ESTRATEGIAS EDUCATIVAS DIRIGIDAS A DESARROLLAR EN LOS ADOLESCENTES Y JÓVENES UNA CULTURA DE LA SALUD ANTIALCOHÓLICA DESDE LA VÍA EXTRACURRICULAR

Miguel Angel Miranda Martín
miguelamiranda69@yahoo.es

Capítulo III.
Análisis de los resultados del comportamiento de las dimensiones y los indicadores antes y después de la aplicación de las acciones educativas.

Para diagnosticar la muestra seleccionada se utilizaron métodos e instrumentos propios de la investigación pedagógica. Para evaluar la dimensión 1 y los indicadores 1.1 y 1.2 fueron utilizados técnicas e instrumentos como la observación científica, la prueba pedagógica, el completamiento de frases, la encuesta a estudiantes y entrevista a profesores. La evaluación de estos indicadores se realizó según los niveles establecidos en la escala de valoración (Anexo 8).
Para evaluar el indicador 1.1 y 1.2 se utilizó además como instrumento una observación a actividades extradocentes (Anexo 1), con el objetivo de apreciar el comportamiento de los/las adolescentes en actividades extradocentes para constatar los modos de actuación ante el consumo de bebidas alcohólicas.
Para la observación se tuvieron en cuenta los siguientes aspectos:

La evaluación de este indicador, demostró que se expidieron bebidas alcohólicas durante la actividad, que los adolescentes prefirieron el consumo de ron y cerveza en cantidades mayores a una botella y que el vino no es una bebida de preferencia entre ellos cuando participan en actividades de este tipo. No se apreció durante la observación que sus conductas fueran moderadas en relación al consumo de bebidas alcohólicas y que preferían la embriaguez para disfrutar de la velada.
La evaluación del indicador 1.1 a través del cuestionario demostró que en el nivel bajo se encuentra el 91,8 % de la muestra (26 estudiantes), no hay estudiantes evaluados en el nivel medio y solo el 0,68 % (3 estudiantes) se encuentran en el nivel alto.
El cuestionario se realizó con el objetivo de constatar el nivel de conocimientos que poseían los estudiantes con respecto al término droga, tipos de drogas, consumo de alcohol y consecuencias (Anexo 2). Se utilizó como instrumento un formulario impreso que comprendía preguntas abiertas, cerradas, de selección simple. Entre las preguntas que se utilizaron están las de tipo filtro, colchón y de contenido. Para la evaluación de la encuesta se tuvo en cuenta que esta contenía una pregunta abierta que exige la argumentación de la respuesta por parte del encuestado.
El cuestionario constaba de once 11 preguntas. La primera pregunta demostró que los 29 (100 %) está graduado de nivel medio. La segunda pregunta reflejó que de los 29 adolescentes, 13 son hembras lo que representa un 44 % de la muestra y 16 son varones lo que representa un 55 % de la muestra. Las edades de estos adolescentes están comprendidas entre los 16 y los 20 años, promedio de edad 17 años. A 28 adolescentes les gusta consumir bebidas alcohólicas (96,5 %). Otra exigencia de la tercera pregunta era especificar las cantidades de alcohol que consumen los adolescentes encuestados. De ellos, 28 marcaron que consumen más de una botella de ron y cerveza a la semana, lo que representa el 96,5 % de la muestra. El 100 % de la muestra marcó que comenzaron a ingerir bebidas alcohólicas antes de los 16 años. Con respecto a la quinta pregunta los adolescentes marcaron que consumen alcohol por placer 11 (37,9 %), por aburrimiento en el tiempo libre 12 (41,3 %), porque mi grupo de amigos lo hacen 4 (13 %), 1 porque lo hace su papá (0,3 %) y 1 porque lo hace su mamá (0,3 %). En la sexta pregunta 25 marcaron que el alcohol es un vicio (86 %) y 4 que es una droga (13 %). Entre las principales causas que escribieron los adolescentes sobre el por qué las personas consumen alcohol están los problemas familiares, económicos, de trabajo, ante pérdida de personas queridas, para evitar u olvidar los problemas, como refugio ante estos. Resultó claro comprobar que 20 de los adolescentes conocen que el alcohol daña la salud de los individuos que lo consumen con sistematicidad, sin embargo no pudieron ampliar cuáles son esas consecuencias. En la pregunta nueve los muestreados 29, (100 %) expusieron que las drogar son las pastillas que consumen, o los cigarros que fuman que les provoca enajenación y los “libera” de momentos tensos. El 100 % de la muestra no supo clasificar las drogas. Con respecto a reconocer las drogas, los adolescentes fueron capaces de:

Las dos primeras drogas son las más reconocidas para un 75 %, de aquí podemos deducir que gran parte de los estudiantes identifican la palabra droga con aquellas ilegales y no asumen que el tabaco, café, alcohol son drogas pero legales.
Los indicadores 1.1 y 1.2 fueron evaluados a través de una prueba pedagógica  (Anexo 3) que tenía como objetivo constatar los conocimientos que poseen los estudiantes acerca de las drogas (legales), su consumo y consecuencias. En el nivel bajo se ubicaron 22 estudiantes (72.4 %), en el nivel medio 4 estudiantes (13,7 %) y 3 se ubicaron en el nivel alto (10,3 %). Resulta clara la interpretación de que los adolescentes consumen alcohol con elevada frecuencia y desconocen que en primer lugar es una droga portera y crea dependencia y tolerancia en el organismo y en segundo lugar desconocen las graves consecuencias que estas producen al hombre tras un consumo excesivo. Se ilustran las respuestas de los/las adolescentes ante cada pregunta.
La primera exigía relacionar los conceptos con sus definiciones correspondientes. En este caso 22 estudiantes (75,8%) relacionaron  incorrectamente 2 de los 4 conceptos, 4 estudiantes relacionaron 3 de los 4 (13.7 %) y 3 estudiantes (10.3 %) relacionaron correctamente los 4 conceptos con sus definiciones. De los 22 adolescentes que respondieron incorrectamente, 16 consideraron el término adicción en relación a la definición que se ofreció de droga a pesar de que entre estos existe cierta analogía. La segunda pregunta fue respondida correctamente por 4 estudiantes que expusieron 4 argumentos, 22 solo brindaron 1 argumento y 3 expusieron ofrecieron 2 argumentos.
Coincidiendo en esta pregunta los porcientos de la anterior. Los principales argumentos que se expusieron se refirieron a la pérdida de peso, disfunciones sexuales y fallas de órganos, rompimiento con las familias y parejas, accidentes de tránsito, violencia que se refleja en los hijos. En la tercera pregunta se comprobó que los estudiantes desconocen las drogas legales. De la muestra solo 4 adolescentes (13,7 %) fueron capaces de identificar el alcohol como droga legal, para el resto esta es ilegal. Solo ellos 4 tuvieron respuesta correcta (13,7 %). 23 (79,3 %) determinaron 2 legales y dos ilegales cada uno y 2 adolescentes (0,68 %) 3 legales y 2 ilegales. En el caso del inciso a) de la pregunta se decidió que todos los estudiantes muestreados expusieron incorrectos argumentos pues plantearon que la legalidad está dada por el consumo generalizado de la bebida. Con respecto al inciso b) ninguno supo identificar que el alcohol era la droga modelo y menos argumentar por qué es la droga modelo.
Fue aplicada una entrevista (Anexo 4) a docentes (9) que imparten las asignaturas de Ciencias Naturales y Exactas con el objetivo de determinar el conocimiento que poseen los docentes sobre las posibilidades que brindan los programas de la enseñanza media superior para la prevención del consumo de alcohol en los estudiantes. En este instrumento se decidió no evaluar a los docentes por niveles, atendiendo a la escala valorativa, pues la entrevista solo se realizó para constatar el aprovechamiento que recibe la educación para salud antialcohólica desde las asignaturas que imparten. Además porque no constituye un objetivo de esta investigación la evaluación de los conocimientos de los docentes. A continuación se describe los resultados de la aplicación de este instrumento.
Los 9 docentes son graduados universitarios con más de 14 años de experiencia. Solo a veces (100 % de ellos), aprovechan las posibilidades que ofrece el contenido para prevenir el consumo de alcohol en los estudiantes. Se apreció que en ninguno de los materiales propuestos como respuestas se pueden encontrar actividades que faciliten la vinculación del tema hacia la prevención del consumo de alcohol. Los 9 docentes respondieron que no orientan tareas de aprendizaje a los alumnos que aborden el tema sobre el  consumo de alcohol y su prevención porque no forma parte del contenido de su asignatura. Entre las principales dificultades que enfrentan los docentes para autoprepararse en este tema están la escasa y desactualizada bibliografía existente en la enseñanza media superior , los programas de las asignaturas de Ciencias no establecen la instrucción o educación en este tema pues son breves síntesis de los programas de la ETP  . No existen productos informáticos que permitan al docente o bien vincular sus clases o encontrar información para transmitir estos conocimientos.
Asimismo se utilizó el completamiento de frases (Anexo 5) con el objetivo de constatar los conocimientos y modos de actuación que poseen los estudiantes sobre el consumo de alcohol. Las frases al ser completadas demostraron que los adolescentes beben por placer 11 (37,9%), 4 (13,7%) por seguir a los amigos, 12 (41,3%) por aburrimiento y 2(6,8%) por acompañar a sus padres, 16(55,1%) beben ron porque es mas fuerte, económico y sienten los efectos del consumo en menor tiempo, 13 (44,8%) consumen cerveza porque es más suave y sabrosa al paladar, prefieren beber ron y cerveza en altas dosis en la semana .
Los varones refieren beber más de una botella de ron y las hembras beben más de una botella semanal. Consideran que las fiestas sin bebidas no son divertidas y no se disfrutan porque no pueden relajarse. Que sienten un goce al beber porque “liberan” sus sentimientos y deseos.
Para evaluar la dimensión 2 y el indicador 2.1, o sea, se utilizaron instrumentos como la observación a una actividad extradocente (Anexo 6). Esta observación tuvo como objetivo constatar los modos de actuación de los adolescentes y de los directivos de la actividad ante el no consumo de alcohol. La observación se realizó después de aplicadas las acciones educativas. Se tuvieron en cuenta los aspectos siguientes:

a) Si se expiden bebidas alcohólicas durante la actividad.
b) Si se divierten y/o se manifiestan negativamente en la actividad al no consumir alcohol.
c) Si los directivos de la actividad permiten o alientan el consumo de bebidas alcohólicas.

Resultó claro comprobar que a pesar de no concebirse la actividad con bebidas alcohólicas estas fueron introducidas por un reducido grupo de estudiantes en la actividad. Al llamárseles la atención por parte de los directivos de la actividad se manifestaron incorrectamente ante los señalamientos y expusieron los criterios de que la fiesta sin bebida, no es fiesta, ingirieron bebidas 11(37,9%) estudiantes y finalmente 4 de estos adolescentes desistieron de permanecer en la actividad y se marcharon. El resto, 18 (62%) adolescentes disfrutaron del programa previsto a desarrollar y no hubo otra manifestación que indicara el consumo de alcohol durante la velada. La observación de la actividad extradocente permitió ubicar en un nivel alto a 18 (62 %) de los adolescentes de la muestra y a 11 (37,9 %) en un nivel bajo.
La evaluación del indicador 1.1 a través del cuestionario después de aplicadas las acciones educativas demostró que en el nivel bajo se encuentra el 37,9 % de la muestra (11 estudiantes), no hay estudiantes evaluados en el nivel medio y el 62% (18 estudiantes) de los estudiantes se encuentran en el nivel alto. Los resultados se describen a continuación:
El cuestionario se realizó con el objetivo de constatar el nivel de conocimientos que poseían los estudiantes con respecto al término droga, tipos de drogas, consumo de alcohol y consecuencias (Anexo 2). Se utilizó como instrumento un formulario impreso. La primera pregunta demostró que los 29 (100 %) está graduado de nivel medio. La segunda pregunta reflejó que de los 29 adolescentes, 13 son hembras lo que representa un 44 % de la muestra y 16 son varones lo que representa un 55 % de la muestra. Las edades de estos adolescentes están comprendidas entre los 16 y los 20 años, promedio de edad 17 años. A 11 adolescentes les gusta consumir bebidas alcohólicas (37,9 %) y 18 ya no consumen bebidas. Otra exigencia de la tercera pregunta era especificar las cantidades de  alcohol que consumen los adolescentes encuestados. De ellos, 7 marcaron que consumen más de una botella de cerveza a la semana, lo que representa el 24,1% de la muestra y 4 (13,7%) continúan bebiendo más de una botella de ron y cerveza en la semana. El 100 % de la muestra marcó que comenzaron a ingerir bebidas alcohólicas antes de los 16 años. Con respecto a la quinta pregunta los adolescentes marcaron que consumen alcohol por placer 7 (24,1 %), por aburrimiento en el tiempo libre y porque mi grupo de amigos lo hacen 4 (13 %), el resto 18 no expresan motivo de consumo porque ya no beben. En la sexta pregunta 29 marcaron que el alcohol es una droga (13 %). Entre las principales causas que escribieron los adolescentes  sobre el por qué las personas  consumen alcohol están los problemas familiares, económicos, de trabajo, ante pérdida de personas queridas, para evitar u olvidar los problemas, como refugio ante estos. 29 adolescentes conocen que el alcohol daña la salud de los individuos que lo consumen sin medidas y sistemáticamente, 18 argumentaron las consecuencias físicas, sociales y biológicas y 11 alumnos de los muestreados solo mencionaron algunas biológicas como cirrosis hepática, infarto, coma alcohólico. En la pregunta nueve 29, (100 %) expusieron que las drogas son sustancias que afectan las funciones del organismo y crean dependencia. El 100 % de la muestra supo clasificar las drogas en legales y no legales. Con respecto a reconocer las drogas, los adolescentes fueron capaces de:

Como se puede observar en el cuadro los 29 muestreados conocen las drogas legales e identifican al alcohol como droga.
Fue utilizado además un completamiento de frases (Anexo 7) después de aplicadas las acciones educativas. Este instrumento tuvo como objetivo constatar los conocimientos de los estudiantes en relación al consumo de alcohol. Resultó claro a partir de los criterios de los adolescentes de la muestra, que para 25 de ellos el alcohol es una droga portera, dañina y nociva. Para 18 muestreados, al completar la frase de solo bebo cuando, el criterio que prevaleció fue el de no consumir alcohol porque no es necesario para nada y 11 manifestaron que solo beben ante una fecha significativa y de disfrute en familia. 4 de los adolescentes plantearon que beben ante depresiones, frustraciones, grandes crisis o problemas. 3 adolescentes expusieron las preguntas siguientes:

18 de los adolescentes declararon que pueden divertirse sin necesidad de consumir bebidas alcohólicas puesto que para compartir con amigos o en grupos no es necesario su consumo.11 alumnos (37,9 %) sin embargo expusieron el criterio de que sí necesitan tener bebidas alcohólicas para divertirse en las fiestas pues ellas constituyen una de las pocas opciones de diversión que poseen. En relación a las consecuencias que trae consigo el consumo de alcohol, 25(86,9%) adolescentes presentaron la idea correcta de las afectaciones psíquicas, orgánicas y sociales que provoca este consumo de manera irresponsable, el resto expuso vagos argumentos al respecto. Los 29 adolescentes de la muestra plantearon que el alcoholismo es una enfermedad, que crea dependencia, que al igual que otras puede ser prevenida y tratada. Al completar la frase sobre el alcohol como droga modelo argumentaron que influye en la personalidad y en la conciencia del individuo. Al evaluar este instrumento de acuerdo a la escala valorativa, se definen en un nivel alto 18 adolescentes de la muestra lo que representa el 62 % de la muestra y en un nivel bajo 11 estudiantes para un 37,9 %. Se consideraron en nivel bajo estos 11 adolescentes pues aún sus modos de actuación atendiendo a la frecuencia de consumo deben ser modificados y porque pretender transformar una muestra de la sociedad, heredera de vicios, costumbres, tradiciones, creencias dañinas, perjudiciales o no resultaría presuntuoso. La inestabilidad de la esfera afectiva de estos adolescentes , de los  miembros del grupo social con quienes interactúan así como los miembros de sus familias, provoca que los logros o éxitos en relación con el desarrollo de una cultura de la salud antialcohólica resulten discretos y conservadores en un corto plazo.
Fue aplicada nuevamente la prueba pedagógica para constatar los conocimientos (Anexo 3) de los adolescentes . Este instrumento permitió la evaluación de la dimensión 1 y el indicador 1.1. Resultó evidente la transformación con respecto a este indicador.
De la muestra, 18 adolescentes relacionaron acertadamente los conceptos con sus definiciones, representando el 62 % del total. La segunda pregunta fue argumentada por 18 estudiantes con más de tres razones logrando emitir un juicio. En relación a la tercera pregunta 26 adolescentes (89,6 %) identificaron las drogas legales e ilegales correctamente. El inciso a) fue la exigencia de la prueba que más alto porciento obtuvo, pues 27 de los estudiantes (93,1 %) plantearon que son drogas legales porque su utilización no está prohibida por la ley. 29 adolescentes afirmaron que la droga modelo es el alcohol porque es la única droga, dentro de las legales, que influye en la personalidad y en la conciencia de los individuos.
Como puede apreciarse a partir de los datos numéricos y el análisis realizado, las acciones educativas fueron efectivas en el desarrollo de una cultura de la salud antialcohólica en los/las estudiantes de la muestra seleccionada.

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