UNA APROXIMACIÓN AL CONOCIMIENTO ARQUEOLÓGICO EN LA CUENCA DEL DAMUJÍ

Yamilka Borges García
Carlos Rafael Borges Sellén

1.6 Evolución cultural y pueblos originarios. Una mirada antropológica

La cultura continúa el proceso evolutivo por nuevos medios. En la medida en que estos medios culturales son únicos, la evolución cultural tiene características distintivas. La cultura, al igual que la vida, sigue la evolución específica y la general.

El posible hombre europeo trasladado hasta América encontró un medio natural con materia prima y  características geográficas diferentes que le imprimieron un modo de vida sustentado por el propio entorno.

La cultura se diversifica en la medida en que satisface la variedad de oportunidades que el mundo proporciona para la existencia humana. Este es el aspecto específico de la evolución cultural por la que transitó el hombre americano.

Uno de los mejores exponentes de esta idea fue Herbert Spencer, quien, de modo irónico, está catalogado comúnmente y de manera peyorativa como un evolucionista "unilineal".

Igual que otros tipos de progreso, el progreso social es no lineal sino divergente y re-divergente. Cada producto diferenciado da origen a un nuevo conjunto de productos diferenciados. Al esparcirse por el mundo la humanidad encontró ambientes de diferentes características, y en cada caso la vida social se ha adecuado, en parte determinada por la vida social llevada anteriormente y en parte influida por el nuevo ambiente. De modo que al multiplicarse los grupos la tendencia fue siempre hacia la adquisición de diferencias, mayores o menores, pero que llevaban al surgimiento de géneros y especies de sociedades. (Spencer 1897,3:331).

La cultura proporciona la tecnología para la apropiación de la energía natural y para ponerla a su servicio, al igual que los medios sociales e ideológicos necesarios para la implementación de estas acciones. Las culturas son organizaciones para hacer algo, para perpetuar la vida humana y para prolongarse a sí mismas. Por lógica se sigue y empíricamente se confirma que los problemas de supervivencia varían de acuerdo con esto y las culturas cambian, es decir, que la cultura sigue el desarrollo filogenético (se define como el desarrollo de la especie, por contraste con la ontogénesis, que es el desarrollo del individuo), adaptativo.

Hasta ahora la evolución cultural específica ha sido tratada básicamente en términos de la evolución biológica, pero también hay diferencias importantes. La diferencia fundamental deriva del hecho de que la variación cultural, al contrario de lo que ocurre con la biológica, puede ser transmitida entre diferentes líneas evolutivas por difusión.

Las tradiciones culturales separadas, a diferencia de los linajes biológicos, pueden convergir por coalescencia. Por contraste, para las poblaciones biológicas todo nuevo paso adaptativo es un punto de no retorno. Sólo pueden seguir adelante (en el mejor de los casos) completando la especialización, lo cual significa, en última instancia, el fin (la muerte) de la posibilidad del progreso posterior. Ahora bien, se puede reemplazar una forma cultural menos desarrollada por otra más avanzada mediante la difusión o aculturación,  la cual para la gente tiene la ventaja de que la cultura superior puede dominar sin destruir la población, incluso sin que se pierda la integridad étnica o social de la cultura más baja.

La antropología establece teorías o vertientes que  relacionan  el hombre (población humana) el hábitat (medio ambiente) y la cultura. En esta disciplina la cultura se iguala a un sistema de adaptación o a una estrategia de adaptación. Se estudia las estructuras y los funcionamientos de la naturaleza (el hombre dentro de la naturaleza) y  presta  atención a las condiciones en las que vive la gente.

Julian Steward es no solamente uno de los pensadores de más peso dentro de la escuela evolucionista contemporánea, junto con Whitey Childe, sino también el iniciador de investigaciones de largo alcance que ha contribuido a una comprensión general del proceso histórico- cultural de los pueblos originarios.

A diferencia de otros pensadores, quienes limitan sus análisis sobre las sociedades indígenas americanas hasta el punto donde su historia es corta por la irrupción europea del siglo XVI, Steward generó una visión procesal que incluía la proyección cultural y social de los grupos prehispánicos en la formación de los estados nacionales.

Ello equivaldría a postular que el objeto de los estudios evolucionistas en antropología es la compresión de las series o procesos históricos, donde las rupturas no son originadas por cortes históricos arbitrarios, sino por las características de los hechos que causan las transformaciones.

Al igual que White, Steward concibe la estructura y la dinámica de las culturas como determinada por un núcleo, compuesto principalmente por aspectos tecnológicos y socioeconómicos, que está supuesto a desarrollarse como respuesta a las necesidades adaptativas de la cultura. (Sanoja, 1992:35).

Durante los procesos de ocupación y adaptación territorial, las comunidades indígenas  entonces tuvieron que desarrollar previamente un conocimiento de la estructura y funcionamiento de los ecosistemas naturales, para luego ensayar -en forma progresiva- las transformaciones necesarias que aseguraran su sobrevivencia.(http://www.EcoPortal.net)

 Estos procesos involucraron distintos impactos y efectos ambientales (los cuales no siempre fueron positivos, en muchos casos fueron negativos). Sin embargo, los conocimientos que las comunidades indígenas lograron aplicar en los territorios ocupados -en miles de años de observación, experimentación y aprendizaje-, no sólo se ajustaron al ensayo de formas exitosas de sobrevivencia sino que, además, en el mismo proceso desarrollaron formas armónicas de relación con la naturaleza, imprimiéndoles un desarrollo sociocultural que avanzado o no tipifica a las pequeñas comunidades americanas.

1.7 La cuenca del Damují, escenario del cazador recolector. Características físico geográficas.

La región Cienfueguera escenario del entorno geográfico de la región central de Cuba, alberga sitios arqueológicos de interés para comprender, la evolución sociocultural alcanzada por el recolector cazador en la etapa prehistórica.
El caso de Rodas, es uno de los de mayor connotación arqueológica por la cantidad de evidencias encontradas en los sitios. 
Zonas ubicadas alrededor del principal afluente del territorio rodense: El Damují.
Cuenca  determinada por el escurrimiento de arroyos que vierten hacia una fuente de agua principal, las aguas están surcadas por esta  importante red fluvial que 

Capítulo I: El  modo de vida cazador recolector en la cuenca del Damují.

desemboca en la bahía de Jagua luego de recorrer 62 Km desde su nacimiento en el municipio de Lajas.

El relieve general es dominado por una llanura colinosa con elevaciones calizas que oscilan entre 20 y 30m sobre el nivel del mar. Su naturaleza cársica propició la formación de inmersas grutas, solapas, furnias y otros accidentes espeleogénicos menores.

Abundan en este territorio extensos yacimientos de rocas silíceas, siendo frecuente encontrar grandes bloques y nódulos de diversos tamaños.

Estas características y la abundancia de cuevas constituyeron un medio atractivo para grupos primitivos con una amplia tradición del sílex.

La mayor parte de los terrenos se encuentran en explotación agrícola y ganadera lo que conspira contra la conservación de mucho de los sitios arqueológicos ubicados en esta cuenca.

Época en que bandas de cazadores y comunas de recolectores –cazadores se trasladaron por la zona descrita por un denso bosque tropical, salpicada por áreas de sabanas.
La fauna debió ser variada y abundante, facilitando la existencia de una numerosa población aborigen. (Rodríguez y Borges, 2001: 17)

Los principales sitios arqueológicos de este territorio de encuentran ubicados hacia el centro de la cuenca fundamentalmente en las márgenes del río Damují y Anaya, asociados  a terrenos donde abundan en grandes cantidades extensos yacimientos de rocas  calizas recristalizadas.

A mediados de 1990 fueron descubiertos los principales sitios de la región donde se localizaron en la superficie de los mismos artefactos de piedra tallada de una indudable factura seborucoide, o sea, emparentados con la ya conocida tradición lítica Seboruco- Mordán localizada solamente en Cuba en la provincia de Holguín y en la costa norte de Villa Clara en el municipio de Caibarién.

Más recientemente el hallazgo de herramientas en estas zonas relacionadas con la tradición del núcleo y otras tradiciones de gran antigüedad es la motivación por el estudio de los sitios arqueológicos así como los procesos técnicos tipológicos que puedan aparecer en ellos.

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