UNA APROXIMACIÓN AL CONOCIMIENTO ARQUEOLÓGICO EN LA CUENCA DEL DAMUJÍ

Yamilka Borges García
Carlos Rafael Borges Sellén

1.5 Tradiciones líticas del modo de vida cazador recolector.

Los hombres del Paleolítico o edad de la piedra,  emplearon especialmente instrumentos líticos, es decir, útiles de piedra. Estos útiles no fueron pulidos sino tallados a golpes y la piedra más utilizada fue el sílex. También es posible que trabajaran la madera, pero los objetos elaborados en este material han sido destruidos por el agua, el hielo y el paso del tiempo. Durante el Paleolítico no se utilizaron los metales.

Ahora bien la  palabra tradición sobrenombra el término, asumiendo su sentido etimológico,  el que sugiere la presencia de un legado que se transmite de generación en generación, por obra de un sujeto transmisor a un sujeto receptor.

 Lo que se transmite es, en su esencia, un acervo permanente de verdades vitales que asumen diversas y renovadas formas históricas. En su significación real o propia, la palabra tradición tiene sentido analógico.

En este sentido esencial, tradición es la transmisión de un conjunto de verdades fundamentales que constituyen un tesoro doctrinal para el hombre y han sido transferidas  por la reiteración. Este acervo, invariable en sí mismo, se encarna bajo formas históricas mutables, vivifica a los pueblos que lo reciben y les imprime fisionomía propia y un particular estilo de vida.

Concurren, además, otras manifestaciones que recogen uno u otro de los aspectos que se contiene en la significación, a la que se refieren y de la que dependen. Son, por ejemplo, la mera transmisión intergeneracional de costumbres, creencias, modalidades estéticas, normas de conducta, etc., que son expresiones culturales del hombre y caracterizan la vida de un pueblo o una nación, pero a condición de que hayan adquirido una suficiente permanencia.

El término tradición  ha sido y es utilizado en las investigaciones arqueológicas con distintas connotaciones. Sin embargo semánticamente es el apelativo idóneo para enmarcar, a modo de módulo operativo, la observación de determinados fenómenos culturales y sociales singulares que se producen, y en el caso de la Arqueología, se produjeron en las comunidades aborígenes antillanas.

El arqueólogo cubano José Manuel Guarch del Monte nos acerca a un concepto de tradición el cual manifiesta “que es el conjunto de conocimientos específicos causados por una necesidad social  y que transmiten técnicas, doctrinas, ritos y  costumbres,  conservados por un pueblo al correr el tiempo y sucederse la generaciones, que las transforman mediante mecanismos evolutivos o procesos de transculturación” (Guarch, 1987:53).
 
La tradición lítica responde entonces a tipologías sobre las herramientas en piedra, o líticas como asumiera el francés Francois Bordes (1950).
Un momento de importancia en la historia de las investigaciones líticas lo constituye la introducción  sobre los estudios del paleolítico inferior y medio, asumido por J Perrot y Dennis de Sonneville-Bordes para el paleolítico superior (1954, 1955,1956).

Tradición del Núcleo posee su origen hace más de un millón de años casi en los albores de la humanidad. Las herramientas más antiguas relacionadas con esta tradición son los guijarros tallados o chooppers, elaborados a partir de un bloque natural al que se le han desprendido uno se sus bordes, utilizado para tajar y cortar. Forman parte también  de esta tradición los bifaces o hachas de mano, realizada con la ayuda de una talla bidireccional dejando en casi todo su perímetro un borde filoso y generalmente tiene forma alargada. Estas industrias líticas surgieron en el, continente africano y se extendieron por gran parte del viejo mundo.

Tradición Clactoniense esta debe su nombre al sitio tipo Clacton- Sea, en Inglaterra donde por primera vez fue descubierta. Es la técnica mas primitiva de producción de lasca, ya que para la obtención de las mismas, el hombre primitivo no preparaba la superficie del bloque de piedra seleccionado y con un fuerte golpe desprendía una gran lasca, la cual tenía grandes dimensiones, además de estar completamente cubierta de irregularidades del propio núcleo. Hizo su aparición en le paleolítico inferior europeo.

Tradición Levallois a fines del paleolítico inferior europeo surge esta tradición. Debe su nombre al sitio tipo donde apareció por primera vez. La misma consiste en que el hombre primitivo realizo una serie de tallas previas a un bloque antes de desprender la lasca. Esta al salir lleva en la parte dorsal varias cicatrices.

1.5.1 Las tradiciones líticas tempranas ¿Un fenómeno sociocultural?

Viajar a las raíces del poblamiento y de nuestra propia existencia es un empeño que siempre han perseguido los arqueólogos y etnógrafos. Describir los sitios arqueológicos es una de las intenciones más suscitadas en la región caribeña. Interpretar los modos de vida y actuación del hombre primitivo van quedando en el tiempo.

Al enfrentar los registros arqueológicos, la dinámica social del pasado no resulta evidente ni dinámica. En dinamizar lo estático y evidenciar los modos de vida del pasado consiste el desafío de la investigación que hoy se realiza. A través de evidencias y asumiendo el sitio como el medio o entorno natural y sociocultural donde se asentó el hombre es el reto de la actual investigación.

Así se asumen entonces los principales conceptos que aluden al desarrollo que alcanzó el trabajo de la piedra tallada a lo largo del proceso prehistórico en la región central de Cuba, específicamente en la micro región rodense.

Las herramientas serán catalogadas asumiendo los diferentes métodos:

Levallois es un procedimiento complejo de  lascado que, por medio de una preparación especial de la cara superior del núcleo (y, opcionalmente, de su periferia y su plataforma de percusión) se consigue preconcebir o predeterminar, total o parcialmente, la forma y el tamaño de la lasca, antes de haber sido extraída. De este modo, la talla lítica sigue unos pasos concretos que dan lugar a unos resultados formales muy específicos.

Este procedimiento lítico recibe su nombre debido a que los primeros hallazgos tuvieron lugar en el siglo XIX en los alrededores de Levallois-Perret, una ciudad francesa situada en el departamento de Altos del Sena. Fue Henri Breuil el primero en usar el término Levalloisien, aunque todavía se ponía el énfasis en los aspectos morfológicos tanto de las lascas como de los núcleos, que se describían desde un punto de vista meramente formal (silueta, talón facetado...). A pesar de los importantes estudios de V. Commont, éstos fueron interpretados sesgadamente lo que llevó a discriminar diversas culturas de carácter Levallois o, más propiamente «mustero-Levalloisienses» en Paleolítico Medio de la cuenca Mediterránea y el próximo Oriente, basadas en el carácter facetado del talón y no en la esencia misma de la idea Levallois.

Francois Bordes centró su interés en el concepto de predeterminación de la lasca por medio de una preparación específica previa, insistiendo en usar el sustantivo Levallois en lugar del adjetivo levalloisiense pues deseaba recalcar que se trataba de un método para producir lascas, y no un producto en sí mismo, ni una cultura concreta. Asimismo separó ya algunas variantes y relegando a un segundo plano ciertos aspectos accesorios o incidentales que no eran determinantes tecnológicamente. (Bordes, 1953:226).

El Clactoniense es una facies industrial del Paleolítico inferior descrita por Henri Breuil en 1932 a partir de materiales del lugar epónimo de Clacton-on-Sea (Essex, Inglaterra).
Aunque es contemporáneo del Achelense y comparte sus mismos rasgos tecnológicos, carece de bifaces. Se caracteriza, más bien, por un procedimiento de extracción de lascas que a menudo recibe ese mismo apelativo (técnica clactoniense) y que consiste en obtener piezas de gran tamaño golpeando con grandes percutores, en general pasivos (percutor durmiente).

Las lascas así obtenidas se distinguen por el talón grueso, casi siempre liso o cortical, y con un contraconcoide muy prominente. Esta facies parecía extenderse por toda la Europa atlántica.
Samuel H. Warren, revisando las ideas de Breuil, matiza que no se trata propiamente de una industria sólo con lascas, sino que posee varios tipos de útiles nucleares, fundamentalmente, cantos tallados, elaborados sobre bloques angulosos de sílex. Además, más de la mitad de las lascas que pudo estudiar del yacimiento de Clacton no se habían extraído siguiendo el proceso descrito por Breuil. Técnica que, por otra parte se da en otras culturas de la Edad de Piedra.

Técnica del Núcleo: Consiste en la talla de un fragmento natural de roca cuando se desprende de él diferentes lascas que pueden considerarse desechos de taller, quedando el núcleo constituido en una herramienta como por ejemplo, el bifaz(hacha de mano).
Esta técnica se remonta a los albores de la humanidad y se destacan los guijarros tallados-artefactos a los cuales le fueron desprendidas varias lascas para lograr un borde filoso y cortante-presentes en las industrias africanas donde se originó. (Biberson, 1959:520).

Entiéndase entonces las tradiciones líticas tanto levallois, clactoniense o del núcleo, como el conjunto de procesos tecnológicos para elaborar un artefacto, los que fueron transmitidos  por las diversas generaciones primitivas, las cuales no deben aislarse de los procesos sociales y culturales. (Piña Chan, 1976: 25)
 
La Arqueología Social busca la explicación no de los artefactos sino de los procesos sociales que conllevaron a la fabricación de los mismos. A partir de ellos y mediante abstracciones, el arqueólogo estudia las sociedades desaparecidas y las acciones de los hombres que integran una sociedad.

El Doctor Ramón Piña Chan en el estudio publicado “Un Modelo de Evolución Social y Cultural del México Precolombino” (1976) propone un modelo el cual citamos textualmente:

Todo grupo humano  o sociedad obtiene de la naturaleza las fuentes de su vida, dominándola por medio de las energías que se dispone, según el grado de conocimiento y tecnología alcanzados en un momento determinado, y la forma de vida resultante y compartida por sus miembros evoluciona y cambia en el transcurso del tiempo permitiendo nuevas transformaciones de la naturaleza y la sociedad” Chan,1976:24).

Siguiendo el paradigma de la Arqueología Social latinoamericana unas de las categorías claves de aplicabilidad en estudios arqueológicos es la del modo de vida, que representa una respuesta social a las condiciones objetivas de un ambiente determinado. De hecho el modo de vida como categoría constituye la mediación entre las categorías de formación social y cultural, definiendo esta última como el conjunto de conductas y objetos asociados a toda clase de actividades que forman parte de la vida cotidiana, incluidos los conjuntos artefactuales que tienen diversas funciones y     que se producen para satisfacer distintas necesidades sociales e individuales.

Así desde nuestra perspectiva social y  mediante la arqueología pretendemos reconstruir a partir del estudio de las tradiciones y técnicas empleadas por el hombre primitivo los contenidos culturales y la explicación de procesos de las similitudes y las diferencias sociales temporal y espacial. (Piña Chan, 1976: 26)

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