UNA APROXIMACIÓN AL CONOCIMIENTO ARQUEOLÓGICO EN LA CUENCA DEL DAMUJÍ

Yamilka Borges García
Carlos Rafael Borges Sellén

3.1 Tradiciones líticas,  una técnica heredada:

El trabajo de campo y la observación permitieron arrojar como resultado la presencia de tradiciones líticas distribuidas en los 8 sitios estudiados. El análisis documental posibilitó además definir tres técnicas fundamentales para la elaboración de los instrumentos líticos, los que se  remontan a las primeras edades del inicio de la piedra tallada. El hombre primitivo al golpear con un percutor- piedra que golpeó el bloque para producir la lasca- sobre la superficie de un bloque de sílex bien seleccionado, produce una lasca. Esta al separarse del bloque se convierte en una preforma, la cual, mediante retoques  secundarios diversos se transformará en una herramienta de trabajo.

Para la confección de sus útiles de trabajo, el cazador recolector rodense  hizo uso de diversas técnicas las cuales responden a antiguas tradiciones que hoy se  localizan en su generalidad en los asentamientos  del modo de vida cazador recolector de la cuenca del Damují.

Las tradiciones líticas detectadas en los 8 sitios arqueológicos  son las siguientes:
Tradición lítica del núcleo: Se observan herramientas confeccionadas sobre soportes de núcleos de caliza recristalizada, materia prima que abunda en la geografía rodense. La confección de la misma corresponde al proceso tecnotiplológico que muestran estas herramientas a escala universal.

 En la cuenca del Damují solo varía la escala o dimensión de las halladas. Los bifaces o hachas de mano localizados con dimensiones de hasta 30 centímetros y hasta 4 kg,  tienen la particularidad de haber sido elaborados en cantos aplanados, no permitiendo que la elaboración secundaria para obtener el filo cortante no avance hacia el centro del instrumento. Solo en Cuba estos instrumentos muestran extensiones y pesos sobredimensionados, como el caso de las halladas en Villa Clara, resultando ser  el municipio rodense específicamente en la cuenca del Damují otro de los sitios que alberga herramientas con estas características. Ver  Anexo 13.

Se evidencia la tradición lítica Clactoniense,  la que al presenta particularidades en el territorio rodense, al mantenerse la técnica de confección. Se logra  golpeando un bloque con un percutor duro sin preparación previa para obtener una lasca con talones pronunciados, en varias ocasiones, con corteza en la parte superior de la lasca. Particularmente en la Cuenca del Damují las dimensiones de las herramientas sobrepasan los estándares localizados con anterioridad en la región central de Cuba, al noroeste de Villa Clara. Casi en su totalidad las piezas muestran retoques en muescas (retoque en media luna), las cuales generalmente  sobrepasan los 5 centímetros. Ver Anexo 14.

La tradición lítica Levallois está presente en los 8 sitios pero ampliamente representada en el Sitio Santa Ana. Lugar donde el hombre primitivo para lograr una lasca deseada preparó los bloques previamente, con una diversidad de golpes que produjeron varias cicatrices antes de desprender la lasca. En los sitios arqueológicos se observaron lascas y láminas producidas mediante esta técnica, particularizando en las dimensiones, característica que se establece como una constante en estos grupos cazadores recolectores asentados en la región.

En las muestras colectadas en los 8 sitios estudiados se pudo  observar y determinar a través del análisis documental, que existen en la superficie  varios artefactos que evidencian  claramente el empleo de técnicas identificadas en las tradiciones antes descritas.

El hallazgo de herramientas, específicamente en lascas, sobrepasan las medidas a las ya encontradas con anterioridad en otras regiones del territorio cubano, como en las industrias del noroeste de Villa Clara y la región oriental de Cuba, fenómeno que pudiera referirse al medio ambiente específico o a la calidad de la materia prima seleccionada, debido a que el clivaje de la caliza recristalizada solo permite producir lascas de gran tamaño. Hay que destacar que no en todos los sitios se reportaron  las tres tradiciones. Solo en Santa Ana y Ojo de Agua se constató la presencia de las tres tradiciones, en el resto se manifiestan indistintamente.  Ver Anexo 15

Cuando  se refiere a  tradición lítica del Núcleo, Clactoniense y Levallois, no  se manifiesta que los artefactos rodenses necesariamente correspondan a la misma antigüedad  a los  estudiados en  el viejo mundo. La tradición fue un proceso que pudiera tratarse del resultado de antiguas técnicas trasmitidas de generación en generación y que fueron conservadas y aplicadas por el hombre primitivo en otro momento histórico, es decir respuestas similares a situaciones específicas.

Ello permitió construir una caracterización general  del modo de vida cazador recolector en la Cuenca del Damují.

Existe  masividad en núcleos y herramientas, láminas modificadas por diversos retoques, tajadores simples y complejos, lascas y láminas obtenidas por la técnica levallois. La materia prima empleada en el mayor de los casos, es la caliza recristalizada de granos gruesos y medios, presencia  de corteza en un gran por ciento, grandes y medianos núcleos de láminas, algunos con dos planos de golpeo preparados, el tipo de retoque mayormente empleado resultan las muescas pequeñas y grandes.

Mediante la observación y colecta de superficie se pudo constatar entonces que el hombre primitivo rodense abandonó los artefactos en cada sitio, como si el hombre cognitivamente dominara la existencia de materias primas con calidad en el próximo asentamiento al que se desplazaría. Fenómeno sociocultural que demostraría un total dominio de la naturaleza del paisaje, permitiendo a su vez una evolución sociocultural del hombre asentado en la región.

3.2 Evolución sociocultural alcanzada por el cazador - recolector en la Cuenca del Damují.

La evidencia material del registro arqueológico ha estado esparcida a nuestro alrededor durante mucho tiempo. Lo que es nuevo es nuestra conciencia de que los métodos de la arqueología  pueden dar información sobre el pasado /.../. De este modo, la historia de la arqueología es, en primera instancia, una historia de ideas, de teoría, de modos de mirar el pasado.

La arqueología depende de los restos materiales que quedaron como producto de actividades de grupos humanos que no dejaron testimonio escrito, hablado o visual de sus ideas, sus conflictos, sus necesidades, deseos, creencias, cotidianeidad, ni cómo todos estos factores dieron lugar a distintos tipos de organización social, política, económica o religiosa. Así, la arqueología provee métodos para conocer el 99% del pasado humano, ya que la historia se ocupa principalmente de los acontecimientos producidos a partir del momento en que los seres humanos comenzaron a registrarlos por escrito.

Pero los intereses y los aportes de la arqueología al conocimiento del comportamiento humano y el cambio cultural en una zona determinada no se detienen en el momento en que las sociedades cuyo pasado nos interesa conocer comienzan a hablar de sí mismos a través de los documentos. Algunos aspectos de sociedades históricas  o problemas específicos que se dan dentro de estas sociedades, pueden conocerse a través del estudio de su cultura material, recuperada con métodos arqueológicos.

La presente investigación interpreta socioculturalmente el proceso evolutivo por el que transitó el hombre antiguo en la región  rodense. Se hace un análisis de la conciencia como fruto de la actividad humana y su importancia en el mantenimiento y transmisión de herencias identitarias líticas a través de la posibilidad de la reproducción psíquica del objeto en el cerebro, y su transmisión a generaciones futuras mediante elementos de comunicación, principalmente el lenguaje, el que alcanzó en el territorio niveles no antes descritos en la región central de Cuba, fundamentado a través de las interpretaciones de la realidad natural y social, lo que establece la cosmovisión del cazador recolector rodense, patentizado con el calendario solar y el desarrollo del lenguaje pictográfico evidenciado en las paredes de las grutas del complejo rupestre Palo Liso Las Glorias.

Conjuntamente con los procesos tecnológicos, el hombre primitivo evolucionó social y culturalmente. Herbert Spencer manifestaba que el hombre en tanto evolucionó biológicamente, desarrolló niveles socioculturales de vida aparejados al modo de vida del hombre y su entorno natural y socio histórico. Esto lo podemos constatar en mucho de los sitios estudiados. La selección de un espacio geográfico determinado, selección de materias primas más eficaces y óptimas, la reducción del tamaño y mejor acabado de sus herramientas, además de la utilización de algunas cuevas del paisaje natural para plasmar sus inquietudes anímicas y religiosas, demuestran que los primeros grupos humanos que arribaron a la geografía rodense evolucionaron socioculturalmente en esta cuenca.

En la cueva de la Siguaraya perteneciente al sistema cavernario de Tanteo pudo observarse en el trabajo de campo, que en una de sus paredes se encuentra un primitivo calendario solar el cual puede medir la llegada de estaciones  con el invierno, técnica observada en otras cuevas del territorio donde solamente han sido detectadas evidencias de antiguos grupos cazadores recolectores como es el caso de la gruta de Palo Liso, donde solamente se han detectado herramientas líticas y no otros residuos de grupos culturales más evolucionados como el modo de vida agricultor.
 De ser confeccionado este calendario solar por grupos del modo de vida cazador recolector estaríamos en presencia de un elevado nivel sociocultural alcanzado por dichos grupos en la localidad, fenómeno no reportado con  anterioridad en los estudios arqueológicos del modo de vida cazador recolector en el territorio cubano.

Al comparar los artefactos rodenses podemos decir como resultado de un minucioso análisis documental, que poseen una similitud tecnológica y tipológica con los ya estudiados por  autores en la región central de Cuba. Además los instrumentos observados están representados en muchas regiones del mundo específicamente en el  paleolítico europeo. Ver Anexo 16.

Se observó una reducción paulatina y mejoramiento tecnológico de artefactos tipos como por ejemplo: los buriles-herramientas cortantes en un extremo-, los cuales en un inicio se elaboraron en grandes láminas de hasta 30 centímetros de longitud presentando irregularidades en sus procesos de elaboración y posteriormente fueron confeccionados en láminas especializadas de menores dimensiones.

Resulta de importancia para el análisis prehistórico del   progreso  que en la totalidad de los sitios el hombre se asentó teniendo en cuenta el alcance de las aguas fluviales ante crecidas producidas por fenómenos naturales. Ello  evidencia el conocimiento y dominio del medio natural que lo circundaba. Ubicaciones estratégicas que a su vez le permitían el uso de los embalses naturales para el abastecimiento diario de las bandas cazadoras.

Oportuno es mencionar que algunas de las evidencias localizadas constituyen particularidades tecnológicas y tipológicas solamente halladas en Cuba y no reportadas hasta el momento en todo el continente americano como es el caso de los bifaces o hachas de mano.

Las entrevistas realizadas a los tres expertos seleccionados arrojaron como resultado un criterio unánime el cual coincide con los resultados alcanzados. Citando al Dr Raúl Villavicenso Finalet, el mismo plantea “que mucho de los artefactos localizados en la región central de Cuba y en Rodas, poseen cierto nivel de afinidad tecnológica con los ya estudiados en otras partes del viejo mundo, ratificando que el fenómeno pudiera ser el resultado de la extensión del paleolítico universal por todo el planeta.”  

Lorenzo Morales Santos, otro de los informantes claves seleccionados, tras haber estudiado varios sitios de la región central de Cuba y además de haber visitado en una ocasión el sitio rodense Santa Ana, plantea que ‘’ pudo ver in situ, enormes lascas producidas por la técnica Clactoniense y láminas de una indudable tradición Levallois’’

Por su parte Marcos Rodríguez Matamoros no deja de reconocer la similitud tipológica de las evidencias con las reportadas en el centro de Cuba pero lo que más resalta es cómo podemos observar poca transformación en las tradiciones líticas que se originaron en el Paleolítico Inferior europeo y las presentes en Rodas. Este destacado investigador cienfueguero plantea en la entrevista ‘’que resultan singulares las manifestaciones superestructurales en las cuevas de Rodas además de el desarrollo alcanzado por los cazadores recolectores en el territorio’’.

Coincidiendo con el criterio expresado por los investigadores y por el resultado obtenido por esta investigación podemos afirmar que las tradiciones líticas presentes en los sitios del modo de vida cazador recolector en la cuenca del Damují pudieron ser el resultado de conocimientos técnicos trasmitidos por diversas generaciones desde el viejo mundo y que fueron conservadas hasta llegar a Cuba ,más específicamente al espacio geográfico rodense como parte del devenir histórico y sociocultural del hombre.

3.3 Similitud entre los artefactos líticos rodenses  con los  de  Europa.

La arqueología cubana cuenta con muy pocos estudios sobre las industrias de la piedra tallada, específicamente sobre la etapa más temprana de la presencia del hombre en la isla.
Desde la década de 1990 se comenzaron los estudios de prospección arqueológica en la provincia de Villa Clara la cual trajo como resultado el hallazgo de más de 200 sitios de una indudable filiación paleolítica. El hallazgo de varios artefactos tipo hizo pensar a los investigadores villaclareños la gran similitud tecnológica y tipológica de los artefactos con los ya estudiados con anterioridad en otras regiones de Europa y África.
La observación, el estudio morfomético y la comparación permiten afirmar que las herramientas tradicionales del paleolítico antiguo están representadas en la cuenca del Damují.

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