EVALUACIÓN DEL IMPACTO SOCIAL DEL PROYECTO COMUNITARIO “LAÚD Y GUAYABERA”.

Félix Pacheco Serradé

Capítulo I. Análisis teórico - conceptual del objeto de estudio. Tendencias actuales.

El presente capítulo tiene como objetivo realizar un análisis sobre los fundamentos teóricos  del  objeto  de  estudio, donde se declaran los principales conceptos y las relaciones que se establecen entre los mismos.

1.1 Aproximación conceptual al término  de proyecto comunitario.

El término de comunidad es tan antiguo como la existencia humana y tiene su origen en  la época del régimen de la comunidad primitiva. En la Filosofía antigua el término comunidad fue tratado en el sentido de asociación, integración de grupo. En la Edad Media el mismo fue relacionado con la existencia vivencial de los grupos humanos en la fe y  la creencia en lo sobrenatural. En cambio, en la sociedad capitalista hasta fines del siglo XIX fue asumido  para indicar la forma de vida social caracterizada por un nexo orgánico, intrínseco entre sus miembros. A partir de esta etapa, el término comunidad es adoptado por la sociología, entendido como todo lo confiado, íntimo, vivo en su conjunto, por el individuo y la familia y unidos desde el nacimiento,  para el bien o para el mal. En el Siglo XX y en el presente, la Sociología Contemporánea ha ido transformando el significado del concepto de comunidad, asociándolo al sentido de relaciones sociales de tipo localista, en las cuales se vive y se comparte. (González, 2003:19).
Existe diversidad de criterios con respecto al término de comunidad, en los trabajos de la Comisión Ministerial para el Trabajo Comunitario Integrado se define como: “el espacio geográficamente delimitado donde tiene lugar un sistema de interacciones sociopolíticas y económicas, que producen un conjunto de relaciones interpersonales sobre la base de necesidades; este sistema resulta portador de tradiciones, historia e identidad propias que se expresan en identificación de intereses y sentido de pertenencia que diferencian al grupo que integra dicho espacio de los restantes”(Trabajo Comunitario Integrado. Proyecto de Programa, 1996:29).
Para la realización de la presente investigación se asumió el siguiente concepto:
“ La comunidad puede ser definida como un grupo de personas en permanente cooperación e interacción social, que habitan en un territorio determinado, comparten intereses y objetivos comunes, reproducen cotidianamente su vida, tienen creencias, actitudes, tradiciones, costumbres y hábitos comunes, cultura y valores, que expresan su sentido de pertenencia e identidad al lugar de residencia, poseen recursos propios, un grado determinado de organización económica, política y social, y presentan problemas y contradicciones.”(González, 2003:19)
En el marco de la comunidad surge un aspecto esencial a tener en cuenta y es precisamente la posibilidad de la autogestión comunitaria, vista como la acción y movilización de las masas que a partir de la identificación y el respeto a los valores comunitarios y apoyados en las organizaciones, instituciones y organismos proponen alternativas para la solución de problemas concretos existentes en  dicha localidad. Así surge lo que hoy se denomina trabajo comunitario entendido como: “proceso de transformación de las condiciones – económicas, sociales y culturales- y de las relaciones sociales en los espacios locales, mediante el desarrollo de una cultura y un estilo participativos que involucre la acción integrada de la mayor diversidad de actores sociales, en la generación de los procesos de cambio encaminados al  mejoramiento de la calidad de vida.”(Caño Secade, 2006:9).
Según el criterio de los autores antes mencionados, el trabajo comunitario debe:

  • Partir de los intereses y necesidades de la propia comunidad y de los portadores reales de la acción comunitaria con la que cuenta la propia comunidad. Sobre esta base, la acción debe concebirse  e implementarse  con su núcleo  conductor esencial  en el protagonismo de los miembros de la comunidad en la solución de sus problemas y satisfacción en general de sus necesidades y en la proyección de su futuro desarrollo. El barrio como protagonista y la comunidad como fuente de iniciativas debe ser el núcleo del trabajo comunitario.
  • Respetar la diversidad de tradiciones y características culturales producidas por la historia asumiendo elementos de carácter progresivo y transformando los de carácter regresivo. Es vital tener como principio esencial la atención y respeto a las peculiaridades propias de cada comunidad que hace de cada una un marco irrepetible.
  • Estar basado en los valores éticos de la clase trabajadora, en particular, los de cooperación y ayuda mutua.
  • Tener en cuenta  que la comunidad está constituida por personas, individualidades a las cuales debe llegar la acción comunitaria no como algo impersonal o distante, sino de modo directo y personal.  (Proyecto de Programa de Trabajo Comunitario Integrado, 1996:29).

El trabajo comunitario se  materializa a partir de la puesta en práctica de los proyectos comunitarios.
El término proyecto puede ser asociado con:

  • Sueños realizables.
  • Planes, planificación.
  • Caminos, vías.
  • Estrategias, soluciones.
  • Logros, solución de conflictos.
  • Impacto social. (Colectivo CIERIC, 2006:14)

Un proyecto es un conjunto de acciones estratégicamente planificadas que involucran y articulan a personas interesadas en provocar cambios o transformaciones  en su realidad, para lo cual necesitan tener a mano una serie de recursos humanos, financieros y materiales, que utilizados racionalmente les permitan producir bienes o servicios de beneficio social en un tiempo determinado, con un enfoque de desarrollo sostenible. (Colectivo CIERIC, 2006:14)
Los proyectos comunitarios son concebidos con la finalidad de:

  • Provocar un cambio o transformación de la realidad.
  •  Lograr satisfacer necesidades o mitigar, palear o solucionar problemas.
  • Movilizar recursos.
  • Alcanzar nuevas metas.
  • Propiciar el desarrollo. (Colectivo CIERIC, 2004: 14).

El desarrollo de proyectos comunitarios tiene como objetivo fundamental provocar cambios en una comunidad determinada a partir de la participación activa de sus miembros, por lo que el vínculo con las diferentes manifestaciones del arte constituye una vía para el logro de este objetivo.
Los proyectos podrían ser de diferentes tipos, en el caso de los procesos socioculturales:

  • En el de desarrollo comunitario con carácter integral, participan los gestores o promotores en dependencia de las necesidades culturales de la comunidad, además de que si, en sentido general, la comunidad carece de un conjunto de condiciones necesarias para su desarrollo integral: servicios de salud, problemas de empleo, falta de seguridad social, problemas alimentarios, escaso desarrollo educacional y cultural, o de otra índole; se integren todos los entes implicados.
  • En el de desarrollo sociocultural específicamente: si este es escaso o si existen limitaciones para alcanzar un mayor desarrollo en el ámbito cultural y social, ya sea para mantener las tradiciones o para rescatarlas o revitalizarlas, preservar y promover el patrimonio, generar opciones culturales y/ o recreativas para la utilización del tiempo libre, elevar la educación estética de los niños y jóvenes, elevar la cultura general de la población en temas históricos, artísticos, ecológicos, etc; de manera que contribuyan a elevar la calidad de la vida de la población objeto del proyecto.
  • En el de desarrollo artístico - cultural: pueden ser para promover el desarrollo de una de las manifestaciones del arte, la literatura y la lectura, para la apreciación de las artes y la literatura o para estimular el desarrollo de la creación artística y literaria en los diferentes grupos etarios según sus intereses y necesidades.
  • Otros que respondan a otras necesidades.

Una adecuada concepción de un proyecto comunitario debe partir de  una caracterización del espacio físico y cultural en el que se desarrollará, tomando como punto de partida el reconocimiento de las principales problemáticas que afectan a la comunidad, los intereses y necesidades de la misma, de manera que sea posible determinar los objetivos fundamentales que se persiguen con la elaboración de la propuesta, las principales acciones a desarrollar y las transformaciones que se pretenden realizar. De ahí que cada proyecto comunitario debe recorrer diferentes fases que constituyen su ciclo de vida.
El punto de partida es la Identificación de la problemática a resolver en la comunidad a partir de un diagnóstico realizado previamente, donde se determinan las posibles soluciones y actores e instituciones involucrados en el desarrollo del proyecto. La segunda fase corresponde a la Planificación, en esta se organiza y estructura el proyecto. La evaluación queda diseñada, seleccionando los indicadores, variables e instrumentos más idóneos para medir los resultados alcanzados. En la Ejecución es donde se ponen en práctica las acciones planificadas.
La Evaluación está presente en cada una de las fases, lo que significa que debe ser periódica y sistemática, lo que permite verificar, controlar y tomar decisiones, así como conocer las potencialidades y debilidades con las que se cuenta. (Pacheco Suárez 2009:27)

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