INFLACIÓN POPULAR: EL IMPACTO DE LA DINAMICA DE PRECIOS EN LAS FAMILIAS POBRES URBANAS DE GUATEMALA

SERGIO A. ROSALES MAZARIEGOS
sergio1982arm@gmail.com

La autoridad monetaria en Guatemala y la inflación subyacente: una variable indicativa para decisiones de Política Monetaria

La autoridad guatemalteca en materia monetaria es el Banco de Guatemala (entidad descentralizada y autónoma), regido por la Junta Monetaria. Dentro de la legislación vigente la estabilidad de precios es su objetivo principal. Además, según su estructura legal, el Gobierno Central tiene poca o ninguna injerencia, mientras que por el contrario, el sector privado (banqueros y empresarios) cuenta con mayor dominio sobre la Junta Monetaria .
Como parte de sus funciones es promover estabilidad de precios, el Banco de Guatemala evalúa constantemente los valores en sus variables de seguimiento para la ejecución de la Política Monetaria, Cambiaria y Crediticia. Uno de los principales parámetros considerados por el Banguat para efectuar sus proyecciones econométricas es la inflación subyacente. En este sentido, es generalmente aceptada la inflación subyacente como una estimación de la inflación prevista, bajo ciertos criterios técnicos . La medición de dicho índice se efectúa bajo la creencia que la inflación puede estar condicionada por las oscilaciones coyunturales de algunos precios, y puede por tanto, conocerse el núcleo de precios no sometido a esas posibles variaciones erráticas y/u ocasionales. “Es un indicador que nos permite conocer la eficacia de las medidas anti inflacionistas y la verdadera tendencia de la inflación”. Por el contrario, bajo este concepto se considera que sólo “…cambios importantes –ocasionales y/o erráticos- como, por ejemplo, variaciones inesperadas en los precios energéticos, malas cosechas […] pueden desviarla de esa tendencia, haciendo mucho más difícil la desinflación” .
Se afirma en lo anterior, que un exitoso proceso de desinflación puede alcanzarse manejando ciertos instrumentos, que dependen del seguimiento a determinadas variables relacionadas con la inflación, como la inflación subyacente, entre otras. En concordancia con dicha afirmación, el Banguat en su política monetaria, cambiaria y crediticia, efectúa estimaciones de dicho indicador para meses posteriores al planteamiento de la política anual, así como cálculos para finales del año proyectado y uno posterior. Asimismo, con el acompañamiento y aprobación del Fondo Monetario Internacional, se seleccionó una nueva metodología para la estimación de la inflación subyacente dinámica. Esta excluye mensualmente de la estimación de dicho parámetro aquellos bienes y servicios cuyos precios presenten una variación intermensual equivalente a dos desviaciones estándar, cálculo distinto a como se venía estimando la inflación subyacente.
Según dicha metodología, la estimación de la inflación subyacente será modelada con la exclusión de los productos que presenten mayor volatilidad en sus precios debido a que “…el cálculo actual no permite separar de manera adecuada la proporción de la inflación que está asociada a factores monetarios.” Se enfatiza en los factores monetarios que determinan la inflación, lo que puede dejar de lado otros aspectos reales de dichas presiones. Esto coincide con la creencia que la inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno monetario, enajenándolo del flujo real de la economía. En el acta referida del comité de ejecución, se plantea que “…el comportamiento del ritmo inflacionario se encuentra influenciado de manera significativa por choques externos, asociados a alzas en el precio internacional del petróleo, del maíz y del trigo…”, pero el Banco Central, afirma el comité, debería mantener orientada la política monetaria para contrarrestar los efectos de segunda vuelta de dichos choques.
Las mismas autoridades reconocen que, además de factores exclusivamente monetarios, la inflación se encuentra determinada por ciertos factores cuyos efectos son conocidos como choques (shocks) de oferta o de costos . Precisamente estos shocks de oferta son los mencionados por el comité de ejecución, al citar literalmente los precios internacionales del petróleo (y sus efectos sobre los precios de los combustibles derivados de éste, ampliamente utilizados tanto para el uso doméstico, como de transporte e industria), el precio del maíz y del trigo.
Las teorías monetarias, sustento de las decisiones de política monetaria, al considerar la inflación como un fenómeno exclusivamente monetario, restan importancia a factores reales que inciden en los precios de los rubros de bienes energéticos y de alimentos no elaborados con mayores fluctuaciones, que afectan la economía nacional, y en primera instancia, a la población más vulnerable de los países. Contradictoriamente, el rubro de alimentos, tal como mencionara el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, “… en las naciones más pobres implica un 60 o 70 por ciento en los presupuestos familiares” . Por ello es contradictorio elaborar un indicador como variable indicativa de política pública, con la exclusión de los precios de aquellos artículos cuyo comportamiento tiene mayores repercusiones en amplios sectores de la población.


Mendoza, Carlos. Estudio sobre protección para los usuarios del sistema financiero. CABI-Soros Guatemala, Guatemala 2009. Pág. 18. Versión electrónica disponible en: www.ca-bi.com

Cuadrado, op. Cit. Pág. 189.

Ídem. Cabe mencionar, sin embargo, que la anterior definición concuerda con una inflación “núcleo”, estrictamente tendencial, que parte técnicamente de la extracción del componente tendencial de una serie de tiempo. Procedimiento diferente a eliminar artículos volátiles de las estimaciones, manejado por el Banguat. Estadísticamente, una serie de tiempo (la recopilación de datos sobre determinada variable a lo largo de distintos períodos consecutivos) incorpora distintos componentes: Tendencia, Ciclo, Estacionalidad e Irregularidad. La tendencia no es más que la separación de los efectos provenientes de factores estacionales (como épocas del año, clima, etc.), cíclicos (como los ciclos económicos) e irregulares (como una guerra o un desastre natural), para evidenciar el comportamiento a largo plazo de determinada variable. Parafraseado de: Webster,  Allen.  Estadística  aplicada  para  administración  y  economía.  Mosby-Doyma  Libros,  S.A.  1996,  Madrid. Págs. 413-416.

Ídem.

Comité de ejecución Banguat [Actas 17 y 18-2008]. Versiones electrónicas en www.banguat.gob.gt.

Ibíd. Acta 17-2008.

Cuadrado, op. Cit. Pág. 195.

Cuadrado, op. Cit. Pág. 190.

Diario La Hora, 6 de mayo de 2008. Zoellick [presidente del Banco Mundial] inicia gira regional. Pág. 9.

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