EL NACIONAL REFORMISMO EN PINAR DEL RÍO ENTRE 1944 Y 1952

Pedro Luis González Cruz

Capítulo II.
El Nacional Reformismo en Pinar del Río entre 1944 y 1952. 
Antecedentes históricos de la provincia.

Nuestra Isla en su extremo más occidental estaba cubierta de una rica flora, antes de la llegada de los españoles. Tupidos bosques cubrían su suelo, formando un relieve de lugares montañosos con fértiles valles formados en el seno de los abruptos accidentes del terreno.
Se estima que los primeros poblamientos humanos en lo que hoy es la provincia de Pinar del Río ocurrieron, por lo menos, hace unos 6 000 años, se trataba de pequeños grupos de cazadores paleolíticos nómadas, en tránsito hacia una economía parcialmente orientada a la recolección marina y a la pesca.
Estos cazadores primitivos pudieron arribar a Cuba entre 10 000 y 6 000 años antes del presente, procedentes de La Florida o de Centroamérica, aprovechando la existencia de algunas islas hoy sumergidas, que pudieron acortar los espacios marítimos que separan a nuestro archipiélago de estas regiones del continente americano.
A partir de 3 500 años antes del presente se inicia una nueva fase, en el extremo occidental de Cuba, revelando una evolución de estos cazadores primitivos.

La presencia de aborígenes de la fase agricultores en la actual Pinar del Río se considera posterior a la conquista española. No obstante, la influencia indirecta de otros grupos, procedentes de Venezuela y Haití, que arribaron a Cuba hace unos 1 000 años, puede haber alcanzado el Occidente antes del siglo XVI, lo que pudiera explicar la presencia aquí de algunos indicios que sugieren la existencia de la fase protoagricultores en esta región.

 “Se puede pensar que el territorio de la actual provincia de Pinar del Río pudo llegar a tener una población de aborígenes pescadores-recolectores del orden de los 10 000 a 12 000 habitantes, en su momento de mayor auge, distribuida en unas 60 comunidades” 24
Estos aborígenes dispusieron de un variado instrumental de piedra tallada o sílex, así como una amplia gama de manifestaciones artísticas y religiosas.
El escaso desarrollo de las comunidades aborígenes pobladoras del occidente cubano fue factor influyente en las decisiones de Diego Velásquez, acerca de la ubicación de las primeras villas que fundó. No obstante algunos investigadores defienden con serios argumentos la idea de que la villa de San Cristóbal (1514) tuvo su primitivo asentamiento cerca de la desembocadura de uno de los ríos que desaguan en la costa sur de la actual Pinar del Río.
De cualquier manera en 1519 ya esta villa se había trasladado junto al puerto de Carenas, en la región india de La Habana, por lo que la influencia de su primer emplazamiento no parece haber sido determinante en el desarrollo de los acontecimientos históricos locales.
Fue el Cabildo de La Villa de San Cristóbal de La Habana, el encargado de realizar los primeros repartos de tierras en esta región. Estos consistieron en el otorgamiento de hatos y corrales para la cría de reses y puercos a los vecinos que lo solicitaban.
Ya desde la segunda mitad del siglo XVI, la influencia de la conquista y sojuzgamiento de la población aborigen en otras regiones pudo haber llegado al extremo occidental, con el arribo de grupos indígenas deseosos de rehuir el contacto con los españoles.
Medio siglo después de la llegada de los hombres blancos a Cuba, aparecieron los tres cacicazgos de occidente con nombres puramente indígenas: Guaniguanico, Cuyaguateje y Caiguanabo, pero no pasó de ser un pobre residuo de una raza que se extinguía bajo el rigor de los conquistadores.
El conquistador español se abstuvo a fundar poblaciones y crear instituciones al oeste de La Habana.
“En 1554 comenzaron a poblarse los primeros hatos y haciendas a orillas del río Guamá. El 11 de abril de 1571, otorga el cabildo de La Habana la primera merced con el nombre de Sabanas de Río Feo a Francisco de Rojas. Esta es la primera noticia documental sobre terrenos aledaños a la actual capital de la provincia” 25
Muy al oeste, a orillas del río Cuyaguateje se constituía un pequeño núcleo de población con el nombre de Guani o Guane, donde se cultivaba tabaco.
El cultivo del tabaco se había generalizado en distintos lugares de Cuba. Esta producción era en el primer cuarto del siglo XVIII, una de las fuentes de riquezas de Cuba. España comenzó a aplicar un riguroso monopolio a favor de la Corona.
Los vegueros no se resignaron a aceptar el estanco del tabaco en el que veían la ruina de sus intereses. La sangrienta represión de los vegueros sublevados en La Habana desembocó en el terror, muchos de ellos adoptaron la resolución de huir y tomaron el camino de Vuelta Abajo, la región donde la autoridad de la Corona apenas existía.
Es en las orillas del río Cuyaguateje donde se cosechaba la hoja de superior calidad y fragancia de Cuba, se erigiría la nueva población, la que serviría de cabecera a la comarca.
La situación geográfica, que ocupaba en el seno del territorio, permitió a Pinar del Río alcanzar al fin la hegemonía entre las poblaciones de la jurisdicción de Filipinas o Nueva Filipina. Guane, caserío levantado a orillas del caudaloso río, distaba mucho de La Habana.
Con decreto del 23 de julio de 1774 Felipe Fondesviela, marqués de la Torre, creó la jurisdicción de Nueva Filipina, que fue desde entonces Tenencia de Gobierno. La nueva Tenencia radicó primero en Guane, después en San Juan y Martínez y un poco más tarde en Pinar del Río, a orillas del río Guamá. Ver Anexo # 1.
Los acontecimientos del 10 de Octubre de 1868 se hicieron sentir en Vueltabajo. Por solo citar un ejemplo, uno de los miembros de la familia Rubio, Enrique Dámaso figuró entre los implicados en un frustrado alzamiento en Santa Lucía y Montezuelo, en Mantua. Obligado a marchar al exterior, estableció relaciones con la emigración patriótica cubana. “Existen varios documentos probatorios de sus vínculos con la dirección de los emigrados en EEUU”. 26
Durante el período de la Tregua Fecunda, la conspiración en Vuelta Abajo fue alentada por los máximos jefes de la emigración. Ya desde 1880 existía la difusión de propaganda revolucionaria en varias zonas del territorio.
La conspiración crecía en la región de Las Martinas, Guane, San Juan y Martínez y otros lugares. El propio José Martí testimonia en carta al General Máximo  Gómez de 1893 la existencia de núcleos revolucionarios. Otras cartas de Martí corroboran la visita de sus agentes conspirativos de la región occidental.
En 1890 el General Antonio Maceo visitó la provincia, donde trató de conocer el suelo de Pinar del Río y el carácter de sus habitantes. Esa visita había querido hacerla en 1886, pero le fue negada la autorización por las autoridades españolas.
Juan Gualberto Gómez, que viajó a Pinar del Río en 1893 encontró ánimo favorable a la lucha, confirmando además que Sanguily, Collazo y José María Aguirre extendían su acción a la provincia de Pinar del Río, donde el terreno se encontró más propicio de lo que la generalidad creía.
El reinicio de la Guerra de independencia en 1895 tuvo manifestaciones de apoyo en nuestra provincia, en los meses de septiembre, octubre y diciembre de ese año se produjeron intentos de sublevación en Las Martinas, Paso Real de Guane, Pinar del Río, San Juan y Martínez y otros lugares. El Capital General de la Isla A. Martínez Campos se vio obligado a decretar el estado de guerra en la provincia.
Las fuerzas de avanzada de la Columna Invasora, al mando de Roberto Bermúdez,  se internan en territorio pinareño, el día 6 de enero de 1896 y el día 8 penetra la Columna Invasora, atravesando triunfal la provincia, hasta el 22 de enero que llega a Mantua donde se firma el Acta que acredita la culminación de la Invasión.
Entre el 23 de enero y el 12 de febrero de 1896, Antonio Maceo dejó preparado el territorio para convertirse en el principal escenario de la lucha durante los restantes meses del año 1896.
En estos hechos se enrolaron un grupo de jóvenes pinareños...“que guiados por el pensamiento y el ejemplo de Isabel Rubio y otros destacados revolucionarios, decidieron unirse con un fin común: liberar a Cuba del sistema de dominación colonial.” 27
Durante los años finales de esta guerra, España llevó a cabo la política de la reconcentración dirigida por sanguinario Valeriano Weyler, Capitán General de la Isla, orientada fundamentalmente a la zona occidental, donde estaba el principal escenario de la guerra. Nuestra provincia sufrió estas condiciones, que provocaron graves enfermedades y la muerte de miles de mujeres, niños y ancianos.
“La intervención norteamericana en Pinar del Río se produjo oficialmente el día 14 de diciembre de 1898 con la toma de posesión del general George A. Davis” 28
A solo dos días de haberse firmado el Tratado de París, el lunes 12 de diciembre de 1898, entre las 9 y las 10 de la noche, hacia su entrada en la estación ferroviaria pinareña el tren que conducía el grueso de las fuerzas norteamericanas de ocupación. 
Estas tropas pertenecían al Regimiento de Infantería # 202, Voluntarios de New York, que estaban integradas por 800 hombres entre soldados, clases, oficiales y jefes superiores del Estado Mayor. Esa noche se acomodaron en portales, almacenes e improvisadas casas de campaña, excepto la alta oficialidad que se alojó en el Hotel Globo, el mejor de entonces.
Días después construyeron unas 16 barracas, al lado del lugar donde hoy radica el Hospital Pediátrico, todavía subsisten algunas de estas.
Las borracheras, orgías colectivas, reyertas, disturbios y abusos a la ciudadanía, son muestras de su clásica prepotencia y el desprecio absoluto por todo lo que no era norteamericano.
No solo hubo un Ejército de Ocupación, también arribó a nuestra provincia un ejército de promotores y comerciantes, que en lo económico, se fueron apoderando de la industria minera, el ferrocarril y la industria del tabaco en nuestra provincia. Zonas de San Juan y Martínez, San Luis y Sandino, fueron adquiridas por la American Tobaco Company.
Donde más daño infligió, fue en el aspecto político, en lo moral, en la dignidad y en la desviación ideológica que con sus mañas y sus engaños, produjeron en gran parte de la población pinareña.
Esto unido a su plan nacional de obras de higienización y urbanismo que España nunca intentó, a la apertura de posibilidades de trabajo en obras viales y de su necesidad de preparar y desarrollar a su manera a la nueva colonia, logró aparentemente un clima de aceptación de la intervención, aún cuando siempre hubo manifestaciones patrióticas que si no obtuvieron mayor resonancia fueron debido a la falta de unidad o a la laguna ideológica que caracterizaba al Pinar del Río de entonces.
En los primeros años de la República neocolonial, se produce la penetración imperialista  en nuestra provincia, sobre todo en la producción tabacalera.
Imponiendo altos impuestos a la entrada del tabaco en rama y torcido al mercado estadounidense, agudizó la crítica situación que padecían los cosecheros en esta región.
Los trust norteamericanos al amparo del Tratado de Reciprocidad de 1903 entraron en una ofensiva a penetrar en la industria del tabaco. Esta penetración fue iniciada por la American Tobaco Company a través de sus filiales. La mayor parte de las marcas estaban en su poder al controlar el 90 % de la exportación de tabaco torcido. La Cuban Land and Leaf Company se estableció en el pueblo de Las Martinas en 1907, a fin de explotar también la fase de cultivo sobre la base de compra de tierra. Más tarde se desplazó hacia la rica zona de San Juan y Martínez y hacia áreas de la costa norte de Pinar del Río.
El Tratado de Reciprocidad Comercial de 1934 afectó a los cosecheros de tabaco. Así la Asociación de Cosecheros de Tabaco de Cuba combate el oneroso tratado y pide un nuevo Tratado de Comercio, ya que este limitaba su entrada en Norteamérica en unos 18 000 000 de libras, sin considerar que el conjunto estadounidense de este producto se calculaba en unos 100 000 000 de libras, promoviendo un marcado carácter desigual en las relaciones comerciales a favor de los EEUU, al tiempo que acentuaba aún más la dependencia de Cuba al imperialismo.
La situación económica de Pinar del Río era de crisis permanente.
“El tabaco elaborado no solo pagaba el 65 % de su valor (más derecho que los productos de Canadá, Japón, Gran Bretaña y Alemania juntos) “sino que le está prohibido su envío en paquetes postales, siendo Cuba uno de los pocos países del mundo al que le está negado un tratado postal.” 29
En estos años, en cuanto a la división política administrativa, la provincia se encontraba regida por siete partidos judiciales y quince términos municipales:
1-Partido Judicial de Consolación del Sur.
   Términos municipales:
- Consolación del Sur.
- Consolación del Norte.
- Cabañas.
- Viñales.
2-Partido Judicial de Guanajay.
   Términos municipales:
- Guanajay.
- Mariel.
3-Partido Judicial de Artemisa.
   Término municipal:
-  Artemisa.
4-Partido Judicial de San Cristóbal.
   Términos municipales:
- San Cristóbal.
- Los Palacios.
- Candelaria.
5-Partido Judicial de San Juan y Martínez.
   Términos municipales:
- San Juan y Martínez.
- San Luis.
6-Partido Judicial de Guane.
   Términos municipales:
-  Guane.
-  Mantua.
7-Partido Judicial de Pinar del Río.
   Término Municipal:
-  Pinar del Río.
Además existía un Consejo Provincial y un Gobernador. El Gobernador cumplía funciones ejecutivas y el Consejo Provincial era el órgano deliberativo. 
El Consejo Provincial estaba integrado por los alcaldes, gerentes o presidentes de comisión, de los términos municipales de la provincia. Se reunían por lo menos una vez cada dos meses, en sesión ordinaria y en sesión extraordinaria todas las veces requeridas por el gobernador.
“Sus facultades consistían en la formación de los presupuestos de gastos e ingresos, determinando la cuota que, en relación con sus ingresos, correspondían aportar a cada municipio: Prestar servicios públicos y ejecutar obras de interés provincial; acordar los empréstitos necesarios para realizar obras públicas, votando a la vez los ingresos permanentes necesarios para el pago de sus intereses y amortización, previo informe favorable del Tribunal de Cuentas y nombrar y remover los empleados provinciales.” 30
El Gobernador Provincial representaba a la provincia y ejercía las funciones ejecutivas provinciales cumpliendo y haciendo cumplir, las leyes de la nación, cumpliendo y haciendo cumplir los acuerdos del Congreso Provincial, los cuales debía autorizar con su firma y publicación para general conocimiento.
El gobierno municipal tuvo en Pinar el Río la forma de Ayuntamiento y Alcalde; es decir, las funciones gubernativas seguían el sistema tradicional de división de poderes. Recaían en el Ayuntamiento las facultades deliberativas y las ejecutivas en el Alcalde. Se establecía por la Constitución de la República las funciones específicas de los municipios. Ver anexo # 2
Aunque este no era limitado ya que el municipio tenía todos los poderes necesarios para satisfacer necesidades locales.
La provincia de Pinar del Río fue gobernada por los funcionarios siguientes:

  1. Dr. Antonio Andrés Rubio y Díaz Pimienta (Al cesar la dominación española).
  2. Dres. Guillermo Dolz Arango, Joaquín Quilez y el licenciado Rafael Escarona. (Los tres gobernadores del período de ocupación norteamericana en Pinar del Río).
  3. Coronel Luis Pérez Rodríguez.(Del 20 de mayo de 1902 al 4 de abril de 1906)
  4. Coronel Idalecio Sobrado ( Del 4 de abril de 1906 hasta la Segunda Ocupación Norteamericana) 
  5. Capitán George W. Read.( Durante la Segunda Ocupación Norteamericana) 
  6. Coronel Idalecio Sobrado (Al finalizar la Segunda Ocupación Norteamericana hasta el 6 de julio de1914).  31    
  7. José Valdor Valdés (Del 6 de julio de 1914 al 29 de abril de 1915)
  8. Oscar del Pino Ponce de León (Del 29 de abril de 1915 hasta el 25 de febrero de 1917)
  9. Ricardo Cabarrouy.(del 25 de febrero de 1917 hasta el 1ro de marzo de 1917)
  10. Comandante Manuel Henrryman Gil,(Del 1ro de marzo de 1917 al 24 de febrero de 1927).
  11. Ramón Fernández Vega, ( Del 24 de febrero de 1927 hasta el 24 de febrero de 1933).
  12. El Comandante Ovidio Ortega, el Capitán Federico Quintero Cuervo y el Segundo Teniente Antonio Gómez, Gobernadores Militares (Del 18 de agosto de 1933 al 4 de noviembre de 1933).
  13.  Dr. José A. Navarro Cano (Del 4 de noviembre de1933 al 5 de marzo de 1936).
  14. Juan Francisco Argudin Gutiérrez (Del 5 de marzo de 1936 al 25 de marzo de 1940).
  15. Doctor Alfredo Roig Juno (Del 25 de marzo de 1940 al 15 de septiembre de 1940).
  16. Doctor Salvador Díaz Valdés (Del 15 de septiembre de1940 al 15 de septiembre de1944).

El Término Municipal de Pinar del Río, como cabecera de la provincia tuvo los siguientes alcaldes:
- Lic. Leopoldo Sánchez y Cannals. (Finales de la colonización española)
- Lic. César Lancís (Durante la Ocupación Norteamericana)
- Lic. Alfredo Porta Rojas (Del 1ro de julio de 1901 al 10 de diciembre de 1916)
- Dr. Juan María Cavada y del Haya (Del 10 de diciembre de 1916 al 10 de abril de 1932)
- Sr. Francisco Sarmiento Martínez (Del 10 de abril de 1932 al 15 de septiembre de 1936)
- Agapito Guerra Gálvez (Del 15 de septiembre de 1936 al 15 de septiembre de 1944)    
La mayoría de los gobernadores y alcaldes mencionados, así como sus gobiernos, fueron antidemocráticos, perneados por la descomposición moral, la corrupción política y administrativa, practicaron todas las formas de latrocinio y violaron continuamente los más elementales derechos y libertades del pueblo.  
A partir del 15 septiembre de 1944 hasta el 10 de septiembre de 1948, gobierna en Pinar del Río, Armando Del Pino Sandrino y del 10 de septiembre de 1948 al 10 de septiembre de 1952, Cirilo Bugallo Blanco.
Como Alcaldes del Término Municipal de Pinar del Río, tomó posesión el 15 de septiembre de 1944, Francisco Sánchez González hasta el 10 de septiembre de 1948 y del 15 de septiembre de 1948 al 10 de septiembre de 1952, Ramón Rodríguez Hernández. 
Estos Gobernadores de la provincia y Alcaldes del Término Municipal de Pinar del Río, coinciden en el tiempo con el arribo al poder en Cuba del Nacional Reformismo, representado por Ramón Grau San Martín y Carlos Prío Socarrás, líderes del Partido Revolucionario Cubano (Auténticos) y el Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxos), con Eduardo Chibás en la oposición.
La impronta del Nacional Reformismo, en Pinar del Río, a pesar de comportarse de forma similar al resto de las provincias tuvo sus particularidades.

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