En la Comisión Mundial del Medio Ambiente de la ONU, creada en 1983, empleó por primera vez en 1987 la definición de desarrollo sostenible como “un desarrollo que satisfaga las necesidades del presente sin poner en peligro la capacidad de las generaciones futuras para atender sus propias necesidades”.
En cualquier definición, sin embargo se reconoce la necesidad de compatibilizar el continuo crecimiento económico con la equidad social y con la protección y administración eficaz y eficiente del ambiente. Este es un camino que países pobres y ricos deben hacer juntos para tener éxito, ya que los asuntos ambientales se han convertido en un tema global (ESPINOZA 2002, 12).
La Organización Mundial del Turismo (OMT) con base en la definición de desarrollo sostenible establecido por el informe de Brundtland, afirma que:
“El desarrollo del turismo sostenible satisface las necesidades de los turistas y regiones anfitrionas presentes, al mismo tiempo que protege y mejora las oportunidades del futuro. Está enfocado hacia la gestión de todos los recursos de tal forma que se satisfagan todas las necesidades económicas, sociales y estéticas al tiempo que se respeta la integridad cultural, los procesos ecológicos esenciales, la diversidad biológica y los sistemas de apoyo a la vida”
Sin embargo en el año de 1987 comienza a aparecer una nueva preocupación surge la crisis ambiental puesta en el informe de la Comisión de Brundthand 1987. Es así que en la conferencia de Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo, celebrada en Río de Janeiro en 1992, denominada Cumbre de la Tierra da una nueva definición al desarrollo Sustentable.
Los objetivos del desarrollo sustentable son los siguientes:
Cuando hablamos de actividades “sostenibles”, normalmente esto significa que podemos realizar la actividad en la misma forma o en forma parecida por un tiempo indefinido (sostenible en el tiempo) en tres aspectos principales:
Las actividades para realizar turismo van cambiando acorde a las necesidades y exigencias de los visitantes dando origen a nuevos modos de practicar esta actividad.
Así mismo se debe considerar que el turismo activo genera impactos ambientales, surgiendo de la presencia del visitante que puede llegar a provocar aumentos de la densidad e incluso hacinamiento, el uso y abuso de los recursos naturales y culturales, por último la presencia de obras o infraestructuras impactantes o no ubicada en el lugar adecuado.
Para poder mitigar estos impactos se puede considerar algunas sugerencias:
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