 
Para diagnosticar la muestra  seleccionada se utilizaron métodos e instrumentos propios de la investigación  pedagógica. Para evaluar la dimensión 1 y los indicadores 1.1 y 1.2 fueron  utilizados técnicas e instrumentos como la observación científica, la prueba  pedagógica, el completamiento de frases, la encuesta a estudiantes y entrevista  a profesores. La evaluación de estos indicadores se realizó según los niveles  establecidos en la escala de valoración (Anexo 8).
  Para evaluar el indicador 1.1 y 1.2 se  utilizó además como instrumento una observación a actividades extradocentes  (Anexo 1), con el objetivo de apreciar el comportamiento de los/las  adolescentes en actividades extradocentes para constatar los modos de actuación  ante el consumo de bebidas alcohólicas.
  Para la observación se tuvieron en  cuenta los siguientes aspectos:
La evaluación de este indicador,  demostró que se expidieron bebidas alcohólicas durante la actividad, que los  adolescentes prefirieron el consumo de ron y cerveza en cantidades mayores a  una botella y que el vino no es una bebida de preferencia entre ellos cuando  participan en actividades de este tipo. No se apreció durante la observación  que sus conductas fueran moderadas en relación al consumo de bebidas  alcohólicas y que preferían la embriaguez para disfrutar de la velada.
  La evaluación del indicador 1.1 a  través del cuestionario demostró que en el nivel bajo se encuentra el  91,8 % de la muestra (26 estudiantes), no hay estudiantes evaluados en el nivel  medio y solo el 0,68 % (3 estudiantes) se encuentran en el nivel alto.
  El cuestionario se realizó con el  objetivo de constatar el nivel de conocimientos que poseían los estudiantes con  respecto al término droga, tipos de drogas, consumo de alcohol y consecuencias  (Anexo 2). Se utilizó como instrumento un formulario impreso que comprendía  preguntas abiertas, cerradas, de selección simple. Entre las preguntas que se  utilizaron están las de tipo filtro, colchón y de contenido. Para la evaluación  de la encuesta se tuvo en cuenta que esta contenía una pregunta abierta que  exige la argumentación de la respuesta por parte del encuestado.
  El cuestionario constaba de once 11  preguntas. La primera pregunta demostró que los 29 (100 %) está graduado de  nivel medio. La segunda pregunta reflejó que de los 29 adolescentes, 13 son  hembras lo que representa un 44 % de la muestra y 16 son varones lo que  representa un 55 % de la muestra. Las edades de estos adolescentes están  comprendidas entre los 16 y los 20 años, promedio de edad 17 años. A 28  adolescentes les gusta consumir bebidas alcohólicas (96,5 %). Otra exigencia de  la tercera pregunta era especificar las cantidades de alcohol que consumen los  adolescentes encuestados. De ellos, 28 marcaron que consumen más de una botella  de ron y cerveza a la semana, lo que representa el 96,5 % de la muestra. El 100  % de la muestra marcó que comenzaron a ingerir bebidas alcohólicas antes de los  16 años. Con respecto a la quinta pregunta los adolescentes marcaron que consumen  alcohol por placer 11 (37,9 %), por aburrimiento en el tiempo libre 12 (41,3  %), porque mi grupo de amigos lo hacen 4 (13 %), 1 porque lo hace su papá (0,3  %) y 1 porque lo hace su mamá (0,3 %). En la sexta pregunta 25 marcaron que el  alcohol es un vicio (86 %) y 4 que es una droga (13 %). Entre las principales  causas que escribieron los adolescentes sobre el por qué las personas consumen  alcohol están los problemas familiares, económicos, de trabajo, ante pérdida de  personas queridas, para evitar u olvidar los problemas, como refugio ante  estos. Resultó claro comprobar que 20 de los adolescentes conocen que el  alcohol daña la salud de los individuos que lo consumen con sistematicidad, sin  embargo no pudieron ampliar cuáles son esas consecuencias. En la pregunta nueve  los muestreados 29, (100 %) expusieron que las drogar son las pastillas que  consumen, o los cigarros que fuman que les provoca enajenación y los “libera”  de momentos tensos. El 100 % de la muestra no supo clasificar las drogas. Con  respecto a reconocer las drogas, los adolescentes fueron capaces de:
Las dos primeras drogas son las más  reconocidas para un 75 %, de aquí podemos deducir que gran parte de los  estudiantes identifican la palabra droga con aquellas ilegales y no asumen que  el tabaco, café, alcohol son drogas pero legales.
  Los indicadores 1.1 y 1.2 fueron  evaluados a través de una prueba pedagógica   (Anexo 3) que tenía como objetivo constatar los conocimientos que poseen  los estudiantes acerca de las drogas (legales), su consumo y consecuencias. En  el nivel bajo se ubicaron 22 estudiantes (72.4 %), en el nivel medio 4  estudiantes (13,7 %) y 3 se ubicaron en el nivel alto (10,3 %). Resulta  clara la interpretación de que los adolescentes consumen alcohol con elevada  frecuencia y desconocen que en primer lugar es una droga portera y crea  dependencia y tolerancia en el organismo y en segundo lugar desconocen las  graves consecuencias que estas producen al hombre tras un consumo excesivo. Se  ilustran las respuestas de los/las adolescentes ante cada pregunta.
  La primera exigía relacionar los  conceptos con sus definiciones correspondientes. En este caso 22 estudiantes  (75,8%) relacionaron  incorrectamente 2  de los 4 conceptos, 4 estudiantes relacionaron 3 de los 4 (13.7 %) y 3  estudiantes (10.3 %) relacionaron correctamente los 4 conceptos con sus  definiciones. De los 22 adolescentes que respondieron incorrectamente, 16  consideraron el término adicción en relación a la definición que se ofreció de  droga a pesar de que entre estos existe cierta analogía. La segunda pregunta  fue respondida correctamente por 4 estudiantes que expusieron 4 argumentos, 22  solo brindaron 1 argumento y 3 expusieron ofrecieron 2 argumentos.
  Coincidiendo en esta pregunta los  porcientos de la anterior. Los principales argumentos que se expusieron se  refirieron a la pérdida de peso, disfunciones sexuales y fallas de órganos,  rompimiento con las familias y parejas, accidentes de tránsito, violencia que  se refleja en los hijos. En la tercera pregunta se comprobó que los estudiantes  desconocen las drogas legales. De la muestra solo 4 adolescentes (13,7 %)  fueron capaces de identificar el alcohol como droga legal, para el resto esta  es ilegal. Solo ellos 4 tuvieron respuesta correcta (13,7 %). 23 (79,3 %)  determinaron 2 legales y dos ilegales cada uno y 2 adolescentes (0,68 %) 3  legales y 2 ilegales. En el caso del inciso a) de la pregunta se decidió que  todos los estudiantes muestreados expusieron incorrectos argumentos pues plantearon  que la legalidad está dada por el consumo generalizado de la bebida. Con  respecto al inciso b) ninguno supo identificar que el alcohol era la droga  modelo y menos argumentar por qué es la droga modelo.
  Fue aplicada una entrevista (Anexo 4)  a docentes (9) que imparten las asignaturas de Ciencias Naturales y Exactas con  el objetivo de determinar el conocimiento que poseen los docentes sobre las  posibilidades que brindan los programas de la enseñanza media superior para la  prevención del consumo de alcohol en los estudiantes. En este instrumento se  decidió no evaluar a los docentes por niveles, atendiendo a la escala  valorativa, pues la entrevista solo se realizó para constatar el  aprovechamiento que recibe la educación para salud antialcohólica desde las  asignaturas que imparten. Además porque no constituye un objetivo de esta  investigación la evaluación de los conocimientos de los docentes. A  continuación se describe los resultados de la aplicación de este instrumento.
  Los 9 docentes son graduados universitarios  con más de 14 años de experiencia. Solo a veces (100 % de ellos), aprovechan  las posibilidades que ofrece el contenido para prevenir el consumo de alcohol  en los estudiantes. Se apreció que en ninguno de los materiales propuestos como  respuestas se pueden encontrar actividades que faciliten la vinculación del  tema hacia la prevención del consumo de alcohol. Los 9 docentes respondieron  que no orientan tareas de aprendizaje a los alumnos que aborden el tema sobre  el  consumo de alcohol y su prevención  porque no forma parte del contenido de su asignatura. Entre las principales  dificultades que enfrentan los docentes para autoprepararse en este tema están  la escasa y desactualizada bibliografía existente en la enseñanza media  superior , los programas de las asignaturas de Ciencias no establecen la  instrucción o educación en este tema pues son breves síntesis de los programas  de la ETP  . No existen productos  informáticos que permitan al docente o bien vincular sus clases o encontrar  información para transmitir estos conocimientos.
  Asimismo se utilizó el completamiento  de frases (Anexo 5) con el objetivo de constatar los conocimientos y modos de  actuación que poseen los estudiantes sobre el consumo de alcohol. Las frases al  ser completadas demostraron que los adolescentes beben por placer 11 (37,9%), 4  (13,7%) por seguir a los amigos, 12 (41,3%) por aburrimiento y 2(6,8%) por  acompañar a sus padres, 16(55,1%) beben ron porque es mas fuerte, económico y  sienten los efectos del consumo en menor tiempo, 13 (44,8%) consumen cerveza  porque es más suave y sabrosa al paladar, prefieren beber ron y cerveza en  altas dosis en la semana .
  Los varones refieren beber más de una  botella de ron y las hembras beben más de una botella semanal. Consideran que  las fiestas sin bebidas no son divertidas y no se disfrutan porque no pueden  relajarse. Que sienten un goce al beber porque “liberan” sus sentimientos y  deseos.
  Para evaluar la dimensión 2 y el  indicador 2.1, o sea, se utilizaron instrumentos como la observación a una  actividad extradocente (Anexo 6). Esta observación tuvo como objetivo constatar  los modos de actuación de los adolescentes y de los directivos de la actividad  ante el no consumo de alcohol. La observación se realizó después de aplicadas  las acciones educativas. Se tuvieron en cuenta los aspectos siguientes:
a) Si se expiden bebidas alcohólicas  durante la actividad.
  b) Si se divierten y/o se manifiestan  negativamente en la actividad al no consumir alcohol.
  c) Si los directivos de la actividad  permiten o alientan el consumo de bebidas alcohólicas.
Resultó claro comprobar que a pesar de  no concebirse la actividad con bebidas alcohólicas estas fueron introducidas  por un reducido grupo de estudiantes en la actividad. Al llamárseles la  atención por parte de los directivos de la actividad se manifestaron  incorrectamente ante los señalamientos y expusieron los criterios de que la  fiesta sin bebida, no es fiesta, ingirieron bebidas 11(37,9%) estudiantes y  finalmente 4 de estos adolescentes desistieron de permanecer en la actividad y  se marcharon. El resto, 18 (62%) adolescentes disfrutaron del programa previsto  a desarrollar y no hubo otra manifestación que indicara el consumo de alcohol  durante la velada. La observación de la actividad extradocente permitió ubicar en  un nivel alto a 18 (62 %) de los adolescentes de la muestra y a 11 (37,9  %) en un nivel bajo.
  La evaluación del indicador 1.1 a  través del cuestionario después de aplicadas las acciones educativas demostró  que en el nivel bajo se encuentra el 37,9 % de la muestra (11  estudiantes), no hay estudiantes evaluados en el nivel medio y el 62%  (18 estudiantes) de los estudiantes se encuentran en el nivel alto. Los  resultados se describen a continuación:
  El cuestionario se realizó con el  objetivo de constatar el nivel de conocimientos que poseían los estudiantes con  respecto al término droga, tipos de drogas, consumo de alcohol y consecuencias  (Anexo 2). Se utilizó como instrumento un formulario impreso. La primera  pregunta demostró que los 29 (100 %) está graduado de nivel medio. La segunda  pregunta reflejó que de los 29 adolescentes, 13 son hembras lo que representa  un 44 % de la muestra y 16 son varones lo que representa un 55 % de la muestra.  Las edades de estos adolescentes están comprendidas entre los 16 y los 20 años,  promedio de edad 17 años. A 11 adolescentes les gusta consumir bebidas  alcohólicas (37,9 %) y 18 ya no consumen bebidas. Otra exigencia de la tercera  pregunta era especificar las cantidades de   alcohol que consumen los adolescentes encuestados. De ellos, 7 marcaron  que consumen más de una botella de cerveza a la semana, lo que representa el  24,1% de la muestra y 4 (13,7%) continúan bebiendo más de una botella de ron y  cerveza en la semana. El 100 % de la muestra marcó que comenzaron a ingerir bebidas  alcohólicas antes de los 16 años. Con respecto a la quinta pregunta los  adolescentes marcaron que consumen alcohol por placer 7 (24,1 %), por  aburrimiento en el tiempo libre y porque mi grupo de amigos lo hacen 4 (13 %),  el resto 18 no expresan motivo de consumo porque ya no beben. En la sexta  pregunta 29 marcaron que el alcohol es una droga (13 %). Entre las principales  causas que escribieron los adolescentes   sobre el por qué las personas   consumen alcohol están los problemas familiares, económicos, de trabajo,  ante pérdida de personas queridas, para evitar u olvidar los problemas, como  refugio ante estos. 29 adolescentes conocen que el alcohol daña la salud de los  individuos que lo consumen sin medidas y sistemáticamente, 18 argumentaron las  consecuencias físicas, sociales y biológicas y 11 alumnos de los muestreados  solo mencionaron algunas biológicas como cirrosis hepática, infarto, coma  alcohólico. En la pregunta nueve 29, (100 %) expusieron que las drogas son  sustancias que afectan las funciones del organismo y crean dependencia. El 100  % de la muestra supo clasificar las drogas en legales y no legales. Con  respecto a reconocer las drogas, los adolescentes fueron capaces de:
Como se puede observar en el cuadro  los 29 muestreados conocen las drogas legales e identifican al alcohol como  droga.
  Fue utilizado además un completamiento  de frases (Anexo 7) después de aplicadas las acciones educativas. Este  instrumento tuvo como objetivo constatar los conocimientos de los estudiantes  en relación al consumo de alcohol. Resultó claro a partir de los criterios de  los adolescentes de la muestra, que para 25 de ellos el alcohol es una droga  portera, dañina y nociva. Para 18 muestreados, al completar la frase de solo  bebo cuando, el criterio que prevaleció fue el de no consumir alcohol porque no  es necesario para nada y 11 manifestaron que solo beben ante una fecha  significativa y de disfrute en familia. 4 de los adolescentes plantearon que  beben ante depresiones, frustraciones, grandes crisis o problemas. 3  adolescentes expusieron las preguntas siguientes: 
18 de los adolescentes declararon que  pueden divertirse sin necesidad de consumir bebidas alcohólicas puesto que para  compartir con amigos o en grupos no es necesario su consumo.11 alumnos (37,9 %)  sin embargo expusieron el criterio de que sí necesitan tener bebidas  alcohólicas para divertirse en las fiestas pues ellas constituyen una de las  pocas opciones de diversión que poseen. En relación a las consecuencias que  trae consigo el consumo de alcohol, 25(86,9%) adolescentes presentaron la idea  correcta de las afectaciones psíquicas, orgánicas y sociales que provoca este  consumo de manera irresponsable, el resto expuso vagos argumentos al respecto.  Los 29 adolescentes de la muestra plantearon que el alcoholismo es una  enfermedad, que crea dependencia, que al igual que otras puede ser prevenida y  tratada. Al completar la frase sobre el alcohol como droga modelo argumentaron  que influye en la personalidad y en la conciencia del individuo. Al evaluar  este instrumento de acuerdo a la escala valorativa, se definen en un nivel  alto 18 adolescentes de la muestra lo que representa el 62 % de la muestra  y en un nivel bajo 11 estudiantes para un 37,9 %. Se consideraron en nivel  bajo estos 11 adolescentes pues aún sus modos de actuación atendiendo a la  frecuencia de consumo deben ser modificados y porque pretender transformar una  muestra de la sociedad, heredera de vicios, costumbres, tradiciones, creencias  dañinas, perjudiciales o no resultaría presuntuoso. La inestabilidad de la  esfera afectiva de estos adolescentes , de los   miembros del grupo social con quienes interactúan así como los miembros  de sus familias, provoca que los logros o éxitos en relación con el desarrollo  de una cultura de la salud antialcohólica resulten discretos y conservadores en  un corto plazo.
  Fue aplicada nuevamente la prueba  pedagógica para constatar los conocimientos (Anexo 3) de los adolescentes .  Este instrumento permitió la evaluación de la dimensión 1 y el indicador 1.1.  Resultó evidente la transformación con respecto a este indicador.
  De la muestra, 18 adolescentes  relacionaron acertadamente los conceptos con sus definiciones, representando el  62 % del total. La segunda pregunta fue argumentada por 18 estudiantes con más  de tres razones logrando emitir un juicio. En relación a la tercera pregunta 26  adolescentes (89,6 %) identificaron las drogas legales e ilegales  correctamente. El inciso a) fue la exigencia de la prueba que más alto  porciento obtuvo, pues 27 de los estudiantes (93,1 %) plantearon que son drogas  legales porque su utilización no está prohibida por la ley. 29 adolescentes  afirmaron que la droga modelo es el alcohol porque es la única droga, dentro de  las legales, que influye en la personalidad y en la conciencia de los individuos. 
  Como puede apreciarse a partir de los  datos numéricos y el análisis realizado, las acciones educativas fueron  efectivas en el desarrollo de una cultura de la salud antialcohólica en los/las  estudiantes de la muestra seleccionada.
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