite también ubicación de texto, ambos sobre bendeis de medio tono.
Así se rompe la manera tradicional de presentación y posibilita el aprovechamiento de ese espacio con un recurso que enriquece el complejo pictórico del cabezal proporcionándole una forma integral más elegante.
Los cambios dotan al conjunto de elementos del machón de una cinta/orla que se desplaza por toda su extensión y refuerza el recurso colocado en el extremo derecho (foto o texto).

Esa cinta está presente en las secciones fijas Tinta Fresca, Cartas y En el lente, lo que le proporciona armonía a la edición completa, con lo cual se elimina la monotonía tradicional de presentación plana.
En el extremo derecho se ubican fotos, casi nunca textos. Las fotos no responden a la propuesta. Los bendeis a medio tono no son utilizados como fondo de fotos o textos insertados en esa posición del cabezal.
La ubicación de los titulares, incita la propuesta, cede espacios al blanco en cualquiera de sus extremos –derecho o izquierdo- o a ambos lados, si se centran.
El blanco es aliado del lector porque  le da reposo a la vista, pero esta sugerencia no es asumida habitualmente y su descuido desfavorece el objetivo de hacer más agradable el diseño y elimina los oasis que proporcionan los blancos al ejercicio de la lectura.

Introducir título en los espacios que  las fotos dejan sin ningún significado de trascendencia visual, marca una manera diferente de construir el discurso que lo saca   de la edad de plomo, que todavía domina muchas de las ediciones, y lo sitúa en la era digital, según opina el web master, autor de ese conjunto de soluciones.
Otra consideración novedosa es la de agregar el vocablo página a los números que sirven de llamado a noticias ubicadas en páginas interiores o en la contraportada para sustituir una manera poco atractiva de llamar, cuando los dígitos aparecen como el único medio. Esa alternativa le proporciona sobriedad al formato.
Esas pautas, sin embargo, se suelen violar   reiteradamente algo que afecta la imagen corporativa del medio estudiado.

2.3.2 Fotografía

En el año investigado aparecieron mil 415 fotos  como apoyo a la presentación de los géneros periodísticos, y no siempre es acertado su empleo como queda demostrado más adelante.
En ocasiones la fuerza de la gráfica atrae, en otras no es feliz la combinación imagen, título y texto periodístico, pues en oportunidades es la negación del mensaje.
En la etapa estudiada 14 fotografías   ocupan tres o cuatro columnas y a un tercio de página; mientras   hubo 32  ubicadas a dos columnas y un tercio de página; y, 27 situadas en una columna y menos de un tercio de página.
En dos ocasiones hubo despliegue a plana completa en actividades asociadas a los festejos por el Primero de Mayo.
El Semanario se aleja así de una construcción gráfica que se impone en estos tiempos y los intentos se supeditan, en muchas ocasiones, a exigencias de decisores externos  que desconocen los requerimientos teóricos que animan hoy el mundo gráfico.

No se aprovechan los intersticios que dejan las fotografías, para situar un título, un llamado o un texto que no afecte el mensaje y  enriquezca y dé variedad al discurso.  Esa es una concepción que defiende la propuesta ya mencionada y es absolutamente desconocida en el diseño del Semanario.

Entonces, muchas veces la mirada y la atención del lector se pierden  en espacios inútiles que nada aportan  al mensaje. Suelen aparecer fondos oscuros (página 1, primero de febrero) que hacen imperceptibles a quienes integran la presidencia de la reunión reseñada o arboledas que roban protagonismo a los niños (página 2, 8 de febrero) cuando   la fotografía  -ilustra al inauguración de un parque infantil en una zona rural- no refleja en un primer plano convincente la alegría infantil y un frondoso árbol se lleva el impacto visual pese a su ubicación al final de la imagen 
Las fotos no deben ceder el espacio ante el empuje de compromisos editoriales que colman de texto las planas y le restan atractivos al discurso gráfico. Esta pretensión   alcanza más relevancia en la primera plana; pero en la 6, en la cual aparecen las secciones Tinta fresca y Culturales, es muy común.
Esas posibilidades se descuidan frecuentemente en el momento de conjugar la fotografía con los contenidos de los géneros periodísticos.  La página 2, de la casi totalidad de las ediciones revisadas es víctima de esa manera de hacer.
En la primera de los días 31 de octubre (una foto),  17 de octubre, 5 de septiembre (una foto), 15 de agosto (dos fotos), 11 de junio (una foto y tres textos), 30 de mayo (una foto y tres textos)

No obstante, la página 1 del 11 de abril tiene una   foto y cuatro textos, pero el empleo de un logotipo, dos recuadros y el color rojo en dos títulos hace más asequible la lectura y por tanto la aproximación al mensaje.

Todas estas irregularidades se presentan con frecuencia, a pesar de que es la fotografía el elemento al que más se acude para construir el Centro de Interés Visual.
En ese sentido Elmer Almaguer Paneque, el formatista, reafirma:

(…) es la fotografía  el elemento básico al que más se acude para construir el Centro de Interés Visual, por ser la portadora de mayor impacto en ese campo, fundamentalmente en las páginas primera y 8; y, en las  interiores su ubicación no siempre responde a un análisis. A veces se buscan fotos para romper el ladrillo textual y no se tiene en cuenta ese criterio.

Por esa razón la investigación se centra principalmente en la primera página, aunque incursiona en otras, y demuestra que todavía su utilización eficaz es una asignatura pendiente.

Como un hecho que confirma esta aseveración, del total de fotos publicadas en el período,  550 tuvieron al pie textos explicativos, algunas veces ubicados sobre bendeis rojos.

Pero se reiteran en más de una edición consecutiva  y el primer buen impacto se lesiona por la   falta de originalidad, al convertir en manida esa sugerente realización.
Así aparecen en las ediciones del 11 de enero (página 8), 18 de enero (página 4), 15 de febrero (página 8),  16 de mayo (página 4) y 23 de mayo (página 8), por solo citar cinco ejemplos, cuya aproximación en fecha,  valida el señalamiento.
Otra forma que suele emplearse para situar los pies de foto, novedosa también, es utilizar los laterales, derecho o izquierdo de la imagen fotográfica, en soluciones que contrastan con las formas habituales del diseño.
Sin embargo, se pierde en el tiempo, pues se desecha y ocurre lo contrario de la primera observación, lo que demuestra que falta coherencia    en el   discurso gráfico y le resta fuerza a la imagen corporativa.
Ese tratamiento aparece en las ediciones del 13 de junio (página 5), 29 de agosto (página 8) y 5 de diciembre (página 4).
En la entrevista en profundidad (anexo 4), dos de los tres directivos consultados opinan que los fotorreporteros están muy apegados a las normas tradicionales de la fotografía periodística.
Esa forma de hacer se convierte en obstáculo al propósito de lograr los primeros planos, los detalles y los planos en profundidad más acabados para convertirlos en lenguaje real. 
El licenciado en Periodismo Norge Santiesteban Vidal, fotógrafo de profesión, evalúa:
En ocasiones los profesionales del lente olvidan tres requerimientos básicos de la imagen fotográfica que deciden en su valor periodístico: 1) un mensaje bien definido; 2) localización de la idea central; y 3) el impacto del primer plano, lo que sumado a normas de composición y contraste definen el contenido informacional y la aceptación del público/lector.
El predominio de fotos posadas disminuye  el impacto al convertirlas en rutinarias. En entrevistas aparecen  108 close-up  con esa característica que las convierten en imágenes congeladas, sin ningún valor testimonial.

Hay autores que caracterizan a la foto periodística desde esa misma óptica: 


Tomaré una de las modalidades ´clásicas´, esa en la que pensamos corrientemente cuando hablamos de ´foto periodística´. Yo la llamo foto testimonial. Se trata de una foto de reportaje tomada ´en vivo´. Caractericémosla: es una imagen cuya pertinencia reside en la captación del instante del acontecimiento; siempre espontánea (por oposición a la pose), está allí porque cautiva el acontecimiento del cual se habla en el texto que acompaña. (Verón, 2008)

En el género entrevista, hay solo 53 que enriquecen el discurso propio de la fotografía, pues incorporan elementos del entorno, gestos llamativos del entrevistado que complementan el mensaje y le proporcionan más autenticidad a la imagen gráfica.
Texeira, define la fotografía como cristalización del instante visual y sostiene que la foto de prensa en mayor grado que el texto escrito, aparece con una gran fuerza de objetividad. (Teixeira, 1999)

El mismo autor amplía que la mayor parte de las fotografías son utilizadas como mero elemento ilustrador de texto, desfigurando la función primordial de la imagen, que es concentrarse en el mensaje visual sobre el hecho vinculado; y, concluye que la fotografía es pareja del texto y ambos se complementan denominándolos códigos usados como medios de comunicación.
 En las páginas del Semanario hay fotos que incumplen ese mandato como la aparecida en la edición del 26 de diciembre, la cual acompaña una entrevista titulada Premio a la consagración y el protagonista no refleja en su rostro esa dote, pues está totalmente inerte. Es una imagen congelada.
Hay otra como la del 21 de noviembre, en la 4, que no se concentra en el mensaje visual sobre el hecho, pues ilustra a un comentario intitulado Con voluntad de titanes, y hay un solo hombre trabajando la tierra.
Contrasta ese ejemplo con otras que sí se corresponden con el mensaje propuesto y denotan correspondencia imagen-texto, lo que demuestra el dominio de esas exigencias a la foto, que no es práctica consecuente.

En el Semanario no abundan  las imágenes  a media plana o plana completa, y   el argumento referido al aprovechamiento del espacio,  sobre todo porque la frecuencia de tirada es semanal, se entiende, pero   ello va en detrimento de un discurso gráfico sugerente, llamativo, coherente.   

La propuesta de rediseño citada concibe la manipulación de las fotos, sin alterar el mensaje de la realidad que reconstruye, eliminando de los planos panorámicos las partes de las imágenes que poco o nada aportan al valor de la noticia.
Es un estímulo a la ubicación intertextual de las gráficas  que incorpora fuerza al Centro de Interés Visual, porque silencia los ruidos que elementos banales incorporan al mensaje al distraer la atención del destinatario.
Se desconoce esa posibilidad y se mantiene el ruido que ocasionan esos elementos extraños en la composición fotográfica que conspiran contra el interés del lector.
Otra de las partes integrantes de la proposición  ordena el tratamiento de la imagen, al establecer el tamaño de las fotografías a un ancho de una columna o en suma proporcional hasta cinco que aporta armonía y unidad al diseño. Esa sugerencia se desatiende.

 La experiencia de más de 30 años en el ejercicio de esta profesión en el semanario 26 concede a los criterios de Norge Santiesteban sobre la fotografía autoridad indiscutida (ver anexo 8).
Al respecto opina:

La fotografía es un elemento clave a la hora de evaluar el mensaje integralmente -texto e imagen- y la forma en que produce la atracción del lector. Estos detalles vistos en la práctica de las páginas de 26 tienen una convergencia irregular: unas veces con mejor expresión que otras.
 (Malagón, 2009) acude a la imagen sencilla de Neil Asmstrong en la luna o el llanto de un niño ante el cadáver de sus padres, para recordar que esas instantáneas de inmediato provocan una respuesta visual en la mente de cualquier editor, pero “en la época moderna el impacto gráfico ya no es un asunto de grandes ocasiones, sino   una disciplina diaria.”
Roland Barthes, en el artículo “El mensaje fotográfico”, asegura que la  fotografía periodística es un mensaje.

2.3.3 Infografía

Las formas gráficas están entre los primeros intentos de comunicación del hombre y las    ilustraciones, dibujos, mapas, gráficas además de brindar información rápida contribuyen a la presentación estética de las   publicaciones periódicas.
Desechar o minimizar  el empleo de la infografía es despreciar una manera   elemental de ilustrar informes periodísticos por sus dotes comunicativas. No es solo por seguir empíricamente una moda, de lo que se trata es de aprovechar al máximo sus potencialidades para trasmitir el mensaje.
En el Semanario se acude muy poco a   la infografía periodística, un elemento que  ha alcanzado categoría de imprescindible en la era digital.
En la etapa estudiada se cuentan 11 infografías, en las cuales dominan:   tablas (3), ilustraciones (3), retratos o plumillas (2), boletas (2) y mapa (1).
Su inclusión en las páginas es casi exclusiva al reportero István Ojeda y está asociada al huracán Ike, las elecciones, el envejecimiento poblacional y los impagos de los efectos electrodomésticos.

El comentario Radiografía de Ike –página 5, 24 de octubre- se ilustra con un mapa dentro de un cono que señala la trayectoria del huracán, y pese a la densidad textual la imagen refresca el contexto y hace más asequible el mensaje.
Esas ventajas de la infografía quedan demostradas también en artículo Los daños de Ike y el proceso de recuperación, desplegado en las planas 4 y 5, del 26 de septiembre, en el que se integran varios cuadros que concentran la información e incorporan amenidad al extenso texto.

Pero esa forma de presentación solo se retoma en las páginas 8, de las ediciones del 16  de mayo,    25 de abril, 14 de marzo,   18 y 4 de enero; y, el  11 de enero (página 2), 4 de enero (página 8)

La inconformidad por la escasa utilización de este recurso es latente entre los entrevistados y el criterio del Jefe de Redacción  avala este criterio:
En realidad el discurso gráfico de 26 no es malo, pero debe lograrse más eficiencia en su concepción y diversificarse más, a fin de captar o atraer más la atención de los lectores, entre los cuales 26 agrada, pero sería provechoso agradar más, pero con superior eficiencia y diversidad de elementos de infografía insertados.

Para varios estudiosos la expresión gráfica de las informaciones periodísticas facilita  la captación visual de la esencia del mensaje. (Canga Larequi, 1994),  (Francoise Holtz Bonneau, 1981) y (De Pablos, 2000)
De Pablos   reconoce que  este recurso llegó a la prensa en los años 90 -del pasado siglo- como una   auténtica novedad y hoy se ha convertido en un recurso imprescindible en la consecución del objetivo de atraer al receptor del mensaje.
Es, por tanto, la infografía  un medio de gran utilidad en el proceso de comunicación de los medios masivos, pero es víctima de la rutina y de ciertas posiciones de acomodamiento que la confinan en el olvido.

2.3.4  Caricatura

En la etapa estudiada solo 3 caricaturas ocupan espacio y lo hacen en la página 6, lo que evidencia que es necesario integrar este elemento por su fuerza expresiva y reflexiva al conjunto que integra el discurso gráfico del Semanario.
La caricatura es uno de los elementos que marcan por su ausencia  las páginas del Semanario. Los directivos lo atribuyen a la falta de un cultor de este género y de calidad en aquellas que llegan a la redacción.

Pero esas reflexiones no responden por regla general a criterios técnicos especializados que permitan discernir el valor de las muestras existentes, cuyo realizador más asiduo –Antón, nombre artístico- tiene premios en eventos nacionales e internacionales y suficiente reconocimiento entre   sus colegas en el país.
El web master Reynaldo López Peña respalda la observación:

(…)  no se aprovecha a un colaborador muy próximo al Semanario, aunque no es de su colectivo, pero  que ha demostrado interés de colaborar y podrían y deberían hacérseles encargos, inclusos con contenido temático explícito. Eso sería de mucha utilidad para la imagen del Semanario y su discurso gráfico.

Ramos (1988) califica la caricatura como un instrumento excelente para nuestra educación-comunicación, para la orientación y para la  crítica de la realidad, de las actitudes, las situaciones, los hechos, las personas.   
Pese a los 20 años transcurridos, esa valoración no pierde vigencia. En Cuba se le reconocen esas dotes que comulgan con la idiosincrasia criolla. Este país tiene un abultado currículum en el tratamiento de esta ingeniosa manera de comunicación.
En un artículo periodístico sobre el tema Armas (2008) sostiene que con una caricatura editorial se puede decir tanto como con un comentario de varias cuartillas, y con el ingrediente añadido de despertar la risa o la sonrisa. 
René de la Nuez  ha dicho: “El espacio dedicado al humor en un diario es el área más seria de esa publicación”.

La caricatura que  ilustra  el comentario Voceadores en estampida, página 4 de 10 de octubre, contiene todo el mensaje claro, preciso. O el reportaje Avanza erradicación de tendederas en Manatí (página 4, 22 de febrero), y Adelante las manecillas (página 1, 11 de marzo). En todos esos casos es tangible el poder expresivo de este recurso.

 La caricatura se aviene a cualquier tema y por su fuerza expresiva atrae al receptor del mensaje, ya sea usada para ilustrar un género periodístico cualquiera o de forma independiente. 
A pesar de su poder de convocatoria, y la frescura y  amenidad que incorpora al diseño,  la caricatura no encuentra espacio   sistemático en las planas del Semanario.

2.3.5 Tipografía

La composición tipográfica del Semanario está tipificada por la inclusión de mil 89 títulos, matizados por el empleo del tipo  Swiss 911 y Swiss 921, también conocida como de palo seco, sin serif, que le proporciona sobriedad.
De la cantidad de títulos 222 destacan por su color rojo, distribuidos en las páginas 1, 4, 5 y 8, hasta donde la tecnología de impresión permite llegar. Los títulos son acompañados en 83 ocasiones por epígrafes y en 20 por sumarios.
 Las capitulares se utilizan en 9 oportunidades, fuera de la tradición de emplearlas siempre en la página de opinión (3). Los recuadros alcanzan la cifra de 338, de estos 318 de color  negro y 83 de rojo, generalmente de 1 ó 1,5 puntos.
Abundan textos de grandes dimensiones que sugieren por sí mismos el empleo de capitulares que hacen más asequible el mensaje. Principalmente en la página 8 se reitera este desacierto: así aparece en las ediciones del 28 de febrero, el 11 de abril y  16 de mayo; pero, la 4  también muestra ese desbalance: 30 de mayo, 23 de mayo, 16 de mayo y 16 de abril.

 Otras planas, en las cuales se recurre a ese recurso expresivo, contrastan con las mencionadas, aunque el tamaño y el tipo de letra son muy discretos: las 8, del 4 de abril; 28 de marzo; y, 14 de marzo, por citar algunas.
García (1989) asegura que los tipos o letras constituyen el elemento más importante de la confección de un periódico, pues se consideran como el marco visual que proporciona a los lectores la primera impresión de conjunto de una página impresa.
Y subraya que los lectores, aunque no estén dotados de conocimientos que les permitan determinar el mayor o menor acierto en el empleo de la tipografía, sí rechazan una presentación tipográfica que no ofrezca organización, armonía y facilidad de lectura.

La tipografía con su poder evocador puede dotar de sentido al concepto elegido. Las variables tipográficas permiten acompañar a los programas de identidad corporativa encontrando en una familia tipográfica las distintas voces y entonaciones.  

Pero, esa evocación de García respecto a la obligatoriedad de encontrar familias tipográficas que distingan la imagen corporativa no la interpreto como imperativo a usos exclusivos de tipos únicos.
En esta publicación es reiterativo el empastelamiento (mezcla) que producen textos y pies de foto con la misma familia de letra y el mismo puntaje  que introduce  ruidos, pues dificulta discernir la pertinencia de los textos en cuestión.

Contrario a tendencias que aún predominan Jorge González, realizador, opone sus criterios a una tipografía única, que, según sus palabras, no tiene porque serlo, aboga por variar en dependencia del contenido de los textos y hacia el tipo de público al que va dirigido.

Esa tendencia supone estudios de audiencia, que son el  Talón de Aquiles en la concepción del discurso gráfico al no realizarse no pueden constituir soportes de posibles transformaciones en la presentación de los géneros periodísticos.
En la propuesta de rediseño ya citada  se sugieren cambios de tipos en los créditos de periodistas (Verdana, 8 puntos)  y fotógrafos (Arial Narrow, 8 puntos), que como se aprecia marca   diferencia de familia, pero mantiene la uniformidad del puntaje.

De esta manera se elimina el pastel de familias y de puntajes que limita la continuidad y la armonía e introduce ruidos en las páginas; sin embargo,   se continúa sin una norma específica en este sentido. 

También se subestiman los espacios blancos que se pueden lograr al mover los títulos y dejar ese oasis que se abre a la vista agotada del lector.
Los logotipos se emplean en 154 oportunidades –casi siempre en la página 2-; mientras, los bendeis suman 78 (38 de color rojo y el resto fundamentalmente de medio tono).

Se desecha en muchas oportunidades este recurso tipográfico –logotipo- que complementa y da fuerza al mensaje, además de proporcionar diseños más amenos.

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