LA TEORÍA DE LA COMPLEJIDAD Y EL CAOS EN LA CIENCIA REGIONAL

Andrés E. Miguel
Julio C. Torres
Pedro Maldonado
Néstor Solís
janos016@gmail.com

11.2.4 La entropía relativa y la equidad

Para medir con un solo número el que en la región haya eventos terminales con más probabilidades que otros, se utiliza el concepto de “entropía relativa”. Ésta vale 1 si todos los eventos terminales tienen la misma probabilidad, y vale 0 cuando sólo hay un evento con la seguridad total de realizarse con respecto a los demás (Arranz 1993). La entropía relativa Srel se define como

Srel=S/Smax --(4)

Por consiguiente, la entropía relativa es un indicador de las desigualdades internas que posee la región: entre más cercano a cero, las desigualdades regionales son mayores. Un valor de la entropía relativa cercano a uno, indica una igualdad en las posibilidades de desarrollo regional: entre menos entropía relativa manifieste una región, más desigual tiende a ser su proceso de desarrollo.
Puede obtenerse un indicador de las desigualdades intraregionales, considerando que las desigualdades son altas cuando se obtiene el “coeficiente de la equidad” (EQi) al dividir el valor del indicador del desarrollo entre el valor de la entropía relativa, es decir

EQi = Di/Srel --(5)

cuando EQi menor 1, las desigualdades son altas; cuando EQi iguala o se acerca a 1, las desigualdades tienden a desaparecer de la región. La equidad máxima de la región se alcanza cuando Dmáx = 1.00 para el IDH,y Srel=1.00, y por consiguiente

EQideal= Dmáx/Srel=1.00--(5a)

11.2.5 La entropía y la sustentabilidad

La importancia de la “sustentabilidad” del desarrollo fue oficialmente aceptada a partir de la propuesta de la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo, la cual publicó el libro “Nuestro Futuro Común”, también conocido como el “Informa Brundtland” (1987), y que en América Latina se consolidó a partir de la “Conferencia sobre Ambiente y Desarrollo”, también llamada la “Conferencia de la Tierra en Río de Janeiro” (1992). El Informa Brundtland ha proporcionado la definición del “desarrollo sustentable” como aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la habilidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades. Se acepta que las dimensiones de la sustentabilidad del desarrollo son de tipo económico, ambiental y social (Harris 2000: 5-17).
Hoy en día se reconoce que si una región no posee niveles de sustentabilidad aceptables, de nada le serviría lograr altos niveles de equidad y eficiencia, pues éstos, tarde o temprano, perderían su sustento, pues las regiones sustentables son contextos espacio-temporales capaces de asegurar, en el corto, mediano y largo plazos, el bienestar y la riqueza económica de la población que alberga. Mientras amparen población humana, las regiones poseen un grado de sustentabilidad, el cual variará dependiendo de la manera en que la sociedad sea capaz de garantizar un equilibrio ente la naturaleza, la economía y la sociedad. Este nivel varía de un alto potencial de sustentabilidad, que se supone es el nivel ideal porque garantiza la sobreviviencia de las sociedades en el largo plazo; al de bajo potencial de sustentabilidad, que puede considerarse un nivel crítico, porque solamente está garantizando en el corto plazo un ambiente adecuado para la sociedad.
En contraparte, las regiones no sustentables son contextos espacio-temporales incapaces de asegurar, en el largo, mediano o incluso en el corto plazo, el bienestar y la riqueza económica y de todo tipo de la población que alberga. Por tal razón, la no sustentabilidad se refleja en el riesgo, las amenazas y la vulnerabilidad de las regiones, que se muestran como incapaces de retener a su propia población, la cual emigra o se desplaza hacia nuevos territorios en busca de mejores condiciones que aseguren su subsistencia. Como señalan los especialistas, el “concepto de riesgo, en su definición más sencilla, hace referencia a la probabilidad de que a una población (personas, estructuras físicas, sistemas productivos, etcétera), o segmento de la misma, le ocurra algo nocivo o dañino”. Se afirma que para “que exista riesgo debe haber tanto una amenaza (o, como algunos dirían, un peligro) como una población vulnerable a sus impactos, siendo la “vulnerabilidad” la propensión de sufrir daños que exhibe un componente de la estructura social (o la naturaleza misma) (Lavell 1996: 32). El riesgo, las amenazas y la vulnerabilidad de una región puede ser de tipo natural (los riesgos naturales y la escasez de recursos naturales), y artificial (por ejemplo, la emigración y los desórdenes sociales de todo tipo, incluidos los conflictos armados en el territorio). En otras palabras, la sustentabilidad puede valorarse a través del riesgo, las amenazas y la vulnerabilidad, que en conjunto reflejan la entropía del aspecto sustentable de las regiones.

11.2.6 Entropía y planeación

La entropía regional refleja la presencia de una mayor complejidad, y se relaciona con la necesidad de orientar el tipo de planeación de la propia región. Si se denomina planificación estratégica al proceso de aplicación de políticas públicas que generan un cambio dirigido hacia ciertos objetivos estratégicos, y tomando en cuenta la ecuación 1, se tendrá que

dD = [(δDT/δDA)*dDA]-[(δDT/δS)*dS] --(6)
la condición (6) señala que las políticas públicas pueden activar tanto el bienestar como los desórdenes del desarrollo, en la cual [(δDT/δDA)*dDA] indica las “fortalezas y oportunidades” de la región, y [(δDT/δS)*dS] las “debilidades y amenazas” que ésta posee. El significado de las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas indicados puede resumirse de la siguiente manera:

i) Fortalezas: La región posee suficiente infraestructura (comunicaciones, agua potable, drenaje, alcantarillado y transporte); equipamiento (salud, educación y vivienda) y recursos naturales.
ii) Debilidades: En la región se manifiesta pobreza, marginación y emigración. También existe un deterioro ecológico.
iii) Oportunidades: La región ha alcanzado un nivel de competitividad, capacitación y educación de calidad. También pueden aprovecharse los programas gubernamentales y empresariales externos de ayuda al desarrollo, e impulsar las exportaciones.
iv) Amenazas: La región posee una fuerte dependencia, y está sujeta a una competencia y cambios externos que continuamente la desestabilizan.
La importancia de la entropía es que ésta puede influir en la competitividad regional a través de la eficiencia. La “competitividad regional” puede entenderse como la capacidad de una región para adelantar a otras regiones en el acceso al conocimiento y tecnología, a los recursos públicos y privados (materiales y financieros), así como al mercado para la venta de sus productos o la adquisición de recursos naturales y materias primas. La región que en un momento consigue adelantar a las demás, genera un aumento de su desarrollo, mejora su accesos a los recursos públicos y privados, y asimismo logra una presencia un poco más segura en el mercado, lo cual le permite hacerse durante cierto tiempo de mayores recursos privados y públicos, reinvirtiéndolos con la perspectiva de obtener nuevas ventajas, que necesitará para mantenerse o avanzar en su posición en el contexto regional (Lengnick 1992). Lo anterior sugiere que si se desea mejorar la competitividad de las regiones, no basta planificar únicamente el crecimiento económico, o incluso aisladamente el bienestar esperado, sino que también se debe ejercer el control de la entropía del desarrollo.
En resumen, con respecto a la planificación la baja entropía absoluta se relaciona con el aumento de la eficiencia, y por consiguiente de la competitividad, aprovechando las fortalezas y oportunidades de la región. La alta entropía absoluta indica la necesidad de combatir permanentemente las debilidades y esquivar las amenazas que se promueven dentro y fuera de la región. En otras palabras, la baja entropía absoluta indica la posibilidad de trabajar con los aspectos endógenos de la región (fortalecer la competitividad y el desarrollo endógeno), en tanto que la alta entropía absoluta señala la dependencia de la región hacia los aspectos interregionales (un desarrollo dependiente). De igual manera, la baja entropía relativa se relaciona con la necesidad de combatir las desigualdades internas de la región.
El nivel de la entropía que posee la región puede orientar las acciones con respecto a la planificación de la equidad, la eficiencia y la sustentabilidad del desarrollo regional. Si se toma en cuenta la planificación estratégica, las regiones pueden clasificarse como:
I: Regiones con baja EF: son regiones donde las debilidades y amenazas pesan más que sus fortalezas y oportunidades, lo cual obstaculiza su competitividad y el logro de su equidad. En éstas conviene planificar su desarrollo tratando de minimizar su dependencia del exterior, y combatir la pobreza y marginación de sus microregiones.
II: Regiones con alta EF: Son regiones en las cuales sus fortalezas y oportunidades ya superan sus debilidades y amenazas, y permiten impulsar mejor su competitividad. En éstas conviene planificar su desarrollo tratando de aprovechar al máximo la infraestructura (comunicaciones, agua potable, drenaje, alcantarillado, transporte), los recursos naturales que posee la región, así como las oportunidades que ofrecen los mercados internos y externos.
III: Regiones con baja EQ. Son regiones en las cuales existen desigualdades intraregionales notorias. En éstas conviene planificar su desarrollo tratando de minimizar su dependencia del exterior, y combatir la pobreza y marginación de sus microregiones, así como la emigración.
IV: Regiones con alta EQ. Son regiones que han alcanzado un cierto equilibrio intraregional. En éstas el desarrollo se puede planificar tratando de maximizar las oportunidades y competitividad que han alcanzado sus microregiones.
Desde el punto de vista sustentable, a la clasificación anterior habría que agregar la posibilidad que los tipo de regiones sean sustentables en el corto (bajo potencia de sustentabilidad), mediano (mediano potencial de sustentabilidad) o largo plazos (alto potencial de sustentabilidad), lo cual amplía la gama de clasificación de las regiones.
Las regiones con más desventajas lo son las que combinan los tipos I-III con una sustentabilidad de bajo potencial, pues son regiones con alta dependencia, desigualdades internas, con debilidades (pobreza y/o marginación), y con un deterioro de su contexto espacio-temporal natural. También lo son todas las regiones del tipo II y IV que manifiestan una sustentabilidad de bajo potencial, pues manifiestan una alta vulnerabilidad. Las regiones con más ventajas son las que combinan los tipos II-IV con alto potencial de sustentabilidad, pues éstas poseen menos desigualdades internas, dependen más de sus fortalezas y oportunidades endógenas, y presentan alternativas de su contexto espacia-temporal-natural que garantiza el desarrollo a largo plazo. Los tipos de región I-IV y II-III con posibilidades de mediano y alto potencial de sustentabilidad se ubican en un punto intermedio. La clasificación anterior se puede visualizar en una matriz como la indicada a continuación:

11.3. Procedimiento metodológico

Los pasos observados para la obtención, manejo e interpretación de la información que apoya los argumentos del presente artículo, se indican a continuación.

1) Se efectuó la delimitación de las regiones del País (conjuntos ({})de estados) a analizar. En base a criterios de homogeneidad, las regiones seleccionadas

2) Se obtuvieron los datos de las entidades federativas de México del “Índice de desarrollo humano (IDH)” (PNUD-ONU 2002), y un indicador de competitividad por región (Miguel y Heredia 2004). También se obtuvieron los datos de las entidades federativas de México de “migración” (INEGI 2006), indicadores de los desórdenes sociales como “Porcentajes de presuntos delincuentes registrados en juzgados de primera instancia de los fueros común o federal por homicidio por entidad federativa, 2001”; “Porcentajes de casos comprobados de maltrato infantil presentados ante el Ministerio Público por entidad federativa, 2001”; datos tomados de INEGI 2002; “Estadísticas Judiciales en Materia penal”, Edición 2003, Tomo III, pp. 515-516; datos del “Índice de deserción por entidad federativa y sexo según nivel educativo, 2000”; “Tenencia de la vivienda por entidad federativa, 2000”; “Población desocupada por entidad federativa según sexo, 2002”, datos tomados de www.inegi.gob.mx, 29 de enero, 2002. Los datos de la flora y fauna por entidad federativa fueron tomados de www.conabio.gob.mx/biodiversidad/col.htm#biodiv; 14 de febrero, 2000. El tipo de riesgo natural que presentan las entidades federativas fueron consultados en http://coremi01.coremisgm.gob.mx/cenapred/temasRiesgos.php, Enero 16, 2006 del CENAPRED. Los datos anteriores se agruparon para las regiones de México consideradas en el Paso No. 1.

3) Se determinaron las probabilidades de ocurrencia del indicador del desarrollo (IDH), y de los indicadores de no sustentabilidad a través de la obtención de las frecuencias relativas por año, es decir

pi = vi/VT

donde pi: probabilidad; vi: valor del indicador para el año i; VT =Σvi.
4) Con las probabilidades del punto 3 se obtuvo el valor de la “entropía absoluta” para los indicadores por entidad federativa y región durante el periodo 1950-2000, según la relación indicada por la ecuación (2).

5) Con las probabilidades del punto 3 se obtuvo el valor de la “entropía relativa” para los indicadores por entidad federativa y región durante el periodo 1950-2000, según la relación indicada por la ecuación (4).

6) Con los valores de los pasos 4 y 5 se obtuvieron datos del coeficiente de la “entropía absoluta” (EF) según la ecuación (3); y del coeficiente de la “entropía relativa” (EQ) según la ecuación (5).

7) Los indicadores de los puntos 5 y 6 se agruparon por regiones (paso 1) cuando fue necesario.

8) Para la prospectiva realizada en el presente artículo, se supuso que en algún momento del futuro las entidades federativas, y por consiguiente las regiones de México, pueden alcanzar el valor máximo previsto para el “índice de desarrollo humano” (es decir, igual a 1.00). Para la prospectiva realizada con respecto a la “no sustentabilidad”, se supuso que en algún momento del futuro las entidades federativas, y por consiguiente las regiones de México, pueden alcanzar el valor máximo previsto para la “el riesgo, las amenazas y la vulnerabilidad regional”, es decir, cuando suceden los peores escenarios, o sea, cuando en todas las regiones la emigración es alta, se presentan los desastres naturales, aumenta desaforadamente la inseguridad social, e inevitablemente se deterioran los recursos naturales. Con los valores obtenidos según esta premisa, se procedió a realizar los cálculos indicados en los pasos 2 a 7 señalados, y a realizar el análisis comparativo con los datos reales.

9) Para determinar el nivel de la eficiencia que puede lograr el País o cada región, se aplicó la ecuación 3b, y para determinar el “potencial de entropía” la ecuación 3c.

10) Para definir la “distancia euclidiana” de la región hacia la “equidad ideal” y la “no sustentabilidad ideal”, se toman como referencia las ecuaciones 5 y 5a, así como la relación

ei = eQideal-eQi

la cual se estandariza considerando que el valor eQi más cercano a eQideal posee un valor igual a 1. El resto de las distancias estandarizadas se determina por la relación

ei = eQi/eQideal

En el caso de la sustentabilidad, los valores así obtenidos se clasifican en rangos de alto, medio y bajo potencial, para posteriormente obtener el nivel de potencial de sustentabilidad de las regiones reales. Finalmente, tomando como referencia estas distancias, se efectuó la clasificación del nivel alcanzado por las regiones en base a las escalas que se indican. Para la “eficiencia, la equidad y el desarrollo”: Nivel 1 (Muy Alto): 0 a 2 distancias; Nivel 2 (Alto): 3 a 5 distancias; Nivel 3 (Medio): 6 a 8 distancias; Nivel 4 (Bajo): 9 a 11 distancias; Nivel 5 (Muy Bajo): Más de 12 distancias. Para la “sutentabilidad”: Nivel 1 (Muy Alto): Más de 12 distancias; Nivel 2 (Alto): 9 a 11 distancias; Nivel 3 (Medio): 6 a 8 distancias; Nivel 4 (Bajo): 3 a 5 distancias; Nivel 5 (Muy Bajo): 0 a 2 distancias.

11) Para facilitar la interpretación de la información obtenida en el caso de la eficiencia, se aplicó la “Teoría de Conjuntos” como instrumento que permite visualizar el grado de interrelación que poseen las regiones. En este caso, cuando aparece el conjunto vacío {f} en las intersecciones (∩), indica que las regiones se encuentran en una situación de “aislamiento relativo”, y por consiguiente, con más dificultades para resolver sus desigualdades. Este análisis también permite detecta los elementos más dinámicos, los cuales son los que se repiten más en las interacciones consideradas.

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