LA TEORÍA DE LA COMPLEJIDAD Y EL CAOS EN LA CIENCIA REGIONAL

Andrés E. Miguel
Julio C. Torres
Pedro Maldonado
Néstor Solís
janos016@gmail.com

11.4. Resultados

11.4.1 Contexto del desarrollo regional en México

En las últimas décadas, una de las preocupaciones de la sociedad mexicana ha sido el propiciar el desarrollo de todas las regiones del País, tomando en cuenta que una de las características de la estructura regional alcanzada en México ha sido la desigualdad económica y social, así como la perdida cotidiana de su competitividad.
Durante 1950 a 1982, estuvo vigente el modelo económico de la “sustitución de importaciones”, el cual tuvo como motor principal del desarrollo regional la actividad gubernamental. A partir de los 80s en México inició el periodo del “neoliberalismo”, en el cual el desarrollo ha dependido fundamentalmente de la acción y actividad de los empresarios privados, los organismos internacionales, la banca, así como las industrias transnacionales. Este desarrollo se ha basado en la intención de mejorar la competitividad, la productividad, el ahorro, la inversión y reducir el peso económico de la estructura gubernamental. A mediados de los 90s, la “globalización” adquirió presencia definitiva a través de la justificación y los esfuerzos por integrar a México al contexto internacional en una posición de competitividad. A partir de estos sucesos, el “desarrollo regional” ha tratado de ser impulsado a través del crecimiento económico, la competitividad, la integración y participación de las empresas y regiones al proceso exportador, el intercambio y producción de tecnologías de punta, ligadas a las redes productivas y comerciales internacionales. Destacan en este proceso la firma de varios Tratados de Libre Comercio entre México y diversos países (siendo los más notorios los firmados con los Estados Unidos y la Unión Europea). Los cambios económicos, demográficos y urbano-regionales del país han provocado que México se caracterice por la concentración de sus actividades económicas en pocos puntos de su territorio. En 1998, por ejemplo, el País tenía 115 ciudades con una población de 50,000 y más habitantes que concentraban 46% de la población y el 95% del Valor Bruto de la Producción (VBP) industrial, comercial y de servicios del país, es decir, prácticamente toda la riqueza generada en México (Sobrino 2003: 456-459).
Desde la década de los cincuentas, el País ha mantenido un aumento constante de su “desarrollo humano”, en el cual el valor de este índice fue 0.48, que aumentó a 0.82 en el año 2000. En este año, el “Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo” ubicó a México en la categoría de desarrollo humano medio. El país ocupaba el quincuagésimo quinto lugar en la clasificación mundial (de un total de 174 naciones), y el noveno entre las naciones de desarrollo humano medio. El Distrito Federal, Nuevo León, Baja California Sur, Baja California y Sonora ocupaban las primeras cinco posiciones en tanto que estados como Puebla, Guerrero, Oaxaca y Chiapas de la región Sur se ubicaron en los últimos cinco lugares de la clasificación nacional. Las regiones de mayor desarrollo relativo lo fueron la región Noreste (con un “índice de desarrollo humano” de 0.84), Noroeste (0.82), Península (0.81) y Centro (0.80); seguidas de las regiones Centro-Norte (0.79), Centro-Occidente (0.78), Sur (0.77), Norte (0.77), y Este (0.76). Por lo que respecta al bienestar, para el año 2000 las regiones Sur y la Península manifestaron la más alta marginación.

11.4.2 La entropía y el desarrollo regional en México

Durante el periodo de 1950-2000, el desarrollo y la entropía regional han mostrado en México el siguiente comportamiento.
La entropía absoluta ha aumentado de un valor de 3.448 en 1950, a 3.464 en el año 2000. Es el mismo comportamiento de la entropía relativa, la cual aumentó de 0.995 (en 1950), a 0.999 (en el año 2000). Esto sugiere que el país ha alcanzado una mayor complejidad en su desarrollo regional (Cuadro No.11.1), lo cual se refleja en sus niveles de equidad, eficiencia y competitividad.
Los datos comentados también informan que México posee un coeficiente de eficiencia EFi menor a la unidad (su valor era 0.473 en 1950, y de 0.807 en el año 2000). Lo mismo sucede con el comportamiento del coeficiente de equidad EQi, cuyo valor, aunque aumentó (de 0.476 en 1950 a 0.808 en 2000), aun es inferior a la unidad. Lo anterior indica que las desigualdades regionales eran mayores en 1950, y aunque se redujeron en el 2000, el desarrollo aun requiere avanzar para reducir al mínimo la inequidad regional (es decir, asegurar un coeficiente con valor muy cercano o igual a 1.00).
Si se efectúa una comparación entre los periodos de 1950-1980 (representativo de la “sustitución de importaciones”); y de 1980-2000 (representativo del “neoliberalismo”), se observa que en lo que respecta al nivel de desarrollo, éste ha sido superior (0.768) con el neoliberalismo, que con la sustitución de importaciones (0.584). Por lo que respecta a la entropía absoluta y relativa, ambas son superiores durante el neoliberalismo (3.463 y 0.999) con respecto a la sustitución de importaciones (3.456 y 0.997 respectivamente), lo que habla de la existencia de mayores desigualdades en el periodo 1950-1980 (Cuadro No.11.1). En resumen, la entropía regional da cuenta que el periodo de la sustitución de importaciones manifestó más desventajas con la equidad y eficiencia que el neoliberalismo, aunque éste último tampoco ha resuelto los problemas que ambos aspectos plantean para asegurar la armonía regional. En términos generales, en ambos casos se ha generado un desarrollo regional dependiente (con baja equidad, baja eficiencia y baja competitividad).
También se observa que durante el mismo periodo el coeficiente de la entropía relativa promedio de la equidad y la eficiencia es 0.998, valor relativamente cercano a la unidad, lo que indica menos desigualdades en este rubro. El coeficiente de la entropía relativa correspondiente a la sustentabilidad es igual a 0.824, valor más alejado de la unidad, lo cual indica que en las regiones las diferencias de sustentabilidad son mayores (Cuadro No.11.6). Esto sugiere que los principales problemas regionales del País en gran medida provienen de la sustentabilidad de las regiones en la actualidad.

11.4.3 La equidad y la eficiencia de las regiones de México

En el ámbito más específicamente regional, las regiones Este y Noreste de México poseen los niveles de entropía absoluta más bajos del país. El resto de las regiones (Centro; Centro-occidente; Noroeste; Sur, Norte, Centro-norte y la Península) poseen valores de entropía regional superiores a sus niveles de desarrollo. Por lo que respecta a la entropía relativa, todas las regiones de México alcanzan valores cercanos a uno (Cuadro No.11.2).
Al elaborarse la prospectiva de la entropía regional y el desarrollo de las regiones, esperando que en algún momento del futuro todas ellas alcancen su máximo desarrollo (que tiende a ser de un valor de 1.00 según el “índice de desarrollo humano”), se observa que la entropía relativa adquiriría su valor máximo (1.00); ocasionando que el coeficiente EQi también sea máximo (1.00 para todas las regiones), lo que significa que de ocurrir lo anterior el desarrollo regional alcanzaría su máximo nivel de equidad. Pero ocurriría que la entropía absoluta de todas las regiones alcanzaría su valor máximo, lo que a la vez provocaría que todas las regiones adquieran su coeficiente EFi máximo (Cuadro No. 11.4). Esto último significa que a pesar de superar sus desigualdades, las regiones tienen que enfrentarse a la problemática de mejorar su competitividad: la equidad y la eficiencia se manifiestan como factores condicionantes de ésta última.
Esta tendencia se confirma al efectuar la correlación entre los indicadores de la equidad, la eficiencia y la competitividad de las regiones. Durante el periodo 1950-2000 por ejemplo, se observa que a más equidad (menos desigualdades) mas competitividad (la correlación tiene un valor de 0.539) (Cuadro No.11.5). De igual manera, entre más alto es el coeficiente EFi, es decir, entre mayor es la eficiencia regional, mayor es la competitividad. Durante el periodo 1950-2000 la correlación de la competitividad con este coeficiente tuvo un valor igual a 0.390, valor que se redujo a menos 0.298 en la prospectiva (Cuadro No.11.5). De aquí puede concluirse que si se promueve una mayor equidad interregional y mejora la eficiencia, las desigualdades y la baja eficiencia dejan de convertirse en factores restrictivos de la competitividad.

11.4.4 La sustentabilidad de las regiones de México

Quedó señalado que en el presente artículo la sustentabilidad se mide tomando como referencia la “carencia de sustentabilidad” o mayor vulnerabilidad de las regiones ponderando sus desórdenes sociales (el tipo y número de delitos que se cometen en las regiones), la emigración (% de población que emigra de las regiones), así como indicadores de flora y fauna (% especies que poseen las regiones), y si manifiestan algún riesgo natural (por ejemplo sismicidad, presencia de huracanes, heladas y sequías). Posteriormente se elaboró una simulación, con los mismos indicadores pero considerados en su peor nivel de no sustentabilidad que podían alcanzar las regiones. A partir de lo anterior, el potencial de sustentabilidad de las regiones se valora en función de su cercanía o lejanía del nivel más desfavorable de la vulnerabilidad ideal, considerándose la mayor sustentabilidad como el nivel más alejado de la “no sustentabilidad ideal”.
Aplicado lo anterior a las regiones de México se observa que el Centro, Centro-Occidente, Centro-Norte y Noreste poseen un bajo potencial o una sustentabilidad de corto plazo. Las regiones Norte Noroeste Este Península y Sur poseen un alto potencial o una sustentabilidad de largo plazo (Cuadro No.11.3). Por entidad federativa, los estados que manifestaron una sustentabilidad de corto plazo son Coah, Dgo, Jal, Sin, Mex, Mich, Gto, Gro, Hgo, SLP, Pue, DF, Tam y Zac. Una sustentabilidad de mediano plazo la manifestaron Tlax, Qro, Mor, Nay, NL, Son, Ags, Cam y Col. Los estados que manifiestan una sustentabilidad de largo plazo son Ver, Oax, QR, Yuc, Tab, Chih, Chis, BC y BS.

11.4.5. La eficiencia, la equidad y la sustentabilidad de la planificación regional en México

La capacidad del País para proporcionar el crecimiento y el bienestar de su población poseía una eficiencia del 81% hasta el 2000. Para este mismo año, la eficiencia de las regiones era, en orden creciente: Sur (72%), Este (77%), Centro-occidente (80%), Centro-Norte (81%), Península (82%), Centro (82%), Norte (85%), Noroeste (85%) y Noreste (87%) (Cuadro No. 11.4), lo cual indica que todas las regiones, y el País, aun poseen un potencial que debe ser aprovechado para mejorar su crecimiento económico, su competitividad y el bienestar de su población. Esto implica controlar el potencial de entropía o desórdenes, que por conjuntos ({}) de estados, es:

• Nivel más bajo (MB): {DF (6%), NL (10%)}
• Nivel bajo (B): {Chih (13%), Coah (13%), QR (13%), BC (13%), BS (14%), Son (14%), Ags (14%), Qro (15%), y Tam (15%)}
• Nivel medio (Me): {Col (16%), Jal (16%), Mex (18%), Mor (18%), Dgo (18%), Sin (19%), Cam (19%)}
• Nivel alto (A): {SLP (20%), Yuc (20%), Gto (21%), Tlax (22%), Nay (22%), Tab (22%), Pue (22%), Hgo (23%), Zac (23%), Mich (23%), Ver (24%)}
• Nivel más alto (MA): {Gro (26%), Oax (28%), Chis (29%)}
Lo anterior indica que dentro de las propias regiones existen “zonas o lugares centrales” (estados) que poseen más potencial para generar desórdenes en su proceso de desarrollo, lo cual se confirma en el análisis de la interacción de las regiones con respecto a sus niveles de equidad y eficiencia, el cual arroja que:

1) La región con un mayor aislamiento relativo (que posee el potencial más alto de desórdenes) lo es la región Sur, integrada por Guerrero, Oaxaca y Chiapas;
2) Otra región que se encuentra en aislamiento relativo lo es la región Este, debido al aislamiento de dos de sus elementos (Veracruz y Tabasco).
3) La máxima interacción se manifiesta en la región Centro, en especial debido a la dinámica del DF.
4) El resto de las regiones se encuentra en cambio o transición.

Por lo que respecta a la distancia que las separa de la equidad ideal, mientras el País se encuentra en un nivel promedio de 3 distancias, las regiones manifiestan el siguiente comportamiento (entre paréntesis las distancias promedio): Sur (4), Este (4), Centro (3), Centro-occidente (3), Península (3), Centro-norte (3), Noreste (2), Noroeste (2), Norte (2). Para los estados, la distancia a la equidad ideal es la siguiente :
• Muy Corta: {Distrito Federal (1)}
• Corta: {NL (1)}
• Media: {Chih (2), Coah (2), QR (2), BC (2), BS (2), Son (2), Ags (2), Qro (2), Tam (2)}
• Larga: {Col (3), Jal (3), Mex (3), Mor (3), Dgo (3), Sin (3), Cam (3), SLP (3), Yuc (3), Gto (3), Tlax (3), Nay (3), Tab (3)}
• Muy Larga: {Pue (4), Hgo (4), Zac (4), Mich (4), Ver (4), Gro (4), Oax (4), Chis (5)}
Retornando a las regiones, la tipología existente indica que el Noreste (Nuevo León y Tamaulipas), posee más ventajas en su eficiencia (es del tipo II-III). El resto de las regiones (Centro; Centro-occidente; Noroeste; Sur, Norte, Centro-norte, Este y la Península) son del tipo I-III, es decir, son regiones con equidad y eficiencia bajas, las cuales aun poseen desigualdades intraregionales, y una baja competitividad. También se observa que los mayores desequilibrios del país provienen de la sustentabilidad, pues los niveles de equidad, eficiencia y desarrollo con respecto al nivel ideal de las regiones son similares para cada una de ellas. En resumen, en la situación de las regiones de México incluyendo su sustentabilidad, se observa la tendencia que las regiones que poseen más ventajas en su eficiencia son las que tienden a poseer más desventajas en su sustentabilidad (Cuadro No.11.7).

11.5. Conclusiones y recomendaciones

Sin tomar en cuenta los aspectos ecológico-ambiental y de carácter étnico-cultural, tópicos que en la actualidad son fuentes de desórdenes y por consiguiente de entropía, sino exclusivamente el proceso de desarrollo, puede concluirse, como se supuso en el presente artículo, que la entropía regional es un indicador del nivel de la equidad y la eficiencia alcanzado por las regiones de México. Del análisis precedente también puede concluirse que la entropía da cuenta que hoy en día las desigualdades y la falta de eficiencia productiva de las regiones son factores restrictivos de la competitividad y el bienestar del País, pero que sus regiones aun poseen un potencial que puede ser aprovechado en beneficio de sus habitantes. En el caso de México, la recomendación más general de planificación para sus regiones es continuar elevando el nivel de desarrollo de las mismas para acercarlas definitivamente al nivel ideal del desarrollo humano. Pero de manera específica, por región se recomienda tomar en cuenta los aspectos siguientes en su futura planificación:

•    Noroeste:
Debilidades: Desarrollo y equidad.
Fortalezas: Eficiencia y competitividad.
•    Norte:
Debilidades: Desarrollo y equidad.
Fortalezas: Eficiencia y competitividad.
•    Noreste:
Debilidades: Sustentabilidad.
Fortalezas: Eficiencia y competitividad.
•    Península:
Debilidades: Desarrollo, eficiencia y equidad.
Fortalezas: Sustentabilidad.
•    Este:
Debilidades: Desarrollo, eficiencia y equidad.
Fortalezas: Sustentabilidad.
•    Sur:
Debilidades: Desarrollo, eficiencia y equidad.
Fortalezas: Sustentabilidad.
•    Centro:
Debilidades: Sustentabilidad, eficiencia y equidad.
Fortalezas: Desarrollo y eficiencia.
•    Centro-Occidente:
Debilidades: Sustentabilidad, eficiencia y equidad.
Fortalezas: Desarrollo y eficiencia.
•    Centro-Norte:
Debilidades: Sustentabilidad, eficiencia y equidad.
Fortalezas: Desarrollo y competitividad.

Contemplada en una perspectiva de futuro, la entropía regional tiende a ser producto de la necesidad de la moderna sociedad mexicana por lograr su máximo desarrollo posible, necesidad que tiende a ampliar la complejidad, y por consiguiente, la entropía de las propias regiones, lo cual sitúa a la sociedad mexicana en el dilema de cómo alcanzar niveles de vida superiores sin ocasionar desórdenes que pongan en peligro el nivel de bienestar por ella deseado. La región, desde esta perspectiva, debe precisarse como el contexto territorial que posee la capacidad natural y artificial para proporcionar bienestar, y riqueza económica y de recursos naturales a la población humana actual y futura.
Estas reflexiones sugieren que para alcanzar parámetros de una mayor equidad y una mayor eficiencia sin acelerar los desórdenes regionales, se requiere emprender el desarrollo desde una perspectiva de planificación regional basada en pautas o normas no solo de cantidad sino de calidad del desarrollo, que permitan proponer metas y objetivos, regular los procesos, así como ordenar los procedimientos para el manejo de los recursos requeridos. El potencial de desórdenes que aun poseen las regiones de México hace necesario que el futuro desarrollo regional a emprender esté basado en una planificación estratégica sustentable, para acceder a los grandes propósitos permanentes de su desarrollo regional: asegurar sus sustentabilidad, lograr la equidad (México sigue estando lejos de su equidad ideal), mejorar la eficiencia (que actualmente es del 81%), para redituar con ello en el mayor bienestar y riqueza económica de los habitantes de las regiones del País.

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